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Próxima estación: Menos desigualdad

Hugo Ñopo

Tan cerca y tan desiguales. Las diferencias que “se ven” en Lima recorriendo el metro.

Las ciudades son desiguales. Acogen hogares de diversas condiciones socioeconómicas y diversas oportunidades de desarrollo. Esto ha sido medido de múltiples  formas desde hace más de un siglo. De hecho, el artículo de Corrado Gini en el que se presentó por primera vez el hoy famoso Coeficiente de Gini para la medida de la desigualdad fue publicado en 1912.

Pero, más allá de las medidas estadísticas, es común escuchar a los ciudadanos comentar que “la desigualdad se ve en las calles”.  En este post quiero adaptar una idea que ya ha sido utilizada por The New Yorker para la ciudad de Nueva York y porJuan Echenique y Sergio Urzúa para Santiago de Chile, quienes usaron la estructura del metro para mostrar desigualdades.  En nuestro caso, transportémonos imaginariamente a Lima, capital del Perú, para hacer un paseo en su metro. Vayamos a la estación Grau (actualmente, la más cercana al centro) y tomemos la Línea 1 con rumbo sur.  Conforme uno pasa las estaciones (Gamarra, Arriola, La Cultura, San Borja Sur… y así, hasta Villa El Salvador) es posible notar muchas diferencias en condiciones socioeconómicas. Aquí podríamos insertar un video y mostrar tales diferencias, pero en su lugar combinemos esto con estadísticas importantes para medir las oportunidades de desarrollo de los futuros ciudadanos: las habilidades lectoras y matemáticas de los estudiantes.

Para cada estación, nos preguntamos: ¿qué porcentaje de estudiantes en las escuelas ubicadas a 1 Km a la redonda tienen niveles satisfactorios de comprensión lectora y matemáticas? Para esto utilizamos la Evaluación Censal de Estudiantes (ECE) del 2012. Estos fueron los resultados:

Como puede notarse, las diferencias son amplias. Mientras hay zonas de Lima en las que casi 70% de los estudiantes de segundo grado de primaria son capaces de comprender lo que leen (San Borja Sur) hay otras en las que menos del 30% lo consigue (Parque Industrial). Y, en el metro, toma solo 20 minutos ir de San Borja Sur a Parque Industrial. ¡Tan cerca y tan desiguales!

Comparar estas cifras de Lima con las nacionales levanta algunas señales adicionales de alerta respecto a lo desigual de la sociedad peruana. Moquegua, Tacna y Arequipa son las tres regiones con mejores desempeños en lectura. En estas tres regiones sureñas entre 50% y 60% de los estudiantes alcanzan el nivel satisfactorio de comprensión lectora. Esto los pone aproximadamente al nivel de los estudiantes de colegios alrededor de la estación La Cultura (dato: si usted quiere ir al Ministerio de Educación en Lima, esta es la estación en la que debe bajar). Pero aquí lo alarmante: en 15 de las 26 regiones del país el porcentaje de estudiantes con niveles satisfactorios de comprensión lectora es inferior al de las escuelas alrededor de Parque Industrial.

En matemáticas, el nivel de comprensión en general es más bajo que en lectura, pero los patrones de desigualdad entre estaciones es similar al que se ve en lectura. Mirando a las regiones, tenemos dos (Moquegua y Tacna) con mejores desempeños que los que se observan en la estación de mejor desempeño de Lima. Por otro lado, son 5 las regiones con desempeños por debajo de los de todas las estaciones de la Línea 1 del metro de Lima.

¿Ha cambiado esta desigualdad en años recientes?

Sí, las diferencias se han profundizado. Aquí dos gráficos mostrando comparaciones de estos resultados entre el 2007 y 2012, uno para comprensión lectora y otro para matemáticas.

Table 3 Spanish

La primera buena noticia que se desprende de ambos gráficos es que los desempeños han mejorado alrededor de todas las estaciones. La parte menos buena de la noticia es que, como puede notarse, las estaciones que ya tenían mejores desempeños en el 2007 son las que muestran más mejoría en el 2012. La desigualdad en desempeños educativos viene aumentando.

El metro, ese espacio de convivencia ciudadana, nos acerca, pero también pone en evidencia lo que nos diferencia. Aún hay un largo trayecto por recorrer para conseguir que todos los estudiantes tengan las mismas oportunidades de aprender y de desarrollarse a lo largo de la vida. Todos deberíamos contribuir a construir el sueño de reducir la desigualdad en nuestras sociedades. ¿Se ha preguntado usted qué puede hacer?

 

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El Día de la Tierra: Entre el ambientalismo keynesiano y la ecología revolucionaria

 

Carmelo Ruiz Marrero

 

ALAI AMLATINA, 22/04/2016

El 22 de abril de 1970 unas 20 millones de personas en Estados Unidos participaron de un evento educativo nacional para el ambiente. Salieron a las calles, parques y auditorios para manifestarse en favor de la protección ambiental.

