Las sesiones de la Conferencia de Desarrollo Educativo comenzaron hoy en el Palacio de Convenciones de esta capital, organizadas bajo el lema: ‘una visión educativa para la reconstrucción del hombre y la patria’.
Participan en el evento mil 700 delegados que representan ministerios, instituciones, centros y organizaciones que laboran en el campo de la educación, además de 630 expertos extranjeros acreditados por las Naciones Unidas, de países como Alemania, Irán, Rusia, India, Egipto y Pakistán.
En sus palabras de apertura de la Conferencia, el ministro de Educación sirio, Imad Muafak al-Azeb, ratificó el empeño de Damasco por una transformación educativa organizada y basada en planes estudiados con una participación comunitaria.
‘Es importante establecer sistemas educativos para hacer frente a los actuales cambios a través de una clara visión futura que conduzca a la reconstrucción del hombre y la patria’, precisó.
Las intervenciones en las sesiones del evento hicieron enfoque especial en vincular la educación con el mercado laboral y las etapas de producción.
‘Adoptamos planes para desarrollar el sector de la educación en todos los niveles, desde la fase preescolar hasta el posgrado, y también para reforzar la educación técnico-profesional, que tendrán un papel importante en la fase de reconstrucción’, dijo el ministro sirio de Educación Superior, Bassam Ibrahim, en su intervención en una de las sesiones del evento.
La conferencia tiene por objetivo formar una visión estratégica nacional avanzada para la educación en Siria hasta el 2030, de acuerdo con los requisitos del siglo XXI y a la luz de las transformaciones de la sociedad actual.
Los conferencistas abordaron, además, la institucionalización de la educación alternativa, la integración de los sistemas de educación y educación superior, los roles cambiantes del educador y el alumno en el siglo XXI, además del desarrollo de los planes de estudio y sus componentes, y su rol en la construcción de la nación y el ciudadano. La guerra terrorista contra Siria afectó seriamente el sector educativo, en los últimos tres años el gobierno sirio anunció una relativa recuperación de este sector al reconstruir siete mil escuelas destruidas y lograr la reintegración de más de un millón 200 mil niños a sus escuelas.
La escuela se concibe como un taller de formación humana; gestión colectiva del centro mediante la participación directa de educadores y educandos en la toma de decisiones.
El MST (Movimento Sem Terra), surge de la articulación de las luchas por la tierra y la reforma agraria en la década de los setenta, con ocupaciones, campamentos, marchas, conquista de escuelas y actividades de formación, etc.
Dispone de una pedagogía que va más allá de cada persona y se funde en la construcción de una identidad colectiva -soy mujer, soy negra, soy campesino, soy educadora,…- que combina teoría y práctica. Para el MST educar es humanizar, es cultivar el aprendizaje de cómo ser humano. Uno de sus retos pedagógicos es lograr una nueva síntesis cultural entre pasado, presente y futuro, compartiendo relatos, palabras y símbolos: los más diversos lenguajes. Por eso siempre está presente la memoria histórica y la utopía.
Entre sus principios pedagógicos cabe mencionar los siguientes: las personas se educan aprendiendo a conocer para resolver; las personas se educan aprendiendo del pasado para proyectar el futuro; las personas se educan en colectividades -de ahí la importancia de la convivencia y la construcción de identidades, valores y conocimientos; se educa a través de la conducta de las personas mayores; la escuela se concibe como un taller de formación humana; gestión colectiva del centro mediante la participación directa de educadores y educandos en la toma de decisiones.
En cualquier práctica pedagógica se combina el aprendizaje de habilidades -el aprender a hacer- con la adquisición de valores: solidaridad, austeridad, espíritu de sacrificio por el bienestar colectivo, disciplina o valoración de la propia identidad Sin Tierra (véase el vídeo de Agustí Corominas y Rosa Cañadell sobre el MST, en versión original y subtítulos en español. Un recorrido por diversos asentamientos de tierras ocupadas, siempre con la mirada pedagógica).
“La Escola Estatual Nova Sociedade” no es propiamente una escuela Sem Terra, pero a ella asisten muchos estudiantes de primaria y secundaria de un par de asentamientos próximos de este movimiento y, sin lugar a dudas, se identifica con su filosofía.
