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Mundo: ¿Cómo cuidar la salud visual durante la cuarentena?

Mundo/05-07-2020/Autor(a) y Fuente: www.publimetro.co

Pasar horas frente a diferentes dispositivos sin los ejercicios y cuidados adecuados para los ojos puede generar molestias, fatiga visual, dolores de cabeza y problemas a futuro. Consultamos con un experto.

Con la llegada del coronavirus aumentaron las largas jornadas frente a computadores o celulares por el teletrabajo o el estudio en casa, mientras que los televisores y tabletas se convirtieron en dispositivos para entretenerse durante el tiempo libre. Sin embargo, el uso prolongado puede llegar a ser perjudicial para la vista si no se siguen las recomendaciones de los expertos.

Según el primer Informe mundial sobre la visión, presentado por la OMS a finales de 2019, al menos 2.200 millones de personas tienen deficiencia visual o ceguera y de estos, más de 1.000 millones pudieron evitarse o aún no han sido tratados.

La Asociación Americana de Optometría detectó que quienes utilizan los dispositivos electrónicos durante un tiempo prolongado y presentan un conjunto de signos oculares padecen un Síndrome Visual Informático, cuyos síntomas están relacionados con la fatiga visual, resequedad, picor o escozor ocular, enrojecimiento, visión borrosa, mareos, dolores de cabeza y fotofobia.

¿Pero cómo evitar que la vista se afecte si se debe pasar un tiempo prolongado frente al computador debido a la coyuntura? Hernando José Hernández, optómetra y docente de la Universidad El Bosque, contó en diálogo con PUBLIMETRO cuáles son esos pasos a seguir para que la salud visual no sea afectada durante las jornadas de teletrabajo o estudio en casa.

La primera recomendación es adecuar el puesto de trabajo para evitar esforzar la vista debido a la oscuridad, para esto es necesario buscar un lugar cómodo, ventilado y donde se pueda combinar la luz ambiente con la luz artificial. Lo ideal es evitar que en el lugar donde pasamos la mayor parte del día existan acumulaciones de sombra, que además de traer problemas visuales, generan cansancio y afectan el rendimiento de dichas actividades que requieren una demanda visual.

El siguiente paso a seguir es no olvidar hacer pausas activas y una serie de ejercicios que ayudarán a que aumenten la frecuencia de parpadeos y lubriquemos correctamente los ojos.

“Cerrar los ojos durante unos 15 o 20 segundos nos ayuda a relajarnos y tener un descanso visual. Una de las rutinas más recomendadas se llama 20-20-20 y consiste en que cada 20 minutos cambiemos la posición de la mirada y enfoquemos a unos seis metros durante 20 segundos, de esta manera logramos que los ojos no estén enfocando cortas distancias durante tanto tiempo”, aseguró Hernández.

Aunque los síntomas como cansancio y la resequedad están ligados a las largas jornadas frente a los dispositivos, no hay que dejar de lado los síntomas que alarman sobre un daño más grave, el cual debe ser atendido por un optómetra u oftalmólogo, bien sea en un centro médico o por telemedicina, todo dependiendo del manejo que le esté dando la IPS.

Si durante el día se evidencia una agudeza visual repentina, es decir, que se pierde la vista de un momento a otro; si hay visión doble, algún traumatismo, ojos rojos o un dolor ocular debido a un golpe, es necesario ser valorado por un profesional. En caso de asistir a un centro asistencial, hay que seguir todas las medidas de higiene y salud recomendadas por el Gobierno Nacional y el Ministerio de Salud y evitar tocarse los ojos por más molestia que generen. Según la OMS, las manos tienen contacto con muchas superficies y pueden coger el virus, una vez contaminadas, pueden transferirlo a los ojos, nariz o boca y desde allí, entrar al cuerpo y transmitir la Covid -19.

Pasar el tiempo en casa también permite que cambiemos algunos hábitos y dejemos descansar los ojos. En el caso de quienes usan lentes de contacto, aunque estos vengan adaptados a los ojos y sean confortables, es recomendable alternarlos de vez en cuando con las gafas. Bajo ningún motivo los lentes de contacto deben ser utilizados para dormir, al contrario, hay que retirarlos, lavarlos bien con los elementos adecuados y dejarlos listos para utilizar al día siguiente.

Evitar la fatiga visual y prevenir las enfermedades depende en gran parte del cuidado que tengamos y más en esta época donde aumenta el uso de aparatos tecnológicos. Aunque algunas veces no podamos medir cuánto tiempo pasamos frente a ellos, sí es posible realizar los ejercicios, pausas activas e incluso lograr conciliar el sueño más rápido.

“Es recomendable dejar a un lado dos horas antes de dormir televisores, computadores y celulares, porque esto te puede provocar insomnio y disminución del sueño, lo que nos va a afectar al siguiente día nuestra jornada”, concluyó Hernández.

Fuente e Imagen: https://www.publimetro.co/co/noticias/2020/07/03/juan-carlos-tainy-la-pareja-venezolanos-se-ha-dedicado-limpiar-rio-colombia.html

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Teletrabajo: nuevo desafío de salud mental

Por: Guiller Gabler.

 

Guillermo Gabler es psiquiatra y parte del Departamento de Psiquiatría de la Clínica Alemana.

Trabajar desde la casa es una realidad que muchos chilenos han tenido que asumir en el actual escenario de pandemia. Un cambio de rutina que algunos han recibido con incertidumbre, desconocimiento tecnológico y desconfianza, y otros con aceptación y entusiasmo. Lo cierto es que el teletrabajo no solo es un desafío tecnológico, sino que también psicosocial.

Los efectos psicológicos de trabajar en el hogar durante una cuarentena van más allá de la dificultad para concentrarse y ser productivo. Entre las consecuencias también están la ansiedad, el estrés y, para muchos, la soledad. Todos, elementos que deterioran la salud mental de una parte de la población.

