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Urge transformar el sistema educativo, “porque la humanidad se está suicidando”: Enrique Dussel

El académico, filósofo, historiador y teólogo Enrique Dussel Ambrosini propuso al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) una transformación en el sistema educativo que contemple el pensamiento crítico, la ecología y la desconolonización de la educación, “porque la humanidad se está suicidando”.

Ante 3 mil 274 sindicalistas de todo el país, enlazados vía internet, Dussel Ambrosini, reconocido a nivel internacional como uno de los fundadores de la Filosofía de la Liberación Latinoamericana, invitó al magisterio a aprovechar las oportunidades generadas por la pandemia de covid-19 para cambiar de fondo la educación de niños y jóvenes, a fin de llevarlos de una habilidad memorística a una creadora.

Ante 3 mil 274 sindicalistas de todo el país, enlazados vía internet, Dussel Ambrosini, reconocido a nivel internacional como uno de los fundadores de la Filosofía de la Liberación Latinoamericana, invitó al magisterio a aprovechar las oportunidades generadas por la pandemia de covid-19 para cambiar de fondo la educación de niños y jóvenes, a fin de llevarlos de una habilidad memorística a una creadora.

La segunda ruta, añadió el especialista, es la necesidad de hacer de la ecología una ciencia principal. “No es la física ni la matemática la ciencia fundamental. La ciencia fundamental hoy, y lo estamos viviendo, es la ciencia que nos permita la sobrevivencia en la tierra, porque la humanidad se está suicidando y hay que empezar a enseñar desde el primer grado que la vida es sagrada y la estamos destruyendo y hay que saberla preservar”.

Dussel aseveró que lo económico y lo tecnológico están destruyendo las condiciones que permiten la reproducción de la vida e impiden la reproducción, porque empiezan a mermar la capacidad de la tierra y la energía para vivir. “La fecha de extinción del Homosapiens está fijada”.

La tercera ruta, añadió, es la conveniencia de terminar con el eurocentrismo en la educación.

“En todos los países latinoamericanos, sean de derecha, de izquierda o de centro, se sigue siendo eurocéntrico. Sería una gran oportunidad para México plantear un nuevo esquema de comprensión histórico, geográfico, matemático, literario, que parta de otra visiñon de la historia y del mundo: cambiar el currículum y descolonizar”.

Se debe aprovechar la oportunidad de cambiar el sistema educativo en sus contenidos, no sólo en cómo se nombra a los maestros o cómo funcionan los poderes, cómo se evalúa, qué enseñan y cómo lo enseñan, explicó.

Al inaugurar el ciclo de conservatorios y seminarios que inició el SNTE para sus dirigentes nacionales y seccionales, el secretario general del SNTE,

Alfonso Cepeda Salas, indició: “El objetivo es fortalecer la capacidad de análisis y reflexión de la dirigencia sindical, en torno a los retos que impondrá a los mexicanos, en particular a los trabajadores de la educación; un nuevo tiempo en la realidad educativa, sindical, laboral, social y económica”.

Durante dos semanas, Cepeda Salas se reunirá de manera virtual con los dirigentes para continuar con los webinarios sobre economía, sociedad, trabajo y sindicalismo.

“Uno de los retos para los educadores, después de la pandemia de covid-19, es generar la capacidad de ayudar desde las escuelas, institutos de ciencia, tecnología, cultura e historia, así como universidades, a formar un hombre nuevo, apto para transformar la realidad y capaz de construir un mundo con igualdad y bienestar. Hemos tenido una lección de lo que tiene que ser la educación en el futuro. Ya nada será igual”, finalizó.

Fuente. https://www.proceso.com.mx/634038/urge-transformar-el-sistema-educativo-porque-la-humanidad-se-esta-suicidando-enrique-dussel

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La necesidad de revertir la inmunización social como estrategia biopolítica

La inmunidad en su acepción profiláctica es una práctica sociocultural a la que se le ha adherido una valoración representacional predominantemente favorable. Son muy pocos los que detractan de ella o ponen en duda sus beneficios. Casi que se considera un contrasentido hacerle observaciones o críticas. Dentro de las justificaciones para neutralizar cualquiera observación al respecto, destaca la argumentación de que ella es tan natural como el sistema inmunitario inherente al cuerpo humano. Igual ocurre con su acepción sociopolítica, en tanto dispensa o exención de obligaciones o retribuciones a algunas personas, tan solo es objeto de señalamiento cuando se juzga inmerecida. Sin embargo, su connotación asocia la inmunización a la acción o al poder de quien la propicia, administra o concede. Entre estos agentes y agencias instituidos a cargo de ella sobresale el Estado y la gubernamentalidad. El Estado se ha atribuido a través de técnicas de gobierno, la vigilancia y el control de las poblaciones, entre éstas, la del control epidemiológico. No obstante, esta atribución no ha contado con el beneplácito de grupos sociales, como los denominados neoliberales, quienes consideran que esto ocasiona gastos económicos al presupuesto gubernamental que son requeridos como inversiones, créditos, préstamos, etcétera, para beneficio principalmente de los sectores privados; y que por ello presionan para que los servicios de salud pública, inmunización o sanitarios, sean privatizados y así generen más beneficios para el mismo sector o grupo. De aquí que la inmunización, o la salud pública, se haya convertido en un asunto político, o mejor dicho, biopolítico.

La biopolítica como dominio y resistencia.

Para el autor de esta categoría de biopolítica, Michel Foucault, lo importante de ella radica en su aportación para entender la transformación del Estado moderno al incorporar la vida (sus condiciones de producción y de reproducción) al ejercicio de la gubernamentalidad, –de la construcción de técnicas y dispositivos de seguridad del Estado para salvaguardarse–, por cuanto la salud de la población es el reverso de la salud del mercado y también de la salud del Estado. La biopolítica la concibe Foucault (2007) como el complejo de tecnologías disciplinarias o acciones de poder sobre los aspectos anatómicos y biológicos del cuerpo considerado individuamente como una máquina reparable y colectivamente como especie gobernable. De esta forma el Estado moderno estableció las condiciones para el «cuidado de la vida», de su gestión y de su administración, de su gubernamentalidad, por ejemplo, a través de las políticas sanitarias.

Es así como los enunciados políticos del Estado de Bienestar (que «desprivatiza» y hace pública la asistencia social del Estado), o del Estado Neoliberal (reprivatizando el asistencialismo social y público del Estado), devienen en poder de normalización o disciplinamiento biopolítico de los cuerpos al regimentarlos normativamente (por ejemplo, la cuarentena o el confinamiento). En la medida que, al interesarse por la administración de la salud y/o calidad de vida de los cuerpos, debido a su potencial efecto recursivo sobre la economía y la legitimidad del Estado mismo, intervienen activamente en sus condiciones de vida asimilándolas a cierta racionalidad gubernamental por medio de las normas impuestas.

