Mujeres luchadoras como Malala, Ocasio-Cortez y Carola Rackete son un ejemplo para las generaciones más jóvenes
Resulta un tópico recurrente decir que es la hora de las mujeres y los jóvenes. Pero no faltan motivos para pensar que, efectivamente, los héroes de nuestra época, tanto en la realidad como en nuestro imaginario, son heroínas que son, además, en su mayoría, jóvenes. Desde Malala hace unos años hasta Alexandria Ocasio-Cortez y Greta Thunberg en la actualidad, pasando por Carola Rackete y Megan Rapinoe; las grandes causas de nuestro tiempo —la igualdad entre mujeres y hombres, la lucha contra el cambio climático, contra el racismo y por la libertad sexual— son defendidas con autoridad, carisma y fuerza renovada por ellas. Constituyen un germen de esperanza en medio de la desoladora inercia social y política, incluso regresión, que observamos frente a retos en los que nos jugamos mucho como especie.
El 12 de julio de 2013, Malala, que cumplía 16 años ese día, conmovió al pleno de Naciones Unidas con un discurso sobre el poder de la educación frente al integrismo religioso. “El poder de la educación les asusta; el poder de las mujeres les asusta”, dijo, en referencia a los talibanes que, unos meses antes, le habían disparado en la cabeza, perforándole el cráneo, pero, milagrosamente, no el cerebro. Un lustro más tarde, en diciembre de 2018, Greta Thunberg, a punto de cumplir 16, se dirigía a los asistentes a la cumbre de Naciones Unidas sobre el clima en Katowice en un discurso más breve y duro sobre las consecuencias de la inacción política respecto del cambio climático. “Ustedes dicen que aman a sus hijos por encima de todo y, sin embargo, les están robando su futuro delante de sus propios ojos”. Aunque, auguraba Thunberg, “el cambio llegará, lo quieran ustedes o no”. Si bien la joven activista sueca no recibió la calurosa ovación que recibió Malala, el impacto de sus palabras no fue menor.
En Estados Unidos, el liderazgo de Alexandria Ocasio-Cortez surgió con fuerza en el seno del Partido Demócrata hace algo más de un año cuando ganó las primarias en el Estado de Nueva York y, posteriormente, el escaño al Congreso por ese mismo Estado en las legislativas de noviembre. Nacida en una familia humilde de origen puertorriqueño, la joven de 29 años se convertía en la congresista más joven de la historia, rompiendo estereotipos raciales, de género y clase. Impulsora del Green New Deal, comparte con Thunberg su profunda preocupación por el cambio climático. En un reciente intercambio entre ambas en TheGuardian, destacaban la virtud de su juventud: “Como jóvenes, no estamos tan acostumbrados al sistema y no decimos ‘siempre ha sido así, no podemos cambiar nada”, argumentaba la activista sueca. “Siempre he dicho que la juventud es una forma de pensar”, le respondía la congresista estadounidense.
Han abrazado las grandes causas de nuestro tiempo: la igualdad, la lucha contra el cambio climático o el racismo y la libertad sexual
En las últimas semanas, han sido noticia, de manera simultánea y por motivos distintos, Carola Rackete, la capitana alemana del navío de la ONG SeaWatch 3que transportaba 40 migrantes en el Mediterráneo, y Megan Rapinoe, la cocapitana del equipo femenino de fútbol de Estados Unidos. La primera, de 31 años, por su decisión de desembarcar a los migrantes en el puerto italiano de Lampedusa por razones humanitarias a pesar de la negativa del Gobierno de ese país que procedió a su detención. La segunda, de 34, por su guerra de palabrascon el presidente Trump por su negativa a pisar la Casa Blanca si ganaba la selección estadounidense el Mundial femenino.
Más allá de estos titulares, ambas mujeres cuentan con años de actividad profesional y activismo a sus espaldas. Rackete, licenciada en Ciencia Náutica y Transporte Marítimo, trabajó en misiones medioambientales en el Ártico antes de unirse a las labores de rescate humanitario en el Mediterráneo. Rapinoe lleva años luchando contra la discriminación del deporte femenino y por una remuneración igual a la del masculino. Pareja de la jugadora de baloncesto Sue Bird, es miembro activo de varias organizaciones LGTBI.
Mujeres preparadas, luchadoras, seguras de sí mismas. De actitud serena, pero determinada, son un ejemplo para todos y, especialmente, para las generaciones más jóvenes y, entre ellas, las niñas. No tienen miedo de enfrentarse al poder, en su forma más concreta o abstracta, porque saben que les asiste aquello que llamamos solemnemente la verdad y la justicia”. “Me siento segura de todo aquello que digo”, respondía Rapinoe al ser preguntada por el revuelo de sus palabras sobre Trump, y añadía: “Y me siento cómoda y con confianza para lidiar con [las consecuencias]”.