En el jardín nos fijamos en una cita de Saramago que ocupa casi la pared entera: “Aprendí nao tentar convencer ninguém. O trabalho de convencer é una falta de respeito, é una tentativa de colonizaçao do outro”. También está la huella escrita de Trotski, uno de los revolucionarios rusos proscritos y asesinado por el estalinismo. Los muros expresan una manera de pensar y hacer educación, con textos de pulcra caligrafía y bellas imágenes. “¿Para qué sirve el conocimiento?”; “Insistir, persistir, resistir, nunca desistir”; “La educación rural es un derecho, no una limosa”; “Respeto a la educación”. Y el alumnado escribe de modo permanente sus ideas, deseos y estados de ánimo: “No critiques, apoya”; “Angustiada, muerta por dentro”; «Estoy bien”; “Fingir o ser”; “Debemos respetarnos”; “No aguanto más”… Y se anuncian colectas de recogida de alimentos y ropa.
Con su director, visitamos algunas aulas. Nos cuenta que las hay temáticas, y algunos grupos van pasando por ellas en función de la materia o proyecto en que están trabajando. En una de ellas, repleta de libros de todo tipo, hay una enorme pintura mural que muestra la evolución de la Educación Física y el deporte, desde el Neolítico hasta la actualidad: “Siempre tratamos de conectar el pasado con el presente”.
En el aula científica se desarrolla el proyecto: “Ondas sonoras. Movimientos oscilatorios”. En el espacio literario, se estudia la obra de Pablo Neruda. Y en el de Historia, las raíces del barrio del colegio. Se dispone de un par de espacios exteriores muy utilizados para la observación, conocimiento y experimentación de la naturaleza: el huerto escolar y la agrofloresta.
Su proyecto educativo se inspira en la “Guia para transformaçao das relaçoes humanas e cooperaçao” –a la que también denominan “Método conscientia”–, poniendo el énfasis en la valoración humana, social y de la naturaleza. Este método parte de una crítica radical al sistema capitalista y apuesta por el socialismo autogestionario, mediante la democracia participativa directa. “Conciencia y libertad son inseparables. E igualdad significa igualdad en el ejercicio del poder, participación en la toma de decisiones, en la planificación y en la ejecución del trabajo”. Se hace hincapié en no caer en la reproducción de los métodos capitalistas -competir, exigir, premiar- en las relaciones cotidianas.
La libertad y la solidaridad son los dos grandes pilares sobre los que se asientan estas relaciones humanas y mencionan, como ejemplos a tener en cuenta, a Sócrates, Mahatma Gandhi, Antonio Gramsci, José Martí y Nelson Mandela, entre otros muchos. Entre las riquezas humanas citan las siguientes: alegría, amor, compromiso, coraje, creatividad, curiosidad, facilidad de aprender, honestidad, iniciativa, humildad, percepción y solidaridad. Para ello, usan una serie de instrumentos de valoración humana, como el conocerse a sí mismo y el respeto por los sentimientos; y de valoración social, como la inserción en la participación directa. Se utilizan las historias de vida como manera de valorar a las personas y el colectivo. Se cuenta su infancia, las vivencias de su entorno, la vida escolar o quienes le influyeron. “Cuando las personas se abren y hablan de sus angustias y dificultades les ayuda a sacarse sus máscaras. Esto aproxima a las personas, refuerza la comprensión y la tolerancia mutua y fortalece la unión del grupo”.
Tras esta conversación con el director, salimos de la escuela con sensaciones muy optimistas. Pero al cruzar el vestíbulo, un cartel nos recuerda la actual amenaza que se cierne sobre la educación “Guia rápido contra a censura nas escolas. Nao se deixe intimidad!» (Véase artículo anterior: Educación en Brasil 2).
Para los Sem Terra, como para todas las personas y colectivos que defienden una educación democrática, empieza una nueva resistencia.ç
Este pequeño pueblo de India ha logrado superar sus problemas con el agua con ayuda de una estación meteorológica instalada en el colegio y manejada por los alumnos
El colegio del pueblo de Kothapalli, en el sur de India, dispone de muy pocos medios: pizarras, pupitres, sillas, y un patio con un banco de madera bajo un árbol. Sin embargo, cuenta con un recurso poco corriente: una estación meteorológica automática. El centro, acurrucado entre las casas de los agricultores, es la única escuela pública del estado indio de Telangana, y posiblemente de todo el país, con una de estas herramientas en sus instalaciones, aseguran los científicos encargados de su supervisarla.
