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Reformas educativas en Latinoamérica. Derecho a la educación en Argentina

Por: Observatorio del Derecho a la Educación y la Justicia (ODEJ)

El Observatorio del Derecho a la Educación y la Justicia (ODEJ) es una plataforma para el pronunciamiento público, impulsado por el campo estratégico en modelos y políticas educativas del Sistema Universitario Jesuita (SUJ). Su propósito consiste en la construcción de un espacio de análisis informado y de posicionamiento crítico de las políticas y las reformas educativas en México y América Latina, arraigado en la realidad social acerca de las injusticias del sistema educativo, y recupera temas coyunturales y estructurales con relación a la agenda educativa vigente

La tensión entre la lógica de la educación como derecho o como servicio a ser intercambiado en el mercado, atraviesa la historia reciente en la Argentina. La matriz fundacional de la educación moderna que priorizaba la formación del ciudadano y del trabajador, está muy arraigada en este país de fuerte inmigración, que encontró en la escuela uno de los principales lugares de inserción y movilidad social.

Con la dictadura militar iniciada en 1976 comenzó a instalarse el mercado educativo, que luego se profundizó en los gobiernos democráticos especialmente en la década de 1990. Una nueva etapa se inició en el 2003 durante los gobiernos nacional populares de Néstor Kirchner (desde el 25 de mayo de 2003) al que siguió el de Cristina Fernández de Kirchner (10-12-2007-09-12-2015).

Durante esos años el sector educativo, en el marco de las políticas sociales, estuvo orientado a la ampliación de derechos e inclusión. Se realizaron transformaciones muy importantes, pero también quedaron muchos aspectos pendientes. Sobre esas debilidades se asienta el discurso educativo de esta nueva derecha, a partir de la asunción del presidente Macri en diciembre del 2015.

Dos leyes fundamentales marcaron la gestión kirchnerista en el terreno educativo. En el 2006, con la sanción de la Ley de Educación Nacional No. 26.206 se derogó la Ley Federal de Educación N° 24195 de 1993, de inspiración neoliberal. La educación pasó a ser considerada como un “bien social y responsabilidad común” (Art.1), “bien público y un derecho personal y social” y se estableció que ese derecho “está garantizado por el Estado nacional” (Art. 2). Una segunda Ley fundamental promulgada también en el 2006 fue la Nº 26075, conocida como Ley de Financiamiento Educativo, que estableció la aplicación del 6% del PBI al sector, y el apoyo nacional a las jurisdicciones para garantizar un piso salarial común. [1]

Ese proceso democratizador caducó con la llegada al gobierno nacional de la Alianza Cambiemos en diciembre del 2015. El modelo educativo de mercado nuevamente pasó a ser asumido por la política nacional, pero a diferencia de las décadas del setenta y noventa, está ahora mucho más afinado, y ha mejorado su forma de ser comunicado al conjunto de la sociedad. Las declaraciones y documentos formales son cuidadosos en las formas teniendo en cuenta la fuerte tradición de la cultura argentina de defensa de la escuela pública, respeto al trabajo docente y a la creencia en la movilidad social por los créditos escolares. Pero en algunos momentos, quizás por descuido o porque también representa parte de lo que somos como sociedad, los principales funcionarios deslizan frases o ideas que causan estupor y a veces escándalo, y suelen ser rápidamente reproducidas en las redes sociales. Por ejemplo: “esta es la nueva Campaña del Desierto, pero sin espadas con educación”, dijo el que fuera primer ministro de Educación de este gobierno – Esteban Bullrich -, en setiembre del 2016, al inaugurar el Hospital Escuela de Veterinaria de la Universidad Nacional de Río Negro, haciendo alusión, en el propio territorio de la Patagonia Argentina, a la masacre a los pueblos originarios ocurrida a fines del siglo XIX, que la historia oficial y conservadora enalteció con esa denominación.

En marzo del 2017, a tres semanas de inicio de paros docentes en varias provincias, el presidente Macri presentó los resultados de las ya conocidas pruebas estandarizadas de resultados escolares, ahora llamadas Operativo Aprender. Señaló los resultados como “dolorosos”, y acuñó una expresión que se hizo histórica, descubriendo que existe una: “terrible inequidad entre aquel que puede ir a una escuela privada y aquel que tiene que caeren la escuela pública”. Con esta frase, el presidente inauguró el discurso oficial de desprestigio de la escuela pública y a sus docentes, dando cuenta de su posicionamiento privatizador de la educación.

Sin embargo, no les está resultando tan fácil imponer su proyecto. Han encontrado, como ellos dicen, una “pesada herencia”. La gestión kirchnerista produjo avances en el derecho a la educación que no son fáciles de remover, sobre todo cuando son ancladas en bases normativas o institucionales, o en la conciencia social. Por ello, el nuevo gobierno debió enfrentar una cultura de valorización de la escuela y los maestros, cuyo arraigo en la historia nacional se fortaleció en esos años.

La primera medida que generó malestar fue un cambio de nombre. El que fuera Ministerio de Educación pasó a llamarse Ministerio de Educación y Deportes. Al poco tiempo, nos fuimos dando cuenta que la propuesta de supuesta ampliación de la jornada escolar tan prometida, se realizaría por fuera de la escuela, en algún tipo de articulación con instituciones deportivas y extra escolares. A dos años de gobierno no se formularon precisiones ni se produjeron avances al respecto.

Lo más grave de esos primeros días de comienzo de gestión fue que en Ley de Ministerios,  a través del DNU No 13/2015, -en algo que luego se aclaró que se había tratado de un “error”- se hizo referencia a un conjunto de normas sancionadas durante los años noventa, ya caducas (Ley Federal de Educación No 24.195 ya mencionada, la Ley de Educación Superior No 24.521 y el Pacto Federal Educativo, Ley N° 24.856), y desconociendo abiertamente las leyes de Educación Nacional, de Educación Técnica, de Educación Sexual y de Financiamiento Educativo, sancionadas durante la gestión precedente.

Apenas asumidas las funciones, en el 2016, comenzó la desarticulación de programas. A pesar de las luchas y la conflictividad gremial y social, el gobierno desarmó los equipos nacionales del Plan Nacional de Lectura, los programas de Memoria, Educación Sexual Integral, Comunidad y Convivencia Escolar y Políticas Universitarias. Otros importantes programas, como el de Finalización de la Estudios Secundarios (FinEs) fueron vaciados de financiamiento del Ministerio de Educación de la Nación, quedando su suerte en manos de las decisiones provinciales, perdiendo el status de proyecto nacional. Otro tanto ocurrió luego con los diversos proyectos del Instituto Nacional de Formación Docente que, de a poco fueron cerrando, y dejaron un vacío que apenas comienza a ser completado con propuestas y mucha incertidumbre.

Más difícil les está resultando avanzar sobre aspectos afianzados en la Legislación, y sobre todo desarticular los sujetos políticos con capacidad de plantear una oposición y construir alternativas. Este último punto parece ser en el que más energías han puesto en estos dos años, a costa de producir avances significativos en el plano de la gestión. La conflictividad gremial a nivel nacional y jurisdiccional ha acompañado al gobierno de modo constante, pero un punto central ha sido el cierre del espacio nacional para la discusión paritaria. Con esa medida el gobierno no sólo debilita a los trabajadores de la educación, sino que contribuye a una desarticulación del sistema educativo, y genera las condiciones para el desarrollo de un escenario que permita una apertura al mercado educativo internacional. Queda a la vista que no desperdicia espacios internacionales de encuentro para avanzar en esa dirección.