En ese día, el primer Día de la Tierra, “Miles de universidades organizaron protestas contra la destrucción del ambiente. Grupos que habían peleado contra derrames petroleros, fábricas y generadoras de electricidad contaminantes, aguas usadas sin tratamiento, basureros tóxicos, pesticidas, autopistas, la pérdida de áreas naturales, y la extinción de la vida silvestre de repente se dieron cuenta que compartían valores comunes”, según la página web EarthDay punto org. (http://sfenvironment.org/news/update/the-history-of-earth-day)

En la ciudad de Nueva York, el Día de la Tierra de 1970 fue nada menos que sensacional. “En una movida sin precedente, el entonces alcalde John V. Lindsay cerró la quinta avenida al tráfico vehicular desde el Parque Union Square hasta el Parque Central por dos horas, básicamente dejando el Midtown (parte central de Manhattan) con el tráfico paralizado. Un ‘carnaval ecológico’ tomó lugar en la calle 14 entre las avenidas tercera y séptima. Nelson Rockefeller, gobernador del estado de Nueva York, fue en bicicleta a la manifestación en Union Square y luego firmó legislación que creó el Departamento Estatal de Nueva York para la Conservación Ambiental. Se consideraba que la feria fue la mayor demostración en Union Square desde las manifestaciones socialistas de la década de 1930”, dijo el activista ambiental y autor Brian Tokar. (https://indypendent.org/2010/04/21/reclaiming-earth-day-climate-chaos-horizon-environmental-movement-needs-traction)

Este evento masivo marcó un punto de maduración y transformación del ambientalismo estadounidense y fue el nacimiento del movimiento ambientalista moderno como lo conocemos hoy. Antes del Día de la Tierra el ambiente no tenía un alto lugar entre las preocupaciones de la población. Según EarthDay punto org, “El auge de la cultura hippie y ‘flower-child’ en Estados Unidos, 1970 trajo la muerte de Jimi Hendrix, el último disco de los Beatles, y (la canción) ‘Bridge Over Troubled Water’ de Simon & Garfunkel. La protesta era la orden del día, pero salvar el planeta no era la causa. Había guerra en Vietnam y estudiantes de todo el país se oponían cada vez más. Para entonces, los estadounidenses tragaban gasolina con plomo a través de masivos vehículos sedan V8. La industria eructaba humo y cieno con poco temor a consecuencias legales o mala prensa. La contaminación del aire era aceptada comúnmente como el olor de la prosperidad. ‘Ambiente’ era una palabra que aparecía con más frecuencia en concursos de gramática que en las noticias de la tarde.”

Sin embargo, en la década de 1960 una conciencia ambiental se desarrollaba paulatinamente. En 1962 se publicó “Primavera Silenciosa” de Rachel Carson, un libro que abrió los ojos de millones de lectores a los peligros de los agrotóxicos para la salud humana y la vida silvestre. La industria química desató una sañosa campaña para desacreditar a Carson y su libro. Pero para el tiempo de su muerte en 1964 ella había sido ampliamente vindicada y “Primavera Silenciosa” se convirtió en uno de los textos ambientalistas más importantes de todos los tiempos. El activismo e investigación de Carson inspiró y movilizó a muchos de los académicos y activistas que luego organizaron el Día de la Tierra de 1970.

La idea de un día nacional en Estados Unidos dedicado a la educación ambiental a menudo se le atribuye al activista por la paz John McConnell, quien lo propuso en una conferencia de la UNESCO en San Francisco en marzo de 1969. Pero fue Gaylord Nelson, senador por el estado de Wisconsin, quien fue la fuerza motriz del Día de la Tierra de 1970. Hasta 1962 Nelson había sido “el gobernador de la conservación” de su estado, conocido así por sus medidas populares para limpiar ríos, proteger recursos naturales, crear empleos verdes y mejorar la infraestructura de recreación del estado. Según Nelson, una vez fue electo senador, “Seis años pasarían antes de que la idea del Día de la Tierra se me ocurriera mientras estaba en una gira de charlas sobre conservación en el verano de 1969. Para entonces las demostraciones contra la guerra de Vietnam, conocidas como ‘teach-ins’, se habían extendido a recintos universitarios por toda la nación. De repente se me ocurrió la idea – ¿por qué no organizar una gran protesta de base por lo que le estaba pasando al ambiente? Estuve satisfecho de que si pudiéramos conectarnos a las preocupaciones ambientales del público general e inyectarle la energía estudiantil anti-guerra a la causa ambiental, podríamos generar una demostración que forzaría la entrada de este asunto a la agenda política. Era una apuesta grande, pero valía un intento.” (http://earthday.envirolink.org/history.html)

El primer Día de la Tierra tomó lugar en un tiempo lleno de energía y efervescencia en el desarrollo del ambientalismo. Al principio de la década de los ‘70 comenzaron a verse los primeros esfuerzos por usar el derecho para proteger el ambiente. Inspirados por el ejemplo dado por las agrupaciones de derechos civiles ACLU y NAACP, abogados con conciencia ambiental formaron organizaciones que se valían de la ley y el peritaje técnico para adelantar la protección del ambiente, como Natural Resources Defense Council y Environmental Defense Fund. El científico y activista ambiental Barry Commoner salió en la portada de la revista Time en febrero de 1970. La prestigiosa e influyente organización ambientalista Sierra Club fue transformada de un grupo elite de excursionistas a una agrupación activista que no temía meterse con el gobierno o con corporaciones contaminadoras, gracias al liderato de su director ejecutivo David Brower, un pensador adelantado a su tiempo. El crítico social Murray Bookchin combinaba conceptos ecológicos de avanzada con el anarquismo y la militancia anti-capitalista para crear una nueva filosofía llamada ecología social. Y los ecólogos Herman Daly, Kenneth Boulding, Nicolás Georgescu-Roegen y Howard T. Odum estaban publicando sus trabajos más trascendentes en esos años.