Si en un contexto normal las patologías mentales asociadas al trabajo, según la Organización Mundial de la Salud, son la depresión, los trastornos de ansiedad y el burnout, actualmente con el teletrabajo podrían aparecer otros síntomas y trastornos psiquiátricos relacionados con ciertos rasgos de la personalidad y el contexto pandémico mundial.

Así, en esta nueva modalidad laboral hay algunas personalidades que se adaptan con mayor rapidez porque son más independientes, les gusta trabajar de manera autónoma y sin supervisión directa; otros que se angustian porque necesitan el contacto directo y se sienten fuera de la organización si no están físicamente en ella, y también están aquellas personas que trabajan sin límites.

Hoy, que el hogar se ha convertido también en el lugar de trabajo, se deben extremar las medidas de autocuidado. Por eso es importante mantener un sitio para trabajar definido en la casa, respetar los tiempos de descanso, realizar actividad física permanente, tener un control adecuado del sueño y la dieta, entre otras medidas. Trabajar a cualquier hora y lugar puede ser una tremenda amenaza, y si no se administra bien podría ser un detonante de otros problemas mentales.

Cuidar nuestro bienestar emocional es clave para superar esta pandemia y no lamentar el impacto de ella en un corto, mediano y largo plazo. Por eso la ‘Estrategia Nacional para Salud Mental’, realizada por un equipo multidisciplinario de la Universidad de Chile, es un aporte para abordar efectivamente la crisis sanitaria de nuestro país. En el documento no solo se consideró el rol de los medios de comunicación, la educación sociocomunitaria, medidas de apoyo a personas en confinamiento y programas de intervención psicosocial, sino también la forma de contener psicosocialmente a los diferentes estratos de nuestra población.

Si bien los fondos destinados a salud mental han aumentado en los últimos años, todavía hay una deuda pendiente con ella. Quizás hoy el confinamiento y la urgencia de enfrentar el Covid-19 de la mejor forma posible sitúen la salud mental en el mismo nivel de relevancia que la salud física.

Fuente del artículo: https://www.latercera.com/opinion/noticia/teletrabajo-nuevo-desafio-de-salud-mental/6XVWF4REVZFMPM5IDVREMIAEI4/

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Teletrabajo, ¿otra puerta al trabajo precario?

 

Por: Jesús A. Rondón

En estos tiempos de pandemia del Covid-19 se ha promocionado hasta la saciedad, lo que se denomina el “teletrabajo”, como una opción que permite seguir aportando a la comprometida productividad de la empresas (no lo digo yo, tomo las palabras de los gremios empresariales y de voceros de gobierno, muy sensible a esta realidad). Ahora mismo, existen pocos datos disponibles que permitan compartir un análisis de los sectores donde se está implementando o la cantidad de personas que lo están realizando, pero sí creo oportuno proponer una problematización de este asunto, con el objeto de contribuir a debate necesario que debemos dar los trabajadores y las trabajadoras ante esta “nueva realidad”, desde nuestros intereses de clase.  De esta manera se aportan a la discusión de cinco elementos / problemas, a saber: “Teletrabajo” como destino manifiesto y símbolo de prestigio, la externalización de costos, la organización del trabajo, en relación al tiempo de descanso, las condiciones seguras y saludables, finalizando con las organizaciones laborales, negociaciones colectivas y legislaciones sobre la modalidad. Lo hago con el ánimo de aportar a la discusión, que recién se enciende.

Una pequeña historia para comenzar.

Dicen que hay hogares en los cuales se trabaja desde hace mucho tiempo.

Me cuentan que en los cerros de Caracas, hay familias que van una vez a la semana a las fábricas textiles ubicadas al sur de la ciudad y buscan “los cortes”, que luego llevan a sus casas y cosen, en sus máquinas instaladas en la sala, en la habitación o en la terraza. Dicen que la madre, el padre, el hijo, la hija y hasta la abuela trabajan, por el miserable salario de uno (me viene a la mente, uno de esos que le diría a este hecho: “trabajo colaborativo”). Me cuentan más. Me cuentan que no hay horario, lo que existen son metas y estas dependen de tu voluntad, es decir de tus ganas de “prosperar” (ahora digo yo, de tus ganas de comer en la semana). Siguen contando, que luego regresan a las factorías con las prendas listas para exhibir en las vitrinas de los centros comerciales de moda, a un precio que quien las confecciona jamás podrá pagar. Me dicen que esto no solo ocurre aquí, que también ocurre en Centroamérica, en Asia.

Agregan al cuento que estas personas no están sindicalizadas, ya que lo importante es competir. Agregan al cuento que estas personas no son consideradas trabajadoras, sino contratistas independientes, que en sociedad con la empresa contratante, tienen fines comunes, pero tasas de ganancia muy diferenciadas.

Sobre estas personas, cuyo trabajo se expresa en vida cotidiana de cada quien, poco se habla. Sobre estas relaciones laborales, poco se escribe, se analiza o se legisla. Es un espacio laboral invisibilizado.

Ahora sí, comenzamos

Primeramente respondámonos dos preguntas claves, la primera: ¿de qué trata el teletrabajo? Podemos decir que es una característica / condición (temporal o permanente) de la relación de trabajo (que debe estar expresada regular y expresamente en el contrato de trabajo), donde las actividades para la cual fue contratado el trabajador o la trabajadora, se realizan en instalaciones distintas a la de la empresa contratante, en este caso su lugar de residencia.  Ciertamente, la denominación de “teletrabajo” habría que revisarla, puesto que no refleja en mi opinión la naturaleza real de lo que se pretende definir.

