Page 37 of 55
1 35 36 37 38 39 55

Socialización y violencia machista. leamos los datos, unamos los puntos y cambiemos el sistema.

Por: Alba Lara. El Diario de la Educación. 20/12/2017

Una de las primeras conclusiones mencionadas en el Barómetro 2017 del ProyectoScopio es que «el 87% de la población joven considera que la violencia de género es un problema social muy grave». El titular que los periódicos han publicado dice, en cambio, que: «El 27,4% de los jóvenes cree que la violencia de género es “normal” en la pareja». Las dos afirmaciones son correctas según el informe. Ambas sirven de ejemplo para recordarnos que los datos son delicados y que la decisión de destacar unos u otros, o de interpretarlos de una manera o de otra, puede condicionar nuestra visión de la realidad.

El objetivo del proyecto realizado por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción es «ampliar la información disponible sobre la juventud española acerca de elementos menos conocidos que no se encuentran sistematizados en otros indicadores existentes nacionales o europeos». Es una buena noticia que los resultados de un estudio así obtengan tanta atención de la prensa, pero cabe hacernos algunas preguntas sobre su cobertura. A la hora de escoger el titular, podríamos pensar en qué información beneficiaría más a la lucha por erradicar la violencia machista: ¿los datos que refuerzan el trabajo hecho hasta el momento en materia de sensibilización o los focos de resistencia que requieren más esfuerzo? ¿Cómo más puede la prensa contribuir al debate que afortunadamente abre el Barómetro?

Casi ningún medio incluye, en primer lugar, el enlace a la encuesta. Si la fuente de la información es tan accesible, ¿por qué no mencionarla? ¿Por qué no permitir que alguien pueda hacer su propia lectura de los datos y de la manera en que estos fueron recogidos?

Las noticias tampoco incluyen especificaciones de género que el informe sí proporciona, no presentan los datos segregados. Y, en este caso, esa diferencia aporta información relevante para el análisis. Las mujeres respondieron estar significativamente menos de acuerdo que los hombres con enunciados como «la violencia de género aumenta por la población inmigrante» o «es un tema que está politizado, se exagera mucho» o «aunque está mal, siempre ha existido. Es inevitable».

Estos datos deberían hacernos pensar en la posibilidad de que los hombres se sientan menos apelados como responsables de actos de violencia machista y la consideren un problema ajeno (inmigrantes, politización) o se muestren más cómodos con su aceptación como algo inherente a la sociedad y, por tanto, inmutable (siempre ha existido). Si hablamos simplemente de “los jóvenes”, estamos viendo una realidad sesgada.

Hace unos días, el Ministerio de Salud, Asuntos Sociales e Igualdad se vio obligado a retirar de la circulación unos carteles de su última campaña de concienciación sobre hábitos de consumo de alcohol de menores. Uno de los carteles presentaba la foto de un hombre adolescente acompañada de la frase «su consumo continuado ocasiona daños físicos y genera conflictos familiares». Otro retrataba a una mujer y advertía de que «tras su consumo, se constata un mayor número de relaciones sexuales sin protección o no consentidas».

En las redes sociales se llamó la atención sobre lo inapropiado de retratar al hombre como potencialmente violento y a la mujer como víctima posible, reafirmando estereotipos que ratifican subliminalmente ese aunque está mal, siempre ha existido. Es inevitable que aparece en la encuesta de ProyectoScopio. El alcohol, parece decir el anuncio, puede sacar la bestia que hay en ti si eres hombre. El mensaje que reciben las chicas es que son vulnerables y deben defenderse. ¿Tiene alguna relación la elección de estas frases con los resultados del Barómetro? ¿No son los resultados de la encuesta una consecuencia de la manera en que educamos a hombres y mujeres en nuestra sociedad?

Veamos otros ejemplos.

Las mujeres están mucho más de acuerdo con la importancia de «respetar las leyes», mientras que, sorprendentemente, los hombres responden con más frecuencia que están interesados por temas políticos. También son mayoría los hombres dentro del 20% de encuestados que se plantea la aceptabilidad o directamente rechaza que gais y lesbianas adopten un hijo. ¿No sería interesante también abrir con este punto el debate sobre la relación entre homofobia y violencia de género como síntomas de un mismo sistema?

Las mujeres se muestran menos de acuerdo con las prácticas que implican algún tipo de violencia, como romper señales de tráfico, maltratar a un detenido para conseguir información, enfrentarse violentamente a agentes de la policía, participar en acciones violentas de protesta ciudadana, etc. ¿Se educa a las mujeres para reprimir su rabia y su violencia? ¿Ocurre lo mismo con los hombres, que reconocen en mayor proporción haberse involucrado en conductas de riesgo como conducir bebido, habiendo consumido drogas o haber participado en peleas?

Las mujeres son mayoría al reconocer que subir fotos a las redes sociales, emborracharse, no usar preservativo (aunque también son mayoría afirmando que han mantenido relaciones sexuales sin usarlo), consumir drogas o conducir a mucha velocidad son comportamientos de riesgo que no obtienen suficiente compensación. ¿No podrían ser todos estos datos indicadores de que, una vez más, estamos educando a los hombres para excusar en la temeridad comportamientos peligrosos y a las mujeres para ser cautas, prudentes y en extremo responsables?

