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Una educación para la complejidad.

Centro América/Nicaragua/Fuente:http://www.radiolaprimerisima.com/

Por: Miguel de Castilla.

El segundo aprendizaje presentado por la Comisión Delors de la Unesco  en la obra La Educación encierra un tesoro, es Aprender a Hacer. Este aprendizaje y Aprender a Conocer, completan un círculo virtuoso eficiente y productivo. Uno y otro aprendizaje responden y dan sentido a las preguntas: ¿para qué aprender? y  ¿para qué enseñar?

Frente a las complejidades actuales y futuras de los mercados de trabajo, a los cuales la educación debe responder, la Comisión Delors plantea la siguiente interrogante: ¿Cómo enseñar al estudiante a poner en práctica sus conocimientos y, al mismo tiempo, cómo adaptar la enseñanza al futuro mercado de trabajo, cuya evolución no es totalmente previsible?

Como se podrá observar, la problemática no puede ser más compleja, por un lado la educación debe responder tanto a las necesidades inmediatas de la economía y de los propios estudiantes como sujetos de aprendizaje, y por otro lado, la educación debe dar respuesta tanto a las necesidades de los procesos productivos del futuro, como de las calificaciones de la fuerza de trabajo necesarias para su realización.

La atención simultánea a estos dos imperativos del presente y del futuro, es lo que se conoce como pertinencia social de la educación, y por causas obvias deben estar presentes en los escritorios de los programadores de los currículos de las instituciones de educación superior y de la educación técnica y profesional, y de los Centros de formación docente en las Escuelas Normales y las Facultades de Educación.

La Comisión de la Unesco, camino a responder a estas interrogantes, establece diferencias entre las economías de las sociedades altamente industrializadas y desarrolladas, en donde las estructuras y características de los mercados de trabajo son muy complejos, y las economías en las que existe de manera generalizada el trabajo informal.

La relación entre el trabajo y la educación en las sociedades de economías industrializadas, transita y cambia a medida que evolucionan los modos y maneras del factor trabajo, desde la época en que predominaba el trabajo físico y manual y eran necesarias destrezas y habilidades que se enseñaban en los cursos de formación técnica y profesional, hasta la época actual en que las economías y el trabajo se enfrentan a amplios procesos de “desmaterialización”, provocando transformaciones principalmente en lo relacionado a las relaciones de trabajo, por lo que las exigencias tienen que ver con capacidades de iniciativa para comunicarse, de trabajar en equipo, afrontar y solucionar conflictos y asumir riesgos.

En estas circunstancias la expresión “Aprender a hacer”, de uso límpido y transparente en el pasado y fácilmente inteligible en los países de economías no estructuradas, ha perdido su significado en las economías altamente desarrolladas, en donde “a las tareas puramente físicas le suceden tareas más intelectuales y más cerebrales, a medida que las propias máquinas se vuelven más “inteligentes” y que el trabajo se “desmaterializa”.

Contrario al caso anterior, en las llamadas economías no estructuradas en las que las actividades asalariadas no son las más frecuentes, el factor trabajo tiene otra naturaleza. En muchos países de América Latina y el Caribe, África y Asia la mayoría de las poblaciones trabaja en el sector informal de la economía, el que convive con otros sectores que trabajan en actividades agrícolas y un sector reducido que labora en la llamada economía formal. En estas circunstancias y cuando hay diferentes destinos, para los programadores del currículum la situación no puede ser más compleja, en tanto hay que ofrecer respuestas con altos niveles de flexibilidad, capaces de adecuarse a todas las situaciones posibles, en las aulas de clase y en los futuros puestos de trabajo.

Se trata no solo de preparar a los estudiantes para el desempeño de una profesión o una destreza determinada, sino que también para la movilidad horizontal de los mismos en diferentes tipos de oficios y tareas y en las diferentes formas y modos productivos, tanto de la economía formal  como en otras de la economía no formal. Una educación y una formación para la complejidad en las circunstancias del subdesarrollo. Igual a una educación y una formación para la complejidad, en las sociedades de economías altamente desarrolladas.

Fuente: http://www.radiolaprimerisima.com/blogs/1651

Imagen: https://lh3.googleusercontent.com/sZa8qMkL6Pr_AE8xN6je4FuzvPdsSf6XU7iwjkzL8eMT_Osq6ro-3J7hxljIFnF7AJmay18=s114

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La Formación Técnica, pilar del desarrollo.

Centro América/Nicaragua/Fuente:http://www.elnuevodiario.com.ni/

Por: Rafael Lucio Gil.

La lógica del discurso de la Formación Técnica se viene apagando en el país, paradójicamente, cuando el desafío del desarrollo urge cada día más. Este silencio oficial y social, es altamente preocupante. Pensar en grande el desarrollo no será sino un engaño, mientras siga silenciada y tratada como “hija pobre”, la educación técnica.

Padres y madres de familia, adolescentes y jóvenes, continúan reafirmando en este tema, una representación social, mental y cultural muy resistente al cambio. Pareciera que el único camino y estatus se ubica en la educación superior, sin preguntarse por el ámbito ocupacional y el desarrollo necesario de la empleabilidad. Los medios de comunicación refuerzan esta cultura, y obvian publicitar la formación técnica. Todo hace pensar que la educación técnica no es parte de la agenda nacional.

La experiencia de muchos países que han avanzado significativamente en su desarrollo, resalta la opción de la formación técnico profesional, como su principal fuente de recursos humanos altamente preparados y estrechamente vinculados a las demandas del empleo. Su desarrollo en competencias humanísticas y técnicas, abona a su empleabilidad y éxito. Adicionalmente, la construcción de vasos comunicantes y pasarelas curriculares entre esta formación y la educación superior, la hace aún más atractiva. 

Nicaragua, en los últimos treinta años, ha realizado algunos esfuerzos con resultado sumamente endebles. La disputa de sentidos y significados ocurridos, han postrado avances posibles; la carencia de una Ley actualizada y pertinente y  un Presupuesto apropiado impiden avanzar. Los recursos y asesoría de países amigos, en décadas, han creado mayor confusión, abundando en modelos curriculares diversos no contextualizados. Empresas e instituciones estatales, en contraste, formulan demandas más pertinentes que no obtienen las respuestas requeridas. La globalización, por su parte, demanda al país exigencias a las que la débil preparación técnica no puede responder.

Esta baja calidad de la formación técnica depende de un profesorado empírico (el país no cuenta con ninguna institución especializada en formar docentes para esta modalidad).  La preparación es meramente instrumental, sin desarrollo de capacidades culturales, humanas y técnicas actualizadas. La capacitación demandada por empresarios, escapa a la formación integral, sin posibilidades de manejar la tecnología más moderna. 

Algunos programas como el de Aprendo y Emprendo (Usaid), focalizado en la Costa Atlántica, sale al paso de este gran vacío, en el ámbito privado, como una experiencia innovadora. Por otra parte las Cumbres Mundiales brindan lecciones relevantes, como fruto del camino ya recorrido por otros países, que aportan luces de interés. Todo hace pensar que el país necesita concertar una agenda nacional, con amplia participación social, institucional y empresarial, en favor de un programa de formación técnica sólido, bien articulado, y que abarque el universo educativo del país, con los recursos financieros necesarios, y currículos y metodologías de enseñanza aprendizaje de calidad.

