En este documento se presentan las acciones tomadas por los países de la región en cuanto a la continuidad en la prestación del servicio educativo durante el cierre de las escuelas por COVID-19.
Asimismo, se presenta un análisis de las condiciones de base sobre las que partieron los países para impulsar dichas acciones, como de la capacidad de los hogares de acceder a educación a distancia.
Finalmente se presenta una serie de opciones de política, acciones, estrategias y recomendaciones para responder a la crisis. Las acciones de política propuestas se presentan en las siguientes áreas:
estrategias para la continuidad pedagógica;
(ii) estrategias de respuesta para la gestión administrativa de los centros escolares; y
(iii) aseguramiento de condiciones sanitarias para la reapertura de los centros educativos.
La pandemia de coronavirus está afectando directamente a cerca de 1.600 millones de estudiantes en todo el mundo.
En un mensaje de video en el que presentó oficialmente el documento institucional sobre políticas de educación en el marco de la pandemia de coronavirus, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, el portugués Antonio Guterres, expresó que las decisiones que los gobiernos del mundo tomen en este momento sobre las cuestiones educativas tendrán un efecto duradero en cientos de millones de personas y por ende en el desarrollo de sus países. “Nos enfrentamos a una catástrofe generacional que podría desperdiciar un potencial humano incalculable, minar décadas de progreso y exacerbar las desigualdades arraigadas”, advirtió Guterres este martes en su mensaje. El diplomático lusitano recordó que el cierre de escuelas debido a la pandemia está afectando a cerca de 1.600 millones de estudiantes de todas las edades y en todos los países, con repercusiones inmediatas y de largo plazo en ámbitos como la nutrición y el matrimonio infantil, así como la igualdad de género.
Según consignó el sitio oficial de la ONU, Guterres sostuvo en su mensaje que este es un momento crucial para niños y jóvenes de todo el mundo. “Las decisiones que los gobiernos y los asociados tomen ahora tendrán un efecto duradero en cientos de millones de jóvenes, así como en las perspectivas de desarrollo de los países durante decenios”, aseguró.
La emergencia sanitaria generada por la pandemia exacerbó las disparidades que ya existían en la educación, y el cierre prolongado de las escuelas podría revertir los avances de los últimos lustros, sobre todo en cuanto a la educación de niñas y mujeres adolescentes y jóvenes. Las proyecciones indican que casi 24 millones de niños y jóvenes, desde alumnos de primaria hasta estudiantes universitarios, podrían abandonar su escolarización a causa del impacto económico de la crisis sanitaria.
En el documento presentado por Guterres sobre las políticas educativas a implementar en estos momentos se convoca a evitar que la crisis de aprendizaje que ya existía en numerosos países del tercer mundo se agudice, y para ello se exhorta a los gobiernos a trabajar en cuatro aspectos.
En primer lugar, desde la ONU se pide a los gobiernos que hayan controlado la transmisión local de covid-19 que se centren en reabrir las escuelas de manera segura, consultando y tomando en cuenta a todos los actores implicados, incluyendo a los padres de los alumnos y a los trabajadores del sector de la salud.
El segundo punto que destaca el informe destaca la necesidad de que se priorice a la educación en las decisiones presupuestales. Ya antes de la pandemia los países de renta baja y media tenían un déficit de 1,5 billones de dólares anuales en el rubro educativo. Ese déficit habría aumentado hasta en 30%, por lo que las partidas para la educación deben incrementarse; por eso, se indica que “es fundamental que la educación esté en el centro de los esfuerzos internacionales de solidaridad, desde la gestión de la deuda y las medidas de estímulo hasta los llamamientos humanitarios mundiales y la asistencia oficial para el desarrollo”.
En tercer lugar, en el informe se pide que las iniciativas educativas lleguen a quienes corren mayor riesgo de quedarse atrás en su formación, como las personas en situación de emergencia o de crisis, los grupos minoritarios, los desplazados y las personas con discapacidades.
