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La escuela con más refugiados que nacionales

Por: Tiziana Trotta

La educación pública libanesa está desbordada por la llegada de más de 200.000 estudiantes sirios. Más de la mitad de los desplazados entre tres y 18 años está fuera de la enseñanza formal

«¿Hoy vas a llevar el uniforme?”, le grita su madre desde el otro cuarto. Maher [nombre ficticio, como los de los otros refugiados mencionados en este reportaje] no le hace mucho caso. Está demasiado ocupado en peinarse y repeinarse el cabello engominado. Solo cuando ya no queda ni un pelo fuera de lugar, le contesta que sí y trota a por el uniforme hacia la habitación contigua, la única, además del salón, de una tienda de campaña en la que malviven 16 personas huidas del conflicto en Siria. Mochila al hombro, coqueto, cruza el asentamiento informal de Talyani, en Bar Elias (Líbano), hasta la escuela.

 

Líbano es el país que más refugiados acoge en comparación con el número de habitantes; ya representan un cuarto de la población, superando en número a los alumnos libaneses en la educación básica (6-15 años) —en el año académico 2017-2018, el Ministerio de Educación registró 213.358 extranjeros frente a 209.409 nacionales—.

Desde el comienzo de la guerra en Siria, que ya ha entrado en su octavo año, la enseñanza pública ha doblado el número de alumnos. El 48% de los casi 490.000refugiados sirios en Líbano entre tres y 18 años está integrado en el sistema público de educación formal del país de acogida, según Acnur (la agencia de las Naciones Unidas para los refugiados). La mayoría de ellos (el 71%) ha acudido en el turno de tarde a una de las 350 escuelas habilitadas por el Gobierno para hacer frente a la emergencia.

Los esfuerzos de las autoridades locales han logrado un fuerte repunte en las matriculaciones en primaria y secundaria (un 70% entre los seis y 14 años en 2017 frente al 52% del año anterior). Pero, a pesar de los avances, los problemas no terminan con el ingreso en las aulas. Diferencias de currículo; clases abarrotadas en las que conviven alumnos de distintos niveles, edades o idiomas; transporte; seguridad, penurias —tres cuartos de los refugiados sirios viven por debajo del umbral de pobreza— y discriminación representan los principales obstáculos para su integración real. Más de la mitad de los refugiados entre tres y 18 años, sobre todo adolescentes, sigue fuera de las aulas y acabar el ciclo de estudios representa una excepción (apenas el 12% de los jóvenes entre 17 y 19 años ha finalizado el noveno curso).

Líbano ha logrado reducir el número de niños sirios fuera de programas de educación formal e informal, pasando del 50% registrado en diciembre 2016 al 43% al cierre de 2017, según el último informe de la plataforma No lost generation. Pero el aumento de la pobreza y el recorte de la ayuda económica ponen en la cuerda floja estos progresos. En la conferencia de donantes de Bruselas del pasado mes de abril, la comunidad internacional se comprometió a destinar a Siria 4.400 millones de dólares en 2018 (unos 3.600 millones de euros), es decir, la mitad de los 7.300 millones de euros que las Naciones Unidas estiman necesarios.

“Estamos incrementando el número de alumnos extranjeros, pero el apoyo económico no crece de manera paralela”, lamenta Sonia al-Khoury, funcionaria del Ministerio de Educación. Khoury dirige el brazo ejecutivo del programa ministerial Alcanzar a todos los niños con Educación (RACE, por sus siglas en inglés), que arrancó en 2014 con el objetivo de mejorar el acceso, la calidad y el sistema escolar.

La funcionaria es consciente del reto al que se enfrenta el sector público, pero defiende la actuación del Ministerio. “Líbano es un buen ejemplo de cómo acoger a un número de estudiantes extranjeros superior al de alumnos libaneses. Y lo estamos haciendo con éxito, como demuestran también las calificaciones de los sirios en los exámenes oficiales, con notas parecidas a las de los nacionales”, asegura.

“Cualquier otro país con más de un millón de refugiados ¿sería capaz de ofrecerles cabida en su sistema de educación pública? Les ofrecemos enseñanza, porque creemos en el derecho a la educación de calidad y no podemos dejarles en la calle. Los integramos no para acogerlos para siempre en nuestro sistema, sino para que disfruten del derecho a la educación y que tengan oportunidades mejores en la vida cuando vuelvan a Siria”. [Siga leyendo aquí la entrevista completa con Sonia al-Khoury]

La región con menos matriculaciones

Maher, peinado impecablemente, cruza el patio de la escuela de Talyani, bajo el sol insoportable del Valle de la Bekaa. Tiene 10 años, de los cuales lleva cuatro en Líbano. Su padre murió a los cuatro días de llegar desde Homs, dejando a su madre sola con 12 hijos, incluido un bebé. Solo tres de sus hermanos estudian, otros cuatro tuvieron que renunciar para echar una mano en casa, mientras que los mayores trabajan cuando pueden. A Maher le gusta echar carreras con sus amigos. No es el que más rápido corre, admite, pero no se le da tan mal. En árabe, en cambio, es muy bueno. Quiere estudiar para ser profesor, volver a Siria cuando acabe el conflicto y ayudar en la reconstrucción.