En 1987 la Unesco celebró en Berlín, Alemania, el primer Congreso Internacional sobre Formación Técnica y Profesional, con el objetivo de consolidar el desarrollo y la mejora de la enseñanza técnica y profesional en los Estados Miembros. En noviembre de 1989, se reúne en París la Conferencia General de la Unesco Convención sobre la Enseñanza Técnica y Profesional. “Reconociendo que la enseñanza técnica y profesional responde al objetivo mundial del desarrollo de los individuos y las sociedades”. Así mismo que,” los Estados partes convienen en formular políticas, definir estrategias y poner en práctica, en función de sus necesidades y recursos, programas y planes de estudios de enseñanza técnica y profesional destinados a los jóvenes y a los adultos, en el marco de sus respectivos sistemas educativos, a fin de que puedan adquirir los conocimientos prácticos indispensables para el desarrollo económico y social y para la realización personal y cultural de cada individuo en la sociedad”. 

En el mes de abril de 1999 se celebró en Seúl, el Segundo Congreso Internacional, insistiendo de nuevo en los mismos tópicos. Del 1 al 4 de diciembre del 2009 se celebra en Belem, Brasil,  el CONFITEA VI con el lema: “Vivir y aprender para un futuro viable: El poder del aprendizaje de adultos”, promoviendo el derecho al trabajo y  a esta formación relacionada con el trabajo.

Por último, la XVIII Conferencia Iberoamericana de Educación celebrada en El Salvador el día 19 de mayo de 2008, concentra su interés en la urgente necesidad de ofrecer a los jóvenes y personas adultas, la formación profesional  que les facilite  el acceso al mercado laboral, con énfasis en el autoempleo. 

Los referentes están claros. El tema demanda una cultura diferente y decisiones valientes, coherentes y responsables. El país lo necesita y toda la ciudadanía lo merece. 

Fuente: http://www.elnuevodiario.com.ni/opinion/399898-formacion-tecnica-pilar-desarrollo/

Imagen: http://www.lavozdelsandinismo.com/wp-estaticos/2014/03/02/mst50ke6.jpg

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Inclusión en educación.

América del sur/Argentina/Fuente:http://www.diariodecuyo.com.ar/

Por: Yolanda Quiroga

La educación contemporánea se enfrenta ante el desafío de portar una doble condición, ser de calidad e inclusiva.

El reto para los sistemas educativos y las instituciones se sitúa en torno a la necesidad de generar experiencias que propicien saberes socialmente significativos» (Frigerio 2008).

El derecho a la educación implica, acordar y diseñar estrategias para promover el ingreso, permanencia y egreso de una institución educativa. De esta manera, la palabra inclusión se traduce en reconocimiento y alojar a todos sobre la base de un horizonte común: más y mejores oportunidades de aprendizaje, representando enfáticamente inclusión social.

Una educación equitativa y de calidad, garantiza el acceso, la plena participación y el aprendizaje a todos y cada uno de los estudiantes, independientemente de sus diferencias personales y su procedencia social y cultural» (Murillo 2008). No podría hablarse de educación de calidad si no se logra que todos los alumnos, y no sólo parte de ellos, adquieran las competencias necesarias para insertarse activamente en la sociedad y así, desarrollar su proyecto de vida en relación con otros.

La UNESCO en su informe (2005), establece tres elementos para definir una educación de calidad: respeto de los derechos, equidad en el acceso, los procesos y los resultados y pertenencia de la educación, es decir, aquella que tienen al ‘alumno en el centro», adecuando la enseñanza a sus características y necesidades.
Si hablamos de una educación inclusiva implica una transformación en los paradigmas educativos considerando la diversidad.

Una educación con estas características, demanda mayor profesionalismo de los docentes, trabajo en equipo y proyectos educativos amplios y flexibles que se adapten a las distintas necesidades de los alumnos. Requiere un abanico de propuestas educativas, a fin de asegurar que todos logren las competencias básicas a través de distintas alternativas equivalentes en calidad. Son procesos y su incorporación, en consecuencia lentos. La educación inclusiva hace referencias entonces, a las necesidades de contemplar la igualdad de derechos y oportunidades para todos. Al mismo tiempo supone aludir a la exclusión.

Muy unida a estos datos está educación-pobreza. La Argentina se encuentra entre los países con más altas tasas de acceso y cobertura en la educación básica o primaria (Unicef 2012). Sin embargo, los principales problemas del sistema educativo argentino, tienen que ver con la calidad, el bajo nivel de aprendizaje de los contenidos básicos y la deserción en el nivel secundario. Estar escolarizado, no significa haber avanzado acorde con los niveles de aprendizaje requeridos.

Diferentes autores sostienen que uno de los factores que generan segmentación social es la marginación por inclusión. Esto significa, que el estudiante no ha logrado la adquisición de habilidades básicas, como pasar de grado, sin adquirir las nociones esperadas (Gentili 2011).

Uno de los retos centrales de la educación, reside en portar una doble condición, ser de calidad e inclusiva. Responde a este desafío el poder articular y coordinar distintas estrategias y miradas. No podemos negar, que buena parte de los jóvenes que ingresan en las escuelas secundarias, padecen problemas y necesidades básicas insatisfechas. No sólo en el terreno de la alimentación sino salud, vivienda y acceso a servicios públicos.

Urge tender a superar la segmentación del sistema educativo para lograr una educación inclusiva y de calidad.

Fuente: http://www.diariodecuyo.com.ar/home/new_noticia.php?noticia_id=727035

Imagen: 

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Aprendizaje formal, no-formal e informal

Por: Rosa Maria Torres

Educación. Proceso mediante el cual las sociedades transmiten en forma intencionada el acervo de información, comprensión, conocimientos, actitudes, valores, habilidades, competencias y comportamientos de una generación a otra. Comprende el uso de actividades de comunicación destinadas a producir aprendizaje.

Educación formal. Educación institucionalizada, intencionada y planificada por organizaciones públicas y organismos privados acreditados. En su conjunto, esta constituye el sistema educativo formal del país. Por consiguiente, los programas de educación formal son reconocidos por las autoridades nacionales pertinentes o instancias equivalentes, por ejemplo, cualquier otra institución que colabore con las autoridades nacionales o subnacionales de educación. La educación formal comprende esencialmente la educación previa al ingreso al mercado laboral. Con frecuencia, la educación vocacional, la educación para necesidades especiales y parte de la educación de adultos se reconocen como parte integral del sistema nacional de educación formal.

Educación no formal. Educación institucionalizada, intencionada y organizada por un proveedor de educación. La característica que define la educación no formal es que representa una alternativa o un complemento a la educación formal de las personas dentro del proceso de aprendizaje a lo largo de la vida. Con frecuencia, se plantea como una forma de garantizar el derecho a la educación para todos. Atiende a todos los grupos de edad aunque no está necesariamente estructurada como una trayectoria continua. La educación no formal puede ser corta en términos de duración y/o intensidad y habitualmente se imparte bajo la forma de cursos cortos, seminarios o talleres. En general, no conduce a certificaciones reconocidas por las autoridades nacionales o subnacionales competentes como equivalentes a las otorgadas por la educación formal. En ocasiones no otorga certificación alguna. La educación no formal incluye programas que pueden contribuir a la alfabetización de jóvenes y adultos, a la educación de los niños no escolarizados, así como programas destinados a impartir habilidades básicas para la vida, destrezas ocupacionales o programas orientados al desarrollo social o cultural.

Aprendizaje informal. Modalidades de aprendizaje intencionadas, aunque no institucionalizadas. De esta manera, se caracterizan por ser menos estructuradas y organizadas que la educación formal o no formal. El aprendizaje informal puede incluir actividades de aprendizaje realizadas en el hogar, el lugar de trabajo, la comunidad o como parte del vivir diario. Asimismo, puede tener carácter individual, familiar o social.