En consecuencia, la biopolítica responde a una nueva racionalidad política interesada instrumentalmente en la gestión de los problemas que se le plantean a la práctica de la gubernamentalidad, referidos a las condiciones de vida de las poblaciones (salud, natalidad, morbilidad, mortalidad, etcétera); asumidos individualmente y como población a regular mediante acciones de poder en cuanto cuerpos dóciles y útiles, fuerza productiva o laboral para el capital, por vía de su examinación médica y estadística.

Hay que advertir que la categoría de biopolítica es asumida por otros autores desde otra significación. Como es el caso de Negri (2003), quien la significó como resistencia de la vida ante el biopoder (el poder sobre la vida); es decir, su capacidad de creación, de invención, de producción, de subjetivación-objetivación, de afectualidad, de autopoiésis, «es lo que llamamos ‘biopolítico’: la resistencia de la vida al poder, dentro de un mismo poder que ha inventado la vida» (p.63). Esta referencia a la biopolítica como resistencia al biopoder nos relaciona con el planteamiento ecosófico de Guattari (1996). Por cuanto su conceptualización biocéntrica, demanda la necesidad de definir, criticar y reconfigurar las existencialidades en un marco ecológico integral histórico de relaciones ambientales, sociales y mentales, y para cuidar, defender y redefinir, por consiguiente, la vida planetaria o local en la actualidad ante las crisis superpuestas que atravesamos (sanitaria, econímica, social, política, educativa, etcétera) que contemple a la naturaleza recuperada como otredad, y civilizatoriamente a las sociedades proyectándolas en otro mundo posible para el habitar contrario a la explotación de la Tierra o Pachamama y de los seres humanos.

Inmunidad y comunidad.

Si se pone en perspectiva histórica el análisis de la relación entre la individuación subjetiva y las sociedades modernas capitalistas, estas se reproducen como comunidad tomando previsiones inmunitarias con respecto a que se puedan intensificar y extender sus formas colectivistas o comunitarias de expresión. Por ello la dialéctica de lo individualista y lo común no se resuelve a favor de lo comunitario ya que la hegemónica inmunización contra lo colectivo o común se regula favoreciendo al individualismo o separación de los unos respecto de otros en sus variadas formas de manifestación. De esta manera, lo individualista se vuelve complementario y no contradictorio de la comunidad.

La relación potencialmente emancipadora de lo comunitario entre los integrantes de las sociedades es contrarrestada por vía de la acción anticomunitaria y los dispositivos de inmunización negativa de la biopolítica del Estado moderno que principalmente busca en la inmunización social, no tan solo médico-sanitaria, su legitimidad soberana (la potestad de «hacer vivir y dejar morir», o de cómo vivir y cómo morir), de allí la estrategia de la «inmunizadora reclusión» de los cuerpos o aislamiento de los demás con pandemia o sin pandemia, por paradójico que parezca, recordemos la existencia foucaulteana de los otros encierros disciplinarios o «normalizadores» inmunitarios para hacer los «cuerpos dóciles y útiles»: el hospital, el cuartel, la escuela, la cárcel, etcétera. Por ello, Espósito (2006) señala la ambivalencia del nexo de la vida con la inmunización o biopolítica negativa y con la inmunización o biopolítica positiva, «la inmunidad no es únicamente la relación que vincula la vida con el poder, sino el poder de conservación de la vida» (p. 74).

La soberanía del poder estatal moderno sobre el «hacer vivir» y el «dejar morir» (Foucault, 2000), revela la falsa retórica discursiva de la radicación de la soberanía en los ciudadanos, el pueblo o la comunidad. Esa legalmente supuesta soberanía es usurpada al pueblo a través del dispositivo del voto en las «democracias representativas». Por medio de la elección de representantes se expropia esa soberanía popular por esos supuestos representantes electos que deciden en su nombre y contra ellos. En la medida que esta expropiación, junto con otras, es sancionada o recubierta con leyes, lo que supone su legitimación por el derecho dominante, el derecho mismo actúa como dispositivo inmunizador de quienes deseen actuar en su contra. De este modo el Estado y la gubernamentalidad capitalista liberal y neoliberal, así como la burocracia o la burguesía estatal en el capitalismo de Estado o «socialismo», previenen inmunizadoramente cualquiera forma de contrapoder emergente por parte del pueblo o de poder instituyente de la multitud. Asimismo, en las sociedades modernas capitalistas el derecho presupone y auspicia solapadamente la separación o el individualismo entre los sujetos para poder actuar como mecanismo inmunitario ante las rivalidades y acciones consideradas delictivas que surgen principalmente por disputas sobre las propiedades o las apropiaciones. El derecho acciona como dispositivo cohesionador e inmunizador ante los sujetos justificando contradictoriamente algún tipo de sentencia separadora prevalecientemente ya que no hay derecho moderno del todo o de todos, afianzador de lo igualitario-comunitario, sino de la parte o del fragmento individualista aunque su discurso se revista fetichistamente de justicia igualitaria para todos.

Para comprender mejor lo inmunitario, es necesario entender la etimología de munus, ya que de este término al agregarle los prefijos cum-im derivan los conceptos de communitas e immunitas que están intrínsecamente vinculados. El munus, en tanto vínculo, define a los integrantes de una comunidad ya que este es interpretado como un principio obligante o legal que contempla la exigencia o retribución de ser miembro de la comunidad. Principio o ley inherente a la comunidad del cual pueden ser dispensados o excluidos algunos miembros, según la lógica de seguridad o «protección» de la biopolítica del poder de Estado (sobre todo cuando aplica su política de exención o de estado de excepción) y la operacionalidad del gobierno y de la aceptación o de las resistencias que presenten los contrapoderes existentes de la colectividad, es decir, a partir de ese principio-ley se podría inmunizar a la comunidad respecto de sus integrantes. Este principio-ley es implícito a la constitución y existencia de toda comunidad moderna, por tanto ninguno de los dos términos precede al otro, la comunidad y el principio-ley están coimplicados. Por consiguiente, communitas e immunitas (Espósito, 2007)) no son conceptos opuestos, son polos de un continuum que no se pueden pensar aisladamente el uno del otro. Se semejan, en este aspecto coimplicativo, la comunidad y lo inmunitario a un cuerpo biológico cuyo sistema inmunitario actúa para sobrevivir.

