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Motivación en el aula: haz que tus estudiantes se enganchen a tus clases

Por: David Soria

¿Quieres conseguir que tus alumnos se “enganchen” a tu lección? ¿Te gustaría aumentar su motivación para que aprendan de forma significativa? Entonces te interesa conocer la técnica de “El Gancho”.

La técnica de “El Gancho” consiste en cautivar la atención de tus alumnos en los primeros 3 minutos de clase.

Al principio de la clase necesitas llamar la atención de tus alumnos con algo verdaderamente interesante sobre la materia que estás a punto de cubrir. Puedes contar una breve historia relacionada con el contenido de la lección, mostrar un dibujo de lo que vas a tratar en la clase o relacionar el contenido de la lección con una situación de la vida real.

Veamos algunos de los ganchos más utilizados por profesores que motivan a sus alumnos y cautivan su atención independientemente del contenido que vayan a cubrir:

  1. Cuenta un cuento: Muchos maestros de primaria introducen la resta con llevadas con una historia de vecinos que se piden ayuda, azúcar, etc  y llaman a la puerta de las decenas.
  2. Crea una analogía: Compara un concepto que estés a punto de abordar con algo relevante en la vida de tus alumnos. El sonido /s/ al principio de palabra en inglés, se compara con una serpiente para que los más pequeños lo reproduzcan de forma correcta.
  3. Muestra un vídeo: Elige un vídeo musical que, de alguna manera, conecte con el contenido.  Si estudias probabilidad, puedes mostrar un vídeo en una casa de apuestas y preguntar por qué se paga más la victoria de unos equipos que la de otros.
  4. Describe algo único e importante: Muestra la importancia de lo que están a punto de aprender. Son muchos los eventos históricos que definen nuestro mundo actual. ¿Hablaríamos todos francés si el pueblo madrileño no se hubiese levantado contra las tropas francesas?
  5. Plantea un reto: Reta a tus alumnos con algo verdaderamente difícil que se puede resolver, en parte, con la lección que estás a punto de dar. De esta manera prestarán atención durante la clase para, quizás así, poder resolver un enigma especialmente motivador.

¿Qué hace que un gancho funcione?

  • Un buen gancho es corto. Un gancho es una breve introducción que atrae la atención de los alumnos en unos minutos. Les hace estar alerta y motivados durante el resto de la lección.
  • Un buen gancho cede el paso. Una vez ha cumplida su función, un buen gancho deja que el protagonismo lo asuma el grueso de la lección.
  • Un buen gancho es positivo y energético. Un buen gancho no se centra en dificultades propias al tema de estudio. Ya habrá tiempo para eso.

¿Hace falta usar un gancho en todas las lecciones?

No necesariamente. Una vez se ha introducido una unidad, tus alumnos necesitan anticipar los objetivos que se espera que cumplan, pero eso no implica tener un gancho para cada lección. Lo mejor es reservar los mejores ganchos para el comienzo de una unidad didáctica.

Ya sabes: Si quieres tener alumnos motivados, utiliza unos breves minutos al principio de tus clases para atrapar su atención con un gancho. Será una pequeña inversión de tiempo que devolverá importantes beneficios en forma de aprendizaje significativo y atención por parte de tus alumnos.  

Fuente: http://blog.tiching.com/motivacion-aula-haz-tus-estudiantes-se-enganchen-tus-clases/

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Mapa conceptuales digitales. Serie para la enseñanza en el modelo 1 a 1

24 abril 2017/Autores: Carla Maglione y Nicolás Varlotta Domínguez/Fuente: Open Libra

Este material forma parte de una serie cuyo objetivo es brindar apoyo a los docentes de la escuela secundaria ante el desafío de incorporar las ticen sus tareas de enseñanza. Este acompañamiento es parte de las acciones que el Ministerio de Educación de la Nación realiza en el marco del Programa Conectar Igualdad.

¿Por qué utilizar mapas conceptuales digitales?

Los adolescentes están habituados a la cultura multimedial: textos, videos, música, imágenes provenientes de fuentes diferentes, sin una estructura lógica similar a la que los adultos estamos habituados a encontrar en los libros.

