Santos Guerra: «Una pantalla no es la escuela, la dimensión socializadora exige presencia»

Desde el inicio de la pandemia, el pedagogo español Miguel Ángel Santos Guerra recibió distintas historias de docentes y alumnos angustiados frente a un presente incierto, donde el distanciamiento social es la dinámica que reina. Tiempos de pantallas que dejaron expuestos la brecha digital de los chicos y sus familias. “Las emociones se han extendido y profundizado durante la pandemia, sin embargo, el currículum ha seguido centrado en los conocimientos académicos”, dice el educador.

Destacado conferencista y con una extensa carrera como profesor en todos los niveles del sistema educativo, Santos Guerra acaba de publicar Educar el corazón. Los sentimientos en la escuela de Homo Sapiens Ediciones. Una obra donde reúne textos que hablan de la necesidad de la educación emocional y reivindica el derecho a la ternura y a perseguir la felicidad en las escuelas. También aborda por qué la escuela tradicional, a la que describe como el reino de lo cognitivo, debería ser el reino de lo afectivo. Y afirma: “Una pantalla no es una escuela, la dimensión socializadora exige presencia”.

—En este tiempo sin clases presenciales mucho se ha hablado de la cuestión emocional de docentes y alumnos

¿Le han llegado consultas al respecto?

—Pues sí. De diversa naturaleza, pero todas de mucha intensidad. Algunos docentes han sentido angustia ante una situación nueva, imprevista, desconocida, que ponía patas arriba la seguridad a la que estaban acostumbrados. De la noche a la mañana, se vieron obligados a asumir unas responsabilidades para las que algunos no se sentían preparados por la dificultad de manejar herramientas digitales (me preocupa más el analfabetismo pedagógico que el analfabetismo digital). Han tenido que trabajar muchas horas sometidos a una tremenda tensión. Algunos docentes me han dicho que se han sentido solos, recluidos en sus casas, sin la presencia física de los colegas, sin su ayuda cercana, sin el soporte emocional que supone la compañía.

Hay docentes que han vivido con dolor la brecha digital en la que sus alumnos y alumnas estaban inmersos: familias sin cobertura, con un celular como único canal de comunicación para toda la familia, con malas condiciones ambientales… Les ha llegado la demanda de una ayuda que, en muchos casos, no podían o sabían dar. También me han llegado testimonios de alumnos y alumnas que echaban de menos a sus profesores, a sus compañeros y amigos.

No es lo mismo compartir llegadas y salidas, recreos, trabajo en el aula, que estar encerrados entre las cuatro paredes de una habitación. Y todos, profesorado y alumnado, con el temor al contagio, invadidos por noticias desalentadoras, con la tristeza de ver a tantos ancianos que se despedían del mundo sin la presencia de ningún familiar o amigo. Las emociones se han extendido y profundizado durante la pandemia. Sin embargo, el currículum ha seguido centrado en los conocimientos académicos.

—¿Qué lugar debería tener la educación emocional en las aulas?

—Hablo de las aulas y de las escuelas. Porque la educación emocional es parte sustancial del proyecto educativo de la institución. No se puede entender el desarrollo integral de una persona sin tener en cuenta la dimensión afectiva. La educación emocional es una tarea colegiada, en la que ha de estar comprometida toda la comunidad. No hay niño que se resista a diez profesores que estén de acuerdo. Pero, claro, también en el aula debe estar presente esta preocupación. Porque es en el aula donde se produce la convivencia más intensa y duradera.

Los quince capítulos de mi libro Educar el corazón. Los sentimientos en la escuela están dedicados a reflexionar sobre la importancia de esta exigencia educativa y a orientar la acción para llevarla a cabo con éxito. La educación emocional es importante no sólo para la aceptación de nosotros mismos y la buena comunicación con los demás. Es también importante para el aprendizaje. Porque, para que se produzcan aprendizajes significativos y relevantes hace falta que el conocimiento tenga una lógica interna y otra externa, sí. Pero también hace falta una disposición emocional para el aprendizaje. Solo aprende el que quiere. El verbo aprender como el verbo amar, no se puede conjugar en imperativo. Para enseñar y aprender hace falta tener cuidado el corazón.

