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Paraguay: Más de 25.700 jóvenes dejaron la escuela porque no quieren estudiar

Autor: Última Hora

La causa por la cual 25.730 jóvenes de 13 a 17 años no asisten a la escuela es que, literalmente, “no quieren estudiar”, de acuerdo con datos de la Encuesta Permanente de Hogares (2017), difundidos por la organización Investigación para el Desarrollo (ID). La cifra se desprende de un total de 106.596 jóvenes que están fuera del sistema educativo en todo el país.

La necesidad de trabajar y la situación económica de las familias en pobreza y pobreza extrema siguen siendo las causas principales. Pero por detrás de estas se ubica el desinterés que muestran los alumnos en la actualidad.

Para Rodolfo Elías, de ID, más que cargar con el peso de la culpa a los jóvenes, lo que debe hacerse es analizar el porqué pierden el interés en sus estudios los más de 25.000. Es más bien el sistema el que expulsa a los jóvenes, sostiene el investigador.

Del total que no tiene interés en continuar con sus estudios, 19.158 son hombres y 6.572, mujeres.

Rezago. Una de las posibles causas para el abandono por desinterés podría ser el atraso de años escolares que presentan los jóvenes. La repitencia o la sobreedad son los casos más comunes que destacan los expertos. “Son condiciones que la escuela produce, el rezago o factores como la indisciplina que le asignan al alumno”, considera Elías.

“Han sufrido los estudiantes un proceso de exclusión educativa que finalmente se traduce en el abandono de la escuela”, remarca.

Desde la dirección general de Protección de la Niñez y Adolescencia del Ministerio del Trabajo, indican que por cada grado que abandona el chico, tiene un 10% menos de oportunidades que el resto en un futuro cercano.

Por esta razón es que desde esta entidad estatal buscan fomentar el fin del trabajo infantil, que tiene a otros 12.735 chicos fuera de las aulas.

Alternativas. Tanto desde el MEC como de diversos sectores, la mejor manera de afrontar la exclusión escolar es analizando propuestas para dar diferentes opciones a los jóvenes.

El ministro de Educación, Raúl Aguilera, tiene entre sus ideas ofrecer mallas curriculares diferentes, dependiendo del contexto de cada comunidad. Actualmente, se plantea un currículum único en el sistema educativo.

En ese orden, Rodolfo Elías coincide. Explica que ya hay opciones como la educación agrícola, que puede ser una oferta para más estudiantes en el país.

Aguilera incluso plantea que la modalidad de Educación Media Abierta (EMA) se reproduzca también en la escolar básica. Este módulo permite que alumnos participen de la escuela a través de la educación a distancia.

Opiniones

“Debe tenerse en cuenta el contexto”
“Además de la cuestión meramente escolar, para estudiar las razones de la exclusión debe tenerse en cuenta el contexto de cada estudiante, de su comunidad. La situación socioeconómica de las familias es siempre fundamental en estos aspectos. En cuanto a lo escolar, deben definirse cuáles son las barreras internas que excluyen en la institución educativa”. Rodolfo Elías, investigador

“Tiene que ser una capacitación para la vida”
«La falta de visión de futuro de los jóvenes es un tema de alta relevancia pues afecta el estado anímico de los mismos, implica una disminución sustantiva de sus posibilidades de autonomía y su inserción en la sociedad… La formación no debe cerrarse en el academicismo, sino tiene que ser una capacitación para la vida, asumida como proyecto de superación constante”. Raúl Aguilera, ministro.

“No solo estudian; trabajan y se cansan”
«En mi comunidad, San Carlos de Caazapá, los secundarios no solo son estudiantes, también son trabajadores y mantienen a sus familias. Caminan kilómetros para llegar al colegio y muchos dejaron porque llegar al colegio es mucha batalla y ya salían del trabajo cansados. Cuando no pueden aprobar una materia, siempre es una opción dedicarse de lleno al trabajo“. María Silvero,estudiante

Cómo frenar el desinterés de los chicos
La falta de visión de muchos de los chicos, y de sus familias, pensando que la formación básica recibida en la escuela ya es suficiente para desenvolverse con herramientas muy elementales ante los procesos de empleabilidad sin mayores exigencias, podría ser uno de los factores del desinterés de los jóvenes hacia el estudio, a criterio del ministro de Educación, Raúl Aguilera.

“Otra causa podría ser su creencia de que no cuentan con suficientes fuerzas para enfrentar los desafíos del empeño y la disciplina requeridos en una formación en el contexto de la educación formal”. Considera que también es posible que la propuesta de formación no sea suficientemente atractiva para los jóvenes de la actualidad, o que no cuenten con locales cercanos para su formación, o, incluso, que los espacios de socialización entre sus pares no sean suficientes.

El especialista en Educación, encargado de dirigir actualmente la cartera, destaca que es necesario revisar la propuesta de formación ofrecida actualmente y analizar cómo se puede mejorar sustancialmente las posibilidades y oportunidades de empleo para ellos y, así, minimizar los efectos sicológicos, sociales, económicos y morales de la ausencia de formación. A nivel ministerial, sostiene que para frenar esta cifra de desinterés de los jóvenes hacia el estudio, se debe generar la demanda estudiantil hacia la educación formal.

