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Consecuencias y soluciones sobre el impacto en la educación de la pandemia SARS-COV2

Por: Sergio Martínez Dunstan

El Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud estimó que el pico más alto de la enfermedad ocurrirá en agosto (https://bit.ly/2Rg37Fx). Días después mencionó que la pandemia es inevitable. “La única manera de reducir la transmisión es quedándonos en nuestras casas, de forma masiva” (https://bit.ly/2RdrKTc). Así lo dijo el funcionario federal para dar pie al anuncio de la emergencia sanitaria por causa de fuerza mayor a la epidemia de enfermedad generada por el virus SARS-COV2 (COVID-19) el pasado treinta de marzo (https://bit.ly/39MX01G) declarada por el Consejo de Salubridad General. En consecuencia, la Secretaría de Salud ordenó acciones extraordinarias (https://bit.ly/2JIbXHZ) entre otras la suspensión inmediata de actividades esenciales en los sectores público, privado y social. En concordancia, la Secretaría de Educación Pública (SEP) emitió el Acuerdo Número 06/03/20 (https://bit.ly/34eR8x7) por el que se amplía el periodo por el que se suspenden las clases en las escuelas de educación preescolar, primaria, secundaria, normal y demás para la formación de maestros en educación básica del sistema Educativo Nacional así como aquellas de los tipos medio superior durante el periodo comprendido entre el veintisiete de marzo al treinta de abril.

El gobierno ha reiterado que se busca aplanar la curva de contagio, se pretende ralentizar o frenar el esparcimiento del coronavirus con el propósito de controlar el aumento de casos distribuyéndolos en el tiempo y reducir de esta manera la presión sobre el sistema de salud a fin de evitar su colapso. Se ha reiterado la importancia de estar preparados para una epidemia larga. La parte más intensa todavía no ha llegado. Se estima que pudiera ser a finales de abril o en la primera semana de mayo donde se va a tener la mayor transmisión” (https://bit.ly/2V9kHw7). Aunque nadie sabe a ciencia cierta cuándo se regresará a la normalidad. Por ello, el retorno de los estudiantes a las escuelas es incierto. Es imposible precisar su evolución en nuestro país. Depende de la efectividad de las medidas impuestas a la población, entre otros factores. Es prematuro adelantar si el regreso será en la fecha señalada. Aunque cabe la posibilidad que pueda extenderse más allá del tiempo previsto.

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), organismo especializado de la Organización de las Naciones Unidas, le ha dado seguimiento puntual a este asunto (https://bit.ly/2V4jzcZ). Reconoce que el brote del COVID-19 es un problema sanitario de gran magnitud y advierte que también es una crisis para la educación. El 91.3% % de la población estudiantil ha sido perjudicada por el cierre de escuelas. Mas de 1,576 millones de estudiantes se encuentran fuera de ellas. 188 países han sido afectados (https://bit.ly/39LCsGY). Las consecuencias son particularmente graves para los niños desfavorecidos y sus familias (https://bit.ly/3bTtKrz). Cuando las escuelas cierran:

  • Se limitan las oportunidades educativas.
  • Se dificulta el aprendizaje ante la falta de preparación de los padres para la enseñanza a distancia o desde la casa especialmente de aquéllos de instrucción y recursos limitados.
  • Se obstaculiza la continuidad del aprendizaje dado el acceso desigual a las plataformas digitales sobre todo para los alumnos de familias desfavorecidas
  • Se provocan riesgos en el comportamiento y aumenta la influencia de las presiones por parte de los compañeros y el consumo de drogas porque los padres abandonan recurrentemente a sus hijos por irse a trabajar.
  • Se aumentan las probabilidades de que los padres de familia se ausenten de sus labores para el cuidado de sus hijos lo que ocasionaría la pérdida de salario y perjudicar la productividad.
  • Se eleva la incidencia en el sistema de salud porque numerosos profesionales se ausentarían de los centros sanitarios para dedicarse al cuidado de sus hijos.
  • Se incrementan las tasas de abandono escolar porque es muy difícil lograr que los niños y jóvenes regresen a las escuelas y permanezcan cuando vuelvan a abrirse. Es algo que puede ocurrir en particular tras cierres prolongados.

Se advierte también la necesidad de mitigar el impacto inmediato para las comunidades más vulnerables y desfavorecidas. Aunado a lo anterior, se comparten diez recomendaciones para planificar las soluciones (https://bit.ly/2RdWF1V) con el objetivo de garantizar la continuidad de aprendizaje durante ese periodo mediante la modalidad a distancia.

  1. Examinar el estado de preparación y escoger los instrumentos más pertinentes, el uso de las soluciones tecnológicas, en función de la infraestructura eléctrica, del acceso a internet así como las competencias digitales de los docentes y de los alumnos.
  2. Garantizar la inclusión para el acceso de los alumnos principlamente de los discapacitados o los que provienen de ingresos bajos.
  3. Proteger la privacidad y la seguridad de los datos de los alumnos.
  4. Aplicar soluciones antes de impartir la enseñanza intentando con ello responder a los problemas psicosociales a la que los alumnos pueden verse confrontados en situaciones de aislamiento.
  5. Planificar previamente el desarrollo determinando si el programa debe centrarse en la enseñanza de nuevos conocimientos o el reforzamiento de los conocimientos ya adquiridos. Organizar los calendarios, el nivel de enseñanza, las necesidades de los alumnos, la disponibilidad de los padres. Escoger los métodos pedagógicos adecuados evitando los que requieren una comunicación presencial.
  6. Proporcionar apoyo a los docentes y alumnos en cuanto a la utilización de las herramientas digitales incluso a los padres de familia en caso de que requieran un seguimiento y acompañamiento.
  7. Combinar los enfoques así como limitar la cantidad de aplicaciones.
  8. Establecer las reglas y retroalimentar a los alumnos a lo largo del proceso.
  9. Definir el tiempo de duración de las unidades de aprendizaje acorde con el nivel de autorregulación y de las aptitudes metacognitivas de los alumnos.
  10. Crear comunidades de docentes, padres y directores de escuelas a fin de favorecer los vínculos sociales para combatir los sentimiento de soledad o sufrimiento del alumno y facilitar los intercambios de experiencias.

De igual manera, se sugieren algunas soluciones tecnológicas (https://bit.ly/2Rd1I2E): recursos para brindar apoyo psicosocial, sistemas de gestión de aprendizaje digital, sistemas diseñados para usar en teléfonos móviles básicos, sistemas con fuerte funcionalidad fuera de linea, plataformas masivas de curso abierto en línea (MOOC), contenido de aprendizaje autodirigido, aplicaciones de lectura móvil, plataformas de colaboración que admiten la comunicación de video en vivo, herramientas para que los maestros produzcan contenido de aprendizaje digital, repositorios externos de soluciones de aprendizaje a distancia

También da cuenta de las plataformas nacionales que utilizan los diversos países en el mundo. (https://bit.ly/34pLY1H). Por ejemplo, México:

Aprende 2.0 (https://bit.ly/3dYrVvw) a través de la cual se busca promover el uso de las TIC para fomentar el desarrollo de habilidades digitales.