Por último, la ONU insta a que los gobiernos mundiales avancen hacia la implementación de sistemas progresistas que impartan educación de calidad para todos como una vía para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Esto, puntualiza el estudio, requiere inversiones en la alfabetización y la infraestructura digitales, además del refuerzo de los vínculos entre los sectores formales e informales de la educación. “Ahora que el mundo enfrenta niveles insostenibles de desigualdad, necesitamos la educación –el gran igualador– más que nunca. Debemos tomar medidas audaces ahora, a fin de crear sistemas educativos de calidad, inclusivos y resilientes, adecuados para el futuro”, remarcó Guterres.
Hoy a las 6 pm se estará realizando el cierre del primer ciclo de foros que todos los viernes realiza el Grupo de Contacto Internacional. En esta oportunidad estaremos connversando sobre las resistencias educativas y pedagógicas en el marco de la pandemia del COVID-19 Pueden verlo a las 6 pm hora de Caracas por el YouTube de Otras Voces en educación
Participarán ponentes de EEUU, México, Venezuela y Brasil
La presidenta de la Federación de Maestros y Maestras de Puertos Rico (FMPR) advierte sobre los enormes riesgos que conllevan para la salud de los y las docentes el llamado del gobierno de ese país, para que desde el próximo martes los docentes retornen a las escuelas y desde allí transmitan las clases virtuales.
«No existe una manera perfecta de reabrir las escuelas durante una pandemia».
La frase de Robert Spires, profesor de la Universidad de Richmond (Inglaterra) especializado en educación comparada, refleja uno de los mayores dilemas actuales de la pandemia de covid-19: qué tan seguro es el retorno a las clases presenciales.
Según el artículo publicado por Spires a fines de julio en el portal académico The Conversation, «incluso cuando un país tiene a la covid-19 bajo control, no hay forma de garantizar que las escuelas puedan reabrir de manera segura».
Sin embargo, aclaró, «las políticas y prácticas de los países que han tenido cierto éxito inicial con las escuelas apuntan en la misma dirección«.
Y Uruguay, de acuerdo a su análisis, se encuentra en la dirección correcta.
«Somos el primer país de América Latina que retoma la presencialidad y lo estamos haciendo con muchísima responsabilidad, profesionalismo, compromiso y orgullo«, dijo a la prensa Robert Silva, titular de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) de Uruguay, el 29 de junio.
Ese día Uruguay daba por iniciada la cuarta y última fase del retorno a las aulas a nivel primario, secundario y terciario en todo el país.
Un mes después, no se han registrado contagios en los centros educativos y, según Unesco, el país sigue siendo el único de la región en volver a las clases presenciales desde que el coronavirus obligó a suspenderlas.
Entonces, ¿qué pueden aprender los otros países de América Latina de la estrategia de Uruguay al momento de reabrir las escuelas?
Controlar la pandemia
Aplanar la curva de la pandemia, esa frase tan escuchada en lo que va de 2020, es condición sine qua non para avanzar en el regreso a aulas.
Datos en detalle
* Proporción de muertes por 100.000 habitantes
EE.UU.
