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Alcaldesa de París confirma apertura de dos centros de refugiados

Europa/ Francia/París PL

Las autoridades de París abrirán próximamente dos centros de acogida de refugiados, uno de los cuales estará listo para finales de septiembre, anunció hoy la alcaldesa de la capital de Francia, Anne Hidalgo.

En declaraciones a la emisora France Inter, Hidalgo precisó que uno de los inmuebles estará dedicado a hombres, y otro a mujeres y niños, incluidos los menores no acompañados.

Las instalaciones contarán con las condiciones adecuadas para recibir a los foráneos y en ellos se les brindará asesoría con vistas a su regularización en esta nación.

Asimismo, la alcaldesa enfatizó la importancia de dar respuesta al ‘drama humanitario’ que significan los movimientos migratorios.

La llegada de indocumentados a París es un fenómeno cada vez más perceptible pues los foráneos instalan campamentos irregulares en algunos puntos de la ciudad, en los que permanecen en condiciones muy precarias.

Las autoridades locales evacuan con frecuencia esas concentraciones, pero poco después los migrantes vuelven a instalarlas, mientras el Estado no dispone de sitios suficientes para darles acogida.

Este fin de semana la ministra de Vivienda, Emmanuelle Cosse, anunció que el gobierno de Francia podría confiscar lugares públicos para dedicarlos a la acogida de migrantes.

‘Estamos frente a un fenómeno migratorio sin precedentes, en los últimos tiempos cada día alrededor de 70 migrantes llegan a la ciudad’, indicó la titular en declaraciones al Journal de Dimanche.

Frente a la situación, agregó, el Estado asume sus responsabilidades, pero tales esfuerzos no cubren todas las necesidades y por ello ‘debemos organizar una movilización general’, señaló.

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=23277&SEO=alcaldesa-de-paris-confirma-apertura-de-dos-centros-de-refugiados

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Siria: El desesperado rostro de la guerra

Asia/ Siria/30 de agosto de 2016/ Fuente y Autor/Siempre/Bernardo González Solano

El mundo sufre fortísima crisis humanitaria. Por atender el bosque se pierde el árbol. El siglo XXI empezó mal: los atentados terroristas que derrumbaron las Torres Gemelas en la ciudad de Nueva York el 11-S de 2001, dieron paso a un imparable derramamiento de sangre desde el centro mismo del último imperio: Estados Unidos de América (EUA), que se ha extendido al Viejo Continente (en varias de sus milenarias capitales), a Asia y al Oriente Medio, donde no ha parado la matanza (por todas las razones ideológicas y religiosas posibles).

Desde hace un lustro, en Siria, lo que se inició como una revuelta popular se ha convertido en una guerra civil en la que se han implicado varios países de la región, y varias de las potencias que forman parte del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU). Esta guerra ya casi suma 300,000 muertos y millones de heridos. Aparte de las víctimas mortales castrenses (que no son la mayoría), la población civil y especialmente los niños, son los que sufren principalmente las consecuencias de ese enfrentamiento en el que EUA y Rusia ya están implicados.

Los infantes sirios nacidos hace cinco años no conocen otra vida que la de los sótanos, los refugios, la escasez de alimentos, de medicina, la muerte de sus padres, hermanos y el resto de la familia. En el último de los casos, abandonar el país, en calidad de refugiados con el propósito de tratar de llegar a la Unión Europea, cruzando el Mediterráneo donde muchos miles ya han perdido la existencia. A últimas fechas, fotografías de infantes supervivientes y de cadáveres de pequeños ahogados, han impactado en todo el planeta. La crudeza de las imágenes de dos niños sin futuro podrían representar una oportunidad para que la guerra en Siria llegara a su fin, lo cual no es seguro.

Pero, al mismo tiempo, también significan el desinterés de la Humanidad por el sufrimiento de nuestros semejantes en países que la mayoría no saben ubicar en los mapas. En resumen, el mundo se ha deshumanizado. El sufrimiento de millones y millones de seres humanos no les importa a la mayoría. Cada quien se preocupa únicamente por lo suyo. Lo que significa, simple y llanamente que “cada quien se rasque con sus uñas”. Esa es la verdad. Lo demás es hipocresía.

