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Actividades extraescolares para aprender disfrutando

Redacción: El Periódico

Las actividades extraescolares forman parte de la rutina diaria de los más pequeños de la familia. Una vez terminado el horario escolar, es posible disfrutar y seguir aprendiendo mediante actividades que refuercen la educación de los niños desde el propio hogar.

El aprendizaje de idiomas, una inversión de futuro

Las actividades extraescolares son una excelente manera de que los niños inviertan su tiempo libre en seguir aprendiendo y completando su formación mientras disfrutan. Además, son una solución para la dificultad de horarios y de conciliación laboral a la que muchos padres se enfrentan.

Una de las actividades que prácticamente se ha convertido en imprescindible son las clases de inglés. Conocer y manejar este idioma es un valor fundamental para el presente y futuro de cualquier persona, ya que esto le abrirá muchas posibilidades en su futuro personal y profesional.

Las academias de inglés son la mejor vía para aprender inglés. En Zaragoza, por ejemplo, es posible encontrar centros que ofrecen clases que se adaptan al horario y nivel de cada niño. Todo ello en grupos reducidos, lo cual hace más fácil que todos los alumnos participen e interaccionen.

Esta alternativa es, sin duda, más enriquecedora y estimulante que optar por profesores particulares. Aunque este puede dedicarse al 100 por cien al niño y a que aprenda, no hay que olvidar que se trata de su tiempo libre y de que es mejor que aproveche para relacionarse con otros niños y de este modo disfrute más de su actividad extraescolar.

Juguetes educativos: la mejor manera de aprender mientras se divierten

Cada vez es más frecuente que los niños pasen las horas pegados a las pantallas de los teléfonos móviles o de los videojuegos. Los expertos recomiendan que se limite el tiempo que se pasa haciendo este tipo de actividades, ya que repercute de forma negativa en su capacidad de concentración y atención.

Para muchos padres, sin embargo, hacerlo es toda una odisea. Estos viven asimismo su propio ritmo frenético diario y cuando llegan a casa no tienen fuerzas para enfrentarse a discutir con sus hijos, por lo que terminan cediendo y “premiando” con este rato de desconexión.

No obstante, hay otros muchos medios por los que se puede conseguir que un niño esté entretenido sin necesidad de acudir a la Tablet o al smartphone. Un ejemplo son los juguetes educativos como los que se vende en la juguetería online Cerebrito Pérez.

La clave está en poner unas normas donde se especifique de forma explícita cuál es el horario de uso de los dispositivos tecnológicos. Una vez llegada la hora de descansar, el premio será jugar con este tipo de juguetes y juegos. Así asociarán esta actividad a algo positivo.

Estimula su creatividad mediante dibujos y la escritura

Otros recursos educativos que es posible explotar son los dibujos y la escritura. Si aún son muy pequeños, se puede optar por hacer una selección de fichas para imprimir, de modo que el niño se familiarice con la escritura y se entretenga mientras aprende.

Este tipo de actividades tales como el dibujo y la escritura fomentan su capacidad de concentración y, lo más importante, dejan rienda suelta a su creatividad. Es decir, les hace pensar por sí mismos y desarrollar sus propios recursos.

La lectura es otra de las actividades que ha de formar parte del día a día del niño, ya que además de estimular su creatividad y capacidad de concentración, hará que aprenda a ver el mundo a través de historias que le harán desarrollar su imaginación.

Lo importante es encontrar el libro que se adecúe a su nivel y a sus propios gustos, pues en muchas ocasiones el fallo está en intentar que lean un tipo de libros con los que no empatizan o que están por encima de su nivel de comprensión.

Es preferible comenzar con libros de fácil comprensión, donde se estimule su curiosidad, fáciles de entender, para así progresivamente ir avanzando hacia otro tipo de libros con un lenguaje más complicado y rico. Con paciencia y mimo, es posible conseguir que el niño ame la lectura.

La adolescencia, la etapa más difícil

En el caso de que el niño se encuentre ya en la etapa de la adolescencia y esté buscando algún tipo de clases extraescolares que pueda servirle a nivel laboral, es recomendable tener en cuenta las tendencias del mercado laboral.

En el contexto actual en el que impera la comunicación a través de internet, aprender a manejar los recursos relacionados con la red puede abrirle muchas puertas laborales en el futuro.

