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Prioridades en educación (parte 2)

Por: Veronica Spross de Rivera.

 

La semana anterior comentamos la importancia de que tanto la UNE como el partido VAMOS propongan y ejecuten un plan de educación que transforme la formación de los niños y jóvenes. Enfatizamos que no podemos continuar con el mismo sistema si deseamos resultados distintos. Desde Empresarios por la Educación se ha venido compartiendo un conjunto de prioridades, que esperamos trasciendan a un acuerdo mínimo en la agenda educativa.

Las prioridades en educación que no deben faltar en el plan de gobierno 2020-2024 se han agrupado en cinco ejes: 1) Inversión en el desarrollo de la primera infancia; 2) Fortalecimiento de la profesión docente; 3) Mejoramiento de los aprendizajes y desarrollo de competencias; 4) Formación relevante para jóvenes; y 5) Fortalecimiento de la gestión del Ministerio de Educación.

En cuanto a la formación relevante para jóvenes, es urgente continuar con la reforma de la secundaria. Entre las acciones sugeridas se encuentran: a) Ampliar la cobertura de básicos y diversificado con esquemas novedosos, incluyendo modalidades flexibles, becas para jóvenes del área rural en centros educativos; b) Fortalecer las competencias de matemática y lenguaje en los jóvenes, para lo cual la tecnología es una herramienta de gran valor; c) Lograr que, en el largo plazo, las pruebas de graduandos sean vinculantes con la promoción de los mismos.

Es también necesario que los jóvenes adquieran aprendizajes relevantes para el emprendimiento y el empleo, promoviendo el desarrollo de competencias tecnológicas, interpersonales y socioemocionales, todas ellas alineadas a la innovación y a las necesidades de contratación de talento en el mercado laboral. Asimismo, debe impulsarse una formación para los jóvenes vinculada al potencial competitivo de las regiones respectivas.

En el eje 5 se incluyen las acciones tendientes a fortalecer la gestión del Ministerio de Educación. Se ha incluido la política de infraestructura escolar, que promueve el involucramiento del gobierno municipal y otros actores para el mantenimiento y mejoramiento de la infraestructura de los centros educativos. También se plantea ampliar el programa de remozamiento de los centros educativos, con participación de los padres de familia, para lograr mayor impacto y sostenibilidad.

Otra prioridad para la próxima administración es garantizar en tiempo de los programas de apoyo, logrando que todos los centros educativos cuenten con organización de padres y fortaleciéndoles en su acción. Además, asegurar que los fondos de los programas de apoyo lleguen en tiempo a los centros educativos.

Se propone establecer un sistema moderno de gestión de recursos humanos, que tome en cuenta las mejores prácticas e implemente políticas para la selección de docentes con base en la meritocracia, otorgando en el proceso de oposición mayores valores a la calidad de profesor y asegurando que los incentivos sean acordes a los resultados de aprendizaje de los estudiantes. Finalmente, se recomienda un esquema de financiamiento sustentable alineado a un plan de largo plazo y el fortalecimiento de las direcciones departamentales, pues tienen una gran responsabilidad en el nivel regional y local.

Fuente del artículo: https://elperiodico.com.gt/opinion/2019/07/18/guatemala-y-sus-circunstancias/

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La sostenibilidad no es suficiente, necesitamos culturas regenerativas

Por: Daniel Christian Wahl

La sostenibilidad por sí sola no es un objetivo adecuado. La palabra sostenibilidad en sí misma es inadecuada, porque no nos dice que es lo que realmente estamos intentando sostener. En 2005, después de pasar dos años trabajando en mi tesis doctoral sobre diseño para la sostenibilidad, empecé a darme cuenta de que lo que realmente estamos intentando sostener es el patrón subyacente de salud, resiliencia y adaptabilidad que mantienen a este planeta en una condición en la que la vida en su totalidad pueda florecer. El diseño para la sostenibilidad es, en última instancia, el diseño para la salud humana y planetaria (Wahl, 2006b)

Una cultura humana regenerativa es saludable, resistente, y adaptable; se preocupa por el planeta y le importa la vida, consciente de que esta es la manera más efectiva de crear un futuro próspero para toda la humanidad. El concepto de resiliencia está estrechamente relacionado con la salud, en el sentido en el que describe la habilidad de recuperar funciones básicas vitales y reponerse de cualquier clase de desajuste o crisis. Cuando buscamos la sostenibilidad desde una perspectiva sistémica, estamos intentando sostener el patrón que conecta y fortalece al sistema en su conjunto. La sostenibilidad se refiere principalmente a la salud sistémica y a la resiliencia en diferentes dimensiones, desde la local, a la regional y global.

