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Luis Rojas Marcos: “La pandemia nos marcará y formará parte de nuestra biografía”

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Luis Rojas Marcos, psiquiatra de formación, casi no necesita presentación. A sus 77 años ha sido una de las figuras referentes de la medicina en las últimas décadas. Lleva desde 1968 trabajando y viviendo en Nueva York, en donde ha sido nombrado por tres alcaldes diferentes para dirigir diferentes puestos del sistema sanitario de la ciudad. Hablamos con él de esta pandemia y de las cosas que podemos esperar en el futuro más o menos reciente.

Médicos Afiliados de Nueva York es una organización sin ánimo de lucro compuesta por 3.500 médicos y profesionales de la salud que prestan sus servicios en seis hospitales públicos y en las diez cárceles de la ciudad. Luis Rojas Marcos es el director ejecutivo de esta asociación, a la que dedica buena parte de sus energías. El estallido de la pandemia de la Covid-19 ha puesto de nuevo a prueba la capacidad de trabajo de este doctor que, recién licenciado en Medicina, se instaló en Nueva York en 1968. Quince años más tarde, el alcalde Edwar Koch le eligió para dirigir los servicios psiquiátricos de los 11 hospitales generales de la ciudad. Otro alcalde, David Dinkins, le nombró, en 1992, responsable de los servicios municipales de salud mental, alcoholismo y drogas. Y, en 1995, un tercer alcalde, Rudolph Giuliani, le encargó la presidencia del Sistema de Salud y Hospitales Públicos. A punto de cumplir 77 años, constata los efectos devastadores de la pandemia y se desvive por minimizar sus consecuencias sobre la salud de los neoyorquinos. Se considera un ‘vencedor lento’.

¿Qué impacto está teniendo la crisis de la Covid-19 en la salud mental de los ciudadanos?

Indudablemente, esta pandemia está teniendo efectos devastadores para la salud en su sentido más amplio: estado de bienestar físico, psicológico y social. En cuanto a la salud mental, está siendo un gran reto para nuestra resiliencia; la mezcla de resistencia y flexibilidad que necesitamos para afrontar y superar adversidades. Concretamente, este enemigo invisible socava el sentido de futuro: desde pequeños, en cada momento pensamos con ilusión sobre lo que vamos a hacer más tarde, el mes que viene o incluso dentro de unos años. Por eso, cuando nos sentimos incapaces de anticipar el porvenir nos invade el estrés, la incertidumbre, la vulnerabilidad y se agrieta el cimiento vital de la confianza en nosotros mismos y en el mundo que nos rodea. Como resultado, han aumentado considerablemente los trastornos de ansiedad, la depresión y la incidencia de problemas personales y de convivencia asociados al consumo de alcohol y drogas.

¿Ese impacto es idéntico en los ciudadanos de Estados Unidos, China, España o cualquier país europeo o del mundo?

El impacto psicosocial varía según los valores culturales del país. Se dice que la cultura es como la sal en la sopa, no la vemos, pero tiene efectos importantes en nuestra forma de ver la vida. Así, en los países donde predomina el sentido de grupo o colectividad, se tiende a pensar que el impacto de la pandemia depende de los recursos y la colaboración del grupo y es responsabilidad de la comunidad. Por el contrario, en las sociedades individualistas, como Estados Unidos, en las que se piensa que el individuo es el principal responsable tanto de sus éxitos como de sus miserias, los efectos de la pandemia tienden a considerarse fallos personales.

En Nueva York, ¿se constata que los colectivos más vulnerables son los más afectados por la enfermedad? La pandemia ¿afecta de forma muy diferente a ricos y pobres?

Sin duda. Los recursos personales, sean económicos o sociales, determinan definitivamente la defensa ante la pandemia, tanto en el acceso a los remedios sanitarios como a los dispositivos protectores. Es evidente que los colectivos de niveles socioeconómicos más bajos –que suelen incluir las minorías étnicas e inmigrantes– sufren y mueren desproporcionadamente. Este hecho representa un enorme desafío a los principios fundamentales de justicia y a valores humanos muy básicos, incluyendo el derecho a acceder a cuidados médicos independientemente del nivel económico.

Parece como si esta pandemia se viviera a dos niveles por cuestiones de edad: los jóvenes, poco susceptibles de sufrir contagios graves, y los ancianos, con altos niveles de mortalidad

Así es. Los efectos patológicos del virus discriminan a la población según la edad y la presencia de dolencias como diabetes, hipertensión y trastornos pulmonares, que son más prevalentes entre los mayores. Un ejemplo tan evidente como conmovedor es el contraste entre las altas cifras de mortalidad entre los residentes de asilos y residencias de ancianos y el impacto del virus, a menudo asintomático, en la población menor de los 35 años. Este hecho reta a la sociedad a tomar medidas específicas para proteger a las personas mayores.

¿Qué efecto está teniendo ese hecho en la forma de reaccionar ante la crisis de unos y otros?

En numerosas situaciones vemos que mientras la población más joven, amparada por el sentido de invulnerabilidad, actúa a menudo imprudentemente ante los riesgos de infección, los mayores tienden a sentirse desamparados o incluso desahuciados al ser considerados fuente de contagio por unos o victimas irremediables por otros.

