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Estados Unidos: Adolescentes transgénero en escuelas con restricciones en los baños tienen mayor riesgo de sufrir una agresión sexual

Estados Unidos / 12 de mayo de 2019 / Autor: Edith Bracho-Sanchez / Fuente: CNN en Español

Los adolescentes transgénero y de género no binario en EE.UU., aquellos cuya identidad sexual está fuera de lo masculino y femenino tradicionales, corren mayor riesgo de sufrir agresiones sexuales en las escuelas que les niegan el acceso a baños o vestuarios que coincidan con su identidad sexual, según un nuevo estudio.

Los investigadores analizaron datos de 3.673 adolescentes en el LGBTQ Teen Study, una encuesta web anónima de niños de 13 a 17 años en EE.UU. Estudiantes que informaron que los maestros o el personal les dijeron que no podían usar los baños o los vestidores en la escuela de acuerdo con su identidad sexual se clasificaron como teniendo “acceso restrictivo”.

Más de 1 de cada 4 estudiantes en el estudio, o el 25,9%, informó haber sido víctima de agresión sexual en los últimos 12 meses. Los adolescentes transgénero y de género no binario que estaban sujetos a restricciones de baño o vestidor tuvieron una prevalencia aún mayor de agresión sexual, con un 36%, según los hallazgos, publicados el lunes en la revista Pediatrics.

Las tasas de agresión sexual en adolescentes no transgénero en EE. UU., aquellos cuya identidad de género coincide con el sexo asignado al nacer, son del 15% para las niñas y del 4% para los niños, según la Encuesta de Vigilancia de Conducta de Riesgo Juveniladministrada por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU.(CDC, según sus siglas en inglés).

“Desafortunadamente, el acceso de los niños a los baños y vestidores se ha politizado mucho en algunas comunidades”, dijo Gabriel Murchison, doctorando en la Escuela de T.H. Chan de Salud Pública de Harvard y autor principal del estudio.

Las investigaciones han demostrado que las políticas restrictivas atraen atención negativa no deseada a los adolescentes trans y de género no binario, pero hasta este estudio no estaba claro si había una conexión con la violencia sexual, dijo Murchison.

Explicó que el estudio solo puede establecer una asociación, no si las propias restricciones causaron el asalto sexual. “Pero ciertamente son un fuerte indicador de entornos donde los niños están en riesgo”, agregó.

El debate sobre el baño llegó a la conciencia nacional con algunos casos recientes.

Los casos de alto perfil provocan el debate

En 2018, un tribunal federal falló en contra de un distrito escolar de Virginia que prohibía a Gavin Grimm, un estudiante transgénero, usar el baño de los niños en la escuela. El fallo se produjo cuatro años después de la queja inicial de Grimm.

Más tarde ese año, los tribunales federales dictaminaron a favor de un estudiante trans en la Florida y otro en Pensilvania a quienes el personal de la escuela les prohibió usar baños consistentes con sus identidades sexuales.

En 2016, los legisladores de Carolina del Norte aprobaron el HB2, que prohibió a las personas usar baños públicos que no correspondían a su sexo biológico, como se indica en sus certificados de nacimiento. Se convirtió en el primer estado en aprobar lo que se conoció como el “proyecto de ley del baño”. La reacción violenta causó enormes pérdidas económicas para el estado: unas empresas cancelaron sus planes de expansión y la NBA trasladó su juego estelar de Charlotte. La ley fue derogada en 2017.

También ese año, otros 19 estados consideraron la legislación del “proyecto de ley del baño”, destinado a restringir el acceso a los baños multiusuario, vestidores y otras instalaciones segregadas por sexo según la definición de género como sexo asignado al nacer, según la Conferencia Nacional de Legislaturas Estatales. En más de la mitad de los estados, la legislación estaba dirigida específicamente a las instalaciones en las escuelas.

Dakota del Sur aprobó una legislación en 2016 que luego fue vetada por el gobernador.

California, por otro lado, promulgó el proyecto de ley 1266 de la Asamblea en 2013, convirtiéndose en el primer y único estado en el momento en otorgar a los estudiantes de las escuelas públicas de jardín de infantes a 12º grado el derecho a usar los baños y los vestuarios de manera consistente con su identidad de género afirmada. Según un editorialpublicado junto con el nuevo estudio.

Las políticas restrictivas a menudo se basan en el miedo

Las políticas que restringen el acceso al baño y los vestidores suelen estar basadas en el miedo, explicó Diane Ehrensaft, psicóloga clínica y cofundadora del Centro de Género para Niños y Adolescentes de la UCSF, y el Dr. Stephen Rosenthal, director médico de la clínica, en el editorial.

Se cree erróneamente que los estudiantes no transgénero son los que corren el riesgo de sufrir una agresión sexual por parte de los “intrusos transgénero” o por los depredadores que se hacen pasar por estudiantes transgénero, escribieron. “A veces, es el personal de la escuela quien mantiene esta actitud. A veces, los padres ansiosos y enojados no quieren que sus hijos estén expuestos o ‘dañados por’ los jóvenes de minorías de género en su escuela”.