Los sistemas complejos pueden enseñarnos que, como participantes de un sistema eco-psicosocial complejo que está sujeto a ciertos límites biofísicos, nuestro objetivo debe ser la participación apropiada, no la predicción y el control (Goodwin, 1999a). La mejor manera de aprender a como participar de manera apropiada es poner más atención en las relaciones e interacciones sistémicas, aspirar a mantener la resiliencia y la salud del sistema en su totalidad, fomentar la diversidad y las redundancias en múltiples dimensiones, y facilitar la emergencia positiva, atendiendo a la calidad de las conexiones y a los flujos de información en el sistema. Este libro explora como se puede hacer esto. [Este es un extracto de un subcapítulo de Diseñando Culturas Regenerativas, Designing Regenerative Cultures publicado en 2016]

Usar el principio de precaución

Una propuesta para guiar una acción inteligente ante una complejidad dinámica y “no saber”, es aplicar el Principio de Precaución como marco que pretende evitar, en la medida de lo posible, acciones que tendrán un efecto negativo en la salud humana y medioambiental en el futuro. Desde la Carta Mundial para la Naturaleza de 1982 de las Naciones Unidas, al Protocolo de Montreal sobre Salud de 1987, la Declaración de Rio de 1992, el Protocolo de Kyoto y Rio+20 de 2012, nos hemos comprometido a aplicar el Principio de Precaución una y otra vez.

La Declaración de Compromiso de Wingspread sobre el Principio de Precaución afirma: “Cuando una actividad amenaza dañar la salud humana o al medioambiente, se deben tomar medidas de precaución incluso si algunas de las relaciones causa-efecto no estén totalmente establecidas científicamente” (Declaración Wingspread, 1998). El principio pone la carga de prueba de que cierta acción no es dañina en aquellos que proponen y ejecutan la acción, sin embargo la práctica general continúa permitiendo que sigan sin control todas las acciones que (¡todavía!) no se ha probado que tengan efectos dañinos potenciales. En pocas palabras, el Principio de Precaución se puede resumir de esta manera: se precavido ante la incertidumbre. Esto es lo que no estamos haciendo.

Aunque grupos de alto nivel de la ONU y muchos gobiernos nacionales han considerado reiteradamente que el Principio de Precaución es una manera sensata de orientar las acciones, el día a día muestra que es muy difícil de implementar, ya que siempre existirá cierto grado de incertidumbre. El Principio de Precaución podría detener potencialmente la innovación sostenible y bloquear nuevas tecnologías que puedan ser beneficiosas en base a que no se puede probar con certeza que estas tecnologías no producirán efectos secundarios inesperados en el futuro, que puedan ser perjudiciales para la salud humana y medioambiental.

¿Por qué no animar a diseñadores, técnicos, políticos y profesionales de la planificación a que evalúen sus propuestas en base a su potencial regenerativo, restaurativo y de soporte vital?

¿Por qué no limitar la escala de implementación de cualquier innovación a nivel local y regional hasta que su impacto positivo se demuestre inequívocamente?

Pretender diseñar para una salud sistémica puede que no nos salve de efectos secundarios inesperados y de la incertidumbre, pero ofrece un camino de prueba y error hacia una cultura regenerativa. Necesitamos urgentemente un Juramento Hipocrático para el diseño, la tecnología y la planificación: ¡No hagas ningún daño! Para hacer este imperativo ético operativo necesitamos una intención salutogénica (generadora de salud) detrás de todo diseño, tecnología y planificación: Necesitamos diseñar para la salud humana, de los ecosistemas y del planeta. De esta manera podremos transitar más rápidamente del insostenible “más de lo mismo” hacia innovaciones restauradoras y regenerativas que apoyen la transición hacia una cultura regenerativa. Hagámonos la siguiente pregunta:

¿Cómo creamos diseño, tecnología, planificación y decisiones políticas que permitan la salud humana, comunitaria y medioambiental?