La utilización de mapas conceptuales en las tareas de enseñanza no es novedosa; sin embargo, actualmente existen herramientas que facilitan su construcción en forma colaborativa, y que permiten a los estudiantes organizar y negociar los significados de un cuerpo de conocimiento.

El presente material presenta, en un primer momento, el origen, la definición y la potencialidad pedagógica de los mapas conceptuales. En un segundo apartado se dan indicaciones para el uso de herramientas digitales que permiten construir y publicar mapas conceptuales. Por último, se ofrecen propuestas para su uso en las tareas de enseñanza: planificar, presentar un tema y evaluar.

Para leer, descargue aqui: https://openlibra.com/es/book/download/mapa-conceptuales-digitales-serie-para-la-ensenanza-en-el-modelo-1-a-1

Fuente:https://openlibra.com/es/book/mapa-conceptuales-digitales-serie-para-la-ensenanza-en-el-modelo-1-a-1

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Prepararnos a prueba de futuro

Por Carlos Magro

Pensar es poner las cosas en movimiento, decía hace poco el escritor Miguel Ángel Hernández. No puedo estar más de acuerdo. Pensar es, sin duda y ante todo, un verbo de acción. Es una particular manera del hacer. En muchos casos, pensamos con la manos, y no son tampoco raras las ocasiones en las que, a la inversa,hacemos con la cabeza.

Si hacemos caso a John Dewey, cosa que en general recomiendo, aprendemos haciendo y reflexionando sobre lo que hemos hecho. Para Ángel Pérez Gómez, aprender es, ante todo, aprender a pensar. Pensar para poder elegir, así que tiene todo el sentido del mundo lo que, por su parte, sostiene Marina Garcés cuando dice que enseñar es dar(nos) a pensar.

Lo que nos diferencia de otras especies, lo que nos hace verdaderamente humanos, sostiene Juan Ignacio Pozo en Adquisición de conocimiento (p.119-120) es nuestra capacidad de hacer explícitas nuestras propias representaciones y, por tanto, nuestra capacidad para informar sobre ellas o comunicarlas, a otros o a nosotros mismos. No fue solo, como tradicionalmente se pensaba, la liberación de las manos y el uso de herramientas lo que nos hominizó (J.I.Pozo. pp. 121-122), sino nuestra capacidad de representarnos a nosotros mismos y a los otros, de convertir nuestra mente en un objeto de conocimiento. Lo que nos humanizó, sostiene por su parte el paleontólogo Eduald Carbonell fue la adquisición de la capacidad de pensar sobre nuestra inteligencia, de entender el proceso de la vida y de adaptarnos al entorno través del conocimiento, la tecnología y el pensamiento. Somos humanos, podríamos concluir, porque hacemos, reflexionamos sobre lo que hemos hecho y podemos comunicar a otros eso que hemos hecho. Somos humanos porque pensamos, hacemos y nos comunicamos.

Elliott Erwitt. USA. New York City. 1950.

Elliott Erwitt. USA. New York City. 1950.

Explicitar nuestras representaciones nos permite no solo generar nuevo conocimiento, sino también dar nuevo sentido al que ya tenemos, es decir, aprender y, por tanto, poder enseñar. El punto decisivo de la evolución humana fue la formación de comunidades cognitivas señala Félix Angulo. “Lo que nos hace seres humanos es nuestra educabilidad, nuestro potencial para el aprendizaje y nuestra enorme capacidad para enseñar y educar al otro”. Somos humanos, entonces, porque aprendemos y enseñamos a otros. Somos humanos porque nos educamos los unos a los otros para la vida, para vivir mejor. “La educación es el motor de nuestra evolución y el paso del homo al human, de la hominización a la humanización.” (Félix Angulo)

Aprender no es copiar, ni reproducir la realidad, ni replicar sin cambios una información suministrada. Aprender no es memorizar. De hecho, nuestra memoria no está hecha para “recordar con fidelidad el pasado, sino para anticipar de modo flexible el futuro” (Edgar Morin).

