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Un multimillonario pagará los préstamos universitarios de cerca de 400 estudiantes en EE UU

América del norte/Estados Unidos/23 Mayo 2019/Fuente: El país

La cifra de la deuda de la promoción de 2019 de Morehouse College podría ascender a cerca de 40 millones de dólares

El episodio no es nuevo en la cotidianidad norteamericana. Un hombre hecho a sí mismo que considera casi un deber moral devolver parte de la fortuna que ha acumulado a la sociedad. En esta ocasión sucedió, y por sorpresa, el pasado domingo durante el llamado discurso de graduación que por estas fechas viven todas las universidades del país. Una figura relevante es la encargada de dar consejos a la nueva promoción que abandona la instrucción y entra en el vertiginoso mundo laboral. En el caso de los estudiantes estadounidenses, esa nueva vida suele iniciarse con una deuda que, según datos de 2018 de la Brookings Institution, se encuentra entre los 10.000 y los 40.000 dólares y se tarda en pagar no menos de 10 años.

Ni siquiera el cuerpo facultativo de la universidad Morehouse estaba al corriente de lo que iba a suceder. Cómo la vida de casi 400 jóvenes iba a cambiar por estar en el momento adecuado en el lugar adecuado. No todos son tan afortunados. El multimillonario Robert F. Smith intentaba mantener despierta a una audiencia que en algunos casos sucumbía al sopor de una tarde de calor en Atlanta, donde la promoción de 2019 se preparaba para lanzar sus virretes al aire tras finalizar su educación en Morehouse College, una universidad históricamente negra y solo para hombres.

El público anticipaba el clásico discurso cuando Smith, el financiero que fundó Vista Equity Partners, una firma de inversión de capital riesgo, se salió del guion y anunció su compromiso de asumir pagar toda la deuda que los 396 alumnos de la promoción de 2019 habían contraído para estudiar. A falta de confirmación, se especula con que el total estimado asciende a los 40 millones de dólares. La fortuna de Smith se cifra en más de 50.000, según Forbes, lo que le convierte en el individuo negro más rico de EE UU, superando a la mediática Oprah Winfrey.

Morehouse College

@Morehouse

«My family is going to create a grant to eliminate your student loans!» -Robert F. Smith told the graduating Class of 2019 @RFS_Vista

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Las reacciones tras el anuncio del señor Smith tardaron unos segundos en hacer mella entre los asistentes. Los alumnos -y sus familias- se miraban perplejos entre ellos esperando la confirmación de que lo que acababan de oír era correcto. Suponía toda una liberación. Según recogen los medios norteamericanos, hubo llantos de felicidad, vítores, caras de absoluta sorpresa y algún padre que este lunes anunció en su empresa su retiro, tras no tener que seguir trabajando otra década más para poder ayudar financieramente a su hijo. Era el caso de Jason Allen Grant, 22 años, con 45.000 dólares de deuda universitaria. “Mi padre casi se desmaya”, declaró Grant al diario The Washington Post.

El fenómeno de la filantropía es tan americano como el pastel de manzana, define una activa participación ciudadana, tiene influencia en la creación de políticas sociales y enfrenta crisis humanitarias. En el libro Filantropía en América, el autor Oliver Zunz expone la poderosa fuerza integral que supone la filantropía en una sociedad que se jacta de no deberle nada al Estado y cuyas raíces están en fundaciones como la Rockefeller, en ciudadanos movidos por causas integrados en la Cruz Roja o individuos como Bill Gates o George Soros.

“Vamos a echar un poco de gasolina en vuestro autobús”, declaró el filántropo Smith sin que nadie pudiese aventurar el regalo que estaba a punto de llegar. “Esta es mi clase, la de 2019”, prosiguió el inversor, quien recibía a la vez un doctorado honorario. “Y mi familia va a crear una beca para eliminar los préstamos que los estudiantes habéis adquirido para poder llegar hasta aquí”, continuó Smith.

Pero el obsequio, la ofrenda de este inversor de 56 años que en el pasado ya había donado 1,5 millones a Morehouse, tiene letra pequeña, un compromiso. “Sé que mi clase lo pagará en el futuro”, dijo Smith, refiriéndose a la necesidad de que quien ahora recibe ayuda sea capaz de cuidar de los que vienen después y contribuyan a mejorar la vida de otros estadounidenses negros.

“El éxito tiene muchos padres”, continuó. “Y aunque habéis trabajado muy duro para llegar hasta donde habéis llegado ahora, todavía os queda mucho camino por delante para ayudar a otros. Somos el producto de una comunidad, de un pueblo, de un equipo”, prosiguió, no sin antes añadir una última recomendación: “Pase lo que pase, nunca, jamás os olvidéis de llamar a vuestra madre. Y me refiero a llamar, no a textear”, concluyó entre risas.

¿QUIÉN ES MÍSTER SMITH?

No es un Rockefeller, ni su apellido es Gates o Soros. Es un Smith, un García español, un Amancio Ortega que triunfó más allá de lo imaginable en el proyecto por el que apostó. El hombre negro más rico de EE UU creció en un barrio predominantemente negro de clase media en Denver (Colorado). Sus padres tenían ambos doctorados. Su ambición le llevó a estudiar en la prestigiosa Cornell. Apasionado de la música, posee uno de los pianos de Elton John y en su boda con la actriz y antigua modelo de Playboy Hope Dworaczyk actuaron Seal y John Legend. Uno de sus hijos se llama Legend, en honor a este último músico. El otro se llama Hendrix.