La segunda pregunta es: ¿Todas las actividades son susceptibles de desarrollar esta modalidad? Por definición, no. Muchas pueden ser susceptibles sin mayores limitaciones, mientras que para otras se pueden desarrollar creativos métodos (para desarrollarlas total o parcialmente), pero algunas jamás lo serán, como por ejemplo la limpieza de plazas y jardines, el transporte de personas, entre otras.

Teniendo claras las respuestas anteriores, problematicemos.

“Teletrabajo” como destino manifiesto y símbolo de prestigio

El teletrabajo es una opción que se presenta como moderna, de vanguardia, un paso más en la evolución del trabajo, además ajustadas a las nuevas tecnologías de la información y comunicación. El mercadeo del teletrabajo en tiempos de pandemia es fenomenal, de allí que los gurúes nos digan que llegamos forzosamente al futuro. De tal manera que llegamos a un puerto predestinado.

La estética con la que se presenta el “teletrabajo” es estimulante, ya que se muestran a las personas felices laborando en su casa, desde un ordenador y teniendo como asistente su teléfono celular. No se exhibe problema alguno a este nuevo “desafío laboral”, al que muchos estamos llamados.  En la perspectiva del filósofo Byung-Chul Han se presenta como: puedes hacerlo (Geli, 2018).

Todo este montaje propagandístico tiene un fin, la legitimación del teletrabajo como una opción necesaria. Para que los trabajadores y las trabajadoras lo asumamos de manera acrítica y voluntaria.

Ante esto es necesario afirmar primero, que eso que se ha convenido denominar “teletrabajo”, no es nuevo (como podemos observar en la historia introductoria). Forma parte de los mecanismos que se viene utilizando en los países en desarrollo como una forma de flexibilización de las relaciones laborales (y los derechos) y que en escenario de la pandemia del Covid-19 se mercadea a la clase trabajadora global como una opción de prestigio laboral.

Recordemos lo que ahora se denomina la economía gig, economía bajo demanda o economía compartida, de la cual participan un creciente número de trabajadores y trabajadoras y en el cual se labora en un ambiente de flexibilización aguda de los derechos laborales. Un reportaje sobre este asunto (Fedyushin, 2019) indica:   “Así, en la lista de las 500 compañías más ricas del mundo se encuentran cada vez más empresas que explotan el trabajo de ‘empleados independientes’, según consta en un estudio publicado por Morgan Stanley. Uno de cada cuatro trabajadores estadounidenses participa en la economía ‘gig’, y para un 10,1 % de ellos, es su principal fuente de ganancias, calcula el proyecto científico colaborativo ‘Gig Economy Data Hub’.”

De segundo esta característica de la relación de trabajo, como cualquier otro cambio sí que presenta problemas y estos pueden ser nocivos para los trabajadores y las trabajadoras. El hecho de no visibilizar los problemas, no los elimina, al contario pospone las medidas para implementar soluciones.

Las palabras Byung-Chul Han se validan una vez más en cuanto al teletrabajo: “Ahora uno se explota a sí mismo figurándose que se está realizando” (Geli, 2018).

El “teletrabajo” como mecanismo de externalización de costos

Carlos Martínez García, nos cuenta en un artículo titulado “De la destrucción del trabajo, el teletrabajo y el paro masivo” lo siguiente:

“Decía un compañero de trabajo mío, mucho mayor que yo en la combativa metalurgia de los años setenta que la ambición del patrono no solo era que el obrero trabajara, sino que pusiera su herramienta, o sea, descubría el teletrabajo impuesto de forma masiva gracias al coronavirus y al que tantas loas se le hacen. Es ya el culmen del sueño del patrono y de la explotación; la trabajadora o trabajador ponen su herramienta y no solo, sino que transforman su comedor en centro de trabajo y de paso las mujeres concilian de gratis para las empresas, ponen todas y todos su propio ordenador o portátil, pagan el recibo de internet, pagan la luz, ponen su móvil y pagan su tarifa a la compañía de telefonía y encima trabajan más horas. Incluso hay tipos que se llaman progresistas y están contentos.”

Trabajar en un lugar diferente a la empresa es, implícitamente, una forma de externalización de costos. La empresa puede proveer parte de los medios para realizar las actividades para la cual se contrata al trabajador o la trabajadora, el restante forma parte del patrimonio del trabajador o la trabajadora, tal como lo expone de manera desencarnada el sabio y viejo amigo de Martínez García.

Ante este hecho, recientemente la Unión General de Trabajadores en España, exige un debate sobre el punto y demanda que “la empresa alquile el espacio utilizado por los trabajadores y que le pague una tarifa fija mensual o prorrateada en función del espacio por uso, conexión, energía, calefacción, limpieza y otros costos de mantenimiento.” (Nuevatribuna.es, 2020). Ahora, me pregunto ¿esto es suficiente?, ¿qué medidas son necesarias realmente?, ¿se soluciona monetizando los medios que pone a disposición el trabajador o la trabajadora?

La organización del trabajo y el tiempo de descanso (y la privacidad)

En las relaciones de trabajo clásicas hay una clara diferencia entre tiempo productivo y el tiempo reproductivo, dado que la localidad donde ambos se desarrollan, está claramente diferenciada. Con la modalidad del “teletrabajo” esta frontera se vuelve difusa, pues al desarrollarse la actividad laboral, en un mismo lugar, preferentemente en el hogar; surge la pregunta: ¿Dónde termina uno y comienza el otro?.

En tiempo laborable, dicho en términos clásicos, se expresa en el horario, que es una característica de la organización del trabajo y que en esta modalidad no está clara, como si otras, como que la dirección de la empresa tiene precisadas y prescribe las metas, tareas, y parámetros de cumplimiento.