“Por un lado, las expectativas juveniles a largo plazo deben ser potenciadas desde la formación básica, con un desarrollo integral de competencias lectoras, escritoras, de cálculo, de investigación, etc. Será necesario, también, involucrar a las familias en un proceso de forjar motivaciones cercanas y afectivas a los jóvenes para tener una visión más desafiante para sus vidas. Las instituciones educativas deben estar en condiciones”, observa Aguilera.

Revisión de la reforma educativa
Dirigentes sindicales, docentes agrícolas y profesores investigadores participaron en la última semana de un encuentro de la Red Estrado, conformada por líderes educadores de toda la región. En el encuentro se definieron algunas líneas de trabajo que pueden servir para la revisión de la reforma educativa, que ya anunció el Gobierno entrante. Además, plantean que la exclusión educativa puede tratarse en el contexto de este análisis.

“El debate sobre la reforma tiene que darse de manera amplia y con participación de todos los sectores posibles”, recomendaron los educadores durante el encuentro, que tuvo lugar en la CUT-A.

Fuente: https://www.ultimahora.com/mas-25700-jovenes-dejaron-la-escuela-porque-no-quieren-estudiar-n1300799.html

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Escuelas Creativas: un cambio que se sueña

El cambio es un viaje, no un proyecto establecido. En un proceso de cambio, no todo es el resultado de la planificación y de seguir un camino perfectamente trazado sobre un mapa. Durante el viaje, muchas ideas surgen fuera del mapa o, si lo hacen dentro, es en sus márgenes, en aquellos lugares a los que prestamos menos atención, donde las cosas están menos claras, son más inciertas y los detalles están algo borrosos de tanto plegar y desplegar el mapa.

La innovación y el cambio casi siempre surgen lejos del centro, en las periferias, en las zonas olvidadas, donde hay más dificultades. Aparecen en esos lugares donde se permiten las anotaciones, el desorden, la mezcla y la hibridación. En la convergencia entre saberes fronterizos o al unir ámbitos tradicionalmente separados. Escuelas Creativas surgió con la vocación de reunir mundos distintos, visibilizar lo pequeño, acercar lo remoto, superar el aislamiento y ser un lugar de encuentro de ideas y personas.

Los procesos de cambio escolar nunca son abstractos. Todo lo contrario, son reales, encarnados, concretos, situados y contextualizados. Arrancar un proceso de cambio pasa por asumir que cada realidad escolar es distinta y que cada comunidad educativa es diferente. Iniciar un proceso de mejora escolar, pasa también por aceptar que el cambio no es algo técnico. Que el cambio escolar está lejos de ser una actividad lineal y racional. Que los procesos de mejora son dinámicamente complejos y siempre están cargados de incertidumbre y emoción. Que siempre suponen un cambio de mentalidad, expectativas, valores, metas y concepciones. Y que no hay atajos para la mejora escolar.

Dudu Viana https://flic.kr/p/6cDc75 CC by-sa

Dudu Viana https://flic.kr/p/6cDc75 CC by-sa

Tampoco hay metodologías válidas para todo y para todos. En estos tiempos de modas metodológicas no está de más recordar que la complejidad del acto de educar no pide metodologías únicas sino diversidad metodológica. No hay ningún método que hoy pueda pretender dar con la solución óptima para todos los problemas de la educación y de la enseñanza, decía en 1931 el pedagogo Decroly. Por eso, el cambio no se puede prescribir. Nadie puede decir a otros lo que tienen que hacer. Lo importante no se puede imponer por mandato.

Cualquier proceso de cambio escolar debe partir de un proceso previo de reflexión por parte de cada comunidad educativa en torno a los objetivos del cambio, los fines de la educación, el tipo de aprendizaje que se quiere fomentar, el tipo de enseñanza que se requiere para desarrollar ese tipo de aprendizaje y, finalmente, sobre el modelo organizativo que se necesita.

Y pasa, sobre todo, por recordar que no hay mejora posible sin una mejora de los alumnos, y que cualquier proceso de cambio que no persiga como objetivo final esta mejora de los aprendizajes de los alumnos será inútil.Que no hay cambio posible, si antes no tenemos claro quiénes son nuestros alumnos, si no hemos hecho el esfuerzo de entender qué esperan ellos y sus familias de la educación, si no compartimos previamente lo que entendemos por educación, si no definimos qué esperamos de nuestro esfuerzo educativo, si no establecemos conjuntamente nuestros objetivos. El cambio educativo nos exige mirar a los ojos de nuestros alumnos y confiar en ellos.

Richard Elzey https://flic.kr/p/rcMnfC CC by

Richard Elzey https://flic.kr/p/rcMnfC CC by

El Proyecto de Escuelas Creativas parte del convencimiento de que el cambio hay que hacerlo con los docentes y con las escuelas. Parte de la convicción de que todas las escuelas tienen la capacidad interna de mejora, si se dan las condiciones oportunas. Y que, por tanto, además de centrarse en la mejora de los procesos de aula, se debe trabajar también por desarrollar la capacidad interna de mejora de cada centro escolar. Escuelas Creativas surge de asumir que el cambio y la mejora escolar dependen menos de leyes, reformas y metodologías mágicas, que de proyectos educativos desarrollados por cada comunidad educativa. Surge de entender, como sostuvieron hace años Michael Fullan y Andy Hargreaves, que son los docentes y directores, individualmente y en grupos reducidos, quienes deben crear la cultura escolar y profesional que necesitan.

