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Los niños que nunca pisarán un aula

Redacción: Semana

En los últimos meses, la pandemia del coronavirus ha acaparado toda la atención informativa. No ha habido un evento como este en nuestra era. Pero eso no quiere decir que sea lo único importante que sucede en el mundo ahora mismo. ¿Qué está pasando en otros lugares y qué ocurrió con algunas de las otras grandes noticias del año?

Te recordamos 5 de ellas de la mano de editores o corresponsales de la BBC.

1. El Brexit, por Katya Adler, editora para Europa

¿Se acuerdan del Brexit? Durante unos tres años prácticamente no se oía hablar de otra cosa en Reino Unido. Ahora, por supuesto, la atención se fija en la pandemia.

Pese a que el primer ministro británico, Boris Johnson, se contagió gravemente de la enfermedad y que los negociadores de la Unión Europea (UE) y Reino Unido recién están saliendo de la cuarentena, el gobierno británico insiste en que se ajustará a su calendario previsto para el Brexit (el proceso de salida de Reino Unido de la UE).

Boris JohnsonEl primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, llegó a estar en la unidad de terapia intensiva por la gravedad con la que se enfermó de covid-19. Foto: GETTY IMAGES-BBC

Reino Unido abandonó formalmente la Unión Europea el 31 de enero, pero estamos en un período de transición hasta el 31 de diciembre. Durante este tiempo, Reino Unido sigue siendo tratado como miembro de la UE al tiempo que continúan las negociaciones.

El gobierno británico dice que se debe alcanzar un acuerdo comercial entre Reino Unido y la UE antes de final de año. Pero si no fuera así, Reino Unido no prolongará el período de transición más allá de la fecha límite.

La idea detrás del período de transición es minimizar el impacto sobrelas empresas y los viajes entre Reino Unido y la UE. Se puede extender durante un año o dos, algo que la UE cree que sería sensato dadas las circunstancias actuales.

Por el momento solo ha habido una ronda de negociaciones comerciales entre la UE y Reino Unido.

Los negociadores de Reino Unido y la Unión Europea en BruselasLas negociaciones para un acuerdo comercial entre Reino Unido y la Unión Europea post-Brexit comenzaron en Bruselas a primeros de marzo. Foto: GETTY IMAGES-BBC

Las conversaciones se reanudan esta semana, por videoconferencia, y ambos lados dicen que harán todo lo posible por avanzar, pero el tiempo se les va de las manos.

Bruselas se pregunta si las empresas británicas y de la UE, que ya están lidiando con las turbulencias causadas por el coronavirus, necesitan otro gran cambio a finales de año.

Pero independientemente de lo que piensen, los líderes de la UE no le pedirán formalmente a Reino Unido una extensión. El ajustado calendario fue una decisión de Johnson, dicen. La decisión de aplazar, si la hay, debe provenir de Londres.

2. La guerra de Siria, por Lyse Doucet, jefa de corresponsales internacionales

Un cese al fuego que pocos esperaban que durara sigue vigente en Idlib, mientras la última zona en manos de los rebeldes en el noroeste de Siria se prepara para la esperada arremetida del mortal coronavirus.

Desplazados sirios regresan a IdlibMás de 100.000 civiles desplazados han regresado a Idlib desde el anuncio del cese al fuego a primeros de marzo. Foto: GETTY IMAGES-BBC

«Las personas siguen respirando, y eso se puede ver como un efecto colateral de la pandemia», dice Hassan Hassan, del Center for Global Policy. «El cese al fuego pende de un hilo, pero no obstante aguanta».

La tregua del 5 de marzo acordada por Rusia y Turquía detuvo una peligrosa escalada de la tensión después de que Ankara enviara a miles de sus soldados a través de la frontera para intentar frenar una ofensiva siria para recuperar la última provincia perdida en nueve duros años de guerra. Pero el alivio temporal de Idlib está cargado de temor hacia este nuevo enemigo.

El sistema de salud de la provincia ha sido diezmado por la guerra, incluida la despiadada ofensiva aérea de los aviones de guerra rusos y sirios. Cerca de un millón de desplazados, refugiados bajo ligeras tiendas de campaña o directamente en campo abierto, tienen pocas defensas contra la poderosa enfermedad covid-19.

Una mujer hace mascarillas en el norte de SiriaSiria también se prepara para la arremetida del coronavirus. Foto: GETTY IMAGES-BBC

«Hay un imperativo humanitario y político(…) para un cese al fuego completo e inmediato en todo Siria», señaló el enviado especial de Naciones Unidas a Siria, Geir Pedersen, en su última sesión informativa ante el Consejo de Seguridad de la ONU.

Turquía y Rusia, que apoyan a bandos rivales, son los que toman las decisiones. «No creo que Turquía o Rusia piensen que el cese al fuego aguantará mucho tiempo», apunta Dareen Khalifa, analista del International Crisis Group. «Dejó asuntos fundamentales sin resolver«.

Esto incluye el futuro del grupo yihadista Hayat Tahir al Sham (HTS), que manda en Idlib. Se dice que el HTS, escéptico con la tregua, se está reagrupando.

Los ejércitos sirio y turco también están aprovechando de esta pausa para reforzarse de cara a la próxima ronda de combates. Puede que sea cuestión de tiempo, pero ahora, parece, no es el momento.

3. Las elecciones en EE.UU., por Anthony Zurcher, corresponsal para Norteamérica

Durante casi un mes, la carrera entre los candidatos demócratas para ver quién se enfrentará al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en las elecciones del 3 de noviembre estuvo congelada.

El exvicepresidente Joe Biden tenía una importante ventaja en las primarias, pero el senador Bernie Sanders, que se autodefine como socialista, no estaba dispuesto a ceder.

Bernie Sanders y Joe BidenBernie Sanders (izquierda) expresó su apoyo a Joe Biden este lunes 13 de abril. Foto: GETTY IMAGES-BBC

Mientras tanto, las elecciones primarias de algunos estados se fueron aplazando a causa de la pandemia. Ambos candidatos cancelaron todos sus eventos públicos y solo emitieron declaraciones en video o concedieron entrevistas desde sus casas.

El 8 de abril, Sanders anunció que suspendía su campaña, con lo que es prácticamente seguro que los votantes elegirán entre Trump y Biden en las presidenciales.

Sin embargo, no se sabe exactamente cuándo y cómo los partidos nominarán a sus candidatos. Los demócratas han aplazado su convención nacional de mediados de julio a agosto, con la esperanza -desde el punto de vista sanitario y logístico- de poder congregar a miles de activistas, líderes políticos y fieles al partido.

Pero la nueva fecha, junto a la convención nacional de los republicanos prevista para finales de agosto, todavía está en el aire.