Asociado a esta difusa frontera, encontramos un aspecto clave: la disponibilidad de trabajador y los parámetros de desconexión con el momento productivo. En ese sentido conviene apuntar que la ubicuidad, es decir la posibilidad de que las tareas se puedan hacer en cualquier lugar, y la hiperconectividad, colocan en situación de vulnerabilidad al trabajador o trabajadora, ya que puede ser contactado por la dirección de la empresa en cualquier momento para que labore.

Carolina Martínez Elebi expone que “Según un informe de Randstad Workmonitor del último trimestre de 2019, el 49% de los argentinos aseguraba que su empleador le pedía estar disponible durante las vacaciones y el 59%, que también recibía pedidos para responder consultas fuera de horario laboral” y agrega: “Ahora, con los trabajadores en sus casas, esa tendencia previa ha sufrido una brusca aceleración. Los mensajes y tiempos laborales se salieron de control, e irrumpen en la cena familiar o en la tarde del domingo, en medio del descanso, y se tornan inseparables el trabajo de la vida familiar.” (Martínez, 2020).

Sobre este aspecto es incipiente el desarrollo de legislaciones y siguiendo a Martínez Elebi, solo Francia tiene hasta ahora una legislación que aborde el asunto y en Argentina ya se comienza a deliberar en el parlamento, en tal sentido un legislador afirma: “Uno ve, a medida que las cosas van mutando, que el trabajador y la trabajadora necesitan protección. Para eso necesitamos una regulación. En el proyecto, planteamos que el trabajador tiene el derecho a la desconexión digital fuera de su jornada de trabajo y durante las licencias, sin que ello signifique una sanción y sin que se premie a quien no haga uso de ese derecho” (Citado por Martínez Elebi).

Abordar este asunto es clave, pues en cualquier escenario debemos asegurar el disfrute el tiempo libre o de descanso por parte del trabajador o la trabajadora y más allá de eso: el disfrute pleno de la vida.

Finalmente un aspecto que me parece importante incorporar y que puede estar asociado a lo abordado en este punto, es la intimidad o la privacidad del trabajador o trabajadora. Estamos claros que vivimos en un mundo donde esas dos palabras tienen escaso valor para las corporaciones que nos proporcionan “servicios gratuitos”, pero ahora ¿cómo se comporta al desarrollarse la vida laboral y personal preferentemente en un solo lugar? Y lo complejizo más, ¿cuáles son las previsiones necesarias,  para controlar los medios que proporciona el empleador o empleadora para laborar en nuestro hogar? ¿Cómo evitar que sean un caballo de Troya?

La salud y la seguridad en el “teletrabajo”

Es inevitable interpelarnos de entrada en este aspecto. ¿Cómo el patrono controla los procesos peligrosos a los que está expuesto un trabajador o trabajadora en su casa? Ya es complejo controlar los procesos peligrosos en una entidad de trabajo, que tiene una realidad dinámica. ¿Cuánto más complejo es identificar y controlar los procesos peligrosos que surgen de cada hogar de cada trabajador?

En la realidad, tendríamos que en vez de una entidad de trabajo donde laboran cincuenta trabajadores o trabajadoras, se pasaría a cincuenta hogares donde se trabaja. ¿Qué mecanismos se implementan para asegurar ambientes seguros y saludables?

Me causa inquietud, por ejemplo, como se garantizan las condiciones seguras y saludables, en cuanto a la ergonomía de los medios que debe utilizar el trabajador o la trabajadora, los “puestos de trabajo” y los ambientes en los que estos se ubican en el hogar. Me vuelve a la mente otra vez la frase “externalización de costos”.  Además de considerar aspectos físicos, hay realidades desde el ámbito psicosocial a considerar y por ello considero pertinente sumar lo que Gloria Poyatos Matas expone en una nota titulada “Teletrabajo y violencia de género: el «nuevo» riesgo laboral que trajo el COVID-19”, es decir, su preocupación por lo que puede significar esta modalidad para las trabajadoras, solo por el hecho de ser mujer y estar en un sociedad organizada bajo un enfoque patriarcal (Matas, 2020).

En el caso venezolano la Constitución Nacional establece: “Todo patrono o patrona garantizará a sus trabajadores o trabajadoras condiciones de seguridad, higiene y ambiente de trabajo adecuados” (Artículo 87). ¿Cómo se operacionaliza esta responsabilidad? En una perspectiva global   en necesario interrogarse: ¿Cómo se aplican las obligaciones de salud y seguridad laboral expuestas en las distintas legislaciones nacionales?

Y en caso de ocurrencia de accidentes o enfermedades a los trabajadores y trabajadoras, por estar expuestos a condiciones inseguras e insalubres ¿Cómo determinar que efectivamente son accidente de trabajo o una enfermedad ocupacional?

Todo un terreno donde no hay que perder tiempo

Organizaciones laborales, negociaciones colectivas y legislaciones claras antes de avanzar en el “teletrabajo”

El “teletrabajo” como escenario de labor, supone nuevas exigencias para las organizaciones de los trabajadoras y trabajadoras, en particular a nuestros sindicatos. Una clave es operar en contextos de atomización laboral, contrario a lo que siempre fue, la concentración de la masa trabajadora en el mismo lugar. En Europa los trabajadores y trabajadoras vinculados a la economía gig han avanzado en organización y movilización, de tal manera que han logrado el reconocimiento de la relación laboral, en vez de la comercial que promueven las empresas (Fedyushin, 2019).

Se requiere que nuestras organizaciones sindicales existentes logren vincularse con las organizaciones que surgen en estas realidades laborales y que también reconozcan cuál es su papel en estos nuevos espacios para sumar afiliaciones y representar efectivamente los intereses de los agremiados. Evitar quedarse en la acera, siendo espectador de un mundo laboral que cambia.

