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7 duras críticas a EE UU por la pobreza extrema que hay en el país más rico

Autor: BBC Mundo

En un polémico informe presentado ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, el relator sobre pobreza extrema de esa organización hace un cuestionamiento descarnado de la sociedad estadounidense

«Su enorme riqueza y conocimiento contrastan de forma chocante con las condiciones en las que viven grandes cantidades de sus ciudadanos. Unos 40 millones viven en pobreza, 18.5 millones en pobreza extrema y 5.3 millones viven en condiciones de pobreza extrema propias del tercer mundo».

Con estas palabras el relator sobre pobreza extrema y derechos humanos de la ONU, Philip G. Alston, se refiere a Estados Unidos en un informe en el que da cuenta de una gira de 15 días de investigación que realizó en ese país a finales de 2017.

El texto es una crítica descarnada a la primera potencia del mundo, en la que se apuntan problemas como la creciente desigualdad, la persistencia del racismo o la existencia de un sesgo entre los sectores en el poder hacia los más pobres y desfavorecidos.

«En un país rico como Estados Unidos, la persistencia de la pobreza extrema es una decisión política adoptada por quienes están en el poder. Con voluntad política podría ser fácilmente eliminada», señala Alston.

Indica que hay una serie de ingredientes indispensables en una política para eliminar la pobreza, entre los que incluye cuestiones como las políticas de pleno empleo, la protección social para los más vulnerables, un sistema de justicia justo y efectivo; o la igualdad racial y de género.

El informe de Alston fue presentado la semana pasada ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU y recibió grandes críticas del gobierno de Donald Trump.

El Ejecutivo estadounidense sostiene que el texto contiene cifras «exageradas» pues afirma que el número de personas en pobreza extrema en ese país no es de 18.5 millones sino de unas 250.000.

La embajadora de Estados Unidos en la ONU, Nikki Haley, dijo que el informe es engañoso y está «motivado por razones políticas» y acusó al relator de «desperdiciar» los recursos de la ONU al investigar la pobreza «en el país más rico y libre del mundo» en lugar de centrarse en países donde los gobiernos causan el sufrimiento de su propia población como Burundi y la República Democrática del Congo.

BBC Mundo te cuenta cuáles son algunos de los cuestionamientos más duros que hace el informe de Alston.

1. El sueño es una ilusión

«Los defensores del status quo señalan a Estados Unidos como una tierra de oportunidades y un lugar donde el sueño americano puede hacerse realidad porque los más pobres pueden aspirar a llegar al grupo de los ricos».

«Pero la realidad actual es muy distinta. Estados Unidos tiene ahora una de las tasas más bajas de movilidad social intergeneracional de los países ricos», señala Alston a propósito de uno de los elementos clave de la sociedad estadounidense.

«Las altas tasas de pobreza infantil y juvenil perpetúan muy efectivamente la transmisión de la pobreza intergeneracional y aseguran que el sueño americano rápidamente se convierta en la ilusión americana. La igualdad de oportunidades, que es tan valorada en teoría, en la práctica es un mito, especialmente para las minorías y las mujeres, pero también para muchas familias de trabajadores blancos de clase media», agrega.

2. Pobres malos, ricos buenos

El informe critica el peso que al hablar sobre la pobreza se le da a la imagen «caricaturizada» sobre las supuestas diferencias entre ricos y pobres que son difundidas «por algunos políticos y medios estadounidenses».

«Los ricos son trabajadores, emprendedores, patriotas e impulsores del éxito económico. Los pobres son vagos, perdedores y tramposos. Como consecuencia de ello, (se considera que) el dinero que se gaste en bienestar social es dinero tirado a las cañerías», critica Alston.

«La realidad, sin embargo, es muy diferente. Muchos de los más ricos no pagan sus impuestos a las mismas tasas que lo hacen otros, acumulan gran parte de sus fortunas en paraísos fiscales y obtienen sus ganancias solamente de la especulación, en lugar de contribuir a la riqueza general de la comunidad estadounidense», apunta.

«En toda sociedad hay quienes abusan del sistema, tanto en los niveles superiores como en los inferiores. Pero, en realidad, los pobres son mayoritariamente aquellos que nacieron en la pobreza, o quienes cayeron allí por circunstancias que en gran medida se hayan fuera de su control, como las enfermedades mentales y físicas».

Estos prejuicios sobre ricos y pobres se reflejan en la formulación de políticas.

El relator especial señala, por ejemplo, que uno de los principales argumentos para impulsar los recortes en los beneficios sociales son las acusaciones sobre la existencia de un fraude generalizado en el uso de los mismos y que muchos de los funcionarios con los que habló le advirtieron que había personas que estaban buscando todo el tiempo formas de sacar provecho del sistema.

«El contraste con la reforma fiscal es ilustrativo. En el contexto de los impuestos, se pone una fe inmensa en la buena voluntad y el altruismo de los beneficiarios corporativos, mientras que en la reforma del estado de bienestar se aplican los supuestos contrarios», asegura.

3. Empleados pobres

Alston destaca que uno de los argumentos utilizados en Estados Unidos por quienes abogan por recortes en los beneficios sociales es que los pobres deben dejar de depender de las ayudas y ponerse a trabajar.

«Se asume, especialmente en una economía que progresa, que hay muchos empleos esperando a ser ocupados por individuos con poca educación, que con frecuencia tienen una discapacidad de un tipo u otro, a veces cargados con un historial criminal (con frecuencia relacionado con la pobreza) sin mucho acceso al sistema de salud y sin entrenamiento ni ayuda efectiva para conseguir un trabajo», señala.

«En realidad, el mercado laboral para estas personas es extraordinariamente limitado y, más aún, para aquellos que carecen de las formas básicas de apoyo y protección social», añade.