El resultado del Proyecto son un conjunto de materiales realizados por docentes y profesionales de la educación para ayudar y apoyar a otros docentes y centros educativos en sus procesos de cambio e innovación. Materiales que son el resultado de trasladar al lenguaje y a las prácticas educativas las ideas que sobre innovación y sobre el proceso creativo han desarrollado en los últimos años desde elBulliFoundation.

El resultado del Proyecto es, también, un conjunto de proyectos reales de mejora escolar, pensados, diseñados y puestos en marcha por docentes y equipos directivos conscientes de la creciente complejidad de su tarea y de las dificultades y limitaciones existentes, pero ilusionados por la idea de mejorar y adecuar los aprendizajes de sus alumnos a las demandas de nuestro tiempo. Un grupo de profesionales que saben que la enseñanza lejos de ser un asunto individual se ha convertido en un trabajo colectivo y que, como tal, debe hacerse junto con sus compañeros, pero también integrando al resto de la comunidad educativa: las familias, el barrio, los agentes sociales y económicos. Que la incertidumbre, los problemas y las dudas se llevan mejor si son compartidos.

No podemos predecir el futuro, pero sí podemos soñarlo, imaginarlo y proyectarlo. Sí podemos construir utopías educativas que pasan por imaginar visiones de futuro valientes, coherentes, inspiradoras y realistas. En un mundo lleno de miradas catastrofistas sobre la educación, dice Axel Rivas, necesitamos más que nunca esperanzas practicables e inspiraciones alcanzables. Necesitamos una mirada esperanzadora basada en la creatividad, la innovación pedagógica y la participación.

Quizá una de las mayores lecciones que podemos sacar del Proyecto Escuelas Creativas y de los 17 proyectos de cambio escolar que Escuelas Creativas ha impulsado, es que, como dijo Peter Drucker, “el cambio no se gestiona, sino que se sueña“.

Este texto es una versión ligeramente modificada de la tribuna que tuve el honor de firmar junto a Ferran Adrià en el periódico Magisterio el 14 de noviembre de 2017.
Puedes consultar y descargar la publicación completa del Proyecto Escuelas Creativas con el libro de introdiucción, las 5 guías para docentes, alumnos y escuelas elaboradas por la asociación de docentesAulablog y por OTBInnova y el volumen final con el resumen de los 17 proyectos realizados aquí.
Fuente: https://carlosmagro.wordpress.com/2018/06/09/escuelas-creativas-un-cambio-que-se-suena/
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Educación, Calidad y Proyecto de Nación

A partir del 2 de julio, los mexicanos tendremos alguna certeza sobre el rumbo que tomará el país, en lo político. Al menos se dará a conocer al inminente ganador de la contienda electoral, quien asumirá la presidencia de la República en diciembre próximo. Sabremos, entonces, cuál será el tamaño del cambio político que queremos, es decir, conoceremos el nivel y la profundidad de las transformaciones elegidas, así como el perfil de gobierno que conducirá el cambio y el tipo de compromisos que asumirá la sociedad.

Entre los efectos del “cambio verdadero”, se encuentran, entre otras, las decisiones que se lleven a cabo en el ámbito de la educación. Será importante anotar, en ese terreno, que la decisión que se tome irá en el sentido de no dar continuidad a las políticas públicas del pasado inmediato, puestas en práctica no solo desde hace seis años, con el gobierno priista, sino desde el año 2000, en que asumieron el liderazgo político, durante dos sexenios, los gobiernos federales panistas (2000-2012); cambio verdadero y necesario que traerá, espero, frutos nuevos y refrescantes a la vida pública en el ámbito educativo.

En particular, el proyecto alternativo de nación, en materia educativa, que será respaldado por la mayoría, habrá de convertirse en el programa de gobierno para todos los mexicanos durante los próximos años; eso no sólo impactará la vida cotidiana de los ciudadanos que saldremos y ejerceremos nuestro derecho a votar el primer domingo de julio, sino que influirá en las experiencias de todos los niños, las niñas, jóvenes y adultos en las diversas comunidades del país.

Uno de los temas centrales del debate nacional sobre la educación, es definir cuáles son los criterios de “calidad” en este ámbito. Tema que será abordado, con toda seguridad, durante las consultas públicas que el nuevo gobierno organizará, a efecto de preparar el nuevo plan educativo.

No obstante, las duras críticas que se han hecho a las políticas educativas de los últimos años, en especial al gobierno de Peña Nieto, en el sentido de que se privilegió, entre otros temas, -como consecuencia de la búsqueda de “la calidad” por parte de las autoridades federales y estatales-, el “esquema evaluador” por encima del “esquema formativo” de los maestros y directivos de la escuela pública, los programas o las propuestas de gobierno expuestos por los candidatos a la presidencia en campaña, no parecen contradecir la idea de lograr una educación de «calidad» con equidad para todos.

¿Cuáles son los fundamentos de esa toma de posición por parte de los candidatos y sus partidos? ¿Qué es lo que pretenden decir, en el fondo, cuando hablan de «calidad» de la educación? ¿De qué manera nuestros políticos descifran o procesan las nociones de “calidad” frente a otros conceptos asociados como “equidad”, “cobertura”, “rezago” e “inclusión” educativos?  No lo sé, para ser sinceros. Lo que sí sé es que éstos son, por definición, conceptos controvertidos cuyo análisis no es nuevo.