Mitin de Donald TrumpEl coronavirus también puso un alto temporal a los mítines de Donald Trump. Foto: GETTY IMAGES-BBC

En cuanto a la carrera electoral en sí misma, Trump ha tenido una ligera subida en los sondeos desde que empezó la pandemia, quizá debido a su presencia continua en televisión en las ruedas de prensa diarias de la Casa Blanca.

Biden todavía mantiene una pequeña ventaja en los emparejamientos directos, lo que sugiere que la carrera será ajustada. Pero no hay forma de saber cuál será el sentir nacional en unas semanas, y mucho menos en noviembre, cuando llegue el día de la votación.

4. Yemen, el conflicto olvidado, por Nawal al Maghafi, servicio árabe

El conflicto en Yemen, que en marzo entró en su sexto año, ha sido desde hace tiempo calificado como la guerra olvidada. Con el recrudecimiento de los combates hace unas semanas y la atención del mundo fija en otros asuntos, esta guerra se siente más olvidada que nunca.

Hace dos semanas, ataques contra ciudades en Arabia Saudita, reivindicados por rebeldes hutíes, llevaron a una serie de ataques aéreos en el norte de Yemen a manos de la coalición liderada por los sauditas.

Jóvenes yemeníes con fotografías del líder rebelde hutíEl conflicto de Yemen es una de las guerras olvidadas en la actualidad. Foto: GETTY IMAGES-BBC

Los civiles en Yemen no solo tienen que padecer los combates. Recuerdo haber informado sobre la epidemia de cólera en 2016, y las imágenes de la incapacidad del país para responder a la expansión de esa enfermedad siguen frescas en mi memoria. Te rompía el corazón ver cómo personas enfermas de cólera no tenían un hospital al que acudir.

Saber que Yemen se enfrenta ahora a la amenaza de una nueva enfermedad implacable, para la que se necesitan camas de hospital y respiradores que el país no tiene, es una perspectiva aterradora.

El reciente anuncio de un cese al fuego es una buena noticia para la mayoría de los yemeníes, pero la pesada carga de los últimos años significa que, aunque la guerra terminara hoy, se necesitarían décadas para que el país se recuperara.

Seis años de bombardeos y destrucción han desencadenado lo que la ONU calificó como «la peor crisis humanitaria del mundo».

Una mujer vacuna a otra mujer mayor contra el cólera en Yemen en 2019Yemen sufrió un duro brote de cólera en 2016 y el año pasado se puso en marcha una campaña de vacunación contra la enfermedad. Foto: GETTY IMAGES-BBC

La escala, severidad y complejidad de las necesidades del país son abrumadoras. La guerra ha fracturado profundamente la economía de Yemen y ha reducido a escombros sus instituciones públicas, su infraestructura y su sistema sanitario.

El 80% de la población total necesita ayuda externa solo para sobrevivir. Y aun así, la ONU anunció hace unos días que disminuye sus operaciones en el país por falta de fondos.

Con el espectro de la covid-19 cada vez más cerca, la población de Yemen, totalmente consciente de que su país simplemente no será capaz de afrontar la inminente amenaza, se prepara para el golpe.

5. Los incendios de Australia, por Shaimaa Khalil, corresponsal en Sidney

A principios de noviembre del año pasado, el gobierno de Nueva Gales del Sur, en Australia, anunció el estado de emergencia y emitió la primera alerta por incendio catastrófico desde que hace 10 años se instauró esa medición.

Un calor que batió récords, fuertes vientos y la incesante sequía, que duró al menos tres años en algunos lugares, avivaron los incendios.

Las llamas quemaron 11 millones de hectáreas y destruyeron más de 2.000 propiedades. La fauna de Australia fue diezmada. Mil millones de animales murieron y las imágenes de koalas y canguros quemados dieron la vuelta al mundo.

La controversia y la ira hacia el primer ministro por su gestión de la crisis y su enfoque sobre el cambio climático fueron casi tan parte de la historia como los propios incendios.

Dos personas hacen trabajos de rehabilitación en Kangaroo Island, AustraliaLos trabajos de reconstrucción y rehabilitación ya han comenzado en Australia. Foto: GETTY IMAGES-BBC

Finalmente llegó la lluvia, que inundó algunas áreas mientras ponía fin a años de sequía en otras. Llovió lo suficiente para apagar la mayoría de los incendios hasta que todos estuvieron bajo control.

Fue un enorme alivio para los bomberos voluntarios que no pararon de trabajar por meses y estaban exhaustos. El 31 de marzo, el servicio rural de incendios de Nueva Gales del Sur anunció el final oficial de la temporada de incendios más destructiva sufrida por el estado y el país.

Pese a que los incendios están apagados, los daños permanecen. Tuvieron un impacto catastrófico en la economía, especialmente en el turismo. Muchas comunidades han intentado reconstruirse, pero ha sido un proceso lento y difícil, agravado ahora por el hecho de que todo está suspendido por la covid-19.

A muchas familias les preocupa que, con el gobierno totalmente dedicado a abordar la crisis sanitaria, sus propias pérdidas y dificultades sean olvidadas.

Fuente: https://www.semana.com/mundo/articulo/coronavirus-que-esta-pasando-con-5-historias-internacionales-que-quedaron-relegadas-por-la-pandemia/663986

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Coronavirus y educación

Por: Luis Hernández Navarro.

Los tiempos del coronavirus han permitido tomar una radiografía del estado de salud de nuestro sistema de educación básica pública. Lo que la placa muestra es muy delicado: el sistema está infartado y la mayoría de los funcionarios que están al frente no tienen idea de cómo enfrentar la crisis. Su respuesta ha sido burocrática, insensible y desinformada.

La situación es inédita. Vivimos tiempos de incertidumbre, temor y desconfianza. Sin embargo, las autoridades educativas, en lugar de tomar medidas para atenuarlas, las exacerban. Encerrados en sus casas, niños, jóvenes y maestros que estudian en escuelas públicas deben seguir o impartir, por órdenes oficiales, como si fueran días normales, cursos en línea, preparar clases, hacer tareas, presentar exámenes y elaborar reportes.

Casi nada de lo que estudian, reportan y enseñan tiene que ver con la zozobra que viven, con los miedos que los acechan o con las dudas que los asaltan. Los contenidos educativos que deben memorizar y las pruebas que tienen que resolver pertenecen a un mundo aparte, que no tiene nada que ver con lo que sucede en el mundo.

Pequeños llenos de energía y muchachos desbordantes de testosterona pasan días y noches encerrados en cuatro paredes, muchos en viviendas precarias. Casi la mitad de los capitalinos viven hacinados. Y, en lugar de que la Secretaría de Educación Pública (SEP) les proporcione estímulos o materiales para dejar de lado ansiedad y tedio, los carga de trabajo absurdo, los somete a evaluaciones sin sentido y anuncia fechas de regreso a clases (30 de abril) que nada tienen que ver con la realidad.

