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Educación sexual y anticonceptivos gratis para frenar embarazo precoz en Venezuela

Por: france24.com

«¡No estás embarazada!»: Deiglis respira aliviada al escuchar la noticia. Tiene 17 años y ya es madre de una bebé de cinco meses. Otro hijo no está en sus planes pero no tiene dinero para comprar anticonceptivos, impagables para la mayoría en Venezuela.

El embarazo precoz en este país viene de la mano de la pobreza, disparada por la crisis. En barriadas y pueblos rurales es cada vez más común ante la ausencia de educación sexual y reproductiva, y mucho menos dotación pública de métodos de contracepción.

Deiglis, por ejemplo, tomó tres buses para llegar al ambulatorio de la ONG Médicos Sin Fronteras en la localidad de Vidoño (Azoátegui, este) para recibir de forma gratuita un implante hormonal subcutáneo, que la protege de otro embarazo por cinco años.

«No tengo dinero para comprar uno, es muy caro», dice a la AFP esta chica entre dientes -el tratamiento cuesta en el mercado 10 dólares, cuatro veces el sueldo mínimo.

El ambulatorio «Amigos para la salud», manejado en su totalidad por MSF, se enfoca principalmente en jóvenes vulnerables como Deiglis.

«Disponemos de cinco métodos anticonceptivos: condón femenino, condón masculino, tabletas combinadas, inyecciones de progesterona y los implantes, que tienen una duración de cinco años», detalla Lucía Brum, referente médica de MSF.

– «Bastantes adolescentes» –

Para recibir el dispositivo, Deiglis se somete a una prueba rápida para descartar un nuevo embarazo.

Es un requisito obligatorio porque en Venezuela el aborto es ilegal y solo está permitido si es indispensable para salvar la vida de la madre. Las penas por esta práctica van de seis meses a dos años de prisión.

«¿Tu última relación sexual fue con o sin protección?», pregunta la enfermera Érika Fernández con tono maternal mientras toma la historia de Deiglis, que responde en voz baja.

«Es fuerte, me impresiona mucho las menores de edad», dice la enfermera de 41 años, que no puede contener las lágrimas cuando habla de las niñas embarazadas que acuden a este ambulatorio, construido sobre una pequeña colina rodeada de árboles frutales.

«Son tratamientos sumamente costosos, la gran mayoría que nos llega nos refieren que no tienen dinero para comprar ningún tratamiento de estos», explica.

El poder adquisitivo se desvaneció en Venezuela, país que transita su octavo año de recesión y cuarto de hiperinflación, donde el dólar se ha impuesto como moneda de facto.

Una caja de tabletas anticonceptivas oscila entre 10 y 25 dólares, mientras que una inyección ronda los 11 dólares, montos a los que muchos no llegan con el trabajo de un mes.

«O como o compro mi método anticonceptivo», dice María Caraballo, una maestra de secundaria de 26 años, madre de un bebé de ocho meses y que recibe una inyección cada tres meses para evitar una nueva concepción.

En su aula, cuenta, ha visto «bastantes adolescentes de 13, 14 años embarazadas». «A muchos padres les da pena sentarse a hablar con sus hijos», sostiene Caraballo, que además de la inyección recibe cuatro preservativos para su esposo.

Magdymar León, coordinadora de la Asociación Venezolana para una Educación Sexual Alternativa (Avesa), sostiene que un sondeo hecho entre octubre y diciembre de 2020 por la ONG reveló que un 60% de las niñas encuestadas respondió que su información sobre métodos anticonceptivos «era nula».

– «Mucha ayuda» –

El presidente Nicolás Maduro ha reconocido que existe un «problema» con el embarazo precoz, aunque no se divulgan cifras oficiales sobre este fenómeno.

Un informe del Fondo de Población de la ONU, publicado en 2019 con datos oficiales, habla de 95 nacimientos por cada 1.000 de madres adolescentes de entre 15 y 19 años.

«Para 2019 se ubica como el tercer país con mayor tasa de fecundidad adolescente sólo detrás de Ecuador (111) y Honduras (103), y muy por encima del promedio regional (62)», señala el texto.

Y la alarmante estadística responde principalmente a la falta de educación sexual, una constante en las jóvenes que atiende la enfermera Fernández, quien viste guantes, tapaboca, bata y gorro quirúrgicos para protegerse del covid-19.

De las más de 10.082 consultas de salud sexual y reproductiva atendidas por «Amigos para la salud» en 2020, 30% involucraron a adolescentes.

Las embarazadas adolescentes «requieren de mucha ayuda», explica. «Tengo que pasar a su madre» a la consulta, «se orienta a la mamá y la hija».

El ambulatorio a veces no se da abasto con los pacientes que llegan de poblaciones vecinas, prueba de los problemas de atención en el sistema público de salud, colapsado por la pandemia.

«Cerca de donde yo vivo no atendían mucho a las embarazadas», señala Deiglis, que llegó a «Amigos para la salud» por recomendación de amigas y sale ya con su implante. «No hay trabajo para mantener a otro niño».

https://www.france24.com/es/minuto-a-minuto/20210503-educaci%C3%B3n-sexual-y-anticonceptivos-gratis-para-frenar-embarazo-precoz-en-venezuela

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Venezuela – El desafío de Alternativa Popular Revolucionaria.

Por: Luis Bonilla Molina

Introducción

En el año 2020, en medio de la pandemia del COVID-19, se realizaron en Venezuela elecciones para renovar los curules de la Asamblea Nacional. Estas elecciones se efectuaron en medio de unas condiciones materiales especialmente difíciles. Por un lado, las criminales medidas coercitivas sobre el comercio internacional venezolano afectaron todos los ámbitos de la vida nacional, generando un deterioro sin precedentes en las condiciones de vida de la clase trabajadora. Por otro lado, la pérdida de calidad revolucionaria de las políticas públicas entraban abiertamente en contraste con las exigencias populares; salarios por debajo de los cinco dólares mensuales, suspensión de los procesos de contratación colectiva, hiperinflación de más de cuatro dígitos, mega devaluación de la moneda nacional, explosión del proceso migratorio por razones económicas, deterioro significativo de los servicios públicos, eran solo algunos de los elementos que determinaban la vida de obreros, empleados públicos y trabajadores informales.

Paradójicamente, las protestas populares declinaron en medio de una creciente deriva autoritaria del gobierno, soportada en una narrativa de unidad nacional para enfrentar la agresión imperialista. Se vivía un capítulo oscuro en el proceso bolivariano ante la detención y enjuiciamiento de dirigentes obreros, muchos de ellos con una larga tradición clasista. La criminalización de la disidencia le robaba el aroma libertario del proceso constituyente de 1999, algo que había tenido antecedentes durante estos veinte años, pero nunca de estas dimensiones.

