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El nuevo Informe GEM 2019 muestra que se necesita más progreso en la inclusión de migrantes y refugiados en los sistemas educativos nacionales

UNESCO / Autor: Informe GEM / Fuente: Blog de la Educación Mundial

Lanzado hoy a través de eventos en cinco continentes, el nuevo Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo, Construyendo puentes, no muros, muestra que el progreso es insuficiente para brindar una educación inclusiva a los migrantes, refugiados u otras personas desplazadas.

La migración y el desplazamiento afectan a la educación.

La migración interna a las ciudades por razones laborales a menudo hace que millones de niños se queden atrás, una tendencia que afecta a uno de cada tres niños en China rural, por ejemplo. En muchos países de ingresos medios, tales movimientos de población conducen a grandes asentamientos informales donde el acceso a la educación pública es deficiente. La urbanización también es uno de los factores que causan el cierre y la consolidación de escuelas rurales a gran escala; en la Federación de Rusia, en 15 años se cerraron la mitad de las escuelas.

Pero también puede mejorar las oportunidades educativas, ya que muchos de los que se mudan de las áreas rurales a las urbanas obtienen una mayor educación que aquellos que se quedan atrás. En Indonesia la brecha fue de tres años.

La migración internacional puede agotar recursos humanos clave de los países más pobres: nuestros cálculos muestran que al menos una de cada cinco personas altamente calificadas emigra en el 27% de los países.

Pero también puede beneficiar la educación de los hijos de los migrantes internacionales. Los hijos de inmigrantes colombianos en los Estados Unidos recibieron al menos 2 años más de educación que los hijos de las personas que no emigraron.

El desplazamiento conduce a refugiados o personas internamente desplazadas que, a menudo, llegan a lugares que no son tan bien atendidos en términos educativos, lo que ejerce presión sobre sistemas ya débiles, particularmente en muchos países de África. Son algunos de los más vulnerables del mundo y, sin embargo, a menudo se les niega su derecho a la educación. Los refugiados han perdido un total de 1.500 millones de días escolares desde que se firmó la histórica Declaración de Nueva York hace tan solo dos años.

Pero también se presentan oportunidades, y los desplazados por la fuerza a menudo dejan atrás la inseguridad: entre 2013 y 2017 hubo 12.700 ataques a escuelas en los países afectados por los conflictos.

spanish blog.PNGCuanto mayor el nivel de educación, mayor la probabilidad de migrar. Es dos veces más probable que aquellos con educación terciaria migren de las aldeas a las ciudades, y cinco veces más probable que emigren al extranjero, que aquellos con educación primaria. Un punto que a menudo se pierde en los debates públicos es que, en promedio, con relativamente pocas excepciones, los inmigrantes son más educados que los nativos, incluso en los países que no aplican políticas de inmigración selectivas.

Una educación inclusiva puede abordar las causas de las tensiones, ayudar a las personas en movimiento a realizar su potencial y permitir que los migrantes ofrezcan un mejor apoyo a sus comunidades de origen. El Informe muestra que si el costo de enviar dinero al extranjero se redujera en un 7% a la meta de los ODS del 3%, se podrían generar mil millones de dólares para la educación.

Ante el desafío de #EducationOnTheMove, nuestro Informe encontró múltiples señales positivas de una transición hacia la inclusión de los refugiados y migrantes en los sistemas educativos nacionales.

Hoy, 8 de los 10 principales países anfitriones incluyen a los refugiados en sus sistemas educativos nacionales. Países como Chad, la República Islámica del Irán y Turquía han asumido costos considerables para garantizar que los refugiados asistan a la escuela junto a sus ciudadanos. En la Declaración de Djibouti sobre la Educación Regional para Refugiados, siete ministros de educación de África oriental se comprometieron a integrar a los refugiados y repatriados en los planes del sector educativo para 2020. Uganda ya ha cumplido esta promesa.

Para los inmigrantes, también se ven iniciativas positivas. Si bien menos de uno de cada diez países de ingresos altos había adoptado plenamente el multiculturalismo en la educación en la década de 1980, más de uno de cada cuatro lo había hecho para 2010, y más de dos tercios lo han hecho al menos parcialmente.

Canadá, que tiene el mayor porcentaje de inmigrantes entre los siete países industrializados más ricos, garantiza que los niños aprendan sobre la migración a partir del segundo grado y ha consagrado el multiculturalismo en su constitución. Irlanda, que tiene el porcentaje más alto de inmigrantes de primera generación en la Unión Europea, logró financiar una estrategia de educación intercultural en medio de una profunda crisis financiera.

No obstante, persisten las principales barreras que, según el Informe, deben abolirse.

Los inmigrantes pueden ser incluidos en las escuelas en teoría pero excluidos de ellas en la práctica, al ser colocados en clases preparatorias durante demasiado tiempo, o separados en circuitos escolares más lentos como en muchos países europeos, lo que agrava sus desventajas. Si bien las políticas pueden haber gravitado hacia la inclusión, la discriminación puede persistir cuando se necesitan cantidades prohibitivas de documentos para las inscripciones. Los maestros requieren más formación. En seis países europeos, la mitad de los maestros dijeron que no tenían suficiente apoyo para gestionar la diversidad en las aulas.

Los niños inmigrantes pueden avanzar en relación con sus compañeros en los países de origen, pero quedarse rezagados en relación con sus compañeros en los países de acogida. En 2017, en la Unión Europea, el número de jóvenes nacidos en el extranjero que abandonaron la escuela fue dos veces mayor que el número de nativos que lo hicieron.

Todavía hay países donde los refugiados no están incluidos en el sistema educativo nacional. Los rohingyas en Bangladesh, los burundeses en la República Unida de Tanzania y muchos refugiados afganos en Pakistán solo pueden obtener una educación en escuelas separadas, no formales, comunitarias o privadas, si es que la reciben. Algunos de estos países de acogida no brindan a los estudiantes refugiados la enseñanza de idiomas que necesitan para lograr la integración social y adquirir perspectivas de empleo. Los niños solicitantes de asilo pueden ser detenidos en muchos países, entre ellos Australia, Hungría, Indonesia, Malasia y México, a menudo con un acceso limitado o nulo a la educación.

A pesar de la voluntad política, el grado de inclusión de los refugiados también puede verse afectado por la falta de recursos. Kenya, por ejemplo, permite que los refugiados se beneficien de su currículo educativo nacional, pero no logra una inclusión total porque sus estudiantes refugiados viven en campamentos donde no pueden interactuar con sus compañeros kenianos. Líbano y Jordania, que albergan el mayor número de refugiados per cápita, no cuentan con los recursos necesarios para construir más escuelas. Por lo tanto, han establecido sesiones escolares separadas, por la mañana y por la tarde, para los niños ciudadanos y los niños refugiados, lo que limita la interacción entre los dos grupos.

