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OIT: Aumenta el trabajo infantil en Medio Oriente y norte de África por conflictos

Redacción: Telesur

Los niños están cada vez más involucrados en peores formas de trabajo infantil y en conflictos armados, según el estudio.

Un informe avalado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) reveló que el trabajo infantil en Medio Oriente y en el norte de África ha aumentado en la última década por los conflictos y crisis.

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El texto, titulado «El trabajo infantil en la región árabe: un análisis cuantitativo y cualitativo», también relaciona el incremento de los niños refugiados y los desplazados internos con las guerras en la región.

Sin embargo, el director regional adjunto para los Estados Árabes de la OIT, Frank Hagermann, indicó que la falta de datos de años anteriores hace difícil calcular la cifra exacta del aumento del trabajo infantil.

Peores formas de trabajo infantil

El informe asevera que los niños «están cada vez más involucrados en las peores formas de trabajo infantil» en la región árabe, en referencia a trabajo en la calle, servidumbre por deudas, matrimonios precoces y explotación sexual con fines comerciales.

En este sentido, el estudio señala que los menores «son víctimas de una grave y preocupante explotación, abusos y violación de sus derechos».

«La agricultura concentra más de la mitad del trabajo infantil en países como Yemen, Sudán y Egipto. Este sector se caracteriza por un ingreso precoz al trabajo en comparación con otros sectores», detalló Abdessalam Ould Ahmed, asistente del director general de la FAO y representante regional para el Cercano Oriente y África del Norte.

Conflictos armados

Los niños también son víctimas de la participación directa e indirecta en los conflictos armados. De hecho, en la última década hubo un aumento en el reclutamiento y uso de menores por parte de grupos armados, sobre todo en Yemen, Siria e Irak.

Actualmente, más de la mitad de los países árabes atraviesan conflictos, que han dejado como consecuencia muertes, flujos de refugiados y desplazados internos.

Fuente: https://www.telesurtv.net/news/aumenta-trabajo-infantil-medio-oriente-norte-africa-conflictos-20190320-0033.html

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13,5 millones de niños están afectados en África por la pobreza, el cambio climático y el desplazamiento por conflictos

Redacción: Nueva Revolución/20-02-2019

En África están ubicados los 28 países más pobres del mundo, una situación que pone en peligro la supervivencia y el bienestar de los grupos sociales más vulnerables, entre ellos, los niños.

Con motivo de la próxima cumbre de la Unión Africana, que se celebra el 10 y el 11 de febrero en Addis Abeba, Etiopía, UNICEF instó a sus integrantes a trabajar en común para tratar las causas negativas que implica la migración irregular y responder a las necesidades de los niños desarraigados de todo el continente. Casi uno de cada cuatro migrantes en África es un niño, más del doble del promedio mundial, y que el 59% de los 6,8 millones de refugiados en los países africanos son menores.

Es necesario reforzar las políticas nacionales y la cooperación regional e internacional entre estados para defender los derechos, velar por la seguridad y ayudar a alcanzar el potencial de los 13,5 millones de niños desarraigados que viven en el continente africano. Los gobiernos del continente reunidos durante la cumbre de la Unión Africana  a implementar políticas y programas para proteger, empoderar e invertir en los niños refugiados.

Algunos países ya han adoptado medidas positivas concretas y que existen muchas iniciativas prometedoras: en Zambia los menores no acompañados no son enviados a centro de detención, en Rwanda las normativas vigentes protegen a los niños contra la apatridia, y la actualización de leyes en Etiopía sirve para garantizar que los niños refugiados tengan acceso a servicios esenciales como la educación.