De acuerdo a United Nations Children´s Fund (UNICEF: Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia), 8.4 millones de niños están afectados por el conflicto armado en Siria. En lo que va del mes de agosto, ningún convoy con ayuda humanitaria internacional ha podido llegar a ninguna de las zonas asediadas por los combatientes en territorio sirio, ni en Alepo, al norte del país, la segunda ciudad más importante donde residían 1.5 millones de habitantes, dividida por los enfrentamientos desde 2012, ni en otras partes donde más de 500,000 civiles carecen de lo elemental para sobrevivir.

Por esto, de acuerdo con Peter Salama, director regional para Oriente Próximo y el Norte de África de UNICEF, 3.7 millones de sirios han nacido tras el inicio de la guerra civil en 2011, y entre ellos 151,000 son refugiados desde el primer día de sus vidas porque nacieron en el seno de familias cuyos jefes tuvieron que abandonar su patria. Asimismo, apunta el funcionario internacional: “Las vidas de estos niños están marcadas por la violencia, el miedo y el desplazamiento”. Además, dos millones de infantes no reciben ningún tipo de educación en el país, según SaveThe Children en el país, y tampoco otros 700,000 niños nativos de países vecinos.

Las cifras de UNICEF son apabullantes: en territorio sirio, de los 13.5 millones de personas en situación desesperada, la mitad son menores de 18 años, y 6.5 millones de niños tuvieron que huir de sus hogares convirtiéndose en desplazados forzados, aparte de otros dos millones que todavía viven en lugares difíciles donde no pueden llegar los pocos  organismos internacionales de ayuda humanitaria que todavía tratan de hacerlo. El organismo de la ONU asegura que las violaciones contra menores de edad son asunto cotidiano. El año pasado se registraron más de 1,500 agresiones graves. Más del 60% fueron asesinatos y mutilaciones por el estallido de todo tipo de bombas en sitios de tránsito, incluso para ir a la escuela.

La angustiosa situación se da no sólo en Alepo, sino en las áreas leales a Damasco bajo el asedio de los adversarios del “gobierno”. En ese cerco están encerrados, por lo menos, más de 100,000 niños que viven en sótanos donde apenas sobreviven, como el resto de una población exhausta tras cinco años de carnicería e impunidad en Siria. Parte de los civiles que aún se encuentran en la desdichada ciudad de Alepo están bajo el control de los rebeldes. De tal suerte, los sitios a los que los somete el régimen impide la llegada de alimentos, electricidad, agua, medicinas y productos de primera necesidad. Además, algunas ONG denunciaron un aumento de los ataques contra los colegios en las ciudades de Idlib y Alepo. Seis centros educativos fueron atacadas en menos de siete días.

Entre bombardeos indiscriminados de escuelas y hospitales –más de 25 en lo que va de 2016–, el régimen de Bashar al-Asad usa armas no “convencionales” como los barriles bomba, gases químicos como el cloro o el temible napalm (que en la guerra de Vietnam causó miles de muertos), prohibido por todos los tratados de protección de civiles en conflicto. La razón del veto mundial para este tipo de materiales mortíferos, es la imposibilidad de dirigirlas con precisión sobre objetivos militares.

Muchos niños tienen que permanecer en Siria y otros tratan de escapar –con sus familias o solos–, con destino a Europa y algunos países vecinos con la esperanza de encontrar una vida más segura. De acuerdo a información proporcionada por el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), en el mes de junio último había dos millones y medio de infantes sirios con la condición de refugiados. En la Unión Europea hay 214,355, la mayoría de los cuales se encuentran, en Alemania (82,520); Hungría, 45,625; y en Suecia, 27,975, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Así, los refugiados infantiles son el grupo más débil y vulnerable. Los niños sufren abusos, tráfico, enfermedades y explotación laboral y sexual. Y muchos mueren ahogados en el mar Egeo y el Mediterráneo.

En 2015, más de la mitad de los casos estudiados por la ONU los “niños soldados” eran menores de 15 años, un 30% más que el año anterior. “Los niños están siendo utilizados para matar”. El mejor ejemplo de lo anterior se presentó en la noche del sábado 20 de agosto en la ciudad de Gaziantep, Turquía, en una fiesta nupcial, cuando un menor de entre 12 y 14 años de edad, se convirtió en un suicida-terrorista al estallar una carga explosiva que causó por lo menos 51 muertos y 94 heridos. Este atentado es el más mortífero registrado en el país en lo que va del presente año –el acto terrorista en el aeropuerto de Estambul en junio pasado causó 45 muertos–, y al momento de escribir está crónica todavía nadie se atribuía la autoría del mismo, aunque el presidente Recep Tayyip Erdogan acusó al Estado Islámico como probable autor de la masacre.