150.489
46,0
4.410.182
Brasil
90.134
43,0
2.552.265
Reino Unido
45.961
68,5
301.455
México
45.361
35,9
408.449
Italia
35.129
57,9
246.776
India
34.956
2,6
1.582.028
Francia
30.238
46,5
185.196
España
28.441
60,9
282.641
Perú
18.816
58,8
400.683
Irán
16.569
20,3
301.530
Rusia
13.778
9,5
832.993
Bélgica
9.836
85,7
67.335
Colombia
9.454
19,0
276.055
Chile
9.278
49,5
351.575
Alemania
9.137
11,0
208.892
Canadá
8.962
24,2
117.357
Sudáfrica
7.497
13,0
471.123
Holanda
6.147
36,0
53.632
Pakistán
5.924
2,8
277.402
Suecia
5.730
57,5
79.782
Turquía
5.659
6,9
228.924
Ecuador
5.623
32,9
83.193
Indonesia
5.058
1,9
106.336
Egipto
4.728
4,8
93.356
China
4.658
0,3
87.363
Irak
4.603
12,0
118.300
Argentina
3.288
7,4
178.996
Bangladesh
3.083
1,9
234.889
Arabia Saudita
2.816
8,4
272.590
Bolivia
2.808
24,7
73.534
Rumania
2.304
11,8
49.591
Suiza
1.980
23,2
35.022
Filipinas
1.962
1,8
85.486
Guatemala
1.835
10,6
47.605
Irlanda
1.764
36,6
25.942
Portugal
1.725
16,8
50.613
Polonia
1.709
4,5
45.031
Ucrania
1.697
3,8
70.300
Panamá
1.374
32,9
63.269
Kirguistán
1.364
21,6
35.223
Afganistán
1.271
3,4
36.542
Honduras
1.259
13,1
40.944
Argelia
1.186
2,8
29.229
República Dominicana
1.123
10,6
66.182
Japón
1.004
0,8
34.553
Nigeria
873
0,4
42.208
Kazajistán
793
4,3
87.664
Moldavia
762
18,8
23.947
Armenia
728
24,7
38.196
Sudan
725
1,7
11.496
Austria
718
8,1
20.955
Dinamarca
614
10,7
13.634
Hungría
596
6,1
4.484
Serbia
558
8,0
24.892
Bielorrusia
553
5,9
67.665
Israel
497
5,9
68.769
Yemen
485
1,7
1.711
Macedonia del Norte
476
22,9
10.503
Kuwait
444
10,7
65.903
El Salvador
439
6,8
16.230
Azerbaiyán
438
4,4
31.221
Omán
421
8,7
79.159
Camerún
391
1,6
17.255
República Checa
378
3,5
16.093
Bulgaria
368
5,2
11.155
Emiratos Árabes Unidos
349
3,6
60.223
Marruecos
334
0,9
22.213
Finlandia
329
6,0
7.423
Bosnia y Herzegovina
316
9,5
11.127
Kenia
311
0,6
19.125
Corea del Sur
300
0,6
14.269
Noruega
255
4,8
9.172
Etiopía
253
0,2
15.810
República Democrática del Congo
215
0,3
9.010
Grecia
203
1,9
4.336
Senegal
200
1,3
9.961
Kosovo
196
10,6
7.846
Australia
190
0,8
16.303
Ghana
175
0,6
35.142
Qatar
171
6,1
110.460
Haití
159
1,4
7.378
Mauritania
156
3,5
6.273
Venezuela
154
0,5
17.158
Albania
150
5,2
5.105
Zambia
146
0,8
5.249
Bahréin
145
9,2
40.311
Croacia
141
3,4
4.993
Costa Rica
133
2,7
16.800
Uzbekistán
132
0,4
22.872
Malasia
124
0,4
8.964
Mali
124
0,6
2.521
Eslovenia
117
5,6
2.139
Nicaragua
116
1,8
3.672
Luxemburgo
114
18,9
6.533
Madagascar
105
0,4
10.748
Malawi
103
0,6
3.738
Costa de Marfil
99
0,4
15.813
Somalia
93
0,6
3.212
Cuba
87
0,8
2.588
Territorios Palestinos
80
1,6
11.284
Lituania
80
2,9
2.062
Libia
76
1,1
3.222
Chad
75
0,5
926
Liberia
72
1,5
1.179
Estonia
69
5,2
2.051
Níger
69
0,3
1.132
Sierra Leona
67
0,9
1.803
Tayikistán
60
0,7
7.320
República Centroafricana
59
1,3
4.605
Yibuti
58
6,0
5.081
Tailandia
58
0,1
3.304
Líbano
55
0,8
4.205
Congo
54
1,0
3.200
Burkina Faso
53
0,3
1.105
Nepal
52
0,2
19.547
Andorra
52
67,5
918