Y gracias al Día de la Tierra Ralph Nader, destacado progresista y defensor del interés público, comenzó a apreciar y entender la importancia de la ecología y a incorporarla a su activismo. “En 1970 el despertar ambiental se enfocó sobre los pesticidas y contaminación del aire y el agua, con atención a sustancias tóxicas en talleres de trabajo que contribuían a enfermedades ocupacionales”, rememoró Nader sobre esos días. “Ampliamente publicitadas fueron las inversiones (atmosféricas) en el área de Los Ángeles, sofocada con vehículos, y el río Cuyahoga cerca de Cleveland donde el petróleo derramado a veces se encendía- ¡sobre el río! Las metas de acción eran autoridad legislativa para dirigir las agencias federales a regular y reducir la contaminación permisible. En comparación con hoy, se aprobó legislación en el Congreso a paso vertiginoso. Los cabilderos corporativos que objetaron fueron barridos a un lado.” (http://www.counterpunch.org/2007/04/24/the-corporate-debasement-of-earth-day/)

Dice mucho del poder del movimiento ambiental en el periodo posterior a 1970 que la administración Nixon, recordada por sus políticas derechistas y escándalos políticos, fue la que aprobó más legislación ambiental en toda la historia de EEUU. “Entre los proyectos de ley aprobados (después del Día de la Tierra) estaban los estatutos de contaminación de agua y aire, la ley de agua potable segura, el establecimiento de la Agencia de Protección Ambiental y la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional”, dijo Nader. “Tan prevalentes y visibles eran millones de estadounidenses que pedían acción que los presidentes Richard M. Nixon y Gerald Ford firmaron las leyes con fuertes declaraciones de apoyo a sus propósitos declarados.”

Pero algunas voces en la izquierda veían el Día de la Tierra con escepticismo. “Resulta que el Día de la Tierra original el 22 de abril de 1970 fue inicialmente un evento montado”, dijo Tokar, quien es profesor del Instituto de Ecología Social y de la Universidad de Vermont. “Políticos como el senador Gaylord Nelson y el representante Pete McCloskey tomaron liderato en poner en pie la primera celebración del Día de la Tierra que inesperadamente atrajo millones de personas de todo el país. Los eventos, sin embargo, fueron apoyados por instituciones del establishment como la Conservation Foundation, un tanque de pensamiento corporativo fundado por Laurance Rockefeller en 1948. Nixon hasta comenzó el año con una proclama presidencial que decía que los años ‘70 serían la ‘década ambiental’”.

Los activistas por la paz opuestos a la guerra de Vietnam argumentaron que el Día de la Tierra estaba distrayendo la atención del público de la guerra, de la campaña Ofensiva de Primavera que planificaba el movimiento anti-guerra, y de esfuerzos para educar sobre las causas claves de la guerra, pobreza y destrucción del ambiente. Un editorial en Ramparts, importante publicación activista del periodo, describió el Día de la Tierra como “el primer paso en un juego de engaños que hará poco más que abusar del ambiente aún más.”

El ejemplar de Ramparts de abril de 1970 tenía un artículo titulado “el eco-establishment”, que exponía los tanques de pensamiento corporativos que influían sobre la nueva legislación ambiental. “La conservación de las grandes empresas de hoy no le interesa preservar la tierra; está racionalmente reorganizando para un más eficiente saqueo de recursos … y la producción de un producto nacional aún más bruto … Las contradicciones aparentes son alucinantes: las industrias están combatiendo el desperdicio para que así pueda desperdiciar más… Ecológicamente, podría ser el fin.” (http://www.counterpunch.org/2010/04/22/40-years-of-earth-days/)

De hecho, el impulso del primer Día de la Tierra no fue revolucionario sino de capitalismo reformista inclinado hacia el keynesianismo. Las nuevas leyes y agencias de gobierno que resultaron del entusiasmo generado por el Día de la Tierra marcaron el comienzo de lo que se podría considerar un ambientalismo keynesiano, la idea de que el estado es el garante del desarrollo sustentable y la protección del ambiente y los recursos naturales. En la década de 1990 esta doctrina fue empujada a un lado por el ambientalismo neoliberal, el cual postula que el estado no es más que un estorbo y que sólo la empresa privada y mercados libres pueden proteger el ambiente.