Podría hacer, por ejemplo, un curso de elementor de diseño web con WordPress, una formación cada vez más valorada. Así el niño puede convertirse en un page builder para WordPress, una profesión con muchas salidas laborales.

Más allá de las actividades que se realicen con vistas a un futuro profesional, no hay que obviar actividades que le hagan realizar ejercicio, ya que es una edad en la que, si conseguimos mantener su ritmo de actividad física, es probable que este mantenga estas rutinas a lo largo de su vida.

Los deportes en equipo son una excelente alternativa, ya que suponen una oportunidad también para establecer relaciones sociales a la par que se ejercita esta parte física. Es también una actividad que aumentará su disciplina.

El uso de los dispositivos tecnológicos también ha de ser muy controlado, especialmente llegadas ciertas edades en las que las redes sociales comienzan a ser una parte esencial de sus vidas.

En esta etapa es más necesario que nunca fijar unos límites de uso y de horarios. También se puede optar por algún tipo de taller o curso que les permita desarrollar su creatividad, como pueden ser las clases de pintura, o aprender a tocar algún instrumento.

En resumen, el aprendizaje y la diversión no tienen por qué estar separados. Este tipo de cursos puede ser el vehículo perfecto que conduzca al niño a un futuro mejor, en el que esté más formado y capacitado para enfrentarse al mundo.

Fuente: https://www.elperiodico.digital/cultura/actividades-extraescolares-aprender-disfrutando-9224.html

 

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Por qué el cerebro de un niño necesita 12 abrazos al día

Por: Estefanía Esteban.

Necesitamos abrazos. Más de lo que imaginas. A menudo pasan los días y la vorágine del tiempo nos absorbe por completo. Y pasan las horas y pasa el día y no llegan los abrazos. Tampoco para nuestro hijo. Las clases, las actividades extraescolares. ¿Le diste algún abrazo hoy?

Los abrazos, como sorbitos de la mejor medicina, llegan directamente al cerebro. ¿Sabes cuántos abrazos necesitaría tu hijo para fortalecer su cerebro? ¿Uno?¿Dos? ¡12! Te explicamos por qué el cerebro de un niño necesita 12 abrazos al día.

La razón de por qué el cerebro de un niño necesita 12 abrazos al día

Sí, se puede vivir sin abrazos. No es que el abrazo sea indispensable para seguir respirando. Tampoco lo son los besos ni las caricias. Pero.. ¿imaginas una vida sin todos ellos?

Los abrazos, sí, los abrazos, son indispensables para la otra salud, la salud mental y emocional. La ciencia consiguió demostrar su enorme poder sobre el cerebro. El abrazo consigue liberar hormonas que producen bienestar. Pero, ¿cuál debe ser la dosis de esta eficaz medicina? ¿Cuántos abrazos al día necesitamos?

La conocida psicoterapeuta estadounidense Virginia Satir, afirmó: “necesitamos cuatro abrazos diarios para sobrevivir. Ocho abrazos diarios para mantenernos y doce abrazos diarios para crecer”. Puesto que los niños están en continuo crecimiento, está claro que un niño necesita 12 abrazos al día.

Los abrazos aportan a tu hijo estabilidad emocional y mejoran sus salud mental. ¿Cómo? Analizamos cómo afecta a nivel físico y emocional un abrazo a nuestros hijos:

1. Activan los receptores de la piel y aportan serenidad: El primer contacto del abrazo es con la piel. Automáticamente se activan los receptores de la dermis conocidos con el nombre de corpúsculos de Pacini. La presión sobre estos receptores estimula el nervio vago, conectado con el cerebro y encargado entre otras cosas de regular la presión sanguínea. Es decir, que la suave presión de un abrazo consigue regular la presión arterial y calmar a quien está nervioso o sufre estrés.

2. Libera dopamina, la hormona del placer: Los abrazos liberan un neurotransmisor (un mensajero químico del cerebro) llamado dopamina, que ejerce un gran poder de alivio contra el estrés. La dopamina también se le conoce como la ‘hormona del placer’. También está relacionada con la creatividad y la capacidad de relacionarse o sociabilizar con los demás.