Las autoridades pretenden mantener el proceso de enseñanza a través de la educación a distancia. Pero eso no funciona. La iniciativa es viable solamente para una parte muy pequeña del sistema educativo. Según la Unesco, en México sólo 10 por ciento de los docentes de primaria y secundaria están calificados para enseñar a través de la tecnología (https://bit.ly/2XF3TA7).

Esto es así porque la inmensa mayoría de maestros del país se formaron como mentores frente a grupo en el aula, no para impartir clases digitales. Así han ejercido durante años. Aunque educación presencial y en línea parezcan similares, son muy diferentes. Requieren capacidades, destrezas, entrenamiento, materiales y soportes diferentes. Y la inmensa mayoría de docentes no ha recibido formación para trabajar en modelos de enseñanza virtual.

Muchos maestros no participan en redes sociales. No son pocos los que las rechazan. Si acaso, utilizan WhatsApp y, en menor medida, Facebook. Los que forman parte de ellas, tienden a ser más bien consumidores que generadores de contenido. No todos tienen equipo de cómputo personal o teléfonos inteligentes. Menos aún en zonas rurales. Con frecuencia, sus computadoras son viejas, sus celulares lentos y el servicio de Internet al que tienen acceso es de muy poca capacidad. Saben usar Word, PowerPoint y Excel, pero no mucho más.

Muchos de los programas para promover las habilidades digitales realizados en sexenios pasados, como Enciclomedia, fueron más una oportunidad de negocios para empresarios y funcionarios, que herramientas de formación efectivas. Aún sobrevive en algunas escuelas parte del equipo inservible de Enciclomedia, como si fueran restos fósiles de algún animal prehistórico.

La brecha comienza en las aulas. De acuerdo con el INEE, durante el ciclo escolar 2016-17, sólo 44.4 por ciento del total de escuelas primarias del país contaba con al menos un ordenador para uso educativo y de éstos sólo 68.7 por ciento tenía conexión a Internet (https://bit.ly/2JYYR9y).

La iniciativa de mantener las clases en línea excluye del proceso de enseñanza a la mitad de la población escolar. Muchos estudiantes de familias de escasos recursos carecen de equipos de cómputo y conectividad. Según el Inegi, en 2019 sólo 44.3 por ciento de los hogares contaba con ordenadores y 56.4 por ciento tenía acceso a Internet. Apenas 44.6 por ciento del total de usuarios de computadora la usan como apoyo en la escuela (https://bit.ly/2VhMlXW).

La SEP pretende ahora que la educación a distancia se realice a través de las herramientas que ofrece Google para Educación y YouTube. Para acceder a ellas habrá que crear cuentas y perfiles en plataformas. La medida, otro paso en la ruta de la privatización educativa, permite a G Suite tener acceso gratuito a los datos de los usuarios, entre otros, nombre, edad, centro de trabajo, cursos que imparte, ubicación geográfica y número de celular. No es asunto menor. La recopilación y venta de datos es el negocio que más crece en Estados Unidos.

En un momento de grandes incertidumbres como el de hoy, la SEP debería brindar a alumnos, padres de familia y maestros tranquilidad, y dejar a un lado su obsesión de poner el centro en controles y evaluaciones (como lo denunciaron los maestros de la Ciudad de México). Debería anunciar con claridad que las clases se reanudarán cuando las autoridades sanitarias consideren pertinente, retomando el plan de estudios donde se quedó el 20 de marzo (o en la fecha en la que cada entidad comenzó la cuarentena).

Fuente del artículo: https://www.jornada.com.mx/2020/04/14/opinion/018a1pol

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Consecuencias y soluciones sobre el impacto en la educación de la pandemia SARS-COV2

Por: Sergio Martínez Dunstan

El Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud estimó que el pico más alto de la enfermedad ocurrirá en agosto (https://bit.ly/2Rg37Fx). Días después mencionó que la pandemia es inevitable. “La única manera de reducir la transmisión es quedándonos en nuestras casas, de forma masiva” (https://bit.ly/2RdrKTc). Así lo dijo el funcionario federal para dar pie al anuncio de la emergencia sanitaria por causa de fuerza mayor a la epidemia de enfermedad generada por el virus SARS-COV2 (COVID-19) el pasado treinta de marzo (https://bit.ly/39MX01G) declarada por el Consejo de Salubridad General. En consecuencia, la Secretaría de Salud ordenó acciones extraordinarias (https://bit.ly/2JIbXHZ) entre otras la suspensión inmediata de actividades esenciales en los sectores público, privado y social. En concordancia, la Secretaría de Educación Pública (SEP) emitió el Acuerdo Número 06/03/20 (https://bit.ly/34eR8x7) por el que se amplía el periodo por el que se suspenden las clases en las escuelas de educación preescolar, primaria, secundaria, normal y demás para la formación de maestros en educación básica del sistema Educativo Nacional así como aquellas de los tipos medio superior durante el periodo comprendido entre el veintisiete de marzo al treinta de abril.

El gobierno ha reiterado que se busca aplanar la curva de contagio, se pretende ralentizar o frenar el esparcimiento del coronavirus con el propósito de controlar el aumento de casos distribuyéndolos en el tiempo y reducir de esta manera la presión sobre el sistema de salud a fin de evitar su colapso. Se ha reiterado la importancia de estar preparados para una epidemia larga. La parte más intensa todavía no ha llegado. Se estima que pudiera ser a finales de abril o en la primera semana de mayo donde se va a tener la mayor transmisión” (https://bit.ly/2V9kHw7). Aunque nadie sabe a ciencia cierta cuándo se regresará a la normalidad. Por ello, el retorno de los estudiantes a las escuelas es incierto. Es imposible precisar su evolución en nuestro país. Depende de la efectividad de las medidas impuestas a la población, entre otros factores. Es prematuro adelantar si el regreso será en la fecha señalada. Aunque cabe la posibilidad que pueda extenderse más allá del tiempo previsto.

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), organismo especializado de la Organización de las Naciones Unidas, le ha dado seguimiento puntual a este asunto (https://bit.ly/2V4jzcZ). Reconoce que el brote del COVID-19 es un problema sanitario de gran magnitud y advierte que también es una crisis para la educación. El 91.3% % de la población estudiantil ha sido perjudicada por el cierre de escuelas. Mas de 1,576 millones de estudiantes se encuentran fuera de ellas. 188 países han sido afectados (https://bit.ly/39LCsGY). Las consecuencias son particularmente graves para los niños desfavorecidos y sus familias (https://bit.ly/3bTtKrz). Cuando las escuelas cierran:

  • Se limitan las oportunidades educativas.
  • Se dificulta el aprendizaje ante la falta de preparación de los padres para la enseñanza a distancia o desde la casa especialmente de aquéllos de instrucción y recursos limitados.
  • Se obstaculiza la continuidad del aprendizaje dado el acceso desigual a las plataformas digitales sobre todo para los alumnos de familias desfavorecidas
  • Se provocan riesgos en el comportamiento y aumenta la influencia de las presiones por parte de los compañeros y el consumo de drogas porque los padres abandonan recurrentemente a sus hijos por irse a trabajar.
  • Se aumentan las probabilidades de que los padres de familia se ausenten de sus labores para el cuidado de sus hijos lo que ocasionaría la pérdida de salario y perjudicar la productividad.
  • Se eleva la incidencia en el sistema de salud porque numerosos profesionales se ausentarían de los centros sanitarios para dedicarse al cuidado de sus hijos.
  • Se incrementan las tasas de abandono escolar porque es muy difícil lograr que los niños y jóvenes regresen a las escuelas y permanezcan cuando vuelvan a abrirse. Es algo que puede ocurrir en particular tras cierres prolongados.