Por ello se ha dado una estrategia progresiva de diseño de políticas en fuerte acuerdo con los gobernadores, incluso de diversas líneas políticas.[2] En febrero del 2016, en el marco del Consejo Federal, se firmó la llamada Declaración de Purmamarca, nombre de la ciudad donde se realizó la reunión. No obstante la diversidad de colores políticos de los gobernadores, los documentos que se produjeron en su seno fueron muy negociados, y no pudieron sino basarse en la legislación heredada, que, recordemos, sostiene que “la educación y el conocimiento como un bien público y un derecho personal y social que deben ser garantizados por el Estado, acorde a lo establecido por las leyes nacionales vigentes.”
[3]

Los lineamientos de política que plantea son también de corte democratizador, aunque, al igual que la declaración de principios, no dejan de ser una expresión de deseos en la medida en que no expone los mecanismos de gestión ni los recursos para su concreción. Posiblemente sea por eso que se han realizado muy pocos avances a la fecha, bastante lejos de la Revolución Educativa que se proponía.

En julio de ese primer año de gobierno, nuevamente se acordaron una serie de líneas de política conocida como “Compromiso por la educación”, el cual se define como la creación de un ámbito de debate, con participación de los individuos, a nivel sobre todo jurisdiccional. Sin embargo, no parece haber tenido trascendencia en instalar territorialmente un movimiento de apoyo al sector.

En septiembre del 2016 se acordó en el mismo ámbito interprovincial el Plan Estratégico Nacional 2016-2021 “Argentina Enseña y Aprende”. En éste se reafirman nuevamente los principios de la ley Nacional de Educación, sosteniendo la responsabilidad indelegable del Estado y se reconoce a la educación como bien público y como derecho personal y social.

Al inicio del ciclo lectivo del año siguiente, en el marco de una fuerte conflictividad, sobre todo por la negativa del gobierno de convocar a una paritaria nacional docente y, como se mencionó antes, en el marco de la presentación de resultados del Operativo Aprender, el presidente de la Nación anunció que enviaría al congreso un proyecto de ley para el decenio 2016-2026. Eso produjo muchas críticas, tanto por el modo completamente inconsulto de su elaboración, su escasa articulación con la normativa vigente, como por los errores diversos en su formulación. Plantea seis dimensiones estratégicas y áreas prioritarias de acción, pero, como en los documentos anteriores, no establece el modo en que esas metas se lograrían, cuál sería el grado de participación provincial y nacional, ni la inversión que suponen. Parecería que se trató únicamente de una estrategia para lograr impacto mediático.

En fin, ha habido producción de documentos y firma de acuerdos con los gobiernos jurisdiccionales, que no se han traducido en un plan de trabajo que especifique mecanismos de gestión y asignación de recursos.

A pesar de los escasos avances realizados en la ampliación del derecho a la educación, no se trata de una improvisación ni la ausencia de una prospectiva de mediano plazo. Se busca generar una transformación profunda de la tradición escolar Argentina, en la valoración del espacio público y en el respeto al cuerpo docente. En el marco de un plan más general de mediano plazo, se pueden ubicar cinco puntos que se han formulado como lineamientos de política que resultan los más significativos.

El primero es la obligatoriedad del nivel inicial a partir de los tres años de edad, sobre el que prácticamente no se ha avanzado en estos dos años, ya que requiere una importantísima inversión en infraestructura sobre la que poco se ha hecho. El segundo es la propuesta de Jornada extendida, que es parte del modo confuso en que formulan sus propuestas. Se trata, como dicen, de que la “escuela salga de la escuela”, a partir de articular trabajos con otras instancias vinculadas al deporte o la recreación, pero tampoco se han realizado avances de articulación institucional o de algún apoyo de gestión, hay apenas algunas experiencias organizadas a partir de iniciativas locales.

El tercer punto es el de la transformación de la escuela secundaria. Recién en marzo del 2018 el Consejo Federal aprobó el proyecto “Secundaria 2030”, se trata de una serie de lineamientos sobre los cuales cada provincia realizará sus planes. Lo más preocupante es la tendencia a vincularla fuertemente con las necesidades empresariales. Por ejemplo, en la Ciudad de Buenos Aires, donde comenzó a implementarse en algunas escuelas públicas, el 50% del último año está destinado a trabajar en empresas y organizaciones.

Los documentos establecen un fuerte impulso a las pruebas estandarizadas, especialmente a través de la propuesta de Creación del Instituto de Evaluación de la Calidad y Equidad. Se trata nuevamente de mecanismos de control, que ligan la mejora en la calidad con ese tipo de pruebas, más que con inversión y planificación estratégica.

El tema de la formación y capacitación docente es sin duda un capitulo central. Se ha desarticulado el Instituto Nacional de Capacitación Docente. En la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires se propuso la transformación de la carrera docente en nivel universitario, desarticulando los tradicionales Institutos Terciarios[4] sin claridad respecto a los mecanismos para su implementación, ni formulación del Plan de Estudios.

Respecto de las políticas universitarias, la Alianza Cambiemos ha recortado el presupuesto universitario en tres mil millones de pesos y comenzó el 2018 con un congelamiento de varias obras de infraestructura en las Universidades. Así también, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, de quien dependen los organismos de investigación como el prestigioso CONICET, redujeron de manera sustancial las becas y el acceso a la carrera de investigador.

La cuestión presupuestaria no es el único golpe que resiste el sector: la apertura de convocatorias a proyectos con financiamiento del Estado a las Universidades Privadas da cuenta de la lógica de este gobierno. A su vez, una batería de artículos y notas en los medios de comunicación afines a Cambiemos propone el arancelamiento de la Universidad Pública y diferentes mecanismos de limitación del acceso a carreras de grado.

La sanción, hacia finales de 2015, de una modificatoria propuesta por la entonces diputada Adriana Puiggrós a la Ley de Educación Superior les obstaculiza por el momento una avanzada privatizadora de la Universidad Pública, sin embargo, la mercantilización de la educación superior avanza en nuestro país de la mano de convenios con privados en diferentes modalidades: plataformas virtuales, equipamiento de laboratorios, compra/venta de patentes, bancarización de trabajadores, etc.

A dos años de iniciado este gobierno, parece haber más declaraciones que logros; y parecería también que las energías más importantes han sido el debilitamiento de los sectores sindicales y las organizaciones sociales.

En fin, si bien los documentos oficiales no pueden sino basarse en la legislación heredada y reconocer la educación como derecho, las formulaciones de política concreta en general sólo son, en el mejor de los casos, expresiones de deseos que no establecen ni mecanismos de gestión ni administración de recursos para su implementación. Mientras tanto, las políticas educativas efectivamente implementadas en algunas jurisdicciones, están marcadas por el desfinanciamiento, argumentadas en el progreso individual, y en lógicas de inserción en el nuevo mundo empresarial. No hay una preocupación por la formación del ciudadano, la consolidación del lazo social, y están lejos de sostenerse en el principio del derecho.