Aprendizaje imprevisto o aleatorio. Las diversas formas de aprendizaje no organizado, incluyendo las que comprenden actividades de comunicación que no han sido diseñadas con el fin de producir un aprendizaje. El aprendizaje imprevisto o aleatorio se puede producir como consecuencia del quehacer diario, de eventos, o de actividades de comunicación no concebidas como actividades intencionadas de educación o aprendizaje. Entre los ejemplos de aprendizaje aleatorio se pueden mencionar las actividades que tienen lugar durante una reunión o las asociadas con una transmisión de radio o televisión que no han sido diseñadas como un programa educativo.

Aprendizaje. La adquisición de conocimientos, actitudes, valores o competencias por parte de una persona, y la generación de cambios en sus niveles de comprensión y comportamiento a través de la experiencia, la práctica, el estudio o la instrucción.

CINE (Clasificación Internacional Normalizada de la Educación), 2011

Conviene empezar con las definiciones oficiales de la CINE (UNESCO) pues es corriente que las personas – incluso especialistas en educación – no manejen o confundan los término seducación formal, educación no-formal y aprendizaje informal.

La confusión y el laberinto terminológico son grandes. Muchos hablan de educación formal y de educación no-formal, sin hacer referencia al aprendizaje informal. Otros hablan de educación formal y de educación informal; pasan por alto la educación no-formal y llaman educación informal al aprendizaje informal. Muchos asocian educación no-formal solamente con educación de adultos. Otros consideran que Aprendizaje a lo Largo de la Vida yaprendizaje informal son la misma cosa. Etcétera.

Con la educación formal hay pocos problemas: es el otro nombre dado a la educación escolar, a la que tiene lugar en el sistema escolar. El único problema es que a menudo no se entiende que el sistema escolar incluye a la educación superior. Escolar no se refiere a niños; califica a todo el sistema.

Con la educación no-formal hay más problemas. Por un lado, muchas veces no están claros los límites y las diferencias entre la educación formal y la no-formal. En ambas hay enseñanza, hay un horario y hasta puede haber evaluaciones y certificados en la educación no-formal. La diferencia es que la segunda es menos estructurada y más flexible. Por eso muchos asocian educación no-formal con adultos e incluso creen que la educación de adultos es siempre no-formal. En realidad, la educación no-formal puede servir a todas las edades y a todos los niveles educativos.

Con el que hay más problemas es con el aprendizaje informal, definido por la UNESCO como «aprendizaje intencionado pero no institucionalizado». Para empezar, no es  educacion informal sino aprendizaje informal. La UNESCO se refiere a educación formal, educaciónno-formal y aprendizaje informal, pues en este último no hay enseñanza; se trata de aprendizaje autónomo. La UNESCO agrega otra categoría, la de aprendizaje imprevisto o aleatorio, «aprendizaje no organizado, incluyendo las que comprenden actividades de comunicación que no han sido diseñadas con el fin de producir un aprendizaje». Yo prefiero incluir a éste dentro del aprendizaje informal. Lo importante es que es aprendizaje(intencionado o no) no mediado por una actividad de enseñanza.

Formal, no-formal e informal no corren en canales paralelos, separados, sino que se entrecruzan. Por eso resulta tan difícil graficarlos. Hay aprendizaje informal también dentro de la educación formal y de la no-formal (leer, jugar, conversar con compañeros o con el profesor fuera de la clase, actividades durante el recreo, uso de internet, etc.).

La educación formal ocupa un período relativamente corto en la vida de una persona, por lo general en la infancia, la adolescencia y la juventud, aunque puede realizarse también en la edad adulta, o distribuirse a lo largo de la vida. Quienes estudian maestrías y doctorados pueden pasar en las aulas 20 años o algo más. Están también, claro, quienes tienen cero o muy poca escolaridad, y cuyo aprendizaje proviene fundamentalmente de los aprendizajes informales.

La educación no-formal (cursos, talleres, conferencias, seminarios, pasantías, etc.) puede ocurrir junto con la educación formal, y también antes y después de que ésta termina.Muchas personas llegan a tener más experiencia educativa por vías no-formales que formales. Internet ha venido a ampliar y diversificar considerablemente el mundo de la educación no-formal.

El aprendizaje informal es el único que nos acompaña toda la vida, desde el nacimiento hasta la muerte. Algunos de los aprendizajes más importantes los hacemos de manera informal, enla familia, en la comunidad, en el sistema escolar, en el trabajo, en el deporte, conversando, leyendo y escribiendo, debatiendo, en contacto con la naturaleza, con los medios de comunicación, con las artes, con internet, etc.

El Aprendizaje a lo Largo de la Vida integra los tres tipos de aprendizaje: formal, no-formal e informal. Cada persona tiene su propia combinación y su propia trayectoria de aprendizaje.Algunas tienen mucha educación formal y no-formal. Otras tienen poca o ninguna educación formal y no-formal. Todos tenemos aprendizajes informales, indispensables para la vida, para la convivencia, para el trabajo y para el cuidado del medioambiente.

  • Articulo tomado de: http://otra-educacion.blogspot.com/
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Perú se suma al llamado de la UNESCO para promover respeto y tolerancia en las escuelas

www.unesco.org/17-08-2016/

En el mes de marzo pasado, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación y la Cultura (UNESCO), convocó, en el marco de un encuentro entre ministros de educación de todo el mundo, a todos los países miembros de la ONU a firmar el “Llamado a la acción” para prevenir y eliminar la violencia homofóbica y transfóbica en las escuelas a nivel global. Hoy el Perú, en el marco de una política nacional que promueve la convivencia democrática en las escuelas, y el respeto a la persona, se suma a este Llamado que busca que ningún estudiante sea discriminado por su opción sexual.

Según las cifras de UNESCO (el estudio incluye a Perú), 96% de los jóvenes entre 18 y 24 años encuestados, que son estudiantes LGBT, experimentan con frecuencia insultos e intimidaciones, los cuales provienen mayormente de los compañeros de clases. Es por ello que el Ministerio de Educación, atendiendo el llamado de Unesco, reforzará el trabajo que viene realizando de promoción del respeto de la persona y la igualdad como un paso básico para garantizar el derecho fundamental a una educación de calidad.

“Un alumno puede ser el mejor en matemáticas. Eso es fundamental. Pero eso pierde sentido si ese mismo alumno se convierte en una persona violenta. Porque en ese momento dejará de ser un ciudadano que construye un mejor Perú. Si no combatimos entonces, desde la escuela, la violencia, si no fomentamos la tolerancia y el respeto a la diversidad, entonces no la vamos a hacer como país” enfatizó el Viceministro de Educación, Juan Pablo Silva Macher.

Hasta el momento, son más de 30 países los que se han sumado al llamado de UNESCO. En América Latina son: Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá y Uruguay.

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La educación y los servicios relativos a la sexualidad y la salud reproductiva son decisivos para los jóvenes del África oriental y meridional.

www.unesco.org

A Lebogang Brenda Motsumi, de 27 años de edad, el acceso a los servicios relativos a la sexualidad y la salud reproductiva le habría cambiado la vida. La Sra. Motsumi, que es una apasionada promotora de la educación sexual y los servicios de salud accesibles a los jóvenes, ha debido afrontar sus propias dificultades con un embarazo precoz y ahora vive con el VIH.

La Sra. Motsumi ofreció su testimonio en un diálogo de alto nivel coordinado por la UNESCO como actividad paralela a la Conferencia sobre el SIDA 2016, que tuvo lugar en Durban (Sudáfrica), del 18 al 22 de julio de 2016.