Esto tenía un correlato en las relaciones entre los partidos del llamado Gran Polo Patriótico (GPP). El Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), organización creada por Hugo Chávez, siempre había mantenido una relación tensa con los restantes partidos políticos del GPP, que se había resuelto casi siempre con acuerdos burocráticos para preservar la unidad. Sin embargo, desde el año 2018 las relaciones al interior del GPP se habían tornado especialmente tensas, debido a las crecientes exigencias de las bases de los partidos políticos de esta alianza (alternativa), para una vuelta a la ruta socialista, revolucionaria y popular del proceso bolivariano y, el abandono del giro de conciliación de clases, así como el freno a la creciente dependencia con las políticas imperiales rusa y china. La falta de diálogo constructivo aceleró el distanciamiento y creó las condiciones para el surgimiento de dos bloques dentro del proceso bolivariano.

Esto no niega la existencia de movimiento social que pugna por zafarse de la polarización ni la existencia efímera de opciones políticas que llaman a conformar un tercer polo. Ciertamente hay una nueva situación política dentro del campo chavista desde el año 2020.

La nueva situación política venezolana demanda una discusión profunda de la izquierda latinoamericana y mundial, que permita actuar como factores de unidad revolucionaria que impulsen el retomar el camino constituyente, la ruta anticapitalista y tomen distancia del neoliberalismo con discurso progresista. No es momento de discursos que justifiquen ni la claudicación de clases ni el aventurerismo ultra izquierdista.

2. Mapa de actores

Se suele hacer política desde los intereses subalternos, las vísceras o las ideas perfectas descontextualizadas de la realidad. Por ello nos parece importante hacer un inventario de las tensiones en proceso bolivariano para poder entender porque surge la Alternativa Popular Revolucionaria (APR) y porque se considera que es el polo progresivo actual. Las correlaciones de fuerza y alineamientos han variado de manera sensible durante los últimos dos años. Por ello, urge una revisión y valoración actualizada de los actores políticos para ver las posibilidades reales de una resignficación del proceso Bolivariano o el terrible posicionamiento de nuevas variantes neoliberales.

Las derechas

En Venezuela las derechas han pasado de ser proyectos políticos vinculados a la agenda neoliberal, a convertirse bien en simples operadores de los dictados del imperio norteamericano y las naciones imperialistas europeas o, en sectores pragmáticos que sobreviven de las dádivas del gobierno venezolano a la espera de que surja una “nueva situación política”.

Los partidos políticos de derecha han perdido toda conexión con el movimiento de masas y tienen una limitada capacidad de movilización circunscrita a centenares de militantes altamente ideologizados, sectarios y confrontados entre sí.

Los cuatro bloques de la derecha están liderados por Juan Guaido, Capriles Radonski, Henry Ramos Allup y María Corina Machado, están estructuralmente divididos por el oscuro manejo del financiamiento obtenido del Grupo de Lima y el asalto a las finanzas petroleras venezolanas en el exterior.

La judicialización y colocación de directivas Ad Hoc por parte del Tribunal Supremo de Justicia ha dejado a los partidos políticos Acción Democrática, Primero justicia y Voluntad Popular en una situación de ilegalidad que les genera mayor dispersión e incapacidad de actuación en el terreno de la acción política.

Surge una nueva derecha dependiente del ejecutivo nacional, con representación en el parlamento, que contribuye a la confusión y el desánimo de las bases de ese sector. El gobierno de Maduro ha logrado limitar a su mínima expresión a la derecha política, quien asfixiada solo le queda apelar a una resolución de la situación venezolana mediante invasión imperialista foránea o una operación militar relámpago. En ese sentido, los restos de la derecha venezolana se convierten en un sector que está en la mira de opciones proclives al aventurerismo militar.

Por supuesto que esto no descarta cualquier modelo de reagrupamiento político que reconecte a la derecha con alguna capacidad de movilización real, pero eso no se ve claramente en el futuro inmediato.

El PSUV y el GPP

El PSUV nunca ha sido un partido político en los términos clásicos. Ha sido más bien una maquinaria política del gobierno, tanto en el periodo de Chávez como en el de Maduro. A pesar que realiza sus congresos y elige sus autoridades por procedimientos sui generis, en realidad el PSUV es una maquinaria electoral, para la organización de la agenda social gubernamental y de control del movimiento social.

Sin embargo, el PSUV es el partido más grande de Venezuela con una base social popular muy importante, algo que le falta al esto de organizaciones. Ha logrado construir un tejido social alrededor de las premisas de la agenda social bolivariana inicial y de unidad contra la intervención norteamericana. No obstante, su militancia ha desarrollado una cultura de postergar la crítica a la burocratización y la deriva neoliberal en tanto se mantenga la amenaza norteamericana. Esto lo ha llevado a desarrollar los cimientos de un policlasismo que no tenía en sus orígenes.

El PSUV ha expresado los equilibrios internos del gobierno, tanto en el pasado como en el presente. La visión de Chávez sobre las características de la alianza cívico-militar determinaron su composición durante años y, en el nuevo periodo de la alianza militar-cívica de Maduro ha construido nuevos equilibrios que dejaron por fuera a actores que no tenían tras de sí influencia real o no compartían el giro de conciliación de clases. El PSUV pasó de una lógica de estructuración donde el centro era Chávez, a un modelo de correlaciones contingentes al estilo del sindicalismo burocrático latinoamericano.

Muchos de los partidos políticos del GPP tienen origen en el proceso Bolivariano, ya sea por rupturas previas o por organización durante el periodo chavista; sin embargo, otros como el Partido Comunista de Venezuela tienen una larga tradición, desde las primeras décadas del siglo XX, así como la experiencia del MRT o los Tupamaros se remonta a los ochenta de ese mismo siglo. El Partido Patria para Todos (PPT) viene de una ruptura con la Causa R precisamente en torno al apoyo a Chávez, mientras que partidos como el de Lina Ron o Nuevo Camino Revolucionario (NCR) se conformaron en medio del proceso Bolivariano. La lógica de funcionamiento de estos partidos, mucho más orgánica, aunque no siempre más democrática, distaba mucho del funcionamiento del PSUV. En consecuencia, nunca se lograron armonizar los mecanismos de funcionamiento y toma de decisiones del GPP; sin embargo, siempre se mantuvo la unidad por razones ideológicas y por el pragmatismo burocrático.

Mientras el PSUV está dirigido fundamentalmente por funcionarios públicos, ymilitantes vinculados a dinámicas gubernamentales, la presión popular de las bases por la rectificación del rumbo gubernamental de los últimos seis años ocurre allí en menor medida respecto a lo que ocurre en el PPT, PCV o Tupamaros; algunos opinan que es silenciada mediante el desarrollo de métodos poco democráticos de debate. La intensidad de las contradicciones por abajo respecto al giro político impuesto por la actual dirección política del proceso bolivariano, presiona de manera desigual a los distintos partidos del GPP.