Somos más eficientes proyectando futuros que replicando pasados, anticipando “lo por venir” que recordando lo ya pasado. A diferencia de otras especies, no aprendemos solo asociando y relacionando, sino también construyendo (J.I.Pozo). Aprender es construir, nos dicen desde hace años las ciencias de la educación. Aprender es elaborar una representación personal del objeto de aprendizaje. Aprender es una actividad mental. Aprender es pensar. Es un proceso de reorganización de nuestro sistema cognitivo.

Aprender no es solo un resultado. Es también, o ante todo, un proceso. En el aprendizaje, producto y proceso son relevantes.

Si aprender es hacer y pensar. Y pensar es, como hemos dicho, poner las cosas en movimiento. Aprender sería poner cosas en movimiento, movilizar recursos para hacer algo. Aprender es cambiar. Aprender tiene entonces más que ver con mudar que con acumular. Aprendemos para ser capaces de actuar. Aprender es un verbo de acción.

Elliott Erwitt. Newyork 1977

Elliott Erwitt. Newyork 1977

No aprendemos sobre la nada. No se construyen nuevos conocimiento sobre el vacío, sino desde unos conocimientos previos que nos permiten dotar de significado a los nuevos. Aprender nos exige también el esfuerzo de modificar nuestros esquemas previos. Enseñar sería ayudar a los alumnos en este costoso proceso de modificación y cambio. Enseñar consistiría entonces en mover o ayudar a moverse al que aprende.Enseñar es motivar. Entendiendo por motivación, como dice Juan Ignacio Pozo (min.15), la acción de mover a alguien hacia algo: “partir de lo que los alumnos quieren y desean aprender para llevarles a aquello que no les gustaría aprender o que inicialmente no están interesados en aprender”. Enseñar es también un verbo de acción.

Educar no es solo transferir, transmitir, trasladar. Educar no es solo proporcionar información sino ayudarnos a adquirir los procesos, las formas de pensar y los criterios que nos permitan convertir esa información en conocimiento, dice el mismo Pozo. “Educar(se) supone reconstruir no solamente los modelos mentales conscientes y explícitos, sino de manera muy especial los mecanismos, hábitos, creencias y mapas mentales inconscientes y tácitos que gobiernan nuestros deseos, inclinaciones, interpretaciones, decisiones y reacciones automáticas”(Ángel Pérez Gómez). Educar(nos) nos demanda experiencia, acción y reflexión.

Conocer y pensar no es llegar a una verdad absolutamente cierta, sino dialogar con la incertidumbre, afirma Edgar Morin. Es precisamente la incertidumbre la característica que mejor define hoy a nuestro mundo. Un mundo líquido (Zygmunt Bauman), desbocado (Anthony Giddens) y del riesgo (Ulrich Beck). Un mundo con más preguntas que respuestas y en el que más que suministrar las respuestas correctas debemos enseñar a hacer las preguntas adecuadas, dice Ángel Pérez Gómez.

Vivimos un intenso proceso de cambio que ya no es solo visible en el paso de una generación a la siguiente, sino dentro de una misma generación. Un cambio intrageneracional que todos estamos experimentando en primera persona (Mariano Fernández Enguita). Estamos inmersos en una de esas grandes (y escasas) revoluciones de la historia que “excede lo que son capaces de seguir las instituciones educadoras tradicionales, familia y escuela”.Un cambio que está afectando, por tanto, al sentido mismo de la escuela.

Elliott Erwitt

Elliott Erwitt

En este escenario, parece entonces razonable sostener, como hizo Guy Claxton en 1990, que la función principal de la educación en este mundo incierto debería ser dotar a la juventud de la competencia y confianza en sí misma necesarias para afrontar bien la incertidumbre (citado por Elena Martín).