Para ilustrar la insuficiencia de la estrategia de combatir la pobreza apostando por el trabajo pero sin el apoyo de las políticas sociales, Alston pone como ejemplo el caso de los trabajadores de Walmart, el mayor empleador de Estados Unidos.

«Muchos de sus trabajadores no pueden sobrevivir, teniendo un trabajo a tiempo completo, si no reciben cupones de alimentación. Esto encaja en una tendencia más amplia: el porcentaje de hogares que, mientras tenían ingresos, también recibían asistencia para alimentación aumentó de 19,6% en 1989 a 31,8% en 2015», asegura.

4. La justicia, una fuente de ingresos

Alston señala que uno de los mecanismos que dificultan el progreso de los más pobres son la gran cantidad de multas y tasas que se aplican a quienes cometen pequeñas infracciones y que se acumulan hasta convertirse en una enorme carga para ellos.

Pone como ejemplo el hecho de que los permisos de conducir son suspendidos por una gran cantidad de faltas no relacionadas con el tráfico, como el no pagar una multa.

«Esa es una forma perfecta para asegurarse de que los pobres, que viven en comunidades que se han negado a invertir seriamente en sistema de transporte público, sean incapaces de ganarse un dinero que les habría ayudado a pagar la deuda pendiente», refiere.

En ese sentido, el relator de la ONU critica como una práctica extendida en todo el país el uso del sistema legal para recaudar ingresos y no para promover la justicia.

Asegura que esto se ha convertido en un mecanismo «para mantener a los pobres en la pobreza mientras generan ingresos para financiar no solo el sistema de justicia sino muchos otros programas».

5. La criminalización de los pobres

Entre las fallas del sistema legal, el informe también cuestiona que en muchas ciudades las personas sin hogar son criminalizadas simplemente por la situación en la que se encuentran.

«Dormir al descampado, sentarse en lugares públicos, mendigar, orinar en público y una infinidad de otras infracciones han sido concebidas para atacar ‘la plaga’ de los sin techo», indica.

Alston señala que, según cifras oficiales, en 2017 había en Estados Unidos unas 553.742 personas sin techo pero asegura que hay muchas evidencias de que la cantidad verdadera es mucho mayor.

Afirma que solo en la zona de Skid Row, en el centro de Los Ángeles, hay unos 1.800 sin techo que disponen de apenas 9 baños públicos, una cifra que ni siquiera cumple con los estándares de la ONU para los campos de refugiados sirios y para situaciones de emergencia.

«Que haya tantas personas sin techo no es algo ni remotamente inevitable y refleja la decisión política de ver la solución en la aplicación de la justicia en lugar de en proveer viviendas adecuadas y accesibles, servicios médicos, asesoría psicológica y formación laboral», apunta.

«Castigar y apresar a los pobres es la respuesta típicamente estadounidense a la pobreza en el siglo XXI», indica Alston en las conclusiones. «El encarcelamiento masivo es usado para hacer invisibles de forma temporal los problemas sociales y crear la ilusión de que se ha hecho algo».

6. Desigualdad extrema

Según el informe de la ONU, Estados Unidos es el país rico con mayores niveles de desigualdad de ingreso y de riqueza.

Señala que 1% más rico pasó de obtener 10% de todos los ingresos nacionales en 1980 a conseguir 20% en 2017. En el caso de Europa, ese indicador pasó de 10% a 12% en el mismo lapso.

Alston hace referencia expresa al hecho de que la fortuna de los miembros iniciales del gabinete de Trump alcanzaba a 4.300 millones de dólares.

«Lo que la desigualdad extrema significa es la transferencia de poder económico y político a un puñado selecto de personas, quienes inevitablemente lo usarán para avanzar sus propios intereses», asegura.

«La alta desigualdad debilita al crecimiento económico sostenido. Se manifiesta en bajo niveles educativos, un sistema de salud inadecuado y la ausencia de protección social para la clase media y los pobres, lo que a su vez limita sus oportunidades económicas e inhibe el crecimiento general», advierte.

7. El legado de la esclavitud

«Al pensar en los pobres, los estereotipos raciales usualmente no están lejos de la superficie. Se asume que los pobres son mayoritariamente personas de color, afroestadounidenses o ‘inmigrantes’ hispanos».

«La realidad es que hay ocho millones más de pobres blancos que de pobres negros. El rostro de la pobreza en Estados Unidos no solamente es negro o hispano, sino también blanco, asiático y de muchos otros orígenes», afirma Alston.

El relator de la ONU considera que la estadounidense sigue siendo una sociedad crónicamente segregada.

Señala que los negros tienen 2,5 más probabilidades que los blancos de vivir en la pobreza, una tasa de mortalidad infantil 2,3 veces superior.

Su nivel de desempleo duplica el de los blancos y usualmente ganan solo 82,5 centavos para cada dólar que obtienen estos. Además su tasa de encarcelamiento es 6,4 veces mayor.

«Estas vergonzosas estadísticas solo pueden ser explicadas por la duradera discriminación estructural basada en la raza, lo que refleja el legado duradero de la esclavitud», concluye Alston.