UNESCO_GEMReport19_complete_infographics_SPA2.jpgLa necesidad de un mejor apoyo internacional se resalta en los nuevos hallazgos sobre la financiación de la educación de los refugiados, dado que solo se proporciona un tercio de los recursos necesarios. La ayuda humanitaria no es suficiente; el Informe hace un llamado a que se planifique conjuntamente con la ayuda para el desarrollo para corregir la situación.

A finales de este año, la mayoría de los países firmarán dos nuevos pactos mundiales sobre migrantes y refugiados que reconocen la educación como una oportunidad. Este Informe es el plan de acción que los países deben utilizar para cumplir sus compromisos. Léalo, compártalo con sus redes y discútalo con nosotros en línea en @GEMReport #EducationOnTheMove.

Fuente del Artículo:

El nuevo Informe GEM 2019 muestra que se necesita más progreso en la inclusión de migrantes y refugiados en los sistemas educativos nacionales

ove/mahv

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Programación del Portal Otras Voces en Educación del Domingo 25 de noviembre de 2018: hora tras hora (24×24)

25 de noviembre de 2018 / Autor: Editores OVE

Recomendamos la lectura del portal Otras Voces en Educación en su edición del día domingo 25 de noviembre de 2018. Esta selección y programación la realizan investigador@s del GT CLACSO «Reformas y Contrarreformas Educativas», la Red Global/Glocal por la Calidad Educativa, organización miembro de la CLADE y el Observatorio Internacional de Reformas Educativas y Políticas Docentes (OIREPOD) registrado en el IESALC UNESCO.

 

00:00:00 – Estados Unidos: “¡No existimos!” en las estadísticas y en las historias que se cuentan en universidades, revelan dos indígenas

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/294816

 

01:00:00 – Libro: Paulo Freire y la Educación Liberadora (antología) / (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/294802

 

02:00:00 – Día Universal del Niño dedicado a recaudar fondos para que menores puedan asistir a la escuela

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/294822

 

03:00:00 – El desafío de ser universitario de escasos recursos (Artículo de Christian Guijosa)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/294825

 

04:00:00 – Argentina: Cuatro mujeres debatieron en una mesa convocada “En defensa de la educación pública”: “La educación no es mercancía, es un derecho”

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/294828

 

05:00:00 – Melina Furman: “Estamos enseñando a los niños y niñas a no pensar” (+Videos)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/294819

 

06:00:00 – UNESCO en la “Tercera Conferencia Internacional sobre el futuro de la educación – Perspectivas de América Latina”

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/294931

 

07:00:00 – El Brasil de Paulo Freire, ¿sigue vigente la pedagogía del oprimido? (Artículo del Equipo/Colectivo Lectura de la Realidad)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/294808

 

08:00:00 – ONU: La mitad de los 1300 millones de pobres en el mundo son niños (Audio)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/294940

 

09:00:00 – Libro: El cuento como estrategia pedagógica: Una apuesta para pensar-se y narrar-se en el aula (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/294928

 

10:00:00 – 4 claves para aprender: emoción, curiosidad, atención y memoria (Artículo de Salvador Rodríguez Ojaos)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/294943

 

11:00:00 – Profesores, ¿nos robarán los robots nuestros trabajos? (Artículo de Josefina Santa Cruz)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/294831

 

12:00:00 – El nuevo Informe GEM 2019 muestra que se necesita más progreso en la inclusión de migrantes y refugiados en los sistemas educativos nacionales

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/295005

 

13:00:00 – Libro: La Reforma Educativa a revisión: apuntes y reflexiones para la elaboración de una agenda educativa 2018-2014 (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/294934

 

14:00:00 – Serie Maestros de Maestros – Compartir Palabra Maestra (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/295008

 

15:00:00 – Los Escenarios de la Reforma Educativa 2018-2024 (Artículo de Juan Carlos Miranda Arroyo)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/294925

 

16:00:00 – Yo no ahorro en educación (Artículo de Daniela Leiva Seisdedos)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/295011

 

17:00:00 – Residente y su invitación a los estudiantes de Colombia

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/295021

 

18:00:00 – Sudamérica: Gobiernos neoliberales coinciden en el recorte del presupuesto a educación sugerido por el FMI

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/295014

 

19:00:00 – La financiación pública de la educación sigue bajando mientras las familias la sostienen (Artículo de Pablo Gutiérrez del Álamo)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/294812

 

20:00:00 – 3,7 millones de niños afganos carecen de acceso a escuela: Unicef

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/295018

 

21:00:00 – Programa: Encuentros pedagógicos – sábado 17 noviembre 2018 (Video)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/294937

 

22:00:00 – Documental vietnamita gana título especial del mayor concurso mundial televisivo sobre educación

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23:00:00 – Enseña Perú: Documental 2015

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/294805

 

En nuestro portal Otras Voces en Educación (OVE) encontrará noticias, artículos, libros, videos, entrevistas y más sobre el acontecer educativo mundial cada hora.

 

ove/mahv

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Panamá: La UNESCO y Meduca lanzan el Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo 2019

Redacción: Panamá On

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés) en conjunto con el Ministerio de Educación (Meduca) de Panamá, lanzó el Informe 2019 de Seguimiento de la Educación en el Mundo, a través de un acto con la participación de representantes del gobierno, universidades, ONG’s (Organizaciones No Gubernamentales) nacionales e internacionales y otras agencias de las Naciones Unidas.

La edición 2019 del Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo (GEM), publicado por la UNESCO y titulado ‘Migración, desplazamiento y educación: construir puentes, no muros’, revela que la cantidad de niños y niñas migrantes y refugiados en edad escolar alrededor del mundo, actualmente, podría llenar medio millón de aulas, un aumento del 26% desde el año 2000.

Como plantea la directora de la UNESCO en San José, Costa Rica, Esther Kuisch- Laroche, “el aprendizaje no es un lujo. Cuando se niega la educación a migrantes y refugiados, todos pierden. La educación es clave para la inclusión y la cohesión, y la mejor forma de forjar comunidades más fuertes y resilientes”.

Este reporte revela en qué lugares de América Latina y el Caribe se ve cuestionado este derecho. Así, cada vez hay más menores no acompañados en los centros de detención, donde, por lo general, no tienen acceso a la educación. Cerca de 50,000 niños de El Salvador, Guatemala, Honduras y México fueron detenidos cada año en promedio en la frontera de los Estados Unidos, entre 2013 y 2017.

En México, 35,000 menores, más de la mitad no acompañados, han permanecido en centros de detención sin educación organizada, excepto por actividades ad hoc con un componente educativo limitado, tales como talleres de artesanía o debates de carácter religioso.