Imagen tomada de: https://ep01.epimg.net/sociedad/imagenes/2019/05/20/actualidad/1558372692_281427_1558372909_noticia_normal.jpg

Fuente: https://elpais.com/sociedad/2019/05/20/actualidad/1558372692_281427.html

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La universidad constata que ella también segrega por clase social y género

Por: Victor Saura

Sólo el 10% de universitarios proviene de una familia con un bajo capital educativo. Prácticamente el 60% pueden estudiar porque los padres lo pagan todo o casi. Y las mujeres son el 62% del alumnado, pero en determinadas carreras no llegan ni al 20%. Estas son algunos de los datos del estudio Vía Universitaria, que hoy ha presentado la Red Vives.

“La universidad en España ha avanzado mucho en los últimos 50 años en términos de masificación, y no es tan elitista como otros países de nuestro entorno como Alemania o Francia, pero aún está lejos de la equidad”. Esta es, según Antonio Ariño, catedrático de Sociología de la Universidad de Valencia, una de las principales conclusiones del segundo estudio Vía Universitaria, realizado por la Red Vives (que reúne las 22 universidades, públicas y privadas, del ámbito lingüístico catalán) , sobre una muestra de más de 41.000 encuestas realizadas a estudiantes de grado y máster de estas universidades. Las otras dos grandes conclusiones son que la diversidad del alumnado va en aumento y que, a pesar de la revolución digital, la innovación es prácticamente testimonial, ya que sólo el 5% de los estudiantes afirman que sus profesores utilizan metodologías innovadoras.

¿Y por qué está lejos de la equidad? El estudio concluye que la proporción de niveles formativos de la sociedad no se traslada a la universidad. Mientras que en la sociedad el 40% de la población tendría un capital educativo bajo, en la universidad este porcentaje a penas supera el 10%. A la hora de definir las clases sociales (y dividirlas en alta, media y baja), el estudio tiene en cuenta sobre todo el nivel formativo de los padres y su tipo de empleo, más que la renta familiar, que no se pregunta a los encuestados. Esta inequidad se acentúa en las ingenierías y carreras científicas, donde el porcentaje de alumnos con progenitores de nivel formativo bajo es inferior que en las ramas de ciencias sociales y humanidades.

“No es que en la universidad no haya igualdad, porque en este caso estaríamos diciendo que no corrige las desigualdades sociales, sino que ni siquiera hay equidad; queda mucho camino para llegar a la equidad y no digamos ya a la igualdad”, explica Ariño, uno de los codirectores del estudio, junto con Miquel Martínez (Educación UB), Ramon Llopis (Sociología UV), y Ernest Pons (Estadística UB), y con la dirección técnica de Anna Prades, jefe de proyectos de AQU Catalunya (Agencia para la Calidad del Sistema Universitario de Cataluña).

Costes y beneficios: el efecto Mateo

El estudio también constata que el coste de la universidad (concepto que incluye la matrícula, pero también la manutención: alquiler, comida, transporte, etc) se financia gracias al dinero de los padres y madres. En el caso de los estudiantes de grado, el 58% del volumen de la financiación sale de las familias, el 18% de becas y el 20% de ingresos procedentes del trabajo (sea durante el curso o las vacaciones). El resto, testimonial, son préstamos, la pareja y otros. En el caso de los estudiantes de máster, los porcentajes varían, pero todavía la familia es la fuente principal de financiación. En cuanto al lugar donde viven los estudiantes, el 62% lo hace en casa de sus padres, un porcentaje que sitúa a España (si la muestra de la Red Vives se puede extrapolar al conjunto del Estado) al lado de países como Italia (69%), Georgia (65%), Albania y Croacia (51% ambos), muy lejos de la media europea (36%) y aún más de países como Finlandia (4%), Dinamarca (8%) o Noruega ( 9%).

La movilidad internacional sería otra fuente de inequidad. A pesar de que la totalidad de los alumnos encuestados pertenecen a estudios enmarcados en el Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), lo que no ocurría con el primer Vía Universitaria, sólo un 8% declara haber hecho movilidad internacional (básicamente, el programa Erasmus), si bien un 37% afirma que piensa hacerlo. Pero el estudio también constata que, dentro de este 8%, la clase social alta está sobrerrepresentada, porque, nuevamente, su financiación se basa principalmente en los progenitores. “Si a la universidad ya sólo llega una cierta élite, en el caso de la movilidad ya es una selección de la selección -dice Ariño-, y así es como determinadas personas van acumulando beneficios y las oportunidades llegan sobre todo a los que ya tienen mejores condiciones, consolidando así el efecto Mateo”, expresión inspirada en una frase del Evangelio de Mateo y muy usada por los sociólogos para definir aquellos procesos que hacen que los ricos sean más ricos y los pobres, más pobres.

El acceso a la universidad también permite hablar de efecto Mateo. En relación al primer estudio, ha aumentado el porcentaje de alumnos que accede a la universidad a través de las PAU (del 67,4% en 2015 el 82,4% en 2018), y han caído los que lo hacen desde un ciclo formativo de grado superior o mediante el acceso a los mayores de 25 años, lo que lleva a los investigadores a afirmar que “se va en la dirección contraria al objetivo”, ya que el sistema no es lo suficientemente flexible para atraer la interés de estudiantes de más edad o clase social baja.

La ‘síndrome de la impostora’

En los estudios de salud las mujeres representan alrededor del 70% del alumnado. E los de educación e intervención social rozan el 80%. En el conjunto de la población universitaria las mujeres representan el 62% del total. En cambio, en las ingenierías, la mayor parte de los alumnos son hombres y, en algunos casos, como el de las TIC, sólo el 16,8% son mujeres. De ahí que el estudio Vía Universitaria concluya que “las carreras reproducen las tareas del ámbito doméstico marcadas por el género”. “Las mujeres se orientan hacia las áreas de salud y de cuidado, mientras que los hombres lo hacen hacia aquellos estudios que tienen que ver con el espacio exterior de poder y de toma de decisiones”, dice el estudio, según el que “los ámbitos de conocimiento más masculinizados tienen más oportunidades laborales, reconocimiento y prestigio social”.