Las mujeres incluyen más entre sus valores la defensa de los animales, el apoyo a personas refugiadas y a las vulnerables en un sentido más amplio. Los hombres, por el contrario, coinciden en que les interesan temas como la defensa del medio ambiente, de la democracia, del orden y la seguridad o el crecimiento sostenible y los conflictos internacionales. ¿Seguimos educando a las mujeres para ser cuidadoras por norma? ¿Por qué estas respuestas sugieren que los ámbitos domésticos y de menor escala interesan más a las mujeres y, en cambio, la preocupación por los temas que afectan a las estructuras globales está más asociados con los hombres? ¿Esperamos cosas diferentes según el género de la persona a la que educamos conjuntamente madres, padres, docentes y sociedad al completo?

El 22,2% de las personas encuestadas que admite tener algún grado de acuerdo con la afirmación de que la violencia de género «es un tema politizado. Se exagera mucho» tiene razón. Pero no porque la violencia de género sea un tema banal, sino porque las decisiones institucionales, gubernamentales, policiales, jurídicas y culturales que vemos cada día son absolutamente políticas. Que una campaña para prevenir el consumo alcohol se enfoque en presentar a las mujeres como víctimas y a los hombres como agresores incontrolables es un acto político. Que una mujer sea asesinada después de haber denunciado a su expareja y de tener una orden de alejamiento, como ha sucedido recientemente en Elda, es un acto político y deja a la vista las débiles costuras de un sistema que pide a las mujeres que denuncien, pero que no les ofrece protección. Que una cuenta de guardias civiles tuitee cosas como «Tú cuida de tu mujer o de tu novia y mira a ver si dentro de 9 meses no te trae un regalito. Es lo que tiene que haya en Cataluña 7.000 compañeros guapetones y fornidos» es un acto político que pone de nuevo el cuerpo de la mujer como campo de batalla en el que se enfrentan las masculinidades. Que los patios de colegio estén frecuentemente ocupados por un campo de fútbol y a las mujeres les resulte más difícil hacer uso de ese espacio y deban conformarse con la charla y la inactividad en los recreos es un acto político.

No creo que ninguno de las informaciones que he mencionado más arriba pulule por el universo desconectada de las otras. Tenemos que agradecer el trabajo de ProyectoScopio y eso solo puede hacerse abriendo debates reales tras la lectura de sus datos. Reconociendo, de una vez por todas, que la violencia de género no ocurre solo en casos excepcionales ni se manifiesta únicamente en forma de violencia física o asesinatos.

Tenemos que plantear todos estos datos como indicadores de un mismo sistema y mostrar sus conexiones para poder acabar con él. Los datos, por sí solos, no cambian nada. Eso sí, tenemos tiempo para trabajar en su análisis, para actuar, para trabajar en conjunto para que los datos del Barómetro del próximo año nos muestren unos resultados aún más alentadores.

*Fuente: eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/11/27/socializacion-y-violencia-machista-leamos-los-datos-unamos-los-puntos-y-cambiemos-el-sistema/

Fotografía: Aquí Actualidad

Comparte este contenido:

Uruguay: Inmujeres «La ley integral contra la violencia de género marcará un antes y un después»

17 Diciembre 2017/Fuente y Autor: lr21

La directora de Inmujeres celebró la aprobación de la ley integral contra la violencia de género y consideró que será un ejemplo en América Latina.

Mariella Mazzotti, directora del Instituto Nacional de las Mujeres del Ministerio de Desarrollo Social, valoró la aprobación de la Ley Integral para Garantizar a las Mujeres una Vida libre de Violencia basada en Género ley que se alcanzó el pasado miércoles 13 de diciembre en el Parlamento tras años de tratamiento.

Señaló que desde Inmujeres ven “con regocijo”, la aprobación de la normativa que se elaboró en el marco Consejo Nacional Consultivo de Lucha contra la Violencia Doméstica —ámbito interistitucional con participación de distintos ministerios, la sociedad civil organizada y movimiento de mujeres— y “que tuvo muchos años de maduración, de elaboración”.

Mazzotti recordó que las propias organizaciones de mujeres planteaban en 2011/12 el que ley de violencia doméstica había cumplido su ciclo.

“Es una ley que va a ser un antes y un después para el tratamiento de la violencia de género en Uruguay y es una ley ejemplo en América Latina”, consideró.

En ese sentido dijo que Uruguay tomó cosas de leyes integrales de otros países y de la experiencia de su aplicación “entonces de alguna forma esta ley supera algunas dificultades que otros países han tenido”.

Norma integral

Ante las críticas por lo extenso de la ley recordó que “es una ley larga porque es integral que toma en cuanta las distintas dimensiones de la violencia de género —que es mucho mas que la violencia de pareja y expareja— toma las distintas dimensiones que una política integral tiene que desarrollar: la prevención, la promoción de derechos que tiene mucho que ver con la educación y con la cultura, con la comunicación, con el uso del tiempo libre, tiene también todo lo que es nivel de atención, de protección de acceso a la justicia y de reparación que está muy poco desarrollando en nuestro país”.