En tales circunstancias, el miércoles 17 de agosto, circuló en los medios una fotografía  que dio la vuelta al mundo por el efecto viral de las redes sociales que tanto bien y tanto daño causan en los días que corren. La imagen del pequeño Omran Daqneesh, de cinco años de edad, ensangrentado y polvoriento como su patria, Siria, recorrió todo el planeta en segundos. “El niño de la ambulancia”, se tituló la foto. Su corta y  dramática historia está ligada a la guerra en Alepo.

Un vídeo proporcionado por el Aleppo Media Center –activistas enemigos del régimen de Bashar al-Asad–, proyecta el momento en que los rescatistas sacan a Omran, conmocionado, de entre los restos de su hogar, en el barrio de Qaterji, junto a sus cuatro hermanos, uno de los cuales moriría pocos días después.

La foto que ya se hizo famosa, muestra a Omran sentado en una silla color naranja. La imagen es el símbolo de la sinrazón de la guerra civil en Siria. La impresión es apabullante: el horror en grado sumo. El niño mira sus manos, manchadas con su propia sangre y trata de limpiarse en sus sucios pantalones cortos. La expresión vacía, en shock. El autor de la foto, Mahmud Rslan, dijo a la agencia AFP. “He tomado muchas fotos de niños muertos o heridos por los bombardeos, lo que ocurre cotidianamente en la parte rebelde de Alepo…lo normal es que estén desmayados o lloren. Pero Omran estaba ahí sin voz, con la mirada perdida. Es como si no comprendiera muy bien lo que le acababa de suceder”. No era para menos.

Era forzoso que está fotografía remitiera a otra imagen fotográfica, la de un niño ahogado en una playa turca cuando intentaba llegar, con su familia, a la isla griega de Kos. El nombre del pequeño: Aylan Kurdi. Recorrió el mundo como sucedió con Omran Daqneesh . El fenómeno fue similar en ambos casos, el seguimiento de la noticia fue masivo. Todo el mundo se impactó con las imágenes. Pero nada cambió. Todo sigue igual. La guerra continúa en Siria y en muchas otras partes. La suerte de los niños es la misma. VALE.

Fuente: http://www.siempre.com.mx/2016/08/el-desesperado-rostro-de-la-guerra/

Imagen: www.siempre.com.mx/wp-content/uploads/2016/08/3298-Berna.jpg

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Rescatistas chinos llegan a Italia para asistir a afectados por sismo

Tomado de: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=22218&SEO=rescatistas-chinos-llegan-a-italia-para-asistir-a-afectados-por-sismo
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Asia: Inician en Myanmar evaluación de los daños ocasionados por sismo

Tomado de: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=22223&SEO=inician-en-myanmar-evaluacion-de-los-danos-ocasionados-por-sismo
Imagen: https://www.google.com/search?q=Myanmar&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwiildKGnd_OAhXCKh4KHZf8DrUQ_AUICCgB&biw=1366&bih=623#tbm=isch&q=terremoto+en+Myanmar&imgdii=iACGnLD0bfzSlM%3A%3BiACGnLD0bfzSlM%3A%3Bf-VD2etF8AQmfM%3A&imgrc=iACGnLD0bfzSlM%3A
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Honduras: Alli donde vivo hay unas maras… Ellos mandan allí

Centro América/Honduras/25 de agosto de 2016/Fuente: medium

A la edad de 15 años, Nakisha, que pertenece a la comunidad afrocaribeña minoritaria de Honduras, está acostumbrada a actuar como una madre con sus dos hermanos más pequeños.

Su madre, que ha criado sola a sus hijos, se encuentra a menudo fuera de la casa, trabajando en los países vecinos o tratando de llegar a los Estados Unidos, algo que ha intentado hacer por lo menos cuatro veces. La situación en el país es grave. “Alli donde vivo hay unas maras… Ellos mandan allí”, dice Nakisha. “Ellos buscan a los niños de la comunidad para meterles a la misma mara de ellos. Tengo un primo que se convirtió. El es marero ahora y tiene sólo 12 años. Ahora lo están buscando para matarlo… Un amigo de él lo acaban de matar, lo acuchillaron. Después lo cortaron en pedacitos y lo dejaron en una bolsa para mi tía”.