Esto, sostienen los directores del Vía Universitaria, refuerza lo que se conoce como el síndrome de la impostora. “La mujer que se matricula en una titulación masculinizada se infravalora porque entiende que está en un lugar que no le corresponde, la materia le gusta pero sabe que socialmente está valorado como un ámbito masculino, por lo que se siente como una intrusa o una impostora”, aclara Ariño.

En la distribución horaria de una semana lectiva normal, las mujeres asisten más horas a clase, dedican más tiempo al estudio y también más tiempo a las tareas del hogar y el cuidado de otros. Por el contrario, los hombres ganan en tiempo dedicado a trabajo remunerado y, en especial, en tiempo dedicado a aficiones y vida social.

Mejora de expectativas, inmovilismo metodológico

Otra de las pocas comparaciones que establece el estudio en relación al primero que se hizo (muchos de los parámetros se consideran no comparables) se refiere a las expectativas de los estudiantes universitarios. Así, en relación al primer Vía Universitaria (2014-2016), los estudiantes de ahora son más optimistas con respecto al futuro y a lo que les aporta la universidad en este futuro. Un 54% cree que los estudios les serán útiles para encontrar un trabajo bien remunerado (en 2016 eran el 40%), y 7 de cada 10 opinan que los estudios les serán útiles para contribuir a la mejora de la sociedad y encontrar un trabajo relacionado con estos estudios. Un 60% dice sentirse integrado en la vida universitaria, pero sólo el 20% ha participado en algún órgano de gestión.

En cuanto a la pedagogía, el estudio constata que, al menos hasta ahora, los cambios del Plan Bolonia no han tenido el efecto esperado en cuanto a innovaciones pedagógicas (Ludificación, Flipped classroom, MOOC, etc). Estas continúan ocupando un porcentaje residual, de sólo el 5%, en relación a las metodologías tradicionales (clase magistral y evaluación final con examen escrito), que representan el 60%, y las metodologías activas (laboratorios, talleres, trabajos en grupo, prácticas , etc.), que suponen el 35% restante. El estudio también señala que, en el caso de las metodologías tradicionales el porcentaje de estudiantes que declaran que su objetivo principal es aprobar con el mínimo esfuerzo posible es bastante superior a los que lo hacen ante una asignatura impartida a través de una metodología innovadora.

Sin embargo, este inmovilismo no puede atribuirse exclusivamente a un presunto fracaso de Bolonia, advierten los investigadores, ya que hay otros poderosos factores a tener en cuenta, como los efectos del decreto Wert de 2012 o la precariedad laboral de buena parte del profesorado universitario.

“No es sólo miedo al cambio, sino que las condiciones del sistema no favorecen el trabajo transversal y en equipo que requieren las nuevas metodologías”, advierte Miguel Martínez.

Al final del estudio se presentan una serie de propuestas para corregir las dinámicas negativas detectadas, entre las que impulsar políticas de acceso a estudiantes de origen social bajo, familias extranjeras o de más edad; flexibilización de casi todo: régimen de permanencia, ritmos de progreso, métodos de evaluación, currículo, calendario académico; impulso de becas y tasas universitarias que se ajusten mucho mejor al nivel socioeconómico de los estudiantes (con becas-salario que pudieran cubrir no sólo la matrícula sino también una parte considerable de la manutención); o la visibilización de modelos masculinos y femeninos que rompan los estereotipos de género y la introducción de la perspectiva de género y revisión de contenidos en esta clave en todas las áreas de conocimiento.

Fuente e imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/05/17/la-universidad-constata-que-ella-tambien-segrega-por-clase-social-y-genero/

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«¿Tienes amigas bonitas?»: las redes de prostitución que reclutan universitarias en Colombia

Por: BBC Mundo

Algunos entrevistados llegaron a decir que el fenómeno del trabajo sexual en universidades de Colombia es un «secreto a voces». Los altos costos de los estudios universitarios es uno de los principales motivos para que estudiantes sean cooptadas por redes de prostitución.

n pasillos y aulas universitarias se corre la voz. Puede ser una amiga, un cartel anónimo colocado en el baño de mujeres o un muchacho que invita a las estudiantes a un viaje con todo pagado.

Así es como las redes de prostitución reclutan a jóvenes, mujeres y también hombres, en las universidades de Colombia.

Eso es lo que cuenta Sofía (como se presenta ante sus clientes) una mujer de 25 años que está a punto de terminar sus estudios y que lleva tres años como trabajadora sexual.

«Una compañera, en una salida de campo me dijo que si quería viajar con ella y unos amigos a Cartagena. Le dije que no los conocía y que me sentiría rara», cuenta la joven sobre como comenzó todo.

Sofia agrega que su compañera de clase le dijo que «no había problema, que ellos gastaban todo y que sólo querían que los acompañarán, que les gustaban las mujeres bonitas«.

«Acepté ir a Cartagena y cuando volví con un sobre con dinero me di cuenta que ya estaba en este mundo», señala la estudiante a BBC Mundo.

Las redes

Reclutar universitarias para que trabajen como modelos webcam, damas de compañía y trabajadoras sexuales es un esquema de negocio expandido en universidades de varias ciudades de Colombia, explica Samuel Ávila, profesor universitario y autor de una tesis sobre el fenómeno de la prostitución en este país.