3. Libera oxitocina, la hormona del amor: Una de las hormonas que entra en juego mediante los abrazos es la oxitocina, sí, esa hormona tan importante durante el parto y nacimiento de un bebé. La oxitocina se la conoce como ‘la hormona del amor’. Responsable de generar confianza hacia una persona.

4. Reduce el nivel de cortisol en sangre: El cortisol se relaciona con los niveles de estrés. Evidentemente, nadie quiere tener índices altos de cortisol. Un estudio del Advanced Telecommunications Research Institute International de Kioto consiguió demostrar que los abrazos reducen de forma inmediata los índices de cortisol en sangre.

Qué siente un niño cuando le abrazan

¿Recuerdas qué sentías durante tu infancia cuando alguien te abrazaba? Tal vez una mezcla de todas estas sensaciones. Es lo que siente un niño cuando le abrazan (también válido para los adultos):

– Se siente querido.

– Siente fortaleza.

– Siente seguridad.

– Mejora su autoestima.

– Siente felicidad.

Sin duda, tenemos muchísimas razones para abrazar a nuestro hijo no una vez,sino varias veces al día. Reserva algunos segundos, no necesitas mucho tiempo. Y no dejes que pase un un sólo día sin darle un abrazo fuerte y amoroso.

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El móvil en el aula: ¿ayuda o interferencia?

Por Milagros Pérez Oliva

Francia prohíbe que los escolares puedan tener sus teléfonos en el aula, el patio o las actividades extraescolares

El curso ha comenzado en Francia bajo el síndrome de una nueva ley que prohíbe el uso del móvil en los centros de educación infantil, primaria y secundaria. En los institutos, la decisión queda en manos de cada centro. Desde 2010 estaba prohibido el uso del móvil en clase, pero ahora se extiende al patio y a las actividades extraescolares. La medida fue aprobada en la Asamblea Nacional en medio de una fuerte controversia. El mismo debate se repite en otros países donde también se discute si aplicar o no medidas similares. En España no hay una norma general, pero muchos centros prohíben el uso del móvil en clase, aunque no fuera de ella.

La decisión plantea hasta qué punto podemos y debemos modular el uso de las nuevas tecnologías. Y en el caso concreto de la educación, hasta qué punto o de qué forma esas tecnologías pueden convertirse en una ayuda o en un elemento perturbador. Tanto el presidente, Emmanuel Macron, que llevaba la prohibición en su programa electoral, como el ministro de Educación, Jean Michel Blanquer, lo tienen muy claro: el móvil, las tabletas o los relojes inteligentes con capacidad de conexión son un elemento perturbador, interfieren en el proceso de aprendizaje y por eso deben ser apartados del alumno.

En el aula, está claro que tener la tentación en el bolsillo resulta irresistible para unos niños que han hecho de la conectividad su principal herramienta de relación y diversión. ¿Qué tiene el móvil para ejercer ese poderoso influjo sobre nuestra atención? Si en los mayores, que supuestamente tenemos más autocontrol ocurre lo que ocurre, qué no será en el caso de los niños. Solo hay que pararse en pensar cuántas veces lo abrimos y lo consultamos en una hora. O cómo nos comportamos y qué hacemos cuando lo olvidamos.

La parte perturbadora del móvil en la escuela tiene que ver con que es una puerta abierta a las redes sociales. Lo que perturba es su capacidad para estimular y satisfacer la curiosidad innata, la misma curiosidad que nos hacer mirar por la ventana cuando oímos gritos, o detenernos a mirar en la carretera cuando ha ocurrido un accidente. Tener una ventana al lado desde la que siempre se oyen gritos puede ser bastante incompatible con la atención que requiere, por ejemplo, un problema de matemáticas. Pero no solo en el aula modula el comportamiento. También en el patio. Los niños que tienen móvil tienden a comunicarse a través del móvil, a jugar con el móvil y pueden acabar prefiriendo las relaciones virtuales que el contacto personal.

