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Cómo lograr que tu mente lea

Por: El Observador

Los malos hábitos de lectura no tienen nada que ver con los nuevos dispositivos electrónicos y la falta de concentración que generan sino con una falta de conocimiento de cómo funciona el cerebro
Hay personas que no son buenas lectoras. Muchas culpan a la ubicuidad de los medios digitales: estamos muy ocupados en Snapchat como para poder leer, o quizá echar rápidos vistazos en internet nos ha vuelto incapaces de leer prosa de verdad. Pero el problema con la lectura data de fechas anteriores a las tecnologías digitales. El problema no son los malos hábitos de lectura generados por los teléfonos inteligentes, sino los malos hábitos educativos generados por el desconocimiento de cómo lee la mente.

Pero ¿cuán grave es nuestro problema de lectura? La más reciente Evaluación Nacional de Alfabetización en Adultos (de 2003 es un poco antigua) de Estados Unidos ofrece un panorama de la capacidad de los estadounidenses para leer en situaciones cotidianas: cómo utilizar un almanaque para encontrar un dato en específico, por ejemplo, o explicar el significado de una metáfora utilizada en una narración. Del segmento de personas que terminaron el bachillerato pero no continuaron con su educación, el 13 por ciento no podía realizar ese tipo de tareas. Cuando las cosas se volvieron más complejas (comparar, por ejemplo, dos editoriales de periódico con interpretaciones diferentes de pruebas científicas o examinar una tabla para evaluar ofertas de tarjetas de crédito), el 95 por ciento se equivocó.

No hay razón para creer que la situación haya mejorado. Las notas de los estudiantes de último año de bachillerato en el examen de lectura de la Evaluación Nacional de Progreso Educativo no han mejorado en treinta años.

Muchos de esos malos lectores pueden emitir sonidos a partir de palabras impresas, así que, en ese sentido, pueden leer. Sin embargo, son analfabetas funcionales: comprenden muy poco de los sonidos que emiten. Entonces, ¿qué requiere la comprensión? Un amplio vocabulario, evidentemente. El conocimiento de los hechos tiene la misma importancia, aunque más sutil.

Toda la prosa tiene huecos fácticos que debe llenar el lector. Considera la frase: «Prometí no jugar con él, pero ni así mi mamá me dejó llevar mi cubo Rubik a la biblioteca». El autor ha omitido tres hechos vitales para la comprensión: en una biblioteca debes guardar silencio, los cubos Rubik hacen ruido y los niños no pueden resistirse a los juguetes. Si no conoces estos hechos, podrías entender el significado literal de la oración, pero no sabrás por qué la mamá prohibió el juguete en la biblioteca.

El conocimiento también proporciona contexto. Por ejemplo, el significado literal del famoso titular falso del año pasado: «El papa Francisco sorprende al mundo al respaldar a Donald Trump en su candidatura presidencial», no es ambiguo, no se necesita llenar ningún hueco. Pero la oración tiene una implicación diferente si sabes algo acerca de las posturas públicas (o privadas) de los hombres involucrados, o si sabes que ningún papa ha apoyado jamás a ningún candidato presidencial.

Entonces podrías pensar que los autores deberían incluir toda la información necesaria para comprender lo que escriben. Escribir que en las bibliotecas debe haber silencio. Pero esos detalles harían que la prosa fuera larga y tediosa para los lectores que ya conocen esa información. «Escribe para tu público» significa, en parte, apostar a lo que ya saben.

Estos ejemplos nos ayudan a comprender por qué los lectores pueden decodificar bien, pero obtienen resultados mediocres en una prueba; carecen del conocimiento que el escritor asumió que tenía su público lector. Pero si un texto aborda un tema conocido, los malos lectores deberían poder leerlo.
En un experimento, se les pidió a estudiantes cuyas edades oscilaban entre los 8 y los 9 años, algunos identificados a través de una prueba como buenos lectores y otros como malos lectores, que leyeran un pasaje sobre el fútbol. Los malos lectores que sabían mucho acerca del fútbol tuvieron tres veces más posibilidades de hacer inferencias precisas acerca del pasaje, a diferencia de los buenos lectores que no sabían mucho acerca del deporte.

Ello implica que los estudiantes que obtuvieron buenas notas en las pruebas de lectura son aquellos con amplios conocimientos; por lo general, saben al menos un poco de los temas de los pasajes del texto. Otro experimento puso a prueba la cultura general de unos estudiantes cuyas edades oscilaban entre los 16 y los 17 años con preguntas de ciencias («¿A qué parte del cuerpo afecta la neumonía?»), historia («¿Qué presidente estadounidense renunció a causa del escándalo Watergate?»), además de arte, civismo, geografía, deportes y literatura. Las notas en esta prueba de conocimientos generales se asociaron en gran medida con las obtenidas en la prueba de lectura.

Las prácticas educativas actuales demuestran que la lectura de comprensión está mal entendida. Se le trata como una habilidad general que puede aplicarse con el mismo grado de éxito en todos los textos. Sin embargo, la comprensión está íntimamente entrelazada con el conocimiento

Esto sugiere tres cambios importantes en la educación.