Para mostrar un fragmento de dicha polémica, retomo lo expresado por el investigador español, Antonio Bolívar, en un texto titulado “La educación no es un mercado”, donde el académico europeo discute la idea de que, con tal de asegurar la “calidad educativa” (con enfoque empresarial) los gobiernos han manoseado ese término, de tal manera que se ha convertido en una «fiebre» como si «la única estrategia de mejora (para la educación pública) es que «el mercado nos salve»”.

 

Según el profesor de la Universidad de Granada, la crítica a lo que se ha dado en llamar: «el circuito de la calidad educativa» tiene sólidos argumentos en contra. Desde finales del siglo pasado, Bolívar ha señalado por ejemplo lo siguiente: «… los centros educativos se han visto sometidos a unos nuevos «gurús» de la calidad que, con un lenguaje extraño en unos casos o cambiando la semántica en otros, prometen –sin necesidad de nuevos recursos humanos o materiales– dar la calidad demandada a los centros escolares. Esta fiebre ha llegado también al mundo universitario, donde proliferan Unidades de Evaluación de la Calidad. Lo que sucede es que, en este caso, el problema no es tan grave como en la escolaridad obligatoria, aun cuando los posibles efectos, más allá de la retórica con que se presentan, sean los mismos. Y es que apelar a un deseo básico de los productores y de los clientes genera lógicas expectativas: ¿quién no desearía una educación de «calidad»?»… «Dejando aparte la ironía anterior, el asunto es más serio, en cuanto que se inscribe dentro de una reestructuración o reconversión de la escuela pública, donde se alinean un amplio espectro de tendencias: descentralización y autonomía para transferir la responsabilidad de la gestión a la propia escuela, nuevos roles del profesorado, promover un espíritu competitivo intercentros (públicos y privados) con una diversidad de proyectos y ofertas, que incremente la elección por los clientes. Esta nueva «ideología» de gestión de los centros públicos pretende hacerlos sobrevivir mediante la satisfacción de las demandas de los consumidores…» (1)

En el año 2005, el mismo autor expuso, así mismo, una crítica ácida hacia esa llamada “fiebre por la calidad educativa” centrada en las mejoras a la escuela, sin aterrizar en su impacto hacia los aprendizajes escolares: “De acuerdo con las lecciones aprendidas, un nuevo paradigma de la política educativa y de la innovación aboga por un equilibrio entre las presiones externas que estimulen la mejora con la necesaria autonomía escolar, donde el aprendizaje de todos los alumnos se constituye en el foco del cambio. A su servicio se subordinan los cambios curriculares, organizativos o apoyos de la política educativa que puedan promoverlo.” … “Por eso, nos estamos replanteando el papel de la escuela como organización y volviendo, en parte, a situar el nivel del aula en nuestro núcleo de preocupación, para lograr un buen aprendizaje para todos.” (2)

La cuestión es entonces definir si la «calidad educativa» en México será un atributo, una característica o una “cualidad” a alcanzar o lograr por parte del sistema educativo, y si su estrategia estará definida en función de lograr avances en términos de “mejorar escuelas” o “ampliar horarios escolares”, sin cambiar las prácticas docentes ni los estilos de aprendizaje de los educandos, como razonamiento central de sus políticas públicas. No estoy en contra de la idea, sin embargo, de que, al promover cambios positivos en los niveles de logro en los aprendizajes escolares de los estudiantes, sobre todo de educación secundaria y de media superior, se combaten también las inequidades y las desigualdades sociales. Pero para ello, antes, debe impulsarse un programa de acompañamientos oportunos para que el docente participe, convencido, del cambio en sus prácticas; el director cambie su perfil y su accionar como líder académico que es, y los estudiantes y padres de familia asuman y enfoquen sus compromisos para empujar hacia la preparación integral de las personas, proceso que luego habrá de expresarse en términos de aprendizajes.

Como puede verse, esto nos plantea la necesidad de discutir cómo se orientará la educación pública de ahora en adelante, con qué criterios, y cómo se rediscutirá, de manera crítica, el concepto de la “calidad educativa”, que hoy en día está elevado, desde 2012, a rango constitucional.

En resumen, el punto es si se va o no dejar atrás, en su caso, ese discurso de la «Calidad Educativa», que proviene de la lógica del mercado y de la tradición más atrasada de la administración (que no gestión) de las instituciones educativas, o si México va a arribar a otros horizontes conceptuales y operativos, donde la educación no sea solo reducida al circuito de “la calidad”, de forma vertical y sin consultar a las figuras educativas, fenómeno que hasta este momento ha dominado las políticas públicas en México y en el mundo.

Pienso que el asunto va más allá, porque ponderar la “calidad educativa” en términos de aprendizajes (que a menudo se reduce a la fórmula de “estudiar para el examen”), solo nos da un indicador, un factor, ciertamente importante, pero no suficiente como para hablar de manera integral y completa de “calidad” educativa para todos con equidad. En tal sentido, me pregunto: ¿Cuál es el papel del maestro, del directivo, de los padres de familia y los estudiantes en este proceso de cambios? ¿Cómo llamar “de calidad” a un sistema educativo que expulsa a más de 400 mil jóvenes de secundaria y educación media superior al año, y los deja a la deriva? ¿Cómo hablar de “calidad educativa” cuando los maestros que no aceptan los nuevos términos de la normatividad son cesados de manera arbitraria? ¿Cómo defender ese esquema de “calidad” en un sistema que no es capaz de dar cobertura educativa a todos los niños entre 3 y 4 años? Y, entre otros problemas ¿Cómo está expresada la “calidad educativa” en un país que, hace algunos años, contaba con casi 10 millones de personas, mayores de 15 años, en el analfabetismo o con educación básica inconclusa?