La dramática situación del mundo del trabajo es resultante de la mayor de las hiperinflaciones conocida en el continente, que ha llevado a emitir billetes de medio millón y un millón de bolívares, así como a la incomparable devaluación de la moneda nacional respecto a otro momento histórico de la República, que se expresa en el hecho que hoy un dólar cueste más de dos millones de bolívares. Mientras esto ocurre, el salario mensual de un trabajador no logra alcanzar los diez dólares lanzando a la pobreza extrema a millones de personas en solo unos años. Todo ello genera una dinámica de cuestionamientos y distanciamientos sin precedentes de los sectores populares con la actual administración gubernamental. Esta presión por debajo logró ser contenida por las direcciones políticas del PPT, PCV, Tupamaros, entre otros en el periodo 2014-2018, pero se hizo insostenible entre el 2018-2020. El acuerdo firmado entre el PCV y el PSUV en 2018 en el cual el gobierno se comprometía a detener y retroceder en las medidas restauradoras que había implementado, resultó imposible de concretar por la agenda de restauración que adelanta el ejecutivo.

Por ello, los acuerdos de reparto de cargos para la asamblea Nacional del 2020 resultaban insuficientes para evitar un dislocamiento de estos partidos. El PCV, PPT, Tupamaros y otras organizaciones dentro y fuera del polo patriótico se van aproximando para la conformación de una alianza electoral social para las elecciones parlamentarias del 2020 que expresara las aspiraciones de sus bases. Esto generó la judicialización e intervención de las directivas y representación de partidos como el PPT, Tupamaros y otros, algo que no se pudo hacer con el PCV.

En la práctica el GPP está desaparecido como órgano de unidad y concertación; su existencia se limita a la formalidad de la conducción del PSUV y las representaciones ad hoc de franquicias vacías.

La APR

La decisión de conformar la Alternativa Popular Revolucionaria como un ensayo electoral unitario sin el PSUV, que fuera incluso más allá de la contienda parlamentaria, catapulta la crisis del GPP. A pesar de la judicialización de muchos partidos, la Alternativa Popular Revolucionaria continúa con candidatos de varias organizaciones, eso sí expresadas solo con la tarjeta del PCV, pero con el apoyo militante de las bases de los partidos intervenidos.

En unas elecciones tan particulares como las del 2020, realizadas en medio de la pandemia, el auge de las sanciones económicas internacionales, la política entre dos aguas del gobierno y la terrible crisis material de la clase trabajadora, la motivación para ir a votar era muy baja, aunque sorprendieron los números de votantes que concurrieron, según los anuncios finales hechos por el Consejo Nacional Electoral. Los resultados mostraron como se imponía, con más del 70%, la alianza del PSUV, mientras, queda en la calle la sensación era que la APR obtuvo más votos de los que aparecieron en el conteo final.

El Bloque oficial conformado por el PSUV, Tupamaro (intervenido), PPT (intervenido), Somos Venezuela, Podemos, MEP (dirección resultante de un litigio), Alianza para el Cambio y ORA obtuvo 68% de los votos, mientras los viejos partidos burgueses de AD-COPEI ahora con directivas cercanas al gobierno obtuvieron cerca del 20% de los votos. La APR con la única tarjeta válida del PCV obtuvo un solo escaño, alrededor del 3% de los votos, no obstante, logro motivar al llamado chavismo revolucionario disidente, una parte importante del mismo voto por la APR.

El precario resultado electoral de la APR desaceleró el proceso unitario y eclipsó parcialmente la potencia del agrupamiento por debajo que había generado en un primer momento. Desde diciembre de 2020 y hasta la fecha de escribir este artículo, la APR no recuperó la iniciativa y lo que si fue evidente fue un relanzamiento del PCV, no siempre con propaganda unitaria, sino fundamentalmente referenciada en su auto percepción de partido de la clase trabajadora.

Sin embargo, voceros del PCV y el PPT como Oscar Figueras y el Negro Rafael Uzcategui respectivamente, señalaron esta semana, que en abril se lanzará la convocatoria al Congreso Fundacional de la APR previsto para Julio de 2021, en una fecha en la cual justamente se calientan motores para una nueva contienda electoral local y regional.

La convocatoria al Congreso fundacional de la APR tiene el desafío de decidir si es una simple alianza de partidos con fines electorales, o se convierte en una plataforma amplia del movimiento social, individualidades, partidos políticos y agrupaciones políticas con actividad más allá de los límites de la democracia parlamentaria. Solo en este último caso se puede convertir en un factor dinamizador del espíritu revolucionario del proceso Bolivariano y los distintos factores del chavismo de base.

La APR es el factor más progresivo en la actual circunstancia del país, por lo cual resulta fundamental participar ampliamente en los debates de su congreso fundacional, las definiciones tácticas y su estrategia centrada en los intereses del mundo del trabajo contra el capital. Ello demanda romper con las definiciones panfletarias que lejos de sumar alejan a los sectores más progresista.

La APR tendría a mi juicio que abrir un debate sobre el ocaso del modelo petrolero mundial y su impacto en una economía alternativa nacional, la crisis ecológica y su expresión en la realidad nacional, la ofensiva neoliberal sobre la educación con expresiones muy concretas de neo privatización y estratificación social que vivimos a nivel mundial en el año 2020, la estrategia feminista y anti patriarcal, la problemática migratoria y el necesario regreso de millones de nacionales lo cual pasa por la recuperación de la economía nacional, entre otras agendas. La APR tiene que superar la propaganda ideológica y entrar en definiciones estructurales anticapitalistas contextualizadas en la realidad de la tercera década del siglo XXI.

La izquierda venezolana esta envejecida, con crisis de identidad rebelde y con grados de Alzheimer. La convocatoria a este Congreso Fundacional de la APR debe servir para relanzar la esperanza y la ilusión socialista y para retomar el camino anticapitalista por parte de amplios sectores del movimiento social. La revolución bolivariana no está muerta, la APR reúne lo mejor de los sueños insumisos del 27 de febrero de 1989.

El movimiento social

La tradición de una parte importante de la izquierda, considera al partido (su partido) como la síntesis de la verdad revolucionaria y ve al movimiento social como el frente de masas. Esto se ha materializado en prácticas de cooptación y pérdida de la autonomía del movimiento obrero y social en general.

En el caso de Venezuela esta tradición ha impedido, entre otros factores, construir una potente y revolucionaria coordinación de movimientos sociales, ni una confederación campesina o central de trabajadores clasista. La experiencia apunta a la construcción de un fuerte movimiento social autónomo en diálogo permanente con las representaciones políticas, pero no subordinada a su lógica de negociación y coaptación.