“Creo que si hubiera recibido instrucción sobre mis derechos y sobre cómo expresar mi sexualidad de manera segura, esa educación me habría permitido exigir el uso del preservativo”, afirmó. “Si durante mi adolescencia hubiera podido acceder a servicios de salud propicios a los jóvenes, hoy sería una persona muy diferente”, añadió.

Su historia refleja la realidad cotidiana de muchos jóvenes en África oriental y meridional (ESA, por sus siglas en inglés). Por ese motivo los ministros y representantes de gobiernos, organismos de desarrollo y de la sociedad civil se congregaron para celebrar los progresos alcanzados en los dos años transcurridos desde que se aprobara el Compromiso de ESA 2013, un histórico documento en el que 20 países de la región se comprometieron a ampliar la educación de amplio espectro relativa a la sexualidad y los servicios de salud reproductiva para los jóvenes.

En la reunión, que llevó por título Fulfilling Our Promise To Young People Today [Cumplir nuestra promesa a los jóvenes de hoy], se presentó el Informe de ejecución del Compromiso de ESA para el periodo 2013-2015 (en inglés). El evento, auspiciado por la UNESCO, el ONUSIDA y el UNFPA, en coordinación con otros asociados de la región, ofreció a los delegados la ocasión de examinar los progresos alcanzados en la consecución de los objetivos del Compromiso de ESA para 2015, intercambiar prácticas idóneas y decidir cuáles serían las próximas medidas para asegurarse de que la región va cumpliendo sus compromisos con miras a los objetivos de 2020, entre ellos el de reducir los índices de VIH, el matrimonio precoz y la violencia de género.

Los participantes ratificaron también el compromiso denominadoStep Up and Deliver, que tiene por objeto acelerar las iniciativas con miras al acceso de los jóvenes a la educación sexual y los servicios de salud reproductiva. En una reunión de alto nivel previa al evento, el Director Regional de la UNESCO para África meridional, el Sr. Hubert Gijzen, afirmó: “Es mucho lo que está en juego. En 2014, hubo casi un millón de nuevas infecciones por VIH; del 39 al 59 por ciento de las jóvenes de entre 15 y 19 años tuvieron embarazos precoces e indeseados, y el 37,1 por ciento de las mujeres de edades comprendidas entre los 20 y los 24 años se habían casado antes de cumplir los 18”.

La educación sexual de amplio espectro debe ser parte esencial de la solución. Esa educación puede incrementar el uso del preservativo y reducir las tasas de relaciones sexuales sin protección, embarazo precoz y no deseado, infecciones de trasmisión sexual y contagio por VIH”.

Acceso inmediato al derecho a la igualdad

El tema de la 21ª Conferencia Internacional sobre el SIDA es “Acceso inmediato al derecho a la igualdad”, un llamamiento a colaborar con el fin de llegar a las personas que todavía carecen de acceso a servicios de tratamiento, prevención, cuidado y apoyo de amplio espectro.

La conferencia se realiza tras la publicación de un nuevo informe del ONUSIDA sobre las tendencias en materia de nuevas infecciones por VIH. El Prevention gap report pone de manifiesto que las tres cuartas partes de las nuevas infecciones por VIH que se registran en los adolescentes de entre 10 y 19 años de edad en la región de ESA afectan a las muchachas.

Las adolescentes suelen verse privadas de acceso a los servicios relativos al VIH debido a la desigualdad de género, la falta de servicios apropiados para su edad, la estigmatización, la falta de capacidad de decisión y la violencia de género. En 2014, sólo el 57 por ciento de los 104 países del mundo que facilitaron información al respecto disponía de una estrategia relativa al VIH que incluía un presupuesto específico para las mujeres. La capacidad de llegar a estas niñas y muchachas será un factor decisivo en la erradicación de la epidemia de SIDA.

Como parte de la conferencia de este año, la UNESCO y la YWCA Mundial apoyan un diálogo sobre políticas con mujeres jóvenes en el ámbito del Egumeni, un espacio seguro donde las invitadas pueden interactuar con funcionarios gubernamentales y encargados de la formulación de políticas. El objetivo del encuentro es empoderar a las jóvenes y consolidar su liderazgo en la defensa de sus derechos a la salud sexual y reproductiva.

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Apagón Pedagógico Global (APG)

Las reformas educativas en clave de resistencias

Una vorágine de mutaciones culturales presiona a los sistemas escolares en el siglo XXI, impulsando su transformación de manera acelerada; lo que permanece invariable, en la inmensa mayoría de lugares del mundo, es el sistema económico, político, social y cultural de explotación del hombre por el hombre.

El cambio educativo suele venir en presentaciones de reformas y en algunos casos de revoluciones. A veces las reformas son lo más revolucionario posible en un momento histórico dado; en otros casos las reformas sólo intentan impedir revoluciones y contradicen la propia esencia etimológica de ‘acción para volver a formar’ reproduciendo las mismas políticas y prácticas que enuncian cambiar.  Muchas reformas son en realidad contrarreformas que procuran eliminar o minimizar el impacto en la acumulación de capital, de importantes conquistas sociales. Dialécticamente hablando, todos estamos de acuerdo en cambiar constantemente, sólo que algunos abiertamente aspiramos que la transformación sea el camino para construir otro mundo posible de solidaridad y justicia social en el cual el ser humano deje de ser considerado un simple consumidor de mercancías.

 

Respecto al cambio educativo actual Unesco (2015) plantea:

 

Vivimos tiempos turbulentos. El mundo está rejuveneciendo y aumentan las aspiraciones a los derechos humanos y la dignidad. Las sociedades están más conectadas que nunca, pero persisten la intolerancia y los conflictos. Han aparecido nuevos centros de poder, pero las desigualdades se han agravado y el planeta está bajo presión. Las posibilidades de un desarrollo sostenible e inclusivo son muy amplias, pero las dificultades son arduas y complejas. El mundo está cambiando: la educación debe cambiar también. (p.3)

 

En el presente, es creciente el interés del capitalismo globalizado por generar una centralización de las reformas educativas a escala mundial que le permita introducir de la manera más homogénea y rápida los cambios educativos que demanda el modelo de producción del siglo XXI. En contraposición, ciudadanos y magisterio entienden cada vez de manera más nítida, la urgencia de construir una agenda internacional alternativa en defensa de la educación pública.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), aprobados por los países miembros de la ONU en Septiembre de 2015, expresan la tensión actual entre aspiraciones ciudadanas e intereses del gran capital. Los ODS o nueva versión de las llamadas metas del milenio[i], incorporan en esta oportunidad un objetivo específico dedicado a la educación, el cuatro, que contiene diez metas[ii] las cuales exigen ser leídas, valoradas y trabajadas con una clara visión política.

Hasta hace tan solo un par de décadas, el proceso de reformas había construido una imagen-pinza pública de cambios “generados” desde el nivel nacional, los cuales en la medida que fueran progresistas contarían con el respaldo de los organismos internacionales especializados en la agenda educativa. Hoy, se construye una imagen pública para las transformaciones educativas diametralmente opuesta. Las reformas educativas aparecen ahora como resultantes de un consenso mínimo internacional que guiará los procesos de cambio de los sistemas escolares nacionales.

No es una novedad que el centro capitalista le imponga a la periferia la ruta de las adaptaciones que requiere el modelo de producción y sus sistemas de engranaje, en este caso el educativo. La variante en el presente viene dada por el hecho de legitimar ante el público en general, los mecanismos de determinación de la agenda de cambios desde el propio centro de gobernanza global.