Distribución geográfica de los alumnos no libaneses matriculados en la educación formal (básica y secundaria), en el sector público y privado.
Distribución geográfica de los alumnos no libaneses matriculados en la educación formal (básica y secundaria), en el sector público y privado. MINISTERIO DE EDUCACIÓN LIBANÉS

El Valle de la Bekaa es una de las regiones que más refugiados sirios acoge por la cercanía con la frontera. Esta zona presenta las tasas de matriculación para niños entre seis y 14 años más bajas del país, a pesar de que se duplicaran en un año (del 30% de 2016 al 59% de 2017). La escuela que frecuenta Maher, gestionada por Entreculturas —que prestó su apoyo para la realización de este reportaje— y el Servicio Jesuita al Refugiado en colaboración con la Fundación Kayany, es una de las pocas del país dirigidas por ONG y autorizadas por el Gobierno para ofrecer educación formal, ante la sobrepoblación de los servicios públicos de la zona.

La escuela de Talyani acoge de manera gratuita a alrededor de 600 alumnos entre tres y 13 años repartidos en turnos de mañana y tarde. “Nosotros fomentamos la integración en la escuela pública, pero a los estudiantes no les suele gustar, porque las clases están abarrotadas y denuncian discriminación, abusos físicos y verbales por parte de los profesores”, sostiene Nassib Shokr, responsable de Educación del Servicio Jesuita al Refugiado en Bar Elias.

“Uno de mis estudiantes estaba en la escuela pública y me contaba que su profesora le decía: ‘Si quieres entender, lo entiendes. Es tu problema”, señala Samia Ali Saleh, profesora de inglés en Talyani. Para esta enseñante de 31 años de Al Marge, una localidad cerca de Bar Elias, los alumnos refugiados necesitan una atención especial. “Viven situaciones muy duras y tenemos que ser sus maestros, sus padres, sus hermanos y sus amigos. Mis estudiantes, al ver que me dirigía a ellos desde el respeto, me preguntaban: ‘Profe, ¿eres libanesa? ¿En serio?’. Sí, ¿qué hay de malo? Y, si tú eres sirio, ¿dónde está el problema? No es una cuestión de nacionalidad. Se trata de seres humanos”.

LOS PAÍSES VECINOS

En 2016, la comunidad internacional reunida en Londres lanzó una cruzada para asegurar que ni un refugiado sirio se quedara sin acceso a la educación, tanto dentro del país como en las sociedades de acogida. Dos años después, las matriculaciones en Siria se han estabilizado, con alrededor de 3,7 millones de niños (64% de la infancia en edad escolar) actualmente inscritos en la escuela. En el conjunto de los cinco países de la región (Turquía, Líbano, Jordania, Irak y Egipto), sin embargo, la infancia que participa en programas de educación formal o informal ha pasado del 59% en diciembre de 2016 al 65% un año después, sobre todo gracias a los avances registrados en la educación formal en Turquía y en la no formal en Líbano.

Pero quedan aún 689.000 niños y niñas sin escolarizar, según el último informe de la plataforma No lost generation. Las razones a la base del abandono escolar siempre son las mismas: trabajo y matrimonio infantiles, falta de documentación de identidad, inseguridad, traumas vinculados con el desplazamiento, pobreza.

En 2017, las agencias internacionales hicieron un llamamiento para la respuesta humanitaria en Siria y en los cinco países de la región para conseguir 1.091 millones de dólares (unos 940 millones de euros), de los que recaudaron solo el 52%, una cifra inferior a la recogida el año anterior.

Los refugiados en edad escolar de la Valle de la Bekaa se enfrentan también a otros obstáculos que contribuyen al abandono escolar, como desalojos forzosos por parte de las autoridades locales, altos costes para regularizar la estancia en Líbano o gastos inasumibles para el transporte escolar. “Muchos menores de edad dejan los estudios para trabajar como temporeros”, explica Mahmoud Bwary, responsable de Educación de Unicefdesde Zahlé, donde el Fondo de las Naciones Unidas ha abierto un centro de educación no formal para primera infancia con el objetivo de preparar a los niños para el ingreso en la escuela pública. “Otra barrera es el matrimonio infantil”, agrega.

Hala, de 14 años, no trabaja ni estudia. En 2013, cuando huyó de Kobane para trasladarse a Beirut, tuvo que renunciar a la enseñanza. Lo volvió a intentar en el país de acogida, pero la destinaron al primer curso, con alumnos muchos más jóvenes que ella, y no quiso. A pesar de todo, sigue soñando con ser abogada de mayor. Tamim, en cambio, nunca fue a la escuela. Con 13 años —casi 14, matiza—, este chico de Alepo no encontró ningún centro equipado para acoger a alguien en silla de ruedas como él. Hala y Tamim, en la espera de retomar los estudios, frecuentan el Club de Jóvenes que Entreculturas y el Servicio Jesuita a Refugiados han abierto en Borj Hammoud, en la periferia de la capital libanesa, en el marco del proyecto Frans Van Der Lugt.