La principal función de la escuela debería ser, como dice Helen Haste, dotarnos de la capacidad de respuesta creativa para gestionar la ambigüedad e incertidumbre que nos rodea y tratar constructivamente con múltiples perspectivas a veces irreconciliables. La principal función de la escuela sería “llevar a los alumnos al territorio de los problemas, entendiendo por tal tareas relativamente abiertas, que no tienen una única solución y que requieren de una gestión metacognitiva”, sostiene, por su parte, Juan Ignacio Pozo (Educar en tiempos inciertos. p. 277). Ser creativos en un contexto como el actual de especial incertidumbre. La principal función de la educación escolar, podríamos concluir, debería ser convertirnos en buenos aprendices. 

Cuestionar o cuestionarse los fines (los objetivos) de la educación escolar no es algo nuevo. Todos los movimientos de renovación pedagógica en los últimos cien años tenían detrás una idea concreta sobre esos fines. A mi me gusta especialmente por su claridad, la propuesta hecha por la UNESCO en su conocido Informe Delorsque identificó los cuatro pilares básicos de una educación para el Siglo XXI en la necesidad de aprender a conocer; aprender a hacer; aprender a ser y aprender a convivir: “para cumplir el conjunto de las misiones que le son propias la educación debe estructurarse en torno a cuatro aprendizajes fundamentales, que en el transcurso de la vida serán para cada persona, en cierto sentido, los pilares del conocimiento: aprender a conocer, es decir, adquirir los instrumentos de la comprensión; aprender a hacer, para poder influir sobre el propio entorno; aprender a vivir juntos, para participar y cooperar con los demás en todas las actividades humanas, por último, aprender a ser, un proceso fundamental que recoge elementos de los tres anteriores.” Es decir, la función de la escuela, para el informe Delors, sería la de formar a las personas de manera integral, algo que tradicionalmente no había sido el objeto de la escuela (más centrada en los saberes formales y abstractos) sino de otros ámbitos educativos situados fuera de la escuela, en la familia, las actividades de ocio, la educación no-formal y la informal.

La sociedad actual demanda, nos demanda, enfrentarnos a una creciente complejidad en muchas áreas de nuestras vidas. El conocimiento tiene sentido si nos ayuda a entender las características complejas de la vida actual y nos permite desarrollar las competencias para conocernos y gobernarnos, relacionarnos con los demás y llevar adelante nuestros proyectos vitales. Parece que la educación que necesitamos es aquella que nos permita dar respuesta e intervenir de la manera más apropiada posible con respecto a los problemas y cuestiones que nos va a deparar la vida en todos sus ámbitos de actuación. Aquella que nos ayude a construir nuestro proyecto vital en los ámbitos personal, social, académico y profesional. La escuela no puede, por tanto, quedarse solo en la enseñanza y aprendizaje de contenidos disciplinares. Debe buscar el desarrollo en cada alumno de un conjunto de conocimientos, habilidades, emociones, actitudes y valores que les permitan afrontar situaciones nuevas e imprevistas (Ángel Pérez Gómez). Debe formarnos para ser capaces de enfrentarnos a lo nuevo modificando los esquemas previamente aprendidos. El principal desafío que enfrenta la escuela es, entonces, dotar a cada alumno de la “capacidad de asumir su realidad, reflexionar críticamente sobre ella, decidir con autonomía intelectual y sustentado en valores, construidos social y democráticamente” (Elia Mella Garay).

Debemos comprender que “aprender a decir y a hacer son dos formas diferentes de conocer el mundo y, por tanto, no basta con tener conocimiento para saber usarlo, se requieren además estrategias, actitudes, adecuadas para afrontar nuevas tarea…. Saber hacer, usar el conocimiento adquirido, requiere un entrenamiento específico basado de alguna forma en la solución de problemas, no en la mera acumulación de saberes”, afirma, por su parte, Juan Ignacio Pozo en su brillante Aprender en tiempos revueltos (pp. 190-191).

Elliot Erwitt. Ireland. Ballycotton. 1991.

Elliot Erwitt. Ireland. Ballycotton. 1991.