Fuente de la reseña: https://elpais.com/elpais/2019/07/11/opinion/1562855121_892586.html
El Ministerio de Educación del gobierno de Jair Bolsonaro está envuelto nuevamente en una polémica. Luego de haber recortado el 30 por ciento del presupuesto educativo y desencadenado masivas manifestaciones en todo Brasil, la cartera que depende de Abraham Weintraub publicó una campaña publicitaria cuestionada por racismo. En la imagen divulgada, una mujer negra aparece como estudiante universitaria, pero la mano que sostiene su diploma es blanca.
En Instagram la campaña es aún peor porque un video muestra esa misma imagen pero ahora sobre el rostro de la joven negra con peinado afro se superpone el de una blanca de pelo lacio, como si se trasformara. Los usuarios de las redes sociales denunciaron que la sometieron a una especie de “blanqueamiento”, que esconde un mensaje simbólico peligroso.
El montaje se realizó para divulgar que ese era el último día de inscripciones para presentarse a las becas que dan un 50 por ciento o 100 por ciento de subvención para cursos de graduación por medio del Programa Universidad para Todos (Prouni). La elección del recorte del video, que muestra cómo la alumna entra la universidad siendo negra y sale blanco una vez que se recibe, no pasó desapercibida. “Mujer negra con diploma en mano blanca? Qué es eso? En serio pago los impuestos para ser cargado así”, se preguntaron. “No entiendo cómo a ningún miembro del equipo de comunicación se le ocurrió que el anuncio es racista”, resaltó otro internauta.
Si bien el foco de las críticas estuvo dirigido hacia la última publicidad de la mujer, el Ministerio también había grabado otro que mostraba a un joven blanco al que se le superponían caras diversas, incluidas de personas afrodescendientes.
Bolsonaro, quien recientemente aseguró que “el racismo es algo raro en Brasil” y que tiempo atrás había subrayado que los afrodescendientes “no sirven ni para procrear”, no salió a hacer ninguna aclaración al respecto, a pesar de que la publicidad data del 13 de junio. Por su parte, el MEC alegó que la estrategia de la propaganda buscaba «enfatizar que las oportunidades son iguales para todos los candidatos, y el lenguaje escogido fue la superposición de imágenes que demuestran la variedad de color, raza y género».
América del sur/Brasil/20 Junio 2019/Fuente: Página 12
El Ministerio de Educación del gobierno de Jair Bolsonaro está envuelto nuevamente en una polémica. Luego de haber recortado el 30 por ciento del presupuesto educativo y desencadenado masivas manifestaciones en todo Brasil, la cartera que depende de Abraham Weintraub publicó una campaña publicitaria cuestionada por racismo. En la imagen divulgada, una mujer negra aparece como estudiante universitaria, pero la mano que sostiene su diploma es blanca.
En Instagram la campaña es aún peor porque un video muestra esa misma imagen pero ahora sobre el rostro de la joven negra con peinado afro se superpone el de una blanca de pelo lacio, como si se trasformara. Los usuarios de las redes sociales denunciaron que la sometieron a una especie de “blanqueamiento”, que esconde un mensaje simbólico peligroso.
El montaje se realizó para divulgar que ese era el último día de inscripciones para presentarse a las becas que dan un 50 por ciento o 100 por ciento de subvención para cursos de graduación por medio del Programa Universidad para Todos (Prouni). La elección del recorte del video, que muestra cómo la alumna entra la universidad siendo negra y sale blanco una vez que se recibe, no pasó desapercibida. “Mujer negra con diploma en mano blanca? Qué es eso? En serio pago los impuestos para ser cargado así”, se preguntaron. “No entiendo cómo a ningún miembro del equipo de comunicación se le ocurrió que el anuncio es racista”, resaltó otro internauta.
Mulher preta com diploma vira branca ???? É isso ????
Sério que eu pago imposto pra ser gasto assim ??? Prefiria qdo gastavam com drogas e balbúrdia nas federais
Si bien el foco de las críticas estuvo dirigido hacia la última publicidad de la mujer, el Ministerio también había grabado otro que mostraba a un joven blanco al que se le superponían caras diversas, incluidas de personas afrodescendientes.
Ministério da Educação
✔@MEC_Comunicacao
Fez o Enem e ainda não garantiu a sua vaga em uma universidade? Agora você tem uma nova chance! As inscrições para o #ProUni2019 estão abertas e vão até as 23h59 do dia 14 de junho. Inscreva-se: http://siteprouni.mec.gov.br/
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Bolsonaro, quien recientemente aseguró que “el racismo es algo raro en Brasil” y que tiempo atrás había subrayado que los afrodescendientes “no sirven ni para procrear”, no salió a hacer ninguna aclaración al respecto, a pesar de que la publicidad data del 13 de junio. Por su parte, el MEC alegó que la estrategia de la propaganda buscaba «enfatizar que las oportunidades son iguales para todos los candidatos, y el lenguaje escogido fue la superposición de imágenes que demuestran la variedad de color, raza y género».