El nuevo estudio, explican Ehrensaft y Rosenthal, demuestra que el daño sexual se hace a, y no por, los estudiantes trans y de género no binario.

Limitar el acceso al baño perjudica a los estudiantes de varias maneras

Hay varias razones por las cuales no se permite que los estudiantes usen baños consistentes con su identidad de género y que pueden ponerlos en mayor riesgo de sufrir una agresión sexual. Las restricciones del baño pueden hacer que los compañeros sepan el estado de los adolescentes como una minoría de género, explican los autores, lo que a su vez puede hacer que sean más propensos a ser víctimas de abuso.

Las políticas también pueden ser indicadores de un ambiente escolar hostil.

“No es sorprendente que algunos eviten el uso de baños”, explicaron Ehrensaft y Rosenthal en el editorial. Esto significa que los adolescentes pueden no tomar suficientes líquidos y pueden ignorar la necesidad de usar el baño, lo que resulta en infecciones del tracto urinario, intestinos impactados y evitar la escuela por completo, agregaron.

Para las escuelas que buscan mejorar la seguridad, Murchison señala a los estudiantes como la mejor fuente de orientación.

“En algunas escuelas, los baños y los vestidores pueden ser el mayor problema, pero en otras escuelas puede ser algo diferente”, dijo. “Los estudiantes también pueden identificar ‘zonas peligrosas’ para el acoso y la violencia dentro del edificio escolar que necesitan ser supervisados más de cerca”.

Algunas escuelas han designado baños para todos los géneros que pueden ser utilizados por cualquier estudiante. Aunque esto puede ser útil, Murchison advierte que no debe ser la única opción disponible para estudiantes trans y de género no binario.

Ralph Ellis, Holly Yan y Nick Valencia de CNN contribuyeron a este informe.

Fuente de la Noticia:

Adolescentes transgénero en escuelas con restricciones en los baños tienen mayor riesgo de sufrir una agresión sexual

ove/mahv

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Programación del Portal Otras Voces en Educación del Domingo 12 de mayo de 2019: hora tras hora (24×24)

12 de mayo de 2019 / Autor: Editores OVE

Recomendamos la lectura del portal Otras Voces en Educación en su edición del día domingo 12 de mayo de 2019. Esta selección y programación la realizan investigador@s del GT CLACSO «Reformas y Contrarreformas Educativas», la Red Global/Glocal por la Calidad Educativa, organización miembro de la CLADE y el Observatorio Internacional de Reformas Educativas y Políticas Docentes (OIREPOD) registrado en el IESALC UNESCO.

00:00:00 – España: La mitad de los catedráticos y el 15 por ciento de los profesores universitarios se jubilarán en los próximos siete años

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/308621

01:00:00 – Argentina: El ajuste de Macri a la educación en 4 datos (Video)

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02:00:00 – Brasil: Jair Bolsonaro promueve que los alumnos filmen a los docentes que expresen ideas de izquierda. Delatando al maestro

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03:00:00 – Observatorio Pedagógico Latinoamericano Radio. Primer Programa. México (Audio)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/308720

04:00:00 – 3 millones de mayores de 60 años en EE.UU. todavía están pagando sus préstamos estudiantiles

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/308775

05:00:00 – Por qué sí y ahora con los maestros de la CNTE. Reforma educativa y laboral (Audio)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/309135

06:00:00 – Lineamientos curriculares para la aplicación del eje transversal educación y perspectiva de género en séptimo, octavo y noveno grado de educación básica general (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/309141

07:00:00 – YouTube y las Universidades

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08:00:00 – Libro: ¿Hasta dónde saben los docentes? (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/309144

09:00:00 – Matemática literaria: qué pasa cuando se juntan dos materias que parecen opuestas

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/309129

10:00:00 – Libro: Actores, identidades y políticas educativas. Una revisión desde la Alianza por la Calidad de la Educación (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/309147

11:00:00 – Innovar en Pedagogía 2019

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/308727

12:00:00 – Brasil: Contra los recortes de Bolsonaro en Educación

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/308778

13:00:00 – El Rap de la Educación 2.0

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/309138

14:00:00 – China reclutará maestros jubilados para escuelas rurales

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/309123

15:00:00 – Las 10 palabras que tienen que cambiar la educación

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16:00:00 – Cuba: Seminario de Internacionalización de la Educación Superior en la Universidad de Oriente

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/309120

17:00:00 – Robert Swartz: «Las piedras angulares de las nuevas aulas del siglo XXI son pensamiento, comunicación y colaboración»

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/309126

18:00:00 – Perú: Ministra de Educación defiende ante el Congreso el enfoque de géneros en la escuela

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19:00:00 – ¿Otra vez otro Modelo Educativo?