[1] La República Argentina está organizada de modo federal, en veintitrés provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que es además la capital de la República. Tanto las provincias como la Ciudad son jurisdicciones autónomas con poderes políticos, económicos y administrativos propios. Por lo tanto, existen leyes nacionales que regulan el sistema educativo, pero también cada provincia tiene su propia normativa y sus propias estructuras para el sector.

[2] El espacio común para la concertación de políticas es el Consejo Federal de Cultura y Educación, creado por Ley Nº 22.047 del año 1979, conformado por los 24 ministros de educación, y presidido por el Ministro Nacional. El sistema educativo argentino está conformado aproximadamente por 40.000 establecimientos de los niveles inicial, primario, secundario y/o superior no universitario y más de 100 instituciones universitarias, con un total de más de 10.000.000 de alumnos.

[3] Consejo Federal de Educación (Argentina). (2017). Declaración de Purmamarca. Buenos Aires: [Ministerio de Educación y Deportes].

[4] Los Institutos terciarios o Institutos Superiores de Formación Docente o Técnica son las instituciones que dictan las carreras docentes.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/reformas-educativas-en-latinoamerica-derecho-a-la-educacion-en-argentina/

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En septiembre conexión rápida de Internet en las escuelas serbias

Europa/Serbia/12 Abril 2018/Fuente: Prensa Latina

Todas las escuelas de Serbia tendrán computadoras y conexión rápida de Internet a partir del 1 de septiembre, afirmó hoy la primera ministra, Ana Brnabic.
Al realizar una exposición en la conferencia corporativa Educación en Serbia: tareas para el futuro, indicó que para alcanzar ese objetivo el estado destinó 70 millones de euros y recordó que desde 2017 están conectadas a Internet todas las instalaciones escolares de primaria, pero no en todas hay Internet de alta velocidad.

También adelantó que en el próximo año escolar los alumnos de cuarto y quinto grados contarán con aulas digitales.

Tengo la satisfacción de decir que tres mil docentes y dos mil escuelas comenzarán a enseñar a los educandos de primero y quinto grados mediante el empleo de materiales digitalizados contemporáneos, que son incomparablemente más interesantes para los niños que los libros de texto antiguos y tradicionales’, afirmó.

Para lograrlo el gobierno desembolsó 307 millones de dinares (unos tres millones 210 mil dólares) para el tutorial del proyecto, añadió.

Vaticinó que si la realización del proyecto continúa a ese ritmo, el sistema escolar en los próximos dos años empleará los más modernos materiales digitales, para colocar a Serbia en la cima de la escala europea.

La jefa de Gobierno se congratuló por la aplicación de la educación dual en 128 escuelas en el último año, lo cual significó el paso de cuatro mil 500 alumnos por el proyecto, quienes, además de recibir habilidades profesionales, alcanzaron conocimientos de trabajo en equipo en la comunicación, indispensables para continuar carrera.

También expuso que desde el 1 de septiembre de 2017 se introdujo la asignatura de programación para escolares del quinto grado y está en curso la reforma de la educación en el nivel secundario, la cual prevé una sección especial para las tecnologías de la información.

Además de poner recursos en el sistema de educación, acotó Brnabic, habrá que invertir en la ciencia y en centros de altos estudios y subrayó que Serbia tiene solo un 20 por ciento de estudiantes en tecnología de la información lo que, en su opinión, es muy poco para las exigencias del país.

Hablando en términos futuristas, dijo que con el desarrollo de la tecnología surgirán ocupaciones que hoy son imposibles de imaginar, como por ejemplo cirujanos para ampliar el cerebro o expertos para la prolongación de la vida.

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=169581&SEO=en-septiembre-conexion-rapida-de-internet-en-las-escuelas-serbias
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Resistencia al avance del modelo de bilingüismo y búsqueda de alternativas necesarias

Por: Saray Marqués

Cada vez son más las voces críticas hacia el modelo de bilingüismo que se extiende por el país. Comienzan a surgir iniciativas para cerrar las brechas entre centros bilingües y no.

La expansión del bilingüismo sigue imparable 14 años después. El caso paradigmático es el de la Comunidad de Madrid, pionera por el empeño personal de la expresidenta Esperanza Aguirre. Pero las demás no le han ido a la zaga, y el crecimiento de la red de centros denominados bilingües ha sido un reclamo empleado por la Administración cada curso.

El furor por este tipo de enseñanza –sobre el modelo CLIL o AICOLE, por que determinadas materias pasan a impartirse en inglés, aunque con distintos grados de fidelidad según las comunidades– permanece. Mientras que en Murcia se anuncia que todos los centros serán bilingües el curso 2019-2020, en Madrid, Cristina Cifuentes llevaba en su programa que todos los de nueva creación serán bilingües desde los 3 años, siguiendo la premisa de “cuanto antes mejor, cuanto más mejor”.

Si en Murcia el 87% de los centros ya lucen el cartel de bilingües, de momento, en Madrid por cada colegio llamado bilingüe sobrevive uno tradicional. Para el curso que viene son 24 las nuevas incorporaciones (10 colegios y 14 institutos), de forma que el programa abarca al 48% de los centros de infantil y primaria y al 55% de los de secundaria y bachillerato, pero ya hay 36 municipios con un 100% de colegios bilingües y 29, con todos los institutos.

Voluntario

Que un colegio público se convierta en bilingüe en esta comunidad es voluntario y debe ser respaldado por el claustro y el consejo escolar, que presentan su proyecto a la Consejería. El pasado curso hubo casi el doble de candidatos que de seleccionados, 40 frente a 21. Este, 28 frente a 20, con la polémica, además, por la inclusión inicial en el listado del colegio Alejandro Rubio de Guadalix de la Sierra, que no cumplía los requisitos. La propuesta había sido tumbada tanto en el claustro como en el consejo escolar y, destapado el embrollo, el colegio acabó fuera de la lista.

Como en este colegio, hay otros en que la reconversión se vota y no prospera y los hay que ni siquiera han contemplado la posibilidad. Es el caso del Pío XII, en el distrito madrileño de Tetuán. Su directora, Ana Frailes, subraya que están a favor del impulso del inglés, pero no así: “Es necesario, a nuestros alumnos les va a servir para un futuro, pero sin quitarle importancia y recursos a otras asignaturas que también les van a servir, sin que el bilingüismo ejerza como un obstáculo a la hora de cursar primaria”.

El centro cuenta con un alumnado muy heterogéneo, con porcentajes representativos de niños y niñas inmigrantes, de etnia gitana y en riesgo de exclusión. Diversas ONG colaboran. A una de ellas, Ayuda en Acción, le pidieron hace tres años que parte del apoyo fueran extraescolares en inglés, cuatro horas a la semana de 3º a 6º.

Además, en el centro se han reorganizado para, con sus recursos, no desatender el inglés en horario lectivo: “Tenemos clases de inglés desde los tres años, sobre todo orales, con distintos niveles de conversación, desdobles y apoyos y, cuando llegan al instituto, que desde hace dos años cuenta con programa bilingüe, lo hacen bien preparados”, añade la directora.