En esos términos considero que habrá de enmarcarse una parte importante de los debates por venir, con la idea de recrear un nuevo proyecto de país y un renovado proyecto de educación para México; de manera horizontal y desde abajo, no de forma vertical ni desde arriba.

(1) Antonio Bolívar. (1999) La educación no es un mercado. Crítica de la “Gestión de Calidad Total”. Aula de innovación educativa, 83-84, pp. 77-82.

(2) Antonio Bolívar. ¿Dónde situar los esfuerzos de mejora?: Política educativa, escuela y aula. Educ. Soc., Campinas, vol. 26, n. 92, p. 859-888, Especial – Out. 2005.

Fuente: https://www.sdpnoticias.com/nacional/2018/06/20/educacion-calidad-y-proyecto-de-nacion

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«Los alumnos no entienden cómo en el cine ven en 3D y en la escuela siguen usando la tiza»

Entrevista/21 Junio 2018/Autora: Magdalena Cabrera/Fuente: El observador

El consultor en innovación educativa instó a las escuelas a formar personas y no obsesionarse por los contenidos

Xavier Aragay es consultor internacional en innovación de la educación. Llegó a Uruguay invitado por los colegios salesianos, a quienes está liderando en un proceso de innovación. Además, colabora con el movimiento ciudadano Eduy21, que recientemente presentó su proyecto de reforma educativa. En 2010 impulsó en los colegios jesuitas de Barcelona el proyecto Horizonte 2020, una apuesta al cambio sistémico mediante la aplicación de un nuevo proceso de enseñanza – aprendizaje, donde la persona es el centro. En diálogo con El Observador manifestó que «la educación es el ámbito de la sociedad que más tendrá que cambiar» en los próximos años. Para eso invita a imaginar una escuela diferente.
 
¿Cuál es la principal dificultad que se presenta hoy en los sistemas educativos a nivel mundial?
El modelo de enseñar y aprender se diseñó en el siglo XIX: un profesor que se considera que tiene el conocimiento y un alumno que tiene que estar quieto, escuchando, le califican y progresa. Aquel momento era el del enciclopedismo y la industrialización. La escuela nace como una fábrica. El drama es que estamos en 2018, el mundo ha cambiado totalmente, pero el método para transmitir conocimiento no.
¿La educación no se acompasó con el resto de los cambios?
Exacto. Por qué no nos damos cuenta de que la educación es seguramente el ámbito de la sociedad que ha cambiado menos en los últimos cien años y, por tanto, es el que tendrá que cambiar más.
¿Por qué cuesta tanto cambiar la educación? En Uruguay los últimos gobiernos han hecho reformas en la salud, en el sistema tributario. En educación lo prometen, pero no lo hacen.
Es la propia sociedad la que está encasillada en ver la educación de la misma forma, entonces, quién empieza a plantear que la educación debe hacer un cambio. Se necesita un cambio de mirada, no solamente un cambio técnico. Ya no se trata solo de hacer una nueva ley. Con una ley, la educación no va a cambiar. Se necesita un cambio mucho más a fondo porque la educación es un elemento vertebral de la sociedad. Por esta razón, también está cargada de ideología.
En Uruguay en 2008 se aprobó una nueva ley de educación y todo sigue igual.
En España en 30 años se han hecho seis leyes distintas de educación y estamos igual. Es la sociedad la que debe moverse. Aquí también hay un punto de un cierto fariseísmo: decimos que la educación es muy importante, pero después delegamos en los maestros y profesores que resuelvan el tema. Es la sociedad la que debe de involucrarse y decidir qué desea de la educación. En Uruguay, el hecho de que exista Eduy21 ya es una novedad en sí misma. Tener una plataforma cívica al margen de partidos, que son capaces de ponerse de acuerdo y de hacer propuestas, es un buen síntoma porque quiere decir que estamos empezando a ser conscientes del problema que tenemos.
¿Cómo puede hacer el ciudadano común para involucrarse en esto?
En Uruguay ya empieza a haber escuelas que se están planteando cambios, construyendo proyectos pedagógicos y experimentando. Como papá y mamá también puedo ir a la escuela de mi hijo, presionar y preguntar, qué proyectos de innovación tienen. Si un grupo de familias plantea esto, tiene mucho peso. La educación la hemos de cambiar pensando en un niño o niña que este marzo con tres años haya empezado la escuela. Va a salir de la escuela en el 2033 y si va a la universidad, va a terminar en el 2038 y se pondrá a trabajar en el 2040.
¿Cómo se hace para formar para el 2040 en un mundo tan cambiante?
Una cosa muy importante es dejar de obsesionarse por los contenidos. La mitad de los contenidos que le transmitamos a los niños de tres años en los próximos 15 años van a quedar obsoletos. Los contenidos no pueden ser un fin en sí mismo. Han de ser un medio para educar a la persona. La educación del carácter es lo más importante. En la escuela nos dedicamos todo el día a enseñar contenidos y de vez en cuando, nos dedicamos a los valores. Habría que hacer al revés, dedicar los 15 años a construir una persona. Los contenidos son las palancas para llegar a eso. Esta es la verdadera crisis. El verdadero objetivo tiene que ser la persona.
Ud creó una metodología, que tiene como centro a la persona. ¿En qué consiste?
La primera clave para cambiar es imaginar una cosa distinta. No cambiaremos la escuela a base de diagnósticos solamente. El principal problema es qué escuela imaginamos sería posible tener en cinco o diez años. En 2010 junto con ocho escuelas jesuitas de Barcelona presentamos proyecto Horizonte 2020. Tiramos las paredes de las aulas, hicimos grupos grandes, varios profesores dentro, dejamos de trabajar por asignaturas y trabajamos por retos. Ese es uno de los grandes cambios: que el alumno deje de ser un sujeto pasivo y pase a ser un sujeto activo. No es verdad que los jóvenes no quieren aprender. No quieren aprender cómo nosotros queremos enseñarles. Los alumnos no entienden cómo pueden ir al cine y ver en 3D y en la escuela seguimos usando la tiza. Nosotros decidimos acabar con esto.
¿Cómo les fue?
Muy bien. Los alumnos aprenden más y además desarrollan una serie de capacidades personales que con el sistema tradicional no desarrollan. Entre otras cosas, buscamos desarrollar la creatividad. Un niño que hoy tenga tres años va a vivir como 100 años. Va a tener que reinventarse un montón de veces y debo darle herramientas para eso. Si lo formo solamente para que sea contador, dentro de cinco años la inteligencia artificial va a hacer una contabilidad mucho mejor que él.
Fuente: https://www.elobservador.com.uy/los-alumnos-no-entienden-como-el-cine-ven-3d-y-la-escuela-siguen-usando-la-tiza-n1245271
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Educación quiere decir (también) política