Necesitamos responder al hecho de que la actividad humana durante los últimos siglos y milenios ha dañado el funcionamiento sano de los ecosistemas. La disponibilidad de recursos está disminuyendo por todo el mundo, mientras que la demanda aumenta a la vez que la población humana continua expandiéndose y continuamos erosionando el funcionamiento de ecosistemas debido a diseños irresponsables y estilos de vida de consumo desenfrenado.

Si afrontamos el reto de disminuir la demanda y el consumo a nivel mundial mientras reponemos recursos a través del diseño y la tecnología regenerativas, tendremos una oportunidad de salir del ojo del huracán y crear una civilización humana regenerativa. Este cambio implicará una transformación de los recursos naturales base de nuestra civilización, alejándonos de los combustibles fósiles y dirigiéndonos hacia recursos biológicos regenerados de manera renovable, junto a un aumento radical de reciclado y productividad de recursos. Bill Reed ha planeado algunos de los cambios que serán necesarios para crear una cultura verdaderamente regenerativa.

“En lugar de dañar menos al medioambiente, es necesario aprender cómo podemos participar de ese medioambiente –usar la salud de los sistemas ecológicos como base para el diseño. […] El salto significativo que tiene que dar nuestra cultura es cambiar de una visión del mundo fragmentada a un modelo mental de sistemas en su totalidad –encuadrar y entender las interrelaciones de los sistemas vivos de una manera integrada. Un enfoque local es una manera de alcanzar este entendimiento. […] Nuestro papel, como diseñadores y depositarios es cambiar nuestra relación actual a una que cree un sistema completo de relaciones mutuamente beneficiosas.” –Bill Reed (2007:674)

Reed nombró al “pensamiento de sistemas completos” y al “pensamiento de sistemas vivos” como la base de un cambio hacía el modelo mental que necesitamos para crear una cultura regenerativa. En los capítulos 3, 4 y 5, exploraremos más detalladamente estos cambios de perspectiva necesarios. Van de la mano con una reformulación radical de lo que entendemos por sostenibilidad. Cómo explica Bill Reed: “La sostenibilidad es una progresión hacia la consciencia funcional de que todas las cosas están conectadas; que los sistemas comerciales, de construcción, sociales, geológicos y naturales son realmente un solo sistema integrado de relaciones; que esos sistemas son co-participantes en la evolución de la vida” (2007). Una vez realicemos este cambio de perspectiva entenderemos la vida como “un proceso completo de continua evolución hacia unas relaciones más ricas, más diversas y mutualmente beneficiosas”. Crear sistemas regenerativos no es simplemente un cambio técnico, económico ecológico o social: tiene que ir de la mano con un cambio subyacente en la manera de pensar sobre nosotros mismos, nuestras relaciones con los otros y con la vida en su conjunto.

La figura 1 muestra los diferentes cambios de perspectiva mientras transitamos desde el “más de lo mismo” hacía la creación de cultura regenerativa. El objetivo de crear culturas regenerativas trasciende e incluye a la sostenibilidad. El diseño restaurador pretende restaurar la autorregulación sana de los ecosistemas locales, y el diseño reconciliador va más allá haciendo explicita la intervención anticipatoria de la humanidad en los procesos de la vida y en la unión de la naturaleza y la cultura. El diseño regenerativo crea culturas regenerativas capaces de aprender y transformarse continuamente en respuesta, y anticipándose, a cambios inevitables. Las culturas regenerativas salvaguardan y cultivan la abundancia biocultural para las generaciones humanas futuras y para la vida en su totalidad.

Figura 1: Adaptado de Reed (2006) con el permiso del autor.

La “historia de separación” está alcanzando los límites de su utilidad y los efectos negativos de su visión del mundo y el comportamiento resultante asociado, están comenzando a afectar la vida en su totalidad. Al habernos convertido en una amenaza para la salud planetaria estamos aprendiendo a redescubrir nuestra relación íntima con toda forma de vida. La visión del Bill Reed de los sistemas regenerativos para una salud sistémica está en la misma línea que el trabajo pionero de gente como Patrick Geddes, Aldo Leopold, Lewis Mumford, Buckminster Fuller, Ian McHarg, E.F. Schumacher, John Todd, John Tillman Lyle, David Orr, Bill Mollison, David Holmgren, y muchos otros que han explorado el diseño en el contexto de la salud para el sistema en su conjunto.