Gina Garcés, viceministra de Educación, señaló que “en el caso de Panamá, la educación es un derecho universal, consagrado por la Convención de 1989 sobre el Derecho de los Niños y ratificada, en 1990, por Panamá y en nuestra Constitución se establece el derecho a la educación”.

Panamá no puede negar que asistan a las escuelas, aunque la documentación que porten no esté completa. Es por ello que, actualmente, el Meduca elabora un instructivo con el propósito de hacer pruebas sencillas e identificar el nivel de escolaridad para su incorporación a nuestro sistema educativo.

Cabe señalar que unos 24,060 estudiantes tuvieron convalidaciones al 2016, para ingresar al sistema educativo, tanto el sector oficial como particular. Venezuela, Colombia y Nicaragua son los que más solicitan estos procesos, 22,899 estudiantes revalidaron en materias como geografía, historia y cultura de Panamá

Se estima que para el 2018 unos cinco mil 972 estudiantes venezolanos, entre los diferentes niveles del sistema educativo, y, de igual manera, cuatro mil 602 educandos colombianos se encuentran matriculados en los diferentes centros educativos oficiales panameños.

En la República Dominicana, los haitianos sin Estado no disfrutan plenamente del derecho a la educación. Los índices de asistencia a la educación primaria fueron de un 52% para los niños y las niñas nacidos en Haití, un 79% para aquellos originarios de República Dominicana de padres y madres inmigrantes y, de un 82%, para aquellos de otros países. Además, aun cuando logran matricularse, les es difícil avanzar a través del sistema.

Como si fuera poco, los inmigrantes haitianos necesitan acreditar su nacionalidad para registrarse en la base de datos nacional y rendir exámenes nacionales para obtener la admisión en la educación secundaria. Y, si logran superar esas barreras, los colegios les piden a los alumnos de 18 años o mayores una copia de su carné de identificación nacional lo que, en la práctica, a menudo se traduce en que no se pueden graduar. Conscientes de que posiblemente no consigan un diploma, muchos pequeños abandonan la educación

En Chile, aunque una directiva presidencial de 2008 anunció una educación pública para todos los niños, sin importar su estado de migración, en la práctica esto ha quedado a discreción de los funcionarios de los gobiernos locales.

Sin embargo, en la región hay también numerosos buenos ejemplos de inclusión en la educación de migrantes y personas desplazadas a la fuerza. Colombia se ha convertido en líder, al usar su marco legal para proteger la educación de su población desplazada internamente. En 2002, la Corte Constitucional ordenó a las autoridades educacionales municipales que tratasen de forma preferencial a los niños y las niñas desplazados en términos de acceso a la educación.

En el último tiempo, Colombia, al igual que otros países de la región, incluso algunos no hispanoparlantes, como Brasil y Trinidad y Tobago, han abordado las consecuencias que tiene en la educación el desplazamiento cada vez más común de personas entre fronteras en América Latina, y reciben a estudiantes venezolanos junto con los propios.

Argentina ayudó a muchas personas migrantes no documentadas a convertirse en ciudadanos regulares por medio de una ley de migración de 2004 y de su posterior Plan Patria Grande, el cual afirmaba que “bajo ninguna circunstancia deberá el estatus irregular de un inmigrante impedir su admisión como estudiante en ninguna institución educativa”.

Fuente: http://www.panamaon.com/noticias/educacion/56464-la-unesco-y-meduca-lanzan-el-informe-de-seguimiento-de-la-educacion-en-el-mundo-2019.html

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Líbano: Forzadas a casarse, las novias menores de edad en Siria recurren cada vez al suicidio

Redacción: Israel Noticias

Salwa, de catorce años, tragó la lejía todo el tiempo que pudo. Ignoró la agonizante quemadura que iba de su garganta al estómago. Ella desconectó el sonido de disparos afuera de la ventana de su cocina. No era la guerra siria de la que estaba intentando escapar. Fue su matrimonio.

Su marido de 27 años estaba borracho otra vez y quería tener relaciones sexuales. Si ella decía que no, él la golpeaba, la arrastraba por el suelo por el pelo, le golpeaba la cabeza contra la pared o la azotaba con su cinturón. Entonces ella dijo que volvería y se envenenó a sí misma.

“Regresé a la habitación y pensé: esta será la última vez”, dijo Salwa. Pero ella no murió. “Cuando me desperté a la mañana siguiente, dije, ‘F * ck, Dios’”.

Salwa, cuyo nombre ha sido cambiado para su protección, ahora tiene 20 años. Ella es una refugiada y una de las más del 40 por ciento de las niñas sirias en el Líbano obligadas a casarse temprano debido a la guerra civil siria, según UNICEF. Eso es casi el doble de la tasa de matrimonio temprano en el Líbano desde que comenzó la crisis.

El matrimonio es visto como una forma de proteger a las niñas de las agresiones sexuales, y les da a los padres una boca menos para alimentar. De hecho, la economía en dificultades del Líbano, junto con la falta de ayuda de las Naciones Unidas, puede dejar a los refugiados desesperados por una dote.

Salwa muestra la cicatriz en su muñeca. Es un recordatorio de una de las muchas veces que ha intentado suicidarse desde que la obligaron a casarse con un hombre físicamente abusivo a la edad de 14 años. (Lisa Khoury / Times of Israel)
Salwa muestra la cicatriz en su muñeca. Es un recordatorio de una de las muchas veces que ha intentado suicidarse desde que la obligaron a casarse con un hombre físicamente abusivo a la edad de 14 años. (Lisa Khoury / Times of Israel)

“En muchos aspectos, se considera a las niñas como una mercancía”, dijo Fiona Carr, vocera de Girls Not Brides, una ONG internacional dedicada a acabar con el matrimonio infantil. “Es como, ¿dónde puedo colocar esto? Para algunos padres, obtener una dote es un bien alto, por lo que la colocarán con el mejor postor”.

Sin embargo, lo que los padres no se dan cuenta es que las novias menores tienen mayor riesgo de ser violadas, contraer el VIH, abandonar la escuela y continuar una vida de pobreza, de acuerdo con Girls Not Brides. Y muchas se deprimen o, como en el caso de Salwa, son suicidas.

El 3 de julio, el gobierno sirio hizo un llamamiento a los refugiados para que regresen, diciendo que ha limpiado con éxito grandes áreas de “terroristas”. Pero para muchas niñas refugiadas en el Líbano, el daño ya está hecho. La crisis los ha obligado a casarse, y no hay marcha atrás.

La economía del matrimonio precoz

Zeina, de 14 años, temía al hombre libanés de 53 años, que tenía el pelo blanco y una barriga grande. Pero él estaba a punto de convertirse en su esposo.