Cartel invitando a universitarias

Foto:Carteles invitando a jóvenes fueron descubiertos en universidades de Colombia. Diario la República.

Las chicas son abordadas por una amiga o amigo, escuchan las cantidades de dinero que se puede obtener y reciben invitaciones para hacer viajes que en principio parecen un «plan inocente».

«Otra forma tiene que ver con la publicación, generalmente en los baños para mujeres, de avisos en los que se convoca a estudiantes con ciertas características físicas», explica el antropólogo.

Por ejemplo, en una universidad de Medellín se detectó un afiche que señalaba «¿Tú conoces o tienes amigas bonitas? ¿Quieres ganar algo de dinero extra y rápido?».

En el mismo cartel se podía leer «ayúdame a conseguir una muchacha como describo y te ayudo económicamente a ti y a ella. Para relación o amistad».

Mujer esperando en la calleFoto:El proxenetismo en las universidades colombianas es un modelo de negocio, afirman los investigadores. Getty -BBC.

Sofía

«Mi amiga me dijo que no pasaba nada, que sólo era un viaje y que la íbamos a pasar bien. Que incluso ella era la que me iba a invitar y que todo iba a estar bien«, relata Sofía sobre su primera experiencia.

La joven indica que sus dificultades económicas fueron el principal motivo para aceptar ser parte de ese mundo.

«Yo estaba casi a mitad de carrera y la verdad iba bien y mi promedio era bueno. No salía, no iba de fiesta, sólo trabajaba y estudiaba, pero ya era difícil trabajar para costearme todo en la universidad. Mis papás me ayudaban, pero siempre salían más gastos», indica la mujer.

Sofía, como muchos jóvenes de Colombia, solicitó un préstamo universitario para costear sus estudios y tenía la obligación de pagar la cuota mes a mes.

«Mi amiga me dijo ‘oye sólo somos damas de compañía, no somos prostitutas. Nos pagan por salir de viaje con ellos, pero si no quieres que te toquen no lo van a hacer‘ y me dijo que eso me podía ayudar con el préstamo de la universidad», recuerda.

La estudiante cursa una carrera que en los últimos años demanda visitas a zonas rurales para realizar trabajo de campo que deben ser pagados por los alumnos.

«Cada vez se hacía más difícil por los viajes de la universidad y todos los gastos que debía costear», afirma.

MujerFoto:En Colombia la prostitución no es ilegal, pero también existen casos de explotación sexual. Getty -BBC.

Después de su primer «viaje» conoció al reclutador con el que trabajaba su amiga y quien realizaba los pagos a las jóvenes.

«Ahí conocí al encargado, que no tiene nada que ver con la universidad. Con él se contactan los hombres que buscan mujeres universitarias y así fue que viajé», explica la estudiante.

La preocupación

No es nuevo para las universidades de Colombia que estudiantes sean tentadas para trabajar como damas de compañía, prostitutas o modelos webcam.

El último es el rubro que más va creciendo en el país, según explican alumnos como profesores.

El antropólogo le señala a BBC Mundo que los motivos son varios, pero destaca que las condiciones económicas de las estudiantes y los altos costos de los estudios universitarios son los factores que predominan para que las jóvenes sean cooptadas por estas redes.

«Es una realidad que existen estudiantes en todo el país que recurren a ofrecer estos servicios para financiar sus carreras», señala el investigador.

Ávila, quien escribió la tesis «Cuerpos del bajo mundo, prostitución y violencia en Colombia», indica que todo comienza «entre conocidos».

En 2017, la policía de Medellín señaló que la presencia de proxenetas en las universidades de la ciudad era alarmante y que iba de la mano con el microtráfico de estupefacientes.

Algunas universidades de esa ciudad abrieron «líneas seguras» para que las jóvenes puedan denunciar a los compañeros o compañeras de clase que pretenden «reclutarlas».

Modelo de webcamFoto: Las redes sociales se convirtieron en la gran manera de alcanzar jóvenes que consideran la posibilidad de ser modelos de webcam (foto de archivo BBC).

BBC Mundo conversó con profesores universitarios de las ciudades de Bogotá, Bucaramanga, Medellín y Pereira, y todos señalaron que este fenómeno se escucha en los pasillos de los centros académicos con relativa frecuencia.

Uno de los docentes relató el caso de una joven que «desde el viernes a las seis de la tarde hasta el lunes a las ocho de la mañana desaparecía«.

«Sus amigas no la podían encontrar de ninguna manera en los fines de semana porque ella se iba a los famosos viajes y apagaba el celular y se desconectaba de las redes sociales», explica el profesor.

El fenómeno

En Colombia la prostitución no es ilegal, pero los expertos consultados por BBC Mundo señalan que eso no significa que las universidades puedan convertirse en terreno fértil para el trabajo de proxenetas.

«Las líneas entre acoso sexual, trabajo sexual y abuso sexual son muy delgadas y eso lo sufren las estudiantes«, indica Samuel Ávila.

45.000 mujeres aproximadamente se dedican a la prostitución en Colombia, según datos de la Secretaría de Integración Social.

Bogotá aglutina a mujeres de decenas de ciudades de Colombia que llegan a la capital en busca de obtener mayores recursos a través del trabajo sexual.

Una de ellas es Lina, estudiante de 26 años, quien afirma haber trabajado como dama de compañía y «novia» en 20 de los 32 departamentos de Colombia.

Ella, afirma que sostuvo relaciones largas con futbolistas, guerrilleros, paramilitares, policías y sicarios.

Explica que se trata de «un bajo mundo» en el que todos se encuentran

Sofía opina igual y añade que entre las universitarias y universitarios que decidieron ingresar a ese mundo se conocen de una u otra manera.