Está surgiendo una nueva narrativa cultural, capaz de concebir y conformar una verdadera cultura regenerativa humana. Todavía no sabemos todos los detalles sobre como exactamente se manifestará esta cultura, y tampoco conocemos como podremos pasar de la actual situación del “mundo en crisis” a ese futuro próspero de una cultura regenerativa. Sin embargo, aspectos de este futuro ya están con nosotros.

Utilizando el lenguaje de “vieja historia” y “nueva historia” corremos el peligro de pensar en esta transformación cultural como la sustitución de la vieja historia por una historia nueva. Esa separación entre contrarios es en sí misma parte de la “narrativa de separación” de la “vieja historia”. La “nueva historia” no es una negación completa de la visión del mundo dominante actual. Incluye esta perspectiva pero deja de considerarla la única perspectiva, abriéndose a la validez y necesidad de múltiples maneras de conocimiento.

Aceptar la incertidumbre y la ambigüedad nos hace valorar múltiples perspectivas sobre nuestra participación adecuada en la complejidad. Estas son perspectivas que dan valor y validez no solo a la “vieja historia” de la separación, pero también a la “historia antigua” de unidad con la Tierra y el cosmos. Estas son perspectivas que pueden ayudarnos a encontrar un camino regenerativo para ser seres humanos en profunda relación, reciprocidad y comunión con la vida en su conjunto, adquiriendo la conciencia de ser co-creadores de la “nueva historia” de la humanidad.

Nuestra impaciencia y urgencia en obtener respuestas, soluciones y conclusiones demasiado rápido es comprensible viendo el creciente sufrimiento individual, colectivo, social, cultural y ecológico, pero esta tendencia de favorecer respuestas en lugar de profundizar en las preguntas es en sí mismas parte de la vieja historia de separación.

El arte de la innovación cultural transformativa se trata, en gran medida, de hacer las paces con “no saber” y profundizar más en las cuestiones, asegurándonos que estamos haciendo las preguntas correctas, poniendo atención en nuestras relaciones y como todos podemos sacar adelante un mundo no solo por lo que hacemos sino por la calidad de nuestro ser. Una cultura regenerativa surgirá de encontrar y vivir nuevas maneras de relacionarse con uno mismo, con la comunidad y con la vida en su conjunto. La base para la creación de culturas regenerativas es una invitación a vivir las cuestiones juntos.

[Este es un extracto de un subcapítulo de Diseñando culturas regenerativasDesigning Regenerative Cultures publicado en 2016]

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=252542

 

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Presentan en Italia estrategia para educación ambiental

Europa/Italia/17 Enero 2019/Fuente: Prensa Latina

El Instituto Superior para la Protección y la Investigación Ambiental (Ispra) presenta hoy las estrategias y acciones para la educación ambiental del Sistema Nacional para la Protección del Ambiente (SNPA).
Junto a otras agencias dedicadas a similares objetivos y la asistencia de representantes de las principales redes educativas nacionales, el Ispra promoverá un diálogo y reflexión, a través de conferencias y una mesa redonda dedicada al tema central el encuentro.

El propósito es mover el conocimiento, propiciar información y lograr que las administraciones y territorios estén bien preparados para dirigir acciones a favor de la sostenibilidad.

El evento de dos días en la sede del Ispra, en esta capital es un paso preparatorio, una ‘contribución estratégica y programática’ para la conferencia nacional del SNPA que se desarrollará en febrero próximo, informó hoy www.snpambiente.it.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=244860&SEO=presentan-en-italia-estrategia-para-educacion-ambiental
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Venezuela: La sed de los niños wayuu

Redacción: Carolina Mila/Semana Sostenibilidad

La Corte Constitucional acaba de fallar respecto a la crisis en La Guajira. La sentencia es esperanzadora para miles de niños, principales afectados por la escasez de agua y alimentos. Seis investigadores de Dejusticia visitaron la región para hacer un diagnóstico de la situación.