Ella solo lo había visto una vez, mientras ambos visitaban a su vecina en West Bekaa, un área del Líbano donde el 47% de las niñas sirias están casadas. Zeina sirvió el té para adultos, él la miró de arriba abajo, y una semana más tarde apareció en su departamento pidiéndole su mano. Zeina rogó a sus padres que dijeran que no. Pero ofreció una vida mejor y una dote de $ 5,000.

Nueve meses después, un jeque entró mientras ella estaba lavando los platos. Él le preguntó si se casaría con el extraño. A regañadientes, ella dijo que sí. Su esposo estaba esperando en el auto. Condujeron a su casa en silencio. Él la violó esa noche, y todas las noches posteriores.

Zeina se encuentra fuera del asentamiento informal en el que vive con su hija de 7 meses. A la edad de 14 años, la obligaron a casarse con un hombre de 53 años, que la abandonó. Ella ahora cría a la niña sola. (Lisa Khoury / Times of Israel)
Zeina se encuentra fuera del asentamiento informal en el que vive con su hija de 7 meses. A la edad de 14 años, la obligaron a casarse con un hombre de 53 años, que la abandonó. Ella ahora cría a la niña sola. (Lisa Khoury / Times of Israel)

“No vivía en un matrimonio”, dice Zeina, no es su nombre real, ahora tiene 17 años, mientras amamanta a su hija de 7 meses. “Siempre tuve miedo de lo que sucedería cuando llegara a casa por la noche. Siempre estuve impactada, estresada y esperando algo malo”.

Pero su familia, como muchos refugiados en apuros, necesitaba dinero.

Zeina es uno de aproximadamente 1,5 millones de sirios, según el gobierno libanés, que han huido al Líbano desde que comenzó la guerra en 2011. Han encontrado seguridad en el país del tercer mundo, pero también una economía en aprietos.

El desempleo es tan malo que el Líbano ha creado una regla: los sirios solo pueden trabajar en la agricultura, la construcción y la limpieza, trabajos temporales de bajo salario. Como resultado, el 76% de los refugiados registrados en las Naciones Unidas viven debajo de la línea de pobreza, con menos de $ 3.84 por día.

Suzanne Farrah tenía 14 años cuando su familia huyó al Líbano. Su padre había sido asesinado por el grupo terrorista Estado Islámico en Siria, lo que significa que su fuente de ingresos había desaparecido. Entonces ella hizo lo único que sabía que ayudaría a su familia a sobrevivir: se casó.

“Mi madre no tenía suficiente dinero para mantener a la familia”, dijo Farrah, que ahora tiene 17 años. “En mi corazón, no quería casarme. Pero cuando miré nuestras circunstancias, pensé que sería lo mejor”.

Los refugiados tienen una gracia salvadora: la ayuda del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Pero la organización no puede mantenerse al ritmo de la abrumadora cantidad de refugiados, por lo que está haciendo recortes.

En este momento, está brindando apoyo mensual en efectivo (alrededor de $ 175) a 198,000 refugiados. Eso es solo el 13% de los sirios en el Líbano. Este año, el llamamiento de ACNUR para Líbano es de $ 462 millones, y solo está financiado en un 10%.

Suzanne Farrah lava los platos dentro de la casa de su familia. Al igual que Halima, se considera una pena por dejar a su marido y apenas sale de la tienda. (Lisa Khoury / Times of Israel)
Suzanne Farrah lava los platos dentro de la casa de su familia. Al igual que Halima, se considera una pena por dejar a su marido y apenas sale de la tienda. (Lisa Khoury / Times of Israel)

“Si la ayuda humanitaria está disminuyendo, las familias se vuelven más vulnerables”, dijo Jihane Latrous de UNICEF. “Y luego se encuentran en situaciones en las que tienen que enviar a sus hijos al trabajo, o niñas para casarse, o sexo de supervivencia”.

Una elección entre violación o violación

Irónicamente, es el miedo al asalto sexual lo que a menudo lleva a los padres a casar a sus hijas.

Cuando los soldados sirios ingresaron en Idlib, Siria, en diciembre de 2016, el padre de Fadia Ammar Al Mohamad no pudo esperar más. Firmó documentos para casar a la niña de 14 años con un primo en el Líbano que nunca había conocido.

“Escuchamos que el ejército estaba violando niñas frente a sus padres y luego matando a toda la familia”, dijo Al Mohamad. “Mis padres temían que me violaran”.

Ahora, más que nunca, las niñas sirias son vulnerables a la agresión sexual. En algunas culturas del Medio Oriente, las niñas que tienen relaciones sexuales antes del matrimonio son avergonzadas, incluso si son violadas. Entonces el matrimonio puede salvar la virginidad de una niña y, por extensión, la reputación de su familia.

En Siria, los grupos armados utilizan la violación como arma de guerra para aterrorizar e intimidar a las personas. Y en el Líbano, los refugiados son más propensos a ser acosados ​​sexualmente.

“Un propietario, por ejemplo, ve a las familias que no pueden pagar el alquiler y puede decidir decir, ‘OK, no puede pagarme el dinero por el alquiler, pero puede entablar relaciones sexuales conmigo’”, dijo Latrous. “Como una forma de proteger a sus hijas, es una elección por desesperación que algunas familias elijan casarlas”.

Pero una vez que una niña está casada, a menudo tiene experiencias sexuales traumáticas dentro de su propio matrimonio.

La vulnerabilidad de las novias jóvenes

Halima Ali Al Hussein, de 17 años, evitó tener relaciones sexuales con su esposo de 42 años durante un mes y medio. Para él, fue un mes y medio demasiado largo.

Tenía esposa e hijos en Siria, pero quería una segunda esposa para hacerle compañía en Dubai, donde acaba de comenzar un nuevo trabajo. Así que visitó un asentamiento de refugiados en Taanayel, Líbano, vio a Al Hussein y le pidió la mano a su padre.

En ese momento, Al Hussein era el sostén de su familia. Su madre había muerto recientemente, y su padre no podía trabajar debido a una lesión. Así que recogió papas en el campo 10 horas al día, a veces siete días a la semana, para mantener a sus ocho hermanos.

Ella pensó que casarse con el extraño haría la vida más fácil. Pero ella terminó entrando en una vida de abuso mental y sexual.

“La primera vez, me forzó”, recuerda Al Hussein, ahora de 21 años. “Fue como una pelea entre nosotros”. Gritaba, ‘¡Déjame!’ Él dijo: ‘Eres mi esposa. Lo harás porque esperé un mes y medio’”.

Las niñas menores de 18 años tienen más probabilidades de ser víctimas de violencia doméstica que las mujeres. Y cuanto más amplia sea la diferencia de edad, mayor será la probabilidad de que sean abusados, según Observador de Derechos Humanos.