«Cuando entras a este mundo conoces a todas las que viajan y trabajan en esto y en la universidad son varias y no sólo de las públicas sino también de otras universidades privadas», concluye.

Fuente: https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-48152615

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Estados Unidos: Millones de estudiantes han sido aceptados en la universidad, pero ¿terminarán sus estudios?

América del norte/Estados Unidos/16 Mayo 2019/Fuente: Univision

En su más reciente reporte la Fundación KIPP pide al Congreso que se enfoque en cinco reformas a la Ley de Educación Superior que ayudarán a crear un camino más fácil para que millones de estudiantes puedan entrar en la universidad y continuar sus carreras.

El Sueño Americano está basado en la idea fundamental de que el lugar donde nace uno no tendría que determinar dónde acaba en la vida. Y conseguir un diploma de la universidad es uno de los mejores caminos para llegar a ese sueño. Mi madre, de origen panameño, no solo me inculcó eso cuando era niño, sino que dedicó toda su vida como profesora a ayudar a miles de estudiantes más. Yo pude asistir a Universidad de Harvard y estudiar leyes en la Universidad de Yale, pero no todos los estudiantes que ingresan a la universidad completan sus estudios. A nivel nacional, solo uno de cada 10 estudiantes de bajos ingresos obtiene un diploma universitario. Para estudiantes latinx, ese número es 21%, por debajo del 37% que es el promedio para todos los estudiantes entre 25 y 29 años de edad.

En KIPP, la red nacional de escuelas chárter más grande del país, donde el 95% de los estudiantes son afroamericanos o latinx y el 89% son de bajos recursos, conocemos muy bien estos obstáculos. Es por eso que hace una década desarrollamos un sistema para ayudar a nuestros estudiantes a graduarse de la universidad. Empezamos por introducir la idea de atender a la universidad desde el jardín de infancia; les ofrecemos un currículo comprensivo y riguroso; les proveemos consejos a nuestros estudiantes sobre cómo escoger la universidad adecuada con costos asequibles y apoyos emocionales y sociales.

Gracias a estas iniciativas hemos progresado. El porcentaje de estudiantes que se gradúa de las escuelas secundarias de KIPP y completan la universidad es de 45%, cuatro veces más alto que el promedio de los estudiantes en Estados Unidos con antecedentes socioeconómicos similares. Pero estos números no son suficiente, témenos que hacer más. Este año tenemos la oportunidad de hacerlo.

A través de la reautorización de la Ley de Educación Superior (HEA), Estados Unidos tiene la oportunidad de hacer cambios significativos, ya que esta ley federal gobierna los programas de educación superior.

En nuestro más reciente reporte pedimos al Congreso que se enfoque en cinco reformas dentro del HEA que ayudarán a crear un camino más fácil para que millones de estudiantes puedan entrar en la universidad y continuar sus carreras.

Con la reautorización de la HEA, tenemos que crear un programa federal de subvenciones que reduzca significativamente la proporción de estudiantes por consejero, incentive la adopción de prácticas de asesoramiento basadas en evidencias y responsabilice a los beneficiarios de los resultados. A nivel nacional, la relación de consejero universitarios a estudiantes es de casi 1 a 500, lo cual significa que los estudiantes se reúnen con su consejero no más de una o dos veces antes de elegir su universidad, una de las decisiones más importantes de la vida. Eso no es suficiente para nadie; en nuestras escuelas el porcentaje de consejeros a estudiantes es de 1 a 100.

Los estudiantes necesitan de alguien que les guie a través del proceso de mandar solicitudes a la universidad y entender con qué se encontrarán en cuanto lleguen al campus, especialmente si son de primera generación y sus padres no saben cómo ayudarles.

Segundo, tenemos que reducir las barreras financieras para obtener un título universitario. Según Education Trust, las familias con ingresos altos y medios destinan del 24% al 27% de su ingreso para pagar los costos universitarios de sus hijos. En comparación, las familias de bajos ingresos destinan el 72% de su sueldo. En una encuesta reciente, el 43% de nuestros alumnos de KIPP dicen que a veces se saltan comidas para poder pagar por sus libros, costos de matrícula y otros gastos en la universidad.

Esto tiene que cambiar. Cualquier programa que intente reducir el costo de la universidad tiene que estar acompañado de programas que ayuden a los estudiantes a pagar sus préstamos escolares, para que las deudas no sigan años después de empezar su carrera, y ofrecer mini becas para pagar los costos de libros, comida y residencia.

Tercero, deberíamos incentivar el gasto en educación superior a través de una sólida asociación entre el gobierno federal y los estados que dé prioridad a los programas de ayuda basados en las necesidades y que creen una garantía de asequibilidad universitaria para los estudiantes de familias de bajos y medianos ingresos. El gobierno también debería ofrecer ayuda financiera a estudiantes indocumentados y aprobar de una vez una reforma de inmigración que incluya una solución permanente para los dreamers/soñadores en este país.

La cuarta recomendación es que deberíamos incrementar la inversión en universidades que históricamente han atendido a estudiantes de color y de minorías. Estas instituciones sirven a casi cinco millones de estudiantes de color en Estados Unidos, un cuarto de todos los estudiantes inscritos en estudios postsecundarios. Estas instituciones se merecen más fondos para que puedan seguir ayudando a los estudiantes a mejorar su posición económica y social.

Y la última recomendación es que tenemos que mejorar la forma en que integramos los consejos sobre distintas carreras y no solo sobre la universidad, empezando en el jardín de infancia. Deberíamos modernizar y amplificar el programa federal de estudio y trabajo para que los estudiantes consigan experiencia conectada con lo que están estudiando en las universidades o con sus intereses de trabajo.