En primer lugar, apunta hacia una reducción del tiempo que se pasa alfabetizando a los estudiantes de los primeros grados. Los estudiantes cuyas edades oscilan entre los 8 y los 9 años pasan el 56 por ciento del tiempo en actividades de alfabetización y solo 6 por ciento en ciencias y 6 por ciento en estudios sociales. Este énfasis desproporcionado en la alfabetización resulta contraproducente en los grados posteriores, cuando la falta de conocimiento de los temas impide la comprensión. Otro paso positivo consistiría en utilizar textos cargados de información en los primeros grados de la educación primaria. Históricamente, han tenido poco contenido.

En segundo lugar, comprender la importancia del conocimiento para la lectura debe lograr que pensemos distinto acerca de las pruebas estándares de fin de año. Si una niña ha estudiado a Nueva Zelanda, debe ser buena leyendo un pasaje acerca de Nueva Zelanda. ¿Por qué ponerla a prueba con un pasaje acerca de las arañas o del Titanic? Si los temas se eligen al azar, la prueba evalúa el conocimiento aprendido fuera del salón de clase, un conocimiento que los niños de familias acaudaladas tienen mayores probabilidades de adquirir.

En tercer lugar, la construcción sistemática del conocimiento debe ser una prioridad en el diseño de los planes de estudios.

No culpes al internet, a los teléfonos inteligentes o a las noticias falsas de los malos hábitos de lectura. Culpa a la ignorancia.

Modificar esta situación requiere de cambios profundos en la enseñanza de la lectura, en las pruebas estandarizadas y en los planes de estudios escolares. Como sustento de estos cambios debe haber una mayor comprensión de la forma en que la mente comprende lo que lee.

Fuente: https://www.elobservador.com.uy/como-lograr-que-tu-mente-lea-n1150058
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España: Elesapiens presentará el proyecto Profuturo en la jornada “Educación Digital para todos”

España/12 de Diciembre de 2017/Lanza Digital

El 15 de diciembre la Escuela Superior de Informática celebrará la Jornada “Educación Digital para todos» que se contará con ponentes que provienen del mundo de la empresa y la investigación, y de proyectos interdisciplinares que combinan informática, psicología y educación

El próximo 15 de diciembre, Antonio Vega, CEO de Elesapiens, hablará del proyecto Profuturo en la jornada “Educación Digital para todos” de la Cátedra en la Escuela Superior de Informática del Campus de la UCLM en Ciudad Real . Esta jornada se centrará en temas y aspectos relacionados con la educación digital para todos y contará con ponentes que provienen del mundo de la empresa y la investigación, y de proyectos interdisciplinares que combinan informática, psicología y educación.

Según informa Elesapiens en nota de prensa, el proyecto de Profuturo, que comenzó a desarrollarse en 2015 y que en estos días está terminando su proceso de producción, se plantea 5 años para lograr transmitir, con Geo y Lu, dos personajes de animación, todo tipo de conocimientos científicos en
español, inglés, francés y portugués.

Niños de entre 5 y 12 años de regiones de Latinoamérica, África y Sudeste Asiático serán los receptores de este programa educativo, puesto en marcha por la Fundación Telefónica y la Fundación Bancaria “laCaixa” con el reto de cerrar y minimizar la brecha educativa en el mundo.

Elesapiens Learning & Fun es el encargado de desarrollar los contenidos digitales de ciencias de 8 a 12 años, que se han diseñado a medida para que profesores y directores de los centros puedan personalizar sus programas y formar personalmente a sus alumnos, manteniendo un seguimiento directo con
cada uno de ellos. Una vez se hayan desarrollado todos los contenidos en la plataforma educativa en España, se crearán una serie de equipaciones tecnológicas formadas por un ordenador, tabletas, router y otros dispositivos autosuficientes, con conectividad integrada, ya que en la mayoría de los casos, las escuelas no tienen conexión a Internet.

De este modo, se busca que más de 10 millones de niños puedan jugar, divertirse y aprender a través de un modelo pedagógico digital, modular, flexible y adaptable a cualquier centro o entorno.

Fuente: http://www.lanzadigital.com/provincia/ciudad-real/elesapiens-presentara-proyecto-profuturo-la-jornada-educacion-digital-todos/

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Es hora de personalizar la educación

Por Martín Mathus Gómez Sandoval*

Si entras a un salón de clases en cualquier parte del país —o del mundo— te encontrarás una configuración muy similar: un maestro con plumón en mano y pizarrón a su espalda frente a un grupo de estudiantes de prácticamente la misma edad sentados en pupitres alineados. Será obvio intuir que esta configuración está basada en que todos los estudiantes aprendan el mismo contenido, al mismo tiempo, al mismo ritmo y de la misma manera.

La razón por la cual se instaló tal configuración en las escuelas es lógica y simple: cuando se sistematizó la educación pública en Prusia en el Siglo XVIII, al mismo tiempo cuando se acercaba la Revolución Industrial en Europa, se requería de un modelo eficiente que pudiera enseñarle por primera vez a toda la población los conocimientos básicos para la industria de esa época. El sistema más eficiente que se pensó fue agrupar a los estudiantes por año de nacimiento y tratar de maximizar el tamaño del grupo que un maestro podía enseñar. En un mundo donde todavía no existían los sistemas educativos públicos, dar este salto por primera vez debió haber sido aterrador para la hacienda pública.