La inmunidad se transforma así en un dispositivo que atraviesa a toda la comunidad en sus diferentes expresiones como cuerpo biológico, económico, social, político, etcétera. Desde esta perspectiva la comunidad se define internamente en relación o delimitación a lo que le es exterior, buscando inocularse ante ello, por ejemplo, en cuanto cuerpo militar se define inmunitariamente ante un posible enemigo invasor externo. Expandiendo por medio de la subjetivación ideológica el exceso de prevención inmunitaria frente a la amenaza contaminante de los migrantes, los extranjeros, los diferentes, etcétera.

A través de la extensión de este sentido inmunizador se forja una identidad que bloquea el reconocimiento de lo común en quienes son diferentes por no proceder de la misma comunidad y son excluidos o aislados. De este modo se pasa de una inmunización necesaria a un «exceso inmunitario». A la par, hacia su interior lo que cohesiona paradójicamente a la comunidad capitalista es su opuesto, lo propio, ya que lo propio es lo común. De aquí que de entrada, la comunidad moderna es una comunidad inmunizada ante lo colectivo o común que no sea el intercambio mercantil entre sus miembros de lo propio o lo que es de su propiedad, dan algo a cambio (por ejemplo, dinero) de lo que reciben (por ejemplo, mercancías). No obstante, este tipo de inmunidad es como una enfermedad autoinmune por alienante cuyo exceso inmunitario puede implosionar a la comunidad, como cuando se ataca una virosis inoculando al cuerpo riesgosamente con más virus, tratando de proteger la vida negativamente. En consecuencia, para una sociedad que aspire a emanciparse de esa lógica inmunizadora alienante de intercambio de propiedades, deberá revertir esa lógica inmunizadora mercantilista sustituyéndola por otra, una biopolítica emancipadora, que anteponga la prevalencia inmunitaria de los bienes comunes o valores de uso ante los valores de cambio mercantil entre propietarios intercambiantes.

La biopolítica emancipadora.

Ha de ser una biopolítica ecosófica liberadora actuante en función de la defensa de un Paradigma Ecoprotector Inmunitario que proponga rehabitar el mundo, una biopolítica inmunitaria impugnadora y confrontadora del biopoder soberano de un Estado y de una gubernamentalidad neoliberales, así como del biopoder del capitalismo de Estado, que arbitrariamente inmunizan negativamente la vida incrementando la exclusión, el aislamiento, el confinamiento, el encierro, la morbilidad, la mortalidad, etcétera. La soberanía del biopoder estatal, si bien es, por un lado, continuidad del antiguo poder soberano del monarca sobre la vida y la muerte; por otro lado, ha adquirido en la modernidad la forma biopolítica inmunitaria a través de las técnicas de gubernamentalidad o control de las poblaciones. Esa arbitrariedad soberana del Estado y su gubernamentalidad se devela como tal cuando se revela quienes son mayoritariamente inmunizados negativamente por el «exceso inmunitario» que puede conducir a sacrificar vidas: grupos sociales, étnicos, de género, etcétera, que ya habían sido segregados o subordinados en sus derechos dentro de las comunidades estratificadas. Realidad ésta que conlleva a establecer la correspondencia biunívoca, término a término, entre el par inmunidad-comunidad con el de derechos-humanos cuando consideramos que intrínsecamente están correlacionados porque se contienen recíprocamente para verificar su naturaleza ética o bioética, sobremanera si asumimos que la inmunidad debiera garantizar positivamente los derechos, o viceversa, de quienes son objeto de políticas inmunizadoras negativas. En este sentido, sustentamos la vigencia de proponer la necesidad de construir colectivamente un Paradigma Ecoprotector Inmunitario que guie y oriente las reflexiones y las acciones para hacer cohabitable el mundo ante las distintas pandemias sanitarias, económicas, sociales, políticas, etcétera, que vulneran la vida y la ponen en riesgo.

Referencias

Espósito, R. (2006). Bios. Biopolítica y filosofía. Buenos Aires: Editorial Amorrortu.

_________ (2007). Communitas. Origen y destino de la comunidad. Buenos Aires: Amorrortu.

Foucault, M. (2000). Defender la sociedad. Buenos Aires: Editorial FCE.

_________ (2007). Nacimiento de la biopolítica. Buenos Aires: Editorial FCE.

Guattari, F. (1996). Las tres ecologías. Valencia: Editorial Pre-Textos.

Negri, A. (2003). Del retorno. Abecedario biopolítico. Barcelona: Ediciones Debate.

Fuente: https://www.aporrea.org/tecno/a291009.html

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El significado literal de la pandemia

La pandemia como alegoría.
La pandemia es una alegoría. El significado literal de la pandemia del coronavirus es el miedo caótico generalizado y la muerte sin fronteras causados por un enemigo invisible. Sin embargo, lo que la pandemia expresa está mucho más allá. He aquí algunos de los significados que se expresan a través de ella. El ser invisible y todopoderoso puede ser tanto lo infinitamente grande (el dios de las religiones del libro) como lo infinitamente pequeño (el virus). En los últimos tiempos, ha surgido otro ser invisible y todopoderoso, ni grande ni pequeño, sino de forma irregular: los mercados. Al igual que el virus, es insidioso e impredecible en sus mutaciones, y, al igual que dios (Santísima Trinidad, encarnaciones), es uno y múltiple. Se expresa en plural, pero es singular.

A diferencia de dios, los mercados es omnipresente en este mundo y no en el más allá; y, al contrario del virus, es una bendición para los poderosos y una maldición para todos los demás (la abrumadora mayoría de los seres humanos y la totalidad de la vida no humana).

A pesar de ser omnipresentes, todos estos seres invisibles tienen espacios específicos de acogida: el virus, en los cuerpos; dios, en los templos; los mercados, en las bolsas de valores. Fuera de estos espacios, el ser humano es un ser sin-abrigo trascendental.

Sujetos a tantos seres imprevisibles y todopoderosos, el ser humano y toda la vida no humana de la que depende son inminentemente frágiles. Si todos estos seres invisibles permanecen activos, la vida humana pronto será (si no lo es ya) una especie en peligro de extinción. Está sujeta a un orden escatológico y está llegando a su fin. La intensa teología tejida en torno a esta escatología contempla varios niveles de invisibilidad y de imprevisibilidad. El dios, el virus y los mercados son las formulaciones del último reino, el más invisible e imprevisible, el reino de la gloria celestial o de la perdición infernal. Solo ascienden a él quienes se salvan, los más fuertes (los más santos ante Dios, los más jóvenes o saludables ante el virus, los más ricos ante los mercados). Debajo de este reino está el reino de las causas. Es el reino de las mediaciones entre lo humano y lo no humano. En este reino la invisibilidad es menos compacta, pero se produce por luces intensas que proyectan densas sombras sobre ese reino.