Los alumnos de tercero de Secundaria, todos ellos hijos de los agricultores locales, registran las precipitaciones, la humedad, la velocidad del viento y la temperatura del aire como parte de un proyecto más amplio dirigido por un instituto internacional de investigación de los cultivos cuyo objetivo es adaptar la agricultura del pueblo al agua disponible.
«Entiendo cómo funciona. Sé que, si el día anterior ha llovido lo suficiente, es un buen momento para abonar las cosechas», explica Vamshi Voggu, de 14 años, un estudiante al que no le gustan mucho las clases de ciencias, pero que disfruta con la tarea de seguimiento de las condiciones meteorológicas que realiza en el colegio por la mañana. «Mis padres son agricultores y esta información los ayuda», añade durante una pausa entre clases mientras sus risueños amigos interrumpen para contar lo mucho que los campesinos del pueblo se benefician del dispositivo.
Hace dos décadas, Kothapalli se enfrentó a una grave crisis en el suministro de agua. Los recursos disponibles eran insuficientes para regar los campos o para beber, y las mujeres tenían que caminar kilómetros para ir a buscarla. Los habitantes del pueblo cuentan que casi la mitad de los niños no estaban escolarizados, y muchos de ellos pastoreaban el ganado para complementar los ingresos familiares. Más o menos al mismo tiempo, los empleados de una oficina del Instituto Internacional de Investigación de los Cultivos para los Trópicos Semiáridos (ICRISAT, por sus siglas en inglés), situada a unos 60 kilómetros de Kothapalli, proyectaban reproducir en algún pueblo un proyecto de gestión de cuencas experimentado en laboratorio.
Un político local llamó su atención sobre la falta de agua en la aldea. El proyecto, que trajo consigo pozos para la recogida del agua de la lluvia, diques, balsas agrícolas y la estación meteorológica ha dado como resultado cosechas abundantes en los últimos años. Además, el nivel freático ha subido unos cuatro metros y la agricultura está cada vez más en sintonía con la pluviometría. Mientras que, en los últimos años, la lucha por el agua en India se ha intensificado, y en numerosos pueblos y ciudades este precioso recurso está agotándose, Kothapalli se mantiene a flote.
«El número de días de lluvia en la zona está descendiendo, lo que supone periodos de sequía más largos y mayor cantidad de lluvia en un día», explica el agroclimatólogo Kesava Rao, miembro honorario del ICRISAT en Hyderabad. Con la alteración de los patrones climáticos y el mejor acceso al agua del subsuelo, las prácticas agrícolas tradicionales de Kothapalli han cambiado. Los campos en los que se cultivaba principalmente algodón se han diversificado para incluir especies que permiten un uso eficiente del agua, como el sorgo, el maíz, el guandú, las hortalizas y también las flores. Registrar por primera vez las precipitaciones que recibe el pueblo ha proporcionado igualmente indicadores clave de la humedad de los suelos para ayudar a planificar las pautas de cultivo, añade Rao.
Al principio, los científicos del ICRISAT visitaban la estación meteorológica una vez al mes para realizar las lecturas, afirma. «Pero se nos ocurrió involucrar a la comunidad, así que la trasladamos al colegio hace una década. Cada año formamos a los niños durante dos días para que sepan realizar las lecturas. Ahora los alumnos están orgullosos de lo que tienen en la escuela», explica el especialista.
Una labor matutina
Cuando, hace cuatro años, Binkam Sudhakar llegó al instituto de Kothapalli para ocupar el cargo de director, nunca había visto una estación meteorológica. Ahora piensa que es la mejor herramienta que tiene el centro para dar clases prácticas sobre el cambio climático, muy diferentes del método de memorización habitual en el sistema educativo indio.
Cada mañana, antes de la asamblea escolar, dos alumnos se dirigen a la estación con un cuaderno y un lápiz, extraen el monitor en forma de teléfono móvil y comprueban los registros de lluvia y temperatura pulsando unos cuantos botones. A continuación, apuntan las mediciones en el gráfico multicolor del tiempo pintado en la pared exterior de la escuela.