Volviendo sobre los cuatro pilares de Delors, no es lo mismo aprender a decir (aprendizaje verbal, declarativos), que aprender a hacer (aprendizaje procedimental), que aprender a ser (aprendizaje actitudinal). Nuestra cultura ha tendido a limitar el aprendizaje escolar “solo” a los aprendizajes verbales, menospreciando los saberes prácticos. Hemos separado artificialmente los saberes teóricos, experimentales y experienciales. Hemos pensado que nos bastaba con aprender a decir (saberes simbólicos y abstractos) para saber hacer y usar ese conocimiento posteriormente (saberes prácticos y encarnados) y también para saber ser. Pero no es así.

Nuestra propia experiencia nos indica que sabemos decir mucho más de lo que somos capaces de hacer. Y, a la inversa, sabemos hacer muchas cosas que, sin embargo, no podemos explicar.

La actual sociedad del aprendizaje nos exige abordar los procesos de enseñanza/aprendizaje desde una perspectiva integral. Además del qué se aprender, hemos de replantearnos el cómo, el cuándo, el dónde y el para qué, tan útiles para promover la transferencia después de esos aprendizajes. Debemos aunar de nuevo producto y proceso. El qué y cómo. El qué y el para qué.

Nuestro objetivo debe ser que nuestros alumnos sean activos, participativos, autónomos, curiosos, independientes, reflexivos y capaces de planificar y evaluar su propio aprendizaje a lo largo de la vida. Debemos ayudarles a desarrollar los recursos mentales, emocionales y sociales que les permitan hacer frente a la incertidumbre y la complejidad del mundo actual. Formarles para que sean capaces de construir su plan de vida contribuyendo a su plan personal pero también participando de forma activa con otros.

Nuestro objetivo es que nuestros alumnos sean competentes. Entendiendo por competencia el “poder actuar eficazmente en una clase de situaciones concreta movilizando y combinando en tiempo real y de forma pertinente recursos intelectuales y emocionales” (Philippe Perrenoud).

Wayne Miller. 1958

Wayne Miller. 1958

Necesitamos una escuela que forme a los alumnos para una sociedad cambiante. Una sociedad, como hemos dicho, caracterizada por la incertidumbre, la inseguridad, la flexibilidad, el relativismo y la ambigüedad. Nos enfrentamos al difícil desafío de anticipar un futuro que no podemos predecir. La escuela se enfrenta al reto de preparar a los alumnos para un futuro incierto. Prepararles, como dice Cristóbal Cobo, a prueba de futuro. Prepararles para la vida o, mejor, prepararles para prepararse durante toda la vida. Todo parece demandarnos un nuevo paradigma para el aprendizaje y la enseñanza escolar que paradójicamente recupere nuestra esencia como especie, nuestra enorme capacidad para enseñar y educar al otro.

*El título de este post está tomado del recomendable libro de mi amigo Cristobal Cobo, La innovación pendiente (p. 38). Descargable aquí.

**La fotografías son del fotógrafo estadounidense Elliott Erwitt, nacido en París en 1928, hijo de emigrantes rusos-judios y emigrante él mismo a la edad de diez años (1939) a consecuencia de la II Guerra Mundial y del fotógrafo estadounidense Wayne Miller (1918-2013).

Fuente: https://carlosmagro.wordpress.com/2017/04/12/prepararnos-a-prueba-de-futuro/

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México: Educación horizontal gracias a la tecnología en el aula del futuro UNAM

América de Norte/México/14 de febrero de 2017/Fuente: la jornada

Aprender de manera horizontal, compartiendo computadoras, mesas de trabajo y pizarrones en los que se puede intervenir y cuestionar, es posible en el aula del futuro, un proyecto de la UNAM en donde la tecnología es un instrumento de la educación, sostuvo el investigador Fernando Gamboa Rodríguez.

El experto del Centro de Ciencias Aplicadas y Desarrollo Tecnológico (CCADET) de la UNAM y coordinador del proyecto, dijo que en esta aula la tecnología no “viste” al salón de clases de modernidad y herramientas atractivas para los alumnos.

«Va más allá, y ensaya nuevas formas de enseñar y aprender, basadas en espacios colaborativos. Usa dispositivos electrónicos (tabletas, computadoras, pizarrones electrónicos y muros colaborativos) como una forma de compartir el conocimiento», subrayó en un comunicado.