Fuente: http://www.el-nacional.com/noticias/bbc-mundo/duras-criticas-por-pobreza-extrema-que-hay-pais-mas-rico_241838

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Andrew Smart: “Los algoritmos son invenciones culturales: pueden ser más racistas que nosotros”

Entrevista a Andrew Smart

El autor de ‘El arte y la ciencia de no hacer nada’ se pregunta qué podemos entender sobre nuestra conciencia gracias al despertar de la inteligencia artificial

El 16 de abril de 1943, el químico suizo Albert Hofmann se convirtió en el primer hombre en consumir LSD aquella tarde en la que percibió “un flujo continuo de imágenes fantásticas y formas extraordinarias con un juego de colores caleidoscópico”. El 11 de mayo, el ordenador Deep Blue venció en una partida de ajedrez a Gary Kaspárov. Y el 6 de mayo de 2010, el día del “crack relámpago”, el Dow Jones cayó 600 puntos en cinco minutos a causa de un ataque informático. Son tres acontecimientos sin aparente relación que, no obstante, forman parte de la narrativa de ‘Más allá de ceros y unos‘, el último libro del científico e ingeniero Andrew Smart.

En el volumen, el colaborador de la Universidad de York se pregunta acerca del funcionamiento del cerebro humano desde una perspectiva neurológica y filosófica y sobre la posibilidad de que una inteligencia artificial pueda desarrollar una verdadera conciencia; entre nuestro cerebro y el fantasma en la máquina, el LSD se convierte en la bisagra olvidada que nos puede ayudar a entender por fin nuestra subjetividad. Una pregunta pertinente en un momento en los avances en inteligencia artificial nos hacen preguntarnos si en muy poco tiempo no podremos encontrarnos con un robot tan humano como cualquiera de nosotros. Smart no está muy seguro sobre dicha posibilidad, sugiriendo que aunque posible, quizá estemos exagerando las probabilidades.

Pero lo que de verdad interesa a Smart es comprender el funcionamiento de la conciencia humana, mucho más que el producto de un simple órgano gestor de información como la neurociencia actual parece defender. Como él mismo concluye en el libro, no cree “que sea una locura empezar a intentar diseñar ordenadores con el propósito de ofrecerles experiencias psicodélicas, pues es posible que al intentarlo logremos resolver por fin el misterio de la consciencia natural y artificial, y con ello salvar a la raza humana”. ¿De qué? Smart nos da la respuesta a través del correo electrónico.

Asusta que ni siquiera los ingenieros que construyeron esos sistemas puedan explicar cómo funcionan

PREGUNTA. Una idea que se repite en el libro es que estamos aún muy lejos de crear una verdadera inteligencia artificial, y que estamos exagerando las consecuencias negativas de que ello ocurra. Entonces, ¿quién y por qué esta interesado en que pensemos que una inteligencia artificial divina nos gobierne dentro de 30 años?

RESPUESTA. Mi sensación es que la tecnología de aprendizaje de las máquinas está acercándose a lo que los humanos hacen en determinadas áreas, como jugar al Go o reconocer una voz y mantener conversaciones aparentemente humanas. La gente se asusta porque nos estamos acercando al valle inquietante, así que atribuimos poderes mágicos a esos sistemas. Pero es importante recordar que la inteligencia artificial (o el aprendizaje de las máquinas) es una abstracción estadística de unos datos dados. No es más que utilizar una cantidad inimaginable de información con ordenadores súper rápidos y poderosos y algoritmos sofisticados para hacer predicciones cada vez mejores. Por supuesto que asusta que ni siquiera los ingenieros que construyeron esos sistemas puedan explicar cómo funcionan; por ejemplo, el aprendizaje profundo funciona muy bien en ciertas áreas, pero nadie sabe por qué.

La creencia en un Dios de la inteligencia artificial probablemente se deriva de ciertos impulsos religiosos residuales entre algunos grupos de Silicon Valley. Dios, en el sentido religioso, no existe, pero puede que ahora seamos capaces de resucitar (valga la redundancia) esa creencia en fuerzas sobrehumanas. Para mí la idea de una inteligencia artificial divina, como un oráculo que puede predecirlo todo, es ridícula. Es cuestionable si es posible, e incluso si lo es no quiero vivir en un mundo de dioses, sean ordenadores o no. En parte, hablar de dioses de la inteligencia artificial mola en términos de ciencia ficción, y hay mucha gente en Silicon Valley intentando llevar esas fantasías a la vida real.

P. Tendemos a creer a pies juntillas en la metáfora del cerebro como un ordenador. Una vez más, señala que es incorrecto. ¿A quién le conviene? ¿A compañías como Google/Alphabet, que comercian con información?

R. Es cierto que entre la gente que trabaja con la inteligencia artificial hay una visión profundamente arraigada de que el cerebro es, literalmente, un código que ejecuta algoritmos, neuronales en su caso. Intento refutar esta idea en el libro. No estoy seguro de quién puede beneficiarse económicamente de ello, pero es una conjetura popular incluso en la neurociencia –existe un campo llamado neurociencia computacional– que asume que el cerebro es un sistema de ordenador.

El autor, Andrew Smart.
El autor, Andrew Smart.

Esta idea que apenas se ha discutido ha sido reforzada por los recientes avances en inteligencia artificial que han sido inspirados por las teorías sobre el funcionamiento del cerebro. Así que la lógica es la siguiente: desarrollamos algoritmos basados en las teorías del cerebro y funcionan muy bien, así que el cerebro está hecho de algoritmos. En el libro señalo que son modelos. Buenos, pero nada más que modelos. Esto nos lleva al debate filosófico sobre el realismo, y diría que soy un realista científico, pero no entendido como información o algoritmos. Creo que son invenciones culturales: el mundo no está hecho ni de información ni de algoritmos.

P. Al final del libro, recuerda que Google es ya un poco como una inteligencia artificial maligna, al reducir la experiencia humana a algoritmos. ¿Cuál es el peligro de herramientas como esa, ahora y en el futuro?