Guinea Ecuatorial
51
3,9
3.071
Túnez
50
0,4
1.488
Gabón
49
2,3
7.352
Angola
48
0,2
1.078
Montenegro
47
7,5
3.016
Islas del Canal de la Mancha
47
27,6
587
Guinea
46
0,4
7.183
Paraguay
46
0,7
4.866
Sudán del Sur
46
0,4
2.322
Guayana Francesa
43
15,2
7.647
San Marino
42
124,3
699
Zimbabue
41
0,3
2.879
Esuatini
40
3,5
2.551
Siria
40
0,2
717
Mayotte
39
15,0
2.905
Benín
36
0,3
1.805
Uruguay
35
1,0
1.237
Letonia
31
1,6
1.228
Eslovaquia
28
0,5
2.265
Singapur
27
0,5
51.809
Guinea-Bissau
26
1,4
1.954
Surinam
26
4,5
1.607
Isla de Man
24
28,5
336
Cabo Verde
23
4,2
2.373
Nueva Zelanda
22
0,5
1.560
Tanzania
21
0,0
509
Guyana
20
2,6
398
Chipre
19
1,6
1.080
Togo
18
0,2
896
Georgia
17
0,4
1.160
Maldivas
15
2,9
3.567
Santo Tomé y Príncipe
15
7,1
868
Martinica
15
4,0
269
Isla de San Martín (Francia)
15
40,3
126
Guadalupe
14
3,5
244
Crucero Diamond Princess
13
712
Lesoto
13
0,6
576
Sri Lanka
11
0,1
2.811
Mozambique
11
0,0
1.748
Jordan
11
0,1
1.187
Bahamas
11
2,9
484
Islandia
10
3,0
1.872
Jamaica
10
0,3
856
Mauricio
10
0,8
344
Namibia
9
0,4
1.986
Malta
9
2,0
729
Bermudas
9
14,3
156
Gambia
8
0,4
326
Trinidad y Tobago
8
0,6
156
Taiwán
7
0,0
467
Comoras
7
0,8
378
Barbados
7
2,4
110
Myanmar
6
0,0
353
Ruanda
5
0,0
1.963
Reunión
4
0,5
657
Mónaco
4
10,3
120
Brunéi
3
0,7
141
Aruba
3
2,8
119
Antigua y Barbuda
3
3,1
91
Uganda
2
0,0
1.140
Botsuana
2
0,1
804
Islas Turcas y Caicos
2
5,3
104
Papúa Nueva Guinea
2
0,0
63
Belice
2
0,5
48
Crucero MS Zaandam
2
9
Burundi
1
0,0
387
Islas Caimán
1
1,6
203
Liechtenstein
1
2,6
88
Curazao
1
0,6
29
Montserrat
1
20,0
12
Sahara Occidental
1
0,2
10
Islas Vírgenes Británicas
1
3,4
8
Vietnam
0
0,0
464
Mongolia
0
0,0
291
Eritrea
0
0,0
265
Camboya
0
0,0
234
Islas Feroe
0
0,0
220
Gibraltar
0
0,0
186
Seychelles
0
0,0
114
Bután
0
0,0
101
Polinesia Francesa
0
0,0
62
San Vicente y las Granadinas
0
0,0
52
Fiyi
0
0,0
27
Timor Oriental
0
0,0
24
Granada
0
0,0
24
Santa Lucía
0
0,0
24
Nueva Caledonia
0
0,0
22
Laos
0
0,0
20
Dominica
0
0,0
18
San Cristóbal y Nieves
0
0,0
17
Groenlandia
0
0,0
14
Islas Malvinas o Falkland
0
0,0
13
Vaticano
0
0,0
12
San Bartolomé
0
0,0
7
San Pedro y Miquelón
0
0,0
4
Anguila
0
0,0
3
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Esta visualización se basa en datos periódicos de la Universidad Johns Hopkins y puede que no refleje la información más actualizada de cada país.
** Los datos históricos de nuevos casos son una media de tres días seguidos. Debido a la revisión del número de casos, la media no pudo ser calculada en esta fecha.
Fuente: Universidad Johns Hopkins (Baltimore, EE.UU.), autoridades locales
Última actualización de cifras: 30 de julio de 2020 12:19 GMT
De acuerdo con el informe «Seguimiento del retorno a las clases presenciales en escuelas en Uruguay» de la oficina local de Unicef que se publicará en agosto y al cual BBC Mundo tuvo acceso, el «rápido control» de la pandemia en el país «facilitó la definición del regreso a las aulas».