Esta crisis ha demostrado que vivimos en un mundo insolidario, egoísta, o, por el contrario, ha puesto de manifiesto las grandes dosis de solidaridad que hay en nuestras sociedades?

Creo que la pandemia está poniendo de manifiesto, una vez más, la impresionante capacidad para resistir y superar adversidades de la especie humana y el papel fundamental que juega la solidaridad en la supervivencia de las personas y, en definitiva, de la humanidad. Quizá los medios no ayuden a exponer este aspecto positivo de los seres humanos. No olvidemos que las buenas noticias no son noticia. Creo que el titulo de los informativos debería ser “Malas Noticias” o “Sucesos Aberrantes”.

¿Algunos sistemas sanitarios han reaccionado mejor que otros ante la pandemia? Son muchas las voces que reclaman ahora que la sanidad tiene que ser 100% pública para que sea el máximo de eficiente ante crisis como esta.

La reacción de los sistemas sanitarios ha variado dependiendo de los recursos disponibles, de la fiabilidad de la información recibida y de los mensajes de los profesionales de la salud y lideres sociales y políticos. Indudablemente, la sanidad de misión pública –algo que aún escasea en países potentados–, dotada de los recursos necesarios, está mejor preparada para afrontar las epidemias y demás amenazas a la salud de los ciudadanos.

¿La pandemia marcará esta generación? ¿Qué huella dejará en nuestras vidas y en la forma de organizar nuestra sociedad?

Nos marcará y formará parte de nuestra biografía. El tipo de huella va a depender de las consecuencias que haya tenido en nosotros y en nuestro entorno y de la interpretación o explicación que le demos a su impacto, a nuestras decisiones y al papel que hayan jugado en su momento los lideres sociales. Es reconfortante recordar que la humanidad no sólo ha sobrevivido a terribles epidemias y calamidades, sino que a menudo ha salido reforzada de ellas. Y es que son muchos los hombres y mujeres que en su lucha por superar la adversidad descubren cualidades en ellos mismos que desconocían, reconfiguran sus prioridades y afirman haber experimentado cambios positivos. Esto es lo que llamamos Crecimiento Postraumático.

¿La solución llegará con esa vacuna que todos esperamos?

La vacunación masiva de la población y la consiguiente prevención de futuras infecciones por la Covid-19 marcará el fin de la pandemia. La recuperación de los daños producidos por el virus requerirá un proceso de duelo para los que hayan sufrido perdidas de seres queridos y de rehabilitación para quienes hayan afrontado los efectos perniciosos de la pandemia sobre la convivencia familiar y social, la seguridad económica y laboral y el plan de vida.

Lidera la asociación Médicos Afiliados de Nueva York, que trabaja en hospitales públicos y cárceles. ¿Cómo ha impactado la Covid-19 en las prisiones que usted conoce?

En el escenario de las cárceles de NY, la pandemia ha adquirido un matiz especialmente desolador. El confinamiento involuntario de 9.000 reclusos en celdas construidas para un máximo de 4.000, que no permiten distanciamiento físico, ha planteado un enorme reto a la prevención de los contagios y ha creado un ambiente de alto riesgo y estrés en la población encarcelada y de gran tensión entre presos y guardias. Las intervenciones más frecuentes, aparte de las urgencias médicas, han sido crisis de ansiedad, depresión e intentos de suicidio.

¿Saldremos de esta pesadilla con una sociedad más solidaria o crecerán los populismos y los nacionalismos?

Sin negar la persistencia de los prejuicios y la discriminación en muchos países, incluido Estados Unidos, donde coincidiendo con la pandemia hemos vivido de cerca pruebas desgarradoras de un racismo empedernido, la evidencia demuestra que la mayoría de las personas viven convencidas de que la tarea diaria más importante es convivir en armonía y que el mejor negocio es el bien común. De hecho, cuando afrontamos situaciones catastróficas como esta pandemia y nos invade el pesimismo, con el tiempo, el resplandor de la solidaridad se convierte en la fuente más segura de esperanza.

¿Cómo valora la gestión de Donald Trump ante esta crisis?

En mi opinión, la gestión del presidente Trump ha sido caprichosa, impulsiva, mal informada y ha estado empapada de motivaciones políticas personales y manipulada con el fin de encubrir la ignorancia y serios errores de juicio y culpar a fuerzas externas o a contrincantes políticos. Menos mal que han surgido lideres locales como los gobernadores de ciertos estados, incluido Nueva York, que han tomado las riendas, han absorbido la confianza de los ciudadanos y nos han guiado en la superación de la devastadora pandemia.

En noviembre quería correr la maratón de Nueva York. ¿Volverá la normalidad a nuestras vidas en unos pocos meses?