Las nueve chicas entrevistadas para esta historia dijeron que habían sido forzadas o se sintieron presionadas para tener relaciones sexuales con sus maridos.

Halima Ali Al Hussein se encuentra fuera de la cabaña de su familia, a la que apenas se le permite irse. Después de divorciarse, se considera una vergüenza para la comunidad. (Lisa Khoury / Times of Israel)
Halima Ali Al Hussein se encuentra fuera de la cabaña de su familia, a la que apenas se le permite irse. Después de divorciarse, se considera una vergüenza para la comunidad. (Lisa Khoury / Times of Israel)

“Durante las relaciones, no hubo amor”, dijo Al Hussein. “Solo cerraba los ojos. Hasta ahora, tengo miedo al matrimonio”.

Entonces, hay abuso psicológico.

Al Hussein dijo que su esposo la encerraría en el apartamento todos los días mientras trabajaba. Luego, venía a casa y hablaba por teléfono.

“Me gustaría hablar y preguntar: ‘¿Cómo estuvo tu día?’”, Dijo. “Él decía: ‘No hables hasta que te diga’”.

Al Hussein pensó que tener un bebé podría resolver sus problemas. Cuando lanzó la idea, él dijo que no, que se había casado con ella únicamente por entretenimiento.

En ese momento, Al Hussein decidió dejarlo. Se sintió fortalecida, fuerte y libre. Sin embargo, no se dio cuenta de que divorciarse de su marido arruinaría su reputación.

Culpar a la novia que se va

Cuando Al Hussein, ahora de 21 años, cuenta su historia, se sienta en la cabaña de su familia en Taanayel. Su padre dice que solo puede salir de esta habitación congestionada, hecha de paredes de tela, cuando tiene que trabajar. De lo contrario, porque ya no es virgen, la gente puede pensar que va a hablar con hombres.

“Mis hermanos me preguntaron, ‘¿Por qué volviste? Porque eras una mala esposa, es por eso”, dijo. “Mi papá me estaba culpando, diciendo que debería haber resuelto el problema y me quedé con él”.

Zeina, la siria que se casó con un hombre de 53 años, está lidiando con un problema similar.

Dos años después de su matrimonio, ella quedó embarazada. La familia de su esposo estaba furiosa porque no querían que un niño sirio heredara su tierra, dice ella. Entonces su esposo le dijo a su padre que ella hizo trampa y que el niño no era de él.

“Me golpearon con un cinturón mientras estaba embarazada”, dice mientras señala los verdugones en sus brazos y espalda.

Zeina dio a luz a la niña el año pasado, y su esposo, que se niega a divorciarse legalmente de ella, aún no la ha visto. Con la ayuda de una ONG local, Zeina hizo una prueba de ADN y descubrió que el bebé es suyo.

Sin nadie para ayudar a la madre soltera de 17 años, se esfuerza por alimentar a su hija. Recientemente acudió a la corte, diciendo que necesita que su esposo pague por los pañales.

“Después de ir a la corte, sus amigos amenazaron a mi madre”, dijo Zeina. “Dijeron que si iba a la corte una vez más, lastimarían a toda nuestra familia”.

Y luego está Salwa. Cuando le dijo a su esposo que quería el divorcio, él se llevó a sus cuatro hijos, se mudó y apenas le permite verlos.

Suicidios y encubrimientos

El certificado de defunción de Halima dice que ella se cayó por las escaleras. Pero de acuerdo con SB Overseas, una ONG que trabaja con refugiados sirios en todo el Líbano, incluido el campamento de Halima, la niña de 13 años de hecho se suicidó.

Comenzó una noche en octubre, cuando escapó de su abusivo esposo en un campo de refugiados a las afueras de Beirut. Ella huyó a su familia y le preguntó si podrían ayudarla a divorciarse de él. De ninguna manera, era su respuesta, ella tenía que quedarse con él. Entonces, esa noche, Halima tomó una sobredosis de pastillas.

SB Overseas ha notado cuán común se ha vuelto el suicidio entre las novias menores de edad, y con qué frecuencia las familias mienten al respecto.

“No pueden admitir que la decisión que tomaron llevó a este resultado”, dijo Veronica Lari, ex vocera de SB Overseas. “Lo que ocurre a menudo es que las chicas desaparecen por completo”. Sabemos que es una consecuencia del matrimonio, pero no tenemos datos ni noticias de ella. Y la familia dice que no saben nada”.

Fadia Ammar Al Mohamad, que no conoció a su marido hasta el día de su boda, se encuentra junto a la cama en la que duermen en su tienda de campaña. (Lisa Khoury / Times of Israel)
Fadia Ammar Al Mohamad, que no conoció a su marido hasta el día de su boda, se encuentra junto a la cama en la que duermen en su tienda de campaña. (Lisa Khoury / Times of Israel)

Aunque el matrimonio prematuro ha existido durante siglos, pocos estudios muestran su impacto psicológico. Eso no se debe a que las novias infantes no estén profundamente deprimidas y solas, es porque no están hablando de eso.

“Si te obligan a un matrimonio que no quieres, y una vez que estás en el matrimonio, te obligan a tener relaciones sexuales cuando no quieres tener relaciones sexuales, es posible que no le des voces a ningún sentimiento”, Dijo Carr. “Porque, por lo que usted sabe, a nadie le importa lo que piense”.

Hasan Arfeh, un periodista sirio, ha notado la misma tendencia en Siria.

Cuando se supo que una joven novia en la zona rural de Idlib, Siria, se ahorcó en febrero de 2017, Arfeh inició una investigación. Descubrió que otras cuatro niñas se habían suicidado en esa zona desde que las obligaron a casarse.

También se dio cuenta de por qué el suicidio se denuncia tan raramente entre las novias infantiles sirias: el estigma a su alrededor.

“Los padres saben que su hija se suicidó, pero en pequeñas comunidades en Siria, ocultan el problema”, dijo Arfeh. “Se sienten avergonzados de la comunidad que los rodea. No ofrecen el cuerpo al médico forense, alegando que es el cuerpo de una niña y tienen derecho a no mostrarlo”.

Layal, cuyo nombre también ha cambiado, llevaba seis meses en matrimonio cuando intentó suicidarse. La refugiada siria de 16 años saltó a un río en Baalbak, Líbano, sabiendo que no podía nadar. Pero su hermana la salvó.

“Pensé, ‘quiero morir. Es mejor que vivir esta vida miserable’”, dijo.

Su padre huyó al Líbano con 17 niños y no pudo atenderlos a todos. Entonces la casó con un hombre de 31 años que era financieramente estable, pero también abusivo.