Aprender requiere esfuerzo. Las nuevas tecnologías pueden ayudar, por supuesto, pero siempre que su uso esté dirigido por el profesor y para tareas determinadas. Los móviles y tabletas pueden ser muy útiles, obviamente, en la búsqueda de materiales e información. El problema se plantea cuando disponer de los dispositivos induce a utilizarlos de una manera que interfiere con el proceso de aprendizaje. Las nuevas tecnologías pueden y deben incorporarse a las tareas educativas. Pero estar abiertos a las nuevas tecnologías no significa quedar prisioneros de ellas. Y mucho menos sucumbir al poder adictivo que tienen como herramienta de entretenimiento. ¿Significa eso que lo mejor es la prohibición? No está claro. Habrá que ver qué pasa en Francia.

Fuente del artículo: https://elpais.com/elpais/2018/09/04/opinion/1536089211_651332.html

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Ojo con sobrecargar a tu hijo con actividades extraescolares

Por: Ana Camarero

A veces, la frase «yo sólo quiero lo mejor para él», se confunde con lo que necesita.

Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/09/01/mamas_papas/1472708137_881758.html

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Niños estresados por exceso de estimulación

Por: María Antonia Casanova

Los fines de semana, cada vez más, los restaurantes de comida rápida e insana se llenan de familias con niños. Los únicos días que podrían comer en casa -los otros lo hacen en colegios-, a los padres no les apetece cocinar. En realidad, están cansados de todo, incluso de sí mismos, sus parejas y su progenie, el vértigo de sus vidas los mantiene agotados, frustrados, incluso hirientes. Antes en una familia de cinco o seis, trabajaba solo el padre, ahora en una de tres trabajan ambos y, a veces, posiblemente, en más de un empleo. De acuerdo con la terminología moderna, están estresados, lo que deriva en que consiguen también estresar a los hijos -o el hijo-, a lo que además se colabora llenándole los días de actividades extraescolares variopintas que van desde baile a kárate, idioma o deporte, ajedrez o cocina… Parece que la vivencia general es que parar es morir, que no aprovechar el ocio para hacer algo utilísimo es perder magníficas oportunidades de progreso actual o futuro.

 Algunos niños empiezan con la atención temprana o la estimulación precoz, por lo que, en muchos casos, se les exigen ciertos resultados antes de tener la maduración necesaria para conseguirlos, lo que les acarrea ansiedad, frustración y, paradójicamente, bloqueo y retraso en determinadas situaciones. Y es que toda la familia sobrevive cotidianamente a la velocidad del AVE y pronto a la de la transportación frecuente. En el colegio se les ocupan de seis a ocho horas, especialmente si el centro es privado o concertado (en algo debe mostrarse la diferencia) y, a menudo, para casa quedan los deberes. Por otra parte, a cualquier hora y en todo lugar no dejan de utilizar el móvil o la tableta e, incluso, los videojuegos; fuera el relax en plena naturaleza, la convivencia informal con amigos, la lectura personal… La consecuencia suele ser el desarrollo de niños y adolescentes con dificultades de atención, bajo rendimiento, personalidad impulsiva y violenta o pasota en la juventud, distracciones compulsivas en solitario y falta de interrelación familiar.

Todos los estudios destacan el aumento de las actividades extraescolares y la extensión de estas a campos cada vez más especializados como robótica, fotografía, ecología, violín. ¡Incluso la televisión les ofrece realizarse como grandes chefs…! Obviamente, estos aprendizajes no son negativos en sí mismos, pero sí cuando saturan al niño, están impartidos por profesionales desconocedores de la psicopedagogía adecuada en relación con la edad del receptor y, sobre todo, cuando impiden que el alumno sea lo que es: un niño que debe jugar, tomar el sol, relacionarse con sus vecinos, primos, montar en bicicleta y tantas otras cosas de su edad. Pero en esta época, los niños ya no saben jugar, solo seudojugar o tecnoentretenerse, a veces visionando en la televisión programas porno.

 Tiempo atrás, solo con los hermanos se conformaba una tribu para divertirse con juegos como el simple escondite, pero en la actualidad los niños se entretienen a la manera de previejos, sin moverse, ni arriesgarse a perder, ni saber negociar con los compañeros. El vulgo interpreta a su manera las aportaciones neurocientíficas y no asume que obligar a aprender más y más puede resultar contraproducente. Siempre será más eficaz aprender mejor y mejor, lo que requiere de estudiantes predispuestos y de buenos profesores y padres atentos al proceso de aprendizaje de sus hijos. Sin embargo, parece demostrado que las escuelas a las que más van los padres son aquellas que funcionan peor. Y ¿por qué sucede esto? Pues porque solo van a protestar por las malas notas, alguna regañina o la solicitud del tutor para encarrilar conductas inadecuadas o la falta clamorosa de rendimiento; la mayoría no aparece para cooperar, intentar acompañar a sus hijos en su aprendizaje, interesarse por si está bien integrado o cosas por el estilo.