Como cabía esperar, la maratón de Nueva York ha sido cancelada por motivos de salud pública. Pero tenemos la oportunidad de correrla individualmente monitorizados por la organización. Esta opción ha sido una buena noticia para los que estamos enganchados a esta prueba anual -yo llevo 26-, acabadas a duras penas en más de una ocasión, ya que soy un vencedor lento. Este es mi lema que aprendí de Martin Luther King y recomiendo: “Si no puedes volar, corre; sino puedes correr, anda; si no puedes andar, gatea; pero hagas lo que hagas, ¡sigue avanzando!”.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/07/31/la-pandemia-nos-marcara-y-formara-parte-de-nuestra-biografia/

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Abrir o no abrir las escuelas: la experiencia sueca

Hay discusiones apasionadas y acaloradas sobre la sabiduría de abrir escuelas en este otoño boreal. Y, como lo he mencionado en otros articulos, la politización de las posiciones sobre cómo reaccionar a esta pandemia no ayuda en nada. La siguiente pregunta fundamental para EE.UU. es: ¿Es seguro abrir las escuelas en medio de una pandemia? Para contribuir con esta discusión, he querido escribir este artículo con el docente sueco Martin Kulldorff, quien además es profesor de Medicina de la Universidad de Harvard, para describir la experiencia de ese país en el comienzo de clases.

El covid-19 es una enfermedad extremadamente peligrosa para los ancianos, pero los riesgos para los niños son menores que los de la influenza anual. La mayoría está de acuerdo en que la decisión debe basarse en la ciencia. En lugar de anécdotas o escenarios hipotéticos, debemos examinar los datos científicos de Suecia, el único país occidental que mantuvo las escuelas abiertas durante el apogeo de la pandemia. Este es un principio básico de la ciencia. Si queremos conocer los efectos sobre la salud de alguna exposición, debemos estudiar a los que estuvieron expuestos.

Entonces, en Suecia, ¿estaban los niños en riesgo? ¿Los maestros? ¿Los padres, abuelos y otros miembros de la familia? ¿Qué pasó con la comunidad?

Niños: Suecia tiene 1,8 millones de niños y de entre 1 y 15 años que asistieron a la guardería o la escuela durante la pandemia. Ninguno de ellos murió de covid-19. Dado que la mayoría de los infectados es asintomática o levemente sintomática, se desconoce el número total de infectados, pero el número conocido fue de 468, es decir, uno de cada 4.000 niños. De ellos, ocho fueron hospitalizados en una unidad de cuidados intensivos. Esto significa que, ya sea que las escuelas estén abiertas o no, los niños corren mucho menos riesgo con el covid-19 que con la influenza anual, que en EE.UU. ha matado entre 100 y 200 niños al año desde 2016.

Maestros: El riesgo de morir por covid-19 aumenta con la edad, por lo que los maestros tienen un riesgo más alto que los niños, pero ¿tienen un riesgo elevado en comparación con otros adultos que trabajan? La respuesta es no. Los maestros suecos tenían el mismo riesgo de contraercovid-19que la media de otras profesiones, un riesgo mucho más bajo que, por ejemplo, los trabajadores de restaurantes, taxistas y conductores de autobuses.

Familia: La mayoría de los abuelos se encuentran en la categoría de mayor riesgo, pero ¿tienen un peligro mayor si viven con un nieto que asiste a la escuela? Los mayores de 70 años corren mayor riesgo de contagio si viven con un adulto en edad de trabajar que con alguien de su misma edad, pero con las escuelas suecas abiertas en Suecia las cifras demuestran que el riesgo no aumentaba más si también viven con un niño menor de 16 años.

Comunidad: Si las escuelas impulsaran la transmisión de covid-19 esperaríamos que los maestros tuvieran mayores riesgos que otros adultos, y que los ancianos tuvieran un mayor riesgo si viven con niños. No hay evidencia de eso en Suecia.

En estudios científicos, necesitamos un grupo de control para comparar. En los ejemplos anteriores se comparó a los profesores con otras profesiones, mientras que los ancianos que vivían con niños se compararon con los que no. ¿No necesitamos una comparación también para los niños? Por supuesto. Entonces podemos comparar a Suecia con países que cerraron sus escuelas. Ni siquiera uno de ellos tuvo una menor mortalidad por covid-19 entre los niños en edad escolar.

Los datos de Suecia son una gran noticia para los niños de EE.UU. y otros países, ya que podrían regresar a las escuelas de forma segura para recibir la educación que necesitan. Esto es especialmente importante para los niños de la clase trabajadora, que sufrieron más con las escuelas cerradas. Sin embargo, no todo debería volver a la normalidad.

Mientras mantenía abiertas sus escuelas, Suecia instituyó varias medidas de control de infecciones que otros lugares pueden imitar. Los niños con algún síntoma respiratorio tenían que quedarse en casa y, si los síntomas aparecían en la escuela, los enviaban inmediatamente a su hogar. Esto contrasta radicalmente con Israel, que aceptó a estudiantes enfermos cuando reabrieron sus escuelas en mayo. Las escuelas suecas también aumentaron la limpieza de superficies, el lavado de manos y la enseñanza al aire libre, mientras que prohibieron las reuniones de más de 50 niños. En el lado positivo, ni los niños ni los maestros llevaban máscaras.