En los últimos 200 años, los modelos educativos han evolucionado, pero no han dejado atrás este modelo base de ‘fábrica’. En este modelo algunos estudiantes en cada clase logran sobresalir, pero la mayoría simplemente aprueba los cursos sin dominar los conceptos y aprehender los conocimientos. Pongamos un ejemplo: supongamos que un estudiante obtiene una calificación de 8 en un examen final de matemáticas. Basado en la típica curva de distribución de calificaciones, este estudiante quizá estará por encima del promedio del grupo y por lo tanto su rendimiento escolar se determinará como ‘alto’. Sin embargo, el obtener un 8 de 10 implica que hay un 20% del contenido de ese examen que el estudiante no conoce. Esto quiere decir que un estudiante catalogado como ‘exitoso’ bajo este esquema desconoce por completo el 20% de los conocimientos impartidos en dicha etapa, los cuales podrían ser los cimientos de temas más avanzados y por lo tanto el estudiante está destinado a lidiar con la materia en el futuro. Esta realidad simplemente ha sido aceptada durante siglos.

Aprobar vs. Dominar

Por otro lado, la alternativa es basar la enseñanza en el dominio de los temas y en la aprehensión de éstos. Esto implica los siguientes ajustes: 1) basar la aprobación de un curso a otro en la competencia en vez de un simple cumplimiento de horas; 2) adaptar los métodos de enseñanza a cada estudiante; 3) destinar el tiempo que sea necesario en cada tema para que cada estudiante lo domine; 4) el estudiante no se puede rendir (esto último supone una educación emocional personalizada y adaptable).

Como se puede leer, todos los ajustes pertinentes están relacionados con la personalización y adaptabilidad de la enseñanza. Es fácil intuir que la mejor forma de implementar esta alternativa sería por medio de tutorías uno a uno, con cada tutor entendiendo las fortalezas, debilidades y entorno del estudiante. No es coincidencia, por lo tanto, que el nivel educativo de los padres, o el tiempo que éstos invierten asistiendo a sus hijos con labores escolares sean dos de los principales determinantes del rendimiento escolar de los estudiantes. Tampoco es coincidencia que familias pudientes contraten tutores privados para proveer una instrucción a la medida para sus hijos, se viene haciendo desde antes que Filipo II contratara al mismo Aristóteles para educar a su hijo Alejandro Magno. Los tutores personales, por lo tanto, son naturalmente considerados la opción ideal. Sin embargo, la inversión en educación tiene restricciones presupuestarias naturales que limitan que cada estudiante tenga un tutor personal. He aquí una gran disparidad en el acceso a la educación.

 

Entra la tecnología

Lo emocionante de nuestro tiempo es que a través de la tecnología estas experiencias de aprendizaje a la medida están al alcance de ser escalables y sistematizables. Existen ya múltiples plataformas para el aprendizaje adaptativo que pueden ofrecer los beneficios de una tutoría uno a uno, proveyendo a cada estudiante con su propia ruta personalizada, que se ajusta en tiempo real y reacciona a la actividad y el interés del estudiante.

El uso intensivo de estas tecnologías va en ascenso y sería una pesadumbre atestiguar una vez más cómo el uso de la tecnología abre y profundiza brechas en nuestra sociedad en vez de cerrarlas. Es por eso que el diseño e implementación de un modelo con aprendizaje adaptativo al centro es imperativo en el sistema educativo público mexicano.

Es importante mencionar que hablar sobre tecnología en educación de ninguna manera implica subestimar la labor de los maestros. La tecnología no está volviendo a los maestros obsoletos, los está volviendo más importantes. Diversos estudios demuestran que los mejores resultados de uso de estas tecnologías provienen de una implementación ‘blended’, en los cuales las plataformas digitales fungen como poderosas herramientas para los maestros. Por lo tanto, el éxito del diseño e implementación de un modelo para México se logrará únicamente si los maestros se involucran completamente en éste.

Éste no es un artículo de cómo está la educación en México; eso ya lo sabemos. Tampoco es un artículo argumentando que la educación en México debe mejorar; en eso estamos todos de acuerdo. Vamos a poner en el debate público la sistematización de tecnologías e innovaciones educativas para cerrar brechas y vencer desigualdades estructurales en nuestro país.

*Cofundador de Nextia y de Inviértete.

 

Contacto:

Twitter: @mmths

Instagram: mathus.oax

Mail: mmathusgs@gmail.com

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Es hora de personalizar la educación

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Educación, tecnología y sociedad del conocimiento

06 de diciembre de 2017 / Fuente: https://compartirpalabramaestra.org

Por: Rafael Orduz

La educación es un pilar esencial hacia el camino que toda nación debe recorrer para convertirse en una sociedad del conocimiento.

La educación es un pilar esencial hacia el camino que toda nación debe recorrer para convertirse en una sociedad del conocimiento.

Ya es lugar común que las naciones contemporáneas busquen convertirse en sociedades del conocimiento.  El concepto, de forma simple, apunta hacia organizaciones sociales en las que la creación de riqueza se basa principalmente, en el conocimiento, principal factor de producción en el mundo actual. Convertirse en sociedad del conocimiento implica, para países como Colombia,  serios compromisos de cara a la calidad de la educación y al acceso de todos a la misma.