Ministerios de Educación Nacionales -o sus equivalentes-  aparecen ahora interpelados a cambiar; ya sea conforme a las orientaciones que dictan los organismos económicos internacionales o, en la dirección convergente que acordaron sus gobiernos a través de los ODS, cuyo monitoreo, supervisión y evaluación –en el último de los casos- está a cargo del sistema de Naciones Unidas.

Al ser los sistemas escolares parte sustantiva de los mecanismos de gobernabilidad de los Estados Nacionales, ello impone dinámicas de alianzas y acuerdos entre perspectivas e intereses comunes a escala planetaria por parte de quienes gobiernan; lo cual debería hallar un correlato entre quienes resistimos. El curso que tomen los cambios educativos en cada lugar dependerá, en gran medida, de la correlación de fuerzas que caracterice al mundo político en un momento histórico dado y de las tensiones existentes entre las clases en esa sociedad.

Pero, ¿cuál es el lugar de enunciación de las reformas educativas? Ante todo es importante destacar el papel de la ex URSS en el triunfo del paradigma de la educación para todos y todas. En 1917 los bolcheviques toman el poder en la Rusia Zarista e inician la revolución socialista en uno de los países más atrasados, económicamente hablando, sin acueductos, electricidad y con muy pocas escuelas. En solo décadas logran concretar una política pública que hasta ese momento parecía ser una utopía a nivel mundial: hacer llegar la educación a todo el territorio de Rusia y la Unión Soviética, es decir lograr la masificación educativa en un país. La educación para todos y todas dejó de ser una aspiración de ilustrados, maestros(as), sectores progresistas y políticos radicales en el mundo, para convertirse en un paradigma emergente de la gestión pública.

Al culminar la Segunda Guerra Mundial creció la esperanza de los pueblos del mundo respecto a las posibilidades de la educación para evitar otra confrontación a gran escala y como camino para mejorar sus sociedades. No es osado señalar que la educación de masas es una conquista del socialismo, independientemente de la degeneración burocrática y liquidacionista de la experiencia soviética desde el periodo post leninista.

Por ello, el surgimiento del paradigma mundial de la educación de masas debemos ubicarlo en el marco de las tensiones propias de la crisis capitalista que llevó a las dos guerras mundiales del siglo XX y la insurgencia de la revolución rusa.

En ese contexto, al finalizar la Segunda Guerra Mundial los sectores capitalistas más conservadores se vieron forzados a aceptar, no sólo la creación de la UNESCO, sino el impulso de la masificación de la educación a escala planetaria.

Con la creación de la ONU se estructuran un conjunto de organismos especializados en las distintas áreas de gobierno e interés político, los cuales fueron delineados a partir de los acuerdos de la conferencia monetaria y financiera de las Naciones Unidas (1944). En el caso de la educación se asume que la tarea central le corresponde a UNESCO, quien puede establecer alianzas en determinados casos con otras agencias dependientes del sistema de Naciones Unidas e incluso más allá.

Sin embargo, con el desembarco del neoliberalismo educativo en la década de los ochenta del siglo XX, organismos económicos globales como el Banco Mundial (BM) la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), entre otros, decidieron fortalecer sus oficinas de educación y asumir un mayor protagonismo en las propuestas, diseños y orientación de las reformas educativas globales. De esa etapa hasta el presente han evolucionado adquiriendo un protagonismo central que amenaza, incluso, la continuidad de convergencia de la agenda educativa en UNESCO.

Es necesario señalar que UNESCO sigue siendo -por carencia de otro espacio mundial similar o parecido-  el lugar privilegiado para expresar las tensiones entre lo económico, lo político, lo pedagógico y lo social; por ello, mantiene su carácter progresivo respecto a las instancias económicas señaladas. El creciente protagonismo en la agenda educativa de los organismos económicos globales amenaza con sustraerle a UNESCO su papel de líder en el sector, dejándole sólo protagonismo en cultura y comunicación.

Hoy en casi todos los sistemas educativos del mundo se habla de calidad de la educación como preocupación central de las reformas y el mecanismo hegemónico que se está utilizando para determinar su curso es el modelo del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes o PISA (por sus siglas en inglés). PISA es diseñada y puesta en marcha por la OCDE, convirtiéndose su propuesta en el paradigma de la medición y estandarización educativa a nivel global. La direccionalidad estratégica de la política educativa suele ser decidida por el centro de poder del sistema mundo derivado del acuerdo de Bretton Woods (1944)[iii].

La bitácora de las reformas educativas se inicia en las reuniones del G7 (o G8); su memorándum activa al Fondo Monetario Internacional (FMI) quien delinea la ruta de solución a los “problemas” y transformaciones que requieren los sistemas educativos nacionales para satisfacer las demandas del modelo de producción. Estas recetas generan demandas concretas para los sistemas escolares, vistos como lugares donde se forma la mano de obra especializada y/o calificada que requiere el capital en la coyuntura.

El Banco Mundial (BM), Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), entre otros, estructuran y coordinan las políticas económicas y sociales, así como escenarios presupuestarios financieros por regiones y países, para los sistemas educativos a partir de los acuerdos del G7 (ó G8) y el FMI.

Luego, estas decisiones y orientaciones son legitimadas ante el público en general, mediante documentos, discursos, libros, declaraciones, noticias, estudios, que circulan de manera profusa en la organización y desarrollo de Conferencias internacionales, regionales, especiales, sectoriales organizadas según la magnitud de la transformación requerida, en la telaraña de instituciones pertenecientes a:

(1) el sistema de Naciones Unidas (UNESCO, FAO, UNICEF, PNUMA, entre otras);

(2) muchas organizaciones no gubernamentales internacionales y nacionales;

(3) las cada día más influyentes Fundaciones Filantrópicas pertenecientes a grandes magnates industriales y financieros.

 

Los debates, acuerdos y resoluciones que acompañan esta operación son difundidos de manera profusa en formatos de noticias, estudios especializados, artículos de opinión, programas especiales de TV y radio, colecciones bibliográficas, videos, hasta en canciones y películas por parte de la industria cultural. El propósito es construir hegemonía cultural que propicie la cimentación de consenso social, respecto a la inminente necesidad de emprender cambios en una determinada dirección y  sector, en este caso el educativo.

Esta dinámica permea los debates nacionales y construye “viabilidad política” para emprender los cambios: La narrativa de presentación en cada país, solía ser la propia de un clamor de la ciudadanía local, ocultando –en la mayoría de los casos- su lugar de enunciación real, la teleología del cambio propuesto y la dependencia nacional respecto a centros de poder económico mundial. Estas iniciativas que antes se imponían bajo el formato inicial de “Comisiones Nacionales de Currículo” y “Comisiones de Estado para la Reforma Educativa”; hoy suelen presentarse como “Comisiones por la Calidad Educativa” y, la narrativa que las alimenta es la de la estandarización de los aprendizajes.

 

Reformas, contrarreformas y educación publica

Las reformas y contrarreformas educativas se convirtieron en los mecanismos que expresaban las tensiones entre educación para élites y educación para todos y todas. Desde la perspectiva de los intereses del gran capital se procuró hipotecar las reformas educativas a los requerimientos del modo de producción; desde las resistencias al modelo capitalista, las reformas fueron consideradas oportunidades para avanzar en el concepto de educación pública, gratuita, popular y de la calidad incluyente.

Al analizar los procesos de reformas educativas generadas desde el surgimiento del Sistema de Naciones Unidas podemos identificar tres grandes ciclos, un número similar de operaciones de control de destino y cinco modas.