Aprende en casa por TV y en línea (https://bit.ly/2weKri2) con el contenido de educación preescolar, primaria, secundaria basado en los planes de estudio.

Libros de texto (https://bit.ly/2Rhyn71) en versiones digitales para apoyar el aprendizaje en el hogar.

TELEsecundaria (https://bit.ly/34dCh6h) para estudiantes de secundaria en áreas rurales del país.

La emergencia sanitaria fue inesperada como también lo fue la suspensión de las actividades en las escuelas. Faltó tiempo para planear y proyectar. Lo peor está por venir y seguirá afectando la educación de la niñez sobre todo de aquellos grupos poblacionales en situación de vulnerabilidad. Está en riesgo su derecho a la educación. La UNESCO impulsa una Coalición para la Educación. Convoca a construir una propuesta inclusiva y equitativa para ayudar a los países a garantizar la continuidad de la educación para todos. El noble propósito me impulsó a divulgarlo. El buen juez por su casa empieza.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/consecuencias-y-soluciones-sobre-el-impacto-en-la-educacion-de-la-pandemia-sars-cov2/

Imagen: https://www.shutterstock.com/image-photo/teleworking-widespread-during-coronavirus-period-1675243270?irgwc=1&utm_medium=Affiliate&utm_campaign=Pixabay+GmbH&utm_source=44814&utm_term=https%3A%2F%2Fpixabay.com%2Fimages%2Fsearch%2Fconfinamiento%2520educativo%2F

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IESALC insta a los Estados a asegurar el derecho a la educación superior en igualdad de oportunidades ante el COVID-19

Redacción: IESALC.UNESCO

  • En el Día Mundial de la Salud UNESCO lanza documento sobre la educación superior y el COVID-19
  • El cese temporal de las actividades presenciales de las instituciones de educación superior a escala global ha operado como un enorme disruptor sobre su funcionamientocon impactos que dependen de su capacidad para mantenerse activa y su sostenibilidad financiera.
  • Estudiantes y profesorado se han visto afectados ante el cierre indefinido de las IES y sin claridad sobre la duración del cese de actividades.
  • Ante el supuesto cese de actividades presenciales equivalente a un trimestre o más, es probable el retraimiento de la demanda a corto plazo y un repunte al alza ya donde las tasas son bajas o inexistentes.
  • En el contexto de la progresiva salida de la crisis, los gobiernos deberían contar con la educación superior para su recuperación económica y social y las IES asegurar la continuidad con equidad.

La pandemia del COVID-19 añade un grado más de complejidad a la educación superior en América Latina y el Caribe, que viene de enfrentar retos no resueltos, como son el crecimiento sin calidad, inequidades en el acceso y en los logros, y la pérdida progresiva de financiamiento público. Así lo indica el Instituto Internacional de la UNESCO para la Educación Superior en América Latina y el Caribe, IESALC en su más reciente trabajo titulado COVID-19 y educación superior. De los efectos inmediatos al día después. Análisis de impactos, respuestas políticas y recomendaciones (IESALC, 2020), un documento en proceso que busca servir de referencia a los decisores políticos de la educación superior en la región en medio de la disrupción causada en el sector por el COVID-19.

El informe inicia con los impactos inmediatos, a mediano y largo plazo de la pandemia sobre los distintos actores del sector: los estudiantes se han visto forzados a entrar en una dinámica no planificada de clases a distancia, que afecta su vida cotidiana, los costos y sus cargas financieras así como la continuidad de sus aprendizajes y la movilidad internacional. Quienes no hayan contado con una oferta de continuidad de calidad y con seguimiento individualizado, probablemente se irán desvinculando del ritmo académico y aumentando su riesgo de abandono del sistema. En el caso de América Latina y el Caribe, entrar en una fase de estudios a distancia requiere de una alta tasa de conectividad de calidad. Sin embargo, tan solo uno de cada dos hogares está conectado. “La paradoja es que, a pesar de que las tasas de conectividad en los hogares son muy dispares, las tasas de líneas móviles son extremadamente elevadas y superan, en muchos casos, la cifra de una línea por persona. Esto es, sin duda alguna, una oportunidad que las instituciones de educación superior (IES) deberían aprovechar, centrando sus esfuerzos en soluciones tecnológicas y contenidos para su uso en teléfonos móviles.“

El acceso de los estudiantes a las tecnologías y plataformas requeridas para la educación a distancia (76%) y la propia capacidad real de las instituciones, en términos tecnológicos y pedagógicos, de ofrecer educación online de calidad (75%), deja por fuera a un 25% de estudiantes e instituciones. Muchas autoridades admiten que “el cambio de modalidad se hizo en una situación de urgencia imprevisible y que deberían, desde ya, planificar un próximo trimestre en docencia online con mayores apoyos pedagógicos y recursos, anticipando que la duración de la crisis vaya más allá de un trimestre.“ En este contexto, los profesores se constituyen como sector vulnerable, sobre todo en el caso de los contratados temporalmente o para materias prácticas, quienes corren el riesgo de quedarse sin trabajo por las características de sus empleos. Además, la brecha digital atenta contra la estabilidad de una mayoría que no cuenta con las herramientas y recursos para continuar con las clases en modalidad virtual.

En este entorno crítico entra en juego la sostenibilidad financiera de las IES privadas: “Los flujos de caja podrían no llegar, generando problemas de supervivencia financiera. Esto puede ser crítico para las universidades privadas que no puedan garantizar la continuidad docente en modalidad virtual. Es probable que estas deban suspender temporalmente el cobro de aranceles y que algunas cierren“.

Respuestas institucionales ante el COVID-19
Las respuestas institucionales se han centrado en cubrir el frente sanitario, ajustar calendarios, contribuir desde la investigación y el desarrollo a mitigar la pandemia, garantizar la continuidad de actividades formativas por medio de la educación a distancia, y en apoyar con recursos bibliográficos y tecnológicos y también socioemocionales a la comunidad universitaria. Es decir, en atender la emergencia inmediata con miras a garantizar el bienestar de la ciudadanía. En Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Honduras, México y Uruguay, universidades nacionales han comenzado a prestar servicios y producir bienes necesarios para afrontar el impacto de la pandemia, por ejemplo, produciendo alcohol en gel, barbijos y respiradores, además de desarrollar campañas de promoción de medidas de prevención.

Recomendaciones de la UNESCO
El informe del IESALC recomienda a todos los actores de la educación superior prepararse cuanto antes para la reapertura de las instituciones de educación superior, que probablemente se de en un contexto de recesión económica con recortes en la inversión pública en educación. En este contexto, la UNESCO hace un llamado a los Estados para que aseguren el derecho a la educación superior de todas las personas en un marco de igualdad de oportunidades y de no-discriminación como primera prioridad, a través de marcos regulatorios, de financiamiento y de incentivos adecuados, así como de impulsos a iniciativas inclusivas, pertinentes y de calidad para “no dejar a ningún estudiante atrás“, en línea con el propósito principal de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas. Esto implica atender las necesidades pedagógicas, económicas y también socioemocionales de aquellos estudiantes con mayores dificultades para continuar su formación en modalidades no tradicionales.