 El exceso de cacharros tecnológicos, encendidos incluso de noche -lo que distorsiona o disminuye las horas de sueño-, la concesión constante de caprichos para que no molesten o para autopercibirse como buenísimos padres, la no exigencia de colaboración doméstica, la hiperestimulación…, no beneficia a los niños: en buena medida les perjudica. En lugar de las extraescolares, lo fundamental sería mejorar los aprendizajes de las materias básicas que, supuestamente, garantizan que se alcancen las competencias exigidas en cada etapa, en lugar de saturar a los niños de extras para tenerlos ocupados o controlados incluso por personal no específicamente capacitado. Este círculo genera padres ansiosos, críos desaforados y no siempre una atención docente de garantía, lo que al final puede ocasionar que los alumnos rechacen el estudio por miedo al fracaso o por agotamiento mental. Obviamente, los progenitores quieren que sus hijos triunfen, que disfruten lo que ellos no tuvieron, sin reconocer que los niños no son una inversión, ni una compensación, ni una revancha existencial; sus pequeños lo que más valorarían es contar con su tiempo, con su dedicación. Pero los mayores tampoco tienen tiempo, evidentemente, incluso menos que los niños y, desde luego, cargan con muchas responsabilidades, lo que les impide colaborar en los deberes escolares y piden que desaparezcan. Consecuencias de ello son las rabietas de unos y los enfados de los otros, los desafíos a la autoridad paterna, la falta de comunicación y, en los jóvenes, la tentación del alcohol o las drogas cuyo consumo va en aumento, pues a los adolescentes les falta arraigo y experiencia de vida en común. Hay que escuchar a los hijos, demostrarles el cariño que se les tiene y dejarles tiempo para descansar, jugar, fantasear y dar alas a su creatividad.

En la escuela, los niños sobreestimulados suelen ser tachados de hiperactivos, pero en la mayoría de los casos no tienen este problema (TDAH), sino el del aburrimiento en clase; están quemados y malhumorados, exhaustos de tener que sobrevivir a tantos estímulos y expectativas. En nuestro país, al menos un 10% está medicado contra la falta de atención o hiperactividad, aunque no siempre haya sido bien diagnosticado, lo que puede producir efectos secundarios negativos. Un escolar descansado, curioso ante lo que le enseñan y confiado porque sabe que en su casa se le comprende y ayuda sin exigirle que ponga a prueba permanentemente que es o será un triunfador, rendirá más y tendrá menos problemas de aprendizaje e, incluso, de integración en el grupo. No destruyamos la infancia saturándola de obligaciones y exigencias mientras contradictoriamente la llenamos de regalos innecesarios. No convirtamos a los niños en viejos antes de tiempo.

Fuente: http://educacioncalidadydiversidad.blogspot.mx/2017/10/ninos-estresados-por-exceso-de.html

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España: Las familias de la pública exigen la gratuidad de las extraescolares en la jornada continua

 04 de Febrero 2018/Fuente: elmundo/ Autor:D.MOLTÓ
  • Educación utiliza la ‘hucha’ de los centros para pagar las extraescolares
  • La Confederación de Madres y Padres de la Pública rechaza la posibilidad de ofrecer actividades no gratuitas y dice que las instrucciones «llegan tarde»

Padres y madres de escuelas públicas representados por la confederación Gonzalo Anaya recriminaron este jueves a Educación que abra la puerta a que los centros con jornada continua puedan poner en marcha actividades extraescolares no gratuitas.En un comunicado, criticaron el enunciado de la normativa que «no se ajusta a nuestro concepto de escuela pública, en la que todo el alumnado tiene que tener los mismos derechos si queremos conseguir una enseñanza democrática».

