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México: La desafortunada idea de que cualquier Profesionista puede ser Docente

México/17 abril 2016/AutorClaudio Escobedo. Educación Futura. Fuente: Insurgencia Magisterial

Hace algunos días la SEP hizo el anuncio de que, por fin, se terminaba el monopolio de las escuelas normales y que cualquiera que tenga una licenciatura distinta a la docencia podrá concursar por una plaza de maestro. Una decisión que a todas luces tiene una alta dosis de irresponsabilidad política, y un escaso conocimiento sobre los procesos de construcción de los aprendizajes de los estudiantes.

Lo absurdo de muchas de las decisiones de la Reforma Educativa Mexicana ya no extraña a nadie medianamente pensante. Las pifias y errores de las personas que dirigen los destinos de la educación de nuestro país ya no generan sorpresa. Pero lo que realmente preocupa es que este cúmulo de errores va dejando sedimentos de influencia y muchos integrantes de la sociedad sucumben seducidos ante el anuncio, avalando con ello también el error que se avecina: error más error genera más error sin duda.

Efectivamente, todos sabemos perfectamente sobre la gran crisis que vive el Sistema Educativo Mexicano y el bajo nivel académico de los más de 24 millones de estudiantes que lo integran. Es una realidad que es imposible soslayar y esconder. Sin embargo y por enésima vez el gobierno se va a lo fácil, a lo inmediato, a decisiones rápidas y poco pensadas que desafortunadamente nos conducirán a un nuevo error y al estancamiento.

Para Nuño y compañía, la causa fundamental de este bajo rendimiento educativo son los docentes. Los maestros normalistas no dan el ancho, lo que obliga a traer al escenario de la enseñanza a otros profesionistas que puedan hacer correctamente la chamba, no faltaba más. Para ellos no hay variable más determinante en el acto educativo que la función del maestro. Los problemas sociales no son determinantes, por eso es indispensable traer rápido a “los mejores” de donde sea, su perfil no importa, el fin justifica los medios.

A esta gente poco importa lo que dice el conocimiento teórico pedagógico y la experiencia educativa del extranjero; en su ecuación no hay lugar para el análisis, la confrontación de ideas, el análisis de datos, la investigación. Su pragmatismo y sus proyecciones políticas, además de su debilidad por las cuentas alegres y rápidas, los incitan a tomar decisiones fuera de toda lógica racional.

finlandiaCon lo aberrante de sus decisiones despedazan de un tajo las extraordinarias experiencias educativas de Finlandia, Singapur y Hong Kong, países que en las tres últimas evaluaciones internacionales de PISA lograron el privilegio de ser los sistemas educativos de élite a escala mundial, de acuerdo al informe Mckinsey.

Lo lamentable es que esta supremacía educativa no es vista por la miopía de la clase política que dirige nuestra nación, que afanosamente quiere sepultar lo más rápido posible el histórico normalismo mexicano. Su limitada perspectiva dificulta a nuestras autoridades poder darse cuenta que en estas naciones se privilegia la carrera docente, de hecho es una política de estado estratégica, la cual está especializada en la formación de maestros. Para ellos el acto de enseñar es una ciencia y como tal requiere de una constelación de constructos metodológicos y teóricos que deben asimilar los futuros profesores.

En estos países para ser docente se requiere transitar meticulosa y arduamente un trayecto disciplinario de conocimiento pedagógico y de práctica en las escuelas, donde los aspirantes van compilando aprendizajes especializados y metodologías para desarrollar habilidades, destrezas y conocimientos psicopedagógicos que utilizaran al momento de enseñar a sus alumnos a construir el aprendizaje: de allí la importancia que tiene su expediente académico sobresaliente.

Por eso sería un craso error del gobierno mexicano y la SEP cerrar gradualmente las escuelas normales y abrir a cualquier profesionista la trascendente tarea de la docencia, dos acciones que van en contra de lo que están haciendo las naciones exitosas en el tema educativo. No podemos aspirar a lograr avances significativos en la calidad educativa si vamos transitando por coordenadas equivocadas.

Es cierto que el normalismo vive una grave crisis en la formación de maestros, pero eliminarlo sería un terrible desacierto que se estaría cometiendo. Aún y con sus dificultades y limitaciones es lo más cercano a lo que hace la carrera docente en los países educativamente exitosos, de allí la relevancia de refundar el normalismo y oxigenarlo con las aportaciones que pueden realizar la experiencia y el conocimiento pedagógico de los maestros valiosos que tenemos en el país.
Por eso es necesario conservar las escuelas normales. Bien o mal son los centros donde se intenta especializar a los futuros maestros, instituciones que deberán sufrir cambios, de eso no hay duda, pero su función es la guía de su cambio. Es vital que no desaparezcan, de lo contrario estaríamos destruyendo una verdadera opción ya probada hacia el desarrollo educativo tan necesario para nuestra sociedad.

Sin embargo, si la lógica inmediatista y llena de yerros de la política educativa del Estado mexicano se impone una vez más como la está haciendo con la Reforma Educativa, será necesario que avisen para empezar a repasar guías de estudio y de esta manera llegar también a ser doctor, psicólogo, abogado y de otras especialidades del saber humano, al fin y al cabo parece ser que para nuestras autoridades el conocimiento especializado en propiciar el aprendizaje no tiene valor y cualquiera lo puede ejercer con un mínimo de conocimientos, o al menos, ese es el mensaje que nos están enviando con esta desafortunada idea.

Profesor de Nivel Primaria, con 18 años de servicio frente a grupo. Actualmente se desempeña como docente en la Escuela Primaria “Año de las Américas” T. M. en Fracc. Latinoamericano de Torreón y en la Escuela Primaria “Lázaro Cárdenas del Río” T.V. en Ejido San Miguel, Matamoros, ambas en Coahuila.

Fuente Original de la Noticia: 

La desafortunada idea de que cualquier profesionista puede ser docente

Fotografía: normalexperimental

Fuente donde fue captada la noticia:

La desafortunada idea de que cualquier profesionista puede ser docente

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9 Ideas clave para transformar la formación permanente del profesorado

José Cuerva Moreno

Vivimos en una sociedad de la información con conocimientos múltiples e inciertos y en constante cambio. Ya no existen verdades absolutas y conocimientos duraderos, como dice Zygmunt Bauman, sociólogo y filósofo creador del concepto de modernidad líquida,  “vivimos en tiempos de acelerados cambios socioculturales provocados en parte por el impacto transformador de las tecnologías digitales. Son tiempos líquidos y la educación requiere nuevos modelos para construir una identidad digital como sujetos con capacidad de sobrevivir y surfear en estas aguas turbulentas.”

Los estudiantes que llegan hoy día a nuestras aulas son diferentes, quieren usar la tecnología de su tiempo y no les satisface una educación que no se relaciona bien con el mundo real en el que viven. Necesitan nuevos objetivos y nuevas estrategias pedagógicas. Para ellos, es cada vez menos eficaz la pedagogía consistente en explicaciones de contenidos que después hay que reproducir en exámenes. Los profesores tienen que mejorar y adaptar su pedagogía; la tecnología, usada de forma inteligente, puede ayudar a hacer esa transformación que conecte el aprendizaje de los estudiantes a su nueva realidad y que sea atractivo y útil para su futuro.