Una convivencia difícil

En este distrito densamente poblado viven alrededor de 12.000 sirios, por lo que la maltrecha economía y la pugna por los mismos recursos y servicios exasperan las tensiones entre lugareños y recién llegados. “Antes había más trabajo, pero ya no hay empleo para los libaneses”, se queja un vecino que prefiere ocultar su nombre. Lleva días sin ver a clientes cruzar por la puerta de su tienda de muebles. “Me temo que si los sirios siguen recibiendo tantos privilegios, nunca van a regresar a su país y Líbano no puede recibir a más refugiados”, zanja.

La tensión de las calles se traslada a los hogares. “Hay mucho abuso verbal y físico en las familias refugiadas. Los adultos ven las noticias en la tele sobre lo que pasa en Siria, viven hacinados en pisos pequeños y transmiten malas emociones a los hijos”, señala Aula Al Hussein, trabajadora social en la escuela Frans Van Der Lugt. “Todo esto se plasma en falta de concentración, agresividad, miedo a la oscuridad…”.

Angela Maria Abboche, directora de la escuela, recuerda que los inicios fueron complicados. “Nos tiraban botellas vacías al patio. Ahora la situación ha mejorado, pero ningún libanés participa en nuestras actividades”, explica. Ella misma, beirutí, representa una excepción, así como otros docentes libaneses del centro, que acompañan a profesores sirios que trabajan como voluntarios debido a las restricciones legales impuestas sobre las ocupaciones de los refugiados. Abboche, de 27 años, interrumpe la conversación una y otra vez, bien porque un niño le agarra el borde de la camiseta para reclamar un abrazo, bien para atender a una madre o para tocar el timbre del recreo. Lleva cuatro años en la escuela, donde se ofrece educación no formal para primera infancia y apoyo escolar para los alumnos de las escuelas públicas, para que se adapten al nuevo currículo. El principal obstáculo para ellos es el idioma, ya que en Líbano las asignaturas se imparten en inglés o francés, mientras que en Siria toda la enseñanza es en árabe.

La escuela con más refugiados que nacionales
El inglés es precisamente la asignatura que más le cuesta a Yaser, por eso acude a las clases de refuerzo del centro. Este chico de Afrin tiene 12 años y una mirada seria que no se corresponde con su edad. Llegó a Líbano en 2012, pero aún añora la vida en Siria. “Fue difícil en la escuela, porque no hablaba inglés”, revela, “pero ahora ya va mejor”.

La profesora Maysaa J., de Afrin, aún recuerda su primera clase en Borj Hammoud. “Fue muy dura, porque no tenía experiencia y había más de 40 alumnos en clase”, cuenta. “Eran todos eran refugiados, no conocían a nadie en Líbano, algunos nunca habían sido escolarizados o solo hablaban kurdo. No teníamos medios, pero aún así, siempre hemos intentado darlo todo por ellos”.

A pesar de las dificultades, la libanesa Sabine Akkory, que en Frans Van Der Lugt imparte clases de inglés, lo prefiere a un empleo en el sector público. “Estos niños necesitan ayuda después de todo lo que han sufrido. Es mi deber enseñarles que el mundo no es tan malo”.

LOS SIRIOS PALESTINOS

Una clase en una escuela para refugiados palestinos en Líbano.
Una clase en una escuela para refugiados palestinos en Líbano. UNRWA

Entre los que huyen del conflicto en Siria, también hay palestinos. El último censo del Comité de Diálogo Libanés-Palestino, realizado el pasado mes de diciembre, apunta a la presencia de 18.600 de ellos en Líbano, que elevan a casi 174.000 el total de los que viven en el país. La Agencia de Naciones Unidas para Refugiados Palestinos (Unrwa), sin embargo, cifra los sirios en 32.000 sobre un total de 450.000 residentes en Líbano.

Unrwa gestiona 66 escuelas en Líbano, en las que estudian alrededor de 37.000 alumnos, de los cuales unos 5.500 sirios. En 2012, la Agencia empezó a integrar a los refugiados sirios en sus centros a través de un sistema parecido al escogido por el Gobierno libanés. 14 centros empezaron a funcionar con dobles turnos para que los nuevos alumnos se pudieran adaptar al nuevo currículo y fueran gradualmente integrados en las aulas por la mañana. En la actualidad, solo una escuela, en una zona remota del país, sigue operando por la mañana y por la tarde.

“El sistema de dobles turnos que las escuelas libanesas han puesto en marcha para los alumnos sirios no genera una separación”, explica Salem Dib, coordinador de educación de Unrwa en Líbano. “La educación es vital y si no hay disponibilidad física en las clases, hay que buscar alternativas. Cuanto más niños tienen acceso a los estudios, la sociedad en su conjunto estará más integrada y estable”.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2018/06/18/planeta_futuro/1529314030_790914.html

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Senegal: Educación y salud para combatir el éxodo juvenil

Redacción: Noticias de Gipuzkoa

ACTIVISTAS SENEGALESES TRABAJAN PARA MEJORAR LA CALIDAD DE VIDA, CREAR OPORTUNIDADES DE FUTURO Y EVITAR LA MIGRACIÓN CLANDESTINA QUE VACÍA EL PAÍS DE JÓVENES ADULTOS

Faltan algunos minutos para las once de la mañana y en Mbour, a 87,5 kilómetros al sur de Dakar, el sol aprieta con fuerza y la humedad ahoga. Varias decenas de niños hacen cola en las instalaciones de la nueva cocina que la ONG Creando Futuros ha instalado en su pequeña escuela. El cocinero prepara thakry, una especie de cuscus con yogur con un delicioso sabor a plátano que se convertirá en la principal comida del día de la mayoría de los pequeños. Tras una pausa para comer, y refugiados en la sombra que arroja la cocina, los niños vuelven a corretear en el patio.