La norma reconoce la complejidad de la violencia de género que afrontan las mujeres de todas las edades y en diferentes ámbitos, ya que enumera los ataques físicos, psicológicos o emocionales, sexuales, por prejuicio hacia la orientación sexual, identidad de género o expresión de género, económicos, patrimoniales, simbólicos, obstétricos, laborales, políticos, mediáticos, femicidios y acosos sexuales callejeros, así como los lugares donde ocurre: doméstica, comunitaria e institucional, explicó la jerarca según cita Presidencia.

También quedan por ley reconocidos los derechos específicos de las víctimas: respeto a la dignidad, intimidad y autonomía, a la confidencialidad, a no ser sometidas a ninguna forma de discriminación, a recibir información clara y accesible, y a contar con protección y atención integral especializada así como a la reparación del daño.

“La ley da directrices concretas a los distintos organismos públicos sobre lo que tienen que hacer a esta materia, no es un problema que le toque a una sola institución o a un solo ministerio si no que se requiere la actuación conjunta de distintos dispositivos estatales además de la sociedad comprometida porque esto pasa en el día a día, pasa en ámbitos cotidianos, en la escuela, en el liceo, en la calle, en el trabajo en casa, entonces todos tenemos que estar concientes y prevenir y actuar”, expresó.

También recordó “trae normas muy importantes del código penal, fundamentalmente contra delitos sexuales que sufren niñas, niños y adolescentes, así que también marca una modificación de artículos del código penal que es muy importante”.

Consultada sobre las acciones que desde el Estado comenzarán a implementarse tras la aprobación de la ley destacó el buen desarrollo de la política a nivel de las tobilleras y dijo “tenemos que seguir creciendo en unidades especializadas y capacitando policías para la atención, el instituto de las mujeres y el instituto de la infancia y la adolescencia tenemos que tener más servicios de atención y de protección a niñas, niños y mujeres. También todo lo que es el cambio cultural, la actuación de la educación formal institucional y la no formal, la cultura, la comunicación, el manejo de la música, de las letras, del arte, de la recreación, del deporte todo eso tiene que ver muchísimo con la prevención de la violencia de género, eso hay que potenciarlo notoriamente y mejorar los mecanismos de reparación. Así que tenemos mucho para hacer”, afirmó.

Finalmente destacó la reestructuracion que la ley da a los juzgados de violencia doméstica, en juzgados de atención a la violencia de género “que va a permitir que un único juez vea la totalidad del caso, y actúe en distintas materias judiciales viendo la totalidad del caso lo penal, lo familiar, etc”. “Esto es bien importante porque le da un tratamiento único a la mujer, con único juez y en una única dependencia judicial”, concluyó.

Fuente de la noticia: http://www.lr21.com.uy/comunidad/1354340-inmujeres-ley-integral-violencia-genero-parlamento-mujeres

Fuente de la imagen: http://www.lr21.com.uy/wp-content/uploads/2017/12/inmujeres1.jp

Comparte este contenido:

México: La violencia de género enraizada en la educación

México/07 diciembre 2017/Fuente: Animal Político

Cada año, la violencia de género le roba a México mujeres que son agentes de cambio, lo que nos resta competitividad y erosiona la democracia que se construye con base en el respeto a los derechos humanos.

Como mujeres, la desigualdad de género tiene consecuencias graves en nuestra calidad de vida: disminuye nuestras expectativas de educación, afecta nuestro ejercicio en el ámbito profesional y laboral, daña nuestra salud y limita nuestra autonomía.

Recientemente, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dio a conocer el Sistema Integrado de Estadísticas sobre Violencia contra las Mujeres. Por primera vez, se incorporaron en un sólo lugar cifras de diversas fuentes sobre la situación de violencia contra las mujeres en el país, sus efectos y la forma en que las instituciones han atendido este problema. Si bien representa un logro importante en el acceso a la información también, demuestra un panorama desalentador.

La tragedia se vuelve aún más dramática cuando hablamos de menores de edad que sufren abusos en su entorno escolar. Una tercera parte de las adolescentes entre 15 y 17 años ha padecido violaciones de género en espacios educativos, seguido por el 29 % de jóvenes de 18 a 19 y el 28 % de 20 a 24 años[2]. Como consecuencia, la participación de las mujeres se ve mermada aumentando las probabilidades de que abandonen la escuela. Esto afecta el logro de las competencias esperadas al término de cada ciclo, disminuye su desempeño académico y daña de manera permanente su salud física y emocional.

El alcance y las formas de violencia en el entorno escolar deteriora uno de los espacios más importantes para el desarrollo pleno de la mujer. Empoderar a las niñas significa que en los núcleos sociales como la escuela, las autoridades sean capaces de garantizar confianza y seguridad para que se traduzcan en una mayor valoración de oportunidades para desempeñarse en cualquier ámbito.

Desafortunadamente, las limitantes de los gobiernos estatales y locales han dejado entrever su incapacidad para ofrecer entornos de aprendizaje seguros, pues en muchos casos las agresiones tienen lugar en baños, aulas, pasillos y alrededores del plantel, sitios que deberían contar con vigilancia constante. Tan sólo en los últimos 12 meses, las entidades con más registros de violencia escolar a mujeres de 15 años o más fueron Jalisco y Michoacán[3]. Además, por tipo de agresión, hasta 2006, Jalisco fue la entidad con más casos de violencia emocional, Oaxaca por violencia física y la Ciudad de México por violencia sexual.