Para atender las necesidades de formación del profesorado que la sociedad demanda es necesario redefinir la profesión docente para el siglo XXI: impulsar un cambio metodológico y orientar a los docentes hacia el desarrollo y evaluación de las competencias básicas de sus alumnos: el alumno como centro de su labor docente. Los informes internacionales coinciden en destacar la importancia de disponer de profesores bien formados para mejorar la calidad educativa, para ello, es necesario disponer de un sistema eficaz de formación docente y de crear los incentivos para el desarrollo profesional y para llevar a cabo una constante labor de innovación educativa.

Para afrontar el reto de transformar la formación del profesorado deberíamos responder a las siguientes preguntas: ¿para qué la formación continua del profesorado? ¿en qué competencias? ¿Cómo llevarla a cabo?

La respuesta a la primera pregunta es que la formación docente debe contribuir a que los ciudadanos del futuro sean buenos intérpretes de un entorno en cambio continuo y puedan crear, debatir, construir y corresponsabilizarse de la sociedad en la que viven.  Esto conlleva aprender a educar en dicho entorno cambiante desarrollando las competencias de los alumnos, innovando y creando en el aula , en suma transformando el entorno de aprendizaje, el centro educativo, a la par que cambia nuestro entorno social.

El primer reto que hay que afrontar es la elaboración de un marco de competencias profesionales docentes, que incluya la competencia digital docente, que oriente  la formación de los profesores para el desarrollo de esta renovada y cambiante tarea educativa.

La prioridad es reflexionar sobre la calidad y eficacia de las actividades formativas, en sus diferentes modalidades, que estamos ofreciendo a los profesores con el objetivo de cambiar su diseño metodológico y asegurar su impacto en el aula. Para ello, se presentan a continuación 9 ideas clave:

1. Los contenidos de las actividades formativas deben de ser una herramienta para aprender y no una finalidad en sí mismos. Una de las propuestas de la Comisión Europea sobre las competencias profesionales docentes se refiere al conocimiento de la materia impartida y su didáctica, lo que implica un profundo conocimiento de su contenido y de su estructura. Es evidente que los contenidos no son suficientes si no llevan asociados un plan de actividades, que lleven a un trabajo final de aplicación directa de los contenidos aprendidos en el aula. Es decir, deben desarrollar las competencias profesionales docentes, que son combinaciones complejas de conocimientos, habilidades, perspectivas, valores y actitudes;  que ayudan a realizar las tareas de la función docente de forma efectiva, alcanzando los resultados deseados; y eficiente , optimizando recursos y esfuerzos.

2. Las actividades formativas deben facilitar a los profesores el desarrollo y evaluación de las competencias clave de los alumnos. La recomendación 2006/962/EC, del Parlamento Europeo y del Consejo, de 18 de diciembre de 2006 considera que “las competencias clave son aquellas que todas las personas precisan para su realización y desarrollo personal, así como para la ciudadanía activa, la inclusión social y el empleo.

3. No menos importante es la integración de los medios digitales en las actividades formativas, asegurando así el desarrollo de la competencia digital docente del profesorado. Estamos inmersos en una sociedad digital, por tanto esta competencia docente es ya una exigencia.

4. Las actividades formativas deben facilitar la creación de comunidades de práctica para que los profesores colaboren y trabajen juntos. No podemos seguir orientando las actividades formativas al profesor individual, hay que ampliar el objetivo a equipos de profesores para que se generen proyectos de innovación educativa en los centros y exista un movimiento transformador.

5. Otra inquietud tiene que ver con las modalidades de las actividades formativas. Hasta ahora las modalidades de formación han sido: cursos presenciales, cursos en línea, seminarios y proyectos de formación en centros, las dos primeras modalidades se han centrado más en la formación individual del profesor y los seminarios y proyectos de formación los hacen grupos de profesores del mismo centro educativo. Para desarrollar la competencia digital de los docentes, facilitar la creación de comunidades virtuales de práctica y la creación de recursos educativos abiertos, es necesario incluir nuevas modalidades de formación.

6. Todos las modalidades de formación deben tener una parte en línea y todos los cursos en línea una parte presencial. Los cursos semipresenciales son una modalidad de formación donde al menos un 30% de la actividad se desarrolla en un espacio virtual, esta modalidad permite la metodología “Flipped Clasroom” para que los profesores trabajen en la parte presencial el plan de actividades, facilitadas por el ponente, con los contenidos alojados en un espacio virtual. Los seminarios y los proyectos de formación para la innovación en los centros educativos también deberían disponer de un espacio virtual propio.

7. Las actividades de aprendizaje social en red, los entornos de aprendizaje personal (PLE) y los cursos masivos abiertos en línea (MOOC) son modalidades de formación en las que deben participar los profesores, porque ofrecen posibilidades novedosas de formación, colaboración y desarrollo profesional, asociadas a la puesta en común de experiencias y recursos educativos mediante el uso de las plataformas digitales que lo faciliten. Es necesario aprender a trabajar en nuevos espacios virtuales y saber manejar las redes sociales como potente herramienta de comunicación y colaboración.

8. Hay que introducir cambios en los modelos educativos vigentes para mejorar. Si no hay preguntas y crítica sobre lo que se viene haciendo, no existirá cambio, ni mejora y mucho menos innovación. La innovación tiene que ser sistémica: poco pero todos. La innovación surge cuando hay una necesidad y profesores que aceptan el reto de cambiar las cosas, no es una actividad puntual sino un proceso que afecta a todos. Innovar en educación es situar al alumno como protagonista. Aprendizaje centrado en el alumno, aprendizaje auténtico y aprendizaje personalizado.

9. Si queremos innovar cambiando el rol del profesor con un modelo de enseñanza centrado en el alumno y utilizando metodologías activas para el desarrollo de las competencias clave, necesitamos nuevos recursos educativos más innovadores que permitan la personalización del aprendizaje. Tenemos que ofrecer al profesor estos recursos educativos innovadores que les permita transformar  su centro educativo.

Fuente del articulo:http://educacionabierta.org/9-ideas-clave-para-transformar-la-formacion-permanente-del-profesorado/

Fuente de la imagen:http://educacionabierta.org/wp-content/uploads/bfi_thumb/Teacher_2-312gkjfkgvdecdakwzslq8.jpg

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La profesión docente: ¿por qué no atrae a los mejores?

Todos guardamos el recuerdo de algún maestro especial. Ese que nos ayudó a darles una mirada distinta a las matemáticas, el que nos hablaba de héroes y batallas, el que nos narraba cuentos fabulosos, el que nos dio una lección que aún guardamos con aprecio. Últimamente me pasa que cada vez que toco este tema con algún colega o amigo es inevitable que surja un comentario del tipo: “qué lastima que ya no haya profesores así”. Frente a lo cual trato siempre de argumentar que aún hay profesores maravillosos, maestros en su oficio y comprometidos con su misión. Mi trabajo me permite verlos de vez en cuando. Aunque, lamentablemente, no son tantos como quisiéramos. Y no es difícil comprender por qué. Hay que ser una especie de héroe moderno para abrazar la profesión docente y ejercerla de manera comprometida. Y así, llegamos a preguntarnos por las condiciones laborales de los docentes.