Para que estas recomendaciones funcionen, todas las instituciones involucrados tienen que ser transparentes en el proceso. Los estudiantes tienen que entender cuánto cuesta de veras la universidad, cuánta deuda tendrán cuando se gradúen y que tipos de trabajo consiguen los estudiantes después de los estudios. Estos datos tienes que estar desagregados por ingresos, raza y género. Tener toda esta información ayudará a estudiantes, familias, educadores y políticos a tomar mejores decisiones.

Si priorizamos cómo incrementar las tasas de graduación podremos ayudar a nuestros estudiantes a dar un paso más para conseguir el sueño Americano.

Fuente: https://www.univision.com/noticias/opinion/millones-de-estudiantes-han-sido-aceptados-en-la-universidad-pero-terminaran-sus-estudios

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Cosmética con superpoderes a base de karité

Por: Chema Caballero

Un proyecto en Benín hace de la manteca de karité el elemento clave para el desarrollo de varios pueblos gracias a la comercialización de sus productos en España

“Esta es la crema. Probadla”. Unas mujeres, sentadas en un banco, hacen como se les dice. Cogen un poco del recipiente que se les muestra, lo huelen, cuchichean algo, se untan las manos, hacen signos de aprobación con la cabeza. “Y este es el cacao para los labios. Probadlo también”. La operación se repite. Ahora ríen, aplauden, comentan en voz alta, en definitiva, celebran. Lamotou Sero Mama Lafia y Abdel-Kader Modougou han llegado hasta la aldea de Sansi-Gando, en el distrito de Ouenou, comuna de Nikki, en el norte de Benín, muy cerca de la frontera con Nigeria, para mostrar a las mujeres los productos elaborados a partir de la manteca de karité que ellas fabrican año tras año.

Los envases de crema son el último eslabón de un proceso que comienza en esta aldea y otras dos vecinas: Monnon y Besan-Gourou. En ellas, las mujeres recogen el fruto del karité y lo transforman en manteca refinada que, luego, es exportada a España. Allí, en los laboratorios Naáy Botanicals de Valladolid es transformada en los productos que las vecinas de Sansi-Gando han visto ahora por primera vez y que se comercializan bajo la marca Nikarit.

Nikarit es un proyecto de la ONG española OAN International que intenta empoderar a las mujeres productoras de karité a través del fomento del comercio justo y sostenible de la manteca. En las zonas empobrecidas del Sahel, muchas mujeres buscan en la elaboración de este producto una fuente de ingresos que les permita ser económicamente independientes. El problema es la falta de medios para acceder a los mercados internacionales donde hay mayor demanda de este producto. Con este proyecto se ha conseguido conectar la demanda que había en España con la oferta de Benín. Ahora, esas mujeres venden los frutos de su trabajo a un precio justo.

“Hay tres productos: la manteca de karité, a la que solo se le añade vitamina E para que se conserve mejor, la crema de manos y el cacao de labios”, comenta Beatriz Vázquez de Miguel, coordinadora del Comité de política social de OAN y fundadora de Nikarit. Las fórmulas utilizadas fueron desarrolladas por dos voluntarias de la organización que estudiaron un máster en cosmética.

Este proyecto está muy vinculado a un hilo creado en la universidad. Comenzó con el trabajo fin de grado (TFG) de Vázquez, que estudió derecho y administración de empresas, y consistió en un plan de negocios. “Luego, fui a Nikki con José María Elola y Pablo Jordán y allí hicimos una investigación sobre el terreno que nos permitió conocer cómo funcionaba el mercado del karité. Más tarde, otro compañero hizo otro TFG con un nuevo plan de negocios que contenía la información actualizada. Luego otra estudiante presentó como trabajo fin de máster (TFM) un plan de evaluación de todo el proyecto. Le siguió otro voluntario con otro sobre las bases sostenibles del karité; ahora un alumno está realizando uno sobre cómo hacer un sello de comercio justo para este proyecto, y una voluntaria ha desarrollado un plan de marca…”.

El proyecto también ha conseguido un impacto indirecto, que en un primer momento no se buscaba, la protección de una planta que es un tesoro de la naturaleza y que se ve muy amenazada. El árbol de karité (Vitellaria paradoxa) llega a medir hasta 15 metros de altura. Puede vivir hasta tres siglos. Tarda entre 15 y 20 años en producir frutos: unas nueces carnosas. Tras cocerlas y triturarlas se obtiene una grasa vegetal conocida como manteca de karité; una sustancia comestible que tradicionalmente se utilizaba para cocinar. Sin embargo, desde hace años existe una gran demanda de este producto para la cosmética. Como tarda tanto tiempo en producir beneficios económicos, es normal que los campesinos lo corten o quemen para tener más tierra cultivable o lo sustituyan por cultivos más rentables, como el anacardo. El hecho de que ahora genere ingresos hace que empiece a estar protegido.

En pocos años, se ha conseguido que en Benín más de 200.000 mujeres vivan directamente de actividades relacionadas con el karité, según el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca beninés. Desde hace tiempo, este organismo impulsa y promociona la mejora y exportación de estos productos. Tanto es así que se ha convertido en la tercera gran exportación del país después del algodón y el anacardo y, por tanto, constituye una importante fuente de divisas. Esto coloca a Benín como el cuarto productor mundial de karité, tras Malí, Burkina Faso y Nigeria, con un volumen de producción de alrededor de 30.000 toneladas de nueces secas. Pero son muchas las mujeres que se quejan de no poder vender la manteca que elaboran.