Imagen tomada de: https://images.pagina12.com.ar/styles/focal_16_9_960x540/public/media/articles/2142/meccc_0.jpg?itok=eJEVNXqw
El objetivo de la iniciativa es acabar con el racismo y la xenofobia.
Una curiosa iniciativa que viene a demostrar que el tatuarse no tiene nada que ver con las personas. La herramienta para conseguir la unión en esta ocasión es el arte, expresado a través de un vídeo de cómo un macrotatuaje que conecta a 61 desconocidos de diferentes países, para acabar con el racismo y la xenofobia (rechazo a los extranjeros).
“El mundo no puede venirse abajo si te atreves a conectar”, reza el lema del spot llamado The World Piece. En esta curiosa iniciativa, el reputado tatuador Mo Ganji ha utilizado las espaldas de 61 participantes como lienzo.
Cada dibujo, que conecta a su vez con los que tiene a ambos lados, representa algo especial para los protagonistas. “Odié a los negros, odié a los musulmanes, odié a los judíos. Creo que, en realidad, tuve miedo de todo el mundo“, expresa una de las tatuadas.
Para llevar a cabo esta solidaria y emotiva campaña, la web animó, gracias a la ayuda de la comunidad de amantes de los tatuajes Tattoodo, a personas de todo el mundo a presentarse. Finalmente la compañía seleccionó a 61 finalistas, que acudieron a Londres para tatuarse y contar sus vivencias a cámara.
Acabo de presenciar un “Foro Presidencial”, con la participación de 9 candidatos, organizado por 48 Cantones, en el Parque Central de Totonicapán. La organización indígena maya más antigua y de más renombre a nivel nacional.
El contexto de las elecciones generales del próximo 16 de junio, donde participan tres candidatos indígenas a la Presidencia de la República (del total de 19 candidatos), incrementó el volumen noticiario sobre el irresuelto asunto del racismo cotidiano en el país habitado por indígenas, pero gobernado por criollos.
¿Es el problema el racismo o es la apoliticidad indígena?
El mencionado Foro estaba organizado para “escuchar” a los presidenciables, “sus propuestas sobre pueblos indígenas”. Ninguna de las preguntas formuladas por los organizadores abordaba asuntos como: Autodeterminación de Pueblos, Estado Plurinacional, Proceso Constituyente Plurinacional…
Es decir, las y los indígenas, en su “calidad de súbditos” del Estado Republicano criollo se reunieron para “escuchar” las enseñanzas sobre la “pureza de la política criolla”. Al grado que, dos de los candidatos, desde la testera, cual si fueran candidatos a reyes, resondraron, increparon e insultaron a las y los presentes, en nombre Dios.
“En Guatemala somos un solo pueblo. Tenemos una sola fe. Creemos en un solo Dios. Cuidado con quienes hablan de pueblos diferentes”. “Así como Dios eligió a Samuel, ahora, nos ha elegido para seguir llevándolos a Uds. al desarrollo. Cuidado con quienes cuestionan la propiedad privada, cuidado con quienes están en contra de la pena de muerte, cuidado con quienes están a favor del aborto…” “Uds. están mucho mejor que antes. La apertura a la inversión privada (privatizaciones) trajo desarrollo a Uds. Cuidado con cuestionar la privatización. Si Uds. no quieren desarrollo entonces quién sabe qué serán Uds.”, fueron algunas de las frases de airados candidatos de corbata en el Foro que aún resuena en mi tímpano.
En un momento, uno de los ancianos, quien no pudo contener la indignación ante tanto insulto, corrió a la testera principal gritando y señalando al candidato señorial: “Fuera, fuera de aquí, fuera de aquí, ya no eres bienvenido”. Pero, los aguaciles mayas de los 48 Cantones lo censuraron y retiraron al anciano del lugar por “faltar al protocolo”, mientras el encorbatado los miraba con desprecio y asqueado.
¿Por qué ancestrales organizaciones indígenas no plantean autonomías, ni Estado Plurinacional?
La colonización interna (de los dos últimos siglos) logró casi anular del todo procesos de acumulación de luchas de resistencia indígenas durante la Colonia española. Es decir, los liberales y conservadores fueron más cruentos con la dominación cultural y política para los indígenas que los españoles.
La “conciencia” de la identidad indígena es bastante reciente. Data desde los últimos decenios del pasado siglo (abonado por factores como la “memoria de los 500 años”, el multiculturalismo implementado en algunos países, los derechos colectivos impulsados en la ONU, etc.). ¿Nuestros abuelos y padres eran indígenas? Sí. Pero, fueron indígenas políticamente dominados, culturalmente ilusionados por el espejismo de la modernidad.