Es época de vacaciones escolares en Senegal. La temporada de lluvias, recién comenzada y que durará hasta septiembre, obliga a suspender las clases, ya que muchas escuelas ni siquiera tienen un tejado donde cobijar a sus alumnos. Pero la actividad no cesa en el centro de Creando Futuros. Acabado el curso, llega la hora de las colonias de verano, un premio que los niños de la localidad esperan con ansia. “Elegimos a los cinco niños de cada clase que mejores notas han tenido y también a alumnos de otras zonas de la ciudad con buenas notas”, explica Ibou Diouf, activista senegalés de Creando Futuros. En total unas 60 plazas que todos los pequeños quieren ocupar. Es lo que ha logrado Creando Futuros desde que comenzó con este proyecto escolar en 2007 y la tarea no es baladí en un país donde el analfabetismo alcanza hasta el 62% de la población. De hecho, convencer a los niños de las bondades del colegio ha sido casi más sencillo que persuadir a sus familias. “Al principio fue difícil, pero ahora todos los niños quieren venir aquí. Saben que sus hijos aprenden y les damos de comer alimentos con muchas proteínas, como huevos, yogures, cereales o frutas. Además, un pediatra nos visita dos veces al año y nos facilita todas las medicinas que necesitan”, cuenta Diouf, que remarca la importancia de que los más pequeños reciban la mejor educación posible. “Es fundamental, porque sin educación no hay nada. Yo he podido aprender español, inglés, francés… Son cosas que la gente puede aprender para mejorar el futuro del país”, dice convencido.

Pero no solo la educación motiva a los más pequeños y a sus familias. La oferta en torno al ocio es muy mejorable en el conjunto del país y más si cabe en Gandiol, una pequeña región pesquera a 150 kilómetros al norte de la capital. Allí el incansable activista Mamadou Dia ha creado la asociación Ha Ha Tay, que ha construido el centro cultural Aminata junto con los vecinos, que han participado tanto en la construcción como en la gestión del mismo. Además de aulas para los más pequeños, disponen de biblioteca y también de un espacio para la proyección de películas. Realizan conciertos y un sinfín de actividades con el objetivo de disuadir a los jóvenes de que emprendan un camino muy incierto hacia Europa.

En Gandiol el drama de la migración clandestina está muy presente. Los cayucos de los pescadores aguardan en la playa y evocan a los tiempos en los que los jóvenes se lanzaban al mar, deseosos de conocer una Europa que la mayor parte de las veces provoca una profunda decepción. Ahora, las rutas migratorias marítimas han disminuido de forma drástica. Los jóvenes optan por la vía terrestre, atravesando el desierto de Mauritania y llegando a la costa por Marruecos, Argelia o incluso Libia, donde quedan al merced de las mafias. Las familias ven cómo sus hijos huyen de un país en el que creen que no tienen futuro, muriendo muchos de ellos en el camino. Se trata de una tragedia que tanto Dia como las autoridades de Gandiol tratan de remediar, impulsando proyectos en los que los jóvenes tengan no solo cabida, sino capacidad de ejecución. “La migración es difícil de controlar, tanto por los políticos como por los padres, porque los jóvenes no avisan que se van, pero tenemos que sensibilizarlos para que sepan que el desarrollo de Gandiol debe llegar de su mano y no de las organizaciones de fuera”, sostiene Mbaye Thamadou, teniente de alcalde de Gandiol. Se trata de un discurso que también defiende Dia, que entiende que “los jóvenes están gastando sus energías y motivaciones en viajes hacia Europa y lo que tenemos que conseguir es que se queden aquí y trabajen aquí”.

“La migración es difícil de controlar porque los jóvenes no avisan de que se marchan”

El poder de cambiar las cosas

La importancia de una formación adecuada queda en evidencia cuando uno se reúne con las incansables mujeres de A.F.D.L., con Khadidiatou Sene a la cabeza. Si la revolución feminista ha provocado este año un antes y un después en gran parte de Occidente, este centenar de mujeres asociadas de Dakar no se queda atrás. Valientes, descaradas y sin ningún tipo de miedo, se han enfrentado a una sociedad machista que las esconde tras las tareas domésticas y se han abierto al mercado de la manufacturación tanto de alimentos como de joyas o útiles de aseo, entre otros, que luego venden en el mercado.

Sus inicios en 2009 no fueron sencillos, con una serie de maridos que no querían ni oír hablar de mujeres empoderadas y libres, capaces de hacerse cargo de su propia economía. Ahora, nueve años después, su fuerza es tal que han llevado a su presidenta, Khadidiatou Sene, a convertirse en concejala del Ayuntamiento de Dakar. Otras se han atrevido hasta a divorciarse. Y no piensan parar. Tienen la venta de sus productos en pleno funcionamiento y ahora pelean por conseguir una sede que les permita reunirse y exponer los problemas que sufren en el día a día. Además, desean iniciar un proyecto de formación en la gestión del reciclaje. “No queremos dinero de nadie, sino apoyo para poder trabajar por nosotras mismas y conseguir el dinero que necesitan nuestras familias”, sentencia Sene.