La Central Socialista Bolivariana de Trabajadores (CSBT) ha devenido en un enorme aparato burocrático de contención y control de luchas, en las antípodas de lo que sería un epicentro del combate y trabajo contra la lógica del capital en el mundo del trabajo.

Sin embargo, nada es solo blanco y negro. Así como al interior de la CSBT subsisten corrientes clasistas minoritarias y arrinconadas, en la calle están surgiendo importantes tejidos de insurgencia. El movimiento comunal, especialmente el larense, es muestra de ello, así como el incipiente movimiento magisterial de base. Las feministas de izquierda comienzan a mostrar un camino autónomo del movimiento anti patriarcal, así como el trabajo comunal en las grandes ciudades.

En la actualidad se gesta de manera subrepticia un movimiento que elude los aparatos de control del gobierno, desarrollando dinámicas de solidaridad y resistencia que hacen pensar en el emerger de un potente movimiento social en el mediano plazo.

Solo una parte de este movimiento social emergente está vinculado actualmente a la APR por lo cual resulta incierta su articulación real a esta nueva estructura. Seguramente ello dependerá de la amplitud y estilos de trabajo sobre los cuales se construyan los puentes entre uno y otro.

La inmensa mayoría del movimiento social actual es de izquierdas, ya que el movimiento estudiantil de derechas se ha visto muy golpeado por las dinámicas migratorias de los últimos años.

FANB

La Fuerza Armada Nacional Bolivariana constituye hoy el sector organizado hegemónico del proceso bolivariano. No existe asunto gubernamental en el cual la presencia militar no sea determinante. Esto constituye una fortaleza indudable para contener e impedir los intentos de agresión militar imperialista, a pesar que la estrategia militar Bolivariana de resistencia no ha logrado romper con la lógica cuartelaría ni entrado en un proceso constituyente en la toma de decisión. El sostenimiento de la clásica estructura jerárquica alimenta la visión autoritaria sobre la disidencia y la crítica.

Por otra parte, el discurso militar que justifica la alianza con China y Rusia, como parte del proceso de contención del imperialismo se convierte en una pérdida de soberanía y frena la radicalización del proceso, al no desarrollar las Fuerzas Armadas una estrategia de resistencia basada en el armamento popular y la disolución de los cuarteles en los barrios y comunidades.

Mientras los mandos medios y bases militares sufren los estragos de la actual situación material, la estructura jerárquica y disciplinar más vinculada a los beneficios de la burocracia, se convierte a su vez en un elemento para garantizar la unidad de mando.Venezuela804 dos

El protagonismo creciente de los militares y el giro hacia la alianza militar-civil, alimenta la visión corporativa de lo político y se convierte en un elemento que pareciera ser determinante en los próximos meses y años. La contradicción fundamental en este campo viene determinada por el origen popular de los mandos militares y las posibilidades rápidas de ascenso social que derivan del ejercicio del poder, en un Estado como el venezolano que sigue siendo burgués.

Sin embargo, la politización de las Fuerzas Armadas es un salto cualitativo históricamente hablando, que obliga a cualquier iniciativa política a contar con una línea de diálogo y trabajo con el sector militar.

Los ex funcionarios críticos

La prensa burguesa y sectores de la izquierda internacional han dado una exagerada visibilidad a la disidencia de antiguos altos funcionarios del gobierno bolivariano, habidas cuenta de su casi nula incidencia en lo social y lo súper estructural. Como es conocido con la llegada al poder de Nicolás Maduro, luego de la muerte de Hugo Chávez, se produce un desplazamiento de un sector de altos funcionarios que se habían convertido en caras conocidas por las rotaciones que habían tenido en múltiples cargos de alto nivel.

Algunos de ellos representaban el espíritu unitario inicial del proceso revolucionario, mientras otros formaban parte de la lista de empleados quienes jugaron un papel conservador en distintos momentos. Algunos de ellos se unieron a las voces de cuestionamiento y satanización al debate que en año 2009 se dio en el Centro Internacional Miranda sobre las luces y sombras del proceso Bolivariano y contra el híper liderazgo y ahora se presentan como paladines del pensamiento crítico. Otros en cambio que estuvieron en estas jornadas de crítica a la burocratización del proceso bolivariano forman parte de la disidencia de ex funcionarios gubernamentales claramente comprometidos con el proyecto bolivariano inicial. La inmensa mayoría son honestos y éticamente incuestionables, abiertamente diferenciados de quienes son ahora críticos porque perdieron la conexión con los negocios del estado, especialmente del sector petrolero.

Sin embargo, la verdad es que estos ex funcionarios tienen poca o nula capacidad de conexión con el movimiento social concreto. Por lo tanto, su accionar tiene una limitada incidencia en la construcción de correlaciones de fuerzas alternativas, salvo que se produzca una aproximación con el proceso de la APR; de hecho, algunos de ellos llamaron a votar por la APR en diciembre de 2020.

Los emigrantes

Quizá el sector que menos se suele valorar a la hora de hacer análisis y que puede ser determinante en el giro de los acontecimientos es el de los y las emigrantes, aquellos cientos de miles de nacionales que se han visto forzados a partir del país producto de la situación económica y el deterioro de las condiciones materiales de vida. Mientras la oposición habla de seis millones y el gobierno de dos millones lo cierto es que casi no existe un hogar del país que no cuente entre sus miembros a varios que hayan partido, sobre todo población joven.

Venezuela no tiene cultura de ver partir a los hijos en busca de sobrevivencia, cosa que muy pocas veces se logra, disparando las angustias y la rabia contra los factores que consideran desencadenantes de esta situación.Venezuela804 cuatro

Algunos regresan derrotados, para planear una nueva partida, la inmensa mayoría sobrevive fuera en condiciones peores que las de la clase trabajadora de esos países. Aún la izquierda latinoamericana no ha desarrollado una amplia campaña de solidaridad y acompañamiento a la migración venezolana lo cual contribuye a su derechización. El discurso de traidores para aquellos que se marchan en busca de salarios que les permitan cubrir sus necesidades básicas ha impactado en distintos niveles a la izquierda regional que no termina de entender lo que está ocurriendo en Venezuela.

En un país de aproximadamente 32 millones de habitantes y de seis millones de hogares, hablar de una cifra promedio de cuatro millones de migrantes implica referirse a un impacto directo en el imaginario y la conciencia política de más de la mitad de las familias del país.