En el caso de Guatemala, como efecto de la firma de los Acuerdos Paz (1996), vino la cooperación internacional y financió políticas organizativas/formativas para estimular derechos culturales. Sin considerar los derechos políticos. Y, las y los trabajadores, investigadores o cooperantes indígenas se sintieron cómodos en el ámbito del culturalismo.
Así fue cómo las organizaciones indígenas y campesinas fueron atrapadas por el espejismo iluso del folclorismo. Ingresar en la disputa por derechos políticos implicaba renunciar al confort que redituaba el folclorismo. Y, el Estado-empresa prosiguió con el saqueo neoliberal (post Acuerdos de Paz) en territorios indígenas sin mayor conciencia política.
Ésta creo que es una de las razones del por qué, después de 30 años de vigencia de los derechos políticos colectivos de los pueblos como: la autodeterminación, ejercicio político, territorio, consentimiento previo, etc., las organizaciones indígenas no logran salir del “providencialismo” o de la actitud pordiosera de la “incidencia política”.
Sólo así se puede explicar, jamás justificar, la propuestas y actitudes de candidatos presidenciales mayas que se resisten (silentes) a la propuesta de la creación del Estado Plurinacional con autonomías indígenas, o a la propuesta de proceso constituyente popular y plurinacional impulsado por comunidades indígenas campesinos, organizados recientemente, articulados en el Movimiento para la Liberación de los Pueblos (MLP)
Pluriculturalidad no es plurinacionalidad
El concepto de plurinacionalidad significa varias naciones (comunidades políticas) articuladas alrededor de un proyecto político (Estado) en común que posibilite autonomías territoriales de los pueblos o nacionalidades. Plurinacionalidad es un concepto jurídico político. Por tanto, implica necesariamente el ejercicio de derechos políticos.
La pluriculturalidad es un concepto socioantropológico. Significa el reconocimiento y estímulo únicamente de derechos culturales (vestimenta, idiomas, tradiciones, espiritualismos, etc.) Mas no de derechos políticos (autodeterminación, gobierno propio, territorio, etc.) La pluriculturalidad no es más que el multiculturalismo encubierto. Y el multiculturalismo (bajo el argumento de la “tolerancia”), en Guatemala, no es más que monoculturalismo criollo predador de pueblos. Con la idea de pluriculturalidad técnicamente no se puede construir un Estado Plurinacional. Canadá, España, Ecuador, lo saben.
El Movimiento para la Liberación de los Pueblo plantea un Estado Plurinacional con autonomías territoriales. No plantea pluriculturalidad. Y el camino técnico político para materializar dicha idea es el proceso de Asamblea Constituyente Plurinacional, así como reiteradas veces lo plantean Thelma Cabrera y Vicenta Jerónimo, defensoras y candidatas principales de MLP.
El conclusión, el racismo es innato al Estado criollo. Y, el Estado criollo subsiste en la medida en que “dirigentes” indígenas, abstraídos en la “incidencia”, se sienten cómodos en el confort que les reditúa el culturalismo apolítico, y se niegan al horizonte político de la plurinacionalidad. Mientras, el racismo cotidiano se sedimenta, en el mejor de los casos, en el contenido de afligidas narrativas indigenistas.
En las veinticuatro horas previas a su desaparición, Tina Fontaine, una joven de 15 años originaria de la primera nación sagkeeng de Canadá, fue vista por trabajadores sociales provinciales, oficiales de la policía y funcionarios de salud.
Luego fue encontrada muerta. Su cuerpo fue tirado en el río Rojo de Manitoba, envuelto en una bolsa de plástico y una cobija con once kilogramos de piedras para hundirlo.
“Canadá y el sistema le fallaron por completo a Tina”, dijo Thelma Favel, su tía abuela y quien la crió, hace poco desde su hogar en Powerview, un pueblo cerca del lago Winnipeg y de la reserva indígena de los sagkeeng. “¿Por qué están muriendo tantas de nuestras niñas?”.
Es una pregunta que se han estado haciendo muchas personas en Canadá.
La muerte de Tina en 2014, así como la exoneración del hombre blanco acusado de matarla, fue una de las muchas muertes y desapariciones de mujeres y niñas indígenas que han conmocionado a los canadienses en los últimos años. La creciente violencia de este tipo hizo que hace tres años el primer ministro Justin Trudeau iniciara una investigación nacional con un presupuesto de 54 millones de dólares, con la promesa de identificar las causas de la situación.
Durante la investigación se han escuchado los testimonios de casi 1500 familias de personas que fueron víctimas y de sobrevivientes en audiencias en todo el país, que en ocasiones fueron muy emotivas, como parte de la promesa que hizo Trudeau para superar lo que definió como décadas de “humillación, descuido y abusos” de las poblaciones indígenas canadienses —llamadas primeras naciones— y para promover la reconciliación.