No es fácil ser niño en La Guajira. Muchos tienen que caminar casi tres horas desde sus rancherías hasta la escuela con apenas un vaso de chicha en el estómago y sin nada de tomar para el camino. Después de comer solo la merienda que hace parte del Programa de Alimentación Escolar (PAE), vuelven a casa bajo el sol inclemente del desierto a mediodía, sin cruzarse con ningún reservorio de agua en el trayecto. La cifra más alta de mortalidad infantil por desnutrición en el país es la de este departamento: mientras el índice nacional es de dos niños por cada 100.000, el de La Guajira es de 20.

La escasez de alimentos y de agua no es un tema nuevo en la región. No solo se registra en documentos coloniales desde el siglo XVIII, sino que está presente en la mitología wayuu en la figura de Jamu, un ser atravesado por flechas que persigue a los indígenas con sus dardos de hambre. En este departamento el hambre está relacionada con la dejación estatal, la falta de articulación entre el gobierno nacional y el local, la corrupción, la geografía desértica y la falta de agua.

Según el antropólogo wayuu Weildler Guerra –exgerente del Banco de la República en Riohacha y gobernador encargado en 2017–, el hambre en La Guajira es sobre todo un fenómeno estacional ligado a las temporadas secas. Aunque se espera que llueva de septiembre a diciembre, ha habido sequías que se extienden hasta por dos años. Los wayuu siembran ahuyama, sandía y frijol, pero sin agua no hay cultivos, no hay frutos ni chivos, principal fuente de proteína para esta población.

En 2015, la crisis alimentaria se intensificó por una fuerte sequía, a la que se sumó el desabastecimiento de alimentos que llegaban de Venezuela a través de la frontera, por la situación del vecino país. A finales de ese año, la Corte Interamericana de Derechos Humanos dictó medidas cautelares a favor de los niños de Uribia, Manaure, Riohacha y Maicao, ordenando al gobierno colombiano hacer frente al tema de la seguridad alimentaria. Un año después las cosas no habían mejorado, lo que hizo que múltiples entidades del Estado fueran objeto de una tutela interpuesta por Elson Rafael Rodríguez, debido a la muerte por desnutrición y sed de 266 menores entre 2015 y 2016.

Foto: Luis Ángel

LAS ESCUELAS DEL DESIERTO

En la Alta Guajira está la cabecera municipal de Uribia y numerosas rancherías en las que se agrupan decenas de familias. Estas comunidades no cuentan con agua potable, ni siquiera los poblados más grandes como Nazareth, Puerto Estrella y Tawaira.

Durante siglos, los recursos más usados por los wayuu para lidiar con la escasez del agua han sido los jagüeyes (laa, en wayunakii), repositorios con forma de laguna natural en los que se acumula agua lluvia, y los pozos, cavados a profundidad para extraer el recurso hídrico bajo tierra.Desde niños los wayuu se acostumbran a caminar hasta tres horas hacia el jagüey o el pozo.

Según Verdad Abierta, cerca de 30.000, entre los 66.000 menores de 5 años de La Guajira, se encuentran en estado de desnutrición y el 90% de ellos son indígenas. Para 2017, el gobierno había tomado medidas de emergencia, y la cifra de muertes con diagnóstico de desnutrición y enfermedades asociadas cayó en un 44% frente al 2016, según datos del Instituto Nacional de Salud.

Foto: Luis Ángel

Los más de 200 niños que estudian internos en la Escuela Internado del corregimiento de Nazareth son los que mejor protegidos se encuentran ante estas circunstancias. Reciben tres comidas diarias y tienen acceso ilimitado a agua limpia, gracias a que la escuela tiene un pozo. La otra cara son los 840 niños externos que también asisten a esta escuela: tienen que caminar largas horas desde su casa y solo cuentan con el complemento del desayuno que incluye el PAE. Luego están los que simplemente no pueden ir al colegio porque viven muy lejos. “Esos son los que más preocupan”, afirma Fabio Estupiñán, párroco de la Alta Guajira y director de la Escuela Internado.