Tampoco se mostraron convencidos con la solución planteada por la norma para evitar la discriminación de acceso a algunas actividades por motivos económicos y que pasaría por aportar ayudas a los niños y niñas según la distribución de las becas de comedor. «Nos ponemos en el papel de los escolares que no se quedan en el comedor habitualmente y cuyos recursos socioecómicos también pueden ser demasiado bajos para pagar actividades extraescolares», apuntaron.

Otra posibilidad contemplada por Educación es que los centros decidan en los consejos escolares si es necesario cubrir el coste de las actividades de algunos niños sin recursos. «Esto nos hace plantearnos con qué criterios se van a tomar esas decisiones y qué baremos se van a aplicar», apuntaron desde la Gonzalo Anaya.

La confederación expuso además su malestar por la fecha de publicación en el Diari Oficial de las instrucciones para la jornada continua que, en su opinión, «llegan tarde». Aseguraron que muchos centros ya han celebrado los consejos escolares extraordinarios para aprobar los proyectos de jornada escolar para el próximo curso, sin tener sobre la mesa las instrucciones oficiales.

También ayer la portavoz de Educación del Grupo Popular en las Cortes, Beatriz Gascó, afirmó que la instrucción sobre extraescolares es «una nueva chapuza» del conseller de Educación, Vicent Marzà. A su parecer, las normas «limitan las actividades extraescolares y obligan a los centros a abonarlas con fondos propios». Pero el secretario autonómico de Educación, Miguel Soler, defendió que las nuevas instrucciones establecen un procedimiento «sencillo» para «evitar burocracia nueva» y asegurar que ningún alumno quede excluido por razones económicas. Recordó que es la Conselleria la que paga «el conjunto de los gastos de un centro, incluyendo las actividades extraescolares».

Desplante a Marzà

Por otro lado, los representantes de la Gonzalo Anaya fueron los únicos que acudieron a la Mesa de Padres y Madres, cita que rechazaron el resto de confederaciones autonómicas de padres y madres: Covapa (en la que están integradas AMPAS de la escuela pública) y Concapa (que representa a la concertada)

El motivo del desplante al conseller Marzà es, según explicó Julia Llopis, presidenta autonómica de Concapa, el «desprecio de la Conselleria de Educación a un órgano de representación tan importante como la Mesa de Padres, que funciona en la Comunidad desde 1995».

Y es que los dos únicos temas del orden del día -el decreto de inclusión y el proyecto de decreto de curriculum de Bachillerato- son asuntos que la Conselleria ya ha tratado en otros foros, como el Consejo Escolar de este mismo miércoles o la Permanente del Consell, la semana pasada. «Si ya está todo pactado y no vamos a poder elevar propuestas en las mismas condiciones que otros actores, como los sindicatos, ¿qué sentido tienen?», preguntó Llopis, quien cuestionó la legalidad de la Mesa de ayer atendiendo a motivos de quorum.

Fuente de la noticia: http://www.elmundo.es/comunidad-valenciana/alicante/2018/02/02/5a735fb122601d6e3d8b45fa.html

Fuente de la imagen: https://e00-elmundo.uecdn.es/assets/multimedia/imagenes/20

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Carl Honoré: “La niñez se ha convertido en una carrera hacia la perfección”

24 de enero de 2018 / Fuente: http://blog.tiching.com/

Carl Honoré

¿En qué consiste el International Slow Movement?
Yo lo definiría como una revolución cultural ya que vivimos en un mundo en que todos los aspectos han sido contagiados por el virus de la prisa. Se trata de privilegiar la calidad frente a la cantidad, de ir a la velocidad adecuada en cada momento.

¿En qué se traduce esta obsesión por la velocidad a nivel educativo?
La consecuencia de este cambio cultural a nivel educativo consiste en que la niñez se ha convertido en una carrera hacia la perfección. Todos los que estamos relacionados con los niños tenemos mucha presión para crear un niño alfa. Personalmente creo que la paternidad se ha convertido en un cruce entre un deporte competitivo y la creación de un nuevo producto.

¿Y a nivel académico?
Muchas escuelas han pasado a ser casi una línea de montaje donde los niños están sometidos a cada vez más presión académica. Los exámenes han pasado a ser más importantes que el aprendizaje en sí mismo.

¿Cree que son los profesores quienes imponen esta presión?
A mi juicio los profesores suelen ser víctimas de un sistema que les empuja hacia un enfoque que no comparten. La presión viene de todos los ámbitos, una buena parte de ella proviene directamente de los padres, pero también de la sociedad en general.