—¿Qué trabas comunes encuentra en la escuela tradicional para que sea, como afirma en el libro, el reino de lo cognitivo y no de lo afectivo?

—La escuela, en efecto, ha sido siempre el reino de lo cognitivo. Al entrar, a profesores y alumnos se les ha preguntado: ¿qué sabes? A la salida se les ha vuelto a preguntar: ¿qué has aprendido? Pocas veces se pregunta, a unos y a otros: ¿qué sientes?, ¿eres feliz?, ¿sabes expresar tus emociones?, ¿sabes captar las emociones de los demás? Las trabas son la rutina, que es el cáncer de las instituciones, la falta de formación emocional de los docentes, la presión institucional y social sobre el currículum académico. No se puede dar lo que no se tiene. No hay forma más bella y más eficaz de autoridad que el ejemplo.

Enseñamos como somos, no como les decimos a los alumnos que tienen que ser. Por eso digo que es fundamental la formación emocional de los docentes. Decía Gabriela Mistral: “Si no eres capaz de amar, no puedes dedicarte a la enseñanza”. Por otra parte, hay que seleccionar para esta profesión a las mejores personas de un país, porque van a dedicarse a la tarea más difícil, más decisiva y más hermosa que se le ha encomendado al ser humano en la historia: van a trabajar con la mente y el corazón de las personas. Y, como bien es sabido, no hay ningún filtro relacionado con estas cuestiones para acceder a la profesión docente. ¿Qué hace en esta tarea una persona sádica, desequilibrada, inestable, bipolar?

—¿Cómo garantizar el derecho a la ternura que plantea en Educar el corazón en esta época de distanciamiento social mediado por pantallas y sin abrazos?

—Una pantalla no es una escuela. La dimensión socializadora exige presencia. El encuentro, la conversación directa, la colaboración, el saludo sincero, el abrazo son indispensables para el crecimiento personal y para el desarrollo de la comunidad. Los alumnos y las alumnas necesitan conocimientos, estrategias y destrezas, pero necesitan, sobre todo, el amor de quienes enseñan. Los alumnos aprenden de aquellos docentes a los que aman. Los alumnos y las alumnas tienen derecho a la ternura en dos sentidos: en primer lugar, a vivirla en su relación con los otros, a darla a los demás.

Y también a recibirla, a ser tratados con respeto, con cariño, como corresponde a la dignidad consustancial que conlleva ser personas. La ternura es el alimento del alma. Digo en un capítulo del libro Educar el corazón que existen algunos obstáculos que impiden cultivar la ternura. Uno de ellos es la concepción del mundo como un campo de batalla. En la escuela, resulta un obstáculo la idea de que los profesores son máquinas de enseñar y los alumnos máquinas de aprender.

«LOS DOCENTES HAN TRABAJADO CON CREATIVIDAD, SON HÉROES ANÓNIMOS» Santos Guerra.

—Cuando pase la pandemia, ¿Qué enseñanzas le gustaría que se haya aprendido para la escuela?

 —No saldremos de la crisis igual que entramos. Cuando salgamos habremos aprendido muchas cosas. Unas relacionadas con el análisis de la realidad. Otras con la vida emocional. Hemos visto cómo el virus se ha ensañado con los más vulnerables, con los más débiles. Y hemos aprendido que las terribles desigualdades existentes deben ser superadas a través de la educación. La crisis nos ha enseñado la fragilidad e importancia de la vida. Y qué decisiva es la solidaridad para vivir de una forma más hermosa y más justa. En mi blog El Adarve (, dediqué doce artículos a reflexionar sobre la crisis. Uno de ellos llevaba este título: La cruel pedagogía del virus. Hablo en él de algunas lecciones:

Lección primera. La pandemia causa conmoción en todo el mundo, pero de forma desigual. Médicos sin Fronteras advierte, por ejemplo, de la extrema vulnerabilidad al virus de los miles de refugiados e inmigrantes detenidos en centros de intercambio en Grecia. En uno de ellos (campo de Moria) hay un grifo de agua para 1.300 personas y no hay jabón. Los refugiados viven hacinados. Familias de cinco o seis personas duermen en un espacio de menos de 300 metros cuadrados. Esto también es parte de Europa, es la Europa invisible. Estas condiciones también prevalecen en la frontera sur de Estados Unidos, hay también allí una América invisible. ¿Nos importa que exista un orden mundial tan discriminatorio?

 Lección segunda. El tiempo político y mediático condiciona cómo la sociedad contemporánea percibe los riesgos que corre. Ese camino puede ser fatal. Las crisis graves y agudas, cuya letalidad es muy significativa y rápida, movilizan a los medios de comunicación y poderes políticos, y llevan a tomar medidas que, en el mejor de los casos, resuelven las consecuencias de la crisis, pero no afectan sus causas.

Por el contrario, las crisis severas, pero de progresión lenta tienden a pasar desapercibidas incluso cuando su letalidad es exponencialmente mayor. La pandemia de coronavirus es el ejemplo más reciente del primer tipo de crisis. Mientras escribo esto, ya ha matado a unas 40.000 personas. La contaminación atmosférica es el ejemplo más trágico del segundo tipo de crisis. Como informó The Guardian el 5 de marzo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la contaminación atmosférica, que es solo una de las dimensiones de la crisis ecológica, cada año mata a 7 millones de personas.

Lección tercera. La extrema derecha y la derecha hiperneoliberal han sido (con suerte) definitivamente desacreditadas. La extrema derecha ha crecido en todo el mundo. Se caracteriza por el impulso antisistema, la manipulación grosera de los instrumentos democráticos, incluido el sistema judicial, el nacionalismo excluyente, la xenofobia y el racismo, la defensa de la seguridad que otorga el estado de excepción, el ataque a la investigación científica independiente y la libertad de expresión, la estigmatización de los opositores, concebidos como enemigos, el discurso de odio, el uso de redes sociales para la comunicación política en menosprecio de las herramientas y los medios convencionales. Defiende, en general, el estado mínimo, pero aumenta los presupuestos militares y las fuerzas de seguridad. Ocupa un espacio político que a veces le fue ofrecido por el rotundo fracaso de los gobiernos provenientes de la izquierda que se rindieron al catecismo neoliberal bajo la astuta o ingenua creencia en la posibilidad de un capitalismo con rostro humano, un oxímoron que ha existido siempre o, al menos, que existe hoy.

 Lección cuarta. De los 194 países soberanos que existen en el mundo reconocidos por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) con autogobierno y completa independencia, solo diez están gobernados por mujeres. Pues bien, esos países han tenido una gestión de la crisis más efectiva, más rápida, más audaz. Pensemos lo que ha pasado en Alemania, Nueva Zelanda, Islandia, Finlandia, Noruega, Dinamarca… Sólo el 5% de los países del mundo están gobernados por mujeres. Pues bien, de los 12 más efectivos, 7 están dirigidos por mujeres. No es una casualidad. La gestión de la crisis en estos gobiernos ha sido más eficaz, más valiente, más creativa, más compasiva, más ética. (¿Hemos pensado alguna vez que no ha habido dictadoras en la historia?). Sobra mucha testosterona en el poder.