En el distrito, la mayoría de los colegios son no bilingües y también hay opciones no bilingües entre los institutos. ¿Por qué resistir? “Al principio, cuando surgió la moda, parecía que si no te apuntabas al programa estabas condenado a ser gueto, pero la realidad es que no solo no ha sido así sino que cada vez tenemos más alumnos y más demanda. Tenemos niños muy buenos, muy capaces, y creemos que hemos de darles todos los recursos que podamos. En nuestro contexto de multiculturalidad, con algunos alumnos con desconocimiento del idioma o con incorporación tardía, no nos parecía apropiado que lo maravilloso de la naturaleza y las sociales o lo fundamental de la artística quedara lastrado por el inglés”.

Hoy estudian en el Pío XII 344 alumnos, un 25% más que hace 10 años. Ha habido familias que se fueron a otro cole bilingüe y luego han vuelto: “Al principio eran más las que nos preguntaban por el bilingüismo, ahora noto que cada vez son más las que prefieren que permanezcamos así”, asevera la directora. Aunque pronostica que su colegio nunca lucirá el cartel del programa, y de hecho este nunca ha sido objeto de reunión, entiende que en otros centros funcione: “Hay maestros encantados porque los niños hablan muy bien en inglés, pero los hay también que sienten que tanto los niños como ellos van estresados continuamente, con sesiones de tres cuartos de hora y no de una hora, que se han de ir corriendo de una clase a otra…”.

La otra mitad del alumnado

También desde el otro extremo de la capital ha surgido una iniciativa para reducir la brecha entre centros que lucen la enseña de bilingües y los que no, para que no querer adscribirse al programa no sea sinónimo de perder ningún tren. Así, desde la asociación de vecinos de Aluche se ha presentado un proyecto a los presupuestos participativos del Ayuntamiento para que se destine una ayuda a estos centros (de toda la capital) para que puedan contar con extraescolares en inglés. Se trataría de “actividades lúdicas, educativas y de animación sociocultural que favorezcan la inclusión y el manejo de la lengua inglesa” más allá de las horas lectivas, se puede leer en la presentación de esta iniciativa, que de momento ha recabado 107 apoyos. A mediados de julio se conocerá si se encuentra entre los proyectos selecionados.

Sus valedores la respaldan para compensar el desfase de horas de lengua inglesa a la semana entre estos alumnos y los de los centros bilingües, de 3 o 4 a 10 o 15, y la contemplan, sobre todo, para quienes no tienen el apoyo en su familia o en clases particulares: “Para muchos chicos y chicas es más adecuado este acompañamiento más lúdico y flexible que el tener que aprender los contenidos de las distintas materias en una lengua que no dominan”, señalan.

Los promotores de esta iniciativa, que abarca primaria y secundaria, critican, además, el agravio que supone que el refuerzo para los alumnos de institutos no bilingües sea solo de lengua y matemáticas, mientras que en los bilingües se incluye el refuerzo en inglés. Y proponen estas extraescolares como alternativa sin necesidad de generalizar la séptima hora, las cuatro sesiones después del recreo, que se estilan en estos centros. Una opción que, a su juicio, conllevaría “menos tensión, estrés, ansiedad, competitividad, disgusto y desencanto ya antes de los 16 años”. Y mencionan casos de alumnos que tras una buena primaria tuvieron un desembarco traumático en un instituto bilingüe, con suspensos, aversión al inglés y repetición incluida.

El desencanto

El modelo bilingüe también ha generado recientemente reacciones adversas, por ejemplo, en Castilla y León. Desde CSI-F Educación su presidente nacional, Mario Gutiérrez, lamenta que sus augurios se hayan cumplido: “Dijimos que habían empezado la casa por el tejado, que era una apuesta política que no estaba partiendo del profesorado ni pensada en el medio y largo plazo, y ahora tenemos muchos programas con enormes deficiencias, empezando por la formación. Los nuevos graduados siguen sin el nivel requerido para dar clase en lengua inglesa. Por no hablar de la segregación, de la desigualdad que genera y de que se ha dado por bueno algo que no se ha demostrado totalmente que lo sea”. El sindicato reclama un estudio serio y profundo, ante un clamor que no cesa: “Entre los reacios hay profesores que no se ven preparados, pero los hay también que perciben que este modelo significa cambios que pueden resultar perjudiciales para sus alumnos”.

Además de una evaluación, desde el MRP Acción Educativa se ha solicitado una moratoria del modelo bilingüe en Madrid. Lo critican por sus efectos “tóxicos” al secundarizar la primaria, venerar el monolingüismo del inglés olvidando otras lenguas autóctonas y del entorno cultural inmediato (por bilingüismo tendemos a sobreentender castellano-inglés) y segregar al alumnado. “Hay otros métodos de aproximación al idioma. Aquí se tira a los alumnos a la piscina, y el que sabe nadar se salva y el que no se ahoga”, asevera José Carlos Tobalina, que asegura que en otros países no es común empezar con este tipo de experiencias a los tres años, sino a partir de los 9, como recomienda la UNESCO, pues antes es necesario consolidar la lengua materna. Como el movimiento crítico BabelRed21, entienden que la lectoescritura en castellano y el desarrollo del pensamiento crítico salen perdiendo si todo gira en torno al aprendizaje del inglés.

Llegado este punto, lo mejor, para Tobalina, que recientemente presentaba un informe de Acción Educativa junto con Miguel Martínez en la Comisión de Educación de la Asamblea de Madrid, “es parar y ver qué ha pasado, que si alguien quiere volver atrás pueda hacerlo, y que en donde se esté aplicando el programa, se racionalice con criterios más comprensivos y menos selectivos”. Un programa cuya expansión le recuerda, por otra parte, a la de la jornada continua hace unos años, en cuanto a ruptura tanto entre las familias como dentro del claustro: “Los debates impuestos suelen separar a la comunidad educativa, los equipos de trabajo, las familias… y eso también acaba repercutiendo en el alumnado”, apunta.

En las antípodas ideológicas, el presidente de la asociación Enseñanza Bilingüe, Xavier Gisbert, también solicita ese gran estudio de la evolución del programa. La asociación nace, no en vano, con la intención de “promover un marco nacional de enseñanza bilingüe, para que todas las comunidades tengan unos modelos lo más parecidos posibles, homologados y con los mismos criterios”. “Hoy contamos con programas de enseñanza bilingüe bastante serios, otros que no lo son, que simplemente son un refuerzo de la lengua inglesa, y comunidades que están lanzándose a la piscina adelantando su implantación a infantil”, añade el experto.

Artífice de los primeros pasos del modelo madrileño, llama a separar en este terreno la política de la educación y critica la “desatención” para los centros no adscritos que muchas veces ha supuesto el desarrollo incontrolado del programa. Para él, no debería haber un techo ni un ideal de centros bilingües, sino que el porcentaje debe venir determinado por la demanda de las familias y los recursos de la Administración. La meta debería ser una red fuerte de centros, bilingües y no bilingües, complementarios entre sí, “lo que hoy difícilmente ocurre”, con cambios también en el aprendizaje de idiomas en estos últimos, “al margen de otras políticas y especializaciones en estos centros que resulten atrayentes”. Curiosamente, también desde BabelRed21, compuesto en buena medida por profesores de inglés, se señala la necesidad de reformular la enseñanza de los idiomas, de actualizar los métodos tradicionales, poco naturales y creativos.