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20:00:00 – Argentina: Cambio de régimen para docentes que investigan

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21:00:00 – Enseña Chile presentó en Concepción su documental sobre estado de la educación

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22:00:00 – Estados Unidos: Adolescentes transgénero en escuelas con restricciones en los baños tienen mayor riesgo de sufrir una agresión sexual

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23:00:00 – Colombia: “Quien ingrese a la universidad debe terminar”: ministra habla del reto en la educación superior

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En nuestro portal Otras Voces en Educación (OVE) encontrará noticias, artículos, libros, videos, entrevistas y más sobre el acontecer educativo mundial cada hora.

ove/mahv

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Las estudiantes chilenas esperan desde hace un año nuevos protocolos contra el acoso en la universidad

Por: Meritxell Freixas Martorell

La movilización estudiantil feminista de hace un año reclamó cambios en estos documentos, pero son pocos los centros que han concretado los cambios

“Ni el protocolo [de la universidad] ni el sistema judicial es suficiente para las denunciantes. Nos relegan a un rol secundario, donde todo es secreto y ni siquiera podemos decir qué pasó ni defendernos de las decisiones que toma la universidad”. Es la crítica que la estudiante de Derecho de la Universidad de Chile, Sofía Brito, expresaba en contra de la desprotección que vivió por acusar dentro de la universidad a uno de sus profesores. Fue en mayo de 2018, cuando la joven y exayudante de Carlos Carmona, quien además de académico fue presidente del Tribunal Constitucional, dio a conocer públicamente una denuncia por acoso sexual y laboral contra el docente que terminó provocando su dimisión. El caso motivó una protesta feminista que paralizó las clases de la facultad durante 74 días, en un contexto de movilizaciones estudiantiles que se replicaron en todo el país para exigir una educación no sexista y el fin de la violencia machista en las aulas.

Entre abril y agosto de 2018, la ola de protestas estudiantiles feministas provocó la ocupación y paralización de 24 universidades de Chile y convocó masivas manifestaciones en las principales ciudades del país.

Las primeras en organizarse fueron las jóvenes de la Universidad Austral de Chile, ubicada en la ciudad sureña de Valdivia. El 17 de abril de 2018 estudiantes de Antropología se tomaron el edificio de su facultad para denunciar varios casos de acoso y abuso entre estudiantes. A ellas se sumaron las jóvenes de Ciencias de la misma casa de estudios, que rechazaron la decisión de la institución de mantener en plantilla a un docente que, tras una investigación interna, fue hallado culpable de acosar sexualmente a una funcionaria. En un par de semanas, las ocupaciones llegaron a la capital, a la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, por las acusaciones de Sofía Brito en contra de Carmona.

Poco a poco, otras instituciones de educación superior, tanto públicas como privadas, fueron sumándose a la movilización estudiantil feminista. Entre ellas, la Universidad de Playa Ancha, en Valparaíso, que fue la que estuvo más tiempo en paro, casi cuatro meses, y que incluso implicó una huelga de hambre para conseguir que su rector aceptara el petitorio; o también la Pontificia Universidad Católica, que fue ocupada por última vez en 1986, en plena dictadura.

Universidades sin protocolos

Los petitorios que presentaron las estudiantes a los rectores de las universidades paralizadas recogían distintas demandas. Pero prácticamente todos tenían en común la creación o mejora de los protocolos internos para abordar situaciones de acoso y/o abuso; la suspensión y expulsión de los académicos involucrados en estos casos, y la eliminación de la educación sexista, una cuestión muy amplia que abarcaba desde el lenguaje que los docentes utilizan en clase, hasta cursos obligatorios con perspectiva de género incluidos en el currículum académico o cuotas de género en cargos académicos y administrativos, entre otros.

El informe Protocolos de acoso sexual en las universidades chilenas: una deuda pendiente, publicado hace un año por el Centro de Estudios de Políticas y Prácticas en Educación (CEPPE) de la Universidad Católica, revelaba que sólo siete universidades de las 60 que existen en Chile habían diseñado y publicado protocolos contra el acoso sexual universitario a noviembre de 2017. A partir de enero de 2018, otras cuatro se sumaron a este proceso.

La investigación también señalaba tres limitaciones comunes de las instituciones universitarias para abordar esta cuestión: una definición restringida del acoso; el uso de protocolos como estrategia reactiva y no preventiva; y el desconocimiento de las lógicas de poder “entretejidas” en la problemática. “Los protocolos no son, en su diseño, ni equitativamente seguros ni cómodos para todas las partes”, concluyeron las autoras. Precisamente por eso, las protestas hicieron de su creación o mejora una necesidad de las estudiantes para actuar ante situaciones de acoso, abuso y violencia sexual en las universidades. En esa demanda, las jóvenes se encontraron con la complicidad de académicas y funcionarias que apoyaron sus reivindicaciones y presionaron para conseguirlas.

En Universidad de Chile y en la de Concepción, por ejemplo, en el último tiempo se han puesto en marcha “fiscalías” para mejorar las garantías de las investigaciones y evitar, así, que sean los académicos –muchas veces sin formación en género– los que tengan que esclarecer un caso de acoso o abuso dentro de la institución.

Falta de voluntad para avanzar

Consuelo Sarmiento fue una de las portavoces de la movilización de la Universidad Austral y hoy es parte del Observatorio de Género y Medios para el Sur. Explica que la protesta logró “fortalecer” algunos puntos del reglamento de la universidad en materia de acoso sexual y destaca la creación de la primera Secretaría de Género y Sexualidad de la universidad.