Los hallazgos serán hechos públicos este lunes 3 de junio y la comisionada jefe, la jueza indígena Marion Buller, indicó recientemente que las conclusiones incluirían recomendaciones para que los homicidios de mujeres de las primeras naciones automáticamente sean atendidas como asesinatos de primer grado. También se espera que le exijan resultados a las autoridades policiales.
Sin embargo, algunos activistas y defensores de personas indígenas comentan que, sin importar las buenas intenciones, la investigación ha estado marcada por la falta de transparencia y una mala comunicación con las familias de las mujeres asesinadas o desaparecidas.
“Justin Trudeau intenta que se vea con anteojos de color rosa un capítulo muy oscuro de la historia canadiense”, dijo Kim O’Bomsawin, cineasta indígena que hizo el documental Quiet Killing, el cual examina la violencia hacia las integrantes de las primeras naciones. “Esto solo se trata de más palabras”.
Aun así y antes de que sea hecha pública, la investigación ha puesto al país frente a la hora de la verdad en este tema.
Un memorial en honor a Tina en la orilla del río Rojo en Winnipeg, donde fue encontrado su cuerpo en 2014CreditAaron Vincent Elkaim para The New York Times
Entre los casos recientes que han renovado la atención en el tema está el de Cindy Gladue, trabajadora sexual indígena de 36 años y madre de tres hijos quien se desangró hasta morir en una tina de motel en Edmonton en junio de 2011: el hombre acusado de su asesinato, Bradley Barton, un conductor de tractocamiones de Ontario, fue exculpado en el juicio por un jurado de personas blancas.
Los defensores de los derechos humanos dicen que Gladue fue deshumanizada durante el juicio, a tal punto que entre la evidencia presentaron su pelvis, conservada en formol.
Después de que la Corte de Apelaciones de Alberta ordenó rehacer el juicio en 2017, Barton apeló esa decisión ante la Corte Suprema de Canadá, que estableció el 24 de mayo que sí debe ser repetido el proceso, con cargos de homicidio culposo. El magistrado Michael Molddaver escribió que el sistema de justicia penal había traicionado a Gladue.
Los expertos dicen que la violencia contra niñas y mujeres indígenas está muy arraigada en la historia canadiense.
De la década de 1870 a 1996, Canadá forzó a miles de niños de primeras naciones a acudir a escuelas residenciales donde se pretendía suprimir sus lenguajes y su cultura. Muchos fueron abusados física, sexual y mentalmente.
El trauma de esos antecedentes ha contribuido, según expertos, a que personas de las primeras naciones registren tasas consistentemente altas de pobreza, abuso de narcóticos, alcoholismo, violencia doméstica y suicidio.
Cindy Blackstock, profesora de asistencia social en la Universidad McGill quien también dirige la Sociedad de Cuidados de Infantes y Familias de las Primeras Naciones de Canadá, dijo que hay varios otros problemas, como un financiamiento crónicamente bajo de los servicios sociales para niñas y mujeres vulnerables, así como falta de oportunidades educativas.
La violencia no ha dado tregua.
Las niñas y mujeres de las primeras naciones suman el 4 por cientode la población femenina de Canadá, pero representan el 16 por ciento de todos los homicidios de mujeres, de acuerdo con estadísticas del gobierno.
Entre 1980 y 2012, alrededor de 1181 mujeres indígenas fueron asesinadas o desaparecidas en todo Canadá, según un reporte de la Policía Real Montada publicado en 2014.
Esa cifra no ha hecho más que aumentar. Patricia Hajdu, quien fue ministra para las Mujeres, estima que el número podría ser tan alto como 4000 personas, pues muchos casos no son reportados. La policía estima que un 10 por ciento de todas las mujeres desaparecidas en Canadá son de las primeras naciones.
El centro indígena Circle of Life Thunderbird House, ubicado en el corazón de WinnipegCreditAaron Vincent Elkaim para The New York Times
Winnipeg, cuyo nombre se deriva de las palabras del pueblo cree para “agua turbia”, tiene la población indígena más grande de Canadá.
Ahí es donde alguien puso fin a la vida de Tina Fontaine.
En muchos sentidos, su historia es reflejo del ciclo de violencia que afecta a las comunidades indígenas. Su abuelo paterno fue enviado a una escuela residencial y se volvió alcohólico. Su madre, quien fue tutelada por el Estado desde niña, se involucró en el trabajo sexual.
Favel, la tía abuela de Tina, dijo que la joven había sido “condenada antes de nacer”. Su madre tenía 12 años cuando empezó a salir con su padre, que tenía 23 en ese entonces. Después de que se desmoronó su relación caótica y de que el padre de Tina fue diagnosticado de cáncer, Tina y su hermana Sarah fueron a vivir con Favel.