«LOS DOCENTES HAN TRABAJADO CON ESFUERZO Y CORAJE DESDE SUS DOMICILIOS EN UNA EXPERIENCIA JAMÁS IMAGINADA»

Lección quinta. Hemos podido comprobar la importancia que tiene la sanidad pública. Los recortes que se realizaron y la privatización de los servicios han mermado la capacidad de respuesta ante la gravedad de la crisis. ¿Cómo no pensar en una forma segura y estable de garantizar la protección de la salud de todos los ciudadanos y ciudadanas de nuestra sociedad, sin entregar su suerte a la herencia o al azar?

Lección sexta. Se han presentado varios dilemas durante la crisis. Uno de ellos ha sido el de salud versus economía. Cuidar de la salud suponía destruir la economía. El primer ministro inglés Boris Johnson dijo que había que seguir con la actividad a pesar de que hubiera que pagar el tributo de muchas vidas. Luego, no sé si por la presión social o por qué, tuvo que rectificar. Ha habido otro dilema que se ha adueñado de la opinión pública: derecho a la libertad de expresión versus difusión de bulos y fake news. El derecho a la información se ha llenado de confusión y de mentiras. Un tercer dilema ha sido el de salud versus restricción de libertades. El gobierno ha confinado a la población para conseguir frenar la expansión del virus.

Lección séptima. Los docentes han trabajado con esfuerzo, creatividad y coraje desde sus domicilios, en una experiencia jamás imaginada: desplegar un proyecto educativo desde una institución virtual que se expande por el espacio y por el tiempo y adaptar nuevas metodologías y formas de evaluación. Están siendo héroes anónimos. Es hora de valorar la importancia de la educación y de la investigación. El impacto de la brecha digital va a agrandar las diferencias durante la crisis y se van a hacer más graves e injustas las diferencias. Habrá que ayudar a los más vulnerables a recuperar el espacio perdido.

 Lección octava. Nuestros ancianos y ancianas han sido castigados con crueldad por el Covid-19. Muchos de ellos han muerto en condiciones lamentables de soledad y angustia. Las residencias se han convertido en trampas terribles donde han encontrado la muerte muchos mayores por deficiencias de cuidado y de gestión. El personal sanitario se ha visto expuesto a situaciones de alto riesgo y hemos pagado un tributo elevadísimo de bajas y vidas He recibido una desgarradora carta de Rocío Casto Bertomeu en la que me cuenta que ha perdido en la crisis dos familiares a los que ha despedido en condiciones tristísimas: una sanitaria y una queridísima abuela. Cuánto dolor en sectores tan sensibles de la sociedad.

Lección novena. La crisis ha sacado lo mejor y lo peor de nosotros. En la crisis ha habido actuaciones heroicas sin límite, se ha desplegado un inmenso abanico de acciones generosas. Personas que han arriesgado la vida para salvar a otros. Personas y grupos que han dedicado su tiempo, su conocimiento y sus bienes a la lucha por la recuperación. La ciudadanía ha respondido con responsabilidad y sacrificio a las exigencias que imponía el bien común. Pero también ha permitido mostrar lo más negativo de nuestro ser: personas que, con irresponsabilidad inconcebible, han contagiado a otras personas, individuos que se han enriquecido de forma injusta.

Después de la crisis seremos distintos, pero no necesariamente mejores. Para ser mejores hará falta algo más que las simples evidencias. Hará falta clarividencia, unidad, solidaridad y voluntad para no repetir los errores. Lecciones duras, difíciles de asimilar. Lecciones que no se aprenden sin esfuerzo y humildad. El aprendizaje tiene que incorporarse a la construcción de una normalidad mejor, de más calidad humana, de más profundidad ética.

Loja, M. (15 de agosto del 2020). Santos Guerra: «Una pantalla no es la escuela, la dimensión socializadora exige presencia». Obtenido de La Capital Sitio Web: https://www.lacapital.com.ar/educacion/santos-guerra-una-pantalla-no-es-la-escuela-la-dimension-socializadora-exige-presencia-n2602894.html

Fuente: https://www.el19digital.com/articulos/ver/titulo:106382-santos-guerra-una-pantalla-no-es-la-escuela-la-dimension-socializadora-exige-presencia

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Toni García Arias, la calidad humana en la educación

Por: laopiniondemurcia.