Sostuvo que aquí se aprende a trabajar en equipo, a cuestionar al maestro, a mejorar el trabajo del compañero, a ser ciudadano participativo…

“Se llama aula del futuro porque se trata de imaginar nuevas maneras de hacer la enseñanza-aprendizaje, y en esos ambientes cómo se vería la tecnología”, resumió.

Argumentó que “no es una propuesta tecnológica, sino educativa; pero además es aspiracional, pues nunca llegamos al futuro, siempre estamos caminando con nuevas ideas y propuestas; es una utopía que sirve para caminar”.

Con diversas instituciones educativas (desde preescolar hasta posgrado), su equipo multidisciplinario ayudan a definir esos nuevos espacios, como son salones de clases, bibliotecas, salas de reuniones, laboratorios (de ciencia y de arte) y repositorios, dijo.

“Proponemos dinámicas e interacciones que se pueden establecer entre los alumnos y el profesor, pues queremos hacer de la escuela un nuevo punto de encuentro, donde el aprendizaje sea más significativo”, dijo el experto.

Sin espacios rígidos ni alineados, el aula del futuro es esencialmente flexible. Funciona entre iguales, así que tiene mesas modulares que se separan o unen en una más grande (redonda o cuadrada) y tienen una superficie interactiva, en donde los alumnos y el maestro pueden compartir ejercicios y experiencias, y no sólo trabajar en su computadora personal.

También tiene un muro colaborativo, que sustituye al pizarrón y al que se puede acceder desde el asiento del alumno. “Se trata de ser flexibles, de cuestionar y colaborar, de poner la tecnología al servicio de la educación”, concluyó.

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2017/02/11/educacion-horizontal-gracias-a-la-tecnologia-en-el-aula-del-futuro-unam

Imagen: www.jornada.unam.mx/ultimas/2017/02/11/educacion-horizontal-gracias-a-la-tecnologia-en-el-aula-del-futuro-unam/aula.jpg

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España: Jornada de Innovación: Big Data en Educación

España/10 noviembre 2016/Fuente: Unirevista

Enmarcado en el trabajo del Proyecto de Innovación de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) que lleva por título “Big data en educación: tipologías de los estudiantes a partir del estudio de las interacciones dentro del triángulo pedagógico”, se celebrará el 14 de Noviembre en Madrid la jornada Big DATA en EDUcación con la participación de varios profesores-investigadores de la Universidad Internacional de la Rioja (UNIR).

Este proyecto de innovación está focalizado en la Facultad de Comercio y Turismo de la Universidad Complutense, y tiene como objetivo el análisis de los datos procedentes de las interacciones en el escenario educativo, recogidos desde la plataforma Moodle. Consideramos que este análisis de datos puede definirnos una clasificación de modelos de estudiantes que impliquen la mejora de los procesos de enseñanza.

Cuenta con investigadores de distintas áreas, dirigidos por el profesor titular Adolfo Hernández Estrada. Desde la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), los integrantes de este proyecto Jesús Macías y Blanca Arteaga, pertenecen al GdI Educación Personalizada en la Era Digital (EPEDIG), y aportan su trabajo centrado en el aprendizaje del estudiante como centro del escenario educativo.

Por su parte, Luis de la Fuente, investigador del Grupo Technology-enhanced Learning & Social Networks (TELSOCK) disertará sobre la investigación en Learning-Analytics. “Se trata de explicar el punto de vista de los datos utilizados para analizar el progreso y el rendimiento de los alumnos”, ha comentado el investigador que ha participado en proyectos de investigación sobre esta materia como A4Learning o INTUITEL.

Aprendizaje significativo en un entorno dinámico

Los planteamientos actuales en el entorno universitario, teniendo en cuenta la incorporación de tecnologías, construyen un escenario donde los datos procedentes de las interacciones dentro del triángulo didáctico, saber-profesor-alumno (Houssaye , 1988) han aumentado considerablemente tanto en número como en posibilidades, y requieren una intervención por parte de los docentes que puedan incorporarlos a la mejora de su práctica docente y por lo tanto, al incremento de resultados favorables en el aprendizaje significativo de los estudiantes para su incorporación al mercado laboral.