Contó que Tina era una niña feliz con un futuro que parecía prometedor. Le gustaban las matemáticas y la danza, al igual que las series de televisión sobre delitos y unidades de investigación policial. Tina quería ser trabajadora social.
Cuando tenía 12 años, el padre de Tina —con un pronóstico de cuatro meses de vida— fue golpeado hasta morir en medio de una discusión con dos hombres por un pago de 60 dólares.
En el duelo, Tina empezó a faltar a la escuela, a fumar marihuana y a autolesionarse. Se hizo un tatuaje con dos alas de ángel y el nombre de su padre en la espalda. Se desmoronó cuando le pidieron que escribiera una declaración sobre el impacto de la pérdida de su padre para el juicio contra quienes lo mataron.
“Se la pasaba haciendo bola el papel para escribirlo y no pudo”, recordó Favel. En su sala de estar cuelga una pintura de Tina, delgada y de ojos cafés grandes.
En junio de 2014, Tina dejó la casa de Favel y se fue a Winnipeg, a unos 120 kilómetros de distancia, para visitar a su madre. Favel le dio 50 dólares y una tarjeta telefónica de prepago; le dijo que le llamara en cuanto quisiera regresar a casa. Nunca llegó esa llamada.
En vez de eso, dijo Favel, la joven le envío a su hermana unas fotografías por mensaje que mostraban golpes en el ojo; Tina le comentó a Sarah que su madre, quien era trabajadora sexual, la había golpeado. Cuando se enteró, Favel dijo que contactó a tres agencias de asistencia familiar en la provincia de Manitoba; estas terminaron peleándose sobre a quién le correspondía atender el caso.
Después, Tina fue llevada por los servicios sociales para menores a algunos moteles locales hasta que se escapó. Empezó a vivir en la calle de la zona pobre, al norte de Winnipeg.
Se levantó un reporte de alerta ámbar con la policía de Winnipeg. Y en dos ocasiones el 1 de agosto de 2014 fue rechazada en albergues gestionados por la ciudad, según un reporte de marzo hecho por la organización social de monitoreo Manitoba Advocate for Children and Youth. El reporte hizo notar que quedó vulnerable a la explotación sexual.
El 8 de agosto, la policía de Winnipeg detuvo a un camión en el que Tina iba con un hombre alcoholizado. Las autoridades permitieron que la joven se fuera, a pesar de la alerta ámbar.
Más tarde, ese mismo día, fue encontrada inconsciente en un callejón. Fue hospitalizada y detectaron que había consumido drogas; le dijo a una trabajadora social que había estado con un hombre mayor que usaba drogas, que identificó como Sebastian. Luego fue dada de alta y trasladada a un hotel Best Western en el centro de Winnipeg por personas del Servicio para Familias y Niños.
El reporte de Manitoba Advocate hizo notar que la unidad sobre abuso infantil de la Policía de Winnipeg debería haber intervenido. En vez de eso, Tina pudo dejar el hotel sin supervisión.
El hotel en el que funcionarios del Servicio para Familias y Niños dejaron a Tina Fontaine, en 2014, después de que había sido hospitalizada.CreditAaron Vincent Elkaim para The New York Times
Después de que encontraron su cuerpo, la policía arrestó a Sebastian, el hombre que ella había identificado en el hospital y cuyo nombre verdadero es Raymond Cormier. Él tenía 92 condenas previas de cargos como ataque con un arma y posesión de drogas.
La policía hizo una operación encubierta para grabarlo en su casa. Los fiscales dijeron que ese audio demostraba que él intentó tener sexo con Tina y que se enojó cuando se dio cuenta de que ella tenía 15 años.
“Puse la raya y por eso terminó muerta”, se escucha en los audios.
Pero la autopsia no determinó la causa de muerte y no hubo evidencia de abuso sexual ni pruebas forenses que vincularan a Cormier. En febrero de 2018, el hombre fue exculpado de homicidio en segundo grado, lo que desató la furia en el país.
Hoy en día, algunos visitantes del río Rojo le rinden homenaje a Tina en un memorial improvisado hecho de rosas y fotografías que fue levantado en el puerto donde encontraron el cuerpo.
Su legado también se hace sentir de otras maneras.
Después de su muerte, voluntarios acuden con regularidad al río Rojo para dragar, en caso de que haya más cuerpos de niñas y mujeres indígenas asesinadas o desaparecidas.
Una tarjeta fue puesta hace poco en el memorial de Tina, ubicado cerca de donde encontraron su cuerpo. La tarjeta dice: «A la bella durmiente».CreditAaron Vincent Elkaim para The New York Times
El pasado cinco de mayo miles de personas nos reunimos en Durango (Bizkaia), con un doble motivo: denunciar la barbarie silenciosa que se va asentando en Europa, por un lado, y expresar un encuentro entre iguales, sin importar la raza, el país de origen, la situación administrativa o si tienen o no “papeles”, por el otro. En todo momento estuvo presente la denuncia radical de las causas que provocan los desplazamientos forzados, así como la solidaridad como expresión de encuentro y reivindicación.