Se advierte también la necesidad de mitigar el impacto inmediato para las comunidades más vulnerables y desfavorecidas. Aunado a lo anterior, se comparten diez recomendaciones para planificar las soluciones (https://bit.ly/2RdWF1V) con el objetivo de garantizar la continuidad de aprendizaje durante ese periodo mediante la modalidad a distancia.

  1. Examinar el estado de preparación y escoger los instrumentos más pertinentes, el uso de las soluciones tecnológicas, en función de la infraestructura eléctrica, del acceso a internet así como las competencias digitales de los docentes y de los alumnos.
  2. Garantizar la inclusión para el acceso de los alumnos principlamente de los discapacitados o los que provienen de ingresos bajos.
  3. Proteger la privacidad y la seguridad de los datos de los alumnos.
  4. Aplicar soluciones antes de impartir la enseñanza intentando con ello responder a los problemas psicosociales a la que los alumnos pueden verse confrontados en situaciones de aislamiento.
  5. Planificar previamente el desarrollo determinando si el programa debe centrarse en la enseñanza de nuevos conocimientos o el reforzamiento de los conocimientos ya adquiridos. Organizar los calendarios, el nivel de enseñanza, las necesidades de los alumnos, la disponibilidad de los padres. Escoger los métodos pedagógicos adecuados evitando los que requieren una comunicación presencial.
  6. Proporcionar apoyo a los docentes y alumnos en cuanto a la utilización de las herramientas digitales incluso a los padres de familia en caso de que requieran un seguimiento y acompañamiento.
  7. Combinar los enfoques así como limitar la cantidad de aplicaciones.
  8. Establecer las reglas y retroalimentar a los alumnos a lo largo del proceso.
  9. Definir el tiempo de duración de las unidades de aprendizaje acorde con el nivel de autorregulación y de las aptitudes metacognitivas de los alumnos.
  10. Crear comunidades de docentes, padres y directores de escuelas a fin de favorecer los vínculos sociales para combatir los sentimiento de soledad o sufrimiento del alumno y facilitar los intercambios de experiencias.

De igual manera, se sugieren algunas soluciones tecnológicas (https://bit.ly/2Rd1I2E): recursos para brindar apoyo psicosocial, sistemas de gestión de aprendizaje digital, sistemas diseñados para usar en teléfonos móviles básicos, sistemas con fuerte funcionalidad fuera de linea, plataformas masivas de curso abierto en línea (MOOC), contenido de aprendizaje autodirigido, aplicaciones de lectura móvil, plataformas de colaboración que admiten la comunicación de video en vivo, herramientas para que los maestros produzcan contenido de aprendizaje digital, repositorios externos de soluciones de aprendizaje a distancia

También da cuenta de las plataformas nacionales que utilizan los diversos países en el mundo. (https://bit.ly/34pLY1H). Por ejemplo, México:

Aprende 2.0 (https://bit.ly/3dYrVvw) a través de la cual se busca promover el uso de las TIC para fomentar el desarrollo de habilidades digitales.

Aprende en casa por TV y en línea (https://bit.ly/2weKri2) con el contenido de educación preescolar, primaria, secundaria basado en los planes de estudio.

Libros de texto (https://bit.ly/2Rhyn71) en versiones digitales para apoyar el aprendizaje en el hogar.

TELEsecundaria (https://bit.ly/34dCh6h) para estudiantes de secundaria en áreas rurales del país.

La emergencia sanitaria fue inesperada como también lo fue la suspensión de las actividades en las escuelas. Faltó tiempo para planear y proyectar. Lo peor está por venir y seguirá afectando la educación de la niñez sobre todo de aquellos grupos poblacionales en situación de vulnerabilidad. Está en riesgo su derecho a la educación. La UNESCO impulsa una Coalición para la Educación. Convoca a construir una propuesta inclusiva y equitativa para ayudar a los países a garantizar la continuidad de la educación para todos. El noble propósito me impulsó a divulgarlo. El buen juez por su casa empieza.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/consecuencias-y-soluciones-sobre-el-impacto-en-la-educacion-de-la-pandemia-sars-cov2/

Imagen: https://www.shutterstock.com/image-photo/teleworking-widespread-during-coronavirus-period-1675243270?irgwc=1&utm_medium=Affiliate&utm_campaign=Pixabay+GmbH&utm_source=44814&utm_term=https%3A%2F%2Fpixabay.com%2Fimages%2Fsearch%2Fconfinamiento%2520educativo%2F

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IESALC insta a los Estados a asegurar el derecho a la educación superior en igualdad de oportunidades ante el COVID-19

Redacción: IESALC.UNESCO

  • En el Día Mundial de la Salud UNESCO lanza documento sobre la educación superior y el COVID-19
  • El cese temporal de las actividades presenciales de las instituciones de educación superior a escala global ha operado como un enorme disruptor sobre su funcionamientocon impactos que dependen de su capacidad para mantenerse activa y su sostenibilidad financiera.
  • Estudiantes y profesorado se han visto afectados ante el cierre indefinido de las IES y sin claridad sobre la duración del cese de actividades.
  • Ante el supuesto cese de actividades presenciales equivalente a un trimestre o más, es probable el retraimiento de la demanda a corto plazo y un repunte al alza ya donde las tasas son bajas o inexistentes.
  • En el contexto de la progresiva salida de la crisis, los gobiernos deberían contar con la educación superior para su recuperación económica y social y las IES asegurar la continuidad con equidad.

La pandemia del COVID-19 añade un grado más de complejidad a la educación superior en América Latina y el Caribe, que viene de enfrentar retos no resueltos, como son el crecimiento sin calidad, inequidades en el acceso y en los logros, y la pérdida progresiva de financiamiento público. Así lo indica el Instituto Internacional de la UNESCO para la Educación Superior en América Latina y el Caribe, IESALC en su más reciente trabajo titulado COVID-19 y educación superior. De los efectos inmediatos al día después. Análisis de impactos, respuestas políticas y recomendaciones (IESALC, 2020), un documento en proceso que busca servir de referencia a los decisores políticos de la educación superior en la región en medio de la disrupción causada en el sector por el COVID-19.