Este reino está formado por tres unicornios. Sobre el unicornio, Leonardo da Vinci escribió: “El unicornio, a través de su intemperancia e incapacidad de dominarse, y debido al deleite que las doncellas le proporcionan, olvida su ferocidad y salvajismo. Dejando a un lado la desconfianza, se aproxima a la doncella sentada y se adormece en su regazo. Así, los cazadores logran cazarlo”. Es decir, el unicornio es un ser todopoderoso, feroz y salvaje que, sin embargo, tiene un punto débil, sucumbe a la astucia de quienes saben identificarlo.

Desde el siglo XVII, los tres unicornios son el capitalismo, el colonialismo y el patriarcado. Son los principales modos de dominación. Para dominar eficazmente, ellos mismos deben ser intrépidos, feroces e incapaces de controlarse, como advierte Da Vinci.

Aunque son omnipresentes en la vida de los seres humanos y de las sociedades, son invisibles en su esencia y en la articulación esencial entre ellos. La invisibilidad es consecuencia de un sentido común inculcado en los seres humanos por la educación y el adoctrinamiento permanentes. Este sentido común es evidente y contradictorio al mismo tiempo. Todos los seres humanos son iguales (afirma el capitalismo); pero, como hay diferencias naturales entre ellos, la igualdad entre los inferiores no puede coincidir con la igualdad entre los superiores (afirman el colonialismo y el patriarcado). Este sentido común es antiguo y fue debatido por Aristóteles, pero solo a partir del siglo XVII entró en la vida de la gente común, primero en Europa y luego en todo el mundo.

Contrariamente al pensamiento de Da Vinci, la ferocidad de estos tres unicornios no se basa únicamente en la fuerza bruta. También se basa en la astucia que les permite desaparecer cuando todavía están vivos, o parecer débiles cuando conservan su fuerza. La primera astucia se revela en múltiples artimañas. Así, el capitalismo parecía haber desaparecido en una parte del mundo con la victoria de la Revolución rusa. Al final, simplemente hibernó dentro de la Unión Soviética y continuó controlándola desde afuera (capitalismo financiero, contrainsurgencia).

Hoy, el capitalismo alcanza su mayor vitalidad en el seno de su mayor enemigo de siempre, el comunismo, en un país que pronto será la primera economía del mundo: China.

El colonialismo, a su vez, simuló su desaparición con la independencia de las colonias europeas, pero, de hecho, continuó metamorfoseado de neocolonialismo, imperialismo, dependencia, racismo, colonialismo interno, etc. Finalmente, el patriarcado induce la idea de estar moribundo o débil debido a las significativas victorias de los movimientos feministas en las últimas décadas, pero en realidad la violencia doméstica, la discriminación sexista y el feminicidio aumentan constantemente.

La segunda astucia es que el capitalismo, el colonialismo y el patriarcado aparecen como entidades separadas que no tienen nada que ver entre sí. La verdad es que ninguno de estos unicornios separados tiene el poder de dominar. Solo los tres juntos son todopoderosos. Es decir, mientras haya capitalismo, habrá colonialismo y patriarcado.

El tercer reino es el reino de las consecuencias. Es el reino en el que los tres poderes todopoderosos muestran su verdadero rostro. Esta es la camada que la gran mayoría de la población puede ver, aunque con cierta dificultad.

Este reino tiene hoy dos paisajes principales donde es más visible y cruel: la escandalosa concentración de riqueza / desigualdad social extrema; y la destrucción de la vida en el planeta / inminente catástrofe ecológica. Frente a estos dos paisajes brutales, los tres seres todopoderosos y sus mediaciones muestran hacia dónde nos llevan si continuamos considerándolos todopoderosos.

¿Pero serán ellos todopoderosos? ¿O su omnipotencia es solo un espejo de la inducida incapacidad de los humanos de combatirlos? Esa es la cuestión.

Fuente: https://enpositivo.com/2020/05/el-significado-literal-de-la-pandemia-boaventura-de-sousa-santos/

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Estados Unidos: La historia real de Mala educación- El millonario fraude récord que destapó un grupo de estudiantes secundarios

Redacción: La Nación

El caso que inspiró la película Mala Educación fue el mayor fraude del ámbito educativo de la historia de los Estados Unidos, y fue descubierta por un grupo de estudiantes.

Frank Tassone fue un funcionario estadounidense del ámbito educativo destacado por su dedicación. Desde que comenzó su gestión en 1992, levantó el nivel educativo y agregó programas muy innovadores y de impacto social en escuelas estatales de Roslyn, en Long Island. En todo el estado de Nueva York su trabajo era subrayado por ser rupturista y poner a la educación pública de su localidad entre las mejores de todo el país. Sin embargo, una década más tarde, se descubrió que a lo largo de diez años de trabajo en el Estado, Tassone cometió estafas que superaban los 11 millones de dólares, convirtiéndose en el caso de corrupción del ámbito educativo más grande en la historia del país . Lo más curioso de la historia, sin embargo, no fueron las magnitudes de los fondos desviados, sino la forma en la que se descubrió el caso: a través de un artículo escrito por estudiantes de 15 años en el diario escolar .

La historia de Tassone y su equipo (la causa involucra a otros funcionarios y empleados, como co-partícipes ý cómplices) fue retratada en Mala Educación por el joven cineasta Cory Finley , un joven director de 28 años que acaba de estrenar que se basó en el caso real para hacer su segunda película. La producción de HBO está protagonizada por Hugh Jackman Allison Janney Ray Romano y acaba de ser estrenada en la plataforma de streaming de la productora.

Frank Tassone, un dedicado referente de la educación pública

Tassone nació en el barrio neoyorquino de Bronx, y su carrera académica fue sobresaliente: terminó dos maestrías y un doctorado en el Teachers College de la Universidad de Columbia. Una de las razones por las que se destacó durante su gestión fue por la mejora en la performance que experimentaron los colegios del distrito: subió la tasa de estudiantes que completaron el secundario al 100 por ciento, y el 95 por ciento continuó estudiando en universidades. Las escuelas de la comunidad en la que trabajó fueron consideradas las mejores del país durante su período de actividad.