¿Significa esto que no habrá infecciones en las escuelas? No. Cuando las escuelas vuelvan a abrir, basados en la experiencia sueca, algunos niños se enfermarán y, con muchas pruebas, también se encontrarán muchos casos asintomáticos. La cuestión no es que podamos evitar que los niños se infecten. El caso es que las consecuencias son menores en comparación con la influenza y otras enfermedades.

Las personas mayores de 60 años tienen un alto riesgo, ya sea que trabajen en una escuela o no, y es de vital importancia que estén protegidas. En lugar de privar a los niños de su educación, es mejor dejar que los maestros mayores trabajen desde casa, ayudando a sus jóvenes colegas a calificar exámenes y ensayos, o brindando tutoría en línea para estudiantes enfermos en casa. Esta es la medida de precaución más importante que pueden tomar las escuelas.

Algunos han propuesto un modelo de escuela híbrida, con una mezcla de aprendizaje en la escuela y a distancia. Algo de enseñanza en la escuela es mejor que nada, pero es una peor opción en términos de control de infecciones. Con la escolarización híbrida, muchos niños no solo tendrán dos sitios potenciales de transmisión -su casa y su escuela,- sino también un tercero con abuelos, vecinos, guarderías, niñeras encargadas de las tareas escolares o quien esté cuidando a los niños en los días que no vayan en la escuela.

Para los niños, las escuelas no solo son importantes por la educación que reciben. La buena educación también es fundamental para la salud física y mental. Mantener las escuelas cerradas tendrá importantes efectos perjudiciales en el bienestar a corto y largo plazo entre los miembros más preciados de nuestra sociedad. La experiencia sueca está claramente a favor de la reapertura de escuelas. Ahora, solo tenemos que ayudar a los políticos y funcionarios escolares a ver la luz.

Fuente: https://cnnespanol.cnn.com/2020/08/20/opinion-abrir-o-no-abrir-las-escuelas-la-experiencia-sueca/

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Antes del Mediterráneo: un informe de Acnur documenta el horror en la travesía de migrantes hacia Europa

Europa/05/08/2020/Autor:Pablo Elorduy/Fuente: elsaltodiario

La iniciativa de monitorización sobre migraciones 4Mi y Acnur, agencia de la ONU para los refugiados, han hecho público un informe basado en 16.000 entrevistas que pretende arrojar luz sobre uno de los aspectos menos documentado del proceso de migraciones desde África hacia Europa: el paso por terceros países en dirección a las costas de Libia. El informe concluye que la reducción del número de personas que cruzan el mar desde Libia a Europa desde mediados de 2017 “ha enmascarado el hecho de que los refugiados y migrantes que viajan hacia y a través de Libia y otras partes del norte de África siguen siendo objeto de abusos horribles en múltiples puntos durante sus viajes”.

El documento, titulado “En este viaje a nadie le importa si vives o mueres” proporciona la cifra de 2.204 muertes documentadas por esas 16.000 personas supervivientes al trayecto, más de la mitad de las cuales tuvieron lugar en los años 2018 y 2019. Ese viaje, por tanto se ha cobrado 70 vidas cada día de los últimos dos años, estima el informe. Un 14% de las personas encuestadas refirieron haber presenciado muertes en más de una ocasión. El informe se presentó ayer en la víspera del Día Mundial contra la Trata de Seres Humanos, que tiene lugar hoy, 30 de julio.

“Forzaron a un amigo mío a que matara a su amigo con un cuchillo porque no tenía dinero para darles. Si las mujeres no tienen suficiente dinero, las violan delante de todo el mundo”

El informe incluye testimonios como el de un hombre que cruzó el desierto de Níger a Argelia: “Si pinchas un neumático en el desierto, es difícil cambiarlo en la arena; el gato se hunde. Por lo tanto, usaron un migrante que no tenía suficiente dinero para pagar el paso. Este hombre fue utilizado como apoyo para el gato para proteger que el auto no se hundiera en la arena. Este hombre no soportó el esfuerzo y fue abandonado allí para morir. Forzaron a un amigo mío a que matara a su amigo con un cuchillo porque no tenía dinero para darles. Si las mujeres no tienen suficiente dinero, las violan delante de todo el mundo”.

La zona más letal en ese camino es el área norteafricana, que incluye territorios del norte de Níger, Chad, el sur de Argelia, Libia y Egipto. Casi seis de cada diez muertes tuvieron lugar en las aproximadamente 20 rutas que transcurren por esa zona. Otro 38% de las muertes documentadas tuvieron lugar en la ruta oeste. Esta incluye a Nigeria, primer punto de partida de migrantes, Burkina Faso, Mali y todos los países de la costa occidental.

El 92% de las muertes referidas en la ruta del norte están relacionadas con el crimen. Las cifras son muy similares en la zona del oriente y el cuerno de África. Por el contrario, el crimen “solo” es la motivación del 27% en los puntos de origen de las migraciones, en la zona occidental. La falta de acceso a medicinas o a una cura es el principal motivo de muerte (43%), muy a menudo en combinación con condiciones de deshidratación o inanición. En un 13% de los casos las muertes fueron consecuencia de disparos o apuñalamientos en un contexto de tortura y abuso físico. Entre quienes han llegado a Libia, ocho de cada diez personas denuncia haber sufrido torturas y trato inhumano o degradante.