Probablemente no. La violencia de género, particularmente en estados con tradiciones conservadoras, se agrava debido a los pocos sistemas que facilitan la denuncia y que protegen a las víctimas. Aunado a esto y dada la carga social del tema, la apertura para atender situaciones de agresión, acoso o violación se complica significativamente.

Al día de hoy, los esfuerzos son insuficientes y desarticulados. El sistema educativo no cuenta con protocolos claros para disminuir las cifras de violencia ni se advierte de rutas sobre qué están haciendo los gobiernos estatales y locales por instaurar sistemas de denuncia eficaces.

Es fundamental:

  1. Generar protocolos nacionales de prevención de la violencia de género que sean evaluados constantemente para garantizar su efectividad y que permitan medir el nivel de eficiencia de las prácticas de intervención.
  2. Crear sistemas de denuncia que cuenten con directrices específicas para las escuelas y que protejan a los denunciantes mediante la aplicación de leyes más robustas que no permitan la impunidad de los actos.
  3. Brindar asesoramiento a padres de familia sobre sistemas de alerta que les ayuden en la labor de detección de conductas de riesgo a edad temprana.
  4. Dar capacitación especializada a maestros, directores y supervisores. Cada uno deberá contar con información suficiente que les permita detectar oportunamente a víctimas y agresores, activar protocolos y acompañar el cumplimiento de normas y sanciones.
  5. Desarrollar evidencia de esfuerzos exitosos como guía en la prevención y erradicación de la violencia de género a fin de mejorar la calidad de educación en el país.

Para más información consulta el Sistema Integrado de Estadísticas sobre Violencia contra las Mujeres del INEGI aquí.

Fuente noticia: http://www.animalpolitico.com/blogueros-neoliberal-nel-liberal/2017/12/06/la-violencia-genero-enraizada-la-educacion/

Fuente imagen: http://aquijujuy.com.ar/download/multimedia.grande.8eb29e51c5725389.6e6f5f615f6c615f76696f6c656e6369615f576964655f6772616e64652e6a7067.jp

Comparte este contenido:

Contra la violencia de género más educación y menos culpabilización

Por: Inter Press Service

Sally Mboumien todavía recuerda vívidamente el día en que apretó una piedra ardiente contra su pecho. En Bawok, una comunidad del oeste de Camerún, donde se crió, es una práctica habitual aplanar los incipientes pechos de las niñas con una plancha o un martillo calentados con carbón encendido.

Siempre escuchó que era bueno para las niñas porque las mantenía a salvo de los hombres. Cuando tenía 11 años, Mboumien aprovechó un día en que su mamá estaba ausente visitando a unos parientes para plancharse los senos con una piedra ardiente.

La alta temperatura lastimó su fina y delicada piel dejándole cicatrices negras. El insoportable dolor quedó solapado por el miedo. Aterrorizada, la niña no le mostró las heridas a nadie ni a su propia madre.

“Los 16 días se dan en un contexto de indignación mundial por la violencia y el acoso sexual. Es hora de actuar y poner fin a la violencia contra las mujeres”: Nanette Braun.

“Solo fui una víctima de la ignorancia”, contó Mboumien, ahora una de las principales defensoras de los derechos de salud sexual y reproductiva de niñas y jóvenes.

El alisamiento o planchado de senos  afecta a unas 3,8 millones de mujeres en el mundo, en especial en Camerún, Benin, Costa de Marfil, Chad, Guinea-Bissau, Kenia, Togo, Zimbabwe y Guinea-Conakry, pero no solamente.

Además, es una de las cinco expresiones de violencia de género menos denunciadas, según la Organización de las Naciones Unidas.

Es una práctica que expone a las mujeres que la padecen a problemas de salud como infecciones, quistes, daños permanentes en el tejido, cáncer, además de, por supuesto, la completa desaparición de uno o ambos senos.

Pero también es una flagrante violación a la integridad y a los derechos físicos y sexuales de las niñas.

En el marco de la Campaña Naranja de ONU Mujeres, Mboumien, fundadora de Acción Común para el Desarrollo de Género, realiza una gira por su país sensibilizando sobre este tema.

La Campaña Naranja contribuye a promover los 16 días de activismo contra la violencia de género, desde el 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, hasta el 10 de este mes, Día de los Derechos Humanos.

El planchado de senos está realmente arraigado en muchas culturas locales, lo que la convierte en una costumbre difícil de erradicar.

Dignidad negada es violencia

A miles de kilómetros de donde está Mboumien, la defensora de los derechos de las niñas en el estado indio de Rajasthan, Bharti Singh Chauhan, también participa en la Campaña Naranja, en el marco de la cual se propone ver un filme.

En ese estado, casi 40 por ciento de las niñas se casan antes de los 18 años, lo que las aleja de la educación, en especial a las de las comunidades más marginadas. En ese contexto, ver una película es simbólico y, de hecho, un avance.

Su organización, Praveenlatha Sansthan, empodera a más de 100 adolescentes para que luchen contra el matrimonio infantil y el analfabetismo.