A fines de la década del 90, el periódico The New York Times dedicaba elogiosos artículos a su trabajo y en 1999 llegó a publicar una columna de opinión del propio Tassone. «Las crecientes exigencias de una profesión que todavía no está tan bien compensada como muchas otras, y una economía fuerte… amplía la brecha de ingresos entre la enseñanza y las carreras profesionales más lucrativas», escribió Tassone sobre el trabajo en el ámbito educativo. En 2004, además, el Wall Street Journal consideró a la escuela secundaria Roslyn High como la sexta mejor de Estados Unidos. Pero además, como superintendente del distrito introdujo programas de servicio comunitario entre los estudiantes secundarios, y propuso la enseñanza de idiomas desde el nivel inicial. Tassone, además, dio fuerte impulso a los clubes de lectura en su distrito, y como miembro activo del grupo, multiplicó por diez la cantidad de participantes del club literario Dickens Fellowship de Nueva York.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/sociedad/la-historia-real-mala-educacion-millonario-fraude-nid2369732

 

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Entrevista a Henri Giroux: «El virus pone de manifiesto la quiebra del proyecto ideológico del neoliberalismo»

Redacción: La Marea

Henry Giroux, referente mundial de la pedagogía crítica, considera que la pandemia de la COVID-19 es más una crisis política que sanitaria o económica. En su opinión, la ineficacia de los Estados ante el virus responde a cuarenta años de políticas mercantilistas y privatizadoras.

Contactamos con Henry Giroux mientras se encuentra confinado en su casa de Hamilton (Ontario) corrigiendo exámenes de sus alumnos de la Universidad de McMaster. El coronavirus llegó a Canadá a finales de enero, casi un mes antes que a España, pero la situación parece más tranquila, con una cifra de contagiados y muertos mucho más baja en términos absolutos y relativos.

Para este intelectual, referente mundial de la pedagogía crítica, la COVID-19 en realidad está poniendo en evidencia la destrucción del neoliberalismo desde la época de Reagan y Thatcher, y por eso, sostiene, cuando todo esto acabe habrá que plantear una auténtica reestructuración, que no reforma, del sistema capitalista.

¿Cómo está llevando esta situación?

Al igual que muchas personas, estoy intentando cumplir las reglas que evitan la propagación del virus y al mismo tiempo tratando de comprender el contexto político más amplio en el que se desencadenó la pandemia.

¿Qué lecciones deberíamos extraer como sociedad de esta crisis?

La primera lección es que un sistema político social construido sobre la codicia, el beneficio, la mercantilización y la privatización de todo no puede abordar una crisis de esta magnitud. Además, durante los últimos cuarenta años, el neoliberalismo global ha minado y debilitado estas instituciones, como la sanidad pública, que son fundamentales para afrontar una crisis de este calibre. Es importante entender que no sólo estamos lidiando con una crisis sanitaria, sino también con una crisis política e ideológica. El virus del neoliberalismo, con su racismo, sus noticias falsas, sus políticas de austeridad y su desigualdad masiva en riqueza y poder, junto con la destrucción del estado de bienestar, es una fuerza letal muy poderosa que ataca la sociedad.

Algunas personas ven esta crisis una cura de humildad de la que debe surgir una sociedad más solidaria y con un mayor espíritu comunitario. Pero otras voces intuyen que quien saldrá reforzado será el autoritarismo, ya que, por ejemplo, por razones sanitarias aceptaremos estar geolocalizados. ¿Cómo lo ve usted?

Ciertamente, una crisis de esta magnitud arroja luz sobre estas fuerzas ocultas que la propia crisis ha intensificado, como la expansión de los poderes policiales, el hecho de culpar del virus a los migrantes, el cierre de fronteras y, como hemos visto en Hungría, las amplias restricciones de las libertades democráticas. Todas estas fuerzas nos transmiten la posibilidad de que, cuando la crisis retroceda, habrá una avalancha de gobiernos autoritarios que asumirán más poder, al convertirse en permanentes muchas de las actuales restricciones.

En otras palabras, el estado de alarma ya no será, en palabras de Giorgio Agamben, un estado de excepción. En algunos casos, se intensificará lo que se ha llamado fascismo neoliberal, una combinación de crueldad basada en el mercado y las formas explosivas de racismo y limpieza racial. Pero, por otro lado, una crisis también puede servir para airear la corrupción y los poderes fácticos opresores, y para abrir la posibilidad de apostar por cambios radicales como una renta básica universal, la creación de un sistema de atención médica gratuita de calidad, una guerra contra los movimientos acientíficos, y una renovada preocupación por la justicia ambiental.

Con suerte, se evidenciará la barbarie y las patologías que hoy en día definen muchas sociedades y se impondrá un nuevo lenguaje y un sentido de responsabilidad y solidaridad colectiva. Me temo que, cuando la pandemia retroceda, la elección que tendremos que tomar en muchos países será entre el totalitarismo, en sus formas suaves y fuertes, o el empoderamiento ciudadano y una llamada radical a la solidaridad global.

Un sistema político social construido sobre la codicia, el beneficio, la mercantilización y la privatización de todo no puede abordar una crisis de esta magnitud

¿Se fortalecerán aún más los pilares básicos del Estado de Bienestar, como los sistemas de salud y educación pública?

Será muy difícil volver a estas políticas de austeridad que debilitaron los pilares del Estado de Bienestar, como la salud pública, aunque creo que otros bienes públicos como la educación, si no hay una transformación radical alejada del capitalismo, seguirán como están o incluso involucionar hacia una mayor represión. Algunas reformas esenciales no suponen un peligro para la derecha, porque no socavan el Estado neoliberal. Otros no serán toleradas.

A ver si lo entiendo, ¿fortalecer la sanidad pública no es una amenaza para el Estado neoliberal pero fortalecer la educación pública sí lo es? Me cuesta mucho imaginar una política presupuestaria expansiva en sanidad y regresiva en educación.

Lo que digo es que el hechizo de la era Reagan-Thatcher se ha roto. Este sistema aísla las personas, desprecia cualquier forma viable de solidaridad, promueve un individualismo rabioso y una forma de competencia similar a una jaula y, al hacerlo, produce grandes niveles de pobreza, destrucción ambiental, inseguridad, sufrimiento y precariedad. El Estado deberá reinventarse al servicio de la atención, la justicia y la compasión, y esto sólo sucederá si las personas pueden imaginar una forma de vida diferente, una forma diferente de organizar la sociedad. Pero recordemos que esta lucha por una sociedad más justa surgirá de una catástrofe y de sus inimaginables consecuencias.

No hay garantías sobre lo que surgirá. Se ampliarán algunas instituciones, como la salud pública, se debatirán algunas políticas, como el salario universal, y se repensará la educación en función de su propósito y de cómo se organizará. Y, desde mi punto de vista, de todas las políticas que serán objeto de debate, la educación será la más volátil, porque no trata únicamente de proporcionar beneficios importantes, de preparar a los jóvenes para el trabajo, sino también de la formación de valores, deseos, voluntades e identidades.

La educación se volverá más virtual y se moverá en gran manera en línea. Este será un territorio inexplorado y corre el riesgo de desautorizar aún más a los claustros, debilitar sus filas y convertir la educación simplemente en un sistema de entrega definido en términos completamente técnicos e instrumentales. El legado de la reforma educativa bajo el neoliberalismo ha sido terrible, nos ha dejado la estandarización, las pruebas y otras formas represivas de pedagogía. Por lo tanto, este legado volverá para vengarse, por lo que habrá que luchar para repensar el significado y el propósito de la educación en términos críticos, cívicos y emancipatorios.