A los gobiernos e IES se les recomienda generar mecanismos de concertación que permitan avanzar conjuntamente en la generación de mayor capacidad de resiliencia del sector de la educación superior ante futuras crisis. Esto exige por parte de los gobiernos: contar con la educación superior en los planes de estímulo para la recuperación económica y social; forjar un consenso nacional para una estrategia de fomento de la recuperación y de la innovación de la educación superior; dotarse de un entorno normativo claro en la reapertura de las aulas que genere seguridad; y comprometerse con la cooperación internacional.

A las IES se recomienda anticiparse a una suspensión de larga duración, centrando los esfuerzos en asegurar la continuidad formativa y garantizar la equidad, generar mecanismos de gobierno, monitoreo y apoyo eficientes; diseñar medidas pedagógicas para evaluar formativamente y generar mecanismos de apoyo al aprendizaje de los estudiantes en desventaja; documentar los cambios pedagógicos introducidos y sus impactos; aprender de los errores y escalar la digitalización, la hibridación y el aprendizaje ubicuo; así como promover la reflexión interna sobre la renovación del modelo de enseñanza y aprendizaje.

Descargue al informe aquí el Informe COVID-19 070420 ES

Fuente: http://www.iesalc.unesco.org/2020/04/07/iesalc-insta-a-los-estados-a-asegurar-el-derecho-a-la-educacion-superior-en-igualdad-de-oportunidades-ante-el-covid-19/

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La UNESCO pide un mayor apoyo al patrimonio documental en el marco del COVID-19

UNESCO/09 Abril 2020/https://es.unesco.org/

La UNESCO y sus asociados acaban de emitir una declaración en la que piden a los Estados Miembros, las instituciones de la memoria y el público en general que aprovechen el potencial educativo, científico y artístico del patrimonio documental en los esfuerzos por hacer frente al brote del COVID-19.

Como parte de su esfuerzo por movilizar a la comunidad del patrimonio documental contra la pandemia, la UNESCO, a través del Programa Memoria del Mundo (MoW), ha creado una página web específica, Recursos para profesionales del patrimonio documental, en la que se presentan recursos para los Estados Miembros, las instituciones de la memoria y los ciudadanos para garantizar que todos los registros oficiales relacionados con la crisis del COVID-19 se conserven eficazmente y estén a disposición del público.

La página web, que se actualizará periódicamente, también contiene vídeos de los asociados de la UNESCO en los que se describen sus esfuerzos organizativos para mitigar el impacto del COVID-19 en las instituciones de la memoria, así como en el público en general.

Entre ellas figuran iniciativas de la Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios y Bibliotecas (IFLA), el Consejo Internacional de Museos (ICOM), el Centro Internacional de Estudios de Conservación y Restauración de los Bienes Culturales (ICCROM) y el Consejo de Coordinación de Asociaciones de Archivos Audiovisuales (CCAAA), junto con los Comités Regionales del Ministerio de Obras Públicas para África (ARCMOW), Asia y el Pacífico (MOWCAP) y América Latina y el Caribe (MOWLAC), todos los cuales firmaron conjuntamente la declaración.

Al resumir la sustancia de la declaración conjunta, Moez Chakchouk, Subdirector General de Comunicación e Información, dijo: «Las instituciones de la memoria en todo el mundo han demostrado su pertinencia para hacer frente a la crisis actual. Han seguido sirviendo al público de manera creativa, aprovechando las tecnologías digitales para satisfacer la creciente demanda de información sanitaria, educativa y de otro tipo».

A medida que se desarrolle esta crisis mundial sin precedentes, los archivos, las bibliotecas, los museos y otras instituciones de la memoria serán cruciales para ayudar a las generaciones futuras a comprender el alcance de la pandemia y sus repercusiones en las sociedades. Por el momento, están trabajando arduamente para proporcionar recursos inestimables que están ayudando a las personas, incluidos los científicos y los encargados de la formulación de políticas, a adoptar una perspectiva histórica sobre la forma en que se han abordado las pandemias en el pasado.

El Programa MoW, gestionado por la Dependencia del Patrimonio Documental de la UNESCO, se creó en 1992 para identificar el patrimonio documental de importancia histórica y mundial, preservarlo y mejorar el acceso del público a él.

Fuente: https://es.unesco.org/news/unesco-pide-mayor-apoyo-al-patrimonio-documental-marco-del-covid-19

 

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En busca del equilibrio

Por: Pedro Flores Crespo

La reflexión ha sido aguijoneada por la pérdida de la normalidad. Si algo positivo tienen estos aciagos días es forzarnos a pensar en cosas que dábamos por sentado o que simplemente, no mirábamos.

Dentro de esta incertidumbrealgunos nos hemos preguntado cómo funcionaban los sistemas educativos nacionales antes del “frenón escolar”, qué vamos a perder a consecuencia de éste y cómo se podrían transformar luego de esta terrible emergencia“Nunca antes habíamos sido testigo de un trastorno educativo de tal magnitud”, asegura la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y Cultura). Esta organización internacional calcula que “87 por ciento de la población estudiantil se vio afectada por el cierre de las escuelas debido al Covid-19”. Esto representa alrededor de 1,500 millones de personas de 165 países.

Si la economía se mantiene en equilibrio por factores como el consumo y sus relaciones subyacentes muchas de éstas se quebraron de manera general y estrepitosa a consecuencia del confinamiento, ¿qué cosas se están rompiendo dentro del sector educativo? En un primer plano y a simple vistaes claro que se interrumpieron trayectorias académicas y escolares que, sin una respuesta imaginativa y no burocrática, podría generar un mayor desequilibrio. Moverse a clases en línea o con apoyo de alguna herramienta de la Tecnología de la Información (TIC) fue un primer y valioso paso ante la emergencia pero no bastará. Aprender es también producto de una acción social. Además, este “capullo” escolar basado en las distintas interacciones sociales tiene mayor peso y sentido, según algunas investigaciones, para las niñas, niños y jóvenes más pobres.

La escuela, y más específicamente, lo que hacemos maestros, estudiantes, prefectos y directivos dentro de ella importa y esta súbita interrupción nos lo ha recordado reiteradamente. Los factores externos como la riqueza familiar y la cultura tienen un peso importante sobre nuestro desarrollo académico, pero también la vida escolar que cotidianamente construimos. Reconocerlo es un paso para reflexionar sobre nuestra práctica y una condición esencial para darle espacio de análisis a nuestra acción y libertad para formar seres humanos. Si la escuela no importaseentonces no sabríamos que al tener recesos prolongados, se pierden ciertas habilidades y conocimientos disciplinares en áreas como matemáticas y lectura. Así lo explica Jennifer McCombs, especialista del influyente think tank Randquien ha estudiado el impacto que tiene sobre el aprendizaje las interrupciones escolares durante el verano en Estados Unidos. La literatura en el tema, según McCombs, ha mostrado además que aunque hay variaciones de estos efectos, es evidente que los más afectados por estos breaks son los estudiantes de hogares más desfavorecidos económicamente hablando. Gracias a sus estudios, McCombs también señala que una vez que aprendemos algo, podemos reaprenderlo de manera relativamente fácil https://www.gse.harvard.edu/edcast