Las adolescentes procedentes de las familias más marginadas sufren distintos tipos de violencia como matrimonio infantil, abuso físico y psicológico, lo que repercute en su educación, pues abandonan la escuela de forma voluntaria o porque sus padres dejan de mandarlas.

La organización de Chauhan ayuda a las niñas a regresar a la escuela para que no caigan en el círculo de analfabetismo, pobreza, abuso y matrimonio precoz.

En ese contexto, ir al cine es todo menos trivial. De hecho, se sienten libres por un día.

“Las ayuda a salir de las cuatro paredes de donde viven, a olvidarse de sus dificultades cotidianas y a aprender algo de la película, en especial porque elegimos alguna que tengan un fuerte contenido social”, explicó.

“Por último, estar sentadas en una sala con otras personas, las ayuda a sentirse como debe ser: que no son menos que nadie y que tienen los mismos derechos que cualquiera”, añadió Chauhan.

En esta ocasión, vieron “Secret Superstar” (Estrella Secreta), un filme indio sobre una adolescente de familia musulmana que lucha por ser una estrella de rock, y como su padre se lo prohíbe, decide revelarse subiendo vídeos a YouTube.

“Queremos que las adolescentes crean en ellas mismas y en que pueden tener un sueño y alcanzarlo”, añadió.

Un mal común global

En todas partes del mundo las mujeres sufren acoso sexual y violación, golpes, violaciones de sus derechos humanos, pasando por la negación de sus derechos de salud, privacidad y libertad para elegir una pareja hasta el derecho a decir que no a los embarazados no deseados.

En el marco de los 16 días de la Campaña Naranja, muchas activistas y mujeres de a pie toman las calles para reclamar el fin de la violencia de género.

“El 3 de diciembre es el Día Internacional de las Personas con Discapacidad y aprovecharé esta oportunidad para hablar sobre ‘no dejar a nadie atrás’ y sobre la necesidad de garantizar una educación segura para todos”, recordó Celine Osukwu, quien aboga por los derechos de los discapacitados en la ciudad nigeriana de Abuya.

La maestra canadiense de Toronto, Tamarack Verall, de 68 años, también está entusiasmada de participar en la campaña, en el marco de la cual se reunirá con indígenas para trabajar sobre su derecho a un mundo libre de violencia.

La oficial de comunicaciones de ONU Mujeres, Nanette Braun, coincidió: “Los 16 días se dan en un contexto de indignación mundial por la violencia y el acoso sexual. Es hora de actuar y poner fin a la violencia contra las mujeres”, subrayó.

Educación, no condena

Activistas como Mboumian y Chauhan consideran que hay que aprovechar esta oportunidad para abogar por el fin de la violencia en todas sus formas.

“Para poner fin al ciclo de violencia, también hay que escolarizar a las niñas y darles la libertad que necesitan para alcanzar sus metas y que tengan la dignidad que se merecen para llevar una vida feliz”, subrayó Chauhan, quien recibió un premio de la Presidencia de India por su trabajo.

Por su parte Mboumien explicó que las campañas sociales de los países occidentales suelen ignorar las coyunturas locales y los contextos culturales de algunas prácticas violentas.

La violencia debe entenderse en el contexto local y los hombres deben involucrarse. La gente debe entender que la campaña no trata de matar tradiciones, sino de salvarlas para que no se vuelvan un instrumento desestabilizador de toda la sociedad.

Con el lema “No nos condenen, edúquennos”, Mboumien trata de difundir la idea de que la violencia de género no solo perjudica a un género, sino que debilita el tejido social e impide su avance.

“No creo en condenas. Condenar a una comunidad o a un grupo de personas por una práctica cultural no es la forma correcta de deshacerse de ella. Lo que necesitamos es que la gente comprenda por qué es mala, qué daños causa y buscar su colaboración para poner fin a una práctica dañina”, explicó.

Fuente: http://www.ipsnoticias.net/2017/12/contra-la-violencia-de-genero-mas-educacion-y-menos-culpabilizacion/

Comparte este contenido:

Los docentes son primordiales para toda respuesta eficaz a la violencia de género en el entorno escolar (Parte I)

UNESCO/ Autor: Informe GEM / Fuente: Blog de la Educación Mundial

La violencia escolar puede ser física, sicológica o sexual; puede tener lugar dentro de la escuela, en el camino entre la casa y la escuela o en el ciberespacio; y puede comprender acoso, castigos corporales, abuso verbal y emocional, intimidación, acoso y agresiones sexuales, actividad pandillera y la presencia de armas entre los alumnos. Entre los diversos factores que contribuyen a la violencia escolar dirigida a los niños y adolescentes, la dimensión de género es uno de los más destacados. La violencia de género afecta negativamente los resultados del aprendizaje. Esta es el primero de dos blogs que se publican como respaldo a la campaña de 16 días para acabar con la violencia.