R. Lo que más asusta es que nuestro comportamiento está influido por nuestras interacciones con los ordenadores en formas de las que no somos conscientes, por lo que los algoritmos se perfeccionan y predicen mejor lo que haremos, lo que nos lleva a hacer aquello que han predicho los algoritmos, y nos empuja a un ciclo de retroalimentación donde nuestra libertad está constreñida a ser consumidores perfectos, clicando en las cosas en las que el sistema quiere que pinchemos. Tengo miedo de que el mundo algorítmico nos haga menos conscientes de nuestras decisiones, y que seamos empujados a patrones predecibles de consumo.

P. ¿Qué piensa de gente como Ray Kurzweil, Sergey Brin, Larry Page o Elon Musk? ¿Creen realmente en lo que dicen sobre el futuro, o simplemente están sirviéndose a sí mismos vendiendo trucos de magia?

R. No creo que crean de verdad en ello; si tienes razón o no, es otra cuestión.

P. Al mismo tiempo, muestra que, al contrario de lo que Kurzweil defiende, hay un gran margen para que ocurran graves errores de funcionamiento en los ordenadores que empleamos, por ejemplo, en el ‘high speed trading‘, que puede tumbar la bolsa en cuestión de segundos. ¿Estamos ciegos ante los problemas a los que podemos enfrentarnos si estos sistemas se viniesen abajo de repente?

R. Sí, es un área de investigación muy activa. Los defensores de la inteligencia artificial piensan que esta corregirá nuestros sesgos y debilidades humanas, pero recientes investigaciones recientes han mostrado que es al revés: el aprendizaje de las máquinas de hecho amplifica nuestros prejuicios. Por ejemplo, en la política predictiva o el sistema de justicia criminal, los algoritmos son más racistas que los policías y jueces humanos. Esto se debe a que los datos que alimentan los algoritmos vienen de informes policiales sesgados, que vigilan especialmente determinados barrios, así que si utilizas dichos datos un algoritmo estadístico preverá que hay más crimen donde hay una mayor presencia policial. Y sí, en términos de sistemas complejos y seguridad, puede haber eventos catastróficos acechando de los que no somos conscientes porque damos por hecho determinadas probabilidades. A medida que somos más dependientes de estos sistemas, más frágil será la economía global.

La creencia de que la naturaleza está formada por información es ideológicamente útil

P. ¿Nos hemos convertido en neoplatónicos que consideran que todo es información? ¿Cuál es el problema con este nuevo paradigma?

R. Científicamente es importante dirigir nuestras conjeturas sobre la naturaleza de la realidad en la dirección correcta, de lo contrario nos perderemos en cuestiones absurdas, por ejemplo, buscando información en el cerebro. El otro problema que veo es que esta creencia de que la naturaleza está formada por información puede funcionar a un nivel ideológico, ya que se supone que todos somos consumidores racionales de información. Esto puede entorpecer los movimientos críticos y la organización social contra el poder del capital. También me resulta interesante la relación entre la información y el capital: nadie piensa que el universo esté formado por capital, y aun así hay una equivalencia entre el capital y la información como ideas abstractas que sin embargo tienen un impacto real en el mundo. ¿Por qué somos tan rápidos al asumir que las cosas están hechas de información, y suena absurdo decir que los átomos son capital?

P. Una de las posibilidades relacionadas con la inteligencia artificial es que terminemos creando algo muy parecido a una conciencia, que hable como una conciencia, se comporte como una conciencia e incluso piense como una conciencia… pero que para nada sea una conciencia. ¿Es imposible saber si hemos creado realmente una conciencia semejante a la humana, o siempre habrá un margen de duda?

R. Es una pregunta muy difícil de contestar pero estoy de acuerdo en que muy pronto tendremos sistemas que no será fácil diferenciarlos de los humanos. No estoy seguro de si habrá un robot humanoide así, pero mientras interactúes con un ordenador, será cada vez más difícil saber si es una persona o una inteligencia artificial. Si no estás seguro, siempre habrá preguntas que solo un humano con cierta experiencia pueda responder. Esta prueba de conciencia subjetiva es muy difícil: por ejemplo, asumimos que todos con los que interactuamos son también conscientes, pero no podemos comprobarlo más que observando un comportamiento que asumimos que el de un humano consciente. Podemos medir toda actividad cerebral relacionada con las distintas etapas de la conciencia; pero incluso en esos casos, no sabemos si “objetivamente” alguien está experimentando algo. Así que una vez los ordenadores comiencen a comportarse de formas cada vez más humanas, ¿cuál es la diferencia? No conozco la respuesta, porque por supuesto, si le preguntas al ordenador si es consciente, te dirá “sí”. Pero a menos que veamos a una persona desmayarse, no le vamos a preguntar “¿estás consciente?”

P. Mientras leía el libro, recordé su anterior trabajo, ‘El arte y la ciencia de no hacer nada‘. Me hizo pensar que quizá no hacer nada, ser un poco vago, puede jugar un papel semejante al del LSD que propone en su libro: ¿podría una inteligencia artificial decidir ser vaga, al igual que los humanos pueden hacerlo? ¿Qué demostraría?

R. Por ahora la inteligencia artificial no tiene sus propios objetivos. La arquitectura de la red neuronal está creada por humanos, así como los datos que los alimentan, y el algoritmo de aprendizaje, y las tareas… y por ahora ninguno ha aprendido a cambiar sus objetivos o su propio algoritmo, pero esto está evolucionando, y probablemente más rápido de lo que algunos creen. Pronto serán capaces de aprender a aprender: es lo conocido como “metaaprendizaje”. Pero no está fuera de nuestras posibilidades que en el futuro cercano un sistema de inteligencia artificial pueda ser capaz de entender algo sobre su proceso de aprendizaje, y entonces darse cuenta que determinadas cosas le pueden ayudar, ¡como descansar! Si esto ocurre, puede ser muy interesante.

Albert Hofmann.
Albert Hofmann.