El primer ciclo fue el de la masificación de la educación. Éste aparece vinculado a la reestructuración del mundo capitalista post segunda guerra mundial; el cual demandaba mano de obra más especializada, burocracia gubernamental capaz de absorber y comunicar los nuevos códigos de gobernanza mundial y, la generación de una inmigración masiva de sectores de la población del campo a la ciudad en los países de la periferia capitalista que posibilitara la industrialización de la agricultura.

El segundo ciclo, es el de las reformas educativas neoliberales que se inicia en los ochenta con la crisis de las deudas externas, la revolución de las Tecnologías de la Comunicación y de la Información y, la reestructuración económica global. El propósito de este ciclo es la promoción de la privatización y la mercantilización educativa como mecanismos para liberar al sector público de la “carga” presupuestaria que implicaba la educación pública.

El tercer ciclo, se inicia a finales de los noventa e inicios del siglo XXI; siendo éste el ciclo el de la estandarización de la evaluación de docentes y estudiantes, la expansión acelerada de la mercantilización, la virtualización de la educación y del Apagón Pedagógico Global (APG).

En este ciclo se concreta el abandono de la agenda de la educación superior o universitaria por buena parte de los organismos educativos internacionales, dejando a merced del mercado y los rankings universitarios el destino del sector. UNESCO, por ejemplo, una vez culminada la primera Conferencia Mundial de Educación Superior (CMES, 1998) paradójicamente cierra su dirección de educación superior.

Por otra parte, en las últimas décadas se distinguen tres grandes operaciones de control de destino caracterizadas por: (a) la creciente centralización internacional de la agenda de reformas de los sistemas escolares nacionales, (b) la homogenización de las narrativas ciudadanas y gubernamentales respecto a la educación y, (c) la determinación del uso de los recursos del PIB y el presupuesto público en educación a través de la imposición de las llamadas “tendencias” del cambio.

En el primero de los casos se logra construir una lógica mediante la cual las Conferencias Mundiales, Regionales y/ o  Sectoriales constituyen el espacio privilegiado para consensuar las rutas marco de las reformas educativas nacionales. En ese sentido se oculta el papel de la economía en la orientación estratégica de las reformas, dotando a algunos organismos internacionales del sector educación con una especie de aureola de “neutralidad” que les faculta para elaborar documentos base, permeados por la agenda económica en educación, los cuales son presentados con el lenguaje propio de los educadores y el sector educativo.

En el segundo, se logra construir un sentido común de lo educativo que tiene como rango distintivo “despolitizar” el debate en el sector. La despolitización procura ocultar la dependencia de los sistemas educativos respecto a las agendas de dominación política global. Si éstas se ocultan resulta más limitadas las posibilidades de que emerjan propuestas alternativas al modelo hegemónico de dominación, de neo colonización cultural y –como lo alerta Henry Giroux- de conformación de zombis políticos como sustitutos de la ciudadanía crítica. Un indicador claro de ello, son las dinámicas mediante las cuales los sistemas escolares fueron abandonando -progresiva y aceleradamente- –   las finalidades, tareas y estrategias vinculadas al pleno desarrollo de la personalidad que les caracterizó a sus inicios.

En el tercero, se logra consensuar la determinación de un monto mínimo del PIB (6%) y del presupuesto público (20%) para el sector de educación. Detengámonos brevemente en este último aspecto. Esta conquista de carácter progresivo, que sintetizaba una aspiración histórica del magisterio y sus organizaciones sindicales para garantizar el funcionamiento de robustos sistemas escolares nacionales y la ampliación de la cobertura de la educación pública, comenzó a ser vista como una importante porción del presupuesto público por parte de las grandes transnacionales del sector y para los empresarios locales.

Cada vez más economistas, administradores, especialistas en informática, comienzan a ocupar los cargos de Ministros de Educación o sus equivalentes; en muchos casos ya ni los viceministros del sector son educadores, ni tienen experiencias mínimas de aula en los sistemas escolares.

El Foro Mundial de Educación realizado en Incheon, Corea (2015)   -donde se consensuaron las metas y el Marco de Acción 2030 para el sector-   contó con la casi nula presencia de docentes en comparación con el protagonismo de los directores de los organismos económicos globales, los representantes de la filantropía empresarial y grandes transnacionales del sector educativo[iv]. En este sentido, el logro más importante de este Foro que fue consensuar un monto mínimo del PIB y del presupuesto para alcanzar metas en EPT 2030, resultó ser un escenario privilegiado para allanarle el camino a las grandes transnacionales del sector tecnológico y de la medición estandarizada, quienes entienden el 6% PIB y el 20% del presupuesto público educativo, como un mercado global a disputar.

Hoy buena parte de este monto –del PIB y el presupuesto público en educación-  está siendo invertido en la compra de chatarra tecnológica de rápida obsolescencia, el cual va a parar a las finanzas de las grandes trasnacionales informáticas. Otra porción es destinada a la aplicación de las pruebas estandarizadas (PISA y Ranking universitario, como ejemplos) cuyos resultados vienen prediseñados con orientaciones  para las políticas públicas educativas. Crecientes montos del presupuesto educativo se destinan en compras de materiales bibliográficos a los grandes consorcios editoriales, así como a las corporaciones de alimentos que invaden el mercado de las llamadas políticas compensatorias y los programa sociales que se viabilizan a través de la educación. Finalmente, otra porción importante del PIB y el Presupuesto Público del sector se utiliza en infraestructura y actualización de las condiciones de planta física para albergar plataformas tecnológicas. Todo en nombre del necesario cambio educativo.

Paradójicamente, en momentos en los cuales se logra acordar un piso mínimo de inversión en educación, se genera una desinversión en salarios y condiciones de trabajo de los docentes y, en requerimientos que emanen de la determinación de necesidades, prioridades y aspiraciones desde las propias escuelas.

Analizados los ciclos y las operaciones de control a distancia, veamos ahora el último de los elementos: las modas educativas.  Ellas se convierten en elemento discursivo central sobre el cuál gravitan las reformas educativas en cada uno de los ciclos y operaciones de control.

 

Las modas educativas que fragmentan la pedagogía

El fragmento es la herramienta ontológica y epistemológica predilecta del capitalismo para imponer su dominio. Por su parte el análisis de la realidad como totalidad y la dialéctica entre lo global y lo local, emergen como antítesis de ese proceso epistémico de dominación. Por caminos distintos a los de otros campos profesionales, la pedagogía se auto constituyó en la ciencia o la convergencia de ciencias que estudian al ser humano en su proceso de aprendizaje no limitándose a lo cognitivo, sino relacionando la organización escolar con la realidad histórica, política, económica y social concreta.

Esta comprensión de la relación entre el todo y las partes, dota a la pedagogía de perspectivas políticas no siempre compatibles con el sistema. Por ello, se inicia un proceso inducido desde esferas económicas, tanto en el magisterio como en las políticas públicas, de ruptura con la posibilidad de interpretación holística de la realidad. Las modas y “novedades discursivas acompañan y hacen “creíbles” para el público en general, las contrarreformas educativas que debilitan los avances progresistas precedentes.

Desde los años cincuenta del siglo XX las reformas dejan de hablar de las pedagogías, sustituyéndolas en distintos momentos por alguno de sus componentes como epicentro de la actividad de cambio educativo. Se habla de la importancia de trabajar un determinado fragmento de la pedagogía y se desacredita el potencial del conjunto de ellos actuando en la cotidianidad educativa. No desconozco con ello que detrás de cualquier enfoque pedagógico subyace una ontología y una epistemología política que condiciona su teleología. Lo que pretendo subrayar es el desarrollo de contrarreformas educativas que se fundamentan en modas educativas para romper cualquier posibilidad de interpretación de la realidad como totalidad.