El desierto del Sáhara, en el paso desde Níger a Libia, ha sido el escenario del 28% de las muertes referidas por las personas encuestadas por 4Mi. Otros puntos geográficos críticos son las regiones de Sabha, en el suroeste de Libia, Trípoli y Bani Walid (Libia), Agadez (Níger), Tamanrasset (Argelia) y Bamako (Mali). “Los hombres, mujeres, niñas y niños que sobreviven, quedan a menudo afectados con trastornos de salud mental, que pueden durar mucho tiempo como consecuencia de los traumas vividos” dice Acnur en la presentación de su informe. Las entrevistas se han realizado exclusivamente a mayores de 18 años, aunque la agencia de la ONU refiere que la situación de niños y niñas es similar a lo largo de todas estas rutas.

Centro de detencon de Tajura

Centro de detención de Tajura, en Trípoli, donde 53 migrantes murieron a causa de un bombardeo en julio de 2019. Foto: HRW

ABUSOS SEXUALES

Las entrevistas detallan igualmente el uso de la violación, el abuso y la discriminación sexual de manera sistemática a lo largo de las rutas. Una de cada diez personas entrevistadas han reportado más de 6.000 casos de violencia sexual durante su trayecto, si bien se considera que las cifras infrarrepresentan la frecuencia de los casos. El 65% de las personas que refirieron haber visto estos casos son mujeres.

En el 45% de las ocasiones, los perpetradores de esa violencia sexual eran traficantes de personas, en un 19% policías y fuerzas armadas de los países de tránsito. Individuos desconocidos, grupos violentos o mafias locales y otros migrantes (10%) son los otros grupos que aparecen en los testimonios. El mayor número de casos se da en Libia.

La encuesta también refiere más de 4.400 casos de violencia física presenciados por 2.883 personas y 291 casos de secuestro referidos por 171.

Las entrevistas detallan igualmente el uso de la violación, el abuso y la discriminación sexual de manera sistemática a lo largo de las rutas.

Otro testimonio, de una mujer eritreana muestra las condiciones extremas en el viaje que sufren las mujeres: “Dejamos Eritrea a principios de marzo y hubo tres jóvenes que viajaron con nosotros pero no sabíamos quiénes eran. Cuando llegamos a la frontera, el contrabandista llamó a alguien y les dijo que vinieran con un coche. Vinieron tres hombres y nos pidieron que subiéramos e inmediatamente nuestro contrabandista desapareció. Nos vendaron los ojos y nos nos llevaron a una casa donde comenzaron a golpearnos. Nos pidieron que llamásemos a nuestras familias, exigiendo más de 6.000 dólares. Nuestras familias dijeron que no podían pagar el dinero. Mi amiga y yo estábamos atadas y fuimos violadas delante de los jóvenes. Continuaron haciendo eso durante cinco días. Una noche mi amiga y yo pedimos salir a responder una llamada de la naturaleza y saltamos rápidamente un muro. Los traficantes nos persiguieron pero encontramos un gran árbol donde nos escondimos durante varias horas. Caminamos descalzas porque los traficantes nos habían quitado los zapatos. Estuvimos muy asustadas. Caminamos un día entero antes de llegar a un granja donde una pareja salió de la casa y nos acogió. Nos dieron comida y también agua y jabón para bañarnos”.

Fuente: https://www.elsaltodiario.com/fronteras/informe-acnur-documenta-muertes-travesia-migrantes-desierto-paises-transito

Foto: Las manos de Samrawit, una superviviente de abusos sexuales y tortura. / UNHCR Alissa Everett

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S.O.S por la salud mental

Por: lahora.com.ec

Los efectos de la pandemia sobre la salud mental pueden derivar en situaciones de ansiedad, depresión, miedo de infectarse e insomnio. En su estado crítico, estas condiciones pueden, incluso, ocasionar un paro cardiorrespiratorio. Ninguna atención que como sociedad pongamos al estado de la salud mental de los nuestros, es poca.

La situación económica que enfrentan las familias ecuatorianas, la incertidumbre frente a la salud, el empleo, la delincuencia y el riesgo eminente de contagio empeoran síntomas que llegan hasta al 25% en quienes contraen el virus o conforman el círculo epidemiológico de un paciente confirmado.

Un estudio de la Universidad de las Américas en Quito revela que las cifras son similares a las detectadas durante lo más crítico de la pandemia por el coronavirus en China, lo cual refleja que son producto de la particular situación que vivimos.

El Ministerio de Salud Pública, mediante su línea 171, trabaja también con voluntarios y estudiantes universitarios para brindar ayuda emocional y psicológica.

A las familias, amigos, empleadores y colegas de quienes padecen síntomas de ansiedad o depresión les corresponde un rol vital que empieza por desestigmatizar estos problemas, que pueden tener soluciones sencillas pero requieren de atención. En casos graves, muchos de los cuales pasan desapercibidos, corresponde buscar ayuda, en ocasiones, incluso en contra de la voluntad de la persona afectada.