Layal dice que un día usó una escoba para golpearla en la cabeza. Él la golpeó tantas veces que se desmayó, despertando en el piso horas después, sangrando por su cráneo. Fue entonces cuando decidió intentar acabar con su vida.

Esperanza en escasez

Layal a veces no puede recordar dónde vive ni cuántos años tiene. Su esposo, que desde que se divorció, la golpeó tantas veces en la cabeza que ahora sufre de pérdida de memoria a corto plazo, dice su madre.

En octubre, Layal tuvo una rara oportunidad de ver a un psicólogo.

Una mañana, Amira Deeb, una trabajadora social del Encuentro Democrático de Mujeres Libanesas (RDFL), una ONG financiada por UNICEF, fue al campamento de Layal en busca de refugiados que necesitaran apoyo emocional.

Layal inmediatamente pidió consejería. Pero su madre dijo que no, temía que su hija abandonara el campamento sin un hombre.

La mayoría de las organizaciones de ayuda internacional se enfocan en conseguir alimentos, refugio y ropa para los refugiados, no apoyo emocional. E incluso los que tienen problemas para alcanzar novias infantiles.

UNICEF tiene 10 socios en todo Líbano que se dirigen a mujeres y niñas en riesgo de violencia de género. En 2017, esos socios ayudaron a llegar a más de 60,000 mujeres y niñas, dice Latrous. Pero Deeb dice que eso no significa que las chicas se están abriendo tanto como quieren.

“Sí, tenemos este programa, ofrecemos educación, actividades, psicólogos e incluso ayuda legal, pero no son útiles”, dijo Deeb. “Si tratamos de sacar a las niñas de su lugar de residencia, sus maridos o hermanos o padres o madres representan un gran problema. Estas chicas no pueden ser salvadas”.

Ilustrativo: niños refugiados sirios juegan en un campamento de refugiados no oficial en la ciudad de Bar Elias, en el Líbano, valle de Bekaa, el 13 de mayo de 2016. (AFP PHOTO / JOSEPH EID)
Ilustrativo: niños refugiados sirios juegan en un campamento de refugiados no oficial en la ciudad de Bar Elias, en el Líbano, valle de Bekaa, el 13 de mayo de 2016. (AFP PHOTO / JOSEPH EID)

Además, las ONG solo pueden lograr muchas cosas sin la ayuda del gobierno libanés.

Líbano no tiene una edad mínima para contraer matrimonio. En cambio, el país deja que las partes religiosas lo decidan.

Además, el Líbano no tipifica como delito la violación conyugal. De hecho, un esposo solo puede meterse en problemas si su esposa está físicamente herida durante una violación y necesita 10 días para recuperarse. En ese caso, enfrenta una multa de entre $ 6.66 y $ 33, o un máximo de seis meses en prisión.

Por ahora, las ONG como RDFL continúan yendo a los campamentos e intentan hacer lo que pueden: ofrecer a las niñas, que obtienen el permiso de sus maridos y padres, la oportunidad de simplemente hablar.

“Cuando vamos al campo, veo algo en los ojos de estas chicas”, dijo Deeb. “No lo dirán, pero cuando miro a los ojos de cualquiera de estas chicas, veo que nos dicen: ‘Por favor, ¿puedes ayudarnos y sacarnos de esta vida para siempre?’”.

 

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Muzoon Almellehan: «No podemos permitir que se pierda una generación de sirios por falta de estudios»

Redacción: El Mundo

  • Cuando a los 14 años tuvo que huir de Siria, Muzoon Almellehan solo llevó sus libros escolares como equipaje. Hoy, con 20, es la embajadora de Buena Voluntad de UNICEF más joven de la historia. Su labor a favor de la educación infantil, en especial la de las niñas -no en vano la llaman la Malala siria-, la hace merecedora del Premio Internacional Yo Dona-Fundación Mutua Madrileña a la Labor Humanitaria 2018.

Pese a haber vivido una guerra y a haber pasado por varios campos de refugiados, Muzoon Almellehan, de 20 años, conserva su alegría y su fuerza intactas. Sus ojos se iluminan al hablar de la importancia de la educación: «Es crucial, no podemos permitir que se pierda una generación de jóvenes sirios por falta de estudios». Ella misma estuvo a punto de ver truncados los suyos cuando su familia tuvo que huir de la guerra en su país. Muzoon, entonces de 14 años, metió en su maleta lo que consideraba más necesario para ella: sus libros escolares. Desde entonces, no ha cejado en su lucha por garantizar que niños y niñas tengan acceso a la educación. Lo hizo en los campos de refugiados jordanos por los que pasó y prosigue su lucha en Newcastle, la ciudad británica en la que fue acogida con los suyos.

Su labor no pasó desapercibida a Unicef, que apoyó su trayectoria en Jordania hasta que el año pasado le propuso ser la embajadora de Buena Voluntad más joven de la historia. Además, Muzoon es la primera persona refugiada que lo ha conseguido. Este año el Premio Internacional Yo Dona-Fundación Mutua Madrileña a la Labor Humanitaria recae en esta joven por su extraordinario compromiso con la educación infantil, en especial la de las niñas. Ellas y las mujeres son las más vulnerables en las guerras», apunta.

En la sede de Unicef Comité Español en Madrid, Muzoon desgrana sus recuerdos de la Siria de antes de la guerra. Nació y creció en Daraa, una ciudad del suroeste del país, a 13 kilómetros de la frontera con Jordania. «Cada día iba andando al colegio. Por el camino encontraba a mis amigos. Me encantaba estudiar, estar con mis primos…», resume, y señala que la educación siria estaba considerada la mejor entre los países árabes. «Vivía feliz en una casa preciosa» con sus tres hermanos y sus padres.

Nada la había preparado para lo que iba a llegar. Daraa se conoce como el lugar donde estalló la revolución siria. Allí, durante las manifestaciones de la Primavera Árabe, el Ejército detuvo a 15 jóvenes acusados de hacer pintadas antigubernamentales. Las protestas se sucedieron y el Gobierno atacó a la población con el resultado de 240 muertos. Aquello fue el detonante de la guerra civil siria. Muzoon tenía entonces 12 años. «Era una revolución pacífica pero se convirtió en un conflicto internacional. Mucha gente lo ha perdido todo, los niños y las niñas también el derecho a la educación», resume la activista, que afea a los políticos que busquen beneficios personales en lugar de centrarse en los problemas humanitarios y lograr el bienestar de los ciudadanos.

Con los libros a cuestas

En 2013 la guerra se recrudeció. Muzoon lo recuerda como un año muy duro, durante el cual ir al colegio se tornó en una actividad peligrosa y escuchaban cómo caían las bombas a su alrededor. «Muchas noches no podía dormir por el ruido», recuerda, «otras teníamos que escondernos porque las balas perdidas pueden matarte aunque estés en tu casa. Todos nos sentíamos tristes».