Es pronto para hacer un balance de lo ocurrido el pasado 5 de mayo, dada su dimensión, escala y proyección internacional. No obstante, aquí van algunas reflexiones que confiemos ayuden a fortalecer nuestras estrategias de lucha de cara al futuro.
Un primer elemento a tener en consideración es el carácter novedoso de la movilización. Hemos intentado superar las clásicas maneras de “manifestarnos” en nuestra tierra, y hemos conseguido enlazar la firmeza de la denuncia con la emoción y la construcción de simbología propia. En definitiva, un nuevo punto de encuentro entre formas históricas de hacer y espacios para mostrar nuestros sentimientos y nuestra solidaridad.
Bajo esta premisa, pusimos en marcha 8 columnas que atravesaron el pueblo de Durango acompañadas de dos voces que leían los nombres de las 35.000 personas asesinadas en el Mediterráneo en las últimas décadas. La música, el silencio, la solemnidad, el caminar con las manos entrelazadas, el abrazo inicial entre una mujer vasco-palestina y una superviviente del bombardeo franquista de Durango, etc. conformaron un conjunto de actos y símbolos, un todo, difícil de precisar en palabras, pero lleno de radicalidad y de solidaridad entre iguales.
Las diferentes columnas representaban la conjunción de causas que provocan los desplazamientos forzados, así como los quehaceres cotidianos de los movimientos sociales: feminista; ecologista-baserritarra; pensionista; cultura y euskera; sindicalista; antimilitarista; Euskal Herria tierra de acogida.
Y una última columna sobre la memoria de las personas desaparecidas en el Mediterráneo, en el desierto del Sahara, etc., encabezada por 30 compañeros y compañeras con el rostro tapado, que representaban un grito silencioso por el reconocimiento de las miles de personas desaparecidas. Explicitaban el dolor de quienes han perdido a sus seres queridos -sin registro alguno y sin posibilidad de despedirles con dignidad- y que no encuentran amparo efectivo de ningún tipo. Ni memoria, ni verdad, ni justicia, ni reparación.
De este modo, el mensaje que trasladaron es que no podemos olvidar el dolor emocional y la destrucción en vida de millones de personas cuyo único delito es intentar sobrevivir. ¿Cómo se puede evaluar tanto sufrimiento? Cuando perdemos a un ser querido, a uno solo, sentimos que el tiempo y el espacio alcanzan otra magnitud, por eso no queremos que los datos y los análisis empañen -en ningún caso- la verdadera dimensión de lo que pretendíamos representar en esta columna. Ponerles rostro y voz a esas personas debe ser primordial en todo acto de solidaridad y de denuncia.
Por eso les recordamos en silencio y nos cogimos de las manos gentes de todo lugar y condición, como gesto que refleja lo que nos une y no lo que nos diferencia. También, como forma de construir simbólicamente alianzas desde abajo y por las de abajo, que nos permitan enfrentarnos al crecimiento de las ideas neofascistas.
En segundo término, destacaríamos que quienes hablaron en nombre de las diferentes columnas fueron mayoritariamente mujeres. Sus discursos combinaron la radicalidad de la denuncia con la emoción de sus palabras, y su abrazo fue el preludio del abrazo colectivo posterior. Además, la presencia del euskera fue natural y muy contundente a lo largo del desarrollo de todo el acto. Estos dos hechos fueron fruto de la construcción colectiva del acto de Durango. Ni más, ni menos.
Tercera reflexión: las miles de personas que se acercamos a Durango el 5M demuestran la capacidad de movilización y el músculo activista que sigue vivo en estas tierras. Entre estas cinco mil personas fueron muchas las migrantes llegadas de diferentes pueblos de Euskal Herria, lo que nos permite profundizar en la idea de solidaridad horizontal y en el encuentro entre iguales. Llegaron de Artea, Arrigorriaga, Bermeo, Gernika y de otros pueblos y barrios de Euskal Herria, donde la solidaridad se ha transformado en proyectos concretos de construcción de comunidad y de vida cotidiana contra el racismo y la xenofobia. Como señala Yayo Herrero, se trata de aprovechar el trabajo de los movimientos sociales pueblo a pueblo, barrio a barrio, que cada día pone la base empírica capaz de transformar diferentes experiencias en políticas públicas.
En esta línea, fue muy significativa la variedad y mezcla de edades y generaciones, lo que resulta especialmente llamativo, además de muy esperanzador para quienes pensamos que esta es una carrera de muy largo recorrido. También recordamos la necesidad de transitar de la “tranquilidad de las conciencias” hacia la “toma de conciencia”, desbrozando nuevos caminos para que quien se acerca a la solidaridad por compasión transite hacia la solidad por justicia.