Los niños y adolescentes pasarán meses sin abandonar sus hogares o ver a sus compañeros; pero hay personas que advierten que, si bien esta situación es soportable para los niños de las clases altas y medias, debe ser muy insoportable para aquellos que viven en condiciones más precarias. ¿Cómo tendremos que enfrentar el retorno a la ‘normalidad’ en estos casos? ¿Están teniendo ese mismo debate en Estados Unidos?

Este debate es importante, porque el virus afecta más agresivamente a aquellas poblaciones consideradas prescindibles, que eran invisibles en el pasado. Y esto ya no es cierto, porque su presencia está relacionada con la posible propagación del virus, que puede infectar a cualquier persona, y por tanto no pueden ser ignoradas. Lo que hay que recordar es que la cuestión sobre quién muere y quién vive es un tema político nuclear que nos define como sociedad. Esto es particularmente así para los niños y los ancianos.

Y lo que está claro es que la mayoría de las sociedades capitalistas ni están proporcionando un futuro a sus jóvenes ni están protegiendo a sus mayores, o a sus personas con discapacidad, especialmente aquellas que viven en residencias o que son pobres. El coronavirus no afecta a todas las personas indiscriminadamente. En realidad, los pobres, los viejos y las personas racializadas soportan la carga de los efectos de este virus como ningún otro grupo, especialmente en Estados Unidos. Este es un tema político. Estos niños que pertenecen a las llamadas poblaciones excedentarias deben ser amparados por los poderes públicos; de lo contrario, existe la posibilidad de infecciones masivas y también de protestas masivas contra la crueldad y exclusiones del sistema.

La mayoría de las sociedades capitalistas ni están proporcionando un futuro a sus jóvenes ni están protegiendo a sus mayores, o las personas con discapacidad, especialmente aquellas que viven en residencias o que son pobres

Pero estamos viendo cómo caen enfermas personas ricas y famosas. Por ejemplo, Boris Johnson, que tuvo que pasar por la UCI de un hospital público. Esto debería ayudar a valorar la sanidad pública…

El hecho de que los ricos y famosos contraigan el virus no significa que el virus no afecte a diferentes poblaciones de maneras muy desiguales. En Estados Unidos, el número de negros pobres que contraen y mueren a causa del virus es muy desproporcionado respecto a su peso relativo en la población. Muchas personas no pueden autoaislarse porque son pobres, sin hogar y viven en condiciones miserables y abarrotadas. El virus se está propagando rápidamente entre los internos de las cárceles, que en su mayoría son personas pobres de piel oscura. En la ciudad de Nueva York, los pobres contraen el virus y mueren en tasas desproporcionadas.

Estas poblaciones no cuentan con una atención médica adecuada y sufren incidencias desproporcionadas de presión arterial alta, diabetes, estrés, aislamiento y falta de acceso a una educación de calidad. Es importante tener en cuenta que muchas comunidades negras y latinas viven en áreas desatendidas y contaminadas, y son mucho más vulnerables ante el virus. Este es un tema político y económico vinculado a políticas de racismo, pobreza y desigualdades masivas en riqueza y poder.

El virus puede infectar a cualquier persona, pero algunas están más protegidas que otras y tienen acceso a redes de seguridad social, atención médica de calidad, medicamentos y otras salvaguardas, y esto no es simplemente un problema médico sino un problema político e ideológico.

Como John Gray ha señalado, el virus ha expuesto algunas de las debilidades fatales del capitalismo al tiempo que deja en evidencia la situación de quiebra en la que se encuentra el proyecto intelectual e ideológico del neoliberalismo, pero una cosa es arrancar la ropa del emperador y otra reestructurar el sistema, en vez de simplemente reformarlo. Piense en la respuesta de Trump a la pandemia, que equivale a un rescate empresarial y políticas que sugieren que está más interesado en la economía que en la vida humana.

La sensación de ansiedad y fragilidad que experimenta la gente no ofrece garantías políticas, pero abre nuevas posibilidades para una visión y un mundo alternativos. El Estado deberá ser repensado, deberá renacer en cuanto a sus funciones protectoras y en el centro de este reto está la creación de un sistema educativo que pueda educar a una generación de jóvenes para asumir este desafío. Esta será la gran lucha del siglo XXI.

¿Le preocupan las consecuencias económicas de esta crisis? En España, el primer impacto, en cuanto a personas que han perdido sus empleos, es peor que en 2008.

La gran cantidad de personas que cada vez más pierden sus trabajos o trabajan en condiciones extremadamente peligrosas pone de manifiesto la naturaleza tóxica de la relación capital-trabajo. En primer lugar, en Estados Unidos el consumismo impulsa el 70% de la economía. Termine con él y la economía entrará en colapso. En segundo lugar, este tipo de desempleo crea una crisis ideológica y política que revela cómo en el seno del capitalismo neoliberal coexisten una crisis de legitimación y una crisis de conciencia. Esta situación es explosiva, las personas no morirán de hambre si pueden luchar y combatir un sistema que no ha conseguido satisfacer sus necesidades humanas básicas.

El desempleo crea una crisis ideológica y política que revela cómo en el seno del capitalismo neoliberal coexisten una crisis de legitimación y una crisis de conciencia

Se ha referido varias veces a la renta básica universal. Entiendo que una medida de este estilo la consideraría en la dirección correcta …

Absolutamente, es esencial. Pero es sólo un paso en la reestructuración de sociedades que se preocupan poco por las necesidades humanas y priorizan la acumulación de capital por encima de todo lo demás. La clave para entender esta crisis es que debemos repensar el hecho de que el capitalismo y la democracia no son lo mismo, y que ya es hora de que un nuevo lenguaje, visión y movimiento de masas den sentido a un futuro en el que la justicia, la igualdad y la libertad se unan en la forma de una sociedad socialista democrática, una que vaya más allá de las fronteras para abrazar un nuevo reinado de democracia global.

Fuente: https://www.lamarea.com/2020/05/20/el-virus-pone-de-manifiesto-la-quiebra-del-proyecto-ideologico-del-neoliberalismo/

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‘Acquiescence es igual a soporte’: Noam Chomsky en la Unión virtual

Redacción: Varsity

Dirigiéndose a la Unión por enlace de vídeo, Chomsky discutió sus puntos de vista sobre la política neoliberal en medio de la pandemia de coronavirus

Noam Chomsky, el lingüista, activista político e intelectual destacado, habló con la Unión a través de un enlace de video el miércoles (13/05). 