Desde que el nuevo coronavirus llegó al país, el 13 de marzo, hasta el 28 de julio se han registrado 1.218 casos positivos de covid-19 y 35 muertos, según datos del gobierno.
De acuerdo con el informe «Seguimiento del retorno a las clases presenciales en escuelas en Uruguay» de la oficina local de Unicef que se publicará en agosto y al cual BBC Mundo tuvo acceso, el «rápido control» de la pandemia en el país «facilitó la definición del regreso a las aulas».
Desde que el nuevo coronavirus llegó al país, el 13 de marzo, hasta el 28 de julio se han registrado 1.218 casos positivos de covid-19 y 35 muertos, según datos del gobierno.
Unicef concuerda con el análisis e incluso asegura que el regreso temprano a las aulas uruguayas se basa en este periodo de virtualidad, puesto que permitió «sostener el componente educativo y el vínculo de los estudiantes con los docentes y la comunidad educativa».
Según Leandro Folgar, presidente de Plan Ceibal, su plataforma CREA se convirtió en el centro de las clases virtuales tanto en la educación pública como en 80% de los centros privados del país, a los cuales se les permitió un acceso gratuito a la herramienta.
«Pasamos de tener 90.000 usuarios activos en el pico más alto de 2019 a 730.000 usuarios activos este año«, dice a BBC Mundo.
«Fue una curva de aprendizaje muy empinada en un periodo muy corto de tiempo», reconoce Folgar, quien, como el resto de las autoridades del gobierno uruguayo, no llevaba ni dos semanas en el cargo cuando el coronavirus llegó al país.
Pero como destacan Folgar y el informe de Unicef, si algo enseña la experiencia de Uruguay es el carácter cambiante de la situación.
Lento y en etapas
Spires escribió en The Conversation que una de las claves de un regreso exitoso a las aulas está en que el proceso sea «lento y en etapas».
En este punto, Spires dio a Uruguay el puntaje máximo: «A».
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Final de la publicación de Youtube número de BBC News Mundo
El retorno escalonado a clases comenzó el 22 de abril con la apertura de las escuelas rurales, que son las que tienen menor cantidad de estudiantes.
«Luego de esta primera etapa, que ofició como piloto para el retorno generalizado, se definieron tres etapas (empezando el 1 de junio), con una diferencia de 15 días entre ellas, en las cuales gradualmente fueron retornando todos los niveles de la educación, excepto la universidad», dice el informe de Unicef.
Y agrega: «En todos los casos europeos, el escalonamiento de la vuelta a clases se ha programado por niveles educativos, lo cual es una diferencia con Uruguay«.
Como explica Pérez Alfaro, la estrategia uruguaya «se construyó sobre tres gradualidades»: «Una regional, iniciando por el interior (afuera de la capital) donde existió menor difusión de casos de covid-19; otra de vulnerabilidad, donde se privilegiaron las zonas de contexto crítico; y la última, pedagógica, que privilegió la conclusión de ciclos».
De carácter voluntario
Así como en Uruguay la cuarentena nunca llegó a ser obligatoria, concurrir a clases tampoco lo es.
«La asistencia es voluntaria porque tiene que quedar liberado a que la familia se sienta lo suficientemente segura o no de mandar a sus hijos a un centro educativo«, explica Folgar.
El presidente de Plan Ceibal agrega que en este tiempo han constatado que los motivos de las familias son «muy diversos»: «Algunos no mandan a los hijos por no confiar o por miedo, otros porque no tienen cómo organizarse para llevarlos y traerlos, por ejemplo».
En contraste, Spires explicó que en Suecia, donde las escuelas nunca cerraron y la asistencia siguió siendo obligatoria, el gobierno hasta «amenazó con castigar a los padres que no enviaran a sus hijos».
De acuerdo con Unicef, en Uruguay «la voluntariedad para asistir a los centros parece haber amortiguado los temores y habilitado un período de adaptación que permitió a las familias ir ganando confianza«.