Las escuelas no pueden aislarse socialmente de sus comunidades

Las ideas preponderantes pueden excusar a los chicos u hombres por sus manifestaciones de agresión, violencia, poder sexual y homofobia. Por el contrario, de las chicas y mujeres se espera deferencia a los hombres y chicos, sumisión y pasividad. Así pues, el comportamiento de los docentes puede ser un reflejo de los prejuicios que existen en las sociedades en un sentido más amplio. Por tanto, los docentes, tanto hombres como mujeres, necesitan formación para comprender y reconocer sus propias actitudes, percepciones y expectativas relacionadas con la cuestión de género, de tal forma que sus interacciones con los alumnos no influyan negativamente en las experiencias y logros del aprendizaje de los chicos y chicas. En Turquía, por ejemplo, un curso corto de formación de docentes antes del empleo sobre la equidad de género produjo mejoras considerables en cuanto a las actitudes relativas a los roles de género.

En algunos casos son los docentes los que cometen abusos y explotación de tipo sexual

quote 1Sin embargo, aunque los docentes deben actuar para hacer frente a la violencia de género en el entorno escolar, algunos son a su vez los que cometen los abusos y la explotación de tipo sexual, con frecuencia impunemente, tal como demostró un documento de políticas del Informe GEM. En 42 escuelas primarias de Uganda, el 54% de los alumnos denunció actos de violencia física cometidos por miembros del personal.

Una encuesta de 2010 del Ministerio de Educación Nacional de Côte d’Ivoire determinó que el 47% de los docentes había tenido relaciones sexuales con alumnos. En Sudáfrica, una encuesta nacional reciente concluyó que el 8% de las alumnas de secundaria había sufrido violaciones o agresiones sexuales graves el año anterior en la escuela.

2En el marco de la encuesta del SACMEQ de 2007, el 39% de los directores de escuela afirmó que en sus instituciones habían ocurrido casos de acoso entre profesores y alumnos. Esto variaba ampliamente entre los sistemas educativos, concretamente de aproximadamente una quinta parte de las escuelas encuestadas en Mauricio y Mozambique, a más de tres cuartos en Seychelles (Gráfico 1).

Los estudios de otras regiones confirman que la violencia sexual en las escuelas no es un fenómeno que se limita a África Subsahariana. Un estudio en los Países Bajos demostró que el 27% de los alumnos había sido víctima de acoso sexual por parte del personal escolar. En el Reino Unido, se estima que un tercio de los jóvenes de 16 a 18 años ha experimentado contacto sexual no deseado en las quote 2escuelas. Las chicas de la República Dominicana, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua y Panamá sufren frecuentemente acoso sexual en la escuela y “chantaje sexual” por las calificaciones. Ciertos estudios a pequeña escala en Bangladesh, la India, Nepal y Pakistán también informan sobre gestos sexuales por parte de los profesores hacia las chicas. Una encuesta sobre la violencia de género en las escuelas en Malawi determinó que aproximadamente una quinta parte de los docentes decía estar al tanto de que ciertos colegas presionaban a las chicas para tener relaciones sexuales, o las obligaban.

Las relaciones entre la pobreza, la violencia y las desigualdades de género complican la cuestión. En la República Unida de Tanzania, el 41% de los directores de escuela de los 3planteles más pobres informaron sobre acoso sexual de los docentes hacia los alumnos, en comparación con el 20% en los más ricos. No obstante, en otros países, como Lesotho, Namibia y Mozambique, se informó sobre más casos de acoso de profesores a alumnos en las escuelas más ricas. En Sierra Leona, las chicas que no pueden pagar los gastos relativos a la escuela suelen ser obligadas por los profesores a tener relaciones sexuales.

Dicho esto, los ejemplos presentados en este blog reflejan actos de una minoría y no de la parte más considerable de los docentes. La mayoría, como hemos demostrado en numerosas ocasiones, son los pilares de un sistema educativo en funcionamiento, y su propia motivación, dedicación e innovación son, en muchos casos, la clave del éxito de un niño en la escuela.

Además, no puede ignorarse la influencia de las normas sociales, en lo relativo a la autoridad y los roles de género, en las actitudes de los docentes en la escuela, a pesar de que sus efectos indirectos no pueden nunca excusarse. Este vínculo muestra de manera muy clara la necesidad de cambiar el enfoque de los debates normativos, pasando de la equidad de género a la igualdad de género.

Al considerar hasta qué punto deberán participar los docentes en el establecimiento de las normas de género, también deberá tomarse en cuenta que el contenido con el que trabajan en el aula transmite con frecuencia mensajes negativos sobre la igualdad de género, como ha demostrado nuestra investigación. En 10 países de África oriental y meridional, un examen a fondo de los planes de estudio reveló que muchos no tenían en cuenta la violencia por motivos de género y en la pareja. Además, mientras que un gran número se centraba en los derechos humanos, pocos trataban cuestiones como los derechos sexuales o la diversidad sexual. El tema del matrimonio infantil se omitía o no se abordaba adecuadamente en muchos países donde era frecuente, como Kenya, Lesotho y Malawi.

El papel fundamental de los docentes como vehículos del cambio, y algunas veces como autores del mismo, requiere que se les considere parte de la solución. La mala aplicación de la legislación, los códigos de conducta inadecuados, los sindicatos de docentes débiles, y la falta de formación sobre la violencia sexual contribuyen a que las normas de género nocivas sigan pasando inadvertidas, y con frecuencia permiten que los responsables actúen impunemente, como demostrará nuestro próximo blog. La rendición de cuentas, tal como concluirá, puede resultar útil.