El Día de la Tierra fue lentamente olvidado en las dos décadas que siguieron hasta que fue revivido en 1990, cuando regresó con revancha, movilizando diez veces más gente que en 1970. Dijo Tokar: “Esta vez el Día de la Tierra se tornó global, movilizando 200 millones de personas en 141 países y subiendo los asuntos ambientales al escenario mundial. El Día de la Tierra de 1990 dio un gran impulso a los esfuerzos de reciclaje por el mundo entero y ayudó a pavimentar el camino hacia la Cumbre de la Tierra de Naciones Unidas en Río de Janeiro en 1992. También motivó al presidente Bill Clinton a otorgarle al senador Nelson la Medalla Presidencial de la Libertad (en 1995)- el más alto honor dado a civiles en Estados Unidos- por su rol como fundador del Día de la Tierra.”

El Día de la Tierra de 1990 incluyó una acción directa para paralizar a Wall Street, acto precursor del movimiento Occupy Wall Street de dos décadas después. En 1990 el movimiento ambiental era mucho más maduro social y políticamente que veinte años antes. Según Tokar, “La acción de Wall Street en el Día de la Tierra de 1990 reflejó el florecer de una actividad ambiental de base que emergió en la década de 1980, parcialmente en respuesta a las componendas de los grupos ambientalistas grandes. La respuesta popular a la contaminación química tóxica – inaugurada por las madres de niños enfermos que vivían cerca del severamente contaminado Love Canal en Nueva York- creció hasta ser un movimiento nacional de justicia ambiental que desencubrió la exposición desproporcionada de comunidades de color a los peligros tóxicos. El grupo Earth First! creció como una red descentralizada de defensores de base de los bosques, usando acción directa teatral, combinada con actos de sabotaje industrial para obstruir la ola de destrucción de bosques. Otros se unieron en solidaridad con los movimientos de pueblos indígenas del mundo entero que se habían levantado en defensa de sus tierras tradicionales, respondiendo a la nueva ofensiva de las políticas de desarrollo neoliberales. Durante el preámbulo al Día de la Tierra de 1990, cien activistas de justicia ambiental firmaron una carta a las ocho mayores organizaciones ambientalistas nacionales criticando la falta de gente de color en las nóminas y juntas directivas de estos grupos, y también su creciente dependencia de financiamiento corporativo.”

Pero Tokar nota que las maniobras políticas de Washington en torno a los asuntos ambientales también se tornaron más astutas y escurridizas. “La administración Clinton-Gore de la década de los 90 perfeccionó el arte de canalizar la retórica ambiental mientras simultáneamente apoyaba un aumento en la extracción de recursos – precediendo así los recientes acercamientos de la administración Obama a las industrias de energía nuclear, petróleo y carbón.”

Hoy día el movimiento ambiental en Estados Unidos combate la doble amenaza de políticas republicanas anti-ambientales y de negación del cambio climático, y la cooptación por parte de ingeniosas campañas corporativas de “lavado en verde”. Mucho depende de la capacidad del movimiento para extenderle la mano a otros sectores, como el sindicalismo y los movimientos anti-imperialistas y anti-patriarcales para así formar un frente coherente que pueda atender los vínculos entre el capitalismo y la destrucción ambiental. Como dijo sabiamente el presidente de Bolivia, Evo Morales, “O muere el capitalismo o muere la Madre Tierra”.

Fuente del Artículo:

http://www.tercerainformacion.es/spip.php?article102253

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CEPAL/ Panorama Fiscal de América Latina y el Caribe 2016: las finanzas públicas ante el desafío de conciliar austeridad con crecimiento e igualdad

Fuente CEPAL / 23 de Abril de 2016

Durante 2015, las cuentas fiscales de América Latina registraron, en promedio, un leve deterioro, de modo que se alcanzó un déficit fiscal del 3,0% del PIB y un nivel de deuda pública bruta del 34,7% del PIB. De los 19 países considerados, en 11 se incrementaron simultáneamente el déficit fiscal y la deuda pública como proporción del PIB. La región comenzó a acumular deuda pública, sobre todo interna, después de la crisis financiera internacional de 2008, como respuesta a crecientes necesidades de financiamiento frente a un escenario de desaceleración.

Índice

Prólogo .

— I. Un panorama de las finanzas públicas de América Latina y el Caribe .

— II. Evaluación de las reformas tributarias recientes .

— III. Apuntar al corazón del problema: la evasión tributaria.

Panorama Fiscal de América Latina y el Caribe 2016

Fuente de la reseña: http://www.cepal.org/es/publicaciones/39939-panorama-fiscal-america-latina-caribe-2016-finanzas-publicas-desafio-conciliar

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América Latina: desigual entre millonarios

Juan J. Paz y Miño Cepeda

En enero de 2016, la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) puso en circulación el libro “Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe 2015”; en febrero difundió otro estudio: “Evasión tributaria en América Latina: nuevos y antiguos desafíos en la cuantificación del fenómeno en los países de la Latina 2015. Documento informativo”, “Panorama Fiscal de América Latina y el Caribe 2016: las finanzas públicas ante el desafío de conciliar austeridad con crecimiento e igualdad” y “Tributación para un crecimiento inclusivo”.