Los agricultores locales aseguran que los boletines diarios les son de gran ayuda. «Es muy importante. De camino al trabajo, comprobamos aquí la lluvia que ha caído», cuenta Voggu Anjaiah, de 50 años y propietario de 2,5 hectáreas de terreno, que consulta cada día los valores registrados. «Yo cultivo algodón, melón amargo, judías verdes y guandú. Antes solo tenía algodón. No sabíamos cuánto llovía. Ahora sabemos también cuándo la humedad del suelo es la adecuada, así que hemos empezado a cultivar hortalizas», explica.
Sin embargo, como muchos agricultores del pueblo son analfabetos, menos de la mitad consultan los registros de la estación como hace Anjaiah. Hay niños que leen en voz alta la información del tablón a sus padres, que nunca fueron al colegio. Otros notifican las novedades importantes cuando vuelven a casa después de clase como, por ejemplo, si llovió bastante el día anterior. Los jóvenes «hombres y mujeres del tiempo» piensan que participan en una tarea importante. «Nunca falto a mi turno», declara Vamshi.
Un giro radical
Cuando Venkat Reddy, de la organización proderechos de los niños Mamidipudi Venkatarangaiya, visitó Kothapalli por primera vez en 1991 vio grandes extensiones de secano y niños trabajando como peones. Al cabo de cuatro años, tras varias campañas intensivas en las que participaron jóvenes que iban de puerta en puerta instando a los padres, los empresarios y los funcionarios del Ayuntamiento del pueblo a que mandasen a los niños al colegio, Kothapalli fue declarado municipio sin trabajo infantil por parte del Gobierno local.
«Todo el pueblo se unió en defensa de sus niños», cuenta Reddy por teléfono desde la ciudad de Hyderabad, en el sur del país. El número de alumnos de la escuela primaria del pueblo aumentó, y ahora hay suficientes estudiantes que han seguido con su educación para que exista también un instituto que ofrece clases hasta cuarto de Secundaria.
A medida que más estudiantes se matriculaban en el colegio, las mediciones de la estación meteorológica se volvieron accesibles para más agricultores. «Mis padres nunca obtenían beneficios de la agricultura. Éramos muy pobres. Me sacaron del instituto después de cuarto de ESO», recuerda Malleshwar Goud, cuyo hijo Gurulingam, de 13 años, cursa tercero en el instituto local. Goud cultiva legumbres, soja, maíz y hortalizas en sus tierras, y dice que ya no depende de una sola cosecha para sobrevivir todo el año. Nunca consulta los datos meteorológicos, ya que su hijo le informa de las mediciones cuando vuelve del instituto.
Los activistas y los científicos reconocen que, aunque nadie lo planificase, Kothapalli se ha convertido en un laboratorio de experimentos para el cambio social. Según Reddy, de la Fundación Mamidipudi Venkatarangaiya, su organización reprodujo la campaña de Kothapalli para acabar con el trabajo infantil en los pueblos del estado de Telangana y su vecino Andhra Pradesh, mientras que el ICRISAT amplió su innovador proyecto de gestión a 13 pueblos de diferentes estados del país. Mientras, Goud espera que una buena formación y la mejora de los rendimientos de sus cosechas a lo largo del año protejan el futuro de su hijo. «Seguirá estudiando hasta que encuentre un buen trabajo», afirma el agricultor.
Fuente e imagen: https://elpais.com/elpais/2019/08/29/planeta_futuro/1567088422_743860.html
Dotar de un sentido limpio y claro a la educación es una necesidad urgente. Construir un relato desde la izquierda que recupere el sentido más humano de la educación, la cultura y el conocimiento es un importante reto.
Creo necesario, en este primer artículo, hacer una reflexión sobre dónde nos ha ido llevando la deriva política neoconservadora. Cómo ha impuesto un relato social y cultural cuyo fundamento es un modelo educativo obsesionado por seleccionar, segregar, excluir y clasificar. Una máquina de exclusión social.
Seis años de LOMCE. Seis años bajo la bota de la mal nacida “ley Wert” que ha causado graves desperfectos y no menos lesiones a la educación pública española. Casi una década de recortes y de políticas que han privilegiado al sector privado, desandando treinta años de esfuerzos presupuestarios y pedagógicos. Que está convirtiendo a las escuelas y a los institutos en una especie de enclaves aislados del resto de la sociedad y de los procesos culturales que la atraviesa. La LOMCE es una ley que activa una pedagogía para oprimir y someter, y hace posible que la historia del progreso y las revoluciones sociales y tecnológicas pase por delante de los centros educativos sin entrar en ellos.