Hablar con ellas es reconocer la dignidad y el orgullo de primera mano, la certeza de que unidas, las mujeres pueden lograr todo lo que se propongan, en Europa o Senegal. “La única regla que tenemos es que para estar aquí tienes que ser mujer y mayor de edad. A partir de ahí trabajamos para ayudar a nuestras familias. Y necesitamos seguir formándonos y formar a nuestras jóvenes, porque de ellas depende el futuro”, señala.

“Las jóvenes tienen que saber que quedarse embarazadas supone un freno en sus estudios”

Pero las mujeres de la A.F.D.L. no son las únicas que demuestran voluntad para cambiar las cosas. En Pikine, uno de los suburbios más pobres de la ciudad de Dakar, Aida Diouf encabeza a un grupo de más de 200 Bajenu Gokh (madrinas de barrio) que velan por la salud de sus conciudadanas. Su labor es tal que están reconocidas por el propio Gobierno de Senegal.

La vida en este distrito de 370.000 personas (de las cuales 89.500 son mujeres en edad reproductiva), con una densidad de 23.855 habitantes por kilómetro cuadrado, es pura supervivencia. Especialmente entre las mujeres, que se ven sometidas a matrimonios forzados a edades muy tempranas (en torno a los 16 años) y embarazos precoces que les provoca importantes problemas de salud.

Para combatirlo, la ONG Médicos del Mundo ha puesto en marcha una red sanitaria que trata a las mujeres y lleva a cabo con ellas tareas de educación sexual y reproductiva. Sin embargo, disponer de estos recursos, aunque sean precarios, no siempre es sinónimo de una intervención de éxito, ya que la frecuentación de estos espacios sanitarios por parte de la población es todavía escasa. No hay más que pasearse por los pasillos del centro de salud. Las mujeres aguardan turno para ser atendidas por uno de los cinco especialistas o las 22 matronas que trabajan en él. Muchas arrastran consigo tres, cuatro y hasta cinco hijos, y agachan la cabeza para no cruzar su mirada con ningún visitante. Algunas son tan jóvenes que ni siquiera saben cómo dar de mamar a sus pequeños y la gran mayoría arrastran problemas de violencia machista o importantes enfermedades sexuales que no pueden contar a nadie.

Por ello la labor de las Bajenu Gokh como Aida Diouf es fundamental para la sensibilización. “Todas somos madres y nos ayudamos en la salud de los menores. Hay muchos problemas de salud -especialmente las enfermedades de transmisión sexual y los embarazos precoces- que son tabú y hacemos un trabajo de sensibilización para favorecer la comunicación”, explica la activista.

Para ello, las Bajenu Gokh realizan visitas a domicilio y distintas actividades de sensibilización, como charlas o pequeñas teatralizaciones con las que sensibilizar a los jóvenes de los peligros del sexo en edad precoz. “Es un tema tabú, pero las jóvenes tienen que saber que quedarse embarazadas supone un freno en sus estudios, que si no están casadas pueden verse repudiadas por su familia, que sus propios colegas la van a estigmatizar. Ahora las jóvenes nos conocen y reclaman nuestros consejos y todas conocen el valor de la abstinencia y que es preferible que guarden su virginidad hasta el matrimonio”, apunta esta mujer llena de energía y vitalidad que ha criado a 13 hijos.

Mucho por hacer

“La educación de los niños es fundamental para poder mejorar el futuro de nuestro país”

Pero además de las mujeres, Senegal tiene un gran problema de discriminación hacia los colectivos más vulnerables del país: las personas LGTBI, las prostitutas y los portadores de VIH y drogodependientes.

Para ellos, reunirse supone una actividad de riesgo que les puede llevar a la cárcel. Acceden al local donde se reúnen en Dakar por separado, y en grandes intervalos de tiempo entre uno y otro para que nadie sospeche de ellos.

“No queremos dinero de nadie, sino apoyo para poder trabajar por nosotras mismas para nuestra familia”

Sufren la discriminación y el estigma y son repudiados por sus propias familias. Bijoux no se atreve a que la fotografíen y utiliza un seudónimo para hablar con la prensa extranjera, a la que cuenta que una compañera de colegio la delató como lesbiana en 2011, lo que le sirvió para ser expulsada del colegio y de varios trabajos durante siete largos años.

A Michelle no le importa posar para la cámara, aunque su historia es drama y supervivencia a partes iguales. Fue descubierto intercambiándose mensajes de móvil con otro hombre cuando era diácono y tuvo que huir, peregrinando por Chad, Costa de Marfil e incluso Camerún, hasta que decidió volver a Senegal. Poco tardó su familia en enterarse. “Me mandaron un mensaje: Sabemos dónde vives y te vamos a matar”, relata.

“Huí a Costa de Marfil, Chad y Camerún y cuando volví mi familia amenazó con matarme por ser gay”

Pese a todas las dificultades que sufren día a día, han conseguido sobreponerse y reclaman formación para poder encontrar trabajo, formación también de los sanitarios para que puedan ser atendidos en centros de salud, así como más diálogo con los poderes políticos y religiosos para avanzar en la consecución de sus derechos civiles.