Para nuestras organizaciones sindicales una tarea fundamental es promover las regulaciones necesarias para abordar los cambios en las relaciones de trabajo, en particular de las que surgen por el “Teletrabajo«.  Estas regulaciones se pueden dar en el plano de las convenciones colectivas de una empresa o sector en particular o en el plano de las legislaciones nacionales, como mecanismos efectivos que permita asegurar el respeto de los derechos laborales. Asimismo promover las deliberaciones en los organismos multilaterales especializados, como la Organización Internacional de Trabajo para generar una legislación base que aborde esta realidad laboral. Todo este desafío debe darse con la participación efectiva de los trabajadores y las trabajadoras que viven estas nuevas realidades.

Cierro recordando a Bauman y su planteamiento sobre la erosión de las certidumbres que la modernidad nos proporcionó, pero la lógica del capital sigue intacta y digamos que afinada, por ello no podemos claudicar y ni renunciar a las conquistas laborales históricas. Son otros tiempos, pero nuestra lucha organizada sigue siendo nuestra herramienta fundamental como clase trabajadora.

Bibliografía

Fedyushin, V. (26 de Abril de 2019). Multado por haber muerto trabajando: ¿Qué es la economía ‘gig’ y cómo explota a los empleados? Obtenido de Rusia Today: https://actualidad.rt.com/actualidad/312978-muerte-multa-trabajadores-plataformas-digitales

Garcia, C. M. (14 de Mayo de 2020). De la destrucción del trabajo, el teletrabajo y el paro masivo. Obtenido de Nueva Tribuna: https://www.nuevatribuna.es/opinion/carlos-martinez-garcia/destruccion-trabajo-teletrabajo-paro-masivo/20200514214414174858.html

Geli, C. (18 de febrero de 2018). “Ahora uno se explota a sí mismo y cree que está realizándose”. Obtenido de El Pais: https://elpais.com/cultura/2018/02/07/actualidad/1517989873_086219.html

Martínez, C. (30 de Mayo de 2020). El teletrabajo apura el debate por el derecho a la desconexión. Obtenido de Agencia Latinoamericana de Información: https://www.alainet.org/es/articulo/206891

Matas, G. P. (30 de Mayo de 2020). Teletrabajo y violencia de género: el «nuevo» riesgo laboral que trajo el COVID-19. Obtenido de Huffintong Post: https://www.huffingtonpost.es/entry/teletrabajo-y-violencia-de-genero-el-nuevo-riesgo-laboral-que-trajo-el-covid-19_es_5ed03d15c5b6f1a49994edd8

Mexi, M. (Abril de 2020). El trabajo después del coronavirus. Obtenido de Nueva Sociedad: https://nuso.org/articulo/digitalizacion-trabajo-coronavirus-futuro-capitalismo/

Nuevatribuna.es. (08 de Junio de 2020). ¿Quién asume los gastos derivados del teletrabajo? UGT reclama que se regule por convenio. Obtenido de Nueva Tribuna.

 Fuente: https://rebelion.org/teletrabajo-otra-puerta-al-trabajo-precario/

 

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España: Gobierno y comunidades comprarán medio millón de ordenadores y tabletas para los colegios

Europa/España/18 Junio 2020/elpais.com

Se trata de un programa distinto del fondo de 2.000 millones para la vuelta a las aulas que el Ejecutivo dará a las comunidades, de los que 400 irán a las universidades

La ministra de Educación, Isabel Celaá, ha anunciado este martes un programa específico de 260 millones de euros para la distribución de 500.000 dispositivos electrónicos para cerrar la brecha digital en el sistema educativo. Los ordenadores y tabletas tendrán acceso a Internet y serán entregados a los centros públicos, que serán los dueños de los mismos y a su vez los prestarán a los estudiantes que los necesiten. El objetivo, ha declarado Celaá en la conferencia de prensa posterior al Consejo de Ministros, es que “todo el alumnado tenga el acceso garantizado”, a diferencia de los problemas de desconexión que se han puesto de manifiesto durante este periodo de cierre escolar, en el que prácticamente la única forma de enseñanza ha sido a distancia. El Ejecutivo también ha aprobado, en paralelo, ayudas para las universidades.

El programa de digitalización de las escuelas tiene una dotación total de 260 millones de euros. De ellos, 190 los pondrá el Gobierno, a través de la empresa pública Red.es, y el resto, 70 millones, deberán aportarlo las comunidades que se adhieran. Los territorios podrán utilizar para ello parte del dinero que reciban del fondo de 2.000 millones que el Gobierno se ha aprobado este martes, en una decisión aparte, transferir a las autonomías (y que se distribuirá en función de la población escolar). Los dispositivos electrónicos irán solo a centros públicos porque la práctica totalidad de la partida de Red.es procede de fondos Feder, que según indican fuentes del Ejecutivo solo pueden ir a colegios e institutos de titularidad pública.

La ministra de Educación, Isabel Celaá, este martes tras el Consejo de Ministros. En vídeo, Celaá anuncia la movilización de 260 millones de euros para la digitalización de las aulas. EP | QUALITY

11% del alumnado

Las cifras ofrecidas por Celaá en la conferencia de prensa posterior al Consejo de Ministros supone que cada ordenador o tableta costará, incluyendo la conexión a Internet que lleve aparejado, 520 euros. Su número representa el 9,7% de los 5,5 millones de alumnos de la enseñanza pública preuniversitaria. Pero si se toman solo los estudiantes de Educación Primaria, ESO, Bachillerato y Formación Profesional, que serán sus desinatarios naturales, el porcentaje cubierto con el nuevo programa se eleva al 11,6%.

No existe un censo claro de cuántos alumnos han sufrido la desconexión durante el cierre escolar. Las comunidades autónomas han ofrecido datos difícilmente conciliables, basados en sondeos o en la información que les han proporcionado los centros. Los porcentajes de alumnos desconectados declarados por las comunidades han oscilado, por ejemplo, entre el 2,5% de Castilla-La Mancha, el 2,9% de Andalucía, el 3% de Murcia, el 4,5% de Cataluña y el 10% de Navarra. El Ministerio de Educación ha señalado este martes que, según la edición de 2018 del informe PISA, el 9% de los alumnos no dispone de ningún ordenador en su casa.