Aun así, Gisbert no realiza concesiones y tilda al sector crítico de “excesivamente crítico” con la enseñanza bilingüe: “Creemos que es un sistema que funciona si se hace bien, pero para ello ha de contarse con una serie de recursos y elementos que cuadren entre sí, a modo de puzle: formación del profesorado, preparación previa, control, seguimiento, apoyo, dotación de recursos…”.

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El profesor de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid Mariano Fernández Enguita, por su parte, pese a reconocer lo imprescindible del inglés no oculta sus dudas sobre el bilingüismo actual: “Primero, las aulas no son un prodigio de comunicación, de modo que nos podemos encontrar con que no se vaya más lejos de una mala conferencia en inglés (el de los profesores es insuficiente), monosílabos de los alumnos y textos pasados por Google Translate; segundo, creo que otras situaciones y recursos como cineclubs o veladas literarias, la música y sus letras (como la web Genius en torno al rap), la capacidad de conectar con anglohablantes (como las abuelas en la nube de Sugata Mitra) y aplicaciones interactivas (como Duolingo) podrían dar más juego”.

Para Enguita, las víctimas colaterales están sobre la mesa: “Las familias que temen que programas y secciones bilingües sean demasiado para sus hijos y las evitan, las clases y actividades que pierden calidad por el bajo nivel de inglés de profesores y alumnos y los profesores que se ven apurados o desplazados en el escalafón por no saber inglés”. Y las críticas son, por tanto, entendibles, “en particular las que conciernen a la insuficiente preparación del profesorado y sus consecuencias, o a la estratificación de la enseñanza común en particular de la escuela pública”. “Me traen francamente sin cuidado las que vienen de los profesores que se sienten desplazados o maltratados porque no les avisaron o no previeron el ascenso del inglés. Me gustaría ver menos propuestas de dejarlo todo como está y ver más sobre cómo avanzar. Sin efectos secundarios, pero avanzar”, reconoce.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/04/09/resistencia-avance-modelo-bilinguismo-busqueda-alternativas-necesarias/

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“Hemos entrado en un periodo de excesivo proteccionismo de los niños en familias y escuelas” Entrevista a Elena Martín

Europa/España/12 Abril 2018/Autor: Daniel Sánchez Caballero/Fuente: El diario la educación

Elena Martín hace hincapié en la necesidad de que las familias reciban ayuda y educación para convertirse en educadoras. Estar biológicamente preparados no hace a madres y padres, culturalmente educadores. La sociedad tiene un papel que hacer aquí importante.

Catedrática de la Universidad Autónoma de Madrid en Psicología Evolutiva y de la Educación, Elena Martín es una de las mayores expertas de España en el desarrollo del niño. Martín se extraña de que la sociedad considere que los padres, por el hecho de serlo, estén preparados para educar a sus hijos y defiende que necesitan ser educados como educadores, porque criar a un pequeño muchas veces es ir contra la propia intuición. También lamenta que se haya pasado de primar lo individual frente a lo colectivo.

Es una pregunta amplia y un poco general pero, ¿está bien planteado el sistema educativo en sus primeras fases, si atendemos a las necesidades de desarrollo y autonomía de la infancia?

No es un problema solo del sistema educativo. La respuesta exige trascenderlo. Creo que hemos retrocedido en algo necesario para el desarrollo, que es la capacidad de experimentar. En general, algo que ha sido un avance en el sentido de considerar la infancia como un periodo en el que los niños y niñas necesitan una atención específica a sus características, y eso supone muchas veces más protección de la que ha habido. La infancia es un concepto cultural, hace siglos se creía que los niños son adultos en pequeño, ahora sabemos que la mente de los niños es cualitativamente distinta a la de los adultos. No solo que hace todo en menor cantidad, sino que es distinta y eso es un avance. Un niño no tiene recursos para enfrentarse al miedo o para aceptar determinados aspectos de la realidad, como puede ser el sexo. Esto pone de manifesto que los niños están en un periodo que exige que para protegerlos hagamos un sistema que tenga en cuenta sus características. Pero no puede ser que la idea de protegerlos nos haga olvidar algo tan importante o más: que el ser humano aprende porque experimenta sobre el espacio y sobre el mundo. Toca, anda, etc. Es la acción sobre el mundo la que provoca el desarrollo. Cuando esa protección se convierte en sobreprotegerlos, corremos el riesgo de anular la potencialidad del mecanismo esencial del desarrollo, que es la experimentación, la exploración del espacio. Y cuando no tienen posiblidades de explorar, de entrar en contacto con la calle, de aprender a andar sin que te pille un coche, les estás hurtando un mecanismo de desarrollo muy grande. Puede que —yo lo pienso así— hayamos entrado en un modelo de excesivo proteccionismo, tanto en las familias como en las escuelas. Creo que más en las familias.

¿En qué momento hemos llegado a esta sobreprotección?

No es fácil entender que cuando una persona, un niño, no es capaz de hacer una cosa la manera de ayudarla no es hacérsela inmediatamente tú. Es esperar, darle ayuda, animarle a que lo intente. Si tú se lo haces, esa persona aprende de una manera menos potente que si lo hace ella. Si un niño, haciendo un puzzle, no sabe dónde poner una pieza y se la pones evitará la frustración, pero no aprenderá igual. Lo que una persona aprende al ver a otro poner una pieza es muy poco potente, está basado en la memoria visual de colocar una imagen. Con una ayuda en la que dices que piense de qué color es la pieza, qué le falta a la vaca… combinas el hecho de ayudar con no suplir la competencia del niño. Pero no es fácil, porque la mente humana tiende a asociar ayudar con hacer. Y si hablamos de evitar riesgos…

Junto a esta explicación, más psicológica, hay que tener en cuenta que se ha producido un entorno para los niños con más riesgos que el de hace 50 años y ha habido un repliegue hacia una mayor protección. También ha habido una tendencia a pasar del valor de lo colectivo frente al valor de lo individual. Pero tus hijos solo van a aprender en la medida en que estén con otros. ¿Se ha perdido en sí mismo? No lo sé. ¿Se ha perdido porque el entorno urbano se ha hecho más complicado para compartir actividades y entonces hemos acabado haciendo actividades más individuales? Probablemente, por un aspecto interactivo. Hemos empezado a vivir en unas situaciones urbanísticas y horarios y pautas diarias de las familias que hacen muy difícil compartir nada. La mezcla de estos factores lleva a que estemos en un momento en el que los niños y niñas están pudiendo tener menos experiencias ricas de las que teníamos en otras generaciones.

Este análisis me lleva a pensar que mala solución tiene.

No, es una solución compleja, pero tiene solución. Se ha producido algo importante, y es que hemos tomado conciencia del problema. Es el primer paso siempre. Ahora nos damos cuenta de que esto está siendo un problema, aunque no todo el mundo esté de acuerdo con el diagnóstico. Hay al menos dos grandes líneas de avance. Una, la que más peso ha tenido hasta ahora: el urbanismo. La geografía de la infancia es un campo de conocimiento que reúne disciplinas distintas (antropólogos, psicólogos, arquitectos, urbanistas, sociólogos) y mira el problema desde la riqueza de todas esas disciplinas. Entienden que la ciudad no se ha diseñado teniendo en cuenta la infancia. Cuando se diseñan nuevos espacios (cuando se hace bien) se hace pensando en cómo hacer accesible la movilidad de los niños y niñas —no solo la peatonalización— para permitir que ejerzan sus derechos. Esto es importante. Los niños tienen derecho al juego, está en la Convención sobre los Derechos de la Infancia de la ONU, y para que se cumplan los derechos el espacio urbano tiene que ofrecer posibilidades para ello.