El informe inicia con los impactos inmediatos, a mediano y largo plazo de la pandemia sobre los distintos actores del sector: los estudiantes se han visto forzados a entrar en una dinámica no planificada de clases a distancia, que afecta su vida cotidiana, los costos y sus cargas financieras así como la continuidad de sus aprendizajes y la movilidad internacional. Quienes no hayan contado con una oferta de continuidad de calidad y con seguimiento individualizado, probablemente se irán desvinculando del ritmo académico y aumentando su riesgo de abandono del sistema. En el caso de América Latina y el Caribe, entrar en una fase de estudios a distancia requiere de una alta tasa de conectividad de calidad. Sin embargo, tan solo uno de cada dos hogares está conectado. “La paradoja es que, a pesar de que las tasas de conectividad en los hogares son muy dispares, las tasas de líneas móviles son extremadamente elevadas y superan, en muchos casos, la cifra de una línea por persona. Esto es, sin duda alguna, una oportunidad que las instituciones de educación superior (IES) deberían aprovechar, centrando sus esfuerzos en soluciones tecnológicas y contenidos para su uso en teléfonos móviles.“

El acceso de los estudiantes a las tecnologías y plataformas requeridas para la educación a distancia (76%) y la propia capacidad real de las instituciones, en términos tecnológicos y pedagógicos, de ofrecer educación online de calidad (75%), deja por fuera a un 25% de estudiantes e instituciones. Muchas autoridades admiten que “el cambio de modalidad se hizo en una situación de urgencia imprevisible y que deberían, desde ya, planificar un próximo trimestre en docencia online con mayores apoyos pedagógicos y recursos, anticipando que la duración de la crisis vaya más allá de un trimestre.“ En este contexto, los profesores se constituyen como sector vulnerable, sobre todo en el caso de los contratados temporalmente o para materias prácticas, quienes corren el riesgo de quedarse sin trabajo por las características de sus empleos. Además, la brecha digital atenta contra la estabilidad de una mayoría que no cuenta con las herramientas y recursos para continuar con las clases en modalidad virtual.

En este entorno crítico entra en juego la sostenibilidad financiera de las IES privadas: “Los flujos de caja podrían no llegar, generando problemas de supervivencia financiera. Esto puede ser crítico para las universidades privadas que no puedan garantizar la continuidad docente en modalidad virtual. Es probable que estas deban suspender temporalmente el cobro de aranceles y que algunas cierren“.

Respuestas institucionales ante el COVID-19
Las respuestas institucionales se han centrado en cubrir el frente sanitario, ajustar calendarios, contribuir desde la investigación y el desarrollo a mitigar la pandemia, garantizar la continuidad de actividades formativas por medio de la educación a distancia, y en apoyar con recursos bibliográficos y tecnológicos y también socioemocionales a la comunidad universitaria. Es decir, en atender la emergencia inmediata con miras a garantizar el bienestar de la ciudadanía. En Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Honduras, México y Uruguay, universidades nacionales han comenzado a prestar servicios y producir bienes necesarios para afrontar el impacto de la pandemia, por ejemplo, produciendo alcohol en gel, barbijos y respiradores, además de desarrollar campañas de promoción de medidas de prevención.

Recomendaciones de la UNESCO
El informe del IESALC recomienda a todos los actores de la educación superior prepararse cuanto antes para la reapertura de las instituciones de educación superior, que probablemente se de en un contexto de recesión económica con recortes en la inversión pública en educación. En este contexto, la UNESCO hace un llamado a los Estados para que aseguren el derecho a la educación superior de todas las personas en un marco de igualdad de oportunidades y de no-discriminación como primera prioridad, a través de marcos regulatorios, de financiamiento y de incentivos adecuados, así como de impulsos a iniciativas inclusivas, pertinentes y de calidad para “no dejar a ningún estudiante atrás“, en línea con el propósito principal de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas. Esto implica atender las necesidades pedagógicas, económicas y también socioemocionales de aquellos estudiantes con mayores dificultades para continuar su formación en modalidades no tradicionales.

A los gobiernos e IES se les recomienda generar mecanismos de concertación que permitan avanzar conjuntamente en la generación de mayor capacidad de resiliencia del sector de la educación superior ante futuras crisis. Esto exige por parte de los gobiernos: contar con la educación superior en los planes de estímulo para la recuperación económica y social; forjar un consenso nacional para una estrategia de fomento de la recuperación y de la innovación de la educación superior; dotarse de un entorno normativo claro en la reapertura de las aulas que genere seguridad; y comprometerse con la cooperación internacional.

A las IES se recomienda anticiparse a una suspensión de larga duración, centrando los esfuerzos en asegurar la continuidad formativa y garantizar la equidad, generar mecanismos de gobierno, monitoreo y apoyo eficientes; diseñar medidas pedagógicas para evaluar formativamente y generar mecanismos de apoyo al aprendizaje de los estudiantes en desventaja; documentar los cambios pedagógicos introducidos y sus impactos; aprender de los errores y escalar la digitalización, la hibridación y el aprendizaje ubicuo; así como promover la reflexión interna sobre la renovación del modelo de enseñanza y aprendizaje.

Descargue al informe aquí el Informe COVID-19 070420 ES

Fuente: http://www.iesalc.unesco.org/2020/04/07/iesalc-insta-a-los-estados-a-asegurar-el-derecho-a-la-educacion-superior-en-igualdad-de-oportunidades-ante-el-covid-19/

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La UNESCO pide un mayor apoyo al patrimonio documental en el marco del COVID-19

UNESCO/09 Abril 2020/https://es.unesco.org/

La UNESCO y sus asociados acaban de emitir una declaración en la que piden a los Estados Miembros, las instituciones de la memoria y el público en general que aprovechen el potencial educativo, científico y artístico del patrimonio documental en los esfuerzos por hacer frente al brote del COVID-19.

Como parte de su esfuerzo por movilizar a la comunidad del patrimonio documental contra la pandemia, la UNESCO, a través del Programa Memoria del Mundo (MoW), ha creado una página web específica, Recursos para profesionales del patrimonio documental, en la que se presentan recursos para los Estados Miembros, las instituciones de la memoria y los ciudadanos para garantizar que todos los registros oficiales relacionados con la crisis del COVID-19 se conserven eficazmente y estén a disposición del público.

La página web, que se actualizará periódicamente, también contiene vídeos de los asociados de la UNESCO en los que se describen sus esfuerzos organizativos para mitigar el impacto del COVID-19 en las instituciones de la memoria, así como en el público en general.

