Autor: Víctor Vargas Rodríguez/El Tiempo
Tres expertos analizaron el valor de las clasificaciones como referentes de calidad en la educación.
La cuestión surgió tras la no aparición de los colegios oficiales de Antioquia y Medellín en el escalafón 100 Mejores por Materia y Top 2018 de la firma consultora Sapiens Research; se preguntó por la calidad educativa en el departamento ya que incluso los colegios privados solo figuraron en puestos de poco relevantes.
Que Antioquia subió o bajó en las Pruebas Saber 11; que Colombia escaló en las Pruebas Pisa (de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos -OCDE-), que el listado de los Mejores 100 colegios del país y un largo etcétera de métricas inundan los titulares en los medios.
Pero, ¿en realidad estas clasificaciones pueden dar cuenta de si hay o no calidad en la educación?
Tres expertos, uno de ellos Néstor David Restrepo Bonnet, secretario de Educación de Antioquia; respondieron la pregunta y su conclusión es sencilla y contundente: no.
“La discusión grande contemporánea de la educación es que el ranquin como tal, no deja de ser un proceso arbitrario que no muestra la realidad educativa”, afirmó Juan Felipe Arámburo Rodríguez, coordinador de Formación Educativa de la Fundación Proantioquia, organización del empresariado regional que promueve la competitividad del departamento con base en la educación, entre otras.
La discusión grande contemporánea de la educación es que el ranquin como tal, no deja de ser un proceso arbitrario que no muestra la realidad educativa
Para el ingeniero y magíster en Desarrollo Humano y Políticas Públicas, estas clasificaciones generalmente solo miden logros (como las Pruebas Saber) o un número reducido de variables como pueden ser áreas de conocimiento (las PISA); sin embargo se quedan por fuera otras variables importantes dentro de la concepción de la escuela como institución social y “en el sector educativo cada vez hay más críticas hacia los listados porque no conducen a una información de valor”, enfatizó Aramburo.
En ello coincide el titular de la cartera educativa en Antioquia. Según el secretario, los escalafones son como las encuestas: “dependen de quién las realice”.
“Las pruebas Saber lo que hacen es medir la capacidad nemotécnica, de memoria de los estudiantes, pero ninguno tiene cómo argumentar, cómo debatir sobre lo que aprendió”, manifestó.
Por su parte, Guillermo Echeverri Jiménez, decano de la Escuela de Educación y Pedagogía de la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB); se declaró también opuesto a los ranquin como herramienta de medición de la calidad en la educación, ya que para él, “no hay calidad de la educación en el sentido singular sino más bien calidades”.
¿Cómo se mide la calidad?
Al parecer en términos de calidad educativa, no todo es blanco o negro y dentro de ese contexto, definir incluso qué es calidad y cómo medirla, es un debate amplio e inagotable.
En ese orden de ideas, Aramburo considera que hay que ir mucho más allá de evaluar si se tiene un conocimiento en matemáticas, que resulta importante pero no determinante en términos de la función de la escuela en la actualidad.
“Pensar que la calidad educativa es únicamente logro, es un error. La calidad es un sistema multivariable y la escuela es una institución que tiene unos compromisos sociales más allá de que los chicos aprendan áreas temáticas. Por ejemplo formación de ciudadanía, inclusión, en promoción de la diversidad”, indicó.
El experto agregó que el escalafón no funciona cuando compara colegios ya que la realidad de un colegio en una zona rural de Antioquia tiene como reto de calidad que sus muchachos no deserten mientras que en un colegio estrato 6 de Medellín, el punto será otro muy distinto. “Es desconocer el rol social de la escuela”, puntualizó.
La escuela es una institución que tiene unos compromisos sociales más allá de que los chicos aprendan áreas temáticas
Procesos de aprendizaje (el estudiante), procesos de enseñanza (el maestro como mediador y relación estudiante – docente), integración de padres al proceso, indicadores de deserción, pertinencia en términos de contenido, modelos flexibles son; para el experto, algunas variables que deben incluirse para determinar la calidad educativa y ellas no aplicarán para todas las instituciones.
El decano Echeverri, por su parte agrupa el concepto de calidad en tres variables: infraestructura –no solo entendida como los edificios sino también como herramientas didácticas–; los maestros y los resultados de los estudiantes (como sumatoria de las dos anteriores).
En conclusión, hablar de calidad de la educación con base en la aparición o no de los colegios de Antioquia, de Medellín o de cualquier otra región en los distintas clasificaciones, resulta ser meramente un ejercicio métrico que refleja solo un instante, una foto, mas no la historia completa.
Y la historia, según los expertos consultados, es que hay un retraso histórico en materia educativa no solo en Antioquia sino en el país. Reconocen a su vez, que se han hecho esfuerzos importantes desde el punto de vista de inversión en infraestructura, formación y propuestas para hallar la mejor combinación de herramientas para cada contexto de los 117 municipios del departamento; pero que lamentablemente siempre se quedarán cortos.
Resulta ser meramente un ejercicio métrico que refleja solo un instante, una foto, mas no la historia completa
Los logros en educación
Para el secretario de Educación de Antioquia, durante esta administración se han alcanzado distintos logros.
Destaca la puesta en marcha de los programas planteados en la Plan de Desarrollo: el primero, Antioquia Libre de analfabetismo, con 37.000 personas más alfabetizadas y 34.000 ya focalizados, “lo que nos permite declarar a Antioquia libre de analfabetismo”.
Antioquia Líder en las Pruebas Saber (con la oferta segmentada según identificación de las necesidades particulares de los municipios y sus instituciones).
Otras de las iniciativas destacadas por el servidor público tienen que ver con procesos virtuales. El Bachillerato Digital (según el funcionario aportará en el cierre de la brecha de acceso en la educación media) y la Universidad Digital, de la que espera ver los primeros graduados antes de finalizar este gobierno en 2019.
El problema en Antioquia es la deserción escolar. Solo logramos que uno de cada tres estudiantes que ingresa a primero, terminan el bachillerato
Planes ‘personalizados’
Finalmente, Restrepo Bonnet, destacó como el logro más importante, la construcción de los Planes Municipales de Educación en el que participan 10 universidades y tiene en cuenta las diversas características, necesidades y realidades de cada zona ya que “es distinta la educación en Urabá que en Ciudad Bolívar”.
Este plan incluye por ejemplo, modelos con horarios flexibles que estén acordes con la cultura y contexto de cada población, especialmente los rurales.
Fuente: http://www.eltiempo.com/colombia/medellin/dicen-que-escalafones-no-muestran-la-realidad-educativa-de-antioquia-229050