En base a su  Programa de Acción de África para los niños y jóvenes desarraigados, UNICEF llama a  los gobiernos a:

  • Proteger a los niños en tránsito de la violencia, el abuso, la explotación y la trata;
  • Reforzar las respuestas transnacionales de protección.
  • Poner  fin a la detención de niños por motivos de inmigración.
  • Mantener la unidad familiar y otorgar a los niños un estatus legal.
  • Conservar las condiciones de aprendizaje de todos los niños migrantes y desplazados y dotarles de acceso a servicios de salud y otros servicios de calidad, sin ningún tipo de discriminación en base a su situación legal.
  • Abordar las causas subyacentes que originan el desarraigo de los niños de sus hogares.
  • Promover medidas para combatir la xenofobia y la marginación.

ACNUR, la Agencia de la ONU para los refugiados, calcula que alrededor del 51% de los refugiados que hay en el mundo son niños. Existen muchos otros niños que no figuran en esta estadística por el hecho de no haber sido registrados en los campos de atención y acogida.

Es necesaria la colaboración de los gobiernos de la Unión Africana a compilar y compartir datos “de mayor calidad, puntuales, accesibles y desglosados por edad y género”, con el objetivo de poseer un mayor conocimiento de cómo la migración y el desplazamiento forzado afectan a los niños y sus familias.

Fuente: https://nuevarevolucion.es/135-millones-de-ninos-estan-afectados-en-africa-por-la-pobreza-el-cambio-climatico-y-el-desplazamiento-por-conflictos/

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Bodoor, la refugiada siria que sueña con ser astronauta para ‘escapar de todo lo malo que pasa en la Tierra’

Redacción: Europa Press

La joven, de 17 años, cree que ‘es la forma de escapar de todo lo malo que pasa en la Tierra’

Bodoor es una joven siria de 17 años que vive en el campo de refugiados de Azraq, en Jordania, donde acude cada día al colegio, al que presta ayuda UNICEF. A pesar de las «dificultades», se siente «muy afortunada» de poder ir a la escuela y se esfuerza y estudia para ser astrónoma o astronauta y trabajar en la NASA porque cree que es la mejor vía para «escapar de lo malo que pasa en la Tierra».

«Me he adaptado a mi nueva vida (en el campo de refugiados) lo mejor que he podido. Es difícil, pero tengo que ser fuerte. Tengo que pensar en mi futuro», sostiene en un reportaje realizado por esta organización. Su asignatura favorita es Ciencias y, en especial, los contenidos sobre astronomía: «Me encanta el espacio».

Cuenta que esta afición surgió un día que se sentó, en medio de la oscuridad, en la puerta de su caravana y miró al cielo y observó las estrellas por primera vez en su vida. «Fue tan hermoso y sorprendente, que decidí aprender más (…) Busqué en Google qué son las galaxias, la Vía Láctea y ahí es decidí convertirme en astrónoma», afirma Bodoor, que comenzó a leer sobre la luna, los planetas, las galaxias, el sol o los asteroides. Según explica, cada vez que observa el cielo se siente «feliz» porque las estrellas «son coloridas y brillantes» y eso le aporta «serenidad». Es más, confiesa que cuando se siente triste o estresada, mira el cielo y se le pasa.

Bodoor es consciente de las dificultades que tienen las niñas como ella de estudiar y llegar a cumplir sus sueños porque la situación de partida de este colectivo es distinta a la de sus iguales varones. «Debería haber igualdad de trato entre niños y niñas porque no hay diferencia entre nosotros. Tenemos cerebro como cualquier niño», asevera.

Asegura que el «mayor desafío» para las niñas de su edad es cuando su familia les obliga a casarse sin completar sus estudios y sostiene que esos padres están «completamente equivocados» porque la formación da poder a las mujeres y les hace útiles en la sociedad.

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El sueño de Bodoor es trabajar en la @NASA y hacer un descubrimiento, pero es duro luchar por tu futuro desde un campo de refugiados.
Nuestros compañeros en Azraq, , trabajan para que ella y otras niñas sirias tengan el futuro con el que sueñan

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«Quiero ver nuestro planeta desde la luna y ver las estrellas más cerca. Si tengo la oportunidad, me veo trabajando en la NASA, en Estados Unidos, o estudiando Astronomía en una universidad de Gran Bretaña», afirma Bodoor, que espera contar con la ayuda y los apoyos necesarios para que esto no se quede solo en un sueño: «No hay nada imposible».