La salud mental es parte de nuestro bienestar como sociedad, y es una condición que se trata con apoyo comunitario y solidario.

«La depresión es la sombra de la cultura empresarial, cuando el voluntarismo mágico se enfrenta a oportunidades limitadas.” Mark Fisher (1968-2017) Filósofo, escritor y maestro; Inglaterra.

«La salud es un estado completo de bienestar físico, mental y social, y no solo la ausencia de enfermedad.” Constitución de la Organización Mundial de la Salud

Fuente: https://lahora.com.ec/quito/noticia/1102323467/sos-por-la-salud-mental

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Chile: Organizaciones docentes proponen «receso pedagógico» en pro de la salud mental en pandemia

Comúnmente julio es el mes de las vacaciones de invierno, sin embargo, hoy las comunidades educativas denuncian que no pueden tomarse ese tiempo y renovar energías para el segundo semestre. Esto debido a lo que señalan como una «decisión unilateral» que tomó el ministro de educación Raúl Figueroa. De acuerdo a lo señalado por el Ministerio, lo que por ningún motivo puede ocurrir es que el denominado «receso» se transforme en vacaciones, ya que eso, a juicio de la cartera, sería un incumplimiento del Calendario Escolar Regional.

El Mineduc ha propuesto que los colegios realicen un «cambio de actividades», lo cual significa modificar sus procesos actuales para que los y las estudiantes puedan ponerse al día en las materias, capacitaciones para las y los docentes, o jornadas para fortalecer el vínculo pedagógico. A juicio de las comunidades educativas, esto no sólo desconoce que dichas actividades han sido parte del agobio que ha significado para docentes y estudiantes este proceso, sino que además, «expresa la convicción de que estas actividades no forman parte del trabajo docente y que, además, son equivalentes a un descanso».

En este contexto de crisis, las comunidades exponen que la continuidad del proceso educativo ha dependido, en gran medida, de la salud mental de las y los docentes. «En lugar de proponer lineamientos claros que garanticen el bienestar de las comunidades, el Mineduc sólo ha propuesto ‘orientaciones’ que suman acciones a su situación actual de agobio, circunstancia que resulta especialmente crítica para las profesoras que cumplen doble o triple jornada laboral (labores domésticas, reproductivas y de cuidados). Esto último, adquiere especial relevancia, dado que el 74% del total del cuerpo docente son mujeres», señalan a través de una declaración pública.

«Sabemos que los y las docentes, desde sus hogares, han hecho muchísimos esfuerzos que no corresponden a su área de trabajo para garantizar la continuidad del proceso educativo. Por ejemplo, se han auto capacitado en diversos aspectos, han creado nuevos recursos para apoyar a sus estudiantes (distribución de material impreso, cooperación socioeconómica, programas de radio o transmisiones en vivo, etc.). Han proporcionado sus números personales de celular para recibir y contestar mensajes en cualquier horario, además de llevar a cabo los procedimientos técnicos y burocráticos propios de las escuelas y sus estructuras. Ante la falta de plataformas educativas o de un acceso a internet garantizado para las familias, todo el costo económico, familiar y personal ha sido asumido por el profesorado», añaden los docentes.

Por su parte, dicen, niñas, niños, jóvenes y sus familias, han debido enfrentar este nuevo escenario con mucho esfuerzo, sin ningún derecho o garantía, dependiendo de la condición socioeconómica y el capital cultural de sus familias, en medio de una crisis sanitaria que ha traído consigo empobrecimiento, desempleo, e incluso el fallecimiento de sus seres queridos. Por esto, creen que el receso pedagógico debe ser pensado como una necesidad y un derecho para garantizar la integridad y sostenibilidad de los procesos educativos, no como una alternativa o intercambio, cuyo costo pueden asumirlo solo establecimientos particulares o la voluntad de algunos municipios.

La declaración es firmada por la Red Docente Feminista junto a distintas organizaciones que suscriben a esta demanda, entre ellas la FECH, FENATED, MUD: Movimiento por la Unidad Docente, MED: Movimiento Educación Diferencial, Colectiva Pizarra Chueca de Profesorxs de la diversidad y disidencia sexual, Campaña Alto al SIMCE, REPROFICH Red de Profesores y Profesoras de Filosofía de Chile y distintos sindicatos docentes.

«Llamamos a establecer un receso pedagógico que permita a las y los profesores, estudiantes y familias, a hacer una pausa, evitando el colapso que el mal manejo de la crisis ha propiciado y que, sumado al agobio y las malas decisiones desde el Mineduc, llevaron a adelantar las vacaciones en abril, las que no implicaron, debido al contexto actual, ningún descanso efectivo para la comunidad», concluyeron.

Respuesta del Mineduc

El Ministerio de Educación respondió para «clarificar algunas ideas» referidas al denominado «receso» que las comunidades escolares y equipos directivos han consultado y que, en general, aseguran, «también hemos conversado».

Primero, desde el Ministerio de Educación aseguran que «no ha entregado ningún pronunciamiento oficial con respecto a los denominados recesos, razón por la que este tema no ha sido propiciado ni orientado por el Mineduc».