Desde el proceso bolivariano no se ha construido un discurso que dé cuenta de una perspectiva revolucionaria del fenómeno. La migración puede convertirse en el campo de cultivo para la construcción de un discurso de derechas y base social para proyectos autoritarios en el corto plazo. Por ello, urge no solo abrir un debate al respecto sino el desarrollo de una campaña permanente de la izquierda latinoamericana para acompañar el respeto de los derechos y la inserción laboral de los migrantes venezolanos en los distintos países; esto jóvenes requieren llegar a la conciencia de clase desde el vínculo con sus luchas y no solo por el discurso.

Los sectores despolarizados y los despolitizados

Lo que ha crecido desde la crisis que se abre en el año 2014 con la caída de los precios del petróleo, la parálisis de la perspectiva revolucionaria del proceso y el ciclo restaurador, es la despolitización. Millones de nacionales comienzan a ver, como a finales de los ochenta y los noventa, a la política como un problema y no como una solución. La vuelta soterrada a la anti política se traduce en despolarización silenciosa, algo que puede eclosionar en cualquier momento, orientando el cambio en cualquier dirección.

La anti política tiene varios rostros, desde el asumir formalmente alguna narrativa para sobrevivir, hasta el hastío y refugio en nuevas formas de competencia desde abajo. Despolitización que actúa como un “sálvese quien pueda” que amenaza con eclipsar lo que se había avanzado las dos últimas décadas en tejido social solidario.

En un país donde el movimiento social es muy débil y fragmentado, donde la izquierda es superestructural y no ha logrado fusionarse con el movimiento de masas, la despolitización se convierte en el preludio de la búsqueda colectiva de nuevos caudillismos, incluso ubicados en las antípodas de lo que ha sido el actual liderazgo.

Romper con esta nueva despolitización desde la izquierda pasa por reconstruirse como organizaciones no solo desde la lógica militante sino fundamentalmente desde el movimiento social. No se trata de una reedición del moviementismo, sino de desarrollar la propuesta según la cual cada militante forme parte de una práctica social en curso, no como enclave sino como parte activa. Ello implica la superación de viejos arquetipos partidarios y la lógica de frentes de masas, algo que es más difícil decirlo que hacerlo.

La ultraizquierda

La ultra izquierda es terriblemente minoritaria, súper estructural y con limitada capacidad de autogestión. La izquierda radical que venía de una fuerte diáspora en los ochenta y los noventa del siglo XX, fue incapaz de aprovechar la situación revolucionaria abierta en 1998 para construir organización, tejido social, prensa y medios de comunicación alternativa.

La influencia de la ultra izquierda en gremios y sindicatos es muy débil, prácticamente inexistente en el movimiento indígena y campesino y recién aprendiendo del movimiento ecológico y feminista.

Salvo las excepciones de aporrea.org (2002-2021), otrasvoceseneducacion.org (2016-2021) e insisto-resisto (2021) no existen páginas web con capacidad de generar contenidos propios y expresar un movimiento concreto. Aún estas experiencias son muy limitadas en su radio de influencia.

Marea Socialista, PSL y LUCHAS, entre otros factores de ultra izquierda son muy débiles y fraccionadas. Otras izquierdas de tradición guevarista o nacional popular están en las mismas condiciones.

La posición de la ultra izquierda sobre la APR será fundamental para salir de su aislamiento y fraccionamiento, pero aún no está claro cuál será la posición de la mayoría de ellas. Solo LUCHAS ha expresado públicamente su intención de ser parte de la APR

La clase trabajadora

La situación de la clase trabajadora es dramática ya que no ha logrado construir un polo autónomo de referencia. Actualmente la clase trabajadora está en la peor situación desde las luchas de los años treinta del siglo XX, carente de organizaciones clasistas y con un marco institucional cada vez más cerrado. Las prácticas autoritarias, de judicialización y represión al sindicalismo clasista que se instrumentan desde el Ministerio del Trabajo, dificultan los esfuerzos de organización autónoma. A pesar de la destrucción del salario real y en las peores condiciones de trabajo imaginables, el movimiento de los y las trabajadoras no ha irrumpido aún en el escenario político.

Sin embargo, escamoteos, intentos aislados (petroleros, salud, magisterio, zona del hierro), un movimiento subterráneo de organización en curso, pudieran revertir esta situación. La lucha por un salario mínimo de 300 dólares mensuales, derecho a la sindicalización autónoma, la negociación colectiva, el fuero y la libertad sindical pueden contribuir a la activación del movimiento obrero. Sin embargo, una combinación de miedo y resignación a la situación de sobrevivencia hacen difícil esta tarea.Venezuela804 tres

3. El autismo político de una parte importante de la izquierda latinoamericana

Mientras esto ocurre se produce un deslave de los apoyos al gobierno bolivariano. Factores de izquierda anticapitalista que hasta hace poco daban un apoyo a la revolución bolivariana comienzan a distanciarse y conectarse con las nuevas formas de resistencia. Lo importante es que muchas de estas simpatías encuentran en la APR un vínculo de trabajo político, por lo cual se mantiene apoyo al proceso revolucionario bolivariano.

No obstante, persiste una izquierda acrítica que ha decidido acompañar todo lo que haga el gobierno, sin tomar en cuenta su impacto sobre el mundo del trabajo. Esta izquierda sin conexión con lo que ocurre en Venezuela, podría contribuir mucho más si mantuviera un apoyo a las luces y una crítica a las crecientes sombras de la acción gubernamental. Incluso así podría contribuir a la construcción de un frente revolucionario latinoamericano de cuestionamiento a las medidas coercitivas del imperialismo norteamericano, los imperialismos europeos y el grupo de Lima, que recorra el camino del acompañamiento a la profundización anticapitalista del proceso revolucionario venezolano.

El trabajo de la APR a nivel internacional se convierte clave en este sentido y ello demanda una política internacional de la APR que dé cuenta de la pluralidad de izquierdas que acompañan esta iniciativa. La mayor amplitud en la unidad de acción permitirá fortalecer nacional e internacionalmente a la APR como factor dinamizador del proceso revolucionario bolivariano. Allí el mayor desafío lo tiene el PCV, quien debe construir una lógica amplia de convergencia y derrotar los fantasmas del sectarismo.

4. La Alternativa Popular Revolucionaria (APR) en el escenario post electoral y la convocatoria a su Congreso Fundacional

La APR tiene una gran responsabilidad y posibilidad de convertirse en una opción revolucionaria plural, anticapitalista y revolucionaria de nuevo tipo. Pero dada la correlación de fuerzas que hemos expresado en el análisis de actores, esta no puede ser una organización contra el madurismo y sus claudicaciones, sino para empujar al chavismo de conjunto a la radicalización revolucionaria. En ese sentido debe tener la capacidad de superar la tentación de la política visceral y recuperar el horizonte estratégico. La APR puede generar una despolarización revolucionaria de la situación política venezolana.