Normalmente, “las empresas cosméticas importan la nuez de karité, no el producto procesado. Se utiliza a África como materia prima y no se la incluye en los procesos productivos. El mensaje que nosotros queremos dar es el contrario”, comenta Daniel Alfaro Posada, presidente de OAN. La nuez de karité se compra a 80 céntimos de euro el kilo, mientras que la manteca cuesta 2.50 euros el kilo y además genera trabajo e ingresos mayores para muchas mujeres. En la actualidad, el proyecto compra 650 kilos de manteca al año.

“A nosotros nos gustaría que todo el proceso, de principio a fin, se realizara en Benín”, explica Vázquez. “El problema es que la importación de cosméticos a la Unión Europea tiene unos controles de calidad muy exigentes y en el país no hay laboratorios que puedan certificarlos. Pero trabajamos para que cada vez más parte del proceso se haga en terreno, incluso para que laboratorios españoles puedan compartir conocimientos con los benineses”.

El proyecto tiene un claro impacto social. “El que se hace con los beneficios”, explica Alfaro. “Somos una empresa social en los dos sentidos: el producto genera impacto y los beneficios generan impacto”. “Nuestra filosofía es que el impacto fuerte sea la compra de la manteca”, añade Vázquez. “Si mejoran su producción podrán vender a más gente, no solo a nosotros”.

Un porcentaje de lo que genera el proyecto se reinvierte en los tres pueblos. “El primer año decidimos devolver todo a las comunidades en dinero. En uno de los pueblos construyeron una escuela, una cabaña realmente, en los otros compraron semillas de soja. Pero nos dimos cuenta de que reinvertir directamente no era sostenible. Además, genera dependencia porque, al final, el beneficio es mayor que el que realmente corresponde, por lo que corríamos el peligro de que las mujeres no quisieran vender su producto a otras personas, ya que con nosotros conseguían más, por lo que nos convertíamos en imprescindibles. Nada más lejos de nuestro deseo”.

Por eso, este año la reinversión ha sido en la formación de las mujeres para mejorar sus técnicas de extracción del karité. Así se ha conseguido una manteca más refinada con la calidad suficiente para la exportación. Con esta mejora se ha conseguido que la Asociación de Karité de Benín (AKB) admita en su seno a los grupos de estos tres pueblos. Esta organización da apoyo a las distintas cooperativas de mujeres para promover el comercio económicamente viable de los productos del karité. Además, también facilita que los distintos miembros compartan buenas prácticas y experiencias. Una vez al año organiza una conferencia y así “las mujeres salen de sus aldeas y pueden ver lo que se hace en otros sitios lo que les da más conocimiento y mayor amplitud de miras”, explica la fundadora de Nikarit.

Otras de las reinversiones de este proyecto se materializa en la construcción de pozos en las aldeas de la zona para garantizar el acceso al agua limpia a toda la población. Tal es el caso del construido en un claro entre las casas de Sansi-Gando en el que se concentran mujeres y niños que por turno aprietan el pedal que hace brotar el agua que llena los recipientes depositados bajo el caño. En este caso concreto, OAN ha contado con la ayuda y financiación de AUARA y la Fundación Salvador Soler. Junto a Lamotou y Abdel-Kader han viajado hasta la aldea un mecánico y Daniel Alfaro. Van a inspeccionar si la bomba está en buenas condiciones. Miden el caudal de agua por minuto que sale por la tubería y ven que está por debajo de lo normal, lo que indica que la bomba tiene algún problema. La abren y observan que el pistón del pedal está desgastado. Hay que cambiarlo y así se lo explican a las mujeres.

OAN ha previsto que las bombas de los pozos no son eternas y necesitan mantenimiento. Por eso, ha formado a varios mecánicos y ha creado una tienda donde las comunidades pueden comprar los repuestos que necesitan. Gracias al dinero que las mujeres consiguen con la venta de la manteca de karité les es fácil asumir las reparaciones. El agua es cosa de ellas y por tanto están dispuestas a hacer cualquier sacrificio para facilitar al máximo esta tarea. Quedan con el mecánico para que traiga de Nikki las piezas necesarias y ajustan el pago de su trabajo.

La intervención abarca además un proyecto complementario en materia de salud y agua potable, que pretende reducir las altas tasas de diarrea y mortalidad infantil que prevalecen en la zona, debido a la mala calidad del agua. Para alcanzar ese objetivo, OAN diseñó unos filtros de bioarena que son fabricados por técnicos locales entrenados para ello. Se trata de unos recipientes altos de cemento en los que se vierte el agua. Esta pasa por distintas capas de arena y sale filtrada y apta para el consumo humano. Gracias a los beneficios generados por la venta de la manteca de karité, la mayoría de las familias ha adquirido uno y consume agua en buenas condiciones, lo que ha mejorado notablemente la salud de toda la población.

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Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/04/25/planeta_futuro/1556200859_207718.html

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Ministro brasileño convocado a explicar recortes fondos en educación

América del sur/Brasil/15 Mayo 2019/Fuente: Prensa Latina

La Cámara de Diputados de Brasil propinó otra derrota al Gobierno tras aprobar la convocatoria del ministro de Educación, Abraham Weintraub, para que aclare hoy en el plenario sobre recortes en el presupuesto de su sector.
Según el portal de noticias G1, por tratarse de convocatoria, Weintraub está obligado a comparecer ante la Cámara, so pena de incurrir en un delito de responsabilidad.

Tal solicitud fue aprobada por los parlamentarios 307 votos favorables y 82 contrarios.

El titular de Educación será escuchado en una ‘comisión general’ (sesión de debates en el plenario). Weintraub es el primer ministro del Gobierno de Jair Bolsonaro emplazado por una de las cámaras del Congreso.