«En todo el tiempo de prolongación de la crisis sanitaria y de la respectiva suspensión de clases presencial, el Ministerio de Educación ha propiciado y fomentado la continuidad del proceso educativo, tanto en lo referido a los aprendizajes a distancia, como en las temáticas de apoyo y contención socio y psicoemocional a estudiantes y familias, entregando orientaciones, materiales y dispositivos de apoyo a las comunidades escolares: Priorización Curricular, plataforma aprendo en línea, Material Aprendo en Casa, Bitácora para el Autocuidado Docente, videoconferencias varias, entre otros»; aseguran desde la cartera dirigida por Raúl Figueroa.

Sin perjuicio de lo señalado, agrega el Ministerio de Educación, «es perfectamente posible que las comunidades escolares puedan reorientar el proceso educativo, ya sea disminuyendo las actividades académicas, en los tiempos que consideren, y priorizando temáticas de apoyo y contención socioemocional y autocuidado para, de esa manera, ir compatibilizando los dos pilares fundamentales del proceso educativo en contexto Covid: Aprendizaje a Distancia y Apoyo y Contención Socioemocional a estudiantes y familias».

De acuerdo a lo señalado por el Ministerio, lo que por ningún motivo puede ocurrir es que el denominado «receso» se transforme en vacaciones, ya que eso, a juicio de la cartera, sería un incumplimiento del Calendario Escolar Regional.

«En ese sentido, todas las reuniones y/o actividades convocadas por las instituciones del Sistema de Aseguramiento de la Calidad y que vinculan a equipos directivos y docentes debieran mantenerse y no alterarse por los denominados «recesos», ya que, como se ha señalado, el proceso educativo no debe ser interrumpido sino reorientado», cerraron.

Fuente: https://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2020/07/10/organizaciones-docentes-proponen-receso-pedagogico-en-pro-de-la-salud-mental-en-pandemia/

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Teletrabajo: nuevo desafío de salud mental

Por: Guiller Gabler.

 

Guillermo Gabler es psiquiatra y parte del Departamento de Psiquiatría de la Clínica Alemana.

Trabajar desde la casa es una realidad que muchos chilenos han tenido que asumir en el actual escenario de pandemia. Un cambio de rutina que algunos han recibido con incertidumbre, desconocimiento tecnológico y desconfianza, y otros con aceptación y entusiasmo. Lo cierto es que el teletrabajo no solo es un desafío tecnológico, sino que también psicosocial.

Los efectos psicológicos de trabajar en el hogar durante una cuarentena van más allá de la dificultad para concentrarse y ser productivo. Entre las consecuencias también están la ansiedad, el estrés y, para muchos, la soledad. Todos, elementos que deterioran la salud mental de una parte de la población.

Si en un contexto normal las patologías mentales asociadas al trabajo, según la Organización Mundial de la Salud, son la depresión, los trastornos de ansiedad y el burnout, actualmente con el teletrabajo podrían aparecer otros síntomas y trastornos psiquiátricos relacionados con ciertos rasgos de la personalidad y el contexto pandémico mundial.

Así, en esta nueva modalidad laboral hay algunas personalidades que se adaptan con mayor rapidez porque son más independientes, les gusta trabajar de manera autónoma y sin supervisión directa; otros que se angustian porque necesitan el contacto directo y se sienten fuera de la organización si no están físicamente en ella, y también están aquellas personas que trabajan sin límites.

Hoy, que el hogar se ha convertido también en el lugar de trabajo, se deben extremar las medidas de autocuidado. Por eso es importante mantener un sitio para trabajar definido en la casa, respetar los tiempos de descanso, realizar actividad física permanente, tener un control adecuado del sueño y la dieta, entre otras medidas. Trabajar a cualquier hora y lugar puede ser una tremenda amenaza, y si no se administra bien podría ser un detonante de otros problemas mentales.

Cuidar nuestro bienestar emocional es clave para superar esta pandemia y no lamentar el impacto de ella en un corto, mediano y largo plazo. Por eso la ‘Estrategia Nacional para Salud Mental’, realizada por un equipo multidisciplinario de la Universidad de Chile, es un aporte para abordar efectivamente la crisis sanitaria de nuestro país. En el documento no solo se consideró el rol de los medios de comunicación, la educación sociocomunitaria, medidas de apoyo a personas en confinamiento y programas de intervención psicosocial, sino también la forma de contener psicosocialmente a los diferentes estratos de nuestra población.

Si bien los fondos destinados a salud mental han aumentado en los últimos años, todavía hay una deuda pendiente con ella. Quizás hoy el confinamiento y la urgencia de enfrentar el Covid-19 de la mejor forma posible sitúen la salud mental en el mismo nivel de relevancia que la salud física.

Fuente del artículo: https://www.latercera.com/opinion/noticia/teletrabajo-nuevo-desafio-de-salud-mental/6XVWF4REVZFMPM5IDVREMIAEI4/

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Doomscrolling: Una amenaza para la salud mental

Por: Sofía García-Bullé

Nuestro cerebro está programado para dar prioridad a las malas noticias. 

