ENFRENTAMIENTO POLÍTICO ENTRE EL GOBIERNO Y LOS SINDICATOS DEL SECTOR EDUCATIVO.
Uruguay – Contribución al balance del conflicto de la educación
Uruguay/ 29 de enero de 2016/
Autor: Fernando Moyano/ Información ofrecida por el Semanario Alternativa y publicada en el periódico digital Kaosenlarend
Los compañeros de la Izquierda Socialista de los Trabajadores han dado a conocer un Balance sobre este tema. El documento tiene dos méritos innegables.El primero es su enfoque general, que destaca la importancia del conflicto de este sector en el contexto general de la lucha de nuestra clase en esta coyuntura.
“Esta rica experiencia -dicen los compañeros- debe servirnos para sacar algunas conclusiones y poder preparar mejor las futuras luchas que el 2016 seguro nos aguarda”.
En los hechos, los trabajadores de la educación han tomado el lugar de vanguardia en una lucha que abarcará todo un período, mostrando las disyuntivas y las dificultades (políticas, prácticas, organizativas, ideológicas, y también de diferencias internas) que enfrentarán, cada uno en su momento y con los inevitables flujos y reflujos, los distintos sectores de la clase. Esto se debe a las condiciones estructurales de los trabajadores de la educación, dentro de la clase.
El otro mérito del material es proponer la discusión abierta y fraterna sobre las distintas concepciones que se manifiestan en la lucha. Cae por su peso que dicha discusión también incluye la crítica a ese mismo material.Los compañeros plantean una polémica con otros, y sostienen que el gobierno ha tenido ÉXITO en su acción represivacontra los trabajadores.
“Lo primero en que no coincidimos es en que la represión fue un fracaso. Creemos lo contrario. La represión obligó primeramente al desalojo, que era el objetivo del gobierno, y además criminalizó la protesta procesando a un grupo importante de luchadores que están al día hoy cumpliendo medidas alternativas a la prisión, es decir, trabajos comunitarios”.
Por mi parte, en vez de hacer sobre el aspecto represivo un balance desligado de la confrontación toda, prefiero ir de lo general a lo particular.
- El primer criterio al medir el éxito o fracaso de cualquier campaña, es ver los resultados en relación a los objetivos propuestos.
El objetivo del gobierno, además de haber sido explicitado varias veces, se mostró así también en una serie de acciones coherentes. “Hacer mierda a los sindicatos de la educación” significaba, concretamente, usar el escenario de la lucha presupuestaria, que se se sabía inevitable, para debilitar, aislar, desprestigiar y fragmentar esos sindicatos. Y una vez obtenido ese resultado inmediato, utilizar la brecha para avanzar en la reforma educativa. Allí tiene el gobierno su apuesta estratégica, y es la prenda que necesita para consolidar sus alianzas políticas reaccionarias.
A la luz de los resultados, le salió todo mal. No tuvo ningún éxito y la tortilla se dio vuelta. Aparecieron tensiones en el Frente Amplio y el gobierno levantó la esencialidad, otras tensiones en el MEC terminaron en dos renuncias del ala pro-reforma, el sindicato de profesores bloqueó un cambio en la elección de horas y obligó al Consejo a una salida negociada, Tabaré Vázquez fue duramente cuestionado por “falta de autoridad” por sus aliados blancos y colorados y terminó bajando en las encuestas de aprobación. Se metió su cambio de ADN de nuevo en el tubo de ensayo.
- El otro criterio obvio para medir resultados es según las condiciones reales de las que se parte. Qué tanto más se obtuvo por sobre el piso razonablemente esperable. Vistas desde este otro ángulo las cosas son diferentes.
Resulta claro que el gobierno logró su objetivo básico, aprobar una ley de presupuesto con un recorte salarial de los funcionarios públicos. Dentro de ese cuadro general, logró descartar los reclamos salariales de los sindicatos de la educación e imponer una “cláusula de paz”.