Para UNESCO, las sociedades del conocimiento están sustentadas en cuatro bases:

  1. Libertad de expresión
  2. Acceso universal a la información y el conocimiento
  3. Respeto a la diversidad étnica y cultural
  4. Educación de alta calidad para todos

Cada uno de dichos pilares es condición necesaria para constituir las sociedades del conocimiento.  Sin libertad de expresión no tiene sentido, por ejemplo, que haya acceso universal a la información. Si, por otra parte, la alta calidad de la educación es accesible sólo a los estudiantes de mayor ingreso per cápita, no se podrá hablar de sociedades del conocimiento. Y ni que decir del respeto por la diversidad étnica y cultural.

A pesar de que el concepto de las sociedades y economías del conocimiento está legitimado plenamente en naciones como las que integran la OECD, en naciones como Colombia no existe aún el reconocimiento social mínimo a su significado. No forma parte del léxico de los formuladores de política, los legisladores y menos aún, de los ejecutores de la misma.

Por otra parte, el uso de las  tecnologías de la información, incluyendo los contenidos digitales de diverso orden y la conectividad a internet, se asocia a nuevos modelos de aprendizaje. La colaboración, el trabajo a distancia, el acceso a fuentes de información de las más variadas procedencias, permiten multiplicar las posibilidades  de acceder al intercambio de información.  En tal sentido, las tecnologías de la información se convierten en factor crítico para la construcción de los cuatro pilares de UNESCO mencionados.

El portal www.compartirpalabramaestra.org tiene el propósito de servir a la causa de una educación de alta calidad para todos por la vía de servir, fundamentalmente, a los maestros. Aunque son múltiples los factores que determinan la calidad de la educación, algunos de los cuales se remiten a las características de convivencia en los mismos hogares, el énfasis de la Fundación Compartir se centra en el apoyo al docente. Allí será posible encontrar recursos de inmensa utilidad para el mejoramiento de la calidad de la educación.

Matemáticas, ciencias, lenguaje, y el aprendizaje de otros idiomas como el inglés, son las áreas en las que nuestro portal hará énfasis;. Metodologías, experiencias exitosas, intercambios permanentes, foros, columnas de opinión, hacen parte del repertorio que impulsaremos.

Adicionalmente, la Fundación Compartir promoverá el debate sobre políticas públicas y procurará comprometer antiguos y nuevos actores en el procesos de fortalecer la calidad de la educación.  Más que un “tanque de pensamiento”, www.compartirpalabramaestra.orges una red de pensamiento orientada la alta calidad de la educación para los niños y jóvenes colombianos por la vía más importante: el apoyo al docente.

Fuente noticia: https://compartirpalabramaestra.org/editorial/educacion-tecnologia-y-sociedad-del-conocimiento

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La tecnología como recurso.

Apostar al desarrollo científico para crear nuevas y mejores formas de enseñanzas en el nivel superior. Llegó la hora de las super-especializaciones técnicas, que sostengan la reproducción del desarrollo.

América del Sur/Argentina/05.12.2017/Autor y Fuente: http://www.perfil.com/

El año que viene se cumplirán cien años de la Reforma Universitaria que cambió para siempre la organización de nuestras universidades, que se transformaron en instituciones más democráticas. Esta transformación propició, a la vez, que las entonces “verdades reveladas” den paso al método científico como modo de explicar los fenómenos del mundo.

Nuestro mejor homenaje a aquellos reformistas de 1918 será el resultado de las propuestas que ofrezca el sistema universitario argentino a las próximas generaciones.
El contexto actual de las actividades educativas es el de la “sociedad del conocimiento”. Una sociedad basada en crecientes volúmenes de información que se movilizan a gran velocidad y requiere habilidades específicas para comprenderla: no es suficiente estar alfabetizado, es determinante tener la posibilidad de discernir la relevancia de los contenidos a los que accedemos. Por lo tanto, la democratización de la sociedad tiene como insumo básico una educación inclusiva y de calidad.

La sociedad argentina acaba de ratificar en las últimas elecciones, la necesidad del apego a la ley en el ejercicio de las responsabilidades públicas y privadas. Con un claro reclamo de transparencia en la gestión de los intereses de la sociedad, todos los que trabajamos con presupuestos públicos debemos dar cuenta de nuestros resultados.
Durante la modernidad el modelo económico suponía la formación de trabajadores que, con distintos niveles de preparación técnica, se incorporaban a los procesos productivos. A través de los sistemas educativos, el Estado propiciaba la formación de ciudadanos que daban entidad y sentido de pertenencia al desarrollo de la sociedad.
En la actualidad, el impacto de las nuevas tecnologías nos plantea, por un lado, la formación en superespecializaciones técnicas que sostengan la reproducción del desarrollo tecnológico, y, por otro, el rol de consumidores para quienes conocimos en el pasado como trabajador y ciudadano.

De esta manera, el Estado-nación cedió espacio a la internacionalización de la economía y con él se disipó la idea de ciudadanía en el ámbito del consumo. Como advierte el profesor Michel J. Sandel: “Debemos debatir el significado moral de los bienes y la manera adecuada de valorarlos… es el debate que no tuvimos durante la era del triunfalismo del mercado. Y el resultado fue que, sin darnos cuenta, sin decidirlo, pasamos de tener una economía de mercado a ser una sociedad de mercado”. En consecuencia, esa lógica, terminó invadiendo dimensiones de la vida antes regida por normas y valores ajenos a la economía.