Este no es un tema nuevo pero, según parece, requiere mayor debate. Démosle una nueva mirada. El informe de la Fundación Compartir ya estableció claramente, con datos de la Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH) 2011, que los salarios mensuales de los docentes están por debajo de los que se obtienen en ocupaciones profesionales comparables. Pues bien, ¿cuáles son esas ocupaciones profesionales comparables y cuánto se gana en cada una de ellas? ¿Qué tanto ha cambiado esto en los últimos años?

Vayamos a la misma fuente de datos, la GEIH, y su antecedente, la Encuesta Continua de Hogares (ECH). Esto nos permite ampliar el periodo de análisis, desde el 2001. Aprovechamos la ocasión también para actualizar los resultados hasta el 2014. El siguiente gráfico habla más que mil palabras.

Primero una digresión técnica. Vale la pena anotar que aquí medimos sólo los ingresos laborales monetarios mensuales de la ocupación principal. No tomamos en cuenta ingresos no monetarios ni primas extraordinarias, como hace el estudio de la Fundación Compartir. Los resultados cambian muy poco al tomar en cuenta esto. Véase este otro estudio para distintas mediciones de ingresos laborales por hora, mensuales y anuales de los profesores y otros profesionales con características comparables.

Vamos, ahora sí, al mensaje central. La docencia está entre las ocupaciones profesionales de menor remuneración en Colombia. Esto ha sido así desde hace varios años y todo parece indicar que no va a cambiar en el mediano plazo. Entonces podemos preguntarnos, en estas condiciones, ¿quiénes son los que eligen estudiar para ser docente? Barón y Bonilla ya nos dijeron en el 2011 que los mejores estudiantes de las pruebas SABER 11 no se gradúan de los programas de pedagogía (las licenciaturas). Este artículo provee algunas luces más recientes sobre lo mismo.

Pese a ello, con una dosis de optimismo, uno podría preguntarse ¿mejoran las habilidades de los estudiantes de docencia durante sus estudios universitarios? La respuesta, que se discute en detalle en este artículo que escribí con mi colega Felipe Balcazar, es no. Por el contrario, sus habilidades matemáticas y lectoras se deterioran en términos relativos. No estamos llevando a los mejores a las aulas de nuestros niños. El siguiente gráfico ilustra la situación.

La mejora del sistema educativo requiere de una mejora del cuerpo docente. Es necesario mejorar las condiciones de los docentes actuales y de esta manera incentivar a jóvenes talentosos para que consideren ser maestros en el futuro. Para atraer a estos jóvenes es necesario ofrecerles una carrera docente digna, atractiva y motivada por meritocracia. Como decíamos en esta entrada, una solución integral es compleja y requiere acciones en diversos frentes y en diversos horizontes temporales. Sin embargo, algo queda claro: manteniendo el status quo, de bajos salarios sin meritocracia, es poco probable que algo cambie en la profesión docente.

Este artículo es para que todos pensemos como sociedad en cómo podemos hacer para que haya más buenos maestros. Estos escasean y los que quedan, como digo, son una especie de héroes modernos. Existen contra todo pronóstico y por verdadera vocación porque los incentivos son prácticamente inexistentes.

¿Y tú? ¿Cómo crees que podemos cambiar la profesión?

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Peru: 7 de cada 10 padres no quieren que sus hijos estudien educación.

www.diariocorreo.pe/17-04-2016/texto y foto por: Nelly Hancco

El especialista del Ministerio de Educación (Minedu) que llegó a Arequipa, David Aquino, informó que de acuerdo a los resultados de la Encuesta Nacional de Docentes (ENDO) 2014, al menos 7 de cada 10 padres de familia no querían que sus hijos estudien educación.

En opinión de Aquino, ello demuestra que la carrera para ser docente es mal vista o está deteriorada.

Para revertir la situación, Aquino manifestó que el Minedu trabaja en 4 políticas y una de ellas es precisamente revalorizar la carrera docente.

Como parte de este trabajo, 43 profesores, 3 de ellos de Arequipa se encuentran en Chile estudiando una especialización en Pedagogía, luego de que ganaran el concurso de Buenas Prácticas.

 El Estado cubre los gastos de alimentación y estadía. Parte de esta revalorización serían los ascensos a la segunda escala de la Carrera Pública Magisterial.

Las otras 3 políticas en las que se interviene son: infraestructura de los colegios, calidad de enseñanza y modernización de gestión.

ENDEUDADOS. Otro resultado que reveló la encuesta del 2014, porque los resultados del año 2015 aún se desconocen, es que los maestros se encuentran sobreendeudados. Es por ello que el 55% que enseña en colegios públicos, especialmente varones, contaba con un segundo trabajo.

Aquino señaló que a fines de este año se volverá a realizar la encuesta para conocer la realidad de los maestros tanto del sector público como privado. Ello determinará la priorización de proyectos.

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¿Es un matriarcado la enseñanza en Europa?

Europa/España/Abril 2016/Autor: Salvador Aragonés/ Fuente: diaridetarragona.com

Las cifras sobre la enseñanza que se conocen en Europa, sacadas de estudios privados y de la propia Unión Europea, en que la red especializada en educación, Eurydice, señalan que las enseñanzas obligatorias, primaria y secundaria, hasta los 16 años, está impartida muy mayoritariamente por mujeres.

Las proporciones son muy altas en el caso de la enseñanza primaria (hasta los 12 años), donde las mujeres suponen un 83,2 por ciento de todos los docentes, mientras que los hombres son un 16,8 por ciento. En secundaria, primer y segundo ciclos, la proporción es de 61,5 por ciento (mujeres) y 38,5 por ciento (hombres). Y esto no digamos en la enseñanza infantil y preescolar, donde la presencia de hombres es una anécdota casi. Como media, según concluye el informe Eurydice (http://eacea.ec.europa.eu/education/eurydice/key_data_en.php), un tercio de los docentes son hombres y los dos tercios son mujeres en las enseñanzas primaria y media.

Por otro lado, en la enseñanza superior o universitaria, la distribución de estudiantes universitarios por sexo, según las mismas fuentes, en el curso 2013-2014, el 54,4% de los estudiantes universitarios son mujeres, sin embargo este porcentaje sube entre la población egresada (titulada) en que un 57,3 por ciento de los que consiguen graduarse son mujeres, pues entre los hombres se observan más abandonos de las aulas antes de terminar los estudios.

¿Tiene que ver la distribución por sexo de los docentes en las enseñanzas primaria y secundaria, con los resultados universitarios? ¿Por qué en Europa las mujeres se autoexigen más y llegan más al final de los estudios? Este es un estudio que no se ha hecho, o no se ha hecho en profundidad. Lo cierto es que a los niños varones y a los adolescentes sienten tener una exigencia menor.

Tibor Navracsics, comisario de Educación, Cultura, Juventud y Deporte de la Unión Europea, presentó los retos de la enseñanza en Europa de cara al año 2020, afirma que «el profesorado juega un papel crucial en la vida del alumnado, ya que le sirve de guía para lograr sus objetivos y modela sus percepciones. Ese es el motivo por el que ‘Educación y Formación 2020’, que es una estrategia europea en el ámbito de la educación y formación, presta especial atención al papel del profesorado, desde su elección, formación inicial y desarrollo profesional continuo, a sus oportunidades profesionales».