Sin embargo, la exestudiante lamenta que no se haya logrado “sacar a los académicos acosadores de las aulas”, hecho que, según ella, no pasa con los estudiantes, que son expulsados con mucha más facilidad: “Con los profesores la relación de poder es bastante distinta”, afirma. Según la prensa chilena, después de las protestas, un total de 16 universidades abrieron 132 procesos internos por denuncias de acoso y/o abuso sexual o laboral.

Desde la Universidad Católica, Daniela Pinto, estudiante de Bioquímica y una de las portavoces de la ocupación, cuenta que las estudiantes siguen “a la espera” de que se concreten los cambios que solicitaron en el protocolo: “Hoy todavía tenemos el mismo que el año pasado”, se queja. Piden que se incluya el acoso hacia las estudiantes –no sólo hacia las trabajadoras de la universidad–, que se acorten los tiempos de las investigaciones o que contemple también los casos ocurridos fuera del recinto universitario.

La joven explica que durante las negociaciones se acordó modificar el documento durante el primer semestre de este año, entendiendo que se pudieran prolongar los plazos porque se trata de un proceso lento. Sin embargo, en su opinión, “las autoridades no muestran voluntad para avanzar”.

Más allá de los pendientes en materia de protocolo, Pinto menciona que sí ha habido tímidos avances, por ejemplo, en la incorporación de dos psicólogas al equipo de abogadas que aborda los casos de violencia sexual. “El gran problema es que la Universidad no muestra nada de lo que está haciendo, se sabe sólo a nivel de autoridades y eso dificulta hablar de avances porque un estudiante de base no tiene ni idea de nada”, critica ella.

Esperar con cierta “frustración”

La movilización estudiantil feminista llevó al Ministerio de Educación a proponer un compromiso entre los rectores para avanzar en equidad de género. Por ahora, nueve universidades han firmado el acuerdo. Entre las medidas que deberán cumplir está que al menos un 40% de los integrantes de los órganos superiores sean mujeres y que en las elecciones de rectores compita al menos una mujer.

Este mes se cumple un año de aquel “mayo feminista” que tiñó las calles de Santiago de verde, color de la lucha por el aborto, y de lemas y consignas a favor de una educación no machista y libre de violencias. Pero con la distancia y perspectiva, las protagonistas de las marchas observan con cierto regusto amargo que no han avanzado tanto como esperaban. “Más allá del hito que representó la movilización y de un avance en la toma de consciencia, creo que hay un poco de frustración porque al final no hemos visto nada concreto ni tangible. Estamos en un punto muerto”, dice Pinto. “Y mientras no llegan los cambios, nuestras compañeras siguen en clase con sus abusadores, las siguen violentando”, añade.

Las tomas que lideraron las estudiantes en el otoño e invierno austral de 2018 contribuyeron a alimentar y consolidar el movimiento feminista en Chile, que tuvo su máxima expresión el pasado 8 de marzo, con masivas manifestaciones en todo el país. Las chilenas hicieron historia, pero no podría explicarse el éxito del 8M sin el pulso que abrieron las jóvenes hace justo un año. Los frutos de ese esfuerzo, pero, los siguen esperando impacientes hasta hoy.

Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/wp-content/uploads/2019/04/IMG_9656-768×512.jpg

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/04/29/las-estudiantes-chilenas-esperan-desde-hace-un-ano-nuevos-protocolos-contra-el-acoso-en-la-universidad/

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New York: Exigen al Departamento de Educación poner freno al abuso sexual en escuelas

Líderes, estudiantes y activistas denunciaron que el DOE no toma con seriedad las quejas, y pidieron nombrar a más coordinadores que trabajen en las denuncias y promoción de programas contra delitos sexuales
Exigen al Departamento de Educación poner freno al abuso sexual en escuelas

Las escuelas de Nueva York están para educar y proteger al 1.1 millón de estudiantes que acuden a clases, pero están fallando al no tomar con seriedad el abuso y acoso sexual que cada día cientos de niños y adolescentes enfrentan dentro de los planteles educativos. Por lo menos 1 de cada 3 estudiantes ha sido víctima de algún tipo de acoso, cifra que entre los estudiantes hispanos y negros (principalmente alumnas) es mayor.

Esa fue la denuncia que este martes decenas de estudiantes, activistas y líderes políticos hicieron minutos antes de asistir a una audiencia pública en el Concejo Municipal, donde culparon al Departamento de Educación (DOE) por no tomar las quejas y esa problemática con responsabilidad. De paso exigieron que se ponga freno a los abusos, a través de un plan de acción y la asignación de más recursos y denunciaron que solo existe un funcionario en todo el sistema educativo encargado de responder y manejar los asuntos relacionados con abuso y acoso sexual escolar.

“Tenemos que garantizar que todos nuestros niños van a estar seguros en las escuelas y sentirse apoyados, y la realidad es que en un sistema de 1.1 millón de alumnos tan solo hay una persona que tiene la labor de manejar los casos de abuso y acoso sexual, lo que es inaceptable, insultante y ofensivo”, aseguró el presidente del Comité de Educación del Concejo, Mark Treyger, refiriéndose al único cargo dentro del DOE que maneja esa problemática. “Necesitamos más personas que trabajen para manejar las denuncias de nuestros niños, no solo una. Es un asunto de justicia y no vamos a tolerar que el DOE que tiene un presupuesto de $32,000 millones no contrate al menos 7 de esos funcionarios”.