Hay interpretaciones que dicen que ese era el verdadero objetivo de la esencialidad, quitar la lucha salarial de su foco. En vista de sus resultados parece una hipótesis temeraria. Nadie prende fuego a su casa para lograr una distracción, salvo una situación desesperada; pero sostener que esa era la situación del gobierno no se corresponde con el cuadro general de las condiciones de la lucha, que todos vemos más o menos igual.
Una evaluación realista de los resultados (sea del “éxito” del gobierno o del “fracaso” de los sindicatos) no puede dejar de lado que eso era más o menos lo esperable.
Hay quienes piensan que la victoria depende de la construcción de una guerrilla tipo guevarista, otros un partido obrero internacionalista tipo trotskista, otros una insurrección espontánea generalizada tipo anarquista. El asunto es que ninguna de esas tres cosas existe ni por asomo. Y si cualquiera de ellas (que son contradictorias entre sí, además), la que prefiramos, no existe, y además pensamos que es condición previa y necesaria, pues no esperemos triunfos.
De nada servirá la protesta contra la represión, la policía está usando el delito para implantar la sociedad de control con el respaldo de la opinión pública. La protesta y los grupos radicales servirán para orientar la búsqueda, además de funcionar al revés. De nada te servirá el pasamontañas, te reconocerán por los datos antropométricos. De nada servirá que firmes con seudónimo lo que escribís en la web, te encontraran por la IP; y si vas al cyber, por la cámara del cyber. Si le sacás la batería al celular, identificarán tu celular y los otros porque quedaron fuera de señal todos juntos.Y menos todavía servirá esta discusión sobre el avance represivo, mientras la tengamos en estos términos.
Desde la perspectiva de la otra mirada educativa, el problema radica en una lucha de poder política entre el gobierno y la masa del gremio educativo, aquí no se trata de relaciones de quién domina a quién, quién en el que triunfa o tiene éxito y quién es el que fracasa. El asunto de interés para el base trabajadora del sector educativo, son las condiciones laborares que afectan en el ámbito social – económico y en consecuencia en el desarrollo de las prácticas educativa que limitan los planteamientos de las reformas educativas por una educación de calidad concebida de un enfoque polisémico de la educación. (Reflexiones de la editora)
Los maestros y maestras aún cuando tienen la voluntad política de generar las condiciones pedagógicas que se perfiles a cambiar las viejas prácticas educativas se requiere que haya el justo equilibrio entre las políticas que dignifiquen la profesión docente y que los organismos internacionales en acuerdos se establezca mejorar las condiciones sociales de este gremio, estableciendo un sueldo justo para los profesionales de la educación y concordancia con otros beneficios sociales que se articulen con las políticas de formación docentes que aseguren garantizar una educación inclusiva y de calidad.El gremio educativo tiene el derecho a las luchas por sus reivindicaciones sociales y por el mejoramiento de la profesión, luchas que no son solo de Uruguay sino que se deben constituir en la unidad de este sector y en hermandad se establezcan las alianzas internacionales para continuar en estas luchas en pro de dignificar nuestra profesión y lograr mejores condiciones de trabajo.(Reflexiones de la editora).
Ya basta de tanta represión es necesario que se mantenga el diálogo entre el gobierno, los sindicatos y toda la base del magisterio porque al unísono la voz del maestro y la maestra claman ser escuchada por el gobierno y los sindicatos.(Reflexiones de la editora).
Fuente:
http://kaosenlared.net/uruguay-contribucion-al-balance-del-conflicto-de-la-educacion/
Editora: ArleneVergarasTwitter: @arlenevergaras
Centro Internacional Miranda (Venezuela)
Doctora en Educación, Magíster en Gerencia en Sistemas Educativos. Especialista en Educación Inicial. Miembro de la Red de Investigadores en Educación. Escritora de artículos educativos. Coordinadora del estado Barinas del Sistema Nacional de Investigación y Formación del Magisterio Tutora y asesora de trabajos de investigación en el área de educación. Profesora de Metodología de la Investigación.