Entre ellas figuran iniciativas de la Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios y Bibliotecas (IFLA), el Consejo Internacional de Museos (ICOM), el Centro Internacional de Estudios de Conservación y Restauración de los Bienes Culturales (ICCROM) y el Consejo de Coordinación de Asociaciones de Archivos Audiovisuales (CCAAA), junto con los Comités Regionales del Ministerio de Obras Públicas para África (ARCMOW), Asia y el Pacífico (MOWCAP) y América Latina y el Caribe (MOWLAC), todos los cuales firmaron conjuntamente la declaración.

Al resumir la sustancia de la declaración conjunta, Moez Chakchouk, Subdirector General de Comunicación e Información, dijo: «Las instituciones de la memoria en todo el mundo han demostrado su pertinencia para hacer frente a la crisis actual. Han seguido sirviendo al público de manera creativa, aprovechando las tecnologías digitales para satisfacer la creciente demanda de información sanitaria, educativa y de otro tipo».

A medida que se desarrolle esta crisis mundial sin precedentes, los archivos, las bibliotecas, los museos y otras instituciones de la memoria serán cruciales para ayudar a las generaciones futuras a comprender el alcance de la pandemia y sus repercusiones en las sociedades. Por el momento, están trabajando arduamente para proporcionar recursos inestimables que están ayudando a las personas, incluidos los científicos y los encargados de la formulación de políticas, a adoptar una perspectiva histórica sobre la forma en que se han abordado las pandemias en el pasado.

El Programa MoW, gestionado por la Dependencia del Patrimonio Documental de la UNESCO, se creó en 1992 para identificar el patrimonio documental de importancia histórica y mundial, preservarlo y mejorar el acceso del público a él.

Fuente: https://es.unesco.org/news/unesco-pide-mayor-apoyo-al-patrimonio-documental-marco-del-covid-19

 

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En busca del equilibrio

Por: Pedro Flores Crespo

La reflexión ha sido aguijoneada por la pérdida de la normalidad. Si algo positivo tienen estos aciagos días es forzarnos a pensar en cosas que dábamos por sentado o que simplemente, no mirábamos.

Dentro de esta incertidumbrealgunos nos hemos preguntado cómo funcionaban los sistemas educativos nacionales antes del “frenón escolar”, qué vamos a perder a consecuencia de éste y cómo se podrían transformar luego de esta terrible emergencia“Nunca antes habíamos sido testigo de un trastorno educativo de tal magnitud”, asegura la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y Cultura). Esta organización internacional calcula que “87 por ciento de la población estudiantil se vio afectada por el cierre de las escuelas debido al Covid-19”. Esto representa alrededor de 1,500 millones de personas de 165 países.

Si la economía se mantiene en equilibrio por factores como el consumo y sus relaciones subyacentes muchas de éstas se quebraron de manera general y estrepitosa a consecuencia del confinamiento, ¿qué cosas se están rompiendo dentro del sector educativo? En un primer plano y a simple vistaes claro que se interrumpieron trayectorias académicas y escolares que, sin una respuesta imaginativa y no burocrática, podría generar un mayor desequilibrio. Moverse a clases en línea o con apoyo de alguna herramienta de la Tecnología de la Información (TIC) fue un primer y valioso paso ante la emergencia pero no bastará. Aprender es también producto de una acción social. Además, este “capullo” escolar basado en las distintas interacciones sociales tiene mayor peso y sentido, según algunas investigaciones, para las niñas, niños y jóvenes más pobres.

La escuela, y más específicamente, lo que hacemos maestros, estudiantes, prefectos y directivos dentro de ella importa y esta súbita interrupción nos lo ha recordado reiteradamente. Los factores externos como la riqueza familiar y la cultura tienen un peso importante sobre nuestro desarrollo académico, pero también la vida escolar que cotidianamente construimos. Reconocerlo es un paso para reflexionar sobre nuestra práctica y una condición esencial para darle espacio de análisis a nuestra acción y libertad para formar seres humanos. Si la escuela no importaseentonces no sabríamos que al tener recesos prolongados, se pierden ciertas habilidades y conocimientos disciplinares en áreas como matemáticas y lectura. Así lo explica Jennifer McCombs, especialista del influyente think tank Randquien ha estudiado el impacto que tiene sobre el aprendizaje las interrupciones escolares durante el verano en Estados Unidos. La literatura en el tema, según McCombs, ha mostrado además que aunque hay variaciones de estos efectos, es evidente que los más afectados por estos breaks son los estudiantes de hogares más desfavorecidos económicamente hablando. Gracias a sus estudios, McCombs también señala que una vez que aprendemos algo, podemos reaprenderlo de manera relativamente fácil https://www.gse.harvard.edu/edcast

Si la cancelación se prolonga por más tiempo y alcanzamos el mes de junio sin clases, parece que reaprender y reeducarse van a tener que ser parte de un plan estratégico de los sistemas educativos nacionales. La pregunta para México es si la Secretaría de Educación Pública (SEP) y la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación ya han pensado en medir los efectos que tendrá la cancelación de clasepara el sistema educativo nacionalEn este sentido, la ciudadanía esperaría saber: (1) si efectivamente se registraron pérdidas en el aprendizaje, (2) en qué poblaciones se acentuarán tales déficits, (3) en qué momento se inició un declive significativo de los aprendizajes, (4qué atrasos por áreas del conocimiento fueron más fáciles de compensar con el trabajo en casa y el respaldo de las madres y padres de familia, y sobre todo, (5) qué estrategias de aprendizaje van a diseñar y proponer para tratar de volver a la normalidad. Será necesario que todas estas medidas – al igual que las que se están poniendo en marcha en el sector salud –se basen en la evidencia científica y en el conocimiento acumulado. Si la ocurrencia y la improvisación pueden costar vidas humanas a raíz del brote del Covid-19, ¿qué más se podría romper en el sector educativo ante la pandemia?

No hay que olvidar, siguiendo a Jean Paul Sartre, que “no amamos al hombre por lo que es, sino por lo que puede ser”De este tamaño es el reto. Busquemos entonces con afán e inteligencia el equilibrio.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/en-busca-del-equilibrio/

Imagen: https://pixabay.com/photos/coins-calculator-budget-1015125/

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Stefania Giannini, subdirectora de la Unesco: «El mayor riesgo de cerrar los colegios es que aumente la desigualdad»

Por: Icíar Gutiérrez.

Stefania Giannini levanta el teléfono con preocupación. Desde su confinamiento en París, lo primero que hace tras responder a la llamada es lamentar «las tristes noticias» que llegan desde España. Las mismas, dice, que las que deja la epidemia de coronavirus en su país, Italia. «Es una situación muy complicada para todos», sostiene.

Giannini está siguiendo de cerca el impacto del cierre de centros educativos en todo el mundo como medida de contención del virus. Desde mayo de 2018, es subdirectora general de educación de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), el mayor cargo de responsabilidad de la ONU en el ámbito de la educación. Antes fue profesora de lingüística y ministra de Educación en el Gobierno de Matteo Renzi, entre 2014 y 2016.