Si la cancelación se prolonga por más tiempo y alcanzamos el mes de junio sin clases, parece que reaprender y reeducarse van a tener que ser parte de un plan estratégico de los sistemas educativos nacionales. La pregunta para México es si la Secretaría de Educación Pública (SEP) y la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación ya han pensado en medir los efectos que tendrá la cancelación de clasepara el sistema educativo nacionalEn este sentido, la ciudadanía esperaría saber: (1) si efectivamente se registraron pérdidas en el aprendizaje, (2) en qué poblaciones se acentuarán tales déficits, (3) en qué momento se inició un declive significativo de los aprendizajes, (4qué atrasos por áreas del conocimiento fueron más fáciles de compensar con el trabajo en casa y el respaldo de las madres y padres de familia, y sobre todo, (5) qué estrategias de aprendizaje van a diseñar y proponer para tratar de volver a la normalidad. Será necesario que todas estas medidas – al igual que las que se están poniendo en marcha en el sector salud –se basen en la evidencia científica y en el conocimiento acumulado. Si la ocurrencia y la improvisación pueden costar vidas humanas a raíz del brote del Covid-19, ¿qué más se podría romper en el sector educativo ante la pandemia?

No hay que olvidar, siguiendo a Jean Paul Sartre, que “no amamos al hombre por lo que es, sino por lo que puede ser”De este tamaño es el reto. Busquemos entonces con afán e inteligencia el equilibrio.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/en-busca-del-equilibrio/

Imagen: https://pixabay.com/photos/coins-calculator-budget-1015125/

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Stefania Giannini, subdirectora de la Unesco: «El mayor riesgo de cerrar los colegios es que aumente la desigualdad»

Por: Icíar Gutiérrez.

Stefania Giannini levanta el teléfono con preocupación. Desde su confinamiento en París, lo primero que hace tras responder a la llamada es lamentar «las tristes noticias» que llegan desde España. Las mismas, dice, que las que deja la epidemia de coronavirus en su país, Italia. «Es una situación muy complicada para todos», sostiene.

Giannini está siguiendo de cerca el impacto del cierre de centros educativos en todo el mundo como medida de contención del virus. Desde mayo de 2018, es subdirectora general de educación de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), el mayor cargo de responsabilidad de la ONU en el ámbito de la educación. Antes fue profesora de lingüística y ministra de Educación en el Gobierno de Matteo Renzi, entre 2014 y 2016.

Se trata de una «crisis sin precedentes e inesperada», reconoce. El escenario es muy complejo, sin final a la vista. Las medidas de cierre de colegios y universidades están alterando calendarios escolares, pero el impacto trasciende lo educativo. Los países no solo tienen que aplicar modalidades de enseñanza a distancia para evitar que el aprendizaje se interrumpa. Además, deben abordar las dimensiones sociales de la crisis que afecta a los menores de muchas formas. El confinamiento obligatorio les impide ver a sus compañeros y las actividades de socialización. Muchos niños y jóvenes, especialmente los que provienen de entornos empobrecidos, dependen de las comidas escolares para una nutrición saludable, recuerda la Unesco. También han alertado de que la medida tendrá mayores efectos en las niñas.

Desde principios de marzo, la organización internacional ha estado reuniéndose con ministros, impartiendo seminarios y dando seguimiento a la clausura de escuelas, que se ha extendido a una gran velocidad por todo el mundo para hacer frente a la pandemia. Durante semanas, la lista se ha actualizado prácticamente a diario. El 4 de marzo había 300 millones de alumnos afectados en una veintena de países. En menos de un mes ya son más de 1.500 millones los estudiantes desde primaria a universitarios que están fuera de las aulas en 188 países. Son casi el 90% de la población estudiantil del mundo, según sus datos. A ellos se suman 60 millones de profesores. El mapa de las aulas vacías está casi completo.

Cuando empezaron a documentar las cifras del impacto del cierre educativo, ¿se imaginaban que íbamos a llegar a una situación de esta magnitud?

Empezamos con el primer informe hace unas semanas y nadie podía imaginarse lo que iba a pasar a los pocos días, el crecimiento hasta los 1.500 millones. La cuestión central que estamos abordando en esta crisis es la salud, pero esto también tiene un impacto en la educación. Desde el principio teníamos la impresión de que podría convertirse en una crisis enorme y sin precedentes. Y eso es lo que está sucediendo. Por eso, inmediatamente después, decidimos enfrentar estar circunstancias insólitas en la educación. Hemos tenido que tomar algunas medidas excepcionales, como lanzar una Coalición Mundial por la educación -formada por Naciones Unidas, sector privado, sociedad civil- para responder.

¿Cuál es su análisis?

Es una crisis enorme, una de las mayores de la historia. Tiene un impacto dramático no solo en la salud, sino en diferentes niveles como el económico. En la educación, tiene dos vertientes. La primera, la necesidad de una reacción inmediata, y esto está muy relacionado con los Ministerios de Educación, intentando tranquilizar a las familias y asegurarse de que gracias a la comunidad educativa, se seguirá adelante y el aprendizaje no se detiene. Las organizaciones internacionales estamos para apoyarles con nuestras herramientas. Este es el lado negativo.

Luego está el lado positivo. Antes del coronavirus, hablábamos dela necesidad de cambiar el paradigma, del uso de nuevas herramientas, de tecnología… Y ahora  tenemos que hacerlo bajo presión. Quizás, estamos ante el ‘momentum’, la oportunidad de repensar el modelo. Estamos obligados a hacerlo. Las lecciones que seguramente vamos a aprender de esta crisis nos pueden ayudar de alguna manera a potenciar mucho más nuestros sistemas educativos, a hacerlos más flexibles y más ágiles, para ver cómo la tecnología puede realmente ayudar y no reemplazar la educación en su forma más tradicional. Es un gran desafío en una situación difícil.

Si echamos un ojo a la historia, ¿hay algún momento comparable a este?

Quizás es la primera vez en que el enemigo no está entre nosotros, no es una cuestión de equilibrio geopolíticos o guerra. El algo realmente fuera de la capacidad de control humana y la consecuencia de esto es bastante singular: hay que buscar un nuevo tipo de solidaridad global. Desarrollar alianzas entre distintos sectores. Mecanismos regionales como la Unión Europea tienen que encontrar la manera de demostrar que son lugares útiles para encontrar soluciones a los problemas de los ciudadanos y no para debatir sobre cuestiones difíciles. Pasa lo mismo para las organizaciones multilaterales. Estamos tratando de hacerlo. Hace dos semanas, organizamos una reunión con más de 70 ministros para debatir cómo se puede abordar el impacto que esto va a tener en la educación. Es un momento único en este sentido. Pero por supuesto, hay similitudes con otras crisis de la historia, como la Segunda Guerra Mundial. Aunque los actores principales o las motivaciones eran totalmente diferentes. Pero después de aquel momento se vio la necesidad de que hubiera algún tipo de gobierno global y un mecanismo de solidaridad también.

El cierre de colegios y universidades ha sido de las primeras medidas que han tomado los Gobiernos contra el coronavirus. En los inicios, siempre sobrevolaba la idea de la proporcionalidad. En este caso entraba el juego el derecho a la educación. ¿Ha sido proporcional?