Esta crisis de identidades e incertidumbre impacta particularmente en los jóvenes, a quienes debemos involucrar fuertemente con la educación y la cultura, herramientas con las que podrán enfrentar los desafíos que ofrece el futuro. Como sostiene Vicente Verdú: “La imagen ha ganado mucho terreno a la imaginación. La emoción ha robado prestigio a la reflexión. Lo instantáneo, el suceso puro, vence al proceso y a la reflexión, prevalece la cultura de la imagen que apela a la emoción, en un mundo instantáneo de sucesos puros”.

Nuevas formas. En este contexto, la tecnología se debe utilizar a favor de nuevas y mejores formas de enseñanza, no sólo en su faceta de “consumo tecnológico”, sino como una herramienta al servicio educativo. La educación es la herramienta idónea para vencer la instantaneidad, resaltar los valores de la creación y la innovación. Es la llave que conduce a la reflexión, al pensamiento crítico y la valoración del esfuerzo por el conocimiento. Es por ello que resaltamos el invalorable sentido contracultural que ha adquirido la educación en este tiempo.

Desafío. Nuestra apuesta, debe ser al conocimiento y a la educación, la creatividad, la innovación y la ciencia, porque el capital humano y social son y serán la frontera que separe a los países desarrollados de los que no lo son. Estos cambios impactan en la manera de relacionarnos, en la comunicación, en el acceso a la información, en el trabajo, en la salud y, por supuesto, en las modalidades de enseñar y de aprender. También a gran escala: en los países, sus sociedades y sus economías. Es difícil anticipar qué forma tendrán los trabajos de las próximas generaciones. Sabemos que serán otros, aunque no sabemos cuáles.

De acuerdo con los especialistas, 5 millones de puestos de trabajo desaparecerían en 2020 a manos de la tecnología. La inteligencia artificial, a la vez que creará entre 50 y 60% de nuevas actividades laborales, hará crecer en forma exponencial la productividad. La mano de obra como fuerza motriz será desplazada e influirá relativamente en la generación de riqueza. El impacto previsto de la inteligencia artificial en el modo de producción es equivalente a 3 mil veces el que tuvo la Revolución Industrial.

Ya conviven con nosotros parte de estas transformaciones. En el caso de las ofertas educativas, la posibilidad de enseñanza personalizada a través de tutores inteligentes, la robótica educativa, los desarrollos en neurociencia cognitiva, entre otros ejemplos.

También sabemos que aquellos países que inviertan en el capital social contarán con una ventaja competitiva: podrán preparar a sus jóvenes en las habilidades necesarias para crecer y responder a las demandas económicas, sociales y políticas del siglo XXI.

El desarrollo de la ciencia y la tecnología como política de Estado debe llevarse adelante en colaboración con empresas e instituciones de la sociedad civil, en la búsqueda de promover la innovación para la inversión productiva, dar impulso al desarrollo de la infraestructura, con instituciones sólidas y transparentes y con respeto al medio ambiente. Sólo así se pueden delinear estrategias a largo plazo que permitan imaginar acciones concurrentes que dejen atrás los ciclos de frustración que han caracterizado a la Nación.
Hoy, los países desarrollados y aquellos que aspiran a serlo apuestan a consolidar sociedades del conocimiento, a partir de valores como la verdad, la creatividad, la transparencia, el apego a la ley, la Justicia y la democracia.
Las sociedades integradas, que comparten una visión de futuro común, tienen mejores oportunidades para su desarrollo. Y una educación superior inclusiva, de calidad y gestionada en forma transparente, debe ser la agenda del “Centenario de la Reforma Universitaria” y el punto de partida para enfrentar los desafíos de la sociedad del conocimiento.

Fuente: http://www.perfil.com/universidades/la-tecnologia-como-recurso.phtml

Imagen: https://iugt.com.ve/wp-content/uploads/2016/08/VSU073102c-Ingenieria-1024×759.jpg

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La universidades de EU que imparte clases sobre ‘guerra cibernética’

Estados Unidos/04 de Diciembre de 2017/Expansión

Una nueva clase en la Universidad de California, Berkeley, está entrenando a los estudiantes para hackear.

La clase, llamada Cyberwar (Guerra cibernética), enseña a sus 80 estudiantes cómo encontrar fallas de seguridad en las aplicaciones y sitios web que la gente usa todos los días.

 «Principalmente me centré en sitios web gubernamentales, específicamente en sitios web de registro de votantes», dijo Vy-An Phan, un estudiante de tercer año ingeniería eléctrica y ciencias de la computación que está inscrito en la clase.

Durante las asignaciones de clase, descubrió vulnerabilidades en al menos cinco sitios que podrían usarse para engañar a alguien para que se registre incorrectamente.

«Lo que descubrí fue que los sitios web estatales y los sitios web locales solían funcionar extremadamente mal», dijo el estudiante. «Si puedo encontrar (errores), ciertamente alguien más puede».

Dos veces a la semana, los estudiantes ingresan al auditorio Hewlett Packard de Berkeley para aprender cómo los actores del Estado y los ciberdelincuentes piratean los sistemas informáticos. Al aprender sus métodos, pueden aprender a tratar de detenerlos.

Además de los sitios del gobierno, los estudiantes también han descubierto vulnerabilidades en varias aplicaciones, incluso desde un banco y sitios de compras. Un estudiante ganó 100 dólares después de reportar un error a la compañía.