Sin embargo, al PSUV no le conviene esta ruptura de la despolarización e intentará colocarle todos los obstáculos. Esta realidad “cantada de antemano” no puede conducir a la APR a centrarse en la mera confrontación al Madurismo olvidando la construcción unitaria en los territorios. La tarea central de la APR es trabajar por la unidad del campo Bolivariano. Unidad no romántica sino en pos de una agenda realmente anticapitalista

Por ello, la lucha contra las sanciones imperialistas y el bloqueo económico debe ser centrales en la recomposición de la unidad. No obstante, esto no implica ceder un ápice a la crítica contra la burocratización, la conciliación de clases y el autoritarismo contra los sectores populares y revolucionarios que actualmente adelante el gobierno. Eso sí construyendo organizaciones, mecanismos y lógicas de independencia de clase. Se trata de una tarea para nada fácil, en la actual coyuntura de la lucha de clases.

5. Retomar el camino de la organización autónoma del movimiento social y la izquierda anticapitalista

La tarea central de la APR es la de acumular fuerzas, en una correlación de fuerzas tan compleja como la que describimos. No se acumula fuerzas con la conciliación, pero tampoco con el enfrentamiento estéril. Cada lucha, cada escenario debe ser construido con una propuesta clara pero también con una construcción sostenida en cada territorio.

Para concluir es necesario insistir en la tarea de convertir a cada militante anticapitalista en un artífice de nuevas experiencias de organización popular, comunitaria, de trabajadores y trabajadoras, feminista, ecológica. Ello pasa por reconstruir la cultura política de la izquierda venezolana

La APR no puede ser una suma de letras, eslogan ni personalidades sino la convergencia de organización de las resistencias anticapitalistas en la actual coyuntura. Si lo logra se estará salvando el futuro de la revolución Bolivariana.

Un desafío solo posible entenderlo y emprenderlo en clave anticapitalista del siglo XXI.

Fuente e Imagen: https://correspondenciadeprensa.com/?p=17991

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Educación para abrir oportunidades

Por: Roberto Patiño

Hace más de tres años, Alimenta la Solidaridad amplió su horizonte de trabajo en las comunidades donde hacen vida sus comedores y emprendimos un esfuerzo para apoyar el proceso educativo formal de los niños que a ellos asisten.

Lo que comenzó siendo un programa de apoyo educativo, desde experiencias lúdicas de aprendizaje, tuvo que evolucionar –dadas las deficiencias educativas que percibimos en los niños y jóvenes– hacia un proyecto de formación más amplio, dirigido a los padres, con el fin de apuntalar y llenar los vacíos pedagógicos que dejaban, como una estela de inequidades, las ruinas de la educación formal en nuestro país.

En Venezuela, mucho antes de la pandemia, estábamos frente a los restos de un sistema educativo caracterizado por el abandono de las instalaciones educativas, la falta de profesionales capacitados (quienes cambiaron de oficio o huyeron a otras geografías de mayor esperanza) y la persistencia de contenidos desactualizados y estrategias pedagógicas con escasa incidencia sobre los niños y jóvenes.

En la actualidad bajo los rigores de la pandemia, el colapso de los servicios públicos y de la crisis económica, la situación es mucho más compleja, lo que nos convoca a sumarnos en el esfuerzo de pensar y actuar desde estrategias educativas que eviten que las nuevas generaciones de venezolanos pierdan el camino de oportunidades que ofrece la educación.

En Alimenta la Solidaridad seguimos apoyando el trabajo que llevan adelante las llamadas “madres educadoras”, un grupo de más de 105  líderes comunitarias, formadas con herramientas pedagógicas y contenidos educativos que hacen un esfuerzo por garantizar un espacio seguro de aprendizaje para educar con amor, alegría y lograr una Venezuela solidaria, productiva y democrática. Es un aporte real, en medio de la crisis, que aspira reconstruir los hilos de una sociedad educadora que brinde oportunidades para todos.

El esfuerzo de estos padres no puede sustituir la responsabilidad que tiene el Estado sobre la situación educativa en el país, ningún programa, ningún esfuerzo organizativo de base, por más democrático e inclusivo que sea, puede ocupar el lugar de la educación formal en Venezuela.

Es el momento en el cual el régimen debe asumir los fracasos en la gestión educativa, tiene que divulgar los verdaderos datos de cobertura y calidad en la enseñanza, debe reconocer el fracaso de la educación a distancia que intentaron hacer durante la pandemia, tiene que corregir el error que representa el haber acabado con el sistema de méritos académicos para aprobar cada curso. En definitiva, le corresponde hacer un franco reconocimiento de la crisis en este sector y tender puentes con todos los sectores que puedan prestar apoyo ante la emergencia educativa que vive Venezuela.

La educación, insistimos, es el único camino de oportunidades para los venezolanos y, desde estas líneas queremos agradecer a todos quienes persisten en este esfuerzo.

Fuente e Imagen: https://www.elnacional.com/opinion/educacion-para-abrir-oportunidades/

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Venezuela suscribe convenio macro cooperación universidades con Irán

América del Sur/Venezuela/02-04-2021/Autor(a) y Fuente: ultimasnoticias.com.ve

Este miércoles se llevó a cabo el acto de Suscripción del Convenio Marco de Cooperación Interinstitucional entre la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV) y la Universidad Internacional Al-Mustafa de la República Islámica de Irán.

El acuerdo contempla modalidades de cooperación como el intercambio de estudiantes de pregrado y postgrado, profesores, investigadores, científicos y otras áreas de la educación universitaria, refiere VTV.

La información la dio a conocer el ministro del Poder Popular para la Educación Universitaria, César Trómpiz en un mensaje publicado en su cuenta de la red Instagram donde destacó que durante la actividad estuvo acompañado por el embajador del país persa en nuestro país, Hojjatollah Soltani.

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En torno a la autonomia universitaria como figura jurídico organizativa

Por: Heriberto Rivera

Referirse a un tema tan controversial como lo es la autonomía universitaria es  como remover una gran piedra para allanar en sus profundidades, es buscar las verdades que no siempre se ven a simple vista.; tan cierto  como muchos de quienes en su época de estudiantes fueron gladiadores de las luchas estudiantes  por la autonomía serian mas adelante, personajes notables en la vida publica, altos funcionarios o dirigentes universitarios. También permite visualizar que la dialéctica política siempre ha estado presente en el proceso autonomista universitaria.

Las crisis universitarias y las crisis políticas del país siempre han generado profunda contradicciones sobre la autonomía. A lo largo de esas discusiones hay quienes siempre  se han abocado en “poner  en manos de los propios universitarios su institución”; siendo ésta   una posición temeraria que significaría radicalizar la autonomía, llevándola a un extremo que podría conspirar contra la vida misma de la institución, trayendo graves consecuencias para su permanencia y al acecho de las pretensiones de los mercantilistas de la educación.