Y la otra línea…

La otra, de la que se es menos consciente, es que, junto con eso, hay que trabajar con las familias y los docentes, con las personas que tienen la responsabilidad de organizar las rutinas de los niños. Ellas son las que marcan al final lo que les dejan hacer o no. O, incluso, lo que les promueven. Las familias eligen los otros contextos donde sus hijos se mueven: eligen colegio, extraescolares, amigos con los que están o no. Y con estas decisiones configuran el desarrollo de sus hijos. Y a veces los padres no somos conscientes de la trascendencia de las decisiones que tomamos. Cuando eliges un colegio lo piensas mucho porque eres consciente de la trascendencia de la decisión, pero otras… No se puede esperar que la gente lo sepa, hay que hacer toda una tarea de educación de las familias. Los padres, por ser biológicamente capaces de procrear, no quiere decir que sean culturalmente capaces de hacerlo. Educar en este momento es más complicado que antes. Antes el niño con salir a jugar con los amigos era suficiente. Y un padre no tenía por qué saberlo, pero las prácticas sociales lo garantizaban. Ahora las prácticas sociales no lo garantizan y por tanto seguir teniendo esa dimensión de desarrollo supone que quienes somos responsables de la educación de los menores (escuela, familia, ayuntamiento) tomemos conciencia de ello y lo planifiquemos.

¿Dónde habría que hacer esta educación de familias? ¿Qué papel le toca jugar a la escuela?

Hay unos centros del Ayuntamiento de Madrid llamados CAF (Centro de Apoyo Familiar) donde cuando tienes un hijo te ofrecen un apoyo. Pero no porque tengas un hijo con problemas, sino para enseñarte a jugar con tus hijos, por ejemplo. Jugar no es darle juguetes cerrados que configuran ya la actividad (este juguete es para tocar). Es saber que tienes que darles actividades abiertas, amplias, exploratorias. Todo eso se enseña. Los CAF enseñan a las familias cómo provocar un buen desarrollo de sus hijos. Las administraciones públicas (algunas) han tomado conciencia de que ser padre no es algo que venga garantizado, necesita apoyo y hay que brindarlo. María José Rodrigo, una catedrática de La Laguna, tiene un programa en el que trabaja con familias en programas muy largos haciendo que los padres tomen conciencia de cuál es el mejor estilo educativo, que es el que consigue reunir control y afecto. En Sevilla hay otro equipo en torno a Mari Carmen Moreno y Jesús Palacios. Cuando las madres van al centro de salud embarazadas, junto al seguimiento biológico de su embarazo se les ofrece una preparación psicológica para la tarea. Se hacen grupos de madres y padres entre sí con psicólogos educativos, hay grupos para adolescencia, para ver cómo se trabajan los deberes, las pantallas. Las familias no saben si es bueno trabajar las pantallas o si deben ayudar a hacer los deberes.

La escuela puede tener algunas de estas características, pero la escuela es la que mejor lo hace porque sabe que tiene que provocar desarrollo, aunque también tenga esta idea proteccionista porque estamos todos retraídos por si nos denuncian (¿si le saco y se cae o se hace una herida?). A pesar de que la escuela puede estar un poco retraída, está infinitamente más esponjada que las normas que ponemos los padres, porque en la escuela hay profesionales.

Me llama la atención que hemos hablado de familias, CAF, programas universitarios en La Laguna o Sevilla… Pero nada de las escuelas. ¿Dónde queda la relación escuela-familia?

Hace no muchos años, en el Reino Unido la ministra de Educación se llama de Escuela, Familia e Infancia. Solo el título es un mensaje de comprensión. La Educación no es la escuela. Hay muchas teorías psicológicas que ponen de manifiesto que el ser humano se desarrolla en diferentes contextos de práctica social. En nuestro caso es escuela, familia, medios de comunicación y los pares. Si el desarrollo se está produciendo por estar inserto en todas esas prácticas sociales, la coordinación de estas prácticas sociales es esencial. Si no, unos tiran para unas metas y otros para otras. Cuando no somos conscientes de que estamos provocando desarrollo no lo planificamos adecuadamente, pero lo estamos provocando. Las familias, espacios donde niños y niñas están con otros niños y niñas explorando, es un contexto fundamental de desarrollo. Cada persona tiene el contexto que más le influye, pero si van en direcciones totalmente contrarias… Como dicen los maestros: yo trabajo los valores, pero la tele me los desmonta en una tarde. Tiene que haber coordinación entre contextos, por eso la importancia de que lo planifiquemos conjuntamente. En último término, las administraciones educativas deberían darse cuenta de que su obligación no es solo garantizar un sistema escolar de calidad, sino garantizar todas las prácticas educativas que tienen influencia sobre la infancia como promover los derechos. En algunos países, cuando das a luz hay personas que te acompañan a casa, te enseñan a ser madre, porque las madres se agobian, los niños no quieren mamar. Es muy educativo. Pero las familias lo ven como una ingerencia. No lo es. Hay que crear la cultura. ¿Quién no quiere que le ayuden?

Esto último que cuenta me lleva de vuelta a lo que comentaba antes del individualismo de las familias y cómo cada vez más parece que las familias dicen: “Es la educación de mis hijos y hago lo que me da la gana”.

Los seres humanos somos todavía muy homínidos, muy primarios. Hay que tomar conciencia de esto. Entender que lo que vemos no es la realidad es muy difícil. La gente no quiere aceptar el principio profundo de que el ser humano tiene una mente que limita la forma en que conoce y por tanto actúa. Dicen: “Es mi hijo”. Y en esa afirmación predomina la idea de que es suyo. Pero en cambio la cultura ha desarrollado una idea más fuerte: “No, es un ser humano”. Eso es lo fundamental, no que tú seas su padre. Y, por tanto, el bien mayor del pequeño es lo esencial. Será tu hijo, pero si no satisfaces sus necesidades, sus derechos, mi obligación, la de la sociedad, es quitártelo. Aunque antes de llegar a ello te enseño a que promuevas sus derechos. Esto no se cree. Cuando yo, en 3º de Psicología, planteo esto, mis alumnos reaccionan con mucha agresividad, porque tienen esa idea más intuitiva de que son sus hijos. ¿Por qué cuando se hace una adopción miramos a los padres pero cuando tenemos hijos no? ¿Por qué pensamos que por ser biológicamente capaces de procrear lo somos culturalmente de educar? Esa idea no tiene ninguna racionalidad. Es una lógica que creo que es una línea de avance de la humanidad enorme, pensar en esto que le gusta tanto a la gente de “para educar hace falta una tribu”, pues creáselo. Deje de decir eslóganes. Eso quiere decir que toda la tribu es responsable del niño, no los padres, y hay que pensar que los derechos de los niños están por encima de los de los padres. Y esta idea no es fácil de asimilar, y más en una sociedad en la que se ponen los derechos individuales por encima de los colectivos. “Quiero que mi hijo vaya a tal escuela”. Pero por encima de los derechos individuales está que, por ejemplo, una escuela no pueda concentrar un cierto porcentaje de inmigrantes porque deja de poder funcionar. El derecho colectivo a la calidad de la educación de todos los niños y niñas pone un límite a la libertad de elección de centro. Esto la gente tampoco lo acepta. La educación exige cosas más complejas y necesitamos que nos ayuden a pensar juntos, que nos eduquen como educadores, que nos eduquen para educar.