Ante el anuncio de ajustes, más de 70 universidades confirmaron su adhesión a la huelga nacional de este miércoles y la realización de actos en las capitales de los 27 estados para rechazar el recorte de 30 por ciento de fondos a la educación superior.

Recientemente, Bolsonaro comunicó que Weintraub pretendía descentralizar las inversiones en las facultades de filosofía y sociología del país para enfocarlas en áreas que ‘generen un retorno inmediato al contribuyente, como: veterinaria, ingeniería y medicina’.

Esa declaración resultó muy criticada por especialistas, entidades académicas, profesores y estudiantes que crearon una serie de peticiones para repudiar la decisión del gobierno.

Ante la repercusión negativa, el Ministerio de Educación retrocedió en su determinación de bloquear un 30 por ciento del presupuesto de tres universidades que, en su visión ‘hacen alboroto’.

Los recortes presupuestarios ahora se extenderán a todas las universidades federales a partir del próximo semestre.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=276664&SEO=ministro-brasileno-convocado-a-explicar-recortes-fondos-en-educacion
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España: El reto de estudiar en la universidad teniendo diversidad funcional

Europa/España/15 Mayo 2019/Fuente: El diario la educación

Desde 2014 el número de estudiantes con diversidad en la universidad está estancado y disminuye cuanto más ‘alto’ se llega en los estudios.

En el curso 2017-2018 la proporción de estudiantes con diversidad funcional en las universidades españolas era del 1.8% en los estudios de grado. Del 1,2% en el postgrado y el máster y del 0.7% en el doctorado. Muy similar a las cifras del curso anterior.

Un dato que contrasta con otro. Mientras, como explicaba Sonia Viñas, responsable de Fundación Universia en la presentación del informe, el porcentaje de personas con diversidad matriculadas en la universidad sobre el total de personas con diversidad está, aproximadamente, en el 42%, la proporción de alumnado universitario frente al total de la población general, está algo por debajo, sobre el 40%. Sería un dato positivo, en principio, aunque bien es cierto, que la población con diversidad supone el 10% de toda la población. El hecho de que menos de que tengan un peso menor al 2% en los campus españoles es mejorable.

Es uno de los datos registrados en el IV Estudio sobre el grado de inclusión del sistema universitario español respecto de la realidad de la discapacidad elaborado por la Fundación Universia en colaboración con la Fundación ONCE, Cermi y el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social.

El informe se ha elaborado recogiendo información de 72 universidades públicas y privadas de todo el Estado (la mayor muestra desde que comenzaron a hacerlo) y con entrevistas online a 1.72o estudiantes con diversidad funcional.

Retos

Además de recoger una gran cantidad de información sobre la situación de la diversidad en las universidades, cuántas personas con diversidad funcional trabajan o estudian en los campues españoles, el informe también se detiene en información sobre la percepción que tiene el estudiantado sobre su paso por las facultades.

Entre los retos que señalan se encuentra una mayor normalización de su presencia en las aulas, pero no solo. Además de reclamar una mayor y mejor información y formación de los docentes sobre su alumnado con diversidad, chicas y chicos también señalan la necesidad de que el resto de compañeras y compañeros les trate como iguales. El informe recoge algunos testimonios de personas que han pasado o están ahora mismo en los campus: “Más empatía por parte de las personas”; “Concienciar a los profesores de la universidad de que no todas las discapacidades tienen que notarse a primera vista. Y que si una persona tiene reconocida una discapacidad es porque su historial ha pasado por una seria de evaluaciones por parte de organismos correspondientes”. “Que consideraran que la carga de trabajo para mí no puede ser igual que para el resto de mis compañeros, pero les da igual tanto a profesores como rectorado como administración”.

“Es preocupante, decía Pilar Villarino, directora técnica de CERMI, esta percepción que tienen los estudiantes sobre el estigma social, que son ciudadanos de segunda. Reclamamos una toma de conciencia real”.

A esto se suma otro reto de la inclusión más allá de los estudios y que tiene que ver con la participación de las personas con diversidad en la vida de los centros de estudios. Algo que va desde su presencia en los órganos de gobierno de las universidades hasta la posibilidad de acudir a actividades de ocio y deporte adaptadas dentro del campus.

Aunque las universidades han trabajado mucho para mejorar la accesibilidad, al menos en cuanto a barreras físicas, todavía quedan elementos que dificultan el paso y evolución de las personas con diversidad por las aulas. Desde más y mejores adaptaciones tanto de materiales como de evaluaciones, como más becas y ayudas hasta más apoyo para la inserción laboral.

El sesgo de género también apunta. Mientras que entre la población ‘general’, las alumnas suponen aproximadamente el 60% de las estudiantes universitarias, en el caso de las compañeras con discapacidad, ellas son algo menos de la mitad. Entre las causas, según apuntaba en la presentación Pilar Villarino, se encuentra un mayor nivel de abandono escolar en la secundaria de las chicas frente a los chicos.

Para Isabel Martínez Lozano, de Fundación ONCE, efectivamente es necesario mejorar el acceso a la universidad  dado que hay una mayoría estudiantil que no pasa de la secundaria. Es necesario apostar por la educación inclusiva; “debe mejorar en primaria, en ESO y secundaria”

La experta señaló que la nueva legislatura es buen momento para acometer mejoras en la inclusión del alumnado con diversidad en la universidad dado el anuncio del presidente Pedro Sánchez de su intención de redactar una nueva ley de univeridades. Según Martínez Lozano, con la nueva ley “deben darse pasos más ambiciosos”.

Fuente e imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/05/10/el-reto-de-estudiar-en-la-universidad-teniendo-diversidad-funcional/

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