Juliette Verrengia, defensora del Proyecto de Nueva York contra la violencia, aseguró que la implementación de programas contra el acoso y el abuso sexual en las escuelas, al igual que el aumento de coordinadores, son especialmente vitales para estudiantes vulnerables.

“La falta de estos coordinadores en las escuelas de Nueva York es inaceptable y chocantemente regresivo, ya que ellos brindan a muchos alumnos que experimentan abuso y violencia sexual, apoyo y guía en momentos de miedo e incertidumbre”, dijo la activista. “Estudiantes que son menos propensos a recibir apoyo institucional, como los jóvenes LGBTQ, que deben enfrentar patrones de acoso que los deja aislados necesitan esto para prevenir futuros abusos y que los sobrevivientes tengan apoyo”.

Christina Ortiz, coordinadora de la organización NYC Alliance Against Sexual Assault, destacó la urgencia de crear planes educativos que aborden el tema del abuso sexual, a fin de evitar hechos de violencia sexual entre los estudiantes.

“Necesitamos asegurarnos de que se incluya en la educación escolar contenidos sobre relaciones saludables, relaciones consentidas, acciones cuando alguien ve algo y derechos sobre protección de hechos de acoso y violencia sexual”, aseguró la activista. “Asimismo, es importante expandir esa educación a todo el personal de las escuelas y la manera en la que pueden apoyar mejor a los estudiantes que han sido impactados, ya que para muchos puede ser traumático”.

Y es que a pesar de que el Departamento de Educación asegura que mantiene estándares altos de ayuda y protección a estudiantes que garanticen que están en ambientes seguros, estudiantes como Saide Singh, aseguran que en las aulas y pasillos de las escuelas, la historia es otra.

El acoso y el abuso sexual existe en nuestras escuelas, es una realidad. Yo misma lo sentí cuando tenía 15 años y estaba en otra escuela y como el código de vestuario era demasiado estricto y no permite que muchas veces los estudiantes tengan la libertad de mostrarse como son, una vez me llevé un atuendo más ajustado y muchos estudiantes se creyeron con el derecho de manosearme y tocarme”, recuerda que la venezolana, quien ahora tiene 17 años y está en grado 12. “No recibí ningún apoyo e incluso llegué a pensar que era mi culpa que me hubieran acosado porque mi vestuario se tomaba como una invitación al abuso”.

Una opinión similar tiene Berenice Gervacio, quien es miembro del equipo de futbol de su escuela en Manhattan, y asegura que a sus 15 añosha sentido en carne propia el acoso sexual en su escuela. La estudiante dice que tiene que soportar todo tipo de comentarios de algunos de sus compañeros sobre la forma de su cuerpo, sin que los miembros de la comunidad educativa presten atención a sus quejas.

“La gente siempre está mirándome y riéndose y al no existir un programa de apoyo para denunciar este tipo de situaciones uno no sabe a quién acudir. Además, varias veces me han dicho que por ser flaca la ropa que me pongo no me va, porque no tengo cuerpo para eso, lo que me hace sentir muy mal y es un claro acoso. Además, veo a niños tocando de manera fea a niñas”, aseguró la jovencita, al tiempo que consideró urgente que el Departamento de Educación tome acciones.

“Tiene que haber cambios para que nos sintamos verdaderamente seguros y protegidos. Debe nombrarse a más coordinadores que implementen trabajos en las escuelas sobre estos temas y que reciban y trabajen en las denuncias”, agregó la estudiante.

La abogada Carrie Goldberg, quien tiene un caso contra el Departamento de Educación por no proteger los derechos de tres estudiantes vulneradas, acosadas y víctimas de violencia sexual, responsabilizó a la Ciudad por no brindar protección a las niñas. Tras referirse a los casos, uno de ellos en los que una menor con discapacidad mental fue presuntamente víctima de violación por parte de siete compañeros, pidió al DOE que asuma su responsabilidad.

No es coincidencia que en los tres casos se trata de niñas vulnerables, hijas de madres solteras y no las tomaron en serio. Es un patrón del DOE no hacer nada cuando se reportan estos hechos. En uno de los casos lo que hicieron fue suspender a la menor y en otro la hicieron ir de nuevo al aula al lado de sus agresores”, destacó Goldberg.

Los manifestantes, miembros de la coalición Girls for Gender Equity y la campaña “Lo que las chicas de las escuelas se merecen”, anunciaron también que a través de la organización LSNYC (Legal Services New York City) interpusieron una demanda federal a nombre de cuatro estudiantes víctima de abuso y acoso sexual en escuelas de Queens y El Bronx.

La concejal Carlina Rivera dijo que “la triste realidad es que en nuestras escuelas hay abuso y violencia sexual” y manifestó que la única manera de poner freno es con mayor compromiso de la Ciudad para invertir recursos en las zonas más vulnerables.