La plataforma virtual Moodle facilita un entorno dinámico para utilizarlo como innovación en el proceso de enseñanza-aprendizaje e incorporarlo a prácticas de investigación-acción. Este hecho se justifica en el aporte de una gran cantidad de información procedente de distintas fuentes (accesos del alumno, materiales, tipología de los dispositivos, formación de grupos, etc.), que pueden suministrar datos que analizados de forma conveniente lleguen a definir modelos de actuación que ayuden tanto al profesor en ejercicio como al profesor novel que se incorpora al departamento.

Como medio de colaboración de esta investigación se organiza esta jornada donde contaremos con ponentes de amplia experiencia docente e investigadora de distintas universidades madrileñas. Consideramos el espacio universitario un marco de colaboración especializado, donde de forma conjunta podamos construir espacios que permitan el trabajo conjunto de recogida y análisis de un enorme volumen de datos, cuyo fin principal es la mejora del aprendizaje.

Nuestros ponentes y el título de sus intervenciones son:

  • Esteban García Cuesta. (Universidad Europea de Madrid). Big data y análisis del aprendizaje
  • Luis de la Fuente Valentín. (Universidad Internacional de La Rioja). Aplicación e investigación de Learning Analytics: pequeñas y grandes ideas
  • Pedro José Muñoz Merino. (Universidad Carlos III de Madrid). Mejorando el proceso del aprendizaje con técnicas de minería de datos educativos

Fuente:http://www.unir.net/research/revista/noticias/jornada-de-innovacion-big-data-en-educacion/549201562613/

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Perú: Conferencia «Curriculum integrado, educación significativa y la necesidad de repensar los contenidos culturales»

América del Sur/Perú/06 de Noviembre 2016/Fuente y Autor: Pontificia Universidad Católica del Perú

El Departamento Académico de Educación tiene el agrado de invitar a la comunidad PUCP y público en general a la conferencia “Curriculum integrado, educación significativa y la necesidad de repensar los contenidos culturales”, a cargo de Jurjo Torres Santomé, catedrático de Universidad de Didáctica y Organización Escolar en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de A Coruña – España. Sus líneas de investigación son: curriculum integrado e interdisciplinariedad, análisis de políticas educativas, curriculum antidiscriminación, multiculturalismo, pedagogía crítica y formación del profesorado.

  • Fecha: Martes 8 de noviembre
  • Hora: 7:00 p.m. – 9:00 p.m.
  • Lugar: Auditorio de Estudios Generales Letras – Campus PUCP
  • Ingreso libre previa inscripción a: dptoeduca@pucp.edu.pe

El evento es organizado por el Departamento Académico de Educación, la Maestría en Educación y la Maestría en Cognición, Aprendizaje y Desarrollo.

Fuente de la noticia: http://departamento.pucp.edu.pe/educacion/destacado/conferencia-curriculum-integrado-educacion-significativa-y-la-necesidad-de-repensar-los-contenidos-culturales/

Fuente de la imagen: http://departamento.pucp.edu.pe/educacion/files/2016/10/Final.jpg

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Perú: Entrevista al Dr. Alberto Cañas

América del Sur/Perú/28 de octubre de 2016/www.reddolac.org

Hace unos días, desde el 2012, año en el que coincidimos en un evento académico en Venezuela, volví a encontrarme personalmente, en Perú, con mi buen amigo el Dr. Alberto Cañas. Fue durante la visita que hizo invitado por la Universidad Católica Los Ángeles de Chimbote, donde desarrolló una serie de actividades académicas durante las cuales  tuve la oportunidad de hacerle una entrevista.

Aquí les comparto la edición de la entrevista, su contenido es muy importante para nosotros docentes por lo que les recomiendo escucharla, compartirla entre sus colegas y comentarla en este foro.

Tomado de: http://www.reddolac.org/profiles/blog/show?id=2709308%3ABlogPost%3A566576&xgs=1&xg_source=msg_share_post

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