Las instituciones educativas rurales de la zona son pequeñas y precarias. La escuela pública de Buenos Aires, en Puerto Estrella, no cuenta con un pozo propio, los salones son rudimentarios y hay dos baños llenos de polvo sin una gota de agua. A esta institución asisten 125 niños. “Aquí ya nos acostumbramos a andar con sed”, dice la maestra Heidy Palmar. Cada mes, la Alcaldía lleva un carrotanque con agua de un jagüey cercano. Para que alcance, los niños solo pueden tomar un balde por curso: diez litros por cada 25 estudiantes, máximo dos vasos de agua diarios por niño. Por suerte, hay dos jagüeyes cercanos al colegio, llenos tras las lluvias de noviembre y diciembre. Sin embargo, la potabilidad de esa agua es dudosa, en especial por lo animales que entran allí. Cerca del 97,7% de las comunidades rurales toman agua de fuentes contaminadas.

 

SOLUCIONES A MEDIAS

En su primer gobierno, Santos se comprometió a construir nueve pozos para los nueve corregimientos de la extrema Alta Guajira, pero hasta el momento no se han hecho realidad. El 23 de octubre de 2015 el gobierno inauguró en Siapana, Uribia, un pozo que iba a producir 3,4 millones de litros de agua potable y a beneficiar a 4.000 habitantes de la región, en su mayoría wayuu.

Apenas cuatro meses después de la inauguración del pozo, que costó alrededor de 1.750 millones de pesos, ya no se sacaba agua. Así lo denunciaron entonces los habitantes en una nota de RCN: “Pozo de Siapana fue utilizado solo el día que se inauguró”. Y así lo siguen diciendo hoy en día: “Santos inauguró un pozo seco, nos engañaron a todos”, dice Victoria González, autoridad wayuu en Uribia.

Foto: Luis Ángel

En sentido estricto, la responsabilidad de mantener el pozo corresponde a la Alcaldía. Aunque el gobierno debería asegurar que la articulación con los entes territoriales funcione, la Ley 142 de servicios públicos establece que la tarea de proveer agua potable a la comunidad es del gobierno local, no del nacional. “Una vez entregado, el Estado no puede entrar a operar”, explicó un funcionario de la UNGRD, involucrado en la gestión del proyecto y quien pidió no revelar su nombre. Según él, también hubo saboteos a la obra. “A veces picaban la tubería y una vez se robaron un controlador de la bomba. Lo repusimos hace poco. Pero de nuevo la planta dejó de funcionar y ya no se sabe muy bien por qué”.

Por su cercanía al mar, las plantas desalinizadoras serían otra opción para la falta de agua en esta región. Existen varias de ellas en Nazareth, Castilletes, Flor de la Guajira y Puerto Estrella, pero tal como sucedió con el pozo su funcionamiento no ha sido constante.

LA SENTENCIA

La Corte Constitucional acaba de emitir su sentencia, en la que declara un estado de cosas inconstitucional en el departamento. Esto significa un reconocimiento de la vulneración masiva y generalizada de los derechos constitucionales a la salud, el agua potable, la alimentación y la participación étnica, que afecta a un número significativo de personas en La Guajira, “en especial niñas y niños wayuu”, por una prolongada “omisión de las autoridades en el cumplimiento de sus obligaciones”. Por primera vez se declara un estado inconstitucional de cosas con  relación a los derechos de los niños en Colombia, y específicamente a los derechos de los niños indígenas, los que más desnutrición sufren en el país.

Esta sentencia fija unos objetivos mínimos que las entidades locales y nacionales deben buscar articuladamente para salir de la crisis actual, entre los que se incluye el aumento de la accesibilidad y calidad del agua, y una mejora en la condición y cobertura de los programas de atención alimentaria. Sin embargo, la Corte tiene claro que “sin agua potable disponible, accesible y de calidad, ningún esfuerzo de alimentación o de atención en salud podrá solucionar la muerte de niños y niñas en La Guajira”.

En palabras de Diana Guarnizo, investigadora de Dejusticia –organización que intervino a favor de la tutela interpuesta en 2016– “la sentencia de la Corte Constitucional es un hito para La Guajira no solo porque prioriza la creación coordinada de políticas estructurales que alivien la falta de acceso al agua, sino porque establece objetivos e indicadores claros para avanzar”.