Por: Xavier Besalú

La neutralidad es sencillamente imposible si hablamos de educación, porque no hay educación sin principios y valores, porque educar supone un camino, unas finalidades, un modelo de persona y de sociedad. Y eso vale tanto para la educación familiar como para los sistemas educativos.

Por si alguien tuviera dudas, no hay más que acudir a la legislación vigente: “El sistema educativo español se orientará –entre otros– a la consecución de los siguientes fines: la formación para la paz, el respeto a los derechos humanos, la vida en común, la cohesión social, la cooperación y la solidaridad entre los pueblos; la formación en el respeto y reconocimiento de la pluralidad lingüística y cultural de España y de la interculturalidad; la preparación para el ejercicio de la ciudadanía y para la participación activa en la vida económica, social y cultural, con actitud crítica y responsable…”. Y ahí, claro, empiezan los problemas. Porque, para algunos, esos principios y valores formarían parte de la retórica burocrática sin incidencia alguna en la práctica educativa. Otros quisieran circunscribirlos a la codificación jurídica estricta, sin margen para la interpretación y la adaptación a situaciones nuevas, como si para cada caso estuviera ya prevista una respuesta infalible.

Pero la realidad es cambiante, ningún valor es absoluto ni se da en unas circunstancias impolutas –tal y como reconoce, por otra parte, el aprendizaje competencial–, de forma que los educadores deberemos navegar siempre con un horizonte predeterminado, con unos anclajes sólidos, pero por un mar imprevisible con unas personas singulares y libres, que nos obligarán a una toma de decisiones constante, a transformar en acciones aquellos criterios que nos guían, a interpretar adecuadamente las necesidades y las posibilidades que se nos ofrecen.

Porque, siguiendo con el artículo de la LOMCE/LOE que hemos citado, mientras para unos formar para la paz sigue significando preparar la guerra, para otros es renunciar a cualquier tipo de violencia. Mientras para unos los derechos humanos universales tienen fronteras y grados, para otros son inherentes a cualquier persona, independientemente de sus características personales y de su nacionalidad. Mientras para unos la cohesión social obliga a mantener en el ámbito privado determinadas prácticas con el fin de prevenir reacciones airadas, para otros no puede haber cohesión sin libertad. Mientras unos creen que algunas lenguas –por el hecho de ser habladas por muchísimos millones de personas o por tener el respaldo inequívoco de un Estado– tienen más derechos, otros piensan que la igualdad es justamente que reciban un trato y un afecto equivalentes. Mientras unos reducen la interculturalidad a folklore y buenas palabras, otros piensan que más bien obliga a abordar el racismo institucional y cotidiano. Mientras para unos el ejercicio de la ciudadanía se reduce a introducir el voto cada vez que somos llamados a las urnas, para otros quiere decir un ejercicio irrestricto de la libertad de expresión y de asociación y un control permanente de la acción de los gobiernos.

La verdad es que, el pasado invierno, me sorprendió comprobar que buenos profesionales de la educación, maestros competentes y comprometidos, dieran por buena la sentencia del gobierno español que acusaba sin matices al sistema educativo de Cataluña de estar al servicio del independentismo, ya desde el currículum oficial, y de someter al alumnado a una especie de lavado de cerebro para conseguir sus fines. Me sorprendió porque estamos en la era de la información y es fácil y hasta cómodo contrastar supuestas verdades, calumnias interesadas o acusaciones sin pruebas. Porque si bien es cierto, como han demostrado diversas investigaciones fiables y rigurosas, que todos los sistemas educativos fomentan una determinada pertenencia cultural y política, y se esfuerzan por transmitir una identidad nacional diferenciada, es injusto y discriminatorio atribuirlo únicamente a las naciones sin estado, como sería el caso del País Vasco y Cataluña, sin decir también que eso es lo que hace el estado español con muchos más medios y a lo mejor “sin que se note el cuidado”.