Fuente: https://tuotrodiario.hola.com/noticias/2019021579434/bodoor-refugiada-siria-suena-ser-astronauta/

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Etiopía da ejemplo con los refugiados

Redacción:La Vanguardia

Una nueva ley les permitirá trabajar, moverse por el país y abrir una cuenta bancaria

El Parlamento de Etiopía ha aprobado una ley que concede a casi un millón de refugiados el derecho a trabajar y a vivir fuera de los campos de acogida, con lo que se les reconocerá una mayor dignidad, al tiempo que se reducirá su dependencia de la ayuda exterior. Etiopía es el segundo país africano en número de refugiados después de Uganda, más de 900000, la mayoría procedentes de países vecinos en conflicto o con regímenes represivos: Sudán, Sudán del Sur, Somalia y Eritrea. Muchos de ellos huyeron a Etiopía hace años y tienen hijos nacidos en este país. Repartidos en una veintena de campos, en su calidad de refugiados no les estaba permitido trabajar hasta ahora.

La Administración para los Refugiados y Retornados anunció en su página de Facebook que “la nueva ley mejorará las vidas de los refugiados y de las comunidades de acogida”. Es de destacar que la nueva legislación está en línea con el compromiso de Etiopía con el Pacto Global sobre Refugiados de Naciones Unidas, que fue adoptado en diciembre y que busca ampliar los derechos de los refugiados y aliviar la carga del país de acogida. Hay que recordar que este acuerdo es distinto del Pacto Global sobre Migración, que fue rechazado por varios países europeos, entre ellos Italia, Austria, Hungría y República Checa.

Este tipo de legislación no solo es lo que hay que hacer, sino que es lo más inteligente

Los refugiados podrán salir de sus campos, acudir a escuelas normales, viajar por el país, trabajar y abrir una cuenta bancaria. El presidente de la Comisión de Inversiones de Etiopía, Fitsum Arega, ha declarado que la nueva legislación forma parte de un programa que, al coste de 500 millones de dólares, planea crear 100.000 puestos de trabajo, el 30% de los cuales irían destinados a los refugiados. “Esto ayudará a los refugiados e impulsará la industrialización de Etiopía”, escribió Arega en su cuenta de Twitter.

“Mientras algunos países occidentales han adoptado políticas xenófobas, expulsando refugiados, nos congratula que Etiopía haya aprobado esta revisión de la ley”, dijo Stine Paus, directora del Consejo Noruego para los Refugiados. La ley permitirá a estas personas vivir en zonas urbanas, asegurarse de tener permisos de trabajo y cierto acceso a tierras de cultivo. La educación de los niños también mejorará, dijo Paus. “Los refugiados sentirán que pueden contribuir a la sociedad –opina Dana Hughes, portavoz de Acnur en África Oriental–. Hemos de recordar que el acceso a la educación y al empleo no solo beneficia a los refugiados, también contribuye a la economía y beneficia a las comunidades locales; este tipo de legislación no solo es lo que hay que hacer, sino que es lo más inteligente”.

El primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed, en la sede de la Unión Africana, en Addis Abeba, el 17 de enero
El primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed, en la sede de la Unión Africana, en Addis Abeba, el 17 de enero (Eduardo Soteras / AFP)

Hay que tener en cuenta que la propia población etíope está muy lejos de tener sus necesidades mínimamente cubiertas. Hay tres millones de desplazados en el país, producto del largo conflicto entre el Estado y los grupos rebeldes de la mayoría oromo. Además, un informe conjunto de Unicef y la agencia estatal de estadística divulgado el jueves señalaba que, de un total de 41 millones de etíopes menores de 18 años, 36 millones –es decir, un 88%– están afectados de “pobreza multidimensional”, es decir, carencias en nutrición, acceso al agua potable, atención sanitaria, vivienda…

 

 

Fuente: https://www.lavanguardia.com/internacional/20190118/454191360418/etiopia-ejemplo-refugiados-derecho-trabajar.html

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El regalo del cielo para la extrema derecha

Redacción: Geneviève Gencianos/El País

El falso discurso que presenta a los migrantes como causantes de todos los males desvía la atención de las razones reales del deterioro de la calidad de la educación, la atención sanitaria, el transporte o el saneamiento

Su nombre es George. Cada mañana, este empleado de la Agencia del Agua del Norte del Líbano se despierta con la obsesión de proporcionar agua potable a todas las familias de la aldea de Wadi Khaled. Un reto gigantesco, porque la población de la aldea se ha duplicado desde 2011 con la llegada de decenas de miles de sirios que huyen de los bombardeos. Incluso antes de la guerra, pocos hogares tenían acceso a agua corriente. Desde entonces, el número de refugiados ha superado al de los ciudadanos libaneses, lo que ha exacerbado las tensiones en esta región desfavorecida.

Se llama Moradeke, pero todos la llaman Abi. De niña, ya soñaba con ser enfermera, para salvar vidas. Desde 2009, esta vocación tiene más sentido que nunca, en una Nigeria donde millones de personas se ven obligadas a exiliarse, aterrorizadas por la secta islamista Boko Haram. Se encuentran en campamentos improvisados, asolados por la desnutrición y el cólera. Las enfermeras trabajan día y noche en este contexto de crisis humanitaria, a menudo arriesgando sus vidas: Boko Haram ha secuestrado y asesinado a docenas de ellas.

Su nombre es Luciana, es directora de una escuela en Talismán, en la frontera entre México y Guatemala. Con un pequeño equipo, la funcionaria decidió ayudar a algunos de los miles de niños que llegaron, a veces solos, desde Guatemala, Honduras o El Salvador, huyendo la miseria y la violencia de las pandillas. Ella les permite mezclarse con los niños de Chiapas, construyendo una vida todavía pobre, pero más normal.

George, Moradeke, Luciana… Como ellos, una legión de héroes desconocidos se enfrenta cada día a la realidad de los que tienen que huir sus países. No se piensa mucho en ello, pero son los empleados del servicio público los que están en primera línea en la hora de atender a los inmigrantes, los solicitantes de asilo y los refugiados. Son responsables de la distribución de agua y alimentos, el saneamiento, la atención de la salud, la vivienda, la educación y la asistencia social. También ellos que responden a las emergencias, los desastres y la reconstrucción.

Alrededor de 258 millones de personas (una de cada 30) vivían fuera de su país de nacimiento en 2017

Los desplazamientos forzados de población son ahora un fenómeno mundial que ya no puede tratarse como una crisis puntual. La inestabilidad política, la violencia, la pobreza y el cambio climático son responsables de los mayores movimientos migratorios jamás registrados. Alrededor de 258 millones de personas (una de cada 30) vivían fuera de su país de nacimiento en 2017. Muchos otros han perdido la vida en viajes cada vez más peligrosos. Este fue el caso de 30.000 en los últimos cinco años, según el proyecto Migrantes desaparecidos de la Organización Internacional para las Migraciones.

El cambio climático está haciendo que las perspectivas sean aún más sombrías. Según un informe reciente del Banco Mundial, es probable que más de 140 millones de personas de tres regiones del mundo en desarrollo emigren dentro de sus países de origen para el año 2050, sumándose a los ya de por sí abarrotados barrios pobres.