Se trata de una «crisis sin precedentes e inesperada», reconoce. El escenario es muy complejo, sin final a la vista. Las medidas de cierre de colegios y universidades están alterando calendarios escolares, pero el impacto trasciende lo educativo. Los países no solo tienen que aplicar modalidades de enseñanza a distancia para evitar que el aprendizaje se interrumpa. Además, deben abordar las dimensiones sociales de la crisis que afecta a los menores de muchas formas. El confinamiento obligatorio les impide ver a sus compañeros y las actividades de socialización. Muchos niños y jóvenes, especialmente los que provienen de entornos empobrecidos, dependen de las comidas escolares para una nutrición saludable, recuerda la Unesco. También han alertado de que la medida tendrá mayores efectos en las niñas.

Desde principios de marzo, la organización internacional ha estado reuniéndose con ministros, impartiendo seminarios y dando seguimiento a la clausura de escuelas, que se ha extendido a una gran velocidad por todo el mundo para hacer frente a la pandemia. Durante semanas, la lista se ha actualizado prácticamente a diario. El 4 de marzo había 300 millones de alumnos afectados en una veintena de países. En menos de un mes ya son más de 1.500 millones los estudiantes desde primaria a universitarios que están fuera de las aulas en 188 países. Son casi el 90% de la población estudiantil del mundo, según sus datos. A ellos se suman 60 millones de profesores. El mapa de las aulas vacías está casi completo.

Cuando empezaron a documentar las cifras del impacto del cierre educativo, ¿se imaginaban que íbamos a llegar a una situación de esta magnitud?

Empezamos con el primer informe hace unas semanas y nadie podía imaginarse lo que iba a pasar a los pocos días, el crecimiento hasta los 1.500 millones. La cuestión central que estamos abordando en esta crisis es la salud, pero esto también tiene un impacto en la educación. Desde el principio teníamos la impresión de que podría convertirse en una crisis enorme y sin precedentes. Y eso es lo que está sucediendo. Por eso, inmediatamente después, decidimos enfrentar estar circunstancias insólitas en la educación. Hemos tenido que tomar algunas medidas excepcionales, como lanzar una Coalición Mundial por la educación -formada por Naciones Unidas, sector privado, sociedad civil- para responder.

¿Cuál es su análisis?

Es una crisis enorme, una de las mayores de la historia. Tiene un impacto dramático no solo en la salud, sino en diferentes niveles como el económico. En la educación, tiene dos vertientes. La primera, la necesidad de una reacción inmediata, y esto está muy relacionado con los Ministerios de Educación, intentando tranquilizar a las familias y asegurarse de que gracias a la comunidad educativa, se seguirá adelante y el aprendizaje no se detiene. Las organizaciones internacionales estamos para apoyarles con nuestras herramientas. Este es el lado negativo.

Luego está el lado positivo. Antes del coronavirus, hablábamos dela necesidad de cambiar el paradigma, del uso de nuevas herramientas, de tecnología… Y ahora  tenemos que hacerlo bajo presión. Quizás, estamos ante el ‘momentum’, la oportunidad de repensar el modelo. Estamos obligados a hacerlo. Las lecciones que seguramente vamos a aprender de esta crisis nos pueden ayudar de alguna manera a potenciar mucho más nuestros sistemas educativos, a hacerlos más flexibles y más ágiles, para ver cómo la tecnología puede realmente ayudar y no reemplazar la educación en su forma más tradicional. Es un gran desafío en una situación difícil.

Si echamos un ojo a la historia, ¿hay algún momento comparable a este?

Quizás es la primera vez en que el enemigo no está entre nosotros, no es una cuestión de equilibrio geopolíticos o guerra. El algo realmente fuera de la capacidad de control humana y la consecuencia de esto es bastante singular: hay que buscar un nuevo tipo de solidaridad global. Desarrollar alianzas entre distintos sectores. Mecanismos regionales como la Unión Europea tienen que encontrar la manera de demostrar que son lugares útiles para encontrar soluciones a los problemas de los ciudadanos y no para debatir sobre cuestiones difíciles. Pasa lo mismo para las organizaciones multilaterales. Estamos tratando de hacerlo. Hace dos semanas, organizamos una reunión con más de 70 ministros para debatir cómo se puede abordar el impacto que esto va a tener en la educación. Es un momento único en este sentido. Pero por supuesto, hay similitudes con otras crisis de la historia, como la Segunda Guerra Mundial. Aunque los actores principales o las motivaciones eran totalmente diferentes. Pero después de aquel momento se vio la necesidad de que hubiera algún tipo de gobierno global y un mecanismo de solidaridad también.

El cierre de colegios y universidades ha sido de las primeras medidas que han tomado los Gobiernos contra el coronavirus. En los inicios, siempre sobrevolaba la idea de la proporcionalidad. En este caso entraba el juego el derecho a la educación. ¿Ha sido proporcional?

Es una decisión de los Gobiernos. Por supuesto, no es una decisión fácil de tomar, al revés, es muy dura. Pero en momento de paquetes de medidas tan duras y fuertes como las que vemos ahora y hace unas semanas, tiene sentido. Si queremos que haya distancia social, la escuela es un lugar de contacto entre niños y los profesores. Y es una de las únicas maneras que tenemos ahora para abordar este momento crítico.

Lo que tenemos que hacer, y hacemos, es encontrar la forma más rápida de movilizar a la comunidad internacional y apoyar a los países. ¿Cómo? Propiciando el diálogo entre los sistemas educativos, que están encontrando sus propias formas de abordar la crisis. Y es muy interesante escucharlo. Irán, Italia, China, Francia, algunos países africanos vienen y dicen las herramientas que están usando: no solo el aprendizaje virtual, también usan la radio o los canales de televisión para llegar a los niños más excluidos, por ejemplo. Lo segundo es ofrecer herramientas, plataformas y recursos educativos. Aquí hemos estado sentándonos también con el sector privado. Los proveedores de conexión a Internet y las compañías tecnológicas pueden demostrar su apoyo a los países aceptando los principios éticos de protección de datos y seguridad y prestando servicios gratuitos.

Cerrar los centros educativos y continuar con las clases con la máxima normalidad posible es un desafío enorme. ¿Cómo están respondiendo los países?

Creo que todos los países se sienten parte de una comunidad global que se ha visto profundamente tocada por esta crisis. Hay diferencias en la calidad de las soluciones que se han tomado de manera inmediata. Hay países avanzados en alta tecnología que fueron más rápidos y mejores durante los primeros días a la hora de proporcionar herramientas de aprendizaje virtual a los niños, más o menos en función del nivel del país.

Si miramos al sur, hay países que están luchando más para poder hacerlo. Es nuestra prioridad apoyar a los países en desarrollo. Vemos, por ejemplo, que hay países africanos en los que se está solucionando con radios y canales de televisión. Mientras tanto, lo que tenemos que hacer es reforzar la conectividad, que llegue a donde no está. No es la misma fotografía para todos. La comunidad internacional tiene que encontrar el equilibrio sobre cómo garantizar, al final de este proceso, la educación de calidad.