“Tenemos que hacer lo que sea necesario para proteger a nuestras niñas y a nuestros niños porque no es justo que esto esté pasando especialmente en las escuelas de personas de bajos recursos. Por eso exigimos al Departamento de Educación y al Alcalde que pongan por lo menos 7 coordinadores que trabajen sobre este tema”, agregó la concejal del Bajo Manhattan.

El concejal Ben Kallos, del caucus progresista del Concejo Municipal admiró la valentía con la que decenas de estudiantes se han atrevido a denunciar y exigir sus derechos y pidió al Alcalde y al canciller de Educación que tome acciones inmediatas. “Estos comportamientos deben resolverse con educación. Es un problema enorme y sé que con su presión su generación a va corregir los errores de nuestra generación”, le dijo el político a las jóvenes que formaban parte de la manifestación.

Cohen Doug, vocero del Departamento de Educación, manifestó que en las escuelas de Nueva York no se permite ninguna conducta abusiva ni violenta a nivel sexual y agregó que se requiere que todas las escuelas tengan un Coordinador de Prevención de Acoso Sexual designado anualmente que se proporcione información disponible para todo el personal escolar.

“Nuestras escuelas deben ser entornos seguros e inclusivos, y hay absolutamente tolerancia cero para cualquier conducta sexual inapropiada”, manifestó el funcionario, quien no reveló cuantos casos de abuso o violencia sexual se han registrado en las escuelas. “Cualquier denuncia debe ser reportada, investigada y tratada, y este trabajo es una responsabilidad compartida de todo el personal del DOE, incluidos los enlaces de acoso sexual en todas las escuelas y un coordinador del Título IX que supervisa el cumplimiento del DOE. Revisaremos la demanda”.

El funcionario agregó que desde el año pasado se ha capacitado a 3,000 miembros del personal escolar en temas como violencia en el noviazgo y relaciones sanas, acoso sexual de estudiante a estudiante e inclusión de género y que si los directores o sus designados creen que hubo actividad criminal, se requiere que se comuniquen con la policía.

Por otro lado, Doug dijo que actualmente se requiere que cada escuela tenga un póster de “Verificación y respeto” que informe a la comunidad escolar sobre cómo denunciar las acusaciones de acoso sexual.

Datos

  • 1.1millón de estudiantes en las escuelas de Nueva York
  • 1 coordinador del título IX, encargado de manejar asuntos relacionados con quejas de abuso y acoso sexual para todo el sistema escolar
  • 7 coordinadores de estos es lo que exigen líderes y estudiantes
  • 3,000 miembros del personal escolar han sido capacitados en temas de acoso y abuso sexual

Fuente de la información: https://eldiariony.com/2019/04/30/exigen-al-departamento-de-educacion-poner-freno-al-abuso-sexual-en-escuelas/

Fuente de las imágenes: https://eldiariony.com/2019/04/30/exigen-al-departamento-de-educacion-poner-freno-al-abuso-sexual-en-escuelas/

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India: La agonía de Nusrat, quemada viva por denunciar el acoso sexual en su escuela

Asia/ India/ 22.04.2019/ Fuente: www.elmundo.es.

«La injusticia hecha a uno sólo es una amenaza dirigida a todos», escribió el filósofo francés Montesquieu. Peor aún, cuando la injusticia se mezcla con el horror en mayúsculas el resultado suele ser la muerte, a menudo brutal, de los justos, de aquéllos que deberían guiar nuestros pasos, como Nusrat Jahan Rafi, la joven de 19 años quemada viva en la ciudad de Feni, a unos 160 kilómetros de Daca, la capital de Bangladesh, por haber denunciado al director de su escuela que intentó abusar sexualmente de ella.

Tardó cinco días en morir en el hospital. Cinco días de agonía inimaginable no sólo por el dolor físico, sino también por la desazón más absoluta, porque Nusrat fue engañada por una amiga y luego rociada con queroseno por un grupo de cinco personas vistiendo burkas, según informó la BBC.

El calvario de la joven comenzó el pasado 27 de marzo cuando el director de la madrasa (escuela coránica) a la que asistía la llamó a su oficina y la acosó «tocándome de manera inapropiada, motivo por el que salí corriendo», según declaró a las autoridades policiales de Feni, a las que acudió respaldada por su familia el mismo día del ataque. Es decir, que tomó la acción y no el silencio ante la injusticia. Sin embargo, la policía, «en vez de proveerla de un espacio seguro para que contase su experiencia, la filmó con el teléfono móvil de un agente», según la BBC, «al que se le escucha diciendo que la denuncia no tiene importancia».

Nusrat era una valiente. De familia conservadora y estudiante en un centro religioso islámico, decidió denunciar en persona a sabiendas del peligro, el acoso y el ostracismo al que iba a estar sujeta una vez ésta se hiciera pública, cosa que pasó casi de inmediato porque ese mismo día la policía detuvo al director escolar. Ahora su calvario estaba en boca de todos, pero sus compañeros y conciudadanos no la apoyaron, todo lo contrario: «Un grupo organizado por dos estudiantes y varios políticos locales se reunió frente a la comisaría exigiendo la liberación del maestro». No lo consiguieron.