P. En el libro defiende que el LSD es una herramienta para comprender cómo funcionan nuestra percepción y conciencia (tanto para humanos como para robots). ¿Cuál es el mito más peligroso que existe sobre el LSD?

R. El LSD, junto a la terapia de conversación, tiene un enorme potencial para ayudar a la gente adicta a otras sustancias o al alcohol. Aunque suene paradójico, hay muchas investigaciones sobre esto en los años sesenta que se han perdido a causa de la histeria que existe sobre la droga en EEUU. Así que durante 50 años podríamos haber disfrutado de un tratamiento muy efectivo para la adicción que nadie podía conseguir a causa de esta controversia sobre la droga. Albert Hoffmann terminó decepcionado por lo que ocurrió con el LSD, ya que realmente creía en su potencial terapéutico y creo que tenía razón. Afortunadamente ahora está resurgiendo esta clase de investigaciones.

P. ¿Qué cree que ocurrirá con el LSD en el futuro inmediato? ¿Volverá a ser investigado desde un punto de vista médico? ¿Se convertirá en una forma habitual de conocernos a nosotros mismos en las sociedades occidentales, quizá poniéndose de moda en Silicon Valley?

R. Sinceramente espero que las investigaciones continúen desde un punto de vista médico, y esto está ocurriendo de forma exponencial. Puede llegar a generalizarse. Sin embargo, espero que la cultura cambie para integrar la experiencia del LSD, en lugar de simplemente utilizarlo para ser más productivo como alguna gente hace con las microdosis. Incluso la gente en Silicon Valley se ha dado cuenta de que estamos en crisis y que se necesita una transformación cultural fundamental para atajar el cambio climático, la desigualdad y la fragmentación/polarización. El LSD por supuesto que podría facilitar esta clase de cambio, como empezó a hacer en los años 60, pero hay poderosos intereses que no desean que se produzca una transformación cultural a un mundo más consciente, medioambientalmente viable, igualitario y justo. Como en los 60, podría haber una especie de reacción si comienza a cambiar la cultura. Lo veo como una coproducción: la cultura debe ser receptiva a ser transformada y el LSD puede conseguirlo.

Fuente: https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2018-06-21/andrew-smart-robots-psicodelia-conciencia_1581609/

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La negación del cambio climático está asociada al racismo

Por: Tendencias 21 

También tiene que ver con la edad y el conservadurismo político, según un estudio

La negación del cambio climático tiene que ver con la edad, el conservadurismo político y el racismo, ha descubierto una investigación realizada sobre la sociedad norteamericana. Esta mezcla de racismo y política en lo que respecta al cambio climático es especialmente peligrosa porque provoca programas discriminatorios y ahonda la brecha social.

Las personas que no creen que el cambio climático sea real tienen más probabilidades de ser viejas, más propensas a ser republicanas y más propensas a ser blancas. También tienen más probabilidades de tener creencias racistas, según un estudio publicado en Environmental Politics, del que informa  la revista norteamericana Sierra.

Esta relación es un fenómeno relativamente reciente, que ocurrió a raíz de las elecciones de Barack Obama en 2008. Las personas que impulsaron a Obama a tomar medidas sobre el cambio climático a menudo lo criticaron por ser demasiado cauteloso en relación con los riesgos económicos, ambientales y de salud pública que plantea el cambio climático.

Pero el estudio plantea que, por moderadas que fueran las políticas de Obama, la mera existencia del primer presidente afroamericano de Estados Unidos que habló de cambio climático en el discurso sobre el Estado de la Unión y se unió al acuerdo climático de París, se relaciona con un número significativo de estadounidenses blancos que decidieron no secundar la política sobre el cambio climático.

Esta relación también se ha documentado con respecto a la reforma de la atención de la salud: después de que el gobierno de Obama la convirtiera en una prioridad, un conjunto de estadounidenses blancos que habían apoyado el tema durante la administración Clinton, repentinamente cambió su posición.

«No estoy tratando de afirmar en el estudio que la raza es el componente individual más importante o necesariamente masivo de todas las actitudes ambientales», explica Salil Benegal, autor del estudio, pero es algo significativo que deberíamos observar».

Benegal llegó a esta conclusión al observar dos colecciones de datos: Pew Data y los Estudios Electorales Nacionales de Estados Unidos (ANES), que entrevistan a una muestra nacional de votantes, antes y después de cada elección presidencial, sobre lo que denominan “resentimiento racial» contra los afroamericanos.

Obama destapa el racismo

Descubrió que el porcentaje de estadounidenses blancos que dijeron que creían que el cambio climático es un problema muy grave, disminuyó durante la administración Obama. También que los republicanos blancos mejor posicionados por su resentimiento racial tenían tres veces más probabilidades de estar en desacuerdo con la afirmación de que el cambio climático era real.

En otro artículo publicado por Benegal y Lyle Scruggs en la revista Climatic Change, se puso de manifiesto, a través de las encuestas Gallup sobre el estado de la opinión pública, que la creencia en el cambio climático como real y causada por los humanos, ha disminuido entre los votantes republicanos en el último año.

Anteriores encuestas de Gallup, realizadas a finales de los años 90, reflejaron una pequeña brecha entre demócratas y republicanos en sus respuestas al cambio climático. Sin embargo, hoy los votantes demócratas tienen casi el doble de probabilidades que los republicanos de estar de acuerdo con el consenso científico sobre el cambio climático, posiblemente porque los políticos republicanos están bajo una mayor presión por parte de los donantes y otros republicanos, para no reconocer su existencia.

Los políticos han desplegado incesantemente mensajes políticos con trasfondos racistas, porque recurrir a los prejuicios y la paranoia realmente motiva a las personas racistas y paranoicas a presentarse y votar, señala Benegal.