Es una decisión de los Gobiernos. Por supuesto, no es una decisión fácil de tomar, al revés, es muy dura. Pero en momento de paquetes de medidas tan duras y fuertes como las que vemos ahora y hace unas semanas, tiene sentido. Si queremos que haya distancia social, la escuela es un lugar de contacto entre niños y los profesores. Y es una de las únicas maneras que tenemos ahora para abordar este momento crítico.

Lo que tenemos que hacer, y hacemos, es encontrar la forma más rápida de movilizar a la comunidad internacional y apoyar a los países. ¿Cómo? Propiciando el diálogo entre los sistemas educativos, que están encontrando sus propias formas de abordar la crisis. Y es muy interesante escucharlo. Irán, Italia, China, Francia, algunos países africanos vienen y dicen las herramientas que están usando: no solo el aprendizaje virtual, también usan la radio o los canales de televisión para llegar a los niños más excluidos, por ejemplo. Lo segundo es ofrecer herramientas, plataformas y recursos educativos. Aquí hemos estado sentándonos también con el sector privado. Los proveedores de conexión a Internet y las compañías tecnológicas pueden demostrar su apoyo a los países aceptando los principios éticos de protección de datos y seguridad y prestando servicios gratuitos.

Cerrar los centros educativos y continuar con las clases con la máxima normalidad posible es un desafío enorme. ¿Cómo están respondiendo los países?

Creo que todos los países se sienten parte de una comunidad global que se ha visto profundamente tocada por esta crisis. Hay diferencias en la calidad de las soluciones que se han tomado de manera inmediata. Hay países avanzados en alta tecnología que fueron más rápidos y mejores durante los primeros días a la hora de proporcionar herramientas de aprendizaje virtual a los niños, más o menos en función del nivel del país.

Si miramos al sur, hay países que están luchando más para poder hacerlo. Es nuestra prioridad apoyar a los países en desarrollo. Vemos, por ejemplo, que hay países africanos en los que se está solucionando con radios y canales de televisión. Mientras tanto, lo que tenemos que hacer es reforzar la conectividad, que llegue a donde no está. No es la misma fotografía para todos. La comunidad internacional tiene que encontrar el equilibrio sobre cómo garantizar, al final de este proceso, la educación de calidad.

¿Qué país destacaría por su actuación en este terreno?

Es una pregunta difícil (risas). China, que fue el primer país afectado por el virus, puso en práctica de inmediato una maquinaria impresionante de aprendizaje virtual. En un par de días, casi 200 millones de niños estaban conectados en una plataforma de educación a distancia. Pero después de dos semanas, podíamos hablar ya de otros modelos, como el de Italia, que no ha apostado solo por un sistema de educación virtual, sino también por un enfoque de integración. Ahora enfrenta algunos desafíos en cuanto a equilibrar el norte y el sur y la crisis está golpeando fuerte, lamentablemente. Todo cambia muy rápido. Es un laboratorio de nuevas herramientas y prácticas. Estoy segura de que en unas semanas tendremos una fotografía completa de la situación que nos permita apoyar a los países que van algo por detrás.

Mapa de cierre de colegios elaborado por la Unesco.
Mapa de cierre de colegios elaborado por la Unesco.

¿Qué problemas se están encontrando? ¿Qué efectos colaterales se están repitiendo más?

Hay muchos desafíos comunes. Hay niños y familias que se van a ver más afectados en su derecho a la educación porque no están tan bien equipados para poder continuar con su aprendizaje con plataformas educativas digitales. Hay que encontrar soluciones, algo que estamos haciendo es recurrir a aplicaciones que se pensaron en un primer momento para la asistencia online. Si volvemos a mirar el sur del mundo, esto ocurre en algunas regiones latinoamericanas -que se están viendo cada vez más afectadas por la crisis-. Esto también es una realidad en Europa si nos fijamos en las periferias y la población más excluida.

Después está el impacto en los profesores. No debemos dar por hecho que todos los maestros del mundo están bien preparados y formados en cómo pasar de la enseñanza tradicional, en una clase, con libros y pizarra, a la virtual. Nos estamos centrando mucho en ellos, colaborando con organizaciones de la sociedad civil para que los profesores puedan involucrarse en el proceso de pensar cómo aseguramos que la educación sea de calidad. Está habiendo, además, algunos centros educativos privados que no están garantizando las condiciones salariales durante la crisis. Los sindicatos están denunciándolo y nosotros nos debemos centrar en ello también.

Otro desafío es el nuevo ambiente familiar. Todos estamos experimentando lo que es tener en un mismo apartamento la oficina, con el teletrabajo, y las clases virtuales, además de los miembros de la familia que están haciendo las tareas domésticas. Esto tiene muchas implicaciones sociales y emocionales. Tenemos que ver cómo apoyar a los padres, que ahora tienen un nuevo trabajo. Es diferente recoger a tu hijo después de clase a que te pidan, como madre o padre, estar ahí con ellos, ayudándolos. Quizás el mayor reto está en la educación primaria, porque en secundaria puede que los estudiantes ya estén más experimentados en educación virtual antes de esta crisis sin precedentes. Ahora hay que poner en marcha la enseñanza online para niños muy pequeños, de primaria. Esto tiene componentes emocionales muy importantes.

Ha mencionado la desigualdad. ¿Cómo deben asegurarse los Gobiernos de que ningún estudiante, especialmente los más pobres, se queda atrás? La nutrición, por ejemplo, es un asunto vital, o la brecha tecnológica, como decía. 

Exactamente, la nutrición es un asunto muy importante y es parte de nuestra lista de consecuencias más inmediatas del cierre de colegios. Estamos trabajando con la OMS, con el Programa Mundial de Alimentos y Unicef. Hay algunas comunidades que ya se están organizando por su cuenta para encontrar instalaciones en las que asegurar la nutrición de los estudiantes más desfavorecidos. Sobre el acceso a la tecnología, desde el comienzo de la Coalición de Educación gran parte del trabajo se está centrando en cómo podemos garantizar el traslado a las aulas virtuales desde las tradicionales aulas físicas, o que haya plataformas y recursos educativos para todos los niños. Pero el proceso acaba de empezar.

En Italia hay un debate abierto sobre la necesidad de relajar las restricciones para que los niños puedan salir a la calle a dar un paseo. En España, no pueden. Esta es una consecuencia más del cierre de colegios, la falta de socialización o de actividad física durante la cuarentena. ¿Qué piensa?

Sí, esto tiene que ver con lo que mencionaba antes sobre el componente emocional y físico, totalmente. Pienso que es crucial garantizar, tanto como sea posible en las circunstancias en las que estamos, el derecho de los niños al ejercicio físico. Es algo que desde la Unesco estamos analizando porque hay una demanda muy fuerte por parte de los países para que se analice. Por supuesto, también se puede recurrir a clases virtuales para hacer deporte y demás. Pero mi opinión personal es que es importante salir un poco de los espacios cerrados a tomar el aire. Es cuestión de encontrar el equilibrio y encontrar las medidas correctas dadas las circunstancias que tenemos.

Si miramos un poco al futuro, ¿qué debemos tener en cuenta durante la ‘vuelta al cole’?