Luego, si juega «un papel crucial», hay que señalar que en la enseñanza hasta los 12 años está impartida por mujeres, y por tanto el rol femenino domina en la vida del alumnado a esas edades. ¿Es esto bueno o malo? No hay estudios suficientes para poder llegar a conclusiones precisas. Por otro lado, entre los hombres no es atractiva la enseñanza a esos niveles –especialmente en primaria– y se vuelcan más en la enseñanza media y universitaria.

El mismo informe Eurydice señala que cerca del 90 por ciento de la profesión docente está contenta con su entorno escolar y con su profesión, pero más del 80 por ciento considera que su profesión es poco valorada por la sociedad, que se les tiene en poco. Por ello, Europa ha iniciado una campaña de concienciación en la sociedad para hacia una mayor valorización social del profesorado.

En realidad esto choca con el hecho de que en casi todos los países de la UE la profesión docente es tratada como cualquier profesión universitaria. Un hecho claro es que en muchos países (sobre todo los latinos) los profesores son funcionarios públicos en su gran mayoría con pocas expectativas de mejorar su sueldo, a medida que avanzan en su ejercicio.

Los países nórdicos tienen bajos sueldos al principio de su profesión docente, pero los incrementan bastante con los años de servicio, y no así en los países del sur donde prevalece un sentimiento de una cierta frustración por cuanto hay poca diferencia salarial entre un profesor con 2 años de antigüedad y el que lleva 20 años, y tampoco hay diferencia entre un profesor bien calificado con uno que no lo está tanto. Faltan estímulos. Prevalece el igualitarismo el cual no fomenta estímulos para mejorar o para generar ilusión de futuro.

Fuente de la noticia: http://www.diaridetarragona.com/opinio/tribuna/59526/%C2%BFes-un-matriarcado-la-ensenanza-en-europar

Fuente de la imagen: http://www.diaridetarragona.com/uploads/9656f90477a0b86.jpg

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Las manzanas podridas de la revista Time

Por: Luis Bonilla Molina |  | Aporrea

En OLDBOY la novela gráfica1 de Garon Tsuchiya (1947-) y Nobuaki Minegishi (2), su personaje central Joe Doucett es secuestrado durante 10 años y retenido en el piso siete y medio. Su único contacto con el exterior son sus carceleros y un destartalado televisor. Un día es liberado y despierta en el mundo real, una década después de su aislamiento.

Como Doucett a veces nos auto encerramos en una burbuja y creemos que nuestra realidad, es la del resto de habitantes del planeta. Al contrario, de lo que ha ocurrido en Venezuela, los sistemas educativos del mundo han vivido en el último décimo y medio de siglo, la mayor ofensiva conocida contra la educación como derecho humano fundamental. Para comprenderlo mejor necesitamos hacer un poco de memoria histórica.

Educación para todos y todas

La educación para todos y todas es en gran medida un aporte de la revolución bolchevique (1917) a la sociedad mundial. La revolución liderada por Lenin (1870-1924) y Trotski (1879-1940) le demostró al mundo que con voluntad política y compromiso social de un gobierno, se podría llevar -como lo hicieron con Rusia- a un país prácticamente sin escuelas, a ser una nación con expansión permanente de la matrícula y cobertura para todos y todas, independientemente del origen social de su población.

Una vez finalizada la segunda guerra mundial, la educación se convirtió en la bandera y la esperanza de la humanidad para evitar otra conflagración mundial. El éxito soviético en la materia se redimensionó. En consecuencia, en la arquitectura institucional derivada de Bretton Woods (1944) -especialmente la recién creada UNESCO (1945)- acoge este clamor y comienza a trabajar en construir consensos entre los Estados nacionales para masificar la educación, eso sí, conforme al nuevo modelo productivo industrial, que a partir de ese momento tiene como eje los EEUU. El discurso oficial al respecto está referido al hecho que la educación constituye el camino para garantizar la paz mundial.

Rápidamente el capital trasnacional y las burguesías nacionales se dan cuenta de las implicaciones financieras y presupuestarias de esta orientación, considerando a la educación para todos y todas como un coste y no como una inversión social. A partir de ese momento -casi desde los propios orígenes de la UNESCO- el capital inicia una ofensiva planetaria para frenar este logro de la humanidad. Esta acometida tiene múltiples aristas, de las cuales en este artículo destacaremos sólo siete (7) de ellas, aparentemente aisladas pero que forman parte de un mismo corpus de elitización de la educación y subordinación a los intereses del mercado.

  1. La despedagogización de la educación

La primera de ellas, la despedagogización de la educación. La pedagogía con cada uno de sus componentes y elementos posibilita una interpretación de la totalidad educativa como hecho político, desde la especificidad concreta del aula y sus interrelaciones con la realidad social histórica. En este sentido, la educación adquiere una potencia revolucionaria pues no solo tiene una epistemología que vincula lo local con lo global como totalidad sistémica, sino que entiende la dialéctica entre contexto, centros educativos y transformación de la realidad. Esto convierte a la pedagogía en una profesión subversiva para el capitalismo de la postguerra y más aún en su etapa neoliberal. La pedagogía es contraria a la premisa de fragmentación de la realidad y la acción de sumisión que demanda el modo de producción capitalista, especialmente desde Bretton Woods.

Para el capitalismo del llamado nuevo orden mundial, era evidente que tenían que actuar en consecuencia y ello implicaba romper la pedagogía como profesión con perspectiva transdiciplinaria y convergente. Para ello desarrollaron la estrategia desarticuladora de las “modas educativas”.

A partir de los años 50 del siglo pasado, progresivamente se comienza a dejar de hablar de pedagogía como totalidad sistémica y esta se sustituyó -en marcos temporales concretos- por énfasis en uno u otro de sus componentes. Así vivimos la moda del didactismo que enfatizó en enseñar técnicas de enseñanza. La didáctica, uno de los componentes de la pedagogía se desmembró de su árbol de conexión para convertirla en simple tecnología de uso. La perspectiva taylorista hace ver el aula como un taller de ensamblaje en el cuál al maestro le corresponde “fijar” contenidos en la mente de sus estudiantes. La justificación conceptual de esta orientación es que la didáctica constituye la esencia del acto educativo. Paradójicamente, la mayoría de los Ministerios de Educación de la región, gobernados en ese entonces por gestores obedientes al nuevo orden imperante no crearon direcciones de didácticas en su estructura, pero tampoco de Pedagogía. Era evidente que esa era una operación política para romper con la centralidad pedagógica, encubierta con buenos cursos de tecnología de la enseñanza.

Esta moda tuvo corta duración, pues muchos docentes comprometidos con su trabajo y norte teleológico, no solo “transferían” conocimientos sino que promovían reflexión y pensamiento crítico en el aula a través de “materias” que eran más o menos comunes en la época, como historia de América, historias nacionales o formación ciudadana.

Los muchachos seguían pensando mucho y el foco de la rebeldía en los sesenta estaba en buena medida en las aulas. Parafraseando el refrán popular venezolano diríamos que al capitalismo “se le escaparon las cabras del corral”. Para la lógica de los capitalistas, eso había que cambiarlo sin perder la ruta de la desarticulación de la Pedagogía. En el imaginario colectivo esta época se conserva como el periodo en el cual los maestros mejor sabían enseñar.