La Fundación Cotec, especializada en innovación, advirtió en abril de la gran desigualdad social aparejada a la brecha digital. Si se divide a los hogares con alumnos preuniversitarios en cuatro grupos según su nivel de renta, el 14% de los más pobres no tienen ningún ordenador en casa y el 44% solo uno. En el siguiente grupo dichos porcentejes alcanzan el 4% y el 33% respectivamente. Las diferencias también son pronunciadas en función de la titularidad de la red. “Los centros públicos atienden de manera mayoritaria a los alumnos de entornos socioeconómicos más vulnerables”, señala el documento titulado Covid-19 y Educación, problemas, respuestas y escenarios, escrito por Ainara Zubillaga y Lucas Gortázar.

Padres teletrabajando

Leticia Cardenal, presidenta de la federación de asociaciones de padres mayoritaria en la pública, Ceapa, subraya, además, que en un escenario de confinamiento como el que se ha vivido y puede repetirse, tener un ordenador o incluso dos en un hogar con frecuencia no es una garantía. «Si en una casa viven cuatro o cinco personas y los padres teletrabajan, siguen faltando ordenadores», afirma Cardenal.

Las comunidades han puesto en marcha planes para repartir tabletas y tarjetas de datos para paliar la falta de acceso a la enseñanza online que los hechos demuestran que no han solucionado del todo el problema. Hace dos meses y medio, Kiko Romero, estudiante de segundo de bachillerato en un instituto público de Madrid, contaba en este periódico que estaba siguiendo la docencia a través del móvil, y este martes seguía igual. “No he tenido ordenador ni wifi para preparar la selectividad, lo he estado haciendo todo con el teléfono. Al final te haces a ello, pero es complicado. Ha habido clases en las que te subían la nota por ver vídeos y no he podido verlos, y tampoco he seguido las clases online porque no me llegaban los datos”, dice. Romero ha descartado estudiar Medicina porque no cree que vaya a tener suficiente nota. En las últimas semanas de estado de alarma ha pasado de pensar en hacer Enfermería a decantarse por Psicología.

Paquete para las universidades

El Gobierno ha aprobado también un paquete de 400 millones de ayuda para el comienzo de curso en las 50 universidades públicas españolas (48 imparten grados). De esta forma el Ejecutivo quiere paliar las necesidades de las universidades derivadas de la crisis provocada por la covid-19. Es decir, tal y como se afirmó en el documento de recomendaciones para el próximo curso del Ejecutivo, que se destinen fondos a mejorar las plataformas informáticas, acondicionar los espacios para mantener el metro y medio de separación interpersonal o formar a los profesores sin preparación para impartir las clases a distancia. Estos 400 millones son el 20% del fondo adicional para fines educativos que el Gobierno va a entregar a las comunidades para el inicio del curso, que asciende a 2.000 millones.

Los 400 millones se distribuirán entre las autonomías en función de la población de 17 a 24 años de cada comunidad en 2019, según las cifras del Padrón de 2019. Manuel Ortega, secretario de Universidades de UGT, se felicita de la partida pero cree que el reparto va a haber discusión: “Se van a quejar universidades receptoras de muchos estudiantes de fuera, como pueden ser las de Madrid, Salamanca o Granada, que salen mal paradas”.

Ramón Caballero Klink, de CSIF, también se alegra de la dotación que no esperaba porque al anunciarse los 2.000 milllones para educación nadie precisó que una parte serían para Universidad. Pero, como el secretario de UGT, remarca que el principal problema es la sobrecarga que pueden padecer las plantillas. “Un profesor de Medicina no se puede desdoblar para dar las prácticas si va a haber grupos más pequeños”.

En una nota la conferencia de rectores (CRUE) ha valorado positivamente la dotación, porque les “ayudara a que los procesos de adecuación que tengamos que poner en marcha en nuestros centros se realicen con rapidez y a que el impacto sobre la comunidad universitaria, especialmente sobre el estudiantado más vulnerable, sea mínimo”. Por eso reclaman a las administraciones que agilicen la ejecución y eviten “trámites burocráticos que ralenticen un proceso que debe ponerse en marcha cuanto antes”.

Rearmarse

La pandemia cogió con el pie cambiado a las universidades públicas muy volcadas tradicionalmente en la enseñanza presencial y el ministerio reconoció en sus instrucciones del 10 de junio que la mudanza lectiva al remoto había “interferido en el normal desarrollo de la actividad universitaria”. Por eso, los rectores, los sindicatos y los estudiantes han insistido mucho en la necesidad de rearmarse. “Dicha estrategia implica una mejora del equipamiento informático y redes telemáticas de las universidades, una capacitación del profesorado en el uso de la comunicación digital y una ayuda de la Administración universitaria para la conectividad adecuada del conjunto del estudiantado, de forma que ningún estudiante sea discriminado por la persistencia de la brecha digital”. La CRUE estimó, tras hacer una encuesta, que 36.000 universitarios no tenían dispositivos o conexión para seguir las clases que de un día a otro se mudaron a online.

Si no hay rebrote, la mayoría de las clases magistrales se impartirán online -dependerá del espacio del que disponga cada centro- y la parte de prácticas y seminarios pisando el campus. Castells, profesor en excedencia de la telemática Universitat Oberta de Catalunya, considera que se necesita una “estrategia de digitalización reforzada del sistema universitario”, no solo para la pandemia sino para “flexibilizar las modalidades de enseñanza”. Pero los rectores, una vez pasado el pánico inicial del confinamiento que les llevó a focalizarse en la enseñanza remota, se muestran cada vez más partidarios de la presencialidad que desaira el ministro.