Necesitamos una pedagogía socialmente más responsable y una visión práctica más arraigada en la participación y en las más profundas convicciones democráticas. Y unas políticas educativas que ensanchen el terreno de juego del futuro sistema educativo. Que permita crecer a las personas.
Es posible comprometerse en actividades críticas tanto educativas como sociales, capaces de resolver los problemas reales con los que se enfrenta la gente cada día.
Esta visión global tiene que ir unida a una acción social generadora de cambio. Solo si avanzamos en la construcción de movimientos sociales de amplio espectro donde el conjunto de la comunidad educativa participa en la consecución de objetivos más amplios a favor de la justicia y la equidad social conseguiremos éxitos duraderos.
El neoliberalismo más conservador ha importado al sistema educativo la crisis económica que ha promovido, descargando sobre él el argumento necesario para que la educación se convierta en un puntal del modelo social dominado por las ideas más descarnadas e insolidarias.
¿De quiénes son el conocimiento, la cultura y la estrecha visión del mundo que modelan los currículos, y se incorporan a los libros de texto, y cada vez más convierten la educación en instrucción? ¿Por qué la dura pugna por el control del contenido y la estructura del currículo? ¿Para qué una instrucción bajo los parámetros de la economía más reaccionaria y al servicio del mercado? Simplificación, fragmentación y mercantilización. Publicidad comercial y propaganda política se dan la mano.
El que tiene el relato tiene un poder inmenso y en España el relato educativo lo tiene una derecha cada vez más contaminada por las ideas de la extrema derecha que se extiende por otros países de Europa. Eso no es educación. Hay que leer a los grandes escritores del siglo XX como Setefan Zweig, Karl Kraus o Primo Levi para darnos cuenta del grave peligro que corremos. Anulada la memoria histórica se pierde la mesura, y en la desmesura todo vale, sin que la moral sea obstáculo.
La derecha contaminada por la extrema derecha ha asaltado las certezas más humanas -solidaridad, cooperación, justicia social, amor, amistad, diálogo, etc.- , convirtiendo la ficción en realidad y ahogando el compromiso que nace entre las personas. La lección es que ya nada anda al paso del ser humano. Ha triunfado el individuo que se repliega sobre sí mismo frente al compromiso solidario que significa ser persona. La educación queda reducida a una escuela cercada de prejuicios reaccionarios y en el fondo antipopular.
Dotar de un sentido limpio y claro a la educación es una necesidad urgente. Construir un relato desde la izquierda que recupere el sentido más humano de la educación, la cultura y el conocimiento es un importante reto.
Necesitamos una reflexión consciente sobre el sentido de la educación no del mercado educativo. Empezar a educar al servicio de las personas para avanzar, crear conocimiento, crecer y expresar libremente pensamientos y sentimientos no solo al servicio de uno mismo sino de uno mismo como parte de la humanidad, un signo de cambio. Dar sentido a la educación, vitalizarla, con ideas claras y propuestas claras, una necesidad.
América del sur/Colombia/26 Septiembre 2019/El colombiano
Con el fin de analizar factores como la eficiencia en las secretarías de Educación del país, disponibilidad de recursos, políticas educativas nacionales y acciones de los actores educativos en el territorio colombiano, se creó la plataforma ‘Educo’.
La plataforma, diseñada por la Fundación Empresarios por la Educación y la Universidad Jorge Tadeo Lozano, se enfoca en el funcionamiento de la descentralización del sistema educativo colombiano, debido a la falta de análisis integrales para determinar el estado de la gestión y presencia gubernamental en el territorio nacional.
Además del componente analítico, el Observatorio busca ayudar a los líderes regionales en la toma de decisiones sobre la problemática educativa de sus territorios, a partir del reconocimiento de buenas prácticas.
Andrea Escobar, directora ejecutiva de la Fundación Empresarios por la Educación, destaca la misión del Observatorio ‘Educo’ “de generar conocimiento y orientaciones innovadoras a los temas críticos en la educación, a partir del estudio de las diversas condiciones del territorio nacional, trabajando con las regiones”.
Por otra parte, Cecilia María Vélez, exministra de Educación y actual rectora de la universidad, destaca que ‘Educo’ “tendrá una mirada amplia y completa de la gestión de las Secretarías de Educación pues, además de tener en cuenta la disponibilidad y el uso de recursos, fija la mirada en comprender sus equipos de servidores públicos, y los espacios de participación y articulación para el desarrollo de la política pública”.