Ellos son un ejemplo de que Senegal tiene todavía mucho trabajo para desarrollar en el ámbito social, pero cuenta con un activismo que tiene claro que los avances deben llegar involucrando a la sociedad y no solo por el apoyo de Occidente.

Fuente: http://www.noticiasdegipuzkoa.eus/2018/07/08/sociedad/educacion-y-salud-para-combatir-el-exodo-juvenil

 

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Refugiados sirios aprenden desarrollo sostenible en una escuela argentina

Redacción: Noticias ONU

Siete niños sirios se han integrado a Corazón Victoria, una de las llamadas “Escuelas Generativas”, establecidas por el gobierno de la provincia de San Luis y que están alineadas con objetivos de las Naciones Unidas al incentivar una educación innovadora, inclusiva y de calidad.

San Luis ha sido un corredor humanitario recibiendo a los primeros refugiados sirios que tocaron tierra argentina.

Johnny un estudiante de 17 años, proveniente de Aleppo, Siria, es uno de esos refugiados sirios en Corazón Victoria.

En este momento, la provincia brinda asistencia a 38 refugiados sirios y pronto recibirá a cinco familias más. Todos ellos viven en el campus de la Universidad de la ciudad de La Punta, donde conviven diariamente con estudiantes y lugareños que los han ayudado a insertarse a la sociedad argentina.

Actualmente, hay 13 Escuelas Generativas en el territorio puntano y se estima que se va cerrar el año con 21 escuelas. Estas instituciones educan a más de 1600 chicos y centran su proyecto educativo en los Objetivos de Desarrollo Sostenibles de la ONU. Son principalmente escuelas libres, en clubes, en asociaciones e instituciones que trabajan sobre diversos ejes transversales a través de actividades como el deporte, cultura, arte, naturaleza y calentamiento global.

Son centros educacionales en los que se enseña sobre esos Objetivos de manera práctica, por ejemplo, para tratar sobre el medio ambiente tienen un canasto donde todas las botellas vacías van a parar ahí. Y para tratar sobre la paz, practican la tolerancia y el respeto días a día, como señala Alejandra Ferrari, coordinadora general, de estas escuelas.

 

La integración de los estudiantes sirios va más allá de la mera inclusión de las familias sirias al sistema educativo. También trata de explicar a los niños argentinos la situación de los refugiados, según Natalia Spinuzza, ministra de Educación de San Luis, a través de un proyecto de dibujos animados llamado “Juana y Pascual”.

“Este proyecto educativo se enfoca en informar a los niños de la provincia de San Luis sobre temas sociales y educativos. Por la influencia de inmigrantes sirios a la provincia puntana, la serie incluye un episodio llamado ´Los nuevos amigos de Juana y Pascual, comenta Spinuzza.

En ese episodio, Juana y Pascual conocen a Lana y Mikl, dos hermanos sirios que llegaron a San Luis y se hacen amigos y conocen así los motivos que obligaron a la familia a abandonar Siria.

El gobernador de la provincia de San Luis, Rodríguez Saá enfatiza, por su parte, que la gestión está orientada a la empatía, a ponerse en los zapatos del otro tanto en la recepción de refugiados como en el desarrollo de una educación más accesible y atractiva para los estudiantes.

Los refugiados sirios hacen un enorme esfuerzo por aprender a hablar el español  y han logrado adaptarse sin inconvenientes a los establecimientos educativos.

Fuente: https://news.un.org/es/story/2018/07/1438072

 

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Alemania realiza proyectos en educación en África

Europa/Alemania/12 Julio 2018/Fuente: Zocalo

África es actualmente el punto central de la ayuda al desarrollo que proporciona el gobierno alemán a países en desarrollo con el objetivo de generar perspectivas para el futuro, sobre todo en educación, capacitación y trabajo, afirmó la Sociedad de Cooperación Internacional.

La institución que lleva a cabo proyectos de desarrollo del gobierno alemán en diferentes regiones presentó en Berlín su reporte 2017 en el que informó que durante ese lapso realizó proyectos por dos mil 600 millones de euros, un aumento de siete por ciento.

La mayor parte de los recursos financieros y de los proyectos procedieron del gobierno alemán, principalmente del Ministerio para la Cooperación Internacional, así como de la Unión Europea, de gobiernos nacionales y fundaciones.

Los ámbitos en que se llevan a cabo los proyectos, especialmente para África son: huída y migración, seguridad y estabilidad, así como la protección del clima. El Viceministro de Cooperación Internacional, Martin Jaeger, declaró durante la presentación del reporte que la Institución tiene una experiencia de muchos años en países africanos.

Apuntó que una iniciativa especial del gobierno alemán en esa región ha tenido como resultado en los últimos tres años generar perspectivas laborales para 100 mil personas, tanto en el Norte de África como en Medio Oriente, dos regiones afectadas por la guerra, conflictos armados y pérdida de gran parte del estado de derecho.

Esos proyectos especiales de la Sociedad de Cooperación Internacional (Giz por sus siglas en alemás de Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit) benefician a un total de 450 mil personas en esas regiones.