A pesar de que era consciente del peligro que corría, el 6 de abril, Nusrat decidió presentarse a los exámenes finales en su centro escolar acompañada de su hermano, Mahmudul Hasan Noman. «Intenté que me dejasen acceder al centro con ella, pero no me lo permitieron», declaró. «Si no me hubieran cerrado el paso esto no habría pasado», se lamentaba.

LA PEOR TRAICIÓN

La muerte de Nusrat no fue fruto de una muchedumbre enfurecida con su ejercicio de libertad, sino que fue planeada. Según las declaraciones de su hermano recogidas por la BBC, una compañera de clase la traicionó para acabar con su vida: «Una amiga de la escuela le dijo que alguien estaba apaleando a una de sus compañeras en la azotea de la escuela, por lo que Nusrat se dirigió al lugar. Allí le esperaban cinco personas vistiendo burkas que la rodearon exigiéndole que retirase la denuncia. Cuando se negó le prendieron fuego con queroseno».

El jefe investigador de la policía que lleva el caso, Banjar Kumar Majumder, ha asegurado a la BBC que «los asesinos querían que la muerte pareciese un suicidio. Uno de sus asesinos le sujetó la cabeza contra el suelo con las manos, motivo por el que ésta no quedó empapada de queroseno y no ardió». Sin embargo, el 80% de su cuerpo sufrió quemaduras de mucha gravedad, motivo por el que la trasladaron al hospital del Colegio de Médicos de Daca.

Nusrat era consciente de que sus heridas no le deparaban nada bueno, sobre todo durante el largo traslado hasta la capital. Por ello, en la ambulancia, grabó un último mensaje en el teléfono de su hermano: «El profesor me tocó, lucharé contra este crimen hasta mi último aliento», dijo, según la BBC. Además, identificó a varios estudiantes del centro como sus atacantes. Poco después, el 10 de abril, murió en el hospital.

El calvario de Nusrat ha causado una gran conmoción por todo el país. Miles de personas asistieron a su funeral en Feni, donde políticos y compañeros la habían traicionado. Desde entonces la policía ha detenido a 15 personas, siete de las cuales están directamente relacionadas con su asesinato. Entre ellos están los dos estudiantes que organizaron la protesta. Por su parte, el agente sin corazón que la filmó en la comisaría ha sido «apartado de su puesto y transferido a otro departamento». El director de la escuela sigue detenido.

El primer ministro de Bangladesh, Sheikh Hasina, aseguró en persona a la familia de la joven que «ninguno de los culpables escapará de la justicia». Sin embargo, «cuando una mujer intenta obtener justicia en un caso de acoso sexual, ésta tiene que someterse a un nuevo acoso porque los casos tardan años en resolverse, la sociedad la condena a la vergüenza pública y la policía no investiga adecuadamente», según explicó la abogada especializada en derechos humanos, Salma Ali.

Fuente de la noticia: https://www.elmundo.es/internacional/2019/04/18/5cb8a14afc6c83c5678b46ac.html

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México: Acoso sexual al alza (+Infografía)

Redacción: Marco Aurelio Fragoso Massé/ 24 Horas

Ser mujer y vivir en México se convirtió en un riesgo constante, ya que son asesinadadas siete mujeres al día y las denuncias por acoso aumentaron 433%.

El delito aumentó 433% en denuncias, desde el 2014 al 2017, en la Ciudad de México, contando averiguaciones previas y carpetas de investigación; el delito se encuentra penado hasta con tres años de prisión en la capital, indicó la PGJ.

El Código penal local define el acoso sexual como la solicitud de “favores sexuales para sí o para una tercera persona o que realice una conducta de naturaleza sexual indeseable para quien la recibe, que le cause un daño o sufrimiento psicoemocional que lesione su dignidad”.

Voces apagadas

“Una vez en el metro un tipo me nalgueó, mi reacción fue voltear y reclamarle. Un policía vio, fuimos al MP, ahí, el licenciado me dijo que no procedía la denuncia porque era mayor de edad, porque no me había tocado más de tres veces y no me había causado daño psicológico. Lo único que pasó fue que el tipo quedó con una falta administrativa, que podía pagar con mil 800 pesos o 72 horas de arresto. Fue en vano denunciar, ya que no me brindaron la ayuda que yo esperaba”, indicó Angélica “N” víctima de acoso sexual en el metro Río de los Remedios.

Según datos de la Encuesta Nacional Sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares,  41% de las mujeres ha experimentado violencia sexual.

“Tome un Uber, al subirme el conductor me vio las piernas de una manera vulgar, muchas personas me criticaron el por qué no me baje del taxi, eran las cuatro de la mañana, no podía bajarme, todo el camino el conductor me iba viendo de una manera muy pervertida y acelerando el carro, haciéndome sentir insegura, excediendo los límites de velocidad, reporté al sujeto, días después me marcaron de soporte Uber”, indicó Giovanna “N” para 24 HORAS.

Giovanna aseguró no querer demandar debido a la incompetencia de las autoridades

“Aquí en México las autoridades no hacen nada, hay de por medio una sacadera de dinero, me tengo que esperar a que alguien me golpee, a que lo tenga grabado en video, a que no le haya tocado ni un solo pelo, porque si no me va peor a mi, para que apenas puedan tomarme en cuenta, para que cuando denuncie me pregunten, ¿tienes marcas?, ¿te golpeó? “, declaró Giovanna.