Cuando esta acusación pasó del sistema educativo en general a los docentes en particular, denunciados por –supuestamente– adoctrinamiento político, obviando los mecanismos que cualquier centro educativo tiene para abordar discrepancias, problemas educativos o errores didácticos, empezando por el diálogo con los propios profesionales o con las direcciones, pero propalándolo a bombo y platillo en televisiones y periódicos afines, utilizando fiscales, jueces y ministros para denigrar impunemente, como después se ha visto, creo que queda claro que estamos asistiendo a una auténtica ofensiva política partidista. Una especie de cacería que utiliza a la escuela, al profesorado y al alumnado como material arrojadizo, de usar y desechar, destruyendo un bien tan preciado como intangible como es la confianza en un servicio público que goza de la estima mayoritaria de la ciudadanía y que cumple unas funciones sociales de primera magnitud, especialmente en tiempos donde todo tiende a mercantilizarse y en que han crecido exponencialmente las desigualdades sociales.

Y si hablamos de educación y política, inevitablemente deberemos acudir a Paulo Freire. En 1985 publicó un libro de título diáfano, La naturaleza política de la educación, donde escribió palabras como las siguientes: “El elemento político de la educación es independiente de que el educador sea consciente de dicho factor, que jamás es neutral… Por lo cual resulta muy importante decidir opciones. Los educadores deben preguntarse para quién y en nombre de quién trabajan”.

Educar exige siempre compromiso, porque es una intervención que no queda solo a nivel de los principios, sino que demanda un hilo de coherencia entre el discurso y la práctica. Educar anuncia una esperanza de futuro, sobre todo para aquellos que lo tienen todo en contra, es una fisura contra el fatalismo y la resignación, sean cuales sean los obstáculos a eliminar. El mismo Freire, en otro de sus libros, lo expresa con una analogía: “En el mundo físico, el conocimiento de los terremotos ha dado lugar a toda una ingeniería que nos ayuda a soportarlos; no los elimina, pero atenúa los daños”. Algo parecido podríamos decir cuando nos esforzamos por comprender críticamente y transformar la realidad: no es de ningún modo inevitable la adaptación, aunque cambiarla no esté en nuestras manos o nos parezca casi imposible, pero debería ser posible amortiguar sus efectos.

Para Freire, la docencia no puede ser otra cosa que directiva y, justamente por ello, debe hacer frente a algunos riesgos: el del autoritarismo, el de la manipulación, el de la arrogancia, el del elitismo, el del vanguardismo… A ese tipo de prácticas educativas Freire las califica como “de conquista”, porque pretenden someter al educando, o “de invasión”, cuando lo que buscan es imponer una determinada versión de la cultura y el conocimiento. Pero la dirección no está reñida ni con la democracia, ni con el diálogo y la participación, ni con el afecto. De lo que se trata es de partir siempre de la lectura del mundo de los educandos, de su visión de la realidad, de su experiencia vital. Pero no para quedarse en ella: por eso, una de las funciones del docente es la de “desafiar” al educando, forzarle de alguna manera a repensar sus creencias y asunciones a la luz de la ciencia y de las experiencias vitales de los otros, a través del diálogo y del debate argumentado, para promover nuevas formas de comprensión de la realidad.

Al terminar este artículo, Correos me tiene reservada una sorpresa especialmente oportuna: en el buzón encuentro el nuevo libro de Jaume Carbonell, el que fuera director de la imprescindible Cuadernos de PedagogíaLa educación es política, donde –entre otras cosas– se ocupa de la catástrofe del Prestige y el movimiento Nunca máis, de las guerras (nuestra guerra civil y la segunda guerra mundial), del referéndum del 1 de octubre en Cataluña y de los atentados de Barcelona y Cambrils de agosto pasado, y donde escribe “contra el mito de la neutralidad”, a favor del “compromiso ético y político del profesorado”, y apuesta por “activar el pensamiento crítico, equilibrando razones y emociones”. ¡Ahí queda eso!

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/06/20/educacion-quiere-decir-tambien-politica/

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España: La comunidad educativa tiene esperanza en que habrá una mayor capacidad de diálogo tras el nombramiento de Alejandro Tiana

Europa/España/21 Junio 2018/Fuente: El diario la educación 

El nombramiento de Alejandro Tiana como secretario de Estado de Educación ha supuesto un golpe de timón interesante de cara a ganarse, al menos en un primer momento, los respetos de una comunidad educativa que lleva años sin capacidad de negociación real con el Ministerio.

No solo por el hecho de que Tiana tenga una gran conocimiento del sistema educativo y sus dificultades, o porque ya ocupara la Secretaría General del Ministerio durante la primera legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero.

Alejandro Tiana se ha ganado a pulso el respeto de propios y extraños por su capacidad de negociación y de escucha, desde los sindicatos hasta la patronal de la escuela concertada. Pero ahora, a pesar de que él ya ha conocido las dificultades de la negociación, se enfrenta a una situación todavía más compleja que la de aquella negociación.