Vino la época de oro de la planeación –por cierto heredada de la planificación soviética que el capitalismo intentaba domesticar para los fines del libre mercado- con la creación del ILPES3 (1962- ) y la moda fue entonces la planeación. Se organizaron cursos, talleres y programas de formación en servicio, no sólo del propio organismo de planificación sino también por parte de la OEA4, que posteriormente replicarían la CRESALC5 y las oficinas regionales y nacionales asociadas a UNESCO. Fue la época de esplendor de instituciones como el CIER6 o el Mácaro7 que además servían de anfitriones a educadores de los países de la región.

La didáctica dejó de ser el centro y el énfasis fue la planificación en formación: (a) de los equipos de planificación de los Ministerios de Educación, (b) de supervisores centradas en el cumplimiento de metas y la fundamentación de requerimientos o necesidades de los sistemas educativos y, (c) de directivos de los centros escolares para desarrollar las estrategias asociadas a las metas. Aunque inicialmente separadas la moda de la planeación se asocio en un segundo momento a la moda de la formación de supervisores y directivos escolares. La pedagogía comenzaba a verse difusa, confundida con didáctica o planificación de la actividad educativa. Conceptualmente se justificaba, señalando ahora que la planeación era el centro de la actividad educativa y hacia converger a todos y cada uno de los componentes de la “vieja” Pedagogía. En el imaginario colectivo esta época se conserva como el periodo en el cual los sistemas escolares contaban con buenos directores.

Agotada la moda de los objetivos concatenados con metas y resultados, se generó el desarrollo de la moda por los materiales instruccionales que posibilitaron el desarrollo de una poderosa industria cultural escolar de los contenidos y los negocios de tecnología para el aula florecieron. El foco de la mirada parcial, que desvaloraba la pedagogía como esfuerzo interpretativo global, era ahora cercano al aula. La pedagogía comenzaba a ser un rompecabezas roto, cuyo lenguaje de armado parecía heredado de la Torre de Babel.

Luego vino la moda de la evaluación, derivada de los resultados que mostraban las estadísticas de prosecución y deserción escolar en los sistemas educativos nacionales. La culpa no fue de la desarticulación de la pedagogía ni de la precaria inversión pública para alcanzar las metas educativas, ni del impacto de la creciente incorporación femenina en el mundo del trabajo con horarios prolongados que la obligaban a estar todo el día fuera del hogar, sino de la evaluación. El debate fue entonces la dicotomía expresada entre evaluación cualitativa versus evaluación cuantitativa. Esta moda coincidió con el emerger de corrientes de izquierda que comenzaron a criticar y a hegemonizar el discurso respecto a las ciencias, el método científico y lo cuantitativo. Se creó a mi juicio, una falsa dicotomía entre quantum y cualidades singulares.

En otro artículo espero poder desarrollar los riesgos del discurso anticientífico en la escuela como obstáculo real al desarrollo de una ciencia al servicio de los más pobres y de los explotados, pero eso -aunque relacionado- en este momento es “harina de otro costal”.

Como de costumbre, desde el poder se genera una apropiación de ideas y resemantización de su orientación, respecto a lo que de manera progresista surge desde la izquierda. Así la evaluación cualitativa emerge como progresista y las ponderaciones numéricas como retrogradas; nos sumergimos en un debate en el que –a mi juicio- perdimos la noción de integralidad y cada quien se atrinchero en posiciones irreconciliables.

La moda de la evaluación cualitativa vino acompañada de varios elementos sobre los cuales me referiré en otros artículos, y que llevados a sus últimas consecuencias se expresaron así: (a) el aprendizaje no depende de nadie, es una construcción social de cada individuo –entonces para que profesionales de la docencia- , (b) la ciencia no explica a la sociedad -desvalorando el propio papel de las ciencias sociales-; (b) multidisciplinariedad como antítesis del conocimiento alcanzado por la ciencia; (b) subjetividad como negación de la objetividad, entre otros. En el periodo de la moda de la evaluación cualitativa se popularizaron seudopedagogías que parecían más modelos de auto ayuda que reflexión seria, por supuesto siempre barnizados con lenguaje progresista. Esta experimentalidad sin método, estas prácticas de ensayo y error permanente por supuesto que afectaron el sector de la educación en la que más se experimentaba: la de los pobres. Fue una época en que algunos señalaron que la escuela había muerto y que, por ejemplo, no era necesaria la fijación de conceptos -desde la teoría y praxis- para poder adentrarnos en el análisis crítico.

Finalmente desembarco en los ochenta -para quedarse por un largo periodo- la moda del currículo. Moda por capítulos: currículo por objetivos, currículo por contenidos, currículo globalizado, currículo problémico, currículo transdiciplinario, currículo por competencias desplazaron a la pedagogía como dinámica integradora y los curricologos se convirtieron en los nuevos profesionales de la educación.

Esta moda comienza a ser desplazada en el presente por las modas de las pruebas estandarizadas como eje vertebrador de la educación, diseñadas por los organismos económicos internacionales como el coordinado por Andreas Schleicher (1964- ) desde la OCDE8 y cuyos resultados son interpretados, entre otros, por especialistas del BID9 como Emiliana Vegas. Hoy es urgente e impostergable la recuperación de la unidad y la centralidad pedagógica, no sólo como posibilidad cierta de resistencia desde la educación sino como rearme profesional para frenar los ataques contra la educación como derecho humano fundamental.

  1. La desvalorización social y profesional del docente

La segunda arista fue y es la desvalorización social y profesional de los docentes. La despedagogización tiene un capítulo especial en el ataque a la profesión docente y los docentes como líderes sociales. En las últimas 6 décadas la profesión docente ha recibido a escala planetaria todo tipo de ataques, disparados desde distintos lugares y francotiradores, pero facturados casi todos en el gran capital.

El primer ataque lo hallamos en la desprofesionalización del educador y su ubicación como técnico calificado, con lo cual se le despojaba de la autoridad del conocimiento para orientar la transformación de las sociedades, para opinar y reflexionar sobre asuntos generales, del cual habían sido envestidos por su papel estelar en las independencias nacionales, la lucha por los derechos sociales y humanos, las resistencias anticapitalistas y el ecologismo. Por supuesto el maestro como líder social resaltaba la noción subversiva para el orden dominante, de la educación como un hecho político.

Se procuraba reducir al maestro(a) y profesora(or) a un rol instrumental estrictamente escolar. En el caso de Venezuela esta ofensiva tuvo un especial desarrollo a partir de la ruptura de Luis Beltrán Prieto Figueroa con AD10 y la creación del MEP11 cuya base social en gran medida estuvo conformada en un principio por maestros(as) y profesoras(es). Para AD era urgente desacreditar la militancia crítica de los maestros y desarrollar un modelo clientelar y de sumisión instrumental de los maestros al modelo de democracia representativa; tarea que sólo lograron cumplir parcialmente.