A Nakisha le encantaría poder huir de todo esto, estudiar y conseguir un trabajo como enfermera para mantener a su familia. Pero dice que le da demasiado miedo hacer otra vez el peligroso viaje a los Estados Unidos. Ya lo intentó una vez, en 2014, con su madre, su hermano de 3 años, su hermana de 8 años y un primo. Fueron atacados en un par de ocasiones, evitaron varias veces ser detenidos por muy poco, y finalmente pudieron cruzar el Río Grande, la vía fluvial que separa México de los Estados Unidos. Las autoridades de inmigración les enviaron de vuelta a su país. Cuando viajaba en el tren de carga a través de México vio a un muchacho que se cayó a las vías y “se cortó en la mitad”. Nakisha dice que nunca quiere volver a viajar de esa manera. “Yo quisiera irme un día, pero con papeles… Yo mas quería ir por la high school, por el colegio y todo eso”.

#VidasEnTránsito

Acá el informe completo

https://drive.google.com/viewerng/viewer?url=http://www.unicef.org/spanish/media/files/UNICEF_Child_Alert_Central_America_2016_ES.pdf

Fuente: https://medium.com/@uniceflac/alli-donde-vivo-hay-unas-maras-ellos-mandan-all%C3%AD-37696a3e9aec#.zg9xecw9s

Imagen: https://cdn-images-1.medium.com/max/2000/1*Az10dea35we9UexXEorzBQ.jpeg

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ACNUR se prepara para una gran situación de desplazamiento interno en Mosul, Irak

Asia/Irak/28 de agosto de 2016/Fuente: ACNUR

A medida que la acción militar se dirige a retomar la segunda ciudad más grande del país, la Agencia de la ONU para los Refugiados está mejorando los esfuerzos para asistir a cientos de miles de personas más.

 – El desplazamiento en Irak podría empeorar dramáticamente con el enfoque de la acción militar dirigiéndose a retomar Mosul, la segunda ciudad del país, dijo hoy el ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados.

La ciudad al norte de Irak fue capturada por militares en junio de 2014, un momento en el que tenía una población estimada de 2,5 millones de personas. Las fuerzas gubernamentales de Irak han puesto su atención en la ciudad, desde retomar Faluya a finales de mayo.

“Mosul es la segunda ciudad más grande en Irak, y se espera que el impacto humanitario de la ofensiva militar allí sea enorme. Más de 1,2 millones de personas podrían verse afectadas”, dijo Adrian Edwards el martes en una nota en Ginebra.

Ya en meses recientes, cerca de 213.000 personas han huido de sus hogares en diferentes partes de Irak. Esto incluye 48.000 personas del área de Mosul, 87.000 de Faluya y 78.000 de Shirqat, Qayyara y alrededores.

“Mosul es la segunda ciudad más grande en Irak, y se espera que el impacto humanitario de la ofensiva militar allí sea enorme”.

El ACNUR brinda ayuda humanitaria, incluyendo albergue, paquetes con materiales de primera necesidad y servicios de protección, tales como la ayuda legal para las familias desplazadas. Ante la inminente situación en Mosul, la Agencia de la ONU para los refugiados está redoblando sus esfuerzos para poder asistir a cientos de miles de personas más.

“ACNUR está haciendo lo que puede con respecto a grandes desafíos para construir más campamentos para alojar personas y mitigar su sufrimiento, pero aún se necesitan terrenos adicionales para campamentos y fondos”, dijo Edwards.

Él recalcó que los planes de contingencia se han diseñado para proporcionar asistencia en materia de alojamiento para hasta 120.000 personas que huyen del conflicto en Mosul y sus alrededores, como parte de una respuesta interagencial a la crisis. Además, en toda la región se están ampliando o creando una serie de campamentos, al tiempo que se preparan otras opciones de albergue.

En total, ACNUR quiere establecer campamentos en hasta seis lugares en el norte de Irak, aunque el progreso depende tanto de la disponibilidad de terrenos como de la financiación. De la petición de 584 millones de dólares del ACNUR para ofrecer asistencia a las personas desplazadas, incluidos los refugiados iraquíes en la región, para el 2 de agosto apenas se había recibido un 38 por ciento.

“Debería hacerse todo lo posible para garantizar la seguridad y dignidad de las personas afectadas”.

ACNUR sigue abogando, en un contexto de conflicto volátil, complejo y de rápida evolución, por la libertad de movimiento de la población civil. Edwards declaró que esto “resulta especialmente crítico cuando se trata de personas que huyen de zonas de combate. Debería hacerse todo lo posible para garantizar la seguridad y la dignidad de las personas afectadas”.