Con un Ministerio atado de pies y manos, prácticamente, por unos presupuestos elaborados por el PP, con una minoría parlamentaria que deja al PSOE un difícil margen de maniobra y con una comunidad educativa que aunque no es ingenua, espera mucho de este cambio de gobierno.

Desde FeSP-UGT, la secretaria general, Maribel Loranca, pone sobre la mesa la necesidad de la derogación del Real Decreto 14/2012 como una medida que dependería directamente del Ministerio y de nadie más; abrir la negociación convocando a la mesa sectorial de educación y a la general de la concertada y, aunque “no somos ingenuos”, afirma, sobre la posibilidad de la degoración de la LOMCE, sí espera que se trabaje para concitar mayorías parlamentarias suficientes para cambiar ciertos puntos oscuros de la ley.

Desde la concertada, José María Alvira, responsable de Escuelas Católicas, también insiste en la necesidad de que se recupere la negociación, complicada en los últimos años, sobre todo durante el mandato de José Ignacio Wert. “Nos hubiera gustado tener un diálogo más intenso” en el momento de la redacción de la LOMCE. Así mismo, también reclama la necesidad de que se convoque la mesa general de la concertada, que no se ha reunido desde el año 2011.

Alvira espero que con el nuevo Ministerio haya un “reconocimiento de la concertada como una red complementaria, no subsidiaria” del sistema público, “que aporta valor desde sus características, con su ideario”.

Algo que parece complicado de cuadrar. Al menos si se tienen en cuenta algunas de las peticiones que se hacen desde otros sectores, como los STEs. Voro Benavent, uno de sus portavoces plantea una apuesta más decidida por parte del Ministerio en favor de la escuela pública.

Primero con la derogación de la LOMCE y, hasta que se alcance un nuevo texto legislativo, volver a la LOE, a pesar de aspectos que el propio Benavent critica, como la privatización y concertación que permitió dicha ley. En segundo lugar, los STEs apuestan por medidas que mejoren la calidad de la enseñanza al tiempo que mejoran las condiciones laborales del profesorado como la disminución de las ratios o la búsqueda de soluciones “justas” a la situación de muchas y muchos interinos que podrían perder su puesto de trabajo.

Para las familias representadas en CEAPA, es una buena decisión la del nombramiento de Alejandro Tiana, por ser una persona conocedora del sistema educativo. Leticia Cardenal, presidenta de la Confederación insiste en la necesidade de la derogación de la LOMCE, a lo que se comprometieron todos los partidos menos el PP, así como a comenzar los trabajos, de cara al próximo curso, para conseguir una nueva ley. También pide al secretario de Estado la creaciónde una mesa social de negociación en la que retomar los trabajos sobre el pacto educativo.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/06/15/la-comunidad-educativa-tiene-esperanza-en-que-habra-una-mayor-capacidad-de-dialogo-tras-el-nombramiento-de-alejandro-tiana/

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Colaborará Francia con repotenciación de centros docentes en Ecuador

Europa/Ecuador/21 Junio 2018/Fuente: Prensa Latina

Una docena de unidades docentes de Ecuador se beneficiarán con la colaboración de la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD), mediante un proyecto impulsado por el gobierno, para mejorar infraestructura y calidad en la educación.
La ayuda se insertará en el Programa ‘Apoyo a calidad e inclusión del sector Educación en Ecuador’, inaugurado recientemente para promover la repotenciación de instituciones dedicadas a la enseñanza a nivel nacional.

Para concretar la cooperación, una delegación de AFD visitó el país por cinco días, período en el cual cumplió una agenda de actividades, según detalló el Ministerio de Educación.

Como parte del plan desplegado, tras ser recibidos por la viceministra de Gestión Educativa, Mónica Reinoso, los visitantes revisaron detalles de los componentes del Programa Apoyo, y recorrieron dos de las instituciones beneficiadas (Unidad Educativa Comunitaria Intercultural Bilingüe-Guardiana de la Lengua Kichwa Miguel Egas Cabezas, de la provincia de Imbabura; y la Unidad Educativa Vicente León, en Cotopaxi).

El equipo francés estuvo integrado por Claire Galante, Jefe de Proyecto del Departamento de Educación de AFD, Marco Varea, Representante de la instancia en Ecuador, y Alejandro Barreneche, rncargado de Proyectos en este país andino.

La iniciativa responde a un convenio suscrito en abril de 2017 por el Ministerio de Economía y Finanzas y AFD, para el financiamiento del Programa ‘Apoyo a calidad e inclusión del sector Educación en Ecuador’.

El aporte permitirá mejorar las escuelas,teniendo en cuenta sus principales necesidades, con un diseño conforme a la pertinencia cultural, materiales locales y zona climática, equipadas según el bachillerato técnico y productivo.

Asimismo ayudará en el desarrollo de programas claves para el fortalecimiento profesional del docente, con particular atención al sistema de educación intercultural bilingüe.

Los establecimientos escogidos para la colaboración fueron identificados teniendo en cuenta la necesidad de organizar la distribución de espacios educativos de manera integral, considerando la demanda local real, el estado de la infraestructura y la capacitación del docente.

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=188145&SEO=colaborara-francia-con-repotenciacion-de-centros-docentes-en-ecuador
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