Esta mezcla de racismo y política en lo que respecta al cambio climático es especialmente peligrosa porque, históricamente, cuando el racismo y la política se juntan, el resultado es una política realmente terrible, añade. 

Tomar decisiones políticas sin tener en cuenta el racismo ha tenido efectos desastrosos en el pasado, entre otros el hecho de que las industrias contaminantes se hayan desplazado a comunidades no blancas, en lugar de limpiar su actividad tóxica o cerrar sus instalaciones. 

En la actualidad, el criterio racista conduce todavía a que programas estatales, locales y federales, respondan selectivamente a la amenaza planteada por el cambio climático y consideren que algunas comunidades son más dignas de ayuda que otras, después de los desastres climáticos. 

Benegal concluye: “creo que lo importante es entender que las actitudes raciales y la identidad partidista se están alineando más estrechamente y van de la mano para un número creciente de problemas. Estamos notando las interacciones entre estos factores con mayor frecuencia. Es importante entender cómo la raza y el partidismo están unidos en tantos asuntos».

Fuente: https://www.tendencias21.net/La-negacion-del-cambio-climatico-esta-asociada-al-racismo_a44618.html

Referencias

The spillover of race and racial attitudes into public opinion about climate change.  Salil D. Benegal. Environmental Politics, Pages 733-756. DOI:https://doi.org/10.1080/09644016.2018.1457287

Correcting misinformation about climate change: the impact of partisanship in an experimental setting. Salil D. Benegal, Lyle A. Scruggs. Climatic Change, May 2018, Volume 148, Issue 1–2, pp 61–80. DOI:https://doi.org/10.1007/s10584-018-2192-4

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Cambridge y Oxford, espacio vetado para los universitarios negros

Estados Unidos/16 de Junio de 2018/El Periódico

Un estudio desvela la escasa propensión de estos centros a aceptar estudiantes afrocaribeños

Los últimos datos revelados por la Universidad de Cambridge muestran que seis de sus 29 facultades han admitido menos de 10 estudiantes negros entre el 2012 y 2016. Una de ellas, el St Edmund’s College, no aceptó ningún estudiante negro de entre los 35 que solicitaron una plaza durante estos cinco años. Estos datos han sido revelados por el diario Financial Times, que solicitó una acta de libertad de información, que permite reclamar una información concreta a entidades públicas.

Estos datos ven la luz después de que el mes pasado se supiera que una de cada cuatro universidades de Oxford no aceptó a ningún estudiante de origen afrocaribeño entre 2015 y 2017 y que los estudiantes blancos tenían el doble de opciones de ser admitidos en igualdad de condiciones.

Propósito de enmienda

La Universidad de Cambridge ha admitido la existencia de este déficit, pero también ha explicado que este año se ha incrementado el número de estudiantes negros en un 62%. También ha dicho que están trabajando para cambiar esto pero que “aun hay que hacer mucho más” y que no lo pueden hacer ellos solos sino que necesitan la ayuda de las escuelas.

Cambridge destaca que han aumentado la partida económica destinada al programa Objetivo Oxbridge, que ofrece asesoramiento individual, cara a cara, a los estudiantes negros en las escuelas, para que se preparen mejor para poder entrar en Oxford y en Cambridge, las dos universidades más prestigiosas del país.

Marcar la pauta

En este sentido, el diputado laborista de origen guyanés, David Lammy, explicó que cuando un joven estudiante negro con las mejores notas de un barrio complicado solicita entrar en Cambridge y lo rechazan, “al año siguiente los vecinos de su misma etnia, brillantes estudiantes, ya no intentan entrar”. El año pasado Lammy, que abandera la lucha contra la falta de diversidad en las universidades, ya acusó el año pasado a Oxford y Cambridge de “apartheid social”.

Fuente: https://www.elperiodico.com/es/internacional/20180605/cambridge-y-oxford-espacio-vetado-para-los-universitarios-negros-6858013

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Estados Unidos: Violencia intraescolar reduce número de maestros en Nebraska, según informe

Estados Unidos/09 de Junio de 2018/Hoy Los Ángeles

Cada vez menos universitarios de Nebraska se dedican a carreras docentes, mientras aumenta la disparidad étnica y racial entre maestros y estudiantes, según reveló hoy un reporte de la Asociación Estatal de Educación de Nebraska (NSEA, en inglés).

El informe, difundido en la ciudad de Norfolk, indica que la prioridad de NSEA para 2018 es reclutar nuevos maestros, al detectarse que en los últimos cinco años se redujo en un 20 % la cantidad de futuros educadores, una reducción que llega al 50 % comparada con los números de 2005.

El reporte de NSEA enumera varios factores que alejan a los potenciales interesados de la docencia, siendo la violencia dentro de las escuelas el principal factor.

Otra razón son las nuevas responsabilidades docentes, ya que se les pide a los maestros «que enseñen cosas que en generaciones anteriores eran responsabilidad de los padres», anota el informe.

En Omaha, por ejemplo, el 89 % de los maestros son blancos, y el 72 % de los alumnos son de minorías, según el Departamento de Educación estatal.

En ese contexto, mientras que más del 80% de los estudiantes blancos aprueba los exámenes escolares, sólo entre el 41 % y el 63 % de las minorías lo hace, dependiendo de la materia.

NSEA gestionó un subsidio de poco más de 335.000 dólares de la Asociación Nacional de Educación, que se usará específicamente para «aumentar la diversidad entre los docentes de Nebraska» hasta que éstos reflejen la demografía del estado.

Pero ese proceso requeriría dos décadas. Mientras tanto, el estado seguirá un plan aprobado esta semana por el Departamento de Educación federal para reducir a la mitad, en 2028, la cantidad de estudiantes «no competentes» en las escuelas locales.