El segundo ataque se ubicó en la línea directa de confrontación que tenían los educadores con los gobiernos respecto a sus condiciones salariales y de trabajo. Se fueron cerrando uno a uno los foros de debates educativos12 para concentrar la imagen social de la relación entre gobiernos y maestros en la lucha gremial, publicitando desde el poder especialmente los temas salariales. Eso procuró cambiar la percepción social del maestro como líder social y profesional solvente a la de “lochero”, ó “pesetero”, solo interesado por el tema de sus salarios.

Las discusiones por las contrataciones colectivas fueron prolongadas el mayor tiempo posible, para obligar al magisterio a ir a conflictos huelgarios, que a la par eran denunciados por los aparatos mediáticos -tanto del gobierno como del sector privado- como exigencias elitescas de un sector que quería colocarse por encima de los demás profesionales y que además privaban a los niños y jóvenes de la educación en los periodos de conflicto.

La partidización –no su politización- de los gremios educativos atándolos al carro del clientelismo en la otorgación de cargos y asensos de jerarquía docente contribuyeron a minar la imagen del docente.

La proletarización de los docentes permitió a una franja importante su repolitización pero sumió en el desconcierto y el “sin sentido” profesional respecto a su trabajo, a otra franja no menos significativa.

La pérdida del poder adquisitivo del docente en el mundo en las últimas décadas varió según la región y el tipo de gobierno que eligieran los pueblos. La percepción social comenzó a ser que la profesión docente era un oficio de sobrevivientes. En muchos pueblos se popularizó la frase: “esta más pobre que un maestro de escuela”.

La desvalorización del rol social del docente y el desconcierto que generó entre el magisterio el caos epistémico al fragmentarse la pedagogía en partes y modas, posibilitaron que el capitalismo lograra propinar con ello un certero golpe estratégico al propio concepto de la educación como derecho humano fundamental.

El tercer ataque fue dirigido a la carrera docente generando una constante de modificaciones en sus programas de estudio; eso sí garantizando la desaparición de temas centrales como la formación en historia de América, además de una profunda devaluación de las historias nacionales, así como la desaparición de la historia de las ideas pedagógicas en el mundo, la región y el país, aún más en las localidades.

Si me preguntan cuál fue el resultado sustantivo de la operación política de las fuerzas contrarias a la educación como derecho humano en la formación de docentes en este periodo (1950-2010), tendría que decir sin ninguna ambigüedad que lograron afectar el corazón de su actividad, es decir la capacidad de enseñar a enseñar.

El cuarto ataque a la profesión docente, resultó en un titánico esfuerzo por generar una matriz social y discursiva que señalara que cualquiera pueda ser profesor, independientemente que tenga título profesional o no. En Venezuela ello tuvo su máxima expresión en la resolución número 1 del Ministerio de Educación en la década de los noventa, amparada en la premisa que hacía falta docentes para cubrir las demandas de ampliación de la cobertura escolar. Si cualquiera podía enseñar ¿para qué invertir fondos públicos en el sostenimiento de escuelas o facultades de educación que “no implicaban, ni aportaban” ningún capital profesional específico y concreto? En consecuencia cada día se desprestigiaba más la pertinencia de una carrera docente como tal.

Ello fue acompañado de ideas aparentemente progresistas, como aquellas que sin ton ni son señalan “que nadie enseña a nadie, ni nadie aprende con otro”, que le restan autoridad profesional, moral y social al educador. En la misma orientación se señaló que nadie puede llamarse maestro sino facilitador o dicente, que aún con la mejor de las intenciones, sus resultados prácticos resultaron funcionales a la desvalorización del maestro en la ruta para aniquilar a la educación como derecho humano y permitir que muchos Estados nacionales eludieran con distintos subterfugios buena parte de sus responsabilidades en esta materia. A nadie se le ocurre decir que un médico o galeno puede ser llamado de manera distinta a cómo históricamente se le denomina a su profesión, sin que ello afecte la identidad y autoestima profesional. Entonces, ¿Por qué el docente tendría que ser la excepción? ¿Por qué entonces es parte de una operación de subvaloración social de su trabajo?

Hoy sectores docentes, ONG progresistas y del sindicalismo organizado en la Internacional de la Educación -entre otras expresiones internacionales- que hoy pugnan por recuperar el orgullo de ser docente y el papel protagónico de los maestros en la transformación de los sistemas educativos. En Venezuela la consulta por la calidad de la educación estableció el desafío de la recuperación del protagonismo de los docentes en el hecho pedagógico pero también en el devenir de la sociedad.

En el presente, sectores de avanzada del magisterio y los docentes a escala mundial impulsamos el debate respecto a la urgencia de asignar un porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) y del presupuesto asignado a la educación a mejorar las condiciones de trabajo de los docentes(as) auspiciando la unificación internacional del salario del magisterio y potenciando su desarrollo profesional, estudio y superación permanente en la perspectiva de la agenda de Educación Para Todos (EPT) y los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM).

  1. Paradigma de la sociedad educadora

La tercera arista es el abandono de la obligación de los Estados nacionales con el desarrollo y sostenimiento de la educación. El neoliberalismo pretendió hegemonizar la idea y el concepto que la educación es una responsabilidad de las sociedades y las familias que debe ser apoyada en la medida de las posibilidades por los Estados. Esta propuesta procuraba romper con el concepto y la práctica del Estado Docente, es decir de los Estados como garantes y responsables de la educación para todos y todas. Gracias al papel de gobiernos progresistas y revolucionarios como el venezolano y de la resistencia de los pedagogos y educadores a nivel mundial esta idea no pudo ser implementada impunemente.

La Revolución Bolivariana se convirtió en un buen ejemplo de inversión estatal en educación. Sin embargo, en muchos lugares -nuevamente cubierto de un manto aparentemente progresista- el capitalismo globalizado continuo atacando, por ejemplo, proponiendo la sustitución de conceptos como centro educativo o escuela por el de “ambientes de aprendizaje”. Si bien la educación popular -desde sus inicios- ha defendido que cualquier lugar es un espacio para la educación y el aprendizaje, la perspectiva capitalista de la educación “tomo prestada” estas premisas para viabilizar sus políticas de contrarreforma. La obligación del Estado en el sostenimiento del derecho a la educación tiene expresiones concretas en sus aportes para la construcción, dotación y el sostenimiento de los centros educativos; por lo tanto la idea de ambientes de aprendizaje nos lleva a su abandono y el emerger ya no solo de “universidades de garaje” en buena parte del continente, sino de “escuelas en contenedores” como recientemente lo hiciera el alcalde de ciudad de Buenos Aires, el tristemente célebre Macri.

  1. Mercantilización de la educación

La cuarta arista la constituye la subordinación de la educación y los sistemas escolares nacionales a los intereses del mercado. La caída del muro de Berlín y el supuesto fin de la historia de Fukuyama (1952- ) tuvieron implicaciones directas en la educación. Si ya el relato socialista se consideraba obsoleto y el propio Estado de Bienestar Keynesiano comenzaba a desmantelarse, el mercado fue presentado como triunfador y por ende resultaba “lógico” atar los sistemas educativos a los vaivenes del la producción globalizada. Chávez y la Revolución Bolivariana les demostraron a Francis Fukuyama y los apologistas del capitalismo en educación lo equivocados que estaban.