Que estemos enfrentando la crisis en plena crisis no significa que no nos tengamos que anticipar desde ya a la fase de recuperación. Tenemos que asegurarnos de que la educación reciba atención política, compromiso y financiación. Esto es muy importante para nosotros, no queremos que la educación se quede atrás después de la crisis. Y tenemos que ver cómo será la fase de recuperación para los estudiantes y los profesores. Tenemos que observar cómo será el impacto en los niños pasados de unos meses. No sabemos cuánto tiempo tenemos por delante. Así que creo que es vital que anticipemos esta fase de recuperación.

Por otro lado, también es crucial que aprovechemos este momento para mirar más allá de la crisis y ver cómo van a ser nuestros sistemas educativos en un futuro cercano. Cómo deben diferenciarse, tal vez, del modelo tradicional. Y esto está relacionado con el futuro de la educación. Hay un debate muy interesante sobre los nuevos desafíos y las nuevas oportunidades, el cambio de paradigma del aprendizaje y la enseñanza. Pero la presión que tenemos ahora los principales actores de la comunidad educativa es aprovechar este momento. Por ejemplo, con el uso de la tecnología y los principios éticos que tienen que garantizarse.

¿Cuál es el mayor riesgo de decidir echar el cierre a las escuelas?

El riesgo es aumentar las desigualdades, pero la oportunidad es que haya un sentido de la solidaridad y la colaboración más fuerte. Es hora de la colaboración y la solidaridad. Es lo que puede compensar el riesgo de aumentar la desigualdad, que sin duda es lo más peligroso de esta situación.

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Fuente de la entrevista: https://www.eldiario.es/internacional/Stefania-Giannini-subdirectora-Unesco-desigualdad_0_1012799785.html

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En dos semanas los estudiantes sin clase pasan de 20% a 87%: UNESCO y docentes ven falta de medios

Por: Soraya Aybar Laafou

El número de niñ@s, jóvenes y adult@s sin escuelas o universidades debido al COVID-19 ha crecido en dos semanas desde el 20% al 87%,según cifras de UNESCO, entidad de la ONU para la educación y la cultural. A nivel global, la crisis educativa afectaba al terminar esta semana y el mes de marzo a unos 1.500 millones de estudiantes y 60,2 millones de profesores, preocupados en su gran mayoría por su escasa adaptación a la docencia a distancia, sea online o televisiva, mayor en el área del español.

Varias organizaciones multilaterales, entre ellos el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, la Organización Mundial de la Salud y el Programa Mundial de Alimentos se unieron a la coalición de soporte y ayuda contra los problemas de carencia de programas de educación a distancia, especialmente llamativa en el área del español, reflejados desde el primer momento de la crisis en que, de las 10 aplicaciones y plataformas recomendadas por UNESCO, 9 eran en inglés y la otra en italiano. De ahí que enseguida se sumaron a la iniciativa, junto a algunas organizaciones filantrópicas, las grandes propietarias de plataformas del sector privado, en particular Microsoft, Google y Facebook, diciendo que «aportan recursos y conocimientos especializados en materia de tecnología, conectividad y fortalecimiento de capacidad». Pero como o son de pago o no alcanzan a la población más vulnerable (que suele ser la desconectada),  este lunes España inició 5 horas diarias de programación educativa para estudiantes de 6 a 16 años, emitidas en abierto durante las mañanas por Clan TV y La 2 de TVE, con la colaboración de RTVE,Ministerio de Educación y FP y editoriales y portales.

El problema de la falta de recursos educativos no presenciales había sido señalado anticipadamente por la UNESCO en su publicación de 2018 Lifeline to Learning (ver aquí texto íntegro), que detalla numerosas estrategias para usar teléfonos móviles para garantizar la continuidad del aprendizaje durante las interrupciones educativas. Si bien el informe analizaba específicamente a los refugiados, contiene lecciones y recomendaciones que son relevantes en el clima actual de cierres masivos de escuelas causados ​​por COVID-19, acrecentados con la extensión de los cierres de aulas para evitar los contagios.

El ritmo de la extensión de los cierres ha sido impresionante: en dos semanas ha pasado de apenas un 20% al 87%, desde las cifras que publicaba Ibercampus.es el 10 de marzo hasta las actuales. El número de estudiantes afectados por el cierre de escuela y universidades en 165 países se cuadruplicó para llegar a 1.500 millones, es decir, más de tres de cada cuatro niños y jóvenes en el mundo o cerca del 87% de la población estudiantil. Los docentes afectados, por su parte, suman 60,2 millones, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Observamos además un claro incremento de alumnado sin clases escolares y respecto a datos anteriores recogidos por Ibercampus.es, el último este mismo lunes 23 de marzo con datos de finales de la semana anterior: Cerradas las aulas al 73% de los estudiantes, sin apenas programas gratuitos a distancia en español)

En América Latina, la cifra se estima en más de 156 millones, más del 95% de los alumnos, lo que “incluye a los estudiantes universitarios y de educación técnica, educación profesional, o sea, todos los niveles formales de educación”, explicó la asesora regional en Educación para la Salud y el Bienestar de la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe de ese organismo, Mary Guinn Delaney. 

“La emergencia que atraviesa el mundo debido a la pandemia del coronavirus COVID-19, nos hace apreciar el trabajo de los y las profesoras porque nos obliga a enfrentarnos con un vacío muy grande. Ahora que nos ha pasado lo impensable a nivel global, tenemos otra perspectiva de lo que es impensable y debemos prepararnos para muchos escenarios totalmente nuevos que exigen respuestas que no hemos armado hasta ahora”, dijo Delaney en una entrevista con Noticias ONU desde Santiago, Chile. En su opinión, la coyuntura actual abrirá un espacio importante para reexaminar lo que se busca de los sistemas de educación formal. “Creo que las lecciones que estamos aprendiendo acerca de la solidaridad de la ciudadanía global nos va a servir para fortalecer la educación formal”, apuntó.

Datos actualizados a 25 de marzo de 2020 y ofrecidos por la UNESCO

Enseñanza y alimentación 

El 18 de Marzo, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura ya alertaba sobre el impacto que podría tener el COVID-19 en la alimentación escolar de los países latinoamericanos. El organismo especializado de la ONU pidió a los gobiernos prestar inmediata asistencia a los menores desfavorecidos, pues muchos de ellos recibibían la alimentación total o parcial en los centros donde acudían a las clases.

El cierre de las escuelas tendrá impactos a corto, mediano y largo plazo. El más inmediato y evidente es la interrupción del aprendizaje, pero también es inmediata la interrupción de la alimentación que muchos niños y adolescentes reciben en las escuelas y que a menudo constituye su principal fuente de nutrición. Hasta el 20 de marzo, el Programa Mundial de Alimentos calculaba que 300 millones de alumnos de primaria habían dejado de recibir sus alimentos al haberse suspendido sus clases.

En América Latina y el Caribe, los programas de alimentación escolar son de larga data en todos los países, desde los más pobres hasta los más avanzados. “Yo diría que la mayoría de los niños que están en primaria y secundaria recibe algún tipo de colación o comida en el contexto escolar. Por ejemplo en Chile, un país que tiene, quizás, más riqueza que algunos otros en la región, más del 75% de los alumnos recibe alimentación escolar. Y en muchos otros países es el 100%”, destacó Delaney.