Aunque el salario promedio de los docentes en Nebraska (unos 54.000 dólares anuales) es superior al de los estados vecinos, se ubica 20.000 dólares por debajo de estados como Alaska y Nueva York, según el Buró de Estadísticas Laborales de Estados Unidos.

Fuente: http://www.hoylosangeles.com/lomasweb/efe-3642143-14260462-20180607-story.html

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Académico cubano cuestiona que educación en Latinoamérica coloque como guía al pensamiento “norte-céntrico”

Cuba/09 de Junio de 2018/La Diaria

Según Luis Salazar, está pendiente una “batalla cultural”

Luis Salazar es graduado en Ciencia Política con un posgrado en Filosofía. Además, es doctor en Ciencias Sociológicas y en Ciencias, por lo que alcanzó el máximo reconocimiento académico conferido por la Comisión Nacional de Grados Científicos de la República de Cuba. También fue presidente de la Asociación Latinoamericana de Sociología y ejerce como profesor en el Instituto Superior de Relaciones Internacionales y de la Facultad de Filosofía e Historia de la República de Cuba. Salazar pasó por Montevideo y planteó que en Latinoamérica la historia se aborda a partir del relato de las “clases dominantes” y en forma segmentada.

Una de tus especialidades es el pensamiento martiano ¿Cuáles son los planteos de José Martí que siguen siendo desafíos latinoamericanos?

Martí es infinito. Dijo muchas cosas de los problemas que tenía Latinoamérica a finales del siglo XIX. Fundamentalmente, nos dejó una gran tarea que está aún está vigente: luchar por la segunda independencia de América, ya no frente al colonialismo español sino frente al imperialismo norteamericano. También dejó planteado el ideal de unas repúblicas con todos y para el bien de todos, de una América Latina que abandonara los supuestos del modernismo y de la modernización y que reconociera sus propias raíces, las de los pueblos originarios y de los provenientes de África, que habían venido como esclavos. Dejó planteada la necesidad de una república moral, de la ética como uno de los fundamentos que debían tener las repúblicas latinoamericanas. Cuando miramos lo que está pasando en muchos países latinoamericanos respecto de la corrupción de las clases dominantes y a veces de algunos dirigentes, su pensamiento recoloca esa carga ética y de llamamiento a la lucha que Martí planteó.

A 100 años de la Reforma de Córdoba, ¿considerás que sus propuestas conservan valor y vigencia?

Aunque nos parezca raro, muchas de las propuestas de la Reforma de Córdoba de hace 100 años aún no se aplican en la mayoría de las universidades de Latinoamérica. Por ejemplo, el tema de que la universidad no se puede encerrar en sus muros, que tiene que ir a la sociedad; aún persiste un gran elitismo. Además, estamos viendo algo que no existía en aquel momento, que es la privatización de la enseñanza universitaria, la aparición cada vez más generalizada de universidades privadas a las que se les dice peyorativamente “universidades garaje”. En muchos casos, tampoco existen la autonomía universitaria y la voz de los estudiantes, cuyas demandas suelen ser vulneradas.

¿Cómo se educa sobre el pensamiento latinoamericano en las instituciones formales y cómo se hace en Cuba?

Hay una gran contradicción en torno a eso. La educación que se imparte hoy en todo el sistema de enseñanza y todas estas reformas (que yo llamo contrarreformas educativas) colocan como guía el pensamiento norte-céntrico. Respecto de América Latina, aprecio con mucha preocupación, y lo he podido constatar en mi recorrido por el continente, que la historia que se imparte es la construida por las clases dominantes. Es, por tanto, una historia sesgada, que no se condice ni explica los procesos de lucha que se están dando, ni los sujetos que participan en esos procesos. Es una educación que tiende a generar miradas nacionales sin conectar con el resto de América. En Argentina, historiadores prestigiosos como Norberto Galasso han demostrado cómo en ciertos aspectos la historia de ese país fue montada sobre mentiras, y que para construirlas incluso tuvieron que destruir documentos y rearmarlos con el fin de generar una historia argentina descontextualizada del resto de América Latina. La figura de José de San Martín, uno de los grandes libertadores de nuestra América, no se estudia lo suficiente. Permanente se insiste en la discrepancia entre Simón Bolívar y San Martín para demostrar que Bolívar era un autoritario y San Martín un ilustre. Nada de esto está demostrado, y cada vez llegan más evidencias sobre los entendimientos tan profundos que hubo entre Bolívar y San Martín en su entrevista de Guayaquil. Se versea la historia hasta en la creación de la bandera argentina, o en las estrofas que hablaban de la lucha por la independencia que le quitaron al himno nacional, para quitarle todo aquello que conectara con una vocación latinoamericana. En Cuba, eran escasos los profesores que hablaran de Martí, de Carlos de Céspedes o de Antonio Maceo antes de la revolución. Todo aquello formó parte de la batalla cultural que siempre está implícita en todo proceso de cambio y de los intereses populares y nacionales. Uno de los deberes fundamentales es divulgar, construir una nueva historia que sea la de los oprimidos y no la de los dominantes.

¿Los estados nacionales que se generaron a partir de la exclusión de lo negro u originario tienen muy marcado ese tipo de relato histórico?

Eso es lo que yo llamo el pecado de la modernidad latinoamericana. Ya lo dijo Martí: “Estúdiese primero la historia de los incas, aunque no se estudie la de los arcontes de Grecia. El libro francés y norteamericano no tienen respuestas a los problemas de nuestra América”. Todas esas cuestiones planteadas por él aún forman parte de los problemas educativos actuales en los distintos países latinoamericanos.