Esos recientes estudios de la CEPAL deben ser atendidos con sumo interés porque el retrato que ofrecen de la América Latina del presente permite extraer una gama de reflexiones y conclusiones para trazar nuevos caminos de acción ciudadana en la lucha por la construcción de una nueva economía y una nueva sociedad que garanticen el buen vivir en toda la región.

Expongo algunas ideas al respecto.

Está claro que la crisis económica que golpea a Latinoamérica, sobre todo desde 2015,  continuará agravándose en el presente año y probablemente hasta 2017, lo cual se ha reflejado sobre todo en la caída del PIB considerado un índice clave para determinar si hay crecimiento o derrumbe. Bajo esta coyuntura, los gobiernos que se han colocado en la mira de la crítica política y de la propaganda interesada en ello, son precisamente los que se identifican como progresistas y de nueva izquierda. Casi no importan los “otros” gobiernos.

De manera que un formidable caudal de editoriales de prensa y artículos académicos -en los que hay que incluir autores y escritos provenientes de la socialdemocracia, de los marxistas ortodoxos y las izquierdas tradicionales- apuntan a convencer al mundo que se ha cerrado o  acabado el ciclo de tales gobiernos, que su “modelo económico” ha fracasado  e, incluso, se ha producido un abandono del progresismo para retornar al camino neoliberal y  las viejas prácticas políticas de aquello que en Ecuador el presidente Rafael Correa bautizó como “partidocracia”.

Para las derechas intelectuales (y políticas, evidentemente) se ha demostrado que todo gobierno izquierdista es, más tarde o más temprano, un fracaso y, por tanto, hay que retornar a lo que es obvio: retirar al Estado, reducir el gasto público y entronizar nuevamente la competencia capitalista, el mercado libre y la empresa privada como motores naturales de la economía.

De acuerdo con los estudios de la CEPAL, puede inferirse que los gobiernos progresistas y de nueva izquierda gozaron de condiciones económicas muy favorables cuando estuvieron altos los precios de los commodities, pero entraron en dificultades cuando llegó la crisis. El gran afectado resultó el mismo Estado, que ha sido el instrumento central para las inversiones sociales y el proveedor de los servicios públicos en educación, salud, seguridad social, vivienda, que la CEPAL destaca igualmente como los logros más significativos de los gobiernos progresistas en la región.

Es que a la reducción del gasto público, especialmente de capital, se ha unido el aumento del déficit fiscal por la caída de los ingresos; además, se ha incrementado la deuda pública y se mantiene una baja carga tributaria, sobre todo frente al decil más rico de la población; persiste la “insuficiencia crónica” de la imposición patrimonial y hasta los avances en la lucha contra la evasión se han detenido. Ecuador está entre los países con mayores caídas en la inversión pública. (Panorama Fiscal).

Los problemas económicos han debilitado ciertas capacidades estatales para continuar entregando a la sociedad aquellos servicios ya logrados; y los riesgos del desencanto ciudadano se han incrementado por el hecho de que no hay más medicinas urgentes para aquellos sectores vulnerables que las necesitan, la atención médica y  la seguridad social igualmente se estancan o burocratizan, se posterga el pago a empresas medianas y pequeñas que proveyeron con bienes al Estado, se liquida a trabajadores estatales bajo contrato, se descuida la atención al sector de economía social y solidaria, o incluso se retrasa el pago de salarios y hasta de pensiones.

En Ecuador, a partir de 2015, pueden advertirse algunos giros contradictorios, pues al mismo tiempo que se ha acudido a ciertas flexibilizaciones laborales, se inclinan acciones a favor de altos sectores empresariales privados (lo he señalado en varios artículos del diario “El Telégrafo”).

Puede comprenderse que esas son las circunstancias que han permitido el resurgir de unas derechas agresivas, que ahora se lanzan al ataque directo para terminar con todo, como ocurre en Venezuela; buscan la desestabilización gubernamental como en Brasil o acentúan sus propósitos de “restauración conservadora” para llegar al poder en las elecciones de 2017, como ocurre en Ecuador, con el firme propósito de “des-correizar” a la sociedad; y todo ello acicateado por el triunfo de su “causa” al lograr la presidencia en Argentina, ganar la mayoría legislativa en Venezuela o la derrota de la reelección presidencial en el referéndum de Bolivia. Se experimentará como nuevo triunfo la reciente votación en el congreso a favor del juicio político a la presidenta Dilma Rousseff en Brasil.

La contracción económica, de acuerdo con la CEPAL, es particularmente visible en Suramérica, que en 2016 tendrá un decrecimiento del -0.8%, sobre todo por los ritmos del -2% en Brasil y -7% en Venezuela. (Balance). Pero las culpas son magnificadas y atribuidas específicamente a los gobiernos progresistas de la región.

Sin embargo, no dejan de inquietar seriamente algunos resultados sociales porque, de acuerdo con la CEPAL (2013 y 2014), Venezuela proyectó un incremento de la pobreza al igual que Guatemala y México, en tanto disminuyó la pobreza en Brasil, Colombia y Ecuador; la tasa de pobreza cayó en la mayoría de países entre 2010-2014, pero se elevó a un ritmo anual de entre 2% y casi un 5% en Honduras, México y Venezuela, países a los que también acompañó un incremento de la brecha y la intensidad de la pobreza, debido a un decrecimiento de los ingresos.