Doug Tygar, el profesor de informática que enseña la clase, lo llama un experimento.

«El objetivo es entrenar a los estudiantes para construir sistemas súper seguros», dijo Tygar después de una clase. «Pero para poder hacer eso, tienen que ser capaces de pensar como un hacker».

La clase funciona con HackerOne, una plataforma de pirateo de alquiler. Cada error que encuentra un alumno se informa a la empresa u organización donde se encontró. Las empresas en la plataforma HackerOne pagan a los hackers que encuentran errores en sus sistemas. La mayoría de los estudiantes se enfoca en las compañías que usan la plataforma.

 Los estudiantes también escuchan conferencias y asisten a eventos organizados en colaboración con HackerOne para aprender de hackers profesionales.

«A menos que tenga la habilidad de poder pensar como un hacker, no podrá construir sistemas seguros», dijo Tygar.

La clase de Cyberwar no se ofrecerá el próximo semestre, pero Tygar planea enseñarlo nuevamente en el futuro. Y él tiene la intención de cambiar el nombre.

Mientras tanto, Ted Kramer, jefe de personal de HackerOne, dijo que la compañía quiere llevar el programa a más campus.

La clase podría ayudar a preparar a los estudiantes para un futuro empleo. Según un informe de Cybersecurity Ventures, para el año 2021 habrá 3.5 millones de puestos de trabajo de ciberseguridad sin cubrir en todo el mundo.

Phan finalmente quiere un trabajo en pruebas de seguridad para ayudar a las empresas a mantener seguras las aplicaciones, los sitios web y la infraestructura.

«Me parece mucho más gratificante que ser un desarrollador», dijo.

Fuente: http://expansion.mx/tecnologia/2017/12/01/la-universidad-de-eu-que-imparte-clases-sobre-guerra-cibernetica

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Dilemas de la universidad pública en un mundo globalizado

Por: José Vega López

2017 es un año especial para nuestra máxima Casa de Estudios en el estado de Michoacán.  Conmemoramos sus primeros 100 años de existencia como Universidad autónoma y de profundas raíces populares. 2017 también es un año de coincidencias históricas nacionales e internacionales: La Revolución Rusa de 1917, la Constitución Mexicana de 1917 y nuestra querida Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo que enarbolan la bandera de la justicia social.

Vivimos en una sociedad que tiende a hacerse cada vez más planetaria porque se han venido unificando nuestras diversas cosmovisiones del mundo en una sola, y, en consecuencia, se nos induce a admitir que la cosmovisión del mundo válida, adecuada y cierta es la cosmovisión de quien tiene el poder. Es decir, lo que percibimos es la instauración  de un sistema de redes de poder a través de las cuales se logra determinar la orientación de los intereses y las prácticas políticas de los ciudadanos, en concordancia con una idea de unificación e “integración” que sea lo suficientemente aceptable como para fusionar en un solo proyecto social, el proyecto particular de todos. Esta unidad de identidades  lo que se  propone, en el trasfondo del asunto, es un auténtico proceso de aculturación que tiene como objetivo no declarado profundizar los mecanismos de dependencia de las amplias capas de la población en todos sus aspectos, siendo el principal el que gira en torno a los sistemas de consumo económico, esto es, del mercado. A éste se supeditan los restantes sistemas de sociabilidad política y los discursos del conocimiento técnico. De esta manera se determinan ideológicamente los fines a los que apuntan las relaciones ciudadanas públicas.

Lo que observamos es una nueva reconversión capitalista, pues el impacto de los desarrollos tecnológicos en pro de la economía y del orden político que le sirve de sustento termina por lograr la “revolución del mercado” en su mundialización, acentuando la acumulación del capital más que orientar su “revolución” a satisfacer las principales necesidades y satisfacciones sociales de la mayoría de la población. Lo anterior pone en evidencia el tipo de globalización  que se alcanza a través del sistema capitalista neoliberal, en cuanto que privilegia el dominio de una cultura de la producción para el consumo, convirtiendo al ser humano en un eterno lactante, como lo expresara en su momento Erich Fromm.

La plataforma ideológica y política del capitalismo  parte del supuesto de que existe un mínimo de oportunidades materiales iguales para todos los miembros de una sociedad determinada. Sin embargo, no siempre esto ha sido posible en el mundo real, sobre todo para aquellos individuos que son segregados o marginados del ámbito público por parte de la clase social que detenta las estructuras efectivas del poder. Esto quiere decir que la estructura de poder también termina globalizada por aquellos que son sus beneficiarios. Lo cual contribuye a un mayor nivel de dominación a escala planetaria, ya que supone que se estarían reproduciendo los mecanismos de control a una escala imposible de cuantificar y, por consiguiente, más universalista que pudiera contener en un solo bloque antropocéntrico a la diversidad de sociedades y culturas.

El nuevo orden mundial continúa siendo un orden hegemónico, puesto que se mantienen, sin mayores diferencias o cambios, las estructuras de producción y reproducción del control social desplegado por la economía neoliberal.