Entender la autonomía universitaria como renuncia al subsidio del Estado seria una impertinencia conceptual y material  de considerar que el poder publico no está obligado a sostener a la Universidad bajo el pretexto de la autonomía.

Otros autores de manera interesada la atribuyen  al  concepto cierto  poder, refiriéndose  al poder de autonomía como  “un poder jurídico característico, atribuido por la norma”.

Según el articulo “El concepto de autonomía universitaria” (1971), este poder, estando atribuido por una norma constitucional o legal, según los casos se nos presenta como contrapuesto a la soberanía que es un poder originario, fuente primaria de toda normación. La autonomía no tiene pues otro título de legitimidad que el que le confiere la norma, fuera de la cual desaparece el poder autonómico para convertirse en ilicitud.

Para el autor del precitado artículo, la autonomía es un concepto abstracto cuya determinación únicamente puede hacerse enumerando las distintas clases de autonomía que concretamente contiene.  Por ello, según manifiesta el autor  que “aun no existiendo un concepto concluyente de autonomía -expresa el administrativista italiano M. S. Giannini- sí existen distintos conceptos y nociones evidentemente diferenciados que reciben calificación de un adjetivo añadido al término, tal como autonomía normativa, autonomía organizativa, autonomía técnica, autonomía  dispositiva, autonomía financiera, autonomía contable. etc.”. En puridad se trata de especies de autonomía y por tanto así habrían de denominarse.

En el caso de las universidades, estas gozan de un régimen de autonomía normativa la  cual consiste  en la capacidad de crear preceptos de Derecho objetivo, válidos en el conjunto del Ordenamiento Jurídico del Estado. Empero, como es obvio, la función normativa autónoma está circunscrita a aquellas materias que le han sido especialmente asignadas (ámbito de la normación). Dicho de otra manera, la autonomía normativa presupone una regla atributiva superior -la Constitución o la Ley- que determina la órbita otorgada o cedida. Entonces es en esta parcela o ámbito de la normación donde tienen validez las normas autónomas para que así lleguen a formar parte del Ordenamiento Jurídico del Estado.

En cuanto al perfil de la autonomía la elaboración del concepto de autonomía confronta una primera dificultad con el empleo de su propio nombre. En efecto, tal vocablo, que procede del léxico jurídico, ha desbordado su recipiente originario sin que el recuerdo de su procedencia, es decir, su etimología, contribuya a proporcionar ahora su exacto significado.

En un artículo intitulado  “Autonomía Universitaria” afirma que   el vocablo autonomía se ha hecho tan equívoco que sirve para designar una variedad de cosas pertenecientes a diversos órdenes. Así, Por ejemplo, en Filosofía se considera que ciertas esferas de la realidad son autónomas de otras, a lo cual se denomina autonomía ontològica, afirmándose asimismo que la autonomía moral rige frente a la heteronomía del Derecho. La mecánica cuenta con motores autónomos e inclusive en la aeronáutica se habla de una autonomía de vuelo. Pero aún en la propia Ciencia jurídica existen, tanto autonomías públicas de diversas clases, como la autonomía de la voluntad que es el fundamento del Derecho Privado (Revista del Colegio de Abogados del Distrito Federal, 1971).

El concepto se ha elaborado finalmente con toda precisión, lo que permite diferenciarlo de otros limítrofes, sin confundir entonces la auténtica autonomía, ni con autogobierno o “selfgovemment”, ni con soberanía, ni con autarquía ni con delegación funcional.

La autonomía propiamente dicha no es ni más ni menos que una figura jurídico-organizativa, es decir, con dos componentes. Hay unas exigencias de la organización para que cada una de las partes integrantes se encuentre funcionalmente correlacionada con la estructura total. Mas también el Ordenamiento Jurídico cuenta con un poder organizativo, mediante el cual se distribuyen atribuciones y competencias entre las distintas figuras jurídicas subjetivas de la organización.

Pues bien, la autonomía es una manera típica de organizar con una tendencia descentralizadora o desconcentrada, según los casos, que puede adoptar tanto el Estado como cualquier otra entidad jurídica.

Así el Estado con todo su poder adopta la autonomía de los Entes territoriales menores, dotados de autonomía política, como también, en otros términos, la de las Corporaciones e Instituciones.

Así también se puede afirmar que análogamente la Iglesia Católica está organizada con un sistema de autonomías que comprende a las Arquidiócesis, Diócesis, Vicariatos, Prefecturas Apostólicas y Prelaturas “nullius”, como a su vez las empresas mercantiles disponen de sucursales y filiales en cierto sentido autónomas respecto a su casa matriz. Semejante descripción de la figura jurídico-organizativa se ha utilizado para aproximarse al concepto de autonomía.

LA AUTONOMÍA NO ES AUTOGOBIERNO

Frecuentemente las palabras se utilizan en sentido figurado con lo que, al designarse una cosa por otra se acaba disolviendo la exactitud del concepto. No obstante, se trata de una licencia del lenguaje común, denominada tropo o metonimia, que permite poner en circulación palabras ilegítimas, como si se tratara de falsas monedas, admitidas a su pesar por un comercio tolerante. Esto es lo que sucede con la palabra Gobierno y Autogobierno, tan desfigurada por un uso vulgar que cada quien le da un significado convencional, el que mejor le cuadre, el que mejor le parezca.

 Ahora, estrictamente hablando, en términos históricos y técnicos, el auto gobierno, o gobierno por sí mismo, no es otra cosa que el famoso “selfgovemment” inglés que atribuía a las Corporaciones locales (Burgos y Condados) todos los poderes, exceptuando las prerrogativas de la Corona {“government prerrogative”).

La autonomía universitaria debe ser un propósito ampliamente compartido  es decir, algo que la defina por lo sustantivo del saber, para diferenciarla de un grupo de presión, de un sindicato de intereses, de una liga política o de una secta ideológica. La universidad independiente mente de su estatus debe cumplir su alta misión para la cual fue creada.

REFERENCIA:

El concepto de autonomía universitaria  en Revista del Colegio de Abogados del Distrito Federal N ° 140, Caracas, (Julio- Diciembre) 1971, pp 11 a 36. Recuperado de www.derechoadministrativoucv.com.ve

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Istúriz: Más de 8 millones de personas apoyó la educación a distancia. Venezuela

América del Sur/Venezuela/26-03-2021/Autora: /Fuente: ultimasnoticias.com.ve

Este jueves el ministro del Poder Popular para la Educación, Aristóbulo destacó este jueves que, al inicio de la pandemia del covid-19 en Venezuela, más de 8 millones de personas respaldaron que se realizaran las clases a distancia para resguardar a los estudiantes.