Usted defiende que estamos sobrecargando de tareas a los estudiantes,  ¿qué deberes se les deberían encomendar para hacer en casa?
Muchos estudios demuestran que los deberes no tienen mucho valor hasta los once años. Por lo que deberían hacerse proyectos capaces de provocar búsquedas, descubrimientos en casa junto a los padres, como cocinar para aprender matemáticas. Antes de los once años, se les debe dar el tiempo necesario para jugar, para ser niños, para explorar el mundo a su propio ritmo e incluso para aburrirse.

¿Aburrirse?… pero si es la peor pesadilla para los niños
Tenemos mucho miedo al aburrimiento, es el pecado magistral del siglo XXI. Pero debemos entender que puede ser un fenómeno muy útil, un trampolín hacia el descubrimiento.

¿Qué papel deben jugar los padres en los deberes de sus hijos?
Tienen que involucrarse de una forma muy ligera, guiar pero no empujar. Hay momentos obviamente que se debe imponer un poco de disciplina, pero en general, creo que muchos padres caen en la trampa de hacer los deberes de sus hijos en vez de asesorar y guiar.

¿Qué opina acerca de las actividades extraescolares?
A mí me parecen fantásticas porque es un elemento integral de la niñez. Pero nuevamente caemos en la trampa de hacer demasiadas actividades y esto significa tener que ir más rápido y hacer las cosas de manera superficial. Les debemos dar la oportunidad de experimentarlo todo, pero dejándoles la posibilidad de elegir y facilitándoles el tiempo necesario para descansar y procesar lo que han vivido.

En el TED dijo que los estudiantes de las Universidades tienen mejores CV y notas pero menos calidad. ¿Qué se está haciendo mal desde las escuelas?
En las escuelas y en el hogar estamos tratando a los niños como si fueran productos y no personas. Estamos tan enfocados a lo medible que no damos importancia a aspectos tan sencillos como puede ser la relación con los demás. Estamos enseñando a ir en línea recta, a tomar atajos, ya que estamos en un sistema que premia a los que llegan más rápido.

Inútil para el mundo real…
Es interesante observar que en muchos países los estudiantes están dejando su primer año de carrera en tiempo récord, porque han pasado volando por su niñez. No han tenido tiempo para meditar, para ubicar su propio camino y para conocerse. Al llegar a la Universidad encuentran su espacio y muchos se despiertan y se dan cuenta que no quieren hacer lo que están haciendo.

¿Cómo lo podemos mejorar a nivel educativo?
Yo creo que tiene que haber mucha más flexibilidad, debemos abrir espacios a un abanico de sistemas educativos y dar más libertad al colegio y a los profesores. Actualmente, tenemos sistemas muy uniformizados, pero cada niño, aula o escuela tiene necesidades diferentes,  por lo que un sistema único impuesto por el ministerio de educación no es recomendable.

¿Qué país tiene un modelo educativo ejemplar y en qué se diferencia de los demás?
El finlandés, por ejemplo. Los colegios y profesores tienen mucha libertad. Se les forma muy bien y tienen mucho prestigio social. En muchos sistemas educativos hay una falta de confianza que provoca que los profesores gasten mucho tiempo justificando lo que hacen.

¿Qué debemos hacer en este sentido?
Tenemos que invertir en los profesores, tener más variedad en la oferta educativa y poner menos énfasis en la medición, dejando espacio a aspectos más importantes y menos medibles. También es importante enseñar a fracasar y a aprender  de los errores.

¿Qué importancia cree que tienen las nuevas tecnologías como Tiching en el proceso de aprendizaje?
Creo que por un lado pueden ser negativas si los niños están constantemente conectados, ya que nunca van a poder aprender el arte de pensar. Todos tenemos que buscar un nuevo equilibrio para aprovechar estos productos sin exceso. Lo positivo es que les dan acceso a una gran cantidad de información y esto puede ser fantástico para el aprendizaje si se maneja inteligentemente. Es importante evitar sacrificarlo todo en favor de la tecnología.

Fuente entrevista: http://blog.tiching.com/carl-honore-la-ninez-se-ha-convertido-en-una-carrera-hacia-la-perfeccion/

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