Ha estado mencionando la Convención de los Derechos del Niño de la ONU, etc. Pero, aparte de la parte básica de la protección, que sí se tiene en cuenta, si bajamos a un ‘segundo nivel’, como la participación, parece no importarle a nadie, no hablamos ya de cumplirse.

Eso va por los consejos de Juventud o Infancia. Los niños y niñas no solo tienen derechos, sino tienen el derecho a ejercer los derechos, a defenderlos, conocerlos, a participar. Esa idea está más parada porque es menos intuititva que “si no se cumplen los derechos hagamos algo”. Esta idea de la participación es todavía menos intuitiva que la de proteger el derecho. Pero están creciendo. Hay muchos colegios donde una de las ideas centrales es en qué medida las decisiones se toman de manera participativa con los estudiantes.

En Salud existe la atención primaria, secundaria y terciaria. Pues en derechos de la infacia estamos en atención terciaria; cuando no se cumple algo, actúamos. El problema es la primaria, cómo educas evitando que aparezcan los problemas. Eso que en salud se ha aceptado, en educación está menos presente. Estamos más en cómo evitar problemas que en cómo promover cosas. Hay poca cultura de participación de los derechos de los niños como ciudadanos auténticos.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/04/12/hemos-entrado-en-un-periodo-de-excesivo-proteccionismo-de-los-ninos-en-familias-y-escuelas/

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Según estudio, Uruguay tiene un déficit en materia de cobertura educativa “inconsistente con su nivel de desarrollo”

América del sur/Uruguay/12 Abril 2018/Fuente: La Diaria

Informe del Ineed evalúa la situación educativa de Uruguay en relación con las metas de los ODS.

Un trabajo elaborado por Juan Bogliaccini, sociólogo y doctor en ciencia política, analiza la educación en Uruguay desde la mirada de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) impulsados por la Organización de las Naciones Unidas. Son 17 los objetivos, y en materia de educación se incluyen diez metas, cada una con distintos componentes. En el informe elaborado para el Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineed), Bogliaccini marca las tensiones que existen entre tres “macrometas” educativas: cobertura, equidad y calidad. “Lograr una educación de calidad sostenible tiene como condición necesaria avanzar hacia niveles altos de cobertura. No obstante, velar por la calidad educativa debe ser una constante preocupación de los gobiernos. El avance cualitativo en esta dimensión cobra relevancia en sistemas con altos niveles de cobertura, dado que de lo contrario la segmentación en el acceso y desafiliación tornará los avances en calidad únicamente en beneficio de los sectores más favorecidos de una sociedad. Dejaríamos entonces de referirnos a educación de masas para pasar a referirnos a educación de elites, incluso en contextos de oferta gratuita en los diferentes niveles educativos”, asegura en la introducción del estudio.

Desde esta óptica, afirma el autor, “Uruguay necesita de forma prioritaria alcanzar metas de cobertura. Las metas de los ODS asociadas a dicha dimensión son de gran importancia porque es precisamente el acceso a la educación el que genera el mayor impacto en el bienestar de los ciudadanos, así como en las posibilidades de desarrollo sostenible de las naciones”, y recuerda que Uruguay es unos de los países de la región que “mayor proporción de desarrollo humano resigna por esta causa” en relación con el Índice de Desarrollo Humano.

El propósito del informe es evaluar el avance de Uruguay en relación con estas metas, pero se aclara que la disponibilidad de datos “es limitada para el caso de algunas metas, tanto en Uruguay como en términos comparados”. Esto, considera Bogliaccini, es “razonable, dado que las metas de los ODS suponen una nueva agenda y, como tal, invita a los países a reflexionar sobre la relevancia de las dimensiones privilegiadas en ellas y a adaptar tanto metas nacionales como las fuentes de información para incluirlas”.

Meta a meta

En términos generales, el análisis concluye que si bien en relación con las metas sobre primera infancia y sobre la incorporación de tecnologías para el uso pedagógico Uruguay “ha logrado notables avances en las últimas dos décadas, el logro de las restantes metas plantea un gran desafío”.

La meta 4.1 plantea que, a 2030, se debe “asegurar que todas las niñas y todos los niños terminen la enseñanza primaria y secundaria, que ha de ser gratuita, equitativa y de calidad, y producir resultados de aprendizaje pertinentes y efectivos”. En particular respecto de los datos de la tasa de culminación de la educación media, Bogliaccini afirma que la situación de Uruguay respecto del cumplimiento de esta meta es “precaria”. Con respecto a los aprendizajes, el autor menciona como valor de referencia de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) para esta meta alcanzar 80% de los jóvenes de 15 años de edad con competencias en matemática nivel 2 o superior, mientras que en Uruguay 44,2% de los jóvenes que participan en las pruebas PISA de 2012 alcanzan ese nivel.

La meta 4.2 es la que apunta a que los niños tengan acceso a “servicios de atención y desarrollo en la primera infancia y educación preescolar de calidad”, aspecto en el que Uruguay “se encuentra en una posición de privilegio, incluso en términos comparados con los países de la OCDE”, ya que ha universalizado la cobertura de educación inicial para la edad de cinco años y se acerca a 90% de cobertura neta para los niveles de tres y cuatro años.

La meta 4.3 promueve el acceso igualitario de hombres y mujeres a la formación técnica, profesional y superior de calidad, incluida la enseñanza universitaria. Para evaluar esto, Bogliaccini toma datos de la Encuesta Continua de Hogares de 2015, según los cuales la tasa de entrada por primera vez a la educación técnica, profesional y superior para la cohorte de 18 años “sería del entorno del 16%”, y, a la vez que aclara que el dato es una “aproximación gruesa”, afirma que es “consistente con la tasa de egreso de educación secundaria”. En función de estos datos, señala que Uruguay “presentaría niveles de eficiencia altos en ingreso a educación terciaria –77% de quienes terminan secundaria ingresarían a un programa de educación terciaria a los 18 años–”.

Hay metas para las que no existen indicadores, por ejemplo la 4.4, que plantea “aumentar considerablemente el número de jóvenes y adultos que tienen las competencias necesarias, en particular técnicas y profesionales, para acceder al empleo, el trabajo decente y el emprendimiento”.

La meta 4.5 propone “eliminar las disparidades de género en la educación y asegurar el acceso igualitario a todos los niveles de la enseñanza y la formación profesional para las personas vulnerables, incluidas las personas con discapacidad, los pueblos indígenas y los niños en situaciones de vulnerabilidad”. El informe de Bogliaccini señala: “El aspecto más importante para comprender las disparidades en términos de cobertura, desafiliación e incluso logro en Uruguay es el socioeconómico”. “En algunos grupos de edad Uruguay ha avanzado más lentamente que la región hacia una mayor igualdad, mientras que en otros segmentos se ha estancado en el avance. Para el conjunto de grupos de edades entre 7 y 24 años, Uruguay aumenta la desigualdad de acceso entre quintiles 1 y 5 durante la década de 1990, y comienza a revertir la tendencia a partir de la década de 2000”, señala el autor, a la vez que marca que para la población de entre 13 y 19 años, Uruguay “presenta los menores niveles de acceso en la región así como el mayor nivel de desigualdad entre los quintiles 1 y 5, muy por sobre el promedio regional”, mientras que entre los de 20 y 24 años, sólo Brasil presenta “avances menores a los de Uruguay”, en la región.