Por otra parte, la tasa de inflación (2014) se aceleró al 68.5% en Venezuela y al 23.9% en Argentina, en tanto el promedio inflacionario en 20 países de la región fue del 8.4%. Sin embargo, las reducciones más importantes en el coeficiente de Gini (desigualdad del ingreso) entre 2010-2014 se registraron en Uruguay (-2.7% anual), Argentina (-2.3%) y Ecuador (-2.2%) (Panorama Social: 9-13).

Frente a ese panorama, el contraste persiste con respecto a la concentración de la riqueza y a la capacidad de los gobiernos para cobrar impuestos a quienes más concentran la riqueza.

De acuerdo con la CEPAL, “entre 2002 y 2015 las fortunas de los millonarios de América Latina crecieron en promedio un 21% anual, es decir, un aumento superior al del PIB de la región”; y en 2014, el 10% más rico de la población había amasado el 71% de la riqueza, de modo que si esta tendencia continúa “dentro de seis años el 1% más rico de la región tendría más riqueza que el 99% restante”, a lo cual hay que añadir que la tasa impositiva media efectiva para el 10% más rico “solo equivale al 5% de su ingreso disponible”. (Tributación)

Por tanto, América Latina continúa como la región más inequitativa del mundo y las fortunas se sienten protegidas con tasas impositivas bajas.

No hay duda que, mientras no se altere en su raíz el sistema capitalista, en el cual se ha legalizado la apropiación económica privada del valor socialmente generado, una de las formas más efectivas para la redistribución de la riqueza es el cobro de impuestos directos y proporcionales, de manera que quien más posee, más pague.

Pero los estudios de la CEPAL han comprobado una serie de realidades: aunque la recaudación tributaria ha mejorado en la última década y entre 2000-2013 la tasa impositiva media subió del 16% del PIB al 20.6%, todavía  un nivel inferior con respecto al promedio de los países miembros de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), que llega al 34.1%; la evasión y la elusión de impuestos se impone a tal punto que es significativamente mayor que el total del gasto público de inversión que realiza toda Latinoamérica; la región tiene bajas tasas impositivas efectivas, pues en promedio llegan apenas al 2.3%, mientras en la Unión Europea es de 13.3% (Tributación).

Adicionalmente, cabe señalar que en América Latina es difícil -quizás imposible- encontrar millonarios capaces de solicitar que les cobren impuestos, como lo han hecho recientemente en los EE.UU. más de 200 “millonarios patriotas” (entre ellos Morris Pearl, Eric Schoenberg, Scott Nash), que en noviembre de 2015 acudieron al Congreso de los EE.UU. para solicitar que se creen mayores impuestos para los ricos y, al propio tiempo, se eleven los salarios de los trabajadores (http://goo.gl/oN1twr).

A ello se suma el hecho de que las fortunas latinoamericanas, que tienen baja carga tributaria, también huyen de la región o se refugian en otros lugares para evadir impuestos. Es el marco de escándalo evidenciado a propósito de los “Papeles de Panamá”, cuya intención inicial fue, al parecer, la de lograr el desprestigio selectivo de algunos gobiernos progresistas.

El estudio de la CEPAL, publicado antes de que aparecieran los “Panama papers”, ya señalaba: “los paraísos fiscales y los abusos en relación con los impuestos corporativos están destruyendo el contrato social entre el gobierno y el ciudadano, al permitir que los que podrían aportar más a la sociedad no paguen los impuestos que les corresponden en justicia.

El llamado escándalo de las cuentas secretas en Suiza o Swissleaks reveló 52.600 millones de dólares de fondos de residentes de América Latina en cuentas del banco HSBC en Suiza en 2006 y 2007, el equivalente a un 26% del total de la inversión pública en salud en toda la región” (Tributación). Una referencia que me ha recordado, de inmediato, el libro “Una Suiza por encima de toda sospecha” (1977), de Jean Ziegler, (parlamentario suizo y funcionario de la ONU, que en 1964 sirvió como chofer al Che Guevara en su visita a Ginebra), quien calificó como “nación de encubridores” a la Suiza de los bancos y el secreto bancario al servicio de la oligarquía mundial.

Desde luego, los paraísos fiscales tienen sus defensores. Daniel Lacalle, economista, gestor de fondos y autor de varios “best sellers”, se refiere al tema en “Diez mitos sobre los paraísos fiscales” (http://goo.gl/QZ8VG1) y sus razonamientos sirven como modelo. Todo es “legal”, aunque el contraste resulte paradójico, pues a Dilma Rousseff se le puede seguir más rápido un juicio parlamentario a todas luces ilegal y amañado, mientras se libra de culpas a políticos de alto nivel abierta y claramente identificados en los “Papeles de Panamá”.