Es un regalo del cielo para los dirigentes políticos de extrema derecha, que presentan al extranjero como la fuente de todos los males. Estos candidatos nacionalistas y populistas, cuyas campañas se basan en la propaganda racista y xenófoba, llegan cada vez más al poder en los países desarrollados y en vías de desarrollo. No es casualidad que más de una docena de países ya hayan rechazado el Pacto mundial por una migración segura, ordenada y regular, más conocido como el Pacto de Marrakech, que debe ser validado por los jefes de Estado y de Gobierno en Marruecos los días 10 y 11 de diciembre.

La hostilidad de los ciudadanos ordinarios hacia los migrantes se alimenta de la sensación de tener que compartir recursos cada vez más escasos con ellos. Les dicen que los recién llegados no solo son criminales en potencia, sino que también toman los mejores puestos de trabajo. Y agregan que debido a ellos, los alquileres están subiendo, el nivel de la educación pública baja, y la fila en el hospital se está haciendo más larga. En las zonas más pobres, se les considera responsables del racionamiento, especialmente del agua. Pregúntenle a George en el Líbano, tiene mucho que decir al respecto.

Este discurso xenófobo desvía la atención de las razones reales del deterioro de la calidad de la educación, la atención sanitaria, el transporte o el saneamiento. En realidad, este declive se debe principalmente a las políticas de austeridad, ya que la mayoría de los gobiernos atacan sus propios servicios públicos, reduciendo sus presupuestos o privatizándolos. Los migrantes no son responsables de esta situación.

Comprender la importancia de los servicios públicos y darles presupuestos adecuados es la única manera de evitar que empresas codiciosas se beneficien de la miseria

También hay que mencionar las empresas privadas que aprovechan lo que se presenta como una crisis migratoria. En Estados Unidos, la política de inmigración Cero toleranciade Donald Trump significa mucho dinero para el sector privado, desde las prisiones y las compañías tecnológicas hasta las empresas de defensa y transporte. En toda la Unión Europea, los gobiernos contratan a empresas privadas para gestionar la detención, el seguimiento y el trato diario de los refugiados y migrantes. Y no hay ningún incentivo financiero para que proporcionen servicios decentes en los refugios – atención de la salud, alimentación, educación o incluso acceso a agua caliente.

En la Internacional de Servicios Públicos, una federación sindical internacional, estamos convencidos de que, en una sociedad democrática, el acceso al trabajo, a la educación, a la salud, a una jubilación digna, a una infraestructura de calidad, a la movilidad de las personas, a la igualdad entre mujeres y hombres, a la cultura, todo ello respetando el medioambiente, no son solo servicios, sino derechos.

Como George, Moradeke, Luciana y muchos otros muestran cada día, los empleados de los servicios públicos y sus sindicatos tienen un papel crucial que desempeñar en la gestión de los movimientos migratorios en todo el mundo. A través de su trabajo, luchan contra la desigualdad y contribuyen a la construcción de sociedades inclusivas.

Comprender la importancia de los servicios públicos y darles presupuestos adecuados es la única manera de evitar que empresas codiciosas se beneficien de la miseria en todas sus formas. También es la mejor respuesta para los que propagan el miedo, la mentira y el odio. Los servicios públicos son la base de la solidaridad. Los servicios públicos son derechos humanos.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/01/17/planeta_futuro/1547742824_040792.html

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ACNUR pide 296 millones de dólares para asistir a refugiados de Burundi

África/Burundi/17 Enero 2019/Fuente: La Vanguardia

La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) lanzó hoy una petición para conseguir este año 296 millones de dólares con el fin de asistir a 345.000 refugiados de Burundi desplazados en países vecinos y con problemas de acceso a necesidades básicas.

Estos refugiados, huidos de Burundi por la inestabilidad política que atraviesa desde 2015, se han asentado en Tanzania, la República Democrática del Congo (RDC), Uganda y Ruanda, y su situación es una de las más olvidadas y con más problemas de financiación globalmente, destacó en rueda de prensa el portavoz de la ACNUR Charlie Yaxley.