En Debaga, en la gobernación de Erbil, durante los meses de julio y agosto se finalizó la construcción de dos campamentos que acogerán a desplazados iraquíes que han huido de pueblos situados al este del río Tigris. Debido al número de llegadas diarias, ACNUR quiere construir un nuevo campo, aunque está a la espera de que las autoridades locales faciliten un terreno.

Debaga ha multiplicado por diez su tamaño en apenas unos meses: de ser un campamento que acogía a 3.500 personas desplazadas en marzo, ha pasado a contar con varios emplazamientos que hoy acogen a más de 34.000 personas.

En el norte de Mosul, casi han finalizado los trabajos en el campo de Zelekan, en el distrito de Sheikhan, que cuenta con una capacidad de 1.200 tiendas de campaña. En el recinto de Amalla, en el distrito de Telafar, al noroeste de Mosul, también prosiguen los preparativos para la construcción de un campamento con capacidad para 3.000 tiendas.

En Kirkuk, ACNUR está construyendo en el distrito de Daquq un nuevo campamento con una capacidad para 1.000 tiendas y ampliando los campamentos de Nazrawa y Laylan, que ya están llenos.

 Edwards aseguró que prosiguen los trabajos en Salah al-Din para la construcción de un campamento en Tal al-Seebat para 1.000 tiendas, mientras que el ACNUR también está valorando e identificando otros lugares en diferentes puntos del norte de Irak, en estrecha colaboración con las autoridades.

Según Edwards, encontrar terreno disponible para los nuevos campamentos se ha convertido en un aspecto crucial. Las autoridades locales identifican y proporcionan los terrenos y ACNUR, otras agencias de la ONU y colaboradores humanitarios evalúan su idoneidad. Aun así, esta cuestión está plagada de problemas.

“Muchos propietarios no quieren arrendar sus tierras; mientras que otros terrenos pueden no ser apropiados debido a su topografía, su proximidad a la primera línea de combates o a operaciones militares y el riesgo de contaminación por minas terrestres y artefactos sin explotar (UXO, por sus siglas en inglés), o puede encontrarse en un área en el que la llegada de desplazados iraquíes puede avivar tensiones étnicas, sectoriales, religiosas o tribales”, dijo.

No todas las personas que se desplacen de Mosul encontrarán albergue en campamentos formales, y el ACNUR y sus socios también están pre posicionando paquetes para albergues de emergencia, como por ejemplo palos, herramientas, plásticos, para distribuir a medida que las necesidades crecen.

El ACNUR lidera la coordinación de protección, albergue, y bienes no alimentarios, así como manejo de respuesta. La Agencia cuenta actualmente con reservas de emergencia de tiendas de campaña y otros artículos de primera necesidad para 20.000 familias en todo el país.

Fuente: http://www.acnur.org/noticias/noticia/acnur-se-prepara-para-una-gran-situacion-de-desplazamiento-interno-en-mosul-irak/

Imagen: www.acnur.org/fileadmin/_processed_/csm_08.2016.23_Desplazamiento_Irak_73df62c849.jpg

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Perú: Una causa basada en hechos reales

América del Sur/Perú/ 23 de agosto de 2016/ Fuente: europasur

Un algecireño recauda fondos para mejorar las condiciones de vida de niños en exclusión social de Perú Lanza una campaña de ‘crowdfunding’ y un blog donde relata sus vivencias.

Un viaje directo a la inagotable necesidad. Hace un mes y medio los pasos de un ingeniero informático algecireño le llevaron a un orfanato del Cusco (Perú). David Pelayo, de 27 años, no ha querido ser uno más. Dejando atrás una infancia de superación dentro de una familia en riesgo de exclusión social de La Bajadilla y tras comprobar con sus propios ojos la realidad que se vive en Latinoamérica, ha lanzado una campaña de crowdfundingpara intentar recaudar 20.000 dólares -unos 17.600 euros- para construir baños de ladrillo, bien climatizados e higiénicos, además de ayudar a cubrir otras necesidades básicas como la alimentación y la electricidad.

Junto a su novia, Sonia Figuera (Lleida), Pelayo emprendió un viaje con una escala de voluntariado para conocer el orfanato de Azul Wasi, liderado por Alcides Jordán, ex policía de Cusco. La pobreza y el abandono infantil le llevó a crear el orfanato con apoyo de amistades. Con su aportación personal y la de varias pequeñas ONG del mundo ha conseguido construir lo que ahora es Azul Wasi, un hogar en el que ya hospeda a unos 20 jóvenes.