¿Estos problemas están acentuados por la globalización?

Están acentuados por cómo se forman los procesos ideológicos, con todo este tema de la posmodernidad, que precede a la globalización neoliberal en su máxima expresión. Son ideas que empiezan a surgir en los años 70 del siglo XX, con las teorías de la fragmentación del sujeto, de que se acabaron las utopías, se acabó la historia, todo esto hoy está incorporado a las bibliografías. Hoy se les pide a los estudiantes que conozcan la bibliografía que se produce en el norte y no la que produce el pensamiento latinoamericano. De hecho, los propios profesores están compelidos a buscar méritos en publicar en las grandes revistas del norte. Y publican pensamientos que no son críticos, que son –para utilizar una expresión de Aníbal Quijano y de los estudios poscoloniales– un pensamiento colonizado, forma parte de esa colonización del saber y del ser. La globalización neoliberal lleva en sí un componente que bien se puede llamar de “guerra cultural”, porque esta no es sólo económica o política, tiene también un componente civilizatorio y cultural. En Latinoamérica y el Caribe se puede apreciar en el hecho de que nuestros niños sepan quién es Mickey Mouse y no quién es Simón Bolívar.

¿Un ejemplo de esa guerra cultural es la imposición del idioma inglés?

Yo matizaría eso. Evidentemente, el inglés es el idioma predominante en el lenguaje de la técnica, de la ciencia y de la las nuevas tecnologías de la comunicación y la información. En ese sentido, no hay forma de escaparse de eso. De hecho, en Cuba el sistema educativo ha estado discutiendo que si queremos insertarnos en este mundo del conocimiento, necesariamente nuestros educandos tienen que aprender inglés. No tenemos los instrumentos, como hacen los españoles, de llevar al castellano muchas de las palabras que han surgido de aquellos que hoy monopolizan los conocimientos científicos contemporáneos. Además, dentro de las mismas lenguas existen luchas de descolonizaciones del saber y del ser, como entre el portugués de Portugal y el de Brasil, o el español de Latinoamérica y el de España, que son distintos.

¿Cómo es abordada Cuba en la educación latinoamericana?

Prácticamente en ninguna universidad latinoamericana se estudia nada que tenga que ver con la revolución cubana, se la nombra al pasar y de mala manera, cuando fue un hecho trascendente del siglo XX. Está silenciada. No se aborda en profundidad lo que la revolución cubana puede decir como laboratorio social, lo que enseña, y en su dialéctica con las demás luchas latinoamericanas, porque Cuba es una isla pero no una ínsula, también forma parte de América. Desde el territorio continental se habla de América Latina, no de América Latina y el Caribe. Existen estados nacionales que no son de origen latino, como las Antillas o territorios independientes en el Caribe británico, pero también existen territorios colonizados por Gran Bretaña. En esa región del Caribe tenemos a Haití, del que se habla muy poco, a pesar de haber tenido la primera revolución de liberación nacional y social que se produjo en el continente, que además fue hecha por esclavos. No se habla del Caribe neerlandés, nunca sabemos nada de lo que sucede en esos países, no se habla de Surinam, de Aruba, de Curazagua, de Bonaide, de San Martín, de Martinica ni de Guadalupe, que están colonizadas por Francia; no se habla de Puerto Rico, que sigue colonizado por Estados Unidos. Para el conocimiento que se difunde no solamente de la historia sino también de la geografía no existe el Caribe. Lo que Martí llamaba “las dolorosas islas del Caribe”.

Fuente: https://educacion.ladiaria.com.uy/articulo/2018/6/academico-cubano-cuestiona-que-educacion-en-latinoamerica-coloque-como-guia-al-pensamiento-norte-centrico/

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Brasil: Gobierno de Temer podría dejar a 4 mil indígenas sin estudios

América del sur/Brasil/07 Junio 2018/Fuente: Telesur tv

El Ministerio de Educación de Brasil informó a estudiantes indígenas y quilombolas que habrá un recorte en las becas que les otorgaba el Estado.

El Ministro de Educación (ME) de Brasil, Rossieli Soares, informó a una comisión de estudiantes indígenas y quilombolas que debido ajustes solo dispone de una 800 becas anuales para ofrecer a los estudiantes universitarios.

Esta información emitida por el Ministerio brasileño podría dejar fuera de las universidades a cuatro mil indígenas becados que se beneficiaban del apoyo del Gobierno para mantener sus estudios.

Soares pidió a la comisión estudiantil procedente de Brasilia la creación de un grupo de trabajo que establezca «criterios» para definir quién recibiría la ayuda, solicitud a la que los estudiantes se negaron.

Que se nos pida que creemos una comisión para que cuatro personas resuelvan el problema del Gobierno, es la manera en la que el Ministerio de Educación quiere justificar la realidad de que está privando a indígenas y quilombolas a la enseñanza superior, dijo una representante de los estudiante, Marcley Pataxó

Comentó que esta solicitud «hiere los derechos de los pueblos».

Por su parte, Luana Kumaruara, estudiante de antropología de la Universidad Federal del Oeste de Pará (Ufopa), señaló que la reunión solo se trato de escuchar la imposición del ministro referente a una decisión que ya estaba tomada, «esta reunión muestra los retrocesos en nuestros derechos, donde se intenta atacar una política ya garantizada».

Para el coordinador Movimiento Unido de los Pueblos y Organizaciones Indígenas de Bahía (Mupoiba), Káhu Pataxó, el racismo sistemático del Estado brasileño contra los pueblos indígenas y quilombolas es evidente y aseguró que para el Gobierno actual de Brasil la educación no es una prioridad.

Fuente: https://www.telesurtv.net/news/gobierno-temer-indigenas-estudios-educacion-20180531-0025.html

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