«Los niños, que componen más de la mitad de esta población refugiada se llevan la peor parte», destacó Yaxley, que señaló que mujeres y niñas sufren altos niveles de explotación, violencia sexual y de género.

Viviendas sin las adecuadas condiciones de salubridad, aulas masificadas para los niños que tienen acceso a la educación, falta de acceso a medicinas o reducciones en las raciones alimentarias (impuestas por las autoridades en RDC, Tanzania y Uganda) son algunos de los problemas que atenazan a estos refugiados.

El portavoz subrayó que cierta estabilización en Burundi ha permitido que 57.000 refugiados hayan regresado al país desde mediados de 2017, aunque persisten problemas de seguridad y dudas sobre la situación de los derechos humanos, y como media unas 300 personas siguen huyendo cada día de la nación africana.

La ACNUR subraya que las condiciones no son aún las suficientes para promover un retorno generalizado de las poblaciones desplazadas, aunque asiste a aquellos que desean volver de forma voluntaria y urge a los gobiernos de la zona a «garantizar que ninguno regresa contra su voluntad», recordó Yaxley.

El pasado año la agencia solicitó una partida superior para estos refugiados, por valor de 391 millones de dólares, pero sólo consiguió un 35 % de esa cantidad, por lo que para 2019 urge a la comunidad internacional a adoptar un mayor compromiso.

Burundi sufre una alta inestabilidad política y social desde la oleada de protestas desatada en abril de 2015, cuando el presidente, Pierre Nkurunziza, anunció que se presentaría por tercera vez consecutiva a las elecciones, algo prohibido que violaba los acuerdos que acabaron con una larga guerra civil en 2005.

Fuente: https://www.lavanguardia.com/politica/20190115/454156193304/acnur-pide-296-millones-de-dolares-para-asistir-a-refugiados-de-burundi.html

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Nigeria: Al rescate de la generación Boko Haram

Redacción: El País/16-01-2019

El Gobierno nigeriano reubica en escuelas de todo el país a 2.300 jóvenes afectados por la violencia terrorista

No fue de repente, sino poquito a poco, pero a Mohamed Abdulai se le fueron llenando los ojos de muertos y de miedos. Con solo 11 años se pasó dos días escondido en el bosque cuando aquellos locos de Dios de entraron en Gulani, su pueblo, raptando niñas y matando a destajo. La familia se mudó a Damaturu, pero poco después se presentaron en su nuevo colegio y degollaron al director. Porque sí, porque la educación occidental es pecado, dijeron ellos. Ahora, por fin y gracias al Gobierno nigeriano, Abdulai estudia en lugar seguro y sueña con ser abogado, no tanto por quitarse los muertos de la cabeza, sino por tratar de hacerles justicia.

Instituto público de Kwali, en Abuja, en el que estudian 33 chicos trasladados desde el noreste del país.
Instituto público de Kwali, en Abuja, en el que estudian 33 chicos trasladados desde el noreste del país.THOMAS IMO GIZ
En el instituto público de Kwali, en Abuja, la capital de Nigeria, estudian 33 de los 2.300 chicos y chicas acogidos al programa SSI. Binta Abdul Kadir, la directora del centro, no tiene ninguna duda al respecto: “Ahora estos pueden ejercer su derecho de tener una educación que les permita acceder a una vida mejor”. Eso sí, la integración no es siempre fácil. En primer lugar, los jóvenes llegan con un historial de violencia y huida a sus espaldas que no siempre es sencillo de superar. Luego está el problema del idioma: la mayoría de los desplazados hablan hausa y apenas inglés. Además, su nivel educativo está muy por debajo de los chicos de su edad y deben hacer un esfuerzo por ponerse a la altura.