Cuando llegó Pelayo descubrió un entorno de niños saludables y alegres. El más pequeño tiene 4 años y el mayor 19 y estudia Periodismo. Disponen sólo de una persona que se encarga de la cocina y un profesor. Jordán acude con su esposa los fines de semana. El algecireño rápidamente se percató de las necesidades. «Reciben mucha aportación material, pero poca económica que les permita progresar en infraestructuras».

Figuera es pedagoga y profesora, lo que les aportó una evaluación y atención personalizada. Pelayo como ingeniero informático, con experiencia como docente, se enfundó el mono de trabajo y realizó labores que le llevaron desde a pintar paredes hasta a apoyar en cocina o en educación. No obstante, donde vio que podía marcar algo más la diferencia fue aprovechando sus conocimientos en tecnología para intentar cubrir la brecha tecnológica que sufren. «Solo poseen un par de ordenadores y alguna tablet que le han regalado, dejándolos aislados de la realidad moderna interconectada», explica.

Se puso las pilas y comenzó a grabarlos para hacer un vídeo promocional de una campaña con la que ahora intenta recaudar fondos para poder construir baños. Los que ahora existen son de un material muy viejo y rápidamente degradable. «Las ayudas públicas o gubernamentales son completamente nulas. Y cuando las hay exigen un batallón de requisitos y controles que impiden que los niños posean cierta libertad a la hora de realizar sus tareas».

El principal objetivo de Pelayo es darle visibilidad a la historia de los chicos -enlace para consultar la iniciativa en la plataforma Indiegogo https://www.generosity.com/education-fundraising/azul-wasi-needs-new-bathrooms/x/14760265-. Sabe que hay muchas otras organizaciones que se encargan de hacer labores similares y gente que necesita ayuda. Lamenta que en Perú hay mucha corrupción y muchos de estos hogares se dedican a conseguir fondos de voluntarios y corporaciones «para luego llenarse los bolsillos». La prioridad número uno de la fundación es que los chicos estudien y tengan futuro.

El algecireño estudió en el colegio María Auxiliadora. Nació y creció en La Bajadilla en una familia inmersa en un mundo de exclusión y problemas sociales, personales y económicos. «Siempre nos faltó dinero para tener instalación eléctrica en condiciones, nunca llegábamos a final de mes. Hemos pasado hambre, penurias y muchas peleas». Es el pequeño de tres hermanos. A los 8 años se acercó a un ordenador.

La buena educación que recibió en el colegio, siendo Ana Villaescusa una gran influencia en su persona, le permitió decantarse a los 16 años por estudiar Informática. Se tramitó sus propias becas y se fue a Madrid con 17 años a una residencia de estudiantes. «Rápidamente tuve que empezar también a trabajar para poder costearme otras cosas». Tras becas, esfuerzos y compaginar diferentes trabajos, hoy puede decir que acabó su carrera y desde hace casi siete años trabaja en el sector.

Pelayo observa a los pequeños del orfanato y recuerda las dificultades que vivió en su infancia. Todos tienen un patrón en común: sus familias están desestructuradas. Algunos tienen progenitores adictos a algún tipo de droga. Otros han sido explotados para trabajar para sus padres. «La gran mayoría de ellos ha acabado viviendo y durmiendo en la calle durante su infancia, en vez de estar jugando como cualquier niño se merece». «Cuando veo la mirada profunda de un niño y me cuenta su historia, veo reflejado cómo pude salvar mi futuro y cómo ellos en realidad tienen la oportunidad de tener un futuro como el mío o mejor», asegura.

El algecireño sabe que a pesar de que tengan algún tipo de trauma, «puedes sentir rápidamente como todos tienen muchísimas ganas de vivir. Y es lo que más desean, tener sueños, ilusiones, metas, experimentar, jugar, curiosear, vivir en definitiva».

Ha hecho de esta experiencia de vida, del voluntariado, de sus vivencias, un meta. «Te marca el poder experimentar, venir aquí y conocerlos, porque desde el primer saludo que te dan y te llaman amigo hasta el último momento están deseando descubrir nuevas cosas, preguntan y quieren que te quedes y que estés con ellos. Es una experiencia increíble para cualquier ser humano».

Fuente: http://www.europasur.es/article/algeciras/2353123/una/causa/basada/hechos/reales.html
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