Aunque progresivamente diversos países han iniciado la “desescalada”, esta cuarentena por COVID-19 nos ha dejado varios estragos, entre ellos, el uso tal vez excesivo de contenido online al convertirse en la fuente principal de nuestra información, entretenimiento e interacción. En artículos anteriores hemos hablado de cómo la enorme cantidad de contenidos en redes y sitios en Internet son un factor clave para desarrollar adicción a la información.

Esta necesidad de consumir una gran cantidad de contenidos durante la mayor parte del día, toma un giro oscuro cuando la mayoría de la información que circula son malas noticias. Desde la cobertura de la pandemia, hasta la de problemas sociales cuyo punto de ebullición ha llegado, es prácticamente imposible que una gran mayoría de los contenidos que recibimos mientras recorremos nuestra feed sean negativos, estresantes o deprimentes.

Sin embargo, debido a nuestros patrones de consumo de contenidos ya establecidos desde antes de la pandemia y la suma de estos eventos, continuamos desplazándonos a través de este cluster de noticias. A esto se le llama doomscrolling” o “doomsurfing”, y podría estar afectando nuestra salud mental más de lo que nos percatamos.

¿Qué es el doomscrolling y por qué puede ser dañino?

En una época de incertidumbre como la que vivimos actualmente, la información es uno de nuestros mecanismos más básicos de defensa. Estar informados nos hace sentir seguros, nos da las herramientas para saber cómo navegar una crisis. Pero el exceso de información sobre una situación negativa puede tener efectos psicológicos adversos, sostiene Graham Davey profesor emérito de Psicología en la Universidad de Sussex.

Davey explica que la forma en la que la información es presentada y cómo la acceden los usuarios ha cambiado significativamente en los últimos 15 a 20 años. Estos cambios tienen un efecto de detrimento en la salud mental de las personas.

“Nuestros estudios también muestran que este cambio en el humor general  exacerba las preocupaciones personales de los lectores, aún si esas preocupaciones no están directamente relacionadas con las noticias que reciben”.

De acuerdo con el profesor, las noticias actualmente se vuelven cada vez más visuales e impresionantes, además de estar mucho más a la mano gracias a la existencia de los teléfonos celulares y las tabletas. Estar expuestos constantemente a este tipo de noticias puede ser una experiencia intensa y causar síntomas como estrés, problemas para dormir, humor voluble, comportamiento agresivo, depresión o hasta estrés post-traumático.

“Nuestros estudios también muestran que este cambio en el humor general exacerba las preocupaciones personales de los lectores, aún si esas preocupaciones no están directamente relacionadas con las noticias que reciben”, afirma Davy. El profesor explica por qué es tan difícil dejar de navegar este océano de noticias negativas. Además de ser entretenido, el cerebro humano está diseñado para poner atención a noticias que nos asustan o nos agitan, a este principio se le llama sesgo negativo.

Loretta Breuning, ex profesora de administración en la Universidad Estatal de California y autora del libro “Hábitos de un cerebro feliz”, explica la tendencia cognitiva hacia el consumo de contenidos negativos. “En la naturaleza, nuestra supervivencia depende de encontrar recompensas y evitar el daño, pero evitar el daño tiene prioridad”.

Breuning, argumenta que el cerebro humano es naturalmente atraído a la información problemática porque está programado para detectar amenazas, no obviarlas. Lo anterior vuelve complicado ignorar las noticias negativas y ponerlas en pausa para buscar contenido positivo, nuestros cerebros están predispuestos, y la manera en que consumimos noticias lo refleja.

¿Cómo dejar de hacer doomscrolling?

No existe una única solución para detener por completo el problema del doomscrolling. Pero sí un conjunto de hábitos que podemos comenzar a aplicar para disminuir tanto el tiempo que pasamos consumiendo malas noticias como sus efectos.

Hábitos para disminuir el doomscrolling

Iniciar y mantener conversación en redes en vez de solo consumir contenido puede ser de ayuda para reducir el estrés producido por las noticias negativas. Un estudio que data del 2016, mostró que los usuarios que pasan más tiempo solamente leyendo y consumiendo contenido en forma pasiva sin iniciar conversación, son más propensos a desarrollar estrés que las personas que son más proactivas al momento de consumir contenido.

Conversar y exteriorizar tanto preocupaciones como temas positivos en línea puede generar un sentimiento de acompañamiento, el cual puede ser un apoyo auxiliar para generar menos tensión al momento de navegar contenidos.

Otra medida puede ser diversificar las aplicaciones y curar la calidad del contenido que se consume, tener aplicaciones que no se relacionen con contenido informativo, ser conscientes acerca de las horas que pasamos en línea y las actividades que realizamos, de forma que podamos poner límites al tiempo que pasamos en aplicaciones con contenido informativo.

La prioridad de mantenernos informados es innegable, pero para mantener nuestra capacidad de pensamiento crítico y la estabilidad mental para superar un estado de crisis prolongado es necesario otorgarle al cuidado de la salud mental un lugar más alto en la escala de prioridades. Mantener hábitos de consumos de noticias más saludables, es sin duda, un buen primer paso.

Fuente e Imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/doomscrolling
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