El objetivo último es mejorar las perspectivas de vida de millones de mujeres, hombres y niños, para que puedan vivir bien en sus países, por lo que puntualizó que para ello se necesita educación para los niños, capacitación para jóvenes y empleo con un ingreso que les permita a las familias alimentarse.

La presidenta de GIZ, Tania Goenner, declaró que el empleo “crea futuro”, de manera que ese es un rubro en el que se pone especial atención. Quien tiene suficiente para vivir, permance en su país”.

El telón de fondo es que Alemania se ha vuelto en el principal magneto para los cientos de miles de refugiados que están dejando continuamente sus hogares en África y en países del Medio Oriente, no solo debido a la guerra sino también a la pobreza y a la ausencia de prespectivas.

Fuente: http://www.zocalo.com.mx/new_site/articulo/alemania-realiza-proyectos-en-educacion-en-africa

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Charla con Muzoon, la joven siria que quiso salvar sus libros

Autor: El País

La embajadora de Unicef es una activista por la educación de los niños refugiados

En Facebook Live hoy hablamos con Muzoon Almellehan. A esta joven de 20 años la llaman la Malala siria, y ella no puede ocultar el orgullo que le produce que le comparen con la premio Nobel de la Paz de 2014. Tampoco la satisfacción de considerarse “amiga” de Malala Yousafza, una activista por el derecho a la educación de las niñas. La lucha de Muzoon Almellehan es parecida: está empeñada en que todos los menores refugiados puedan ir al colegio.

Hace cuatro años, Muzoon, hoy embajadora de buena voluntad de Unicef, tuvo que huir de su casa en Siria con su familia por culpa de la guerra. Al hacer el equipaje tuvo claro qué se llevaría: tantos libros como podía cargar para continuar sus estudios. La joven siria reclama a los líderes internacionales que la escolarización no sea una opción cuando se habla de ayuda a los refugiados. “Es tan importante como la comida”, asegura. «Si no aprenden, ¿cómo podemos esperar que los niños lleguen a desarrollar todo su potencial. Tenemos que continuar luchando hasta que veamos un mundo en el que todos van al colegio”.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2018/06/28/planeta_futuro/1530176059_706579.html

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Bangladesh: El estigma y la discriminación, el dolor de los niños nacidos de la guerra (Audio)

Bangladesh / 24 de junio de 2018 / Autor: Redacción / Fuente: Radio ONU

 

 

Aunque todas estén unidas por el sufrimiento, el horror de las guerras deja diferentes tipos de víctimas. Los hijos nacidos de la violencia sexual son uno de ellos. A lo largo de su vida, afrontan el estigma y la discriminación. Intentar concienciar y mitigar los daños constituyen los principales objetivos del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia Sexual en los Conflictos.

Los campos de refugiados en Bangladesh ven nacer 60 rohinyás al día. Muchos nacen de las violacionesque sufrieron sus madres cuando estalló la violencia en el estado birmano de Rakhine. Es uno de los últimos ejemplos de la violencia sexual que se produce durante los conflictos.

Madres e hijos son víctimas de la guerra. Este año, para conmemorar del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia Sexual en los Conflictos que se celebra cada 17 de junio, el foco de atención se centra en los niños.

“Los niños y niñas concebidos por violación en tiempo de guerra suelen tener problemas de identidad y pertenenciadécadas después de que se han callado las armas”, asegura el Secretario General en un mensaje difundido con motivo de este día.

António Guterres señala que pueden quedar en un limbo jurídico o correr el riesgo de ser apátridas y caer presa del reclutamiento, la trata o la explotación, lo que trae consecuencias funestas para la paz y la seguridad, así como para los derechos humanos.

En una entrevista con Noticias ONU, el embajador de Argentina ante la ONU nos explica que los desafíos a los que se enfrentan estos niños nacidos de la guerra son “desgraciadamente, muchos”.

«Los niños y niñas concebidos por violación en tiempo de guerra suelen tener problemas de identidad y pertenencia décadas después de que se han callado las armas.»

“Los principales retos que afrontan son el estigma y la discriminación, y la falta de reconocimiento ante la ley y en sus comunidades. Los chicos nacidos en circunstancias de violencia sexual en conflictos armados también son víctimas. Usualmente son estigmatizados y marginalizados por sus propias familias y comunidades quienes muchas veces los consideran hijos del enemigo o ´mala sangre´”, explica Martín García Moritán.

El embajador, que preside uno de los actos que este año se celebran en la sede de la ONU como parte de la conmemoración del Día, señala que estos niños son alienados, lo que “se traduce frecuentemente en una falta de reconocimiento de la ley y en la negación de su identidad. Esto a su vez puede tener consecuencias nefastas e incluso letales.”

Mitigar y eliminar el estigma

Los estados pueden implementar varias medidas para eliminar este estigma o al menos reducirlo.

García Moritán reconoce que “no existen fórmulas únicas ni mágicas”. Pero algunas de las políticas deben empezar por reconocer a los niños nacidos de la guerra como víctimas.

“Promover la solidaridad con ellos y permitirles acceder a medidas de reparación y a servicios de apoyo y de reintegración multidisplicinarios y multifacéticos que apunten a reducir el estigma y reparar el tejido social”, son algunas de las medidas que los estados pueden adoptar.

UNICEF/Brian Sokol

 

¿Para qué sirve el Día Internacional?