Hablando con el presidente de la Unión, Adam Davies, y respondiendo preguntas seleccionadas de estudiantes, Chomsky discutió sus puntos de vista sobre la política neoliberal, los mercados laborales contemporáneos y la pandemia de coronavirus. 

La discusión se llevó a cabo virtualmente después del movimiento de la Unión en línea para el Término de Pascua como resultado de las medidas gubernamentales de cierre. 

Chomsky comenzó discutiendo la diferencia entre las respuestas estadounidenses, europeas y británicas a la pandemia de coronavirus. Afirmó que los «nuevos recortes» de Trump en la financiación del Centro de Control de Enfermedades (CDC) y la contribución a la Organización Mundial de la Salud (OMS) , en beneficio de los «ricos y poderosos», han vuelto a Estados Unidos «excepcionalmente vulnerable».

También afirmó que Trump había despedido al científico jefe a cargo de la producción de vacunas, y como resultado de las grandes compañías farmacéuticas que regulan los precios de las vacunas, «los medicamentos, incluso si existen, tendrán un precio fuera del alcance de cualquiera». 

Esto llevó a Trump a «agitarse desesperadamente para encontrar un chivo expiatorio para encubrir sus crímenes contra los estadounidenses». 

Chomsky también describió a Trump como haber rechazado a la OMS, y su administración dejó en claro «que quieren destruir la organización». Describió esta actitud como una que se hizo eco de las consignas de Franco de 1936: «Abajo la inteligencia, arriba la muerte». 

Describió a Europa como «dudhed» en su respuesta a la pandemia, y Gran Bretaña también reaccionó más lentamente que otros países. A diferencia de los Estados Unidos y Gran Bretaña, que según él habían «sucumbido [a] al neoliberal … plato», países como Alemania no lo han hecho y, en consecuencia, han logrado «mantener las cosas bajo control». 

El escritor también argumentó que aunque el mundo se recuperará de la pandemia, no se recuperará de procesos como el calentamiento global y la amenaza de una guerra nuclear si los humanos siguen su curso actual.

Afirmó que debido a su devoción por el uso de combustibles fósiles y la falta de consideración de las amenazas ambientales, «el Partido Republicano es la organización más peligrosa en la historia humana». Sobre esto, ofreció su opinión de que es un «milagro» que el mundo haya continuado tanto tiempo como lo ha hecho, pero que «los milagros no persisten».

Afirmó que, aunque Europa puede no aprobar las políticas de la administración Trump, los países están «demasiado subordinados a [Trump] para hacer algo» y, por lo tanto, están creando un «desastre en ciernes».

Chomsky fue inequívoco en sus críticas a la política climática de los Estados Unidos. Al describir la aparición de Greta Thunberg en la cumbre de Davos en enero, donde la activista climática se enfrentó a un laissez faire Donald Trump , afirmó que la adolescente simplemente recibió un «golpe en la cabeza» por su condena a los participantes por haber «robado» los sueños. de la generación más joven . 

Agregó enérgicamente que Estados Unidos «está dedicado a destruir el clima. REPETIR, dedicado a destruir el clima ”.

Chomsky también discutió el papel de la mano de obra organizada en el momento de la pandemia en empresas como Amazon, donde las malas condiciones de trabajo habían provocado una huelga antes del virus . Ofreció su opinión de que estas «condiciones horribles» están en el mejor interés de los ricos y poderosos, con The Guardian informando que Jeff Bezos puede ahorrar millones de dólares al proteger insuficientemente a los trabajadores durante la pandemia .

Más cerca de casa, pasó a proporcionar una evaluación del futuro del Partido Laborista británico y el «asalto» de las denuncias de antisemitismo planteadas contra el partido. Cuando se le preguntó sobre el patriotismo progresivo, explicó que «si realmente se preocupa por su país, criticará lo que está mal y tratará de mejorar lo que está bien».

Afirmó que el movimiento Progressive International, lanzado el 11/05 por Yanis Varoufakis en Europa y Bernie Sanders en los Estados Unidos, podría ser «el movimiento hacia el internacionalismo genuino, la ayuda mutua, las políticas progresistas, superar la rutina del período neoliberal y seguir adelante. no solo a lo que fue, sino a lo que puede ser mucho mejor «.

Cuando se le preguntó si sus puntos de vista habían cambiado durante su vida, Chomsky declaró que había tenido creencias políticas en gran medida consistentes desde la infancia, aunque se sorprendió por el salvajismo extremo del neoliberalismo perpetuado por el Partido Republicano en los Estados Unidos.

Describió las administraciones de Reagan y Thatcher en la década de 1980 como «destruido los sindicatos», lo que a su vez redujo la capacidad del público en general para promover sus propios intereses a través de una actitud que los gobiernos necesitaban para «sacarlos [los sindicatos] del camino». Esto inició una «plaga que el mundo ha estado sufriendo durante los últimos 40 años», afirmó. 


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Chomsky se refirió brevemente a su investigación lingüística con una discusión sobre la Gramática Universal (UG), un término acuñado por él mismo para la dotación biológica de la facultad de lenguaje única que los humanos tienen que comunicar. Afirmó que creía que el término había sido mal interpretado en los últimos 50-60 años de investigación en un «sentido técnico» que tradicionalmente significa los principios y propiedades que se encuentran en todos los idiomas. Afirmó que no veía ninguna conexión lógica entre su propio trabajo lingüístico y político.

Al concluir, el escritor describió lo que vio como «dos formas de salir de la crisis actual»: la perseguida por «la riqueza privada, por el poder corporativo», que creará un «mundo pospandémico que es un mundo más duro, más brutal, más cruel forma de neoliberalismo «, y la perseguida por instituciones orientadas hacia el público y sin fines de lucro que» luchan por los derechos de las personas «. 

«En sociedades libres, aquiescencia es igual a apoyo»; si las personas no desafían a sus gobiernos, la pandemia se repetirá en un grado peor y el cambio nunca sucederá «, afirmó.» Hay soluciones obvias «a los problemas actuales en general,» pero no van a suceder a menos que el público energizado y organizado se compromete, de lo contrario, aquellos que persiguen implacablemente los intereses del poder y las ganancias crearán el mundo que desean ”. 

La entrevista completa está disponible en el canal de YouTube de Cambridge Union . 

Fuente: https://www.varsity.co.uk/news/19224

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Pequeñas luces en el camino

Por: Elisabeth de Puig

La actual pandemia nos emplaza de manera impostergable a la construcción de una sociedad de deberes y derechos. Para esos fines, la única forma de salvar una sociedad aquejada por males que hoy estallan en nuestra cara es la mejoría sustancial del índice de desarrollo humano, que ha sido dejada de lado por nuestros sucesivos gobiernos. 