Inician entrega de canastas de alimentos de la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas a 2.700 estudiantes de Panguipulli en Chile

Para sustituir esa carencia, los países han empezado a organizar sistemas que les permitan continuar distribuyendo comida a los estudiantes. Delaney citó el caso de Chile, donde están preparando canastas. “Como sabemos, hay que reducir el contacto entre personas, así que están preparando canastas para la familia entera, que se entregarían cada semana o cada diez días, dependiendo del tamaño de la familia y sus necesidades.”

Impacto psicológico 

Pero las bondades de ir a la escuela no se reducen a aprender y comer. “Además de la enseñanza formal y la alimentación, el ámbito escolar es un lugar seguro, protector, que contiene a los niños, sobre todo en los contextos difíciles y peligrosos”, señaló la experta. Cuando los niños están limitados al espacio de su vivienda, sea ésta grande o pequeña, y se ven impedidos de convivir con sus amigos y asistir a la escuela, se aburren y tornan inquietos, muchas veces, empujando a los padres a situaciones de estrés que pueden devenir en violencia doméstica. “La falta del colegio en sus vidas diarias tiene un impacto enorme a nivel individual y de familia.”

Para la asesora regional de la UNESCO, la actual crisis “nos va a dar la oportunidad de apreciar el trabajo de los y las profesoras y ojalá que nos demos cuenta de la importancia y el tremendo trabajo que se hace en las seis u ocho horas diarias que los estudiantes pasan en la escuela”.

Delaney indicó que toda la población está recibiendo un impacto psicológico. “La incertidumbre, la ansiedad, el miedo, la avalancha de noticias e información que nos está llegando tienen un efecto en todos nosotros y los niños no son inmunes a la ansiedad que expresamos todos los adultos.”

Por si fuera poco, en el caso de los maestros hay también un aspecto económico muy preocupante: “la mayoría de los profesores en América Latina y el Caribe son mujeres, los ministerios de educación son, en muchos países, los empleadores más grandes, muchas veces el trabajo es precario, así que la idea de que los sistemas educativos van a estar cerrados por mucho tiempo, implica una inseguridad económica que sólo agrega a este trauma”.

El internet, una solución que excluye a los más pobres 

Con el objetivo de mitigar el efecto de la interrupción de clases, muchos países se han dado a la búsqueda de soluciones de enseñanza a distancia, la mayoría de las cuales implica que el estudiante tenga en casa no sólo una computadora, sino acceso al internet.  Sin embargo, esa solución no es realista porque excluye a los estudiantes más pobres.

“Ciertamente, la solución virtual podría ser parte de la respuesta, pero no podemos contar con acceso a esta respuesta mucho más allá de algunos grupos menos vulnerables o con más acceso. Y como cualquier tema de desigualdad en América Latina y el Caribe, los efectos de esta crisis van a golpear más fuerte a los grupos más vulnerables”, acotó Delaney. Recordó que el acceso al internet está muy concentrado en las ciudades capitales y que si hay acceso, no hay la costumbre de usarlo como un mecanismo educativo. “Hacer clases en línea u organizar la modalidad virtual requiere un conjunto de capacidades y recursos pedagógicos que en la región no tienen el nivel necesario para pensar que una solución en línea va a resolver gran parte del problema.” En México, por mencionar un caso, sólo el 60% de los estudiantes tiene internet.

En este sentido, la funcionaria de la UNESCO reconoció que si bien hay plataformas, se debe recurrir a la televisión y la radio: “La televisión nacional pública y la radio se han mantenido en muchos países como una opción para alcanzar a grupos grandes. En cuanto a materiales impresos, por el momento tenemos la misma limitación que con la comida: la distribución física.”

«Debemos acelerar los medios de intercambiar experiencia y ayudar a los más vulnerables, ya tengan o no acceso a Internet», señaló Angelina Jolie, Enviada Especial del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, que colaboró con la UNESCO para el establecimiento de la Coalición.

La pandemia del coronavirus COVID-19 ha probado que ningún país tiene un sistema educativo preparado para este tipo de emergencias. “Esta figura de cierres totales de sistemas escolares, realmente es inédita. No conozco ningún país que haya tenido que responder a una crisis de estas dimensiones, especialmente en conjunto con un cierre social tan amplio.”

Centro educativo en Tegucigalpa, Honduras

En los países América Latina y el Caribe, ha habido muchos casos de cierres de escuelas por desastres naturales, no necesariamente a nivel nacional, y se ha acumulado experiencia con respecto a la recuperación de éstos que seguramente servirá cuando se haya superado la crisis y los centros escolares regresen a la normalidad, pero en esta ocasión, habrá que echar mano de todos los recursos educativos y de apoyo psicológico, lo mismo para los alumnos que para los docentes.

Delaney advierte que la situación empeorará 

La asesora regional en Educación para la Salud y el Bienestar de la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe anticipa que la situación actual empeorará en las próximas semanas y, mientras pasa el periodo más difícil, recomienda estar atentos a los mensajes de salud e higiene, buena alimentación, actividad física y disciplina que den estructura, seguridad y protección a las familias y a los niños.

Asimismo, aconseja mantener una rutina y fomentar la lectura entre los estudiantes, al igual que entre los adultos. “Hay que empezar con lo más básico: lectura, escritura, pequeños ejercicios matemáticos para los más chicos. Y para los que tienen acceso al internet, hay muchos programas que se pueden bajar para guiar un poco este ejercicio. Muchos de los ministerios también han puesto materiales, no solamente son programas interactivos, sino manuales y documentos que se pueden usar en la casa.”

La UNESCO trabaja 

En el mismo sentido, la UNESCO realizó esta semana una reunión en línea de un grupo ad hoc de ministros de Educación que compartieron información sobre las medidas de ampliación desplegadas en sus países para apoyar a los maestros, padres y estudiantes a hacer frente al aprendizaje en el hogar. También señalaron los nuevos desafíos que requieren una cooperación mundial.

El grupo especial cuenta con 11 países de todas las regiones:  Costa Rica, Croacia, Egipto, Francia, Irán, Italia, Japón, México, Nigeria, Perú y Senegal.

Al inaugurar la reunión, la directora general de la UNESCO, Audrey Azoulay, hizo énfasis en que “la responsabilidad de actuar es colectiva”, y anunció el próximo establecimiento de una Coalición Mundial para la Educación Covid-19 a fin de seguir movilizando los conocimientos especializados de múltiples asociados y reforzar el apoyo a las respuestas nacionales en materia de educación.

Si bien en los primeros días del cierre de las escuelas la atención se centró en el despliegue de soluciones de enseñanza a distancia, ahora la atención se ha desplazado hacia el apoyo a los maestros y las familias.

“Más que nunca, es necesario acompañar a los alumnos tanto en el plano académico como en el emocional”, dijo Stefania Giannini, subdirectora general de Educación de la UNESCO. “Este es un llamado de alerta para que los sistemas educativos pongan un esfuerzo dedicado a las habilidades socioemocionales – empatía y solidaridad”, puntualizó.