Boko Haram se ha fijado como objetivo la educación y ha destrozado o provocado daños a unas 1.400 escuelas en los estados de Borno, Yobe y Adamawa

“Tienen muchas ganas de aprender y gradualmente los vemos cómo se van aceptando unos a otros y juegan juntos, se hacen amigos y a partir de ahí todo es más fácil”, remata Abdul Kadir. Al frente de ese proceso, con la intención de engrasar las bisagras de la integración, se encuentra Hadjara Yakubu, que se ha convertido en una madre para todos ellos. “Son muy buenos, pero traen historias terribles”, explica. Como el pequeño Abderramán Aba, de 16 años, que vio morir a varios de sus familiares a manos de los terroristas. “Le preguntaron a mi padre si quería que yo viniera aquí y aceptó. Quiero estudiar Contabilidad en la Universidad de Kaduna”, explica.

El 70% de los estudiantes acogidos al programa SSI son chicas. Como Rosemary Ismaya, natural de Chibok, de 18 años. “Mis padres también se han trasladado a Abuja para que todos podamos estar cerca”, asegura. El Estado se hace cargo de todos los gastos de desplazamiento, manutención, matrícula y material escolar. Casi todos los adolescentes proceden de familias humildes y muchos de ellos se hubieran visto forzados a abandonar los estudios incluso sin la violencia de Boko Haram por medio, así que lo consideran una gran oportunidad. A Sudibu Baba Kano, de 18 años, le gustaría ser soldado. “Boko Haram atacó mi pueblo y toda mi familia tuvo que huir a Michika, allí no pude continuar con los estudios así que me ha tocado ponerme al día en esta escuela”, apunta.

Binta Abdul Kadir, directora del instituto público de Kwali, en Abuja.
Binta Abdul Kadir, directora del instituto público de Kwali, en Abuja. THOMAS IMO GIZ
Los jóvenes están en régimen de internado. No salen del centro educativo entre semana y allí tienen a su disposición un comedor, salas de juego, una televisión y un teléfono para llamar a sus padres. “Jugamos mucho al fútbol”, dice Aba. Los fines de semana, con un permiso especial y si viene a recogerles algún familiar, pueden salir y darse un paseo pero no es lo habitual. Hoy hay clase de Inglés y Rosemary está especialmente atenta porque ella quiere ser profesora. “Tengo cinco hermanas y un hermano y me gustaría ayudarles a ellos en cuanto pueda ganar algo de dinero. La vida en el pueblo es muy dura”, dice con una media sonrisa.

Tienen muchas ganas de aprender y gradualmente los vemos cómo se van aceptando unos a otros y juegan juntos, se hacen amigos y a partir de ahí todo es más fácil

El sol aprieta sin piedad, pero los jóvenes no se quitan la chaqueta verde del uniforme y los calcetines. “Debemos ir bien vestidos a la escuela, no de cualquier manera, esta es una de las primeras cosas que aprendemos aquí”, dice Kayki Mallum, también de Chibok que sueña con encontrar trabajo en Abuja y quedarse en la capital cuando acabe sus estudios. “Hay de todo, grandes autopistas y edificios, centros comerciales, lugares donde ir a pasear sin miedo. Al principio se hace cuesta arriba, pero luego te das cuenta de que somos unas privilegiadas”, comenta.

La insurgencia de Boko Haram se ha reactivado en los últimos meses y ha provocado una nueva ola de desplazados internos y refugiados hacia los países vecinos. Los dos brazos armados de la organización se han atrincherado en la zona fronteriza con Camerún y en los alrededores del Lago Chad y siguen contando con capacidad operativa para golpear a la población. Más de 20.000 muertos y unos tres millones de personas huidas de sus hogares en la última década no son cualquier cosa. Sin embargo, no parece que vayan a poder doblegar el empeño y las ganas de salir delante de los jóvenes de Borno, Yobe y Adamawa que ya han dibujado un sendero por el que quieren transitar y que pasa, inevitablemente, por ir a la escuela.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/01/10/planeta_futuro/1547132072_395440.html

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