Así continuaron hasta que su padre, profesor, se quedó sin trabajo porque su escuela fue destruida. No tenían ni para comer. Él decidió irse del país y pidió a cada uno que hiciera una maleta pequeña con lo más importante. Cuando caminaban hacia la frontera vio que Muzoon iba muy despacio, casi arrastrando la suya. Al acercarse comprobó lo pesada que era. La abrió y descubrió que en ella llevaba todos sus libros escolares. «Se enfadó conmigo y me dijo que estaba loca. Le respondí que no sabía si allí donde íbamos habría escuela y quería estudiar. Entonces me ayudó», señala, y sonríe mientras explica que hoy él relata esta historia con orgullo.

Al llegar a Zaatari, el mayor campo de refugiados de Jordania, a la familia se le cayó el alma a los pies. Se vieron obligados a convivir con desconocidos, apiñados en tiendas; entonces no había ni electricidad. «Era una pesadilla. Yo no paraba de preguntar si había escuela. Dijeron que sí y que podría apuntarme. Entonces volví a ponerme contenta», cuenta Muzoon. «La educación es clave para tener la vida que deseas y convertirte en quien tú quieres. Si no, puedes perderte incluso a ti misma», insiste.

La adolescente no se limitó a estudiar, sino que, al ver lo desmotivados que estaban sus compatriotas en el campo, empezó a ir tienda por tienda explicando la importancia de ir a la escuela. «Muchos se habían rendido», explica, «como si al ser refugiados ya no tuviera sentido estudiar. Yo les explicaba la necesidad de empoderar a sus hijos. Les decía que, si amaban a Siria, tenían que hacer algo». Algunos la escuchaban y mandaban a sus hijos al colegio, otros le decían que no era asunto suyo. Aquellas negativas no le hacían rendirse: «Al contrario, me empujaban a seguir».

«No soy solo activista por Siria, sino por los niños de todo el mundo. Acepté ser embajadora de Buena Voluntad de UNICEF porque es una oportunidad para difundir mi mensaje. Detrás de mi historia están las de millones de niños que no pueden estudiar y seguro que muchas de sus vidas son más duras que la mía. Cambiar eso es lo importante», afirma.

Amiga de Malala

A Muzoon la llaman la ‘Malala siria’ y sonríe al escucharlo. «Me hace sentir orgullosa, ella es mi amiga«, reconoce. Se vieron en una visita que la Nobel de la Paz realizó al campo de refugiados de Azraq, el segundo donde estuvo Muzoon. Allí escuchó hablar sobre la labor que esta hacía y pidió conocerla. Malala la invitó a ir a la ceremonia del Premio Nobel de la Paz y desde entonces no han perdido el contacto. Ambas saben lo que es empezar de nuevo, huir del horror y dedicar su vida a una causa, la de la educación infantil, especialmente la de las niñas. Además, tienen en común que son hijas de profesor -«nuestros padres se llevan muy bien», apunta Muzoon-.

«Las dos somos jóvenes y luchadoras. Malala dice que se siente orgullosa de mí. Y para mí ella es un referente, como para tantas niñas en el mundo. Es muy valiente y ha hecho muchas cosas buenas por la educación», señala Muzoon, que añade: «Siempre me repite que tenga fe en mí. Para que otros crean en ti, antes debes confiar tú en ti. Sola no puedo hacer una gran transformación, para eso necesito a más personas que me apoyen».

Malala corresponde a su cariño y admiración. «El momento más feliz de mi vida fue cuando escuché que Muzoon estaba aquí, porque recuerdo el campamento de refugiados y cómo vivía allí. Así podemos trabajar juntas», dijo la paquistaní a la BBC al conocer la noticia de la llegada de Muzoon al Reino Unido. Al poco tiempo fue a visitarla. Juntas emitieron un comunicado en el que pedían a los países ricos que donaran dinero para que los niños sirios pudieran estudiar. «Compartimos la esperanza de verlos a todos en la escuela, para que sus sueños y talentos no se pierdan», escribieron, y pusieron especial énfasis en denunciar la situación de las niñas en los campos de refugiados, donde las casan con 12 y 13 años. Entre las familias de refugiados en Jordania, las tasas de matrimonio infantil se han duplicado en los últimos tres años. La mayoría no volverá a clase. «El matrimonio temprano es la razón principal por la que las niñas abandonan la escuela. Las familias lo ven como una forma de protegerlas de la pobreza y la violencia pero, si no estudias, nada puede protegerte», explica Muzoon.

Hace ocho años las cosas eran muy diferentes. Antes de la guerra, en Siria el índice de matrimonio infantil era muy bajo, todos los menores podían asistir gratis a la escuela hasta los 12 años y el país disfrutaba de una tasa de alfabetización del 90%. «El matrimonio temprano es el lado más oscuro de los campos de refugiados», afirma Muzoon, que recuerda a una de sus amigas en el campo de Zaatari, Abeer, una estudiante brillante que un día desapareció de la escuela: «No dejaba de preguntar por ella, preocupada, hasta que me contaron que la habían casado. Aunque nunca más volví a verla, no la olvido. Podría haber llegado a ser médica o ingeniera, pero le robaron su futuro».

Ella soñaba con ser periodista, pero ahora quiere estudiar Políticas. «Muchos piensan que debería ser primera ministra de Siria. No me apasiona, pero me pondría al servicio de mi país. Ahora estoy centrada en temas humanitarios, que deberían ser lo más importante para los políticos. Si estuvieran de verdad preocupados por los derechos humanos, todo iría mucho mejor», afirma.

Muzoon ha tenido una vida muy distinta a la de cualquier niña europea. «A veces es duro, aunque representa una oportunidad. No quería irme de Siria, pero me alegra haber superado ese desafío. Antes me sentía avergonzada por mi situación, ahora sé que los refugiados son personas muy fuertes que han luchado por sobrevivir, por eso me siento orgullosa de serlo y de apoyar a quienes buscan una nueva vida en paz».

Fuente: http://www.elmundo.es/yodona/lifestyle/2018/09/29/5bab6ab522601da9338b45d0.html

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Estados Unidos: Trump deja a escolares palestinos sin aulas

Redacción: Juventud Rebelde

Un soberbio gesto de Donald Trump borró de un plumazo los fondos anuales comprometidos por Estados Unidos para las escuelas administradas por Naciones Unidas para los hijos de los refugiados en varios países árabes y los territorios ocupados por Israel.

Unos 750 000 niñas y niños palestinos no podrán asistir a clases en el curso escolar que está a punto de comenzar en septiembre.