La Región de Murcia acogió hace 25 años a un hombre que se convertiría en el mejor profesor de Primaria de España

Toni García recibe su premio Importante de la mano del alcalde de San Javier, José Miguel Luengo. Israel Sánchez

«Gracias a mis compañeros del colegio Joaquín Carrión, porque su calidad humana hace el trabajo mucho más fácil», fueron las palabras de agradecimiento de Toni García, un profesor gallego que fue «acogido como un hijo más» por la Región de Murcia hace 25 años, concretamente por San Javier, «municipio del que me enamoré cuando llegué», contó el profesional de Educación Primaria cuando subió al escenario a recoger su premio, de la mano del alcalde de esta localidad del Mar Menor, José Miguel Luengo.

Muy emotivo fue el discurso de Toni García, quien empezó bromeando: «Cuando me pongo delante de un micrófono soy capaz de estar horas hablando, y me dijeron que tenía que ser breve, así que lo he escrito para no salirme del guion». Las palabras más bonitas, y que despertaron el primer aplauso del Teatro Circo, fueron dedicadas a su mujer, Cris: «En una época en la que parece que lo importante es quererse a uno mismo y ser independiente, yo no tengo ningún reparo en confesar que mi felicidad cada día depende absolutamente de ti, así que gracias por compartir tu vida y tu sonrisa conmigo».

El profesor quiso acordarse de su «familia, la de sangre y la de corazón, esa que siempre está en los buenos y en los malos momentos» y, por supuesto, de sus alumnos, esos que le propusieron para el premio nacional. «Siempre son capaces de sacarme una sonrisa», dijo.

Por último, no faltaron las gracias a LA OPINIÓN, «un periódico por el que siento un especial cariño» y para el que Toni García redactó «cerca de mil artículos».

Perfil

Este docente, murciano de adopción, nació en Laraxe (Cabanas), pueblo de la provincia de A Coruña, hace 49 años y llegó a la Región hace 25 años, los mismos que lleva ejerciendo como profesor de Educación Primaria.

En enero de 2019 fue el Importante de LA OPINIÓN por haber sido elegido el mejor profesor de Primaria de toda España en 2018, un galardón al que se presentan candidatos propuestos por alumnos y padres. En la entrevista que ofreció a este diario, reclamó tiempo para poder investigar en horas lectivas, algo que no pueden hacer en Primaria, al contrario que en Secundaria o en la universidad.

Para Toni García, la cruz de la docencia pública en la actualidad se centra en la falta de recursos, en la incesante y «excesiva» burocratización, y en el desapego de padres y madres, que cada vez se implican menos en la educación de sus hijos: «Cada vez delegan más en ti aspectos que deberían estar en sus manos».

Innovación y emoción como instrumentos de enseñanza, por José Miguel Luengo (alcalde de San Javier)

Si la fórmula capacidad + formación + vocación resulta infalible en cualquier profesión, en la docencia se convierte en garantía de éxito, no solo personal sino social, porque un buen maestro contribuye, desde su aula, a hacer una sociedad mejor. Si además la difícil ecuación de enseñar y educar a nuestros menores se resuelve con experiencia acumulada y un claro afán de superación mediante la investigación y la formación continua, estaremos rozando la excelencia.

No obstante, en este mundo cambiante y cada vez más complejo, las capacidades técnicas pueden resultar insuficientes para buscar soluciones imaginativas a los retos que afronta cada profesión, de manera que la creatividad se convierte en un perfecto aliado en el día a día de un profesional comprometido. Toni García ha dado suficientes muestras de reunir todo aquello que se le exige a un buen maestro y además, como demuestra su considerable bibliografía, que incluye divulgación, investigación, novela y poesía, posee una mente creativa e inquieta que le permite llevar al aula la innovación y la emoción como instrumentos de