La UNESCO trabaja arduamente para apoyar tanto a Gobiernos como a estudiantes y docentes a sortear este escollo con el menor impacto posible. Entre otros esfuerzos, junto con sus instituciones asociadas, ha puesto a disposición de la comunidad mundial instrumentos culturales digitales con acceso libre: La Biblioteca Digital Mundial con libros, películas, documentales y muchos más contenidos disponibles en siete lenguas. También elPortal de la Cultura de América Latina y el Caribe, la plataforma Culture Speaks, y las herramientas delCulture Sector Knowledge Management Tools para conocer las acciones de la UNESCO en la protección del Patrimonio en todas sus formas.

Fuente e Imagen: https://www.ibercampus.es/en-dos-semanas-los-estudiantes-sin-clase-pasan-de-20-a-39433.htm

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Mundo: La estrategia de la Unesco para que los niños se eduquen en tiempos de coronavirus

Mundo/29-03-2020/Autor(a) y Fuente: www.elespectador.com

Por: Redacción Vivir

En un momento en que el 87% de la población estudiantil mundial se ve afectada por el cierre de escuelas de COVID-19, la UNESCO está lanzando una coalición educativa mundial para ayudar a los países a ampliar sus mejores prácticas de aprendizaje a distancia y llegar a los niños y jóvenes que están en mayor riesgo.

En un momento en que el 87% de la población estudiantil del mundo se ve afectada por el cierre de las escuelas debido al Covid-19, la UNESCO pone en marcha una Coalición Mundial para la Educación, con el fin de ayudar a los países a ampliar las mejores soluciones de aprendizaje a distancia y llegar a los niños y jóvenes que corren mayor riesgo.

“Nunca antes habíamos sido testigos de un trastorno educativo de tal magnitud”, dijo la Directora General de la UNESCO, Sra. Audrey Azoulay. “La colaboración es el único camino a seguir. Esta Coalición constituye un llamamiento a la acción coordinada e innovadora para descubrir soluciones que ayuden a los alumnos y los maestros no solo ahora, sino también a lo largo del proceso de recuperación, prestando especial atención a la inclusión y la equidad”.

Desde que se cerraron las escuelas para contener la pandemia de Covid-19, los gobiernos han estado utilizando soluciones de aprendizaje a distancia y afrontando la complejidad que conlleva impartir educación a distancia, que va desde el suministro de contenidos y apoyo a los docentes hasta la orientación a las familias y los problemas de conectividad que han de resolverse. La equidad es la principal preocupación porque el cierre de las escuelas perjudica de forma desproporcionada a los alumnos vulnerables y desfavorecidos que dependen de ellas para una serie de servicios sociales, entre ellos la salud y la nutrición. “Debemos acelerar los medios de intercambiar experiencia y ayudar a los más vulnerables, ya tengan o no acceso a Internet”, señaló Angelina Jolie, Enviada Especial del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, que colaboró con la UNESCO para el establecimiento de la Coalición. (Supenden clases en colegios privados y públicos por coronavirus)

La Vicesecretaria General de las Naciones Unidas, Sra. Amina Mohamed, expresó el pleno compromiso de las Naciones Unidas con la Coalición, advirtiendo que “para millones de niños y jóvenes de entornos desfavorecidos, el cierre de las escuelas podría significar la pérdida de una red de seguridad vital –de nutrición, protección y apoyo emocional”. Añadió lo siguiente: “No es el momento de agravar las desigualdades. Es el momento de invertir en el poder de transformación de la educación. A medida que iniciamos el decenio de acción, nuestra responsabilidad como comunidad mundial es no dejar absolutamente a nadie atrás”.

Los asociados multilaterales, entre ellos la Organización Internacional del Trabajo, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, la Organización Mundial de la Salud, el Programa Mundial de Alimentos y la Unión Internacional de Comunicaciones, así como la Alianza Mundial para la Educación, La Educación No Puede Esperar, la Organización Internacional de la Francofonía, la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos y el Banco Asiático de Desarrollo, se han unido a la Coalición, subrayando la necesidad de llevar a cabo una acción rápida y coordinada para apoyar a los países a fin de mitigar los efectos perjudiciales del cierre de las escuelas, en particular para los más desfavorecidos.

También se ha sumado a la Coalición el sector privado, en particular Microsoft, GSMA, Weidong, Google, Facebook, Zoom, KPMG y Coursera, que aportan recursos y conocimientos especializados en materia de tecnología, conectividad y fortalecimiento de capacidad. Las empresas que utilizan los datos de los alumnos y los datos educativos se han comprometido a respetar su uso ético.

Organizaciones filantrópicas y sin fines de lucro, como la Khan Academy, Dubai Cares, Profuturo y Sesame Street, también forman parte de la Coalición, movilizando sus recursos y servicios en apoyo de las escuelas, los docentes, los padres y los alumnos durante este período de trastorno educativo sin precedentes.

También se invita a los medios de comunicación a unirse a la Coalición, como lo ha hecho el Servicio Mundial de la BBC. A fin de apoyar a los jóvenes de todo el mundo durante el confinamiento, la BBC producirá y publicará consejos, historias y materiales educativos para ayudar a los jóvenes aislados a entender cómo el Coronavirus puede afectarlos.

Al conceder importancia a la equidad y la igualdad de género, la Coalición Mundial para la Educación atenderá las necesidades de los países, como se indicó durante las reuniones de ministros de educación celebradas por la UNESCO. Procurará satisfacer las necesidades con soluciones gratuitas y seguras, reuniendo a los asociados para hacer frente a los problemas de conectividad y contenido, entre otras cosas. Brindará instrumentos digitales y soluciones de gestión del aprendizaje para cargar los recursos educativos nacionales digitalizados, así como para organizar los recursos para el aprendizaje a distancia y reforzar los conocimientos técnicos –utilizando una combinación de tecnología y enfoques comunitarios, en función de los contextos locales. En todas las intervenciones se prestará especial atención para garantizar la seguridad de los datos y proteger la privacidad de los alumnos y los profesores.

Concretamente, la Coalición se propone:

1. Ayudar a los países a movilizar recursos y aplicar soluciones innovadoras y adaptadas al contexto para impartir educación a distancia, aprovechando los enfoques de alta tecnología, baja tecnología y no tecnológicos.

2. Hallar soluciones equitativas y lograr el acceso universal.

3. Aportar respuestas coordinadas y evitar la superposición de esfuerzos.

4. Facilitar el regreso de los estudiantes a las aulas cuando las escuelas abran de nuevo, evitando así un aumento de las tasas de deserción escolar.

“Estamos trabajando juntos para encontrar la manera de asegurar que los niños de todo el mundo puedan proseguir sus estudios, prestando especial atención a las comunidades más vulnerables y desfavorecidas”, declaró Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la Organización Mundial de la Salud, en un mensaje de vídeo que marcaba la puesta en marcha de la Coalición, junto con la Directora General de la UNESCO y otras personalidades.

Fuente e Imagen: https://www.elespectador.com/coronavirus/la-estrategia-de-la-unesco-para-que-los-ninos-se-eduquen-en-tiempos-de-coronavirus-articulo-911346

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