Sin embargo, en casi una década previa al emerger de la nueva situación política en América Latina y el Caribe, sus preceptos lograron avanzar y aún permanecen, por ejemplo, en la certificación de carreras universitarias o de postgrados valorados desde el punto de vista de las relaciones entre las competencias curriculares y el perfil del egresado. Desde los planteamientos expresados en esta arista el mayor golpe propinado a la educación, como derecho humano lo constituye el progresivo abandono de las tareas para la formación de ciudadanía por parte de la educación y los sistemas escolares como lo veremos respecto a los sistemas de medición de la calidad.

  1. Calidad educativa

La quinta arista la constituye la calidad educativa. La mayoría -por no decir la totalidad- de las contrarreformas educativas que se desarrollan e intentan implementar en los distintos sistemas educativos nacionales y locales del mundo hoy, suelen desembarcar con el discurso de la calidad. Los sistemas educativos golpeados, vapuleados y desestimados sus docentes, suelen presentar deficiencias que le sirven a quienes quieren privatizar la educación para construir consensos respecto a la necesidad de revisar la calidad educativa. La oposición educación pública versus educación regentada por el sector privado resulta ser una invariante de este discurso de contrarreforma.

Calidad educativa aparece entonces, asociada a los aprendizajes que requiere el modo de producción capitalista en la era del neoliberalismo globalizado: habilidades numéricas y lecto escritura para comprender instrucciones, manuales y realizar cálculo fragmentados, así como conocimiento sobre tendencias y hechos puntuales de las innovaciones científicas y tecnológicas. Desaparece el énfasis en la historia, la educación artística o la formación ciudadana al evaporarse la tarea escolar de construcción de ciudadanía.

El concepto capitalista de calidad educativa tiene su apogeo a partir del modelo ISO de las empresas en los ochenta, pero no es cierto que la izquierda pedagógica no tenga un discurso propio e histórico respecto a la calidad en educación. En este tema la izquierda pedagógica ha sido muy reactiva y ha abandonado la disputa sobre la calidad, práctica que a mi juicio debe corregir rápidamente como punto de referencia para el combate a las contrarreformas educativas.

La calidad educativa es un término polisémico. Desde una perspectiva emancipadora se refiere a la educación que los pueblos demandan y que los marcos jurídicos nacionales establecen como mínimo. Desde la perspectiva de los pueblos la educación debe servir para lo que dice servir –según los marcos constitucionales y las leyes específicas casi siempre muy progresistas- y sus políticas deben ser construidas con el mayor consenso social posible. Desde estas premisas la calidad tiene contextualización local y nacional, a partir de la cuál ir al encuentro de las dinámicas internacionales, nunca al revés. Un marco de referencia para esta perspectiva lo constituye el documento titulado “Informe Mundial sobre Calidad de la Educación: ¿en este debate de que estamos hablando? (2014)”. (Ver link:http://www.aporrea.org/educacion/n259194.html)

  1. Virtualización de la educación

El voltear y revisar un libro biográfico por leer me permite tomar aliento. Y es que el sincretismo de Paul Gauguin (1848-1903) expresado en su obra “¿de dónde venimos? ¿Qué somos? ¿A dónde vamos?” (1897) y especialmente “pechos con flores rojas” (1899) y “Otahi” (1893) alientan -poéticamente hablando- a continuar este oscuro recorrido por lo más sórdido del capitalismo, el ataque a la educación como derecho humano fundamental. Continuemos pues.

La sexta arista la constituye la presión por la virtualización de la enseñanza. Ante la revolución científico tecnológica -que ha implicado en algunos lugares del planeta el que un porcentaje importante de familias dispongan de internet, computadores, tablet y dispositivos electrónicos de acceso a la web- se comienza a hablar de la sustitución de la escuela por las clases virtuales en casa y la conversión de los espacios escolares en lugares de evaluación de lo que aprenda el niño y el joven con sus padres y familiares.

Esta propuesta denominada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) como de pirámide invertida de la enseñanza -aunque ya la eliminó de su web de manera silente- es un nuevo ataque a la educación pública y el papel del Estado en su sostenimiento.

Si el aula es sustituida por la clase en casa a través de un aparato informático que trasmite la sesión escolar previamente grabada, por supuesto que ello abarata los costos en educación, pero también crea una barrera para las inmensas mayorías que aprenden socialmente, es decir junto a otros, con otros; amén de sus implicaciones en la construcción de ciudadanía.

Si bien estamos de acuerdo en el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) como apoyo en la educación inicial, básica y media, estamos en total desacuerdo con la sustitución total del papel socializador e integrador de la escuela y el rol del docente en los procesos de enseñanza-aprendizaje en estos niveles. No podemos permitir que con discursos aparentemente progresistas y generalizantes nos mareemos ante la vorágine virtual.

Así mismo celebramos y auspiciamos que estos momentos la educación virtual tenga creciente interés y presencia en la educación de postgrado y la formación permanente de los profesionales, lo cual es positivo y digno de replicar, sin que ello obvie el interés por compartir conocimientos que suele resultar en la creación de redes que posibiliten encuentros presenciales de los participantes.

  1. Crisis permanente de los sistemas educativos nacionales

La séptima arista es la tendencia a la generación de una “sensación” socialmente aceptada de crisis permanente de los sistemas educativos como camino para avanzar año a año en contrarreformas educativas. Los resultados de las reformas o contrarreformas educativas nunca son evaluados de cara a la sociedad y cada día tienen menor duración; apenas acabamos de conocer una reforma y ya comienza a escucharse de otra en ciernes.

Esta tendencia tuvo sus orígenes en la crisis de la sociedad norteamericana ante los avances de la carrera espacial en su competición con la unión soviética. La justificación de los administradores educativos y las autoridades gubernamentales del norte, ante la ventaja que le sacó la URSS a los EEUU al colocar el primer satélite en el espacio, fue hablar de las bondades del sistema educativo ruso y cuestionar el funcionamiento del propio. A partir de ese momento, se estableció como regla discursiva de la plutocracia gringa el asignar al sistema educativo la responsabilidad de todos los problemas sociales, contribuyendo a cuestionar la importancia de la escuela y la inversión presupuestaria hecha en ellas. Esta tendencia se fue expandiendo progresivamente en la región y el mundo y hoy es un discurso oficial del sistema capitalista y sus gobiernos, para auto justificarse y para seguir implementando medidas que cercenen el derecho humano a la educación.

El caso Vergara o Los educadores como manzanas podridas

En ese contexto no debe extrañarnos la portada del 3 de Noviembre de 2014 de la prestigiosa revista Time, quienes para abordar su posición respecto al caso Vergara tituló: Manzanas podridas:»Es casi imposible despedir a un mal profesor”. La revista Time aprovecha un caso específico para disparar contra todos los maestros al identificarnos con manzanas podridas.

Ello no podemos verlo aislado sino en el contexto del desarrollo de una de las más feroces operaciones de propaganda y actuación mediática, generada desde sectores financieros de la tecnología, las industrias editoriales y militares, entre otras -apoyados desde los gobiernos locales- para obligar al gobierno de Obama a impulsar una contrarreforma general del sistema escolar estadounidense.