A mediados de julio, en el primer balance del retorno a escuelas, el gobierno anunció que más del 70% de los estudiantes de educación media retornaron a las aulas, mientras que en educación primaria fue del 63% y en las rurales, de más del 60%.
El porcentaje restante de los alumnos siguieron con la modalidad virtual. Pero no son los únicos.
Regreso parcial y protocolos de sanidad
Al igual que sucede en Japón, otro caso exitoso según Spires, las clases presenciales en Uruguay no volvieron todos los días ni durante todo el horario habitual.
«Lo que tenemos hoy en día es un ecosistema de semipresencialidades muy diverso», dice Folgar.
Los protocolos vigentes, acordados entre las autoridades de la educación y sanitarias más los docentes, indican que las jornadas no pueden extenderse por más de 4 horas diarias, por ejemplo.
A su vez, cuando los salones no permiten los 2 metros de distancia social, los compañeros de clase son divididos en dos grupos: unos concurren lunes y martes, por ejemplo, y otros jueves y viernes.
Además, los recreos son escalonados y sin juegos que habiliten el contacto físico.
Respecto a la sanidad en particular, los salones se higienizan, desinfectan y ventilan después de cada jornada, pero la toma de temperatura a los alumnos quedó librado a la voluntad de cada centro.
Los tapabocas, por su parte, son obligatorios, una costumbre que se ha extendido en la sociedad uruguaya a pesar de tampoco estar reglamentado.
Tal es así que, en el artículo de Spires, Uruguay comparte con Japón la calificación «A» en las categorías de uso de mascarillas e implementación de distancia social en los centros educativos y en la comunidad.
Escuchar para actuar
Además de las tres «A» ya mencionadas, Spires calificó a Uruguay con dos «B»: una en la categoría «decisiones basadas en datos actualizados» y otra en «comunicación oportuna con el público y los padres».
Reapertura lenta y en etapas
Mascarillas y distancia social en las escuelas
Mascarillas y distancia social en la comunidad
Decisiones basadas en datos actualizados
Comunicación oportuna con el público y los padres
Suecia
F
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Israel
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Japón
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Uruguay
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Fuente: Robert Spires, The Conversation
Y, sin embargo, al preguntarle a Folgar qué recomendaría a otras autoridades educativas, dice que hay que «escuchar muchísimo» tanto a docentes como a estudiantes y familias.
«Cada vez que evolucionamos un paso con respecto a la gestión de la pandemia y queremos volver un poco a la normalidad, les estamos cambiando las condiciones», explica.
Además, dice, es importante estar atentos a lo que pasa en otros lugares del mundo para aprender y actuar.
Según Unicef, la próxima etapa de la presencialidad «prioriza un diagnóstico del estado de situación mediante encuestas a docentes y estudiantes«, además de una prueba de conocimientos a los alumnos.
En base a esta experiencia empírica se decidirá «si se extiende el calendario anual o si se alteran las vacaciones previstas, cuestiones todas que implican tensiones con los trabajadores del sistema educativo, así como con las familias».
Pero el proceso de reapertura no se termina ahí.
«El gran desafío que tenemos por delante es no confundir una buena respuesta de emergencia con un modelo educativo funcional«, asegura Folgar.
«Que Uruguay haya reabierto los centros educativos no quiere decir que se parezcan en nada a lo que eran antes de la pandemia», dice, reconociendo que «es mucho mejor que estar encerrados en casa», pero que está lejos de su potencial real.
Además, para Folgar, la pandemia ofreció una ventana a un cambio todavía mayor.
«Lo cierto es que el mundo cambió para todos y la concepción que cada uno tenía de la tecnología y su aporte en la educación también cambió«, dice.
Para cuando termine el año, «cualquier docente va a tener una aproximación pedagógica distinta a la que tenía antes. Tenemos que tomar esas experiencias para poder continuar hacia adelante tratando de mejorar nuestro sistema educativo».
En palabras de una inspectora anónima citada en el informe de Unicef: «Lo peor que nos puede pasar es que en la virtualidad nos olvidemos de lo que extrañamos de la presencialidad y en la presencialidad, de las conquistas de la virtualidad«.
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