El titular para la cartera educativa del país resaltó que gracias a la plataforma del sistema Patria, se pudo consultar a la población para conocer su opinión sobre las medidas a tomar en materia educativa. Además, precisó que “participaron más de 12 millones de personas y más de 8 millones y medio nos dijeron que estaban de acuerdo con que fuéramos a la educación a distancia”.

Istúriz calificó de “exitosa” la experiencia de las clases a distancia, a un año de ejecutar el Plan Cada Familia una Escuela, método de estudio instruido por el Gobierno Nacional para continuar las clases en todos los niveles educativos y resguardar la salud del estudiantado.

En la jornada de trabajo presidida por el Jefe de Estado, Nicolás Maduro, el ministro Istúriz realizó una cronología de todos los desafíos superados para lograr que el plan de estudio a distancia sea un método íntegro y de calidad. “Hoy en día usted ve el programa y no se parece en nada al primer programa que hicimos en el sótano del ministerio (…) Con asesoría, las herramientas tecnológicas adecuadas hemos logrado producir un tremendo programa de televisión, tanto así que fue nominado a un premio en la televisora Latinoamericana como mejor programa educativo en pandemia”, especificó el ministro de educación.

Además aclaró que tuvo el respaldo de organismos como la Unicef y la Unesco, en que lograron complementar saberes y experiencias con otros países. ” Durante esos encuentros nos dimos cuenta que nos faltaba una importante herramienta comunicacional, la escrita. Entonces por las limitaciones con el papel periódico estamos sacando un contenido impreso bimensual, para todos los niveles”, explico El vicepresidente sectorial para Socialismo Social y Territorial.

Los maestros, el corazón de la educación a distancia

El titula para la educación reconoció la creatividad e innovación de los maestros del país, que en muchos casos no cuentan con las herramientas tecnológicas, por falta de luz o internet e igual se ingenian un plan para compartir el conocimiento necesario a sus estudiantes. Utiliza desde una curiara, hasta una bicicleta para recoger los trabajos de los muchachos, hacen carteleras, utilizan megáfonos. Estrategias pedagógicas que van más allá de la tecnología”, indicó.

Por otra parte especificó que cada estado del país ha sistematizado su experiencia según su propia realidad y contexto más allá de lo tecnológico. Cada región forjó una herramienta propia para transmitir sus saberes, y que gracias a la sistematización es posible compartirlo.

La calidad como premisa

Desde el gobierno nacional se mantiene la premisa de que la educación mantenga su nivel de calidad tanto en contenido como en metodología. Por ello se mantienen programas científicos que motivan a los jóvenes y a sus educadores a innovar, a crear, a vincularse con la pedagogía productiva, bajo la metodología robinsoniana, “aprender haciendo”, refirió Isturiz.

“Hacemos retos científicos, matemáticos, exposiciones culturales, investigaciones históricas. Todo en función de mantenernos en una educación liberadora, humana y científica”, concluyó

Fuente e Imagen: https://ultimasnoticias.com.ve/noticias/general/isturiz-mas-de-8-millones-de-personas-apoyo-la-educacion-a-distancia/

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El liderazgo femenino como potenciador del poder democrático en las comunidades

Por: Roberto Patiño

La presencia de la mujer es inseparable del trabajo que venimos desarrollando en Alimenta la Solidaridad y Caracas Mi Convive desde sus inicios. Muy temprano, cuando creamos el primer comedor de Alimenta la Solidaridad en La Vega, en el año 2016, fue evidente que el grueso de la participación de la comunidad se hacía cuerpo en un liderazgo femenino que asumía los objetivos de la organización como parte de un compromiso que era, a un mismo tiempo, personal y comunitario.

Cinco años después, con 240 comedores en 15 estados del país, 85% del voluntariado que da vida a Alimenta la Solidaridad, Caracas Mi Convive y Sustento está constituido por líderes que han desplegado un esfuerzo caracterizado por la transversalidad, el trabajo en redes y la articulación con sus vecinos.

Esta importancia de las mujeres en el trabajo en los sectores populares, que hoy recordamos durante la celebración del mes de la mujer, explica la razón por la cual pusimos en marcha el Programa de Liderazgo Femenino. Es evidente que todo proyecto de acción, cambio y mejora en la calidad vida en las comunidades, que aspire a conservarse en el tiempo y replicarse en todo el país, tiene que contar con un liderazgo femenino que sepa reconocerse como tal y que disponga, a través de este programa de formación, de las herramientas necesarias para su crecimiento.

Desde hace tres años, el Programa de Liderazgo Femenino ha venido acompañando a ese liderazgo natural que hay en los sectores populares, a través de herramientas de formación que les permite mejorar, potenciar y replicar el activismo comunitario al tiempo que ha sido parte del proceso de construcción y reconstrucción de buena parte del tejido social que se ha resquebrajado por la crisis y la erosión de las libertades políticas en Venezuela.

A lo largo de todos estos años que hemos compartido con nuestras líderes y con las profesionales que las acompañan en su proceso de formación, comprendimos que si hay algo que caracteriza al liderazgo femenino es su diversidad y su compromiso con la comunidad, entendida como una extensión de su propia vida doméstica. La mujer venezolana, cuando asume su rol de líder, cuando se empodera y toma conciencia de sus capacidades como activista y agente de cambio, se compromete en el servicio público con la misma lealtad con la que asume el trabajo por el bienestar de su familia, solo hay que dar oportunidades para que esta fuerza se despliegue.

El liderazgo femenino es diverso y complejo como lo es la vida en sociedad, y en ese trabajo por lo público se pone a prueba y ejercita las más profundas convicciones democráticas, al hacer del consenso, la resolución de conflictos y el trabajo en redes su mejor estrategia de lucha por una nueva Venezuela.

Estas nuevas generaciones de líderes mujeres, que apoyamos con firmeza desde Alimenta la Solidaridad y Caracas Mi Convive, a través del Programa de Liderazgo Femenino, son un reservorio de valores democráticos, de conciencia cívica, un lugar para el encuentro y el trabajo en redes, un espacio para el auto conocimiento y la reafirmación del compromiso por el cambio dentro de los valores de la solidaridad, el emprendimiento y la democracia.

n este mes se recuerda el esfuerzo por visibilizar las luchas ciudadanas en contra de las desigualdades de género y la violencia de género. En Venezuela aspiramos que el empoderamiento de la mujer se replique, extienda y multiplique por todo el país pues en ellas, nuestras líderes, se concentra buena parte de la fuerza que nos puede ayudar a hacer frente a la crisis y lograr el cambio que tanto necesitamos.

Fuente e Imagen: https://www.elnacional.com/opinion/el-liderazgo-femenino-como-potenciador-del-poder-democratico-en-las-comunidades/

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