Fuente: https://elpais.com/educacion/2020-06-16/el-gobierno-destina-262-millones-a-la-compra-de-500000-ordenadores-y-tabletas-para-los-colegios.html

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Una pedagogía contra el aislamiento

Por: Juan Carlos Yáñez Velasco

La educación es el tercer tema mundial de debate y reflexión en tiempos de pandemia, después de la salud y la economía. La profusión de seminarios web, conferencias en línea, encuentros virtuales, entrevistas con expertos, documentos de organismos nacionales e internacionales y libros vuelve imposible la intención de leerlos o presenciarlos todos.

Entre los documentos más provocadoras están las “Once tesis urgentes para una pedagogía del contra aislamiento”, redactado por “Pansophia Project”, disponible en “Panorama. Portal de política educativa en Iberoamérica” (panorama.oei.org.ar).

Sigo las actividades de Pansophia Project en redes sociales desde hace tiempo por Mariano Narodowski, uno de sus integrantes e inspiradores. Se define como “un colectivo de pensamiento, experimentación, investigación y formación dedicado a comprender los procesos de disrupción creativa que se están operando globalmente en el campo educativo. Sin ataduras ni prejuicios, asumimos la historia de lo escolar y trabajamos en el presente y en los futuros posibles de la educación, incluso los improbables”.

A su horizontalidad aunan diversidad de formaciones, posiciones políticas y ocupaciones, virtud imprescindible y escasa en momentos de intolerancia e incertidumbre. Con esa perspectiva, lo que sucede hoy en Argentina, México o el mundo es material precioso para sus actividades, que realizan suelen realizar a través de las ZIP, Zona de Intercambio Pansophiano (ZIP), “espacio de reflexión sobre temas claves de la agenda pansophiana, en los que personas de diferente formación e inquietudes dialogan simétricamente e integran perspectivas”, y del Instituto para el Futuro de la Educación.

Su nombre, Pansophia, del griego “saber para todos”, rinde tributo a uno de los más grandes exponentes de la pedagogía, Juan Amos Comenio, autor del texto fundacional “Didáctica magna” y del bellísimo “Orbis sensualium pictus”, publicado en México por Porrúa como “El mundo en imágenes”, el primer libro ilustrado para niños, según mis referencias.

Frente a la pandemia y sus repercusiones en los sistemas escolares, las once tesis son una invitación a la reflexión e intercambio que debemos efectuar los maestros sobre presente y futuro de las escuelas. Enseguida, por el espacio de esta columna, solo resumo algunas de las once, o enfatizo particularidades, con la invitación a su lectura.

Tesis 2. La pedagogía es lo contrario del aislamiento. La mirada pansophiana postula que “todo el saber humano debe ser para todos los seres humanos”, hecho que pudo ser posible gracias a las escuelas, el mejor mecanismo diseñado para el fin, que convoca a la presencia y el encuentro en torno al conocimiento, pero que abarca también lo emocional y corporal.

Tesis 3. La casa es lo contrario de la escuela. La casa corresponde al ámbito privado, las escuelas a lo común para todos. La disposiciones físicas, las reglas y funciones no pueden homologarse.

Tesis 4. De nada sirve pretender normalidad frente al encierro: “Frente al encierro, nuestra respuesta inicial fue performativa y eficientista. El desconcierto inicial se manifestó en hiperactividad y se tradujo en agobio. Quisimos darle naturalidad a una normalidad tambaleante sin considerar que estamos frente a un escenario de emergencia, que conforma una interrupción en sí mismo”.

Tesis 5. El aislamiento profundiza las desigualdades que las escuelas no habían podido resolver. Es innegable el impacto de la escuela como tecnología para la distribución del conocimiento, pero no llega igual a todos, ni en condiciones mínimas. La conclusión de la tesis llama a la acción pública: “La distribución social de la tecnología será injusta si no se abren los grifos de la red para enseñar y aprender.  Y en esta situación, quedará patente lo que antes se negaba: no son los estudiantes los que abandonan a la escuela sino la escuela la que los abandona.”

Tesis 6. El teletrabajo docente no es trasladar la escuela a la casa del docente: “Los enfoques de educación a distancia/virtual/digital/online implican cambios en los contenidos, en los ritmos y hasta en los actores involucrados, contando por ejemplo con el soporte de tutores u orientadores para asegurar el seguimiento de cada alumno. Se trata además de propuestas diseñadas y planificadas cuidadosamente, en forma sistemática, con tiempo y con cierta previsibilidad”.

Tesis 7. La tecnología ayuda, el solucionismo tecnológico embrutece: “El solucionismo embrutece cuando damos una respuesta allí donde solo hay preguntas: ¿Soluciona la tecnología los problemas educacionales que plantea el aislamiento? O, en todo caso, ¿en qué situaciones y en qué medida lo hace?”.

Tesis 11. Cuando la experiencia no alcanza hay que pensar el presente. Hoy la experiencia no es suficiente y tampoco hay recetas universales, menos para contextos tan heterogéneos e inequitativos. Contra el aislamiento, todo está por pensarse y hacerse, pero no cualquier cosa; es imperativo para los educadores, porque la educación representa la posibilidad del pensamiento.

La pansophia, el saber para todos, representa el ideal que nunca como ahora se convierte en punto de referencia para orientar decisiones políticas del más alto nivel, pero también las acciones cotidianas que emprendemos los educadores en los salones de clase y, por ahora, al otro lado de las pantallas. La pansophia es innegociable.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/una-pedagogia-contra-el-aislamiento/

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México: 4 de cada 10 mexicanos aseguran que trabajan más horas durante cuarentena

América del Norte/México/31-05-2020/Autor(a) y Fuente: www.publimetro.com.mx

En el estudio se reveló que solo el 70 por ciento de de los encuestados cuentan con internet de alta velocidad para realizar su trabajo desde casa.

home Office

 

Durante la cuarentena por el Covid-19, 41 por ciento de los mexicanos trabajan más horas y están más tiempo conectados por razones de oficina, además de realizar los quehaceres de la casa, reveló una encuesta.