Fuente: https://sostenibilidad.semana.com/impacto/articulo/la-sed-de-los-ninos-wayuu/41125

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España: Docentes de 64 centros educativos de la provincia se forman en educación ambiental.

Europa/ España / 20.01.2018 / Fuente: www.20minutos.es.

Personal docente de 64 centros educativos de la provincia de Almería están participando en jornadas formativas enmarcadas en el programa de educación ambiental Aldea, que se desarrollan en los tres centros de profesorado (CEP) de Almería, El Ejido y Cuevas-Olula y en las que se analizan modelos de enseñanza, estrategias de aprendizaje y prácticas educativas de éxito usados en Educación Ambiental.

La delegada territorial de Educación de la Junta de Andalucía, Francisca Fernández, ha señalado durante su intervención en la apertura de la jornada que se celebra en El Ejido que, tras 27 años de la puesta en marcha del programa de Educación Aldea en la comunidad educativa andaluza «es necesario actualizar la oferta educativa ambiental con una perspectiva más integral y con enfoques didácticos innovadores».

En una nota, Fernández ha valorado la formación que el profesorado recibe y que debe «basarse en unos criterios metodológicos que aúnen el trabajo en el aula con las diferentes actividades y acciones fuera de ella, haciendo partícipe en todo momento al alumnado».

En Almería, unos 27.000 alumnos de 64 centros públicos participan este curso en la actividades del programa educativo Aldea. «Se trata de trabajar la educación ambiental desde una perspectiva integradora, sustentada en unas profundas bases éticas, que despierten y potencien en el individuo el sentido de la responsabilidad y de la solidaridad con la humanidad», ha explicado la delegada. Cada centro configurará su plan de actuación en función de las líneas de intervención que vaya a desarrollar y de los proyectos que realizará.

El programa educativo se desarrolla con la implicación del profesorado y se estructura en cuatro líneas de intervención que incluyen diversos proyectos y actuaciones en relación a la educación ambiental e investigación participativa, la educación ambiental sobre sostenibilidad y cambio climático, la educación ambiental para la conservación de la biodiversidad y la educación ambiental en los espacios naturales.

Fuente de la noticia: https://www.20minutos.es/noticia/3239416/0/docentes-64-centros-educativos-provincia-se-forman-educacion-ambiental/#xtor=AD-15&xts=467263

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Bolivia: Unesco evalúa impacto del Fondo de diversidad

Bolivia/22 de Mayo de 2017/Los Tiempos

Resultado de imagen para Unesco evalúa impacto del Fondo de diversidad

“Telartes responde a una necesidad real del sector, ha unificado discursos y ha creado articulaciones llegando geográficamente lejos”, son algunas de las primeras impresiones que Eva Otero, consultora contratada por la Unesco para revisar la situación global de los proyectos beneficiados con el Fondo Internacional para Diversidad Cultural (FIDC) de la entidad internacional, a lo largo de seis años.

La Unesco, como parte de una evaluación global del Fondo para la diversidad cultural, ha enviado a delegados consultores contratados a realizar un relevamiento y análisis de información sobre la situación global del Fondo y si éste se alinea a los postulados de la Convención de esta entidad.

La consultora Eva Otero está en Cochabamba acompañando durante unos días a los responsables de Telartes, la red nacional de artistas que es la única organización boliviana en la historia del Fondo que ha recibido financiamiento para su proyecto.

Eva Otero, que forma parte del equipo de consultoría española Leit Motiv, habló con Los Tiempos sobre sus primeras impresiones sobre esta tarea de examinación, las proyecciones de Telartes y su trabajo de consultoría.

—¿Son delegaciones de la Unesco?

—No somos de la Unesco, somos contratadas por la Unesco. Yo soy parte de la consultora española que se llama Leit Motiv. Son consultoras independientes que ya han trabajado en la misma línea para la Unesco, tenemos experiencia.

—¿Qué significa el Fondo Internacional para la Diversidad Cultural (FIDC) que están evaluando?

—El FIDC es un instrumento para la Convención para la diversidad cultural del 2005 de la Unesco en que Bolivia ratificó su presencia. Éste es uno de los instrumentos que tienen para que los Gobiernos “planten” la Convención. Y, en los últimos seis años, han financiado alrededor de unos 40 proyectos en el mundo. Nosotros, como tarea, estamos hablando del fondo, por lo que hemos seleccionado estudios de caso, entre los que está Telartes.