En los informes de la PGJ, el índice de denuncias diarias fue de 0.5 en 2017 , mayo registró 29, siendo el mes que registró más denuncias, le siguen enero y abril con 20 cada uno. A diferencia del 2015, año en que se levantó una carpeta de investigación.

El Código Penal Federal en el artículo 259 Bis, establece que el acusado será multado de seis meses a dos años de prisión.

Por otro lado Mónica “N” afirmó que sufrió violencia física por parte de su ex pareja.

“Mi ex me acosaba, me chantajeaba, llegó conmigo a los golpes, hasta que estuvo a punto de matarme, no sé qué hubiera pasado si mis padres y mis amigos no se hubieran dado cuenta.”

En 2017 datos de INMUJERES arrojan que 63% de las mujeres de 15 años o más han sufrido algún tipo de violencia durante su vida. Más de 392 mil mujeres de 15 años y más, casadas o unidas, han sufrido violencia extrema (su pareja atentó contra su vida o usó su fuerza física para obligarla a tener relaciones sexuales).

Thalia Lizbeth Monroy Lugo, directora de información de INMUJERES, platicó en exclusiva para 24 HORAS, recomendó a las mujeres que sufran de algún tipo de violencia o acoso, denunciar en el Ministerio Público de la alcaldía donde se haya sufrido la agresión, en caso de no ser atendida, pidió a las víctimas denunciar  en INMUJERES.

 Fuente: https://www.24-horas.mx/2019/03/05/acoso-sexual-al-alza-infografia/

 

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Colombia: 60% de las universidades de la región no cuenta con protocolo contra la violencia sexual

América del Sur/ Colombia/ 08.04.2019/ Fuente: mba.americaeconomia.com.

La organización Distintas Latitudes, en alianza con 35 periodistas en 16 países latinoamericanos evaluó los protocolos contra la violencia sexual de las 100 instituciones de educación superior más importantes de la región, que aglomeran al 22,5% de todos los estudiantes de educación superior en América Latina, de acuerdo con cifras oficiales.

Los datos demostraron que el 60% de las universidades consultadas no tienen una política interna para prevenir, atender y sancionar los casos de acoso y violencia sexual.

De éstas, el 36% respondió que no tienen una política específica para este tipo de violencias y lo que es peor, el 24% no contestó las preguntas de los investigadores.

Esto quiere decir que apenas el 40% de las universidades incluidas “cuentan con protocolos para prevenir, atender y sancionar la violencia sexual, aunque no en todos los casos son públicos ni de fácil consulta”.

Distintas Latitudes presentó estos datos en el marco de la investigación #PasóEnlaU, que denuncia el acoso sexual en universidades en la región. Para elegir las 100 universidades estudiadas, el portal reporta que en cada país, la mitad de las universidades se escogieron en función del valor de la matrícula estudiantil. “La otra mitad se seleccionó según el ranking QS, que evalúa la calidad de la enseñanza universitaria, con datos de 2017 a 2019”.

Evaluaron los datos disponibles y aquellos proporcionados por las universidades en Argentina (8), Bolivia (6), Brasil (6), Chile (6), Colombia (6), Costa Rica (6), Cuba (6), Ecuador (6), El Salvador (6), Guatemala (6), Honduras (6), México (8), Nicaragua (6), Paraguay (6), Perú (6) y Venezuela (6).

Así, los investigadores y periodistas quedaron con una base de datos que incluyó a 51 instituciones de educación superior privadas, 48 públicas y 1 de subvención estatal, que en conjunto tienen más de cuatro millones quinientos mil estudiantes (4,500,000) en sus programas de licenciatura o pregrado, maestría y doctorado.

Según Distintas Latitudes, Centroamérica es la subregión latinoamericana en la que hay menos universidades con protocolos contra el acoso y violencia sexual: de las 18 universidades evaluadas allí, solamente tres cuentan con estas normativas publicadas y de fácil acceso.

El llamado Cono Sur (Argentina, Chile y Paraguay), en cambio, obtuvo los mejores resultados: de 20 universidades, 10 tenían protocolos. Por su parte, en la región andina –en la cual se incluyen los datos de Colombia– el 40% de las universidades cuentan con protocolos (13 universidades de 30 analizadas).

¿Y qué pasa en Colombia?

La investigación analizó los datos de seis universidades colombianas: la Universidad Nacional, la Universidad de Antioquia, la Universidad de los Andes, la Universidad Javeriana, la Corporación Universitaria Minuto de Dios y la Universidad del Rosario. De estas, solo la Universidad de Antioquia, en Medellín, no reportó tener protocolo de atención específico para casos de acoso y violencia sexual.

De las que sí contaban con esta normativa –que en Colombia es obligatoria gracias a un fallo de la Corte Constitucional–, la Uniminuto fue la única que se rajó en su accesibilidad, pues dicho documento no es público.

Fuente de la noticia: https://mba.americaeconomia.com/articulos/notas/60-de-las-universidades-de-la-region-no-cuenta-con-protocolo-contra-la-violencia

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