El Observatorio va a regirse por 120 indicadores cuantitativos y cualitativos fundamentados en tres ejes: eficiencia técnica, democratización y potencial humano. También contará con cuatro líneas de trabajo en investigación, ejecución de políticas públicas, articulación entre actores de la comunidad educativa y mapeo de buenas prácticas de las 98 secretarías de Educación certificadas del país. Se espera que para el 2020 Colombia tenga el análisis del 90 % de las secretarías de Educación del país.
Para la rectora de la universidad, este observatorio significa “un aporte al desarrollo de una mirada amplia y dignificante de la gestión educativa, y a la interpretación y análisis de problemas estructurales del sistema educativo colombiano”.
El debate educativo, como otros muchos, se ha convertido, desde la aparición de las redes, en un lugar en el que cualquiera puede decir cualquier cosa sin necesidad de que sea una opinión fundada, contrastada. Habría que establecer algunos criterios para revertir esta situación.
Este verano leyendo un interesante libro del profesor Ignacio Sánchez-Cuenca, La desfachatez intelectual¹, no paraba de pensar en la educación aunque el autor habla poco de ella. Trata, predominantemente, de las tonterías y la pobreza analítica y empírica del diagnóstico que hacen actualmente algunos intelectuales sobre los asuntos públicos.
No podía evitar pensar que la educación es un importante asunto público en el que pasa lo mismo que analiza el libro. También en educación algunos intelectuales dan respuestas simplistas a problemas complejos y, a veces, se convierten en referencias del debate por su influencia en las redes sociales, los diarios de carácter general o el cargo político o social que ostentan.
Antes de los medios digitales, para conocer aspectos sobre el cambio educativo o cualquier tema pedagógico, uno tenía los artículos y los libros y no todo era publicable. Ahora, cualquiera puede mirar en las redes sociales y encontrar muchas opiniones, experiencias o debates sobre temas educativos, predominantemente relacionados con la innovación. Hay mucha dispersión, muchos temas, panfletos y fragmentación que permiten picotear aleatoriamente. Es posible escribir y opinar sobre cualquier cosa con ideas personalistas, a veces demasiado personalistas o intencionadas, poco analizadas y contrastadas. Y aparece un gran rompecabezas de temas e intuiciones poco validadas y que, por lo tanto, aumentan la confusión.
Es cierto que todo el mundo tiene derecho a participar y dar su opinión, faltaría más. Pero algunos personajes y colectivos (por ejemplo, sindicados, fundaciones, asociaciones, partidos políticos…) lo tendrían que hacer con algo más de rigor sin tener en cuenta el número de seguidores en una red social o en artículos de divulgación en los diarios que los publican por ser quienes son o lo que representan. No todo es válido en educación y menos ciertas ocurrencias, prácticas inviables o intuiciones que pueden aparecer en algunos iluminados espontáneos.
Y esto hace que nos encontramos con algunas propuestas de políticas y prácticas educativas inútiles, poco revisadas o más cercanas a la mercadotecnia que a una verdadera intención de mejora de la educación. Pero el peligro es que crean opinión y credulidad en un determinado sector.
Siempre he pensado que en educación una cuestión es la opinión, legítima e individualista, y otra, el trabajo colectivo pausado, donde existe un compromiso de desarrollo conjunto, con una cierta prudencia en la experiencia y el conocimiento que desarrolla, con argumentos y coherencia. Esta es el que se tendría que pregonar.
Ya sé que es difícil poner orden en el marasmo actual de información educativa, pero tendrían que establecerse ciertos compromisos colectivos sobre qué funciona y qué no con rigurosidad, investigación y experimentación. Y es verdad que ya empiezan a aparecer críticas a esta “opinionities”, pero no es suficiente.
Es fácil que la educación quede abonada de personajes o intelectuales que desde sectores cercanos o no a lo educativo opinan sobre cómo tendrían que ser las cosas. Lo hacen en blogs o vídeos en YouTube. Algunos de los cuales acaban con la marca de su empresa, institución o asociación. ¿Mejora de la educación o aumento de seguidores?