Otra reflexión significativa, la cuarta: el carácter autogestionado y autofinanciado del acto. La gente y las organizaciones sociales han sido las únicas protagonistas de lo ocurrido en Durango. Además, la horizontalidad en la toma de decisiones, el consenso y el carácter deliberativo de todas y cada una de las actividades es una seña de identidad muy reseñable.
En quinto y último lugar, destacamos la lógica de proceso y su escala internacional: la abrazada de los pueblos, las personas y los derechos humanos no es un hecho aislado, forma parte de una red de movilizaciones de carácter internacional y en el seno del Estado Español. Más de 35 ciudades y más de 250 organizaciones forman parte de la articulación de múltiples abrazos a lo largo del continente europeo.
Todo ello en el marco de unos contenidos expresados en el manifiesto que han guiado la campaña y que se centran en dos ideas-fuerza: el combate contra el neofascismo y la defensa de los derechos de las personas migrantes y refugiadas.
¿Por qué movilizarnos contra el neofascismo? Porque creemos que en la coyuntura europea nos encontramos ante un escenario donde el autoritarismo extremo de los gobiernos europeos y de las instituciones comunitarias está dando paso a un nuevo espacio neofascista donde poco a poco se van consolidando hechos que dinamitan los derechos humanos y la vida misma.
Vemos con estupor como se instala la necropolítica, es decir, dejar morir a miles de personas inocentes, racializadas y pobres; las prácticas racistas; las deportaciones en masa; los tratamientos excepcionales a determinados colectivos; la fragmentación de derechos según categorías de personas; la criminalización de la solidaridad y de la pobreza; la persecución de la disidencia; el agravamiento de las prácticas coloniales; las agresiones sexuales y crímenes machistas; las expropiaciones colectivas por medio del pago de la deuda externa; las expulsiones de millones de personas donde el nivel del mar se está, literalmente, “comiendo” la tierra habitada o donde las empresas transnacionales amputan sus recursos naturales etc. Todas estas prácticas se convierten en regla y no en excepción.
Además, no podemos olvidar que el racismo ha formado parte de las políticas coloniales históricamente, y que estas políticas han regulado la distribución de la muerte y han hecho posible lo que Mbembe denomina la larga noche del mundo africano postcolonial. Así, en numerosos países se están apuntalando las bases programáticas de la xenofobia, mediante la construcción de restricciones manifiestas respecto a quien pertenece a la comunidad nacional y quien no, lo que provoca la exclusión legal del “extranjero pobre”.
En el momento de escribir estas líneas aparece una doble noticia: por un lado, mueren más de setenta personas en el naufragio de una patera frente a la costa de Túnez. Por el otro, el barco Mare Jonio de la plataforma humanitaria Mediterráneo Saving Humans ha desembarcado 30 personas rescatadas este jueves en suelo italiano. La Guardia de Finanzas ha incautado el buque humanitario.
¿Cómo tipificamos estos hechos? ¿Cómo calificar el plan del gobierno español de enero 2019, que contempla evitar el patrullaje activo de Salvamento Marítimo en las costas mediterráneas e impedir que zarpen los barcos de ONG dedicados al rescate? A partir de ahí, el gobierno delega su responsabilidad en Marruecos, Libia y en Salvini. Ha decidido quién es fácilmente sustituible y quién no. Las personas migrantes «irregulares» no resultan rentables ni electoral, ni políticamente. Este plan es, sin duda, una práctica neofascista.
Los gobiernos y las instituciones no sólo están eliminando y suspendiendo derechos, también los están reconfigurando y decidiendo quienes son sujetos de derecho y quienes quedan fuera de la categoría de seres humanos. Eso provoca una nueva etapa en la destrucción del sistema internacional de los derechos humanos. Y todo ello tiene una profunda conexión con la lógica colonial y racista de diferentes derechos para diferentes categorías de personas. En esta línea, la frontera expulsa y filtra migrantes dando lugar a la guerra entre pobres, a limbos jurídicos, laberintos burocráticos, mercados clandestinos de visados versus recuperación de la categoría de ser humano y espacios de no derecho.
Parece que los valores de los años 30 han resucitado, y la teoría nazi de Goebbels de proteger a los humanos de los infrahumanos regresa con toda su fuerza, de la mano de regímenes formalmente democráticos y bajo la estela de un nuevo neofascismo.
En Durango hemos construido un nuevo eslabón en la articulación de redes locales, estatales y europeas en la defensa de los derechos de las personas migrantes y contra el neofascismo. Nos esperan nuevas iniciativas, y de entrada, el próximo verano denunciaremos la cumbre del G7 en Euskal Herria. A su vez, la Caravana Abriendo Fronteras volverá a emprender su ruta de denuncia y solidaridad. Durango demuestra que, pese a la asimetría de la lucha, nos estamos preparando para defender la vida de manera radical.
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