Hagamos un brevísimo repaso a algunas de las ofensivas llevadas a cabo por el sector más conservador de la educación norteamericana en los últimos tiempos. Comenzaron con las críticas y resistencias a los estándares educativos, luego vino la campaña de descredito a educadores como William Ayers (1944- ), continuaron con la decisión del alcalde Chicago de cerrar decenas de escuelas que denominaba de bajo rendimiento pero que en realidad cobijaban a inmigrantes y población norteamericana de color, hasta llegar al capítulo de las manifestaciones en 2012 donde más de 10.000 maestros(as) y profesoras(es) protestaron por la negativa de la firma del contrato colectivo pero también en oposición a las políticas educativas neoliberales del alcalde Rahm Emanuel (1959- ).

En ese hilo conservador y de ensayo de contrarreformas surge el caso Vergara. En esta oportunidad y mediante la jurisprudencia que genera esta decisión, la corte habilita a los estudiantes para solicitar la destitución de un profesor que consideren de “mala calidad”. En realidad fue una querella auspiciada y financiada por la derecha norteamericana y públicamente impulsada por David Welch, un empresario de Silicon Valley de 53 años quien durante los últimos años se ha concentrado en asociar el mejoramiento de los centros escolares al uso de tecnologías y a quien el Juez Rolf Michael Treu le concedió la razón. La derecha pedagógica le considera un héroe que dedica sus esfuerzos a mejorar el sistema educativo estadounidense. Pero en realidad lo que estaba en juego es el esfuerzo del capital trasnacional para romper con el concepto de estabilidad docente, última frontera que tiene para intentar eliminar la profesionalidad del magisterio en la ruta de eliminar el compromiso del Estado con la educación pública. Estas prácticas tuvieron un capítulo especial en la más reciente contrarreforma educativa mexicana que mediante la aprobación de pruebas de eficiencia a los maestros (as) en servicio hecho que borra de un plumazo la conquista magisterial de la estabilidad laboral. Esfuerzo que además empalma con la tendencia que refleja cada una de las aristas analizadas anteriormente.

En ese marco, la portada de la revista Time con su expresión de “manzanas podridas” -haciendo una supuesta analogía con el caso Vergara- lo que en realidad procura es generar una matriz contraria al reconocimiento social de los docentes que posibilita romper con la estabilidad de su ejercicio profesional. El titular de la Revista Time generó un amplio rechazo de sectores progresistas de la sociedad norteamericana y la reacción de la American Federation of Teachers (AFT) quienes iniciaron la recolección de firmas en repudio a esta tendenciosa portada. Más de 100.000 ciudadanos de Estados Unidos firmaron la carta que entregara la presidenta de la AFT Randi Weingarten al equipo editorial de la revista en Nueva York. Ello obligó a la revista a pedir disculpas pero significó otro capítulo de la ofensiva neoliberal contra la educación.

La otra mirada

Los pedagogos venezolanos debemos estar muy atentos a lo que ocurre en uno de los laboratorios sociales predilectos para los neoliberales en educación, la propia sociedad norteamericana. Acciones como las descritas evidencian que el capitalismo no tiene patria pero también nos permiten valorar los inmensos logros educativos alcanzados en estos 15 años navegando a contra corriente de los intereses de la agenda educativa del capitalismo en las primeras décadas del siglo XXI.

1 También existe la versión cinematográfica de esta obra
2 No logré ubicar la fecha de nacimiento de este artista japonés
3 Instituto Latinoamericano y del Caribe de Planificación Económica y Social, dependiente de la CEPAL
4 Organización de Estados Americanos
5 Comisión Regional para la educación superior en América Latina y el Caribe, predecesor del IESALC-UNESCO, UBICADO EN Caracas.
6 Centro Interamericano de Educación Rural, ubicado en Rubio, Estado Táchira, Venezuela, predecesor del Instituto Pedagógico Rural “Gervasio Rubio” de la UPEL.
7 Ubicado en el estado Aragua, predecesor del Pedagógico de Aragua
8 Organización para la Cooperación y el desarrollo Económico
9 Banco Interamericano de Desarrollo
10 Partido Acción Democrática
11 Partido Movimiento Electoral del Pueblo
12 Un muestra es el declive de la revista Educación en Venezuela, que era una instancia de convergencia plural sobre el hecho pedagógico o de la propia revista Tricolor que al llegar a todas las escuelas fomentaba debates diversos, intensos y pedagógicamente hablando muy potentes .

Articulo publicado el

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OECD report calls for increased support and investment in teachers

16 Febrero / Internacional de la Eduación

 Resumen: La noticia informa sobre el reporte recientemente publicado por la OCDE  sobre el conocimiento de los maestros, la autonomía en la toma de decisiones y la participación en redes de pares como distintivos de la profesionalidad docente, asi como las observaciones que la Internacional de la Educación tiene al respecto

The report, Supporting Teacher Professionalism, from the Organisation for Economic Cooperation and Development (OECD), finds a gap between teachers in high-needs schools and those in schools that are better off when it comes to their level of professional autonomy. A lack of support for teachers in high-needs schools raises questions about equity, the report says. Adequate support also plays an important role in ensuring that teachers feel satisfied on the job, making increased support for teacher professionalism one of the best investments that schools can make.

Investment in teachers

The report, based on the Teaching and Learning International Survey (TALIS) 2013, a survey of teachers and principals in 34 countries and economies around the world, states that investing in teachers’ professionalism is one way that education systems can help teachers face these challenges and, by doing so, ensure that all students receive the high-quality teaching they need to succeed.

Examining the nature of teacher professionalism around the world, the report focuses on teachers’ knowledge, autonomy in decision making, and engagement in peer networks as hallmarks of teacher professionalism.

Report’s recommendations

The report shows that, overall, higher levels of teacher professionalism are beneficial for teachers, and suggests that policies should consider: requiring teachers to participate in pre-service formal teacher education programmes that expose teachers to pedagogy and provide opportunities for practice teaching; expanding induction and mentoring programmes; supporting teachers in conducting classroom-based individual or collaborative research; and encouraging teachers’ participation in networks of other teachers for information exchange.

Teacher professionalism at the heart of EI’s efforts

“Education International (EI) welcomes the release of the OECD report and its recommendation to enhance teacher professionalism through training, professional development and support,” said EI General Secretary Fred van Leeuven.

However, in response to some of the report’s findings, EI reaffirms that:

–          professionalism cannot be imposed from outside, but must defined by the professionals, i.e. teachers, themselves; there is more support by teachers for pre-service than in service education, because it is free;

–          supporting teachers in high needs schools to be autonomous professionals takes internal and external professional learning and development (PLD);

–          all teachers need PLD to grow professionally and it should be provided by the state to teachers free; countries who explicitly plan for, provide time for and resource with external expertise teacher collaboration do better with all students, but especially with high needs students;

–          and professional autonomy goes hand-in-hand with social dialogue; with teacher unions being in partnership shaping education policy at national and a local levels.

Teacher professionalism is at the heart of EI’s efforts to improve the status of teachers and teaching as a profession, van Leeuven stressed. In 2004, EI adopted its Declaration on Professional Ethics, which reflects the individual and collective commitment by teachers and other education personnel to their students, colleagues, parents and the community. Education International is also in the process of consolidating its efforts to enhance teacher professionalism and status by developing international guidelines on professional teaching standards.

The OECD report can be found here

Fuente: Source: OECD report calls for increased support and investment in teachers

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