Primero fue la moda de las didácticas (´50s), seguida de la moda de la formación de directores, supervisores y planificadores (´60s), posteriormente las modas del gerencialismo y la evaluación cualitativa (´70s). En la década de los ochenta del siglo pasado desembarca la moda educativa de más larga duración, la del currículo, la cual se instaló en los sistemas escolares durando casi treinta años, además con concepciones curriculares separatistas de las políticas y prácticas pedagógicas.

En cada una de estas modas se nos dijo que el fragmento era el epicentro de la actividad pedagógica y el elemento más importante para las reformas educativas. El común identificador de las modas educativas lo constituye, la concepción nomotética del ser humano, la invisibilización de la tríada contexto-docente-estudiante en interacción, y especialmente, la ruptura con la interpretación de la relación entre lo general y lo particular, del todo con las partes, de lo escolar con el contexto, es decir de la totalidad con lo cotidiano del hecho educativo.

Esta dinámica logró permear la estructura y el diseño organizacional de muchos Ministerios de Educación, los cuales cuentan, con direcciones de planificación, currículo, evaluación, supervisión, entre otros, pero no cuentan con una instancia organizacional que las integre; peor aún aparecen separadas administrativamente en vice ministerios distintos que no se articulan entre sí. El objetivo de romper con la mirada integral e integradora del hecho educativo fue realizado mediante la imposición de modas a partir de fragmentos de la pedagogía.

La moda más reciente es la de la evaluación de los sistemas educativos (dos primeras décadas del siglo XXI) con dos aristas centrales: la del rendimiento de los aprendizajes; limitándolo a cuatro áreas (lectura y escritura, matemáticas, tecnología y nociones de ciencia) y, de los docentes (uso del tiempo escolar, rendimiento estudiantil, mecanización de la carrera docente). En el caso de la educación superior se impone el modelo de los rankings. Se pretende ahora  decir que lo importante son los resultados de estas evaluaciones y clasificaciones.

A tal punto han logrado construir hegemonía para sus propósitos que buena parte de las reformas y/o contrarreformas educativas que vienen generándose gravitan y son determinadas por los resultados de las pruebas PISA/OCDE y los rankings universitarios surgidos del tejido de sistemas estadísticos internacionales promovidos por el Banco Mundial y la OCDE.

Paralelo a las modas educativas, y con el propósito de destruir cualquier resistencia a la regresión educativa en marcha, se ha generado una renovada ofensiva contra el magisterio y la idea de planteles escolares. Estos mecanismos buscan socavar y destruir el espacio de la educación pública. Veamos las expresiones de cada una de ellas.

 

La docencia una profesión en riesgo de desaparición

La dominación y las resistencias son procesos objetivos y subjetivos, que se expresan en la realidad social, en este caso educativa. Los docentes somos actores/autores fundamentales en la construcción de ciudadanía no domesticada, interpretación científica del mundo, el aprender a aprender y el desarrollo del pensamiento crítico. Si se indaga con meridiana precisión, encontraremos que detrás de cada proyecto emancipatorio colectivo ha sido notoria la presencia de docentes, quienes coadyuvaron a abrir -desde las ideas y el ejemplo de sus posiciones- el camino. Por ello, el capitalismo desprecia tanto a los docentes.

El capitalismo ha querido arrebatar hasta la identidad a quiénes ejercen la docencia. Los apologistas del capitalismo han señalando, en distintos momentos y regiones –incluso desde paradigmas aparentemente progresistas-  que, por ejemplo, no es correcto llamarse maestro o profesor. Esta línea discursiva se complementa con la que señala que “cualquiera puede dar clase y no se requiere mayor formación profesional que aquella propia de la transferencia de conocimientos” –como si la docencia y la pedagogía fueran simples tecnologías de enseñanza de contenidos-  o que “la docencia es una seudo profesión de paso, es decir, para ejercerla mientras se alcanza el dominio de otra profesión de larga duración”.

Lo que está ocurriendo en muchos países donde se presentan las contrarreformas neoliberales de nueva generación (siglo XXI), no es otra cosa que un gigantesco ensayo del gran capital para aplicar la más feroz involución educativa en el plano de la educación pública con un capítulo especial en la eliminación de la profesión que lo ha caracterizado: la docencia. Si logran imponerlo en algunos países procurarán generalizarlos como nuevo modelo para América Latina y el Mundo.

Estas contrarreformas en marcha en distintas latitudes del planeta, son para el capitalismo en educación del presente, lo que en los noventa fue la Chile de Pinochet. El centro de las reformas neoliberales de nueva generación apuntan a la destrucción de la profesión docente atacando:

(a) El prestigio, la tradición y el reconocimiento social de los centros de formación profesional, especialmente aquellas caracterizadas por su perfil crítico como las normales y muchos institutos pedagógicos;

(b) la estabilidad laboral, que en las décadas precedentes había logrado un estatus singular en buena parte de las legislaciones nacionales; el Caballo de Troya que utilizan para ello son las evaluaciones docentes, la imposición de nuevos modelos de sistemas de ingreso y ascenso, el horizonte difuso de los sistemas de jubilaciones y pensiones docentes, muchos de ellos generados en la frontera de lo extra jurídico.

Paralelo a ello, en muchos lugares se está procediendo a la creación de un “ejército de reserva docente” que trabajaría por periodos cortos de 1 a 6 años, para lo cual son preparados mediante modelos Fast Track de enseñanza de técnicas básicas de transferencia de conocimiento. Finalmente, mediante el impulso de modelos de virtualización educativa.

Si no son necesarios docentes, no existe razón en las políticas públicas para financiar o poner en marcha normales o universidades pedagógicas. Para su progresiva sustitución se diseñan programas de formación docente inicial y de formación permanente de los docentes en servicio, paralelos o independientes a los que se realizan en las normales o universidades pedagógicas en la Región.

Los administradores de los sistemas educativos nacionales comienzan a aplicar el modelo norteamericano de formación docente Fast Track,  cuyo rasgo más distintivo es la sustitución de lo pedagógico por tecnología de la enseñanza administrados por ahora en la mayoría de los casos, por y desde los Ministerios de Educación Nacional o sus equivalentes, pero que seguramente serán privatizados en el corto plazo;

(c) a las organizaciones sindicales autónomas del magisterio. Para ello coaptan, condicionan o desprestigian a las direcciones sindicales más patronales, persiguen  a las más combativas y colocan nuevos mecanismos y obstáculos para limitar la sindicalización y las posibilidades de procesar cotizaciones sindicales. Sindicatos débiles o sumisos no serán herramientas eficaces del magisterio para resistir;

(d) el concepto de lo público, abriendo paso a la idea de mercado educativo. La profundización de las iniciativas de mercantilización y privatización educativa son crecientes, en las cuales el docente es un simple asalariado condenado a trabajar un fragmento de la mercancía educativa, objetivada en títulos.

El propósito de cada una de estas iniciativas no es otro que poder mostrar que se pueden administrar y llevar adelante sistemas educativos sin maestros(as), sin profesoras(as) y sin la profesión docente. Pero la ofensiva de las contrarreformas de nueva generación no se detiene allí. El nuevo espacio de desmantelamiento de la educación pública es el plantel y el aula como lugares de encuentro y construcción del imaginario colectivo de los sistemas escolares masificados.