De otra parte, la CEPAL reconoce que lo tradicional ha sido aumentar impuestos al consumo, así como otorgar un trato excesivamente generoso en exoneraciones a las corporaciones extranjeras; pero añade que lo esencial es incrementar los impuestos directos sobre las rentas, rendimientos del capital, patrimonios y herencias.

Precisamente entre sus recomendaciones está la de lograr al menos una relación del 20% entre los impuestos y el PIB, así como elaborar una hoja de ruta de incrementos de un 5% anual; y, además,“otorgar prioridad a la erradicación de la evasión y la elusión de impuestos, mediante el compromiso de lograr una reducción del 50% en un plazo de cinco años y una reducción del 75% en diez años”, con un plan regional de acciones agresivas, con nuevas leyes tributarias y también el combate al uso de paraísos fiscales.

La media de la recaudación tributaria en América Latina entre 2000-2013 representa el 20% sobre el PIB; Brasil la sobrepasa con el 36% y le siguen Argentina (31%), Bolivia (28%), Uruguay (27%), Costa Rica (22%), Chile y Colombia (20%), porque los otros 11 países tienen recaudaciones menores.

Además, en conjunto, 18 países latinoamericanos no llegan al promedio de la recaudación de los 34 países de la OCDE, que asciende al 34% del PIB. Por tanto, llama la atención que Ecuador (19%), Nicaragua (19%) y Venezuela (14%), considerados entre los países con gobiernos de nueva izquierda, tengan promedios de recaudaciones tributarias que no llegan a la media latinoamericana sobre el PIB.

Esta situación induce a considerar que los gobiernos progresistas y de nueva izquierda en América Latina han podido controlar el poder del Estado con apoyo ciudadano, y a través de él, lograr importantes transformaciones sociales, extendiendo servicios de salud, educación, seguridad social, vivienda -de un amplio beneficio social-, así como obras públicas y de infraestructura a favor de toda la nación.

Pero, al momento de destaparse la crisis económica, los gobiernos progresistas demuestran que todavía no han topado a las clases ricas, que falta una decisiva acción para imponer fuertes impuestos a quienes concentran en exceso los ingresos y que la redistribución de la riqueza merece radicalizar las políticas estatales.

Fuentes Citadas:
– Balance preliminar de las economías de América Latina y el Caribe 2015, http://goo.gl/J9a48P
– Evasión tributaria en América Latina: nuevos y antiguos desafíos en la cuantificación del fenómeno en los países de la región, http://goo.gl/0zaUG2
– Panorama social de América Latina 2015. Documento Informativo, http://goo.gl/NCvf7v
– Panorama Fiscal de América Latina y el Caribe 2016: las finanzas públicas ante el desafío de conciliar austeridad con crecimiento e igualdad, http://goo.gl/8jR9Ju
– Tributación para un crecimiento inclusivo, http://goo.gl/zRwLEs

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Curso Internacional «ordenamiento territorial y ODS»

Abiertas postulaciones

CURSO INTERNACIONAL
«ORDENAMIENTO TERRITORIAL Y OBJETIVOS DE DESARROLLO SOSTENIBLE»

Sede de la CEPAL en México DF; México,
6 al 10 de junio de 2016

El curso es organizado por el Instituto Latinoamericano y del Caribe de Planificación Económica y Social (ILPES), a través del Área de Planificación, Prospectiva y Desarrollo Territorial con el apoyo de la unidad de Asentamientos Humanos de la División de Desarrollo Sostenible y Asentamientos Humanos y la sede Subregional de CEPAL México.

El curso tiene como objetivo central, indentificar conceptos y herramientas que permitar valorar la manera en que el ordenamiento territorial contribuye al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y proponer medidas para integrar políticas y programas de ordenamiento territorial. Este análisis se realiza considerando los distintos niveles del Estado aplicables a cada país o realidad particular.

Al finalizar el curso, los alumnos serán capaces de:

  • Conocer los Objetivos de Desarrollo Sostenibles que se relacionan más directamente con el ordenamiento territorial.
  • Conocer los Objetivos de Desarrollo Sostenibles que se vinculan indirectamente para el apoyo al ordenamiento territorial.
  • Aplicar una herramienta de análisis para evaluar la situación institucional, financiera y administrativa en su realidad concreta.
  • Proponer medidas para implementar en planes de logro de ODS en materia de ordenamiento territorial.

La inscripción de este curso tiene un costo de US$500 (quinientos dólares americanos).

Postulantes aquí:

Postulaciones

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A todas as pessoas amigas de perto e de longe

CARLOS RODRIGUES BANDÃO
Neste 21 de abril de 2016 quero deixar clara a minha compreensão a
respeito do que estamos vivendo neste momento. Desde mais de 50 anos
vivo uma definida e clara vocação altermundista (“um outro mundo é
possível”), fundada em princípios de uma vida solidária, uma
sociedade humanizada e personalizadamente socialista, e também uma
adesão ativa ao povo brasileiro e aos seus movimentos.

Sou um professor universitário desde 1967 e um militante de causas
humanistas e populares desde 1961. Minhas aulas, meus vários livros e
minhas incontáveis falas e palestras aqui no Brasil e no exterior são
testemunhas disto.