Fuente del Artículo:

Los docentes son primordiales para toda respuesta eficaz a la violencia de género en el entorno escolar (Parte I)

Comparte este contenido:

Pasos seguros contra la violencia de género

Por: Ignacio Mantilla

En el año de 1960 fueron asesinadas las hermanas dominicanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal —conocidas como las mariposas Mirabal— por oponerse a la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo. Con anterioridad, habían sido encarceladas, torturadas y violadas. Para rechazar estos hechos, cada 25 de noviembre, día de su asesinato, en Colombia se conmemora el Día de la No Violencia contra la Mujer. Esto fue propuesto en el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, celebrado en Bogotá en 1981. Y a nivel internacional, acogiendo esta iniciativa, se instituyó en 1999 el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer por las Naciones Unidas, invitando a los gobernantes a mantener una férrea defensa de los derechos de las mujeres.

La violencia contra la mujer es una problemática mundial que en Colombia tiene dimensiones preocupantes y de la cual no se escapan las universidades. Reconocerla no es fácil porque nos hemos acostumbrado a vivirla cotidianamente, pero está presente en el ambiente universitario cuando, por ejemplo, se descalifica a la mujer que se interesa en estudiar carreras tradicionalmente masculinas o se ejerce chantaje o presión sobre ella para lograr acercamientos o favores sexuales a cambio de buenas calificaciones, reconocimientos académicos o laborales. También cuando a brillantes estudiantes y profesoras se les demeritan sus logros académicos tendiendo mantos de dudas sobre su capacidad o la calidad y transparencia de su trabajo; esto se acentúa aún más cuando son hijas o esposas de algún hombre influyente.

Ocultar que las mujeres en las universidades sufren violencias por el simple hecho de ser mujeres sería como tratar de tapar el sol con un dedo; pero también es injusto desconocer los esfuerzos que se hacen desde la academia por erradicar la violencia de género y la exclusión. Por ejemplo, algunos lectores habrán observado en la televisión un bello video institucional de la Universidad Nacional en el que se evidencia el ambiente hostil en que debían desenvolverse las primeras mujeres que, en las primeras décadas del siglo pasado, querían realizar estudios superiores. A pesar de ese ambiente, en 1945, Inés Ochoa se graduó, siendo la primera mujer colombiana en obtener el título de médica en el país.

Otra violencia tiene relación con la discriminación a las madres en el trabajo: hasta 1990, la ley laboral colombiana les negaba a las mujeres adoptantes el derecho a tener licencia de maternidad. Sin embargo, la Universidad Nacional, en aras de la equidad y en uso de su autonomía, una década antes de la promulgación de la ley que reconoció ese derecho, les otorgaba la licencia a sus profesoras y funcionarias administrativas, sin distinguir entre madres adoptantes y biológicas, convirtiéndose así en la primera institución pública en dar ese paso.

Hoy quiero presentar a los lectores los tres más recientes aportes de la Universidad Nacional para mitigar el flagelo de la violencia de género, que han coincidido con la conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

El pasado 24 de noviembre, un año después de la firma del Acuerdo de Paz, tuvimos la satisfacción de culminar el diplomado “Formación de formadores para la prevención de violencia basada en género” y otorgar a cerca de 230 personas en tránsito a la vida civil la respectiva certificación. Este diplomado es el resultado de nuestra alianza con la Comisión de Seguimiento, Impulso y Verificación a la Implementación del Acuerdo Final; la Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer; la Embajada de Suecia y la Organización Internacional para las Migraciones.

Fue muy valioso el testimonio de una de las nuevas formadoras: “Con los conocimientos aprendidos regresaré a mi región a promover los derechos de las mujeres y no sufrir lo que vivimos durante el conflicto armado”.

Por otro lado, en días pasados se presentó ante la comunidad universitaria el Observatorio de Asuntos de Género, con el cual se busca hacer seguimiento a la política institucional de equidad de género e igualdad de oportunidades para mujeres y hombres, y verificar el cumplimiento de sus objetivos: adelantar procesos de formación desde la perspectiva de género, fomentar y consolidar la producción de conocimiento e investigación en las áreas relacionadas con la educación superior y la equidad de género, e implementar estrategias de comunicación y divulgación que transformen las nociones, imaginarios y prácticas de género en la cultura universitaria.

Y el tercer aporte que les comparto me produjo una gran satisfacción, pues pude firmar, justo a tiempo para la conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, la resolución 1215 de Rectoría, del 16 de noviembre de 2017, que establece el “Protocolo para la prevención y atención de casos de violencias basadas en género y violencias sexuales”.

Ese protocolo fue elaborado con el concurso de las diferentes áreas de la U. Nacional que conocen y atienden casos de violencia de género y está diseñado especialmente para que la comunidad comprenda, se sensibilice y sepa cómo actuar en situaciones de violencia de género. Define acciones y mecanismos para la prevención de esos hechos y establece la ruta que debe seguirse cuando se presenten. Se busca responder adecuada y oportunamente, ofrecer apoyo y orientación jurídica, dar herramientas para la denuncia y surtir con diligencia los procesos disciplinarios correspondientes. Se trata de la primera herramienta de esta índole que se implementa en una universidad y queremos compartirla y ofrecerla a todas las instituciones que deseen sumarse y adoptar esta norma.