Es innegable que la deuda social acumulada a lo largo de décadas pesa de manera abrumadora sobre nuestros hombros, a pesar de todos los sistemas de compensaciones, con el clientelismo imperante de por medio.

Pagamos y pagaremos caro el precio de vivir en una sociedad que funciona a dos o tres velocidades distintas y donde las desigualdades molestan solo cuando se hacen patentes y afectan el bienestar -o la tranquilidad- de los sectores más acomodados.

Nuestros gobiernos, principalmente los del PLD que traían consigo esperanzas de cambios sociales, han fallado lamentablemente en su deber de crear sistemas de atención primaria y de salud eficaces.

Tampoco usaron el 4% para lograr una educación de calidad que permita forjar ciudadanos responsables y críticos, capaces de rechazar el clientelismo, los barrilitos, la compra de votos, prácticas que mantienen sumisa una gran parte de nuestra población.

La educación integral y de calidad hace parte de los derechos humanos y de los derechos de la niñez que incluyen, entre otros, el derecho a la educación, a la recreación, al agua, a la alimentación, así como el derecho a la participación que es la base de esta educación ciudadana de calidad que hace tanta falta hoy en día.

En la Fundación Abriendo Camino, el programa de participación es un eje innovador que permite crear futuros liderazgos y elevar la conciencia de cientos de niños, niñas, adolescentes y de sus familias que se benefician de sus programas educativos y de protección.

El derecho a la participación se ejerce en la Fundación a través de un parlamento que sesiona desde hace varios años de manera regular y lanza propuestas dirigidas tanto a la institución como al sector de Villas Agrícolas.

Gracias al trabajo que se viene realizando, y que ha recibido el apoyo de Save the Children y de la Unión Europea, este importante eje pretende reforzar la idea que el verdadero liderazgo se ejerce a través del servicio y, específicamente, del servicio a la comunidad.

En los tiempos que atravesamos, los niños y niñas que viven en situaciones precarias en un sector vulnerable donde la mayoría de los moradores no respetan la cuarentena y se burlan del toque de queda, habían preparado propuestas para la próxima sesión del Parlamento que quisiera compartir por ser pequeñas luces en el camino.

Dannary, 8 años. “Mi propuesta es de hacer una jornada de prevención de enfermedades virales como coronavirus, dengue y chikunguña. Mis amigos están muy preocupados por el Covid-19 y queremos saber cómo protegernos nosotros mismos. Queremos ayudar a los niños a no entrarse los dedos en la boca, a lavarse bien las manos y tratar de no tocar nada innecesario…”

Ariel, 8 años. “Mi propuesta tiene que ver con el coronavirus. Tenemos que ayudar a las personas de la tercera edad para que no tengan que salir a la calle. Hagamos una red de voluntarios para ayudarles a hacer compras, a buscar medicamentos y llamarlos por teléfono para que no se sientan solos. O sea, ayudarlos con todo lo que tengan que hacer fuera de la casa para que no tengan que exponerse al virus. Necesitamos ser solidarios con las personas que están en más riesgo con este virus”.

Fedianny Michelle, 12 años. “Mi propuesta responde a la inseguridad que afecta a muchos niños del sector. Propongo que creemos una “Ruta Segura” con adultos de la comunidad que vigilen a los niños cuando pasan entre la escuela, las casas y la Fundación, además de otros lugares concurridos, para que no suframos más acoso por parte de algunos adultos en la calle. Podríamos involucrar a la Red de Adultos Seguros para la creación de la ruta”.

“Tanto adultos, jóvenes, como personas de la tercera edad están en las calles de Villas Agrícolas acosando a niños con sus palabras y gestos. A mí me pasó cruzando la acera del Liceo, a una amiga cruzando la acera de Polyplas, y suele pasar por la acera de la escuela Club Doce Juegos. En mi grupo todos mis compañeros nos desahogamos contando nuestras historias sobre el acoso infantil por parte de los adultos en la calle y en las aceras”.

Orlenny Féliz, 10 años. “Mi propuesta trata del programa República Digital, que no ha llegado a todas las escuelas de esta comunidad. No está en la escuela Club XII Juegos y generalmente (salvo en la Fundación Abriendo Camino), no tenemos la oportunidad de usar ninguna computadora. Tenemos una clase de Informática, pero no hay computadoras y muchos de nosotros tampoco tenemos acceso a una computadora en nuestra casa. Esto nos dificulta hacer las tareas. Además, no estamos aprendiendo una habilidad muy importante en el mundo de hoy”.

“Mi grupo le hace una llamada a República Digital y al Ministerio de Educación para que se expanda el acceso a este programa a todas las escuelas de este país. Mi propuesta es importante porque es un asunto de igualdad de acceso y muchos niños de Villas Agrícolas se están quedando atrás en el uso de la tecnología digital, lo cual va a impedirnos la búsqueda de empleo más tarde”.

Nicole, 9 años. “Estoy preocupada porque en Villas Agrícolas hay varios hoyos en la calle que vienen de construcciones y los motoristas no pueden pasar, matan a animales y ha habido heridos. Uno de estos hoyos está frente a la casa de mi tía, y su colmado ya no vende porque el tránsito por esa calle es difícil y la cerca del hoyo no deja que la gente vea el colmado. El hoyo ya tiene dos años y a veces dura un tiempo sin que nadie trabaje. Es un peligro para los niños de la comunidad. Es importante porque toda la gente que vive por ahí está afectada”.

Wendy, 11 años. “En vista de la problemática explicada por Nicole, propongo crear un Comité de Supervisión de Obras en Villas Agrícolas. Cuando habrá construcciones en el barrio, el comité preguntará por qué están construyendo o haciendo hoyos, cuánto tiempo va a durar y cuál ministerio es responsable. Luego, el comité podrá vigilar que la construcción no tome más que el tiempo necesario. Así, familias y negocios cerca de las construcciones no serán afectados más que lo necesario”.

Educar nuestra niñez para que se sientan comprometidos con su entorno, su barrio, y puedan identificar los males que los afectan es un primer paso hacia un cambio sostenible.

Dar la posibilidad a nuestros niños, niñas y adolescentes de reflexionar, enunciar claramente las problemáticas y llevar sus inquietudes a instancias políticas de decisión es el significado del Derecho a la Participación.

Las respuestas de los niños, niñas y adolescentes de Villas Agrícolas, producto de una labor tesonera y mancomunada, son pequeñas luces en el camino de la creación de ciudadanía. 

Fuente: https://acento.com.do/2020/opinion/8813545-pequenas-luces-en-el-camino/

Imagen:  Yuri_B en Pixabay

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