En un estudio realizado a 1039 personas, de las cuales 47 por ciento fueron hombres y 53 por ciento mujeres señala que el 59 por ciento de los mexicanos estaría dispuesto una o dos veces por semana en la “nueva normalidad”, medida que podría ser adaptada en diferentes estados.

El objetivo del estudio realizado entre el 26 de abril al 1 de mayo de 2020, fue identificar la adaptabilidad de las personas durante la cuarentena; el impacto del home office y las nuevas necesidades de las personas surgidas en este periodo de confinamiento y distanciamiento social

«Los hallazgos han sido muy valiosos para documentar una realidad presente: una forzosa migración a una forma de trabajo remota sin considerar las repercusiones en el bienestar de las personas”, expresó Isaac Gómez-Mercado, facilitador del estudio realizado por Wellness & Productivity Project.

En el caso de las herramientas para realizar el trabajo, 93 por ciento de los encuestados dijo contar con computadora; 80 por ciento con teléfono móvil; 70 por ciento con internet de alta velocidad; 60 por ciento con programas o aplicaciones para hacer videollamadas, y solo 39 por ciento una silla ergonómica.

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Wellness & Productivity Project

Informó, por otro lado, que tan solo 15 por ciento de los encuestados declararon que se han vestido como si fueran a la oficina, siendo ésta una recomendación de los expertos en trabajo a distancia, y 79 por ciento usaron ropa cómoda.

Otra de las actividades que el público se mantiene en contacto a través de redes sociales y el 51 por ciento continua consultando las noticias alrededor del tema.

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Wellness & Productivity Project

Por último, la encuesta realizada a través de redes sociales arrojó que sólo el 42 por ciento de las personas se han ejercitado; 51 por ciento han consultado noticias; 32 por ciento están comiendo de más, aunque el 43 por ciento declaró haber comido mejor y más sano

Fuente e Imagen: https://www.publimetro.com.mx/mx/coronavirus-covid-19/2020/05/28/4-de-cada-10-mexicanos-aseguran-que-trabajan-mas-horas-durante-cuarentena.html

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7 mensajes virales sobre la educación en tiempos de confinamiento

Por: Jordy Jubany

Hemos recogido 7 memes, estos mensajes virales con cargas culturales, que hoy en día se mueven en Internet. Nos han llegado a través de sistemas de mensajería o los han compartidas en las redes sociales personas que tienen relación con el mundo educativo.

Los memes ya forman parte de nuestra cultura digital. Muestran inquietudes, malestar y reivindicaciones con un tono humorístico, irónico o crítico basados en hechos reales que dan para participar en un buen debate. Son muchas las dificultades y preguntas pendientes de resolver sobre la situación de la educación en el tiempo de confinamiento en el que nos encontramos actualmente. Y las que saldrán.

1 / El Titanic se hunde, pero sus músicos siguen tocando. La imagen compara la situación actual por la dificultad de mantener las funciones del sistema educativo cuando la sociedad está en una estado de emergencia. Los docentes, de todos modos, intentan hacer su trabajo en condiciones adversas.

2 / Los dispositivos móviles han pasado de estar prohibidos en muchos centros educativos a ser herramientas indispensables para la comunicación que deben ayudar al aprendizaje a distancia. El meme muestra gráficamente el cambio de mirada de muchas personas hacia las tecnologías actuales.

3 / Las dificultades del teletrabajo son enormes cuando hay que interactuar con muchas personas y resolver varias tareas a la vez. Seguramente tenemos que aprender a gestionarlo de otra manera para optimizar el tiempo y los recursos que todos dedicamos.

4 / Sin haberlo previsto, la evolución de la carrera docente entra en una dimensión desconocida: las clases virtuales. La composición nos muestra una metáfora en la evolución de los personajes interpretados por el actor Jack Nicholson y como cada situación los afecta a lo largo del tiempo.

5 / La metodología mostrada en ciertos programas de televisión educativos actuales es la misma que se utilizaba mucho tiempo atrás. Parece que no han incorporado las metodologías activas ni lo que se ha llamado la escuela avanzada ante la situación actual.

6 / Todo ello nos ayuda a comprender que, aunque la educación con pantallas nos puede ayudar, no puede sustituir la escuela en todas sus dimensiones. La imagen es una adaptación del cuadro «Ceci n’est pas une pipe», «Esto no es una pipa» de René Magritte, cambiando la pipa original para un ordenador portátil.

7 / Con esta imagen cinematográfica épica nos adentramos en un terreno de incertidumbre como es el tercer trimestre y la dificultad de su evaluación. Toda la comunidad ante esta aventura desafiante. Estando unos al lado de otros esperamos salir adelante.

Nos están cambiando las preguntas a medida que damos las mejores respuestas que sabemos. Pero quedan muchos interrogantes por delante: ¿cuándo será la vuelta a la escuela? ¿Cómo haremos compatible el acompañamiento emocional con el distanciamiento social? ¿Tendremos que combinar las aulas presenciales y las telemáticas? Seguro que nos llegarán nuevos memes que nos darán motivos para pensarlo. Abrazos virtuales.

(La autoría de la mayoría de estas imágenes, que se han convertido en virales en la red, es desconocida. Si algún lector conoce los autores, nos puede escribir a redaccion@eldiariodelaeducacion.com y las atribuiremos).

Fuente e imagen tomadas de: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/05/08/7-mensajes-virales-sobre-la-educacion-en-tiempos-de-confinamiento/

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