—¿Por qué Telartes?

—Como consultora llamada a evaluar el impacto de los proyectos financiados por el Fondo, hemos seleccionado tres y uno de ellos es Telartes, ya que el fondo financió Telartes en una segunda etapa; la organización ya tenía un financiador anterior, por eso estoy aquí para visitar a Telartes. Además, vamos a escuchar a otros proyectos alrededor del mundo y otras voces relacionadas que trabajan otros lugares.

Cabe aclarar, además, que el FIDC sólo ha financiado a Telartes en Bolivia, no ha financiado otro proyecto. Es la primera vez que Bolivia gana en el Fondo.

—¿Es una evaluación?

—Nuestro trabajo es evaluar seis años del Fondo global, por lo que tenemos una serie de preguntas de evaluación pero no es una evaluación en concreto de Telartes, sino de la globalidad de proyectos del Fondo.

—¿Qué buscas en cuanto a relevamiento?

—Pues, cómo ha sido de relevante la convención, las distintas partes en los distintos estados miembros, Bolivia uno de ellos; a las distintas contrapartes implementadoras como es el caso de la fundación imagen con sede en el mARTadero, en este caso.

Hay preguntas en la evaluación que se refieren a la efectividad, que se ha conseguido con este fondo, con respecto al avance de la convención, sobre la sostenibilidad y hay distintas preguntas, pero dejo claro que no he venido a evaluar Telartes sin simplemente a desarrollar un estudio de caso de cómo funciona en la globalidad.

Fuente: http://www.lostiempos.com/actualidad/cultura/20170517/unesco-evalua-impacto-del-fondo-diversidad

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22 universidades costarricenses asumen el reto de ser sostenibles

Costa Rica/01 de Mayo de 2017/Nación

En el 2012, las universidades fundadoras de la Red Costarricense de Instituciones Educativas Sostenibles (Redies) lanzaron un reto: «enverdecer» sus campus mediante acciones orientadas a reducir sus emisiones de carbono, ahorrar agua y electricidad así como mejorar el manejo de los residuos.

Actualmente, ese compromiso es asumido por 22 universidades que se apoyan entre sí para lograr la sostenibilidad. Según Manrique Arguedas, presidente de Redies, las instituciones de educación superior acordaron una serie de indicadores de desempeño ambiental que permiten homologar los esfuerzos en esta materia.

«Año con año, todas las instituciones analizamos el consumo de agua y electricidad, la cantidad de aguas residuales, emisiones de gases efecto invernadero y residuos sólidos; así como esfuerzos de promoción de aprovechamiento de recursos», explicó Arguedas en un comunicado de prensa.

De hecho, y según la tesis de graduación de la estudiante Ninet León Rueda de la Universidad Earth, las instituciones que conforman Redies destacan entre los 63 centros de educación superior analizados.

«Se concluye ya que los grados de involucramiento ambiental más altos coinciden con las universidades adheridas a Redies, demostrando que la misión de la red se está cumpliendo y teniendo un impacto en la gestión ambiental de la educación superior», destacó León.

Redies está conformada por la Universidad Earth, Universidad de Costa Rica (UCR), Universidad Latina, Instituto Nacional de Aprendizaje (INA), Universidad Nacional (UNA), Universidad para la Cooperación Internacional (UCI), Universidad Veritas y Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (Catie).

También están el INCAE Business School, Universidad Estatal a Distancia (UNED), Universidad Técnica Nacional (UTN), Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC), Universidad de Iberoamérica (Unibe), Universidad para la Paz (UPAZ), Universidad Latinoamericana de Ciencia y Tecnología (Ulacit), Universidad de Ciencias Médicas (UCIMED), Universidad San Marcos (USAM), Universidad Autónoma de Centroamérica (UACA), Organización para Estudios Tropicales (OET) y Consejo Nacional de Rectores (Conare).

En el 2016 se sumaron la Universidad La Salle y Carta de la Tierra.

Fuente: http://www.nacion.com/vivir/ambiente/universidades-asumen-reto-sostenibles_0_1630636954.html

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