Se tenho críticas ao governo ao PT (ao qual nunca pertenci mas que
sempre apoiei) elas correm na contramão de todas as críticas feitas
por forças e interesses de direita, e submetidas aos poderes do capital
neoliberal e do mundo empresarial.

Lamento que sobretudo o que realizou o Governo Dilma não tenha ousado
ultrapassar uma vocação entre populista e popular, em direção a uma
política de real compromisso com as causas populares.

Lamento o apoio maior ao agronegócio que aos camponeses e à
agricultura orgânica e familiar. Lamento os titubeios e recuos em favor
da demarcação efetiva das terras camponesas, indígenas e quilombolas.
Lamento terras e territórios devastados, florestas queimadas, entre o
Cerrado e a Mata Atlântica e outros biomas mais. Lamento árvores
arrancadas, animais carbonizados, pessoas e famílias ancestrais
expulsas para que tudo se transforme em pasto ou, pior, nos desertos
verdes da soja e do eucalipto.

Lamento a fragilidade da reforma agrária e de outras urgentes reformas
(quase revoluções necessárias, a meu ver). Lamento a maneira como
educadoras e professores das redes públicas de educação são tratadas
até hoje. Lamento que ainda não tenhamos saído de uma democracia
formal em direção a uma efetiva democracia ativa e de raízes e
vocações humanizadoras e populares.

Considero que o que se pratica agora contra um governo eleito nas urnas
é mais uma experiência de violência política. Não foi a primeira.
Poderia ser a última. Ela é a meu ver algo pior do que um golpe.
Lembro que em toda a América Latina as forças submetidas aos
interesses capitalistas sempre souberam – entre golpes militares e
golpes parlamentares (como o que vivemos agora) – comprometer ou mesmo
estancar avanços dos governos, das frentes e das causas populares. O
sistema capitalista é histórica e intrinsecamente perverso. Ele é
excludente, injusto, devastador. E aquilo a que a que damos o sonoro
nome de “corrupção” é apenas uma de suas assinaturas. E, bem
sabemos, diante de seu poder de “compra-e-venda” governo político
algum escapa. Se o PT errou nisto (e ele errou) apenas seguiu a lição
que aprendeu com governos e partidos políticos anteriores.

Lamento, mais ainda, o triste e melancólico nível de mediocridade e
ausência de um mínimo de crítica justa e de criatividade e jurídica
e política no escuro momento que vivemos. Relembro com saudade e com
pesar que os nossos encontros, debates e confrontos de estudantes
universitários da década dos anos 60 – quando eu fui um estudante
universitário, um militante da Juventude Universitária Católica e um
educador popular – sempre foram bastante mais inteligentes, dialógicos,
críticos e criativos do que o que com perplexidade e tristeza assisto
entre os debates parlamentares de agora.

Considero revoltante estarmos sendo “governados” por um Congresso
com pessoas e grupos políticos de um tão baixo nível de
inteligência, de um tão voraz interesse pessoal, partidário ou
empresarial, e de tão ínfima sensibilidade (guardadas raras e honrosas
exceções) para com o sofrimento da gente brasileira.

Não me sinto só, pois desde companheiros/as de longos anos até as
pessoas ainda lúcidas, críticas, solidárias e militantes que conheço
pessoalmente, ou cujas ideias me chegam de perto ou de longe – cada uma
em seu campo de pensamento e ação, – eu as vejo todas dizendo,
escrevendo, partilhando, vivendo e agindo de um modo ou de outro com as
palavras e os gestos semelhantes aos que eu quis expressar neste
depoimento.

Que este testemunho seja encerrado com palavras não minhas, mas de
Eduardo Galeano.

_Nossa autêntica identidade coletiva nasce do passado e se nutre dele
– pegadas sobre as quais caminham nossos pés, passos que representem
nossas andanças de agora – mas não se cristaliza na nostalgia. Somos
o que fazemos e, sobretudo, o que fazemos para mudar o que somos: nossa
identidade reside na ação e na luta. Por isso a revelação do que
somos implica na denúncia do que nos impede de ser o que podemos ser._

Trata-se de um texto de 1976 chamado _Em defesa da Palavra_. o primeiro
do pequeno livro _A descoberta da América (que ainda não houve). _

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BID: Sex, Violence, and Drugs Among Latin American and Caribbean Adolescents: Do Engaged Parents Make a Difference?

Fuente. BID/ 22 de Abril de 2016

Autores: Ruprah, Inder J.; Sierra, Ricardo; Sutton, Heather

This paper uses data from the Global School-based Student Health Survey to investigate the prevalence of health risk behaviors, in particular substance use, risky sexual behavior, and violence among adolescents in 15 Latin American and Caribbean countries. Using logit regressions and meta-analysis, we find that having parents engaged in raising their children is associated with significantly reduced problem behaviors in adolescents. That said, in the Caribbean the prevalence of health risk behaviors in adolescents is higher and engaged parents is lower than in Latin America, and the correlation between engaged parenting and reduced risk behaviors is generally weaker. Nonetheless, for both subgroups of countries, engaged parents do appear to make a difference.

 

sexo, violencia y drogas ….

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