La globalización está promoviendo el paso de un homo faber a un homo consumens obsesionado por el dominio de poder que le ofrece la técnica para hacerse dueño de su propio destino, a través de una sociedad de consumo altamente desarrollada que le permita obtener los productos con los cuales proveerse de cuanto necesita. Revalorizando la propiedad privada y el consumo, se garantiza, en su momento, más el tener que el deber ser, como lo diría Erich FrommEl capitalismo neoliberal  considera esto como principios generales de la producción económica a la que corresponde la naturaleza social de los hombres, siendo que los convierte en objetos alienados por la producción y el consumo, más que sujetos liberados de la productividad por medio de la técnica y del conocimiento. La visión de un mundo global, en el que no estamos todos reconocidos ni como hombres ni como ciudadanos, se impone hoy por hoy, más por medio de los aparatos ideológicos  y culturales del sistema, que a través de la intimidación y acción militar, aplicada ésta, con frecuencia, durante la llamada Guerra Fría.

Al decir de Althusser, el “Estado capitalista se reactualiza constantemente a través de sus aparatos ideológicos” (Althusser, Elementos de autocrítica, Hachette, 1974:18). El Estado capitalista neoliberal es por consiguiente, un Estado difusor y emisor de juicios y opiniones políticas con las que el ciudadano debe estar constantemente vinculado e identificado.

Cuando la información y los medios de comunicación están  comprometidos con órganos de dirección de poder que no son los que favorecen la libertad de expresión y la libertad de comunicación, entonces,  nos  encontramos ante un  modelo comunicativo  de opinión que no permite la divergencia o la contestación, mucho menos la posibilidad de un diálogo   horizontal con todos los integrantes de la sociedad.

Ahora bien, ¿existen alternativas más generosas para con el ser humano? Intentaremos mostrar que sí es posible construir otras alternativas que hagan más humana la convivencia entre los hombres, sin importar su lugar de origen o de residencia. De hecho, en sus inicios la nueva sociedad burguesa impulsó el pensamiento humanista, que es para nosotros una alternativa real, retomado tanto por filósofos como  pedagogos, sobre todo después de la Segunda Guerra Mundial. Para Fromm, por ejemplo, el nuevo humanismo requiere como conditio sine qua non: “[…] Que los hombres se den cuenta de la inhumanidad de su situación presente, y no sólo del peligro físico, sino sobre todo del peligro psíquico que les acarrea la perfecta enajenación…tenemos que empezar por hacernos conscientes de quiénes somos, qué es lo que nos empuja y adónde vamos. Únicamente haciéndonos conscientes de ello, podremos tomar una decisión de adónde queremos ir” (Erich Fromm, La revolución de la esperanza, F.C-E., 2010:39).

Un primer paso en la consecución de ese ideal, descrito por Erich Fromm, es reformular los cometidos o las metas de las instituciones educativas porque, una educación orientada exclusivamente hacia la ciencia y la tecnología no es garantía del desarrollo integral del ser humano. Se requiere de una educación humanista, dialógica y crítica por definición, en el sentido en que lo explica Paulo Freire, es decir: “[…] Solamente el diálogo, que implica el pensar crítico, es capaz de generarlo. Sin él no hay comunicación y sin esta no hay verdadera educación. Educación que […] se instaura como situación gnoseológica en que los sujetos inciden su acto cognoscente sobre el objeto cognoscible que los mediatiza” (Paulo Freire, Pedagogía del oprimido, Siglo XXI, 2010:112-113).

De lo comentado anteriormente se desprende que la educación en general y la Universidad Pública en particular tienen frente a sí  un gran reto: formar  un nuevo tipo de estudiante que tenga  una formación humanista que contemple  el desarrollo  físico, intelectual y moral de sus educandos.

En este sentido, sería interesante saber cuál es la función primordial de una universidad. Pablo González Casanova sostiene que: “[…] La universidad no puede limitarse a preparar  profesionistas o técnicos. Tiene que enseñar a aprender y que enseñar a investigar, tiene que hacer del dominio de sus estudiantes y profesores el dominio  y el gusto de la lengua propia, de las matemáticas, de las ciencias naturales y sociales, de las humanidades, las artes y las técnicas. Todo universitario  tiene que rehacer su cultura general” (Pablo González Casanova, ¿Qué Universidad queremos?, UMSNH, 2003:6). En consecuencia con lo expresado por el ex-rector de la UNAM se hace aún más necesario recordar  que el proyecto tecnócrata, que vienen impulsando los gobiernos de derecha como el español, el argentino o el mexicano, no ha ocultado su deseo de constreñir a su mínima expresión las universidades públicas, lo cual se materializa disminuyendo  la responsabilidad del Estado en materia educativa. Obligando a los gobiernos de los países en desarrollo, por no decir  subdesarrollados o tercermundistas,  a implementar sendas reformas en la educación  superior que, según Axel Didriksson, serían las siguientes: “[…] Propiciar una gran diferenciación institucional, que incluya el desarrollo de  la educación privada. Introducir políticas explícitas designadas a dar prioridad a objetivos de calidad y equidad. Redefinir el rol del gobierno. Control del acceso a la educación  superior pública” (González Casanova, ¿Qué Universidad queremos?, UMSNH, 2003:7).

“El objetivo, asegura Didriksson, es liquidar el único espacio, que aún queda, desde donde se estaría en posibilidad de resistir los embates del neoliberalismo, es decir el espacio universitario.” (González Casanova, ¿Qué universidad queremos?, UMSNH, 2003:7).