El objetivo del Día Internacional es crear conciencia y visibilidad de estos temas. Las Naciones Unidas son una plataforma de discusión para abordar estos temas y para escuchar a las víctimas, lo que generar un mayor compromiso de la comunidad internacional para abordar tales desafíos.

También sirve para compartir informaciones e investigaciones recientes y experiencias de primera mano de chicos que han nacido de la guerra y que han tenido que convivir con el aislamiento y el ostracismo en sociedades de postconflicto altamente polarizadas.

“Los testimonios son desgarradores” afirma el diplomático argentino.

«Las violaciones masivas siguen siendo enfrentadas con una masiva impunidad.»

Recientemente, la representante especial del Secretario General sobre violencia sexual en conflicto, Parmila Patten, ha señalado que se han registrado avances en los últimos años, como la adopción de planes de acción conjuntos y esfuerzos para prevenir y castigar la violencia sexual.

Del mismo modo, la justicia de género está siendo progresivamente incorporada en los procesos de paz.

Sin embargo, “las violaciones masivas siguen siendo enfrentadas con una masiva impunidad, y el círculo vicioso de violencia, impunidad y venganza continúa siendo imbatibles en muchos países devastados por la guerra”.

Situación de los rohinyás

La situación en los campamentos de Cox’s Bazar, en Bangladesh, necesita una acción urgente. Patten y la directora ejecutiva del Fondo de las Naciones Unidas para la Población, Natalia Karem, han pedido a la comunidad internacional que afronten este desafío.

“Estamos profundamente preocupadas por las denuncias de mujeres y niñas, que ya han sido víctimas de penurias, violencia y abusos inimaginables, y que ahora enfrentan crecientes riesgos de matrimonio infantil, trata y violencia de género”, afirman en una declaración conjunta.

Ambas exigen que se ponga fin de inmediato a la violencia sexual durante y después del conflicto e indican que “las supervivientes de la violación y otras formas de violencia sexual continúan sufriendo traumas físicos y psicológicos agudos, lo que a menudo se ve agravado por el estigma social y el embarazo no deseado”.

Fuente de la Noticia:

https://news.un.org/es/story/2018/06/1436202

ove/mahv

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«Buscando refugio», documental de MTV sobre jóvenes latinos refugiados

Autor: Redacción de Medios/El Espectador

El 20 de junio se celebró el Día Mundial del Refugiado, fecha en la que se reconoce y reflexiona sobre lo que viven las personas que han tenido que huir de su país para proteger sus vidas. Crisis de refugiados se viven en Europa, Estados Unidos y América Latina. Para que el tema no sólo quede en noticieros o en políticas gubernamentales, el canal MTV Latinoamérica lanza este miércoles en su aplicación online el documental «Buscando refugio«, con el que esperan que su audiencia se involucre o se interese en el tema.

El documental, realizado por MTV en conjunto con Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur), «tiene como objetivo principal dar visibilidad a este problema que ha alcanzado nivel de crisis en países de América Latina«, informa el canal internacional.

«En América Latina, los grupos delictivos y la violencia obligan a miles de jóvenes a abandonar sus hogares para salvar sus vidas«, agregan los realizadores.

Es por eso que «MTV Docu: Buscando refugio» presenta historias de Grecia Recinos (Guatemala), Daniela Naranjo (Honduras) y Joyce Méndez (El Salvador), tres mujeres «Agentes de cambio» -en referencia a otra campaña del canal– involucradas en iniciativas locales para combatir el estigma, discriminación y ayudar a las minorías y refugiados a encontrar un hogar seguro y vida digna.

Lideradas por la VJ de MTVPamela Voguel, estas tres mujeres entrevistan a otros jóvenes latinoamericanos que han sufrido desplazamiento de sus hogares escapando de grupos delictivos y se han convertido en refugiados. Este documental, demuestra la necesidad de que los jóvenes reciban protección internacional ante la incapacidad de sus gobiernos de brindarles protección.

 «No hay nada más impactante que ver a los afectados contar de primera mano sus experiencias al dejar su hogar, familias y países para buscar un mejor futuro. Este documental es apenas uno de los muchos esfuerzos que hacemos en MTV para dar visibilidad a importantes problemas que atraviesan los jóvenes en América Latina«, comenta Claudia Franklin, SVP de Comunicación y Responsabilidad Social Corporativa para Viacom International Media Networks Américas.

Según cifras de la ONU, más de 65 millones de personas en el mundo están desplazadas de sus hogares y más de la mitad son menores de 18 años. En América Latina, el desplazamiento infantil y juvenil se debe en gran parte a la violencia que existe en sus comunidades y sus hogares, persecución de grupos delictivos, así como de una situación persistente de pobreza y desigualdad.

Este fenómeno afecta a los países de toda América Latina, a medida que aumenta el número de niños y jóvenes que se embarcan a menudo en viajes peligrosos y que ponen en riesgo sus vidas para buscar fuera de sus países una vida mejor, con la seguridad y la protección que necesitan.

«MTV Docu: Buscando refugio» se estrena gratuitamente y on-demand a partir del 20 de junio en MTV Play y en el canal MTV Latinoamérica el sábado 23 de junio a las 8 de la noche (hora de Colombia).

Fuente:
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