Un soberbio gesto de Donald Trump  borró de un plumazo los fondos anuales comprometidos por Estados Unidos para las escuelas administradas por Naciones Unidas para los hijos de los refugiados en varios países árabes y los territorios ocupados por Israel.

Ellos son los descendientes de los 700 000 palestinos expulsados de sus tierras, víctimas del terror y la limpieza étnica desatada por los líderes sionistas tras la proclamación del Estado de Israel en 1948.

Obligados al exilio en Jordania, Líbano y Siria o en los territorios que debían ser parte de su propio Estado, como Jerusalén Oriental y Cisjordania, sobreviven bajo un régimen de ocupación militar y apartheid político, y en Gaza, sitiada por aire, mar y tierra, sujetos a los arbitrios y desafueros del Gobierno israelí.

La UNRWA, sigla por su nombre en inglés de la Agencia de Naciones Unidas que atiende a los refugiados descendientes de las familias desterradas tras el nacimiento de Israel hace 70 años, aún no sabe si los menores en edad escolar podrán acudir a las aulas.

«En el momento presente, no estamos en condiciones de garantizar en nuestras 700 escuelas el comienzo de las clases a finales de mes, y no solo para los 270 000 estudiantes de Gaza, sino para los más de 500 000 que acuden a nuestros centros en toda la región», dijo hace dos semanas Chris Gunnes, portavoz en Jerusalén del organismo de la ONU.

Hasta ese momento la UNRWA intentaba reponerse del golpe asestado por el Gobierno de Trump, tras congelar en enero pasado una sexta parte de la aportación de Estados Unidos a ese organismo de la ONU.

Por su poderío económico y la responsabilidad asumida como potencia mundial para resolver un conflicto en el que es juez y parte, debido a su alianza estratégica con Israel, Washington figuró —hasta la llegada de Trump a la Casa Blanca— como primer contribuyente de la agencia para los refugiados palestinos, con 360 millones de dólares anuales, equivalente a una tercera parte de su presupuesto anual.

Ahora no hay dinero para pagar a los 22 000 maestros que imparten clases en las escuelas de la Agencia.

Según advirtió Gunnes, el gesto de Trump «ha generado no solo una crisis financiera, sino una crisis existencial».

Están en juego la vida de otras decenas de miles de empleados de UNRWA y el futuro de la nueva generación palestina.

El zarpazo de enero pareció un castigo al enérgico rechazo de la población palestina al traslado de la embajada norteamericana a Jerusalén, que de hecho, reconoció como capital de Israel.

La Casa Blanca anunció el viernes último que decidió recortar más de 200 millones de dólares en ayuda a los palestinos y también redujo sus fondos para el Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina.

A principios de este mes, Foreign Policy informó que Jared Kushner, el asesor principal y yerno del presidente estadounidense Donald Trump, ha estado presionando para que se elimine el estatuto de refugiado de millones de palestinos como parte de un aparente esfuerzo por cerrar la UNRWA.

La medida del viernes fue resultado, según el Departamento de Estado, de una revisión de la asistencia estadounidense a la Autoridad Palestina, ordenada por Trump en enero.

Los fondos suprimidos estaban dirigidos a programas de salud y educación, así como para el funcionamiento del Gobierno de la Autoridad Nacional Palestina (ANP).

Washington tenía previsto desembolsar 251 millones de dólares durante el año presupuestario actual, que finaliza el 30 de septiembre, pero en realidad ha gastado menos de la mitad.

A los ojos de la población palestina, Trump pretende doblegar su voluntad de lograr un Estado propio independiente, que garantice sus más elementales derechos, como la educación de sus hijos.

Fuente: http://www.juventudrebelde.cu/internacionales/2018-08-28/trump-deja-a-escolares-palestinos-sin-aulas
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El futuro de 500.000 niños rohinyás está en peligro si no se invierte en su educación (Audio)

Bangladesh / 26 de agosto de 2018 / Autor: Redacción / Fuente: Noticias ONU

Los niños y niñas que viven en los hacinados campamentos de refugiados del distrito de Cox’s Bazar en Bagladesh afrontan un futuro sombrío, con pocas oportunidades para aprender y sin saber cuándo podrían regresar a sus hogares en Myanmar.

A más de medio millón de niños rohinyás refugiados en el sur de Bangladesh se les niega una educación adecuada. Para evitar que caigan presa de la desesperación y la frustración es necesario el compromiso activo de la comunidad internacional, según indica un nuevo informe del Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF) publicado este jueves.

«Si no invertimos ahora en educación, corremos el peligro de ver a una «generación perdida» de menores rohinyás, niños y niñas que carecen de las aptitudes que necesitan para hacer frente a su situación actual, y que serán incapaces de contribuir a la sociedad cuando puedan regresar a Myanmar», dijo Edouard Beigbeder, representante de UNICEF en Bangladesh.

El informe destaca el importante desafío en materia de educación que supuso para UNICEF y sus socios la repentina llegada de un gran número de menores rohinyás.

Además, subraya que, gracias a un gran esfuerzo de ayuda internacional liderado por el Gobierno de Bangladesh, se ha logrado establecer los servicios básicos para los refugiados y se han disipado los temores del contagio de enfermedades.

El temor a un futuro incierto

Según las cifras de UNICEF, en julio de 2018, estaban activos unos 1200 centros de aprendizaje y se había matriculado a casi 140.000 niños. Sin embargo, no había un plan de estudios común, las aulas a menudo estaban saturadas y carecían de agua y otros servicios básicos.

Actualmente se está elaborando un nuevo programa de aprendizaje que busca elevar su nivel de lectura, escritura, lenguaje y aritmética, así como competencias básicas para la vida cotidiana.

El asesor principal de comunicaciones de UNICEF, Simon Ingram, describió los temores de los menores.

“En este momento empiezan a mirar hacia el futuro y se preguntan: ¿Y ahora qué? Están empezando a pensar qué clase de futuro les espera y aquí es donde aparece un nuevo nivel de ansiedad y miedo”.

El estudio destaca la necesidad de que la comunidad internacional invierta para conseguir una educación de calidad para todos los menores rohinyás, especialmente las niñas y los adolescentes que corren un mayor riesgo de quedar excluidos.

También pide al Gobierno de Myanmar que proporcione acceso a la educación preescolar, primaria y secundaria de calidad y en las mismas condiciones a todos los niños en el estado de Rakhine, donde aún hay más de medio millón de rohinyás.

De los poco más de 28 millones de dólares que el Fondo de la ONU para la Infancia pidió este año para financiar la labor educativa con los refugiados rohinyás, solamente ha conseguido recaudar una cifra ligeramente superior al 50%.

Fuente de la Noticia:

https://news.un.org/es/story/2018/08/1440102

ove/mahv

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