Aquí es importante subrayar que la privatización de la educación está estrechamente vinculada a intereses del mercado y el consumo. Bauman advierte que “nosotros, los académicos, deberíamos preocuparnos por un daño aún más pernicioso que los inmediatos efectos que supone el hecho de lanzar a las universidades en brazos de los mercados de consumo (pues esto  y no otra cosa es el resultado de la retirada del patrocinio del Estado combinada con el aumento al triple de las matrículas). Se trata de la suspensión o el abandono de los proyectos de investigación, de su devenir superfluo… por lo tanto de un empeoramiento en las condiciones del aprendizaje y su calidad” (Zigmunt Bauman, Sobre la educación en un mundo líquido, Paidós, 2014:61).

Las intenciones, como vemos, no pueden ser más claras. Por ejemplo, en las últimas tres décadas la matrícula en las universidades privadas creció en un 528 %, mientras que en las universidades públicas fue del 40 %, según el estudio realizado por Adrián Acosta a invitación del IESALC-UNESCO 2005. En palabras del Dr. Pablo Arredondo (Rector del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Guadalajara) este crecimiento se debe “a la multiplicación de las universidades garage o patito”. Actualmente la educación privada cubre el 30 % de la matrícula a nivel nacional.

Ante el vertiginoso crecimiento de la educación privada tenemos el imperativo de reformular nuestro quehacer docente, y asumir un compromiso efectivo que no deje lugar a dudas de que estamos en la defensa de la educación pública, desde el aula como principal trinchera.

Por eso planteamos que la formación de estudiantes-investigadores  desde  el nivel medio superior es otro de los  grandes retos que tiene frente a sí la Universidad Pública, de lo contrario se auto-condenaría al estancamiento y al atraso. No podemos seguir simulando, sencillamente por una cuestión elemental de ética para con aquellos que todavía creen en nuestras instituciones de educación superior. El docente  improvisado o aquel que ha perdido todo sentido de la vocación, no es la mejor garantía  para impulsar ese tipo de educación que  requieren hoy en día los pueblos en los  países en vías  de desarrollo.

Una educación humanista requiere de un docente  humanista y  no un mercader. Éste  es para Luis Porter: “[…] El que hoy vende su talento y su tiempo para trabajar en la investigación o en la docencia con la misma actitud que lo hace un obrero de una fábrica, sometido y forzado a aceptar condiciones que deberían ser inaceptables, olvidando o desconociendo las necesidades nacidas de su propia vocación, sensibilidad y compromiso. De esta manera, va adoptando la conducta que corresponde a una nueva versión del burócrata: sin gracia ni maneras, sin estilo ni capacidad de expresión, sin civilización ni cultura, en suma, sin la creatividad que surge del placer de trabajar con alegría” (Luis Porter, La universidad de papel, UNAM, 2003:116).

Bajo la perspectiva capitalista la multimencionada calidad educativa, que a diario escuchamos en boca de funcionarios,  se traduce en números, en horas trabajadas, en un sinfín de informes, etc., esto es: lo que importa es la cantidad no el aprendizaje realmente significativo en los estudiantes. Por eso, nuestra propuesta va encaminada hacia una auténtica humanización de la enseñanza en todos sus niveles. González Casanova comenta al respecto: “[…] El proceso de enseñanza-aprendizaje  tiene que enfrentarse  a  las  presiones comerciales y estatales desde una autonomía responsable  y disciplinada, plural y crítica, diagonal e informada, que impulse los talleres pedagógicos de las comunidades y los grupos de trabajo escolares  y extraescolares  con actividades colectivas y personalizadas también creadoras” (Luis Porter, La universidad de papel, UNAM, 2003:14).

La educación humanista, precisamente, ve al hombre como creador de alternativas humanas;  ella contempla  la construcción de utopías y las prácticas de las  mediaciones para alcanzarlas. Sólo de esa manera se podrá cristalizar la formación de un nuevo profesionista comprometido este con su momento histórico. He aquí nuestra magna tarea: construir utopías pero sin perder nuestros ideales, mismos que se convierten en el motor de la creatividad humana. Pero también hay que construir esas utopías con alegría, con optimismo, como lo comenta Fernando Savater: “[…] En cuanto educadores no nos queda más remedio que ser optimistas […] quien sienta repugnancia ante el optimismo, que deje la enseñanza y que no pretenda pensar en qué consiste la educación. Porque educar es creer en la perfectibilidad humana, en la capacidad innata de aprender y en el deseo de saber que la anima, en que hay cosas (símbolos, técnicas, valores, memorias, hechos  […] que pueden ser sabidos y  que merecen serlo, en que los hombres podemos mejorarnos unos a otros por medio del conocimiento” (Fernando Savater, El valor de educar, IESSA, 1997:24).

La cuestión es, entonces, elaborar o buscar las alternativas que  permitan sustraernos a ese proceso envolvente y alienante. Dichas alternativas garantizarían que el ciudadano común pueda asumir en un futuro próximo una actitud más crítica y reflexiva  acorde con su condición de homo sapiens. Humanizar al hombre por medio de la educación, sin lugar a dudas sería la mejor garantía de revertir en un mediano plazo los actuales embates de la globalización capitalista neoliberal. Además les recuerdo que NOS FALTAN 43 ESTUDIANTES.

Fuente: http://michoacantrespuntocero.com/dilemas-la-universidad-publica-mundo-globalizado/

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