Estos tres aportes, una muestra de nuestro trabajo, están a disposición de toda la sociedad y quiero invitar particularmente a las universidades, públicas y privadas, a unirse para erradicar las violencias de género de los campus. Reconocemos que el trabajo que tenemos por delante es enorme y la situación actual está lejos de ser la deseable. Pero la Universidad Nacional de Colombia, patrimonio de todos los colombianos, estará siempre dispuesta a liderar la construcción de un país más equitativo y seguro para todas y todos.

Fuente: https://www.elespectador.com/opinion/pasos-seguros-contra-la-violencia-de-genero-columna-726286

Comparte este contenido:

España: Controversia por la nueva asignatura de Educación para la Igualdad

España/30 noviembre 2017/Fuente: ABC

Asociaciones de padres y profesores piden que se retire por pretender el adoctrinamiento de los niños. Felpeto dice que responde al pacto de estado contra la violencia de género.

Se avecina tormenta con la asignatura Educación para la Igualdad, la Tolerancia y la Diversidad, que este curso el Gobierno de Castilla-La Mancha ha implementado de manera piloto en 5º de Primaria y 3º de la ESO en 31 centros de la región. Este lunes, asociaciones de padres, de profesores y de familias direron una rueda de prensa conjunta para pedir al consejero Ángel Felpeto que retire la materia por «el adoctrinamiento que se va a hacer de nuestros niños en los colegios». El político socialista niega la mayor.

«No se puede decir a un niño de diez años que no es hombre ni mujer», se quejó Fernando López Luengos, presidente de la Asociación de Profesores Educación y Persona. Este docente añadió que en esta asignatura «se les intenta convencer a los niños de que para ser igualitarios no hay que tener una diferencia masculina-femenina». Además, cree López Luengos, que la materia responde a «una cuestión política», con la que se busca el «pensamiento único» y que, en todo caso, la escuela no es el lugar para decirles a los menores «qué deben pensar».

Mas allá fue Pedro José Caballero, presidente nacional de Concapa (Confederación Católica de Padres de Familia y Padres de Alumnos), para quien la asignatura incumple dos artículos de la Constitución. Estos son: el 16.1 sobre la conciencia de los menores y el 27.3 sobre la libertad de los padres a educar a sus hijos según sus convicciones morales y religiosas. Caballero utilizó directamente el adjetivo «infumable» para calificar Educación para la Igualdad, la Tolerancia y la Diversidad.

Mientras, Marisa Pérez Toribio, presidenta de la Federación España Educa en Libertad, explica que la asignatura es exclusiva de Castilla-La Mancha y no hay ninguna otra comunidad autónoma en la que se curse. Pérez Toribio no descartó acudir a los tribunales si el Gobierno regional da por superada la prueba piloto y la implanta como obligatoria a partir del curso que viene.

Hay «muchos en alarma»

Preguntados por si darían el visto bueno a la asignatura en caso de que se suprimieran los contenidos más controvertidos, el profesor López Luengos reconoció: «La adaptación es imposible». Y añadió: «Si quitamos todos los estándares evaluadores, eso no sería una aginatura». De ahí que pidan que se retire sin más.

Desde estas asociaciones aseguran que hay «muchos» padres y profesores «en alarma». «Lo que pasa es que no lo dicen en público; buena parte de la gente por miedo», dijo el presidente de la Asociación de Profesores Educación y Persona. De hecho, estos colectivos han elaborado una «guía para educar en libertad». En ella se dan pautas a los padres, para «que se nos informe de lo que se va a dar», y a los profesores, para «que la despojen de esa carga ideológica».

En el fondo, están convencidas estas asociaciones, la asignatura es una nueva versión de Educación para la Ciudadanía, que se ideó durante el Gobierno nacional de Rodríguez Zapatero y que también generó controversia. «Reproduce, y de forma más agudizada, lo que suponía Educación para la Ciudadanía», dijo Marisa Pérez Toribio.

Desde el Gobierno regional Felpeto negó que se pretenda el adoctrinamiento con la nueva asignatura. El consejero explicó que esta «responde al mandato recogido en el pacto de estado contra la violencia de género, aprobado por unanimidad por todos los grupos políticos presentes en el Congreso de los Diputados». Felpeto añadió que la materia fomenta «la convivencia basada en el respeto, la solidaridad, la igualdad y la construcción de una cultura de paz y de prevención de conflictos mediante el diálogo y la igualdad efectiva entre hombres y mujeres».

Por otro lado, el consejero reconoció que a final de curso, tras los informes de las comisiones de evaluación de la experiencia y de la de seguimiento, el Gobierno decidirá qué hacer con la asignatura. En cualquier caso, Felpeto invita a los colectivos que están en desacuerdo con Educación para la Igualdad a que participen en el Consejo Escolar y que sea allí donde hagan sus aportaciones.

Fuente: http://www.abc.es/espana/castilla-la-mancha/abci-controversia-nueva-asignatura-educacion-para-igualdad-201711281253_noticia.html

Comparte este contenido:
Page 37 of 55
1 35 36 37 38 39 55