 

Plantel educativo o pantalla virtual: la tecnología acecha a la escuela

Si la prospectiva planificadora de los sistemas educativos, desde la lógica capitalista, ya no requiere normales ni universidades pedagógicas porque la docencia deja de ser una profesión, el capítulo siguiente de la contrarreforma neoliberal será la destrucción del plantel escolar como espacio educativo socialmente construido para la enseñanza-aprendizaje durante los siglos XIX y XX.

La virtualización juega un papel especial en esta tarea. Un dato ilustra esta tendencia, durante el año 2014 desde el Banco interamericano de Desarrollo (BID) se promovió el modelo de enseñanza de “pirámide invertida” que en esencia y síntesis planteaba que dada la proliferación de computadores caseros y portátiles, los teléfonos celulares inteligentes y las tabletas electrónicas, así como la expansión de la internet y el wifi, estaba llegando el momento de desarrollar un modelo de aprendizaje “casero” basado en videos masivos y uniformes de enseñanza, en el cual la escuela se convierta fundamentalmente en un espacio de evaluación.

Evidentemente, ello se alimenta de la tendencia a sustituir inversión en infraestructura escolar por servicios tecnológicos  -hardware y software- para mantener la expansión económica de la industria de las tecnologías de la comunicación y la información a escala global.  La disputa por las partes del PIB y el presupuesto público en educación es cada vez más feroz y como en los demás campos confronta al capital nacional con el trasnacional.

 

Apagón Pedagógico Global (APG)

Todos los procesos descritos anteriormente nos han permitido señalar, desde hace ya varios años, el riesgo cierto, que en el marco de las transformaciones del capitalismo mundial del siglo XXI se genere un Apagón Pedagógico Global (APG). En la carta que el 9 de julio de 2015 doscientos treinta y seis educadores e investigadores educativos de todo el mundo le entregáramos a la señora Irina Bokova, Directora General de la UNESCO, así lo alertamos. Esta tendencia a generar un APG se expresa en:

(a) la fragmentación de la pedagogía, en el impulso de modas temporales de algunos de sus componentes (didácticas, planeación, gerencialismo, evaluación, currículo, sistemas de evaluación escolar) que terminan generando una despedagogización de la educación y especialmente de la escolaridad;

(b) una desvaloración institucional y social de la profesión docente que conlleva a impulsar la idea que cualquier titulado puede ejercer la docencia, rompiéndose la noción de profesionalidad en el sector y de carrera docente e, incluso cuestionando la existencia de normales y universidades que forman docentes;

(c) un creciente discurso de desvaloración de la escuela, del centro educativo, con alternativas que golpean la noción de educación pública, como lo son la virtualización, la educación en casa o el concepto de espacios de aprendizajes como sustitutos permanentes de plantel y aula;

(d) la evaluación de aprendizajes en dos áreas cognitivas (pensamiento lógico matemático / lectura y escritura), una informativa (conocimiento sobre ciencias) y una instrumental (uso de tecnología) creando la noción que el resto de los aprendizajes son de segundo orden. Todo aquello que apunte al desarrollo integral del ser, individual y social, y la construcción de ciudadanía pasa a ser accesorio y prescindible. La estandarización de los criterios y valores de estas cuatro áreas de aprendizajes se presentan como equivalentes a la calidad educativa como aspiración ciudadana colectiva.

No es osado ni delirante plantear que de continuar esta tendencia al APG capitalista en educación, en las próximas décadas podría desaparecer la escuela y la escolaridad como las hemos conocido en los últimos siglos. El sustituto de los sistemas educativos pareciera ser una especie de apartheid educacional que llevaría la exclusión educativa a un nivel inimaginable en el presente, conduciendo a la humanidad a una barbarie civilizacional sin precedentes.

El giro economicista de las contrarreformas educativas que se está imponiendo de manera abierta y sin medias tintas, obliga a abrir un debate mundial respecto a su impacto en el corto y mediano plazo.

No es tiempo de lecturas románticas o aparentemente “despolitizadas”. Ni las reformas educativas ni los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) son neutros y los resultados de su implementación dependerán en buena medida de la orientación política que alcance la sociedad mundial en el corto y mediano plazo..

Lo que está en juego, es el futuro de la educación pública de masas en el mundo. Es tiempo de revisar, analizar y proyectar el papel de las resistencias en la actual coyuntura de las reformas y contrarreformas educativas a escala global. Las reformas educativas que no se piensan, diseñan y aplican democráticamente con los y las docentes, terminan en dominación y conflictos para las sociedades.

Quizá sea tiempo de soñar con una organización de los educadores a nivel mundial que no esté atrapada por las lógicas de los partidos del status quo mundial ni por las trasnacionales económicas; es tiempo de pensarnos desde el protagonismo central de los docentes de aula. Las resistencias son la única garantía de una educación pública para todos y todas como camino para construir juntos otro mundo posible.

 

Lista de referencias y trabajo recientes vinculados

Bonilla-Molina, L. (2015). Calidad de la educación: Ideas para seguir transformando la educación. Ediciones CIM. Caracas Venezuela.

Bonilla-Molina, L (2016). Educación en la agenda para la elección del nuevo(a) Secretario (a) General de Naciones Unidas. Disponible en http://otrasvoceseneducacion.org/ archivos/99542

Bonilla-Molina, L. (2016). No dejemos solos a las maestras y maestros(as). (Carta a los candidatos a la secretaría general de la ONU). Disponible en http://questiondigital.com/?p=34137

Bonilla-Molina, L. (2016). La universidad Latinoamericana ¿Tiene falla de origen?  Disponible en http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/101099

Bonilla-Molina, L. (2016). Universidad, apertura, cierre de carreras y programas de formación. Disponible en http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/108540

Giroux, Henry (2011). Zombie Politics and Culture in the Age of Casino Capitalism. Series: Popular Culture and Everyday Life – Volume 23- EEUU.

ONU (2016). Objetivos de Desarrollo Sostenible. Disponible en: http://www.un.org/sustainabledevelopment/es/education

UNESCO (2015). Replantear la educación: ¿Hacia el bien común mundial? Ediciones Unesco. París. Francia.               Disponible en http://unesdoc.unesco.org/images/ 0023/002326/232697s.pdf

UNESCO  (2016). Unesco Science Report: Towards 2030.  Ediciones Unesco. Paris Francia.  Disponible en http://unesdoc.unesco.org/images/0023/002354/235406e.pdf

[i] Su análisis específico escapa a los propósitos y límites de extensión de este trabajo por lo que lo desarrollaré en otro artículo.

[ii] Ver las metas en  http://www.un.org/sustainabledevelopment/es/education/

[iii] La Conferencia de Bretton Woods deliberó en Julio de 1944 sentando las bases del sistema monetario, financiero y de gobernabilidad que rige al capitalismo mundial desde ese momento.

[iv] Esto generó una firme carta de rechazo de centenares de educación en el mundo, la cual me correspondió consignar el 9 de julio de 2015 ante la Directora General de la UNESCO y actual candidata a la Secretaria General de la ONU Dra. Irina Bokova.  Pueden leer y firmar la carta en la siguiente dirección electrónica https://www.change.org/p/maestros(as)-as-profesoras-es-investigadores-as-en-educacion-estudiantes-familias-organizaciones-del-magisterio-centros-de-investigacion-educativa-organizaciones-y-movimientos-soci-si-compartes-el-contenido-por-favor-expresa-tu-adhesion

 

Publicado originalmente en la Revista Viento Sur N° 147

 

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