Es una nueva época de información y conocimiento disperso y esto nos tendría que llevar a analizar de otra manera lo que se dice y se hace. Se tendría que analizar, con mucho cuidado, estas posibles pedagogías inútiles, no validadas, ni experimentadas y establecer más criterios de rigor y crítica colectiva. Y no dar privilegios ni oídos a aquellos que no conocen bastante de lo que hablan o emiten una intuición u opinión, a veces de carácter elemental, intencional, imposible y superficial.
Sánchez-Cuenca, I. (2017). La desfachatez intelectual. Escritores e intelectuales ante la política. Madrid: Los libros de la catarata. Séptima edición ampliada.
La primera serie infantil de animación en el mundo que aborda la sexualidad de manera educativa, «Sex symbols», presentada en el foro Cartoon Forum de Toulouse, ha sido creada por la valenciana Paloma Mora y quiere ayudar a los niños que empiezan a interesarse por el sexo y no encuentran respuestas adaptadas a su edad.
El punto de partida del proyecto, todavía inacabado, fue la falta de contenido adecuado para los niños de 9 a 14 años, el mismo público al que este se dirige, ya que «no existe ninguna serie que trate el tema con un enfoque didáctico», cuenta a Efe Paloma Mora.
«Vimos que, a partir de los 9 años, empiezan a investigar sobre sexualidad y en internet solo encuentran pornografía», añade.
Según Mora, esto provoca una confusión en la mente de los preadolescentes que lleva a identificar la sexualidad con el modelo de sumisión de la mujer frente al hombre perpetuado por la industria pornográfica.
Los guionistas contactaron con médicos especialistas en educación sexual y planificación familiar para documentarse sobre las relaciones que tienen los jóvenes hoy en día y los problemas a los que se enfrentan.
Los métodos contraceptivos, las erecciones o los cambios de un cuerpo de niño a uno de adulto centran algunas de sus dudas más frecuentes y protagonizan por separado cada capítulo donde son los propios órganos los encargados de explicárselas.
La serie buscaba dar voz a una figura distinta a la paterna. Y, además de informar, quiere entretener: «Cuenta historias en forma de comedia y de manera natural, que es el lenguaje perfecto para llegar a los jóvenes», explica Mora, valenciana de 49 años.
El capítulo piloto tiene como protagonistas a los ovarios, que explican el fenómeno de la menstruación de forma didáctica y en clave de humor.
Además de los órganos, «Sex symbols» tiene cuatro protagonistas fijos que exploran los diferentes temas a través de sus vivencias personales, cada uno con un carácter y unos atributos físicos distintivos que permitan a los niños verse reflejados.
El perfil de niño sabelotodo, el introvertido o la intelectual protagonizarán cada capítulo, de unos 7 minutos de duración.
«Tratándose de un tema como éste, que todavía resulta tabú para las televisiones, era necesario un capítulo piloto para mostrar el estilo, los personajes, pero también para que deje de tratarse como un asunto delicado», añadió Mora.
El proyecto, producido por TV On Producciones, costará 1,8 millones de euros (1,98 millones de dólares) y ya dispone de la mitad de la financiación, toda española.
El objetivo de Mora es finalizar la serie a lo largo de 2020 y su presentación en el Cartoon Forum tuvo como objetivo intentar conseguir el presupuesto restante.
Ese encuentro, inaugurado este martes, es el más importante de la animación para televisión en Europa y celebra hasta el jueves su 30 aniversario.
Encabeza el foro Francia, que presenta 25 producciones, mientras que España, uno de los países con mayor representación, propone cinco series.
El 2D sigue liderando las producciones del Cartoon Forum, pero en cuanto a formato, el «transmedia», mediante el que la historia se despliega a través de distintas plataformas, sigue ganando terreno, y varios de los proyectos presentados se podrán ver además de en televisión, en teléfonos móviles, tabletas o videojuegos.
Las series seleccionadas para el evento, un total de 85, suman más 500 horas de emisión y van dirigidas en su mayoría a niños de 6 a 11 años, mientras que las de animación para adultos rondan el 10 %.
Esta edición acoge a unos 1.000 profesionales del sector, entre productores, inversores y canales de televisión de 24 países diferentes, que se dan cita en Toulouse para promover la colaboración y la coproducción.
OtrasVocesenEducacion.org existe gracias al esfuerzo voluntario e independiente de un pequeño grupo de docentes que decidimos soñar con un espacio abierto de intercambio y debate.
¡Ayúdanos a mantener abiertas las puertas de esta aula!