En tanto, la meta 4.a, que refiere a las instalaciones educativas adecuadas y accesibles, el documento destaca que el acceso a condiciones sanitarias básicas está universalizado en los edificios escolares y que “existe un proceso continuo de adaptación de los edificios escolares ya existentes en materia de accesibilidad”, aunque no hay datos sobre esto. El informe también da cuenta del Plan Ceibal, que “ha revolucionado el acceso a ordenadores con fines pedagógicos”.

Por último, la meta 4.c pone en foco la necesidad de aumentar la oferta de docentes calificados. El trabajo destaca que en educación inicial y primaria 100% de los maestros son titulados, mientras que en secundaria dos de cada tres profesores lo son. También menciona como importante en este punto la asignación de tiempo completo que tienen los docentes en el centro educativo, y señala que mientras que en Uruguay en educación media 8,4% de los docentes están tiempo completo en el centro según datos de PISA, en Brasil son 45%, en Argentina 48%, en Costa Rica 61% y en Chile 76%.

En su estudio, Bogliaccini afirma: “Exceptuando la educación inicial y primaria, Uruguay tiene un déficit en materia de cobertura que es inconsistente con su nivel de desarrollo relativo. El núcleo duro del problema educativo sigue estando asociado a la cobertura y, en particular, a su estructura particular de desigualdad de acceso”. Añade que en educación secundaria el problema de cobertura se genera a partir de la desafiliación, y en educación terciaria, “por un problema de acceso asociado a la no culminación del ciclo de educación secundaria”.

Fuente: https://educacion.ladiaria.com.uy/articulo/2018/4/segun-estudio-uruguay-tiene-un-deficit-en-materia-de-cobertura-educativa-inconsistente-con-su-nivel-de-desarrollo/

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Nepal. www.jvf-nepal.org

Presentan en Nepal hoja de ruta para reformar la educación

Asia/Nepal/12 Abril 2018/Fuente: Prensa Latina
El Ministerio de Educación de Nepal anunció hoy la decisión de reformar el sector en el plazo de un lustro para elevar la calidad de la enseñanza en este país asiático.
Integran la reforma 10 puntos cuyas bases legales contribuirán al fomento de políticas educativas útiles, señala en un comunicado el ministro de Educación, Ciencia y Tecnología nepalí, Giriraj Mani Pokhrel.

El proyecto prevé, entre otras medidas, poner énfasis en la investigación e innovación, la revisión salarial a los docentes y la conectividad a internet de las escuelas a las cuales se les proporcionará mayor ancho de banda.

Asimismo el establecimiento de escuelas en cada provincia que permitan la enseñanza de la lengua materna, del arte y entrenamiento deportivo están incluidos en el programa, dijo Pokhrel.

La reforma al sistema educacional de Nepal abarcará a estudiantes de comunidades pobres y desfavorecidas en programas como Zona Verde que fomentan el cuidado del medio ambiente, señala la fuente.

En la implementación de las reformas participarán las provincias y los gobiernos locales con el propósito de declarar al país alfabetizado en los próximos dos años.

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=169281&SEO=presentan-en-nepal-hoja-de-ruta-para-reformar-la-educacion
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Legisladores intentan frenar cierre de 300 escuelas en Puerto Rico

Centro América/Puerto Rico/12 Abril 2018/Fuente: Prensa Latina
Legisladores independentistas se proponen frenar, en coordinación con sectores comunitarios y gremios magisteriales, el cierre de casi 300 escuelas del sistema público de Puerto Rico, ante la política del gobierno del gobernador, Ricardo Rosselló Nevares.
El senador Juan Dalmau Ramírez anunció, junto al diputado Denis Márquez Lebrón, que ante el anunciado cierre de otras 283 escuelas públicas, tiene una contrapropuesta avalada por diversos sectores vinculados a la educación.

La idea del senador del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) está dirigida a evitar el cierre injustificado de planteles, el despido o traslado indiscriminado de maestros y garantizar el aprovechamiento académico de los estudiantes mediante el establecimiento de un número máximo por salón.

‘Como quien dirige el Ministerio de Educación proviene de Estados Unidos y los que controlan el gobierno son propensos a emular todo lo que allá hacen, comienzo indicando que al menos 36 estados de la federación estadounidense han impuesto topes máximos al número de estudiantes que pueden ubicarse por salón en las escuelas públicas’, dijo.

El senador, secretario general del PIP, precisó que algunos estados, como el de la Florida, lo han hecho por disposición constitucional, porque los estudios han mostrado consistentemente que un número menor de alumnos por salón redunda en mayor calidad educativa, mayor aprovechamiento académico y menor tasa de deserción escolar.

Añadió que las estadísticas apuntan que, en Estados Unidos, el número promedio de estudiantes por grupo para los cursos del currículo regular se encuentra entre 16 y 19.

‘En Puerto Rico, estudios recientes señalan que las diez escuelas con mejor aprovechamiento académico no sobrepasan los 20 estudiantes por salón, el número de estudiantes fluctúa entre 12 y 17’, reveló, aunque el promedio global por salón es de más de 30 alumnos.

Con este propósito el senador del PIP impulsa el proyecto del Senado 875, que establecería un número máximo de estudiantes por salón en las escuelas públicas, formulando una nueva política atemperada al contexto académico y laboral de los mejores sistemas educativos a nivel internacional.

Criticó que las distintas administraciones de gobierno de Puerto Rico, incluido el anexionista de Ricardo Rosselló Nevares, en lugar de impulsar una política pública dirigida a estos efectos, hacen lo contrario cuando determinan cerrar de manera insensible cientos de escuelas.

La medida impulsada por Dalmau Ramírez establece que, con el fin de que las escuelas públicas ofrezcan servicios educativos de la mejor calidad, el Ministerio de Educación hará las provisiones necesarias para que al inicio del año escolar 2018-2019 se reorganicen las escuelas de manera tal que el número máximo de estudiantes asignados a los seis cursos del currículo básico no exceda los máximos establecidos.

De este modo, en los grados de prekíndergarten a tercero habrá 18 estudiantes; de cuarto a sexto 20, de séptimo a noveno 22 y de décimo a duodécimo 24 alumnos.

‘La política pública sobre el cierre de escuelas es una de a montón por chavo’, dijo al subrayar que la pasada administración y la actual han usado la merma de población en Puerto Rico en los últimos años como excusa para el desmantelamiento del sistema educativo.

Precisó que su propuesta persigue utilizar esta merma poblacional como una oportunidad de valor incalculable para reconsiderar la organización de nuestras escuelas y preparar entornos dirigidos a incentivar un mayor aprovechamiento académico entre el estudiantado y poner fin al hacinamiento en los salones de clase.

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=168451&SEO=legisladores-intentan-frenar-cierre-de-300-escuelas-en-puerto-rico
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