¿Qué país destacaría por su actuación en este terreno?

Es una pregunta difícil (risas). China, que fue el primer país afectado por el virus, puso en práctica de inmediato una maquinaria impresionante de aprendizaje virtual. En un par de días, casi 200 millones de niños estaban conectados en una plataforma de educación a distancia. Pero después de dos semanas, podíamos hablar ya de otros modelos, como el de Italia, que no ha apostado solo por un sistema de educación virtual, sino también por un enfoque de integración. Ahora enfrenta algunos desafíos en cuanto a equilibrar el norte y el sur y la crisis está golpeando fuerte, lamentablemente. Todo cambia muy rápido. Es un laboratorio de nuevas herramientas y prácticas. Estoy segura de que en unas semanas tendremos una fotografía completa de la situación que nos permita apoyar a los países que van algo por detrás.

Mapa de cierre de colegios elaborado por la Unesco.
Mapa de cierre de colegios elaborado por la Unesco.

¿Qué problemas se están encontrando? ¿Qué efectos colaterales se están repitiendo más?

Hay muchos desafíos comunes. Hay niños y familias que se van a ver más afectados en su derecho a la educación porque no están tan bien equipados para poder continuar con su aprendizaje con plataformas educativas digitales. Hay que encontrar soluciones, algo que estamos haciendo es recurrir a aplicaciones que se pensaron en un primer momento para la asistencia online. Si volvemos a mirar el sur del mundo, esto ocurre en algunas regiones latinoamericanas -que se están viendo cada vez más afectadas por la crisis-. Esto también es una realidad en Europa si nos fijamos en las periferias y la población más excluida.

Después está el impacto en los profesores. No debemos dar por hecho que todos los maestros del mundo están bien preparados y formados en cómo pasar de la enseñanza tradicional, en una clase, con libros y pizarra, a la virtual. Nos estamos centrando mucho en ellos, colaborando con organizaciones de la sociedad civil para que los profesores puedan involucrarse en el proceso de pensar cómo aseguramos que la educación sea de calidad. Está habiendo, además, algunos centros educativos privados que no están garantizando las condiciones salariales durante la crisis. Los sindicatos están denunciándolo y nosotros nos debemos centrar en ello también.

Otro desafío es el nuevo ambiente familiar. Todos estamos experimentando lo que es tener en un mismo apartamento la oficina, con el teletrabajo, y las clases virtuales, además de los miembros de la familia que están haciendo las tareas domésticas. Esto tiene muchas implicaciones sociales y emocionales. Tenemos que ver cómo apoyar a los padres, que ahora tienen un nuevo trabajo. Es diferente recoger a tu hijo después de clase a que te pidan, como madre o padre, estar ahí con ellos, ayudándolos. Quizás el mayor reto está en la educación primaria, porque en secundaria puede que los estudiantes ya estén más experimentados en educación virtual antes de esta crisis sin precedentes. Ahora hay que poner en marcha la enseñanza online para niños muy pequeños, de primaria. Esto tiene componentes emocionales muy importantes.

Ha mencionado la desigualdad. ¿Cómo deben asegurarse los Gobiernos de que ningún estudiante, especialmente los más pobres, se queda atrás? La nutrición, por ejemplo, es un asunto vital, o la brecha tecnológica, como decía. 

Exactamente, la nutrición es un asunto muy importante y es parte de nuestra lista de consecuencias más inmediatas del cierre de colegios. Estamos trabajando con la OMS, con el Programa Mundial de Alimentos y Unicef. Hay algunas comunidades que ya se están organizando por su cuenta para encontrar instalaciones en las que asegurar la nutrición de los estudiantes más desfavorecidos. Sobre el acceso a la tecnología, desde el comienzo de la Coalición de Educación gran parte del trabajo se está centrando en cómo podemos garantizar el traslado a las aulas virtuales desde las tradicionales aulas físicas, o que haya plataformas y recursos educativos para todos los niños. Pero el proceso acaba de empezar.

En Italia hay un debate abierto sobre la necesidad de relajar las restricciones para que los niños puedan salir a la calle a dar un paseo. En España, no pueden. Esta es una consecuencia más del cierre de colegios, la falta de socialización o de actividad física durante la cuarentena. ¿Qué piensa?

Sí, esto tiene que ver con lo que mencionaba antes sobre el componente emocional y físico, totalmente. Pienso que es crucial garantizar, tanto como sea posible en las circunstancias en las que estamos, el derecho de los niños al ejercicio físico. Es algo que desde la Unesco estamos analizando porque hay una demanda muy fuerte por parte de los países para que se analice. Por supuesto, también se puede recurrir a clases virtuales para hacer deporte y demás. Pero mi opinión personal es que es importante salir un poco de los espacios cerrados a tomar el aire. Es cuestión de encontrar el equilibrio y encontrar las medidas correctas dadas las circunstancias que tenemos.

Si miramos un poco al futuro, ¿qué debemos tener en cuenta durante la ‘vuelta al cole’?

Que estemos enfrentando la crisis en plena crisis no significa que no nos tengamos que anticipar desde ya a la fase de recuperación. Tenemos que asegurarnos de que la educación reciba atención política, compromiso y financiación. Esto es muy importante para nosotros, no queremos que la educación se quede atrás después de la crisis. Y tenemos que ver cómo será la fase de recuperación para los estudiantes y los profesores. Tenemos que observar cómo será el impacto en los niños pasados de unos meses. No sabemos cuánto tiempo tenemos por delante. Así que creo que es vital que anticipemos esta fase de recuperación.

Por otro lado, también es crucial que aprovechemos este momento para mirar más allá de la crisis y ver cómo van a ser nuestros sistemas educativos en un futuro cercano. Cómo deben diferenciarse, tal vez, del modelo tradicional. Y esto está relacionado con el futuro de la educación. Hay un debate muy interesante sobre los nuevos desafíos y las nuevas oportunidades, el cambio de paradigma del aprendizaje y la enseñanza. Pero la presión que tenemos ahora los principales actores de la comunidad educativa es aprovechar este momento. Por ejemplo, con el uso de la tecnología y los principios éticos que tienen que garantizarse.

¿Cuál es el mayor riesgo de decidir echar el cierre a las escuelas?

El riesgo es aumentar las desigualdades, pero la oportunidad es que haya un sentido de la solidaridad y la colaboración más fuerte. Es hora de la colaboración y la solidaridad. Es lo que puede compensar el riesgo de aumentar la desigualdad, que sin duda es lo más peligroso de esta situación.

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Fuente de la entrevista: https://www.eldiario.es/internacional/Stefania-Giannini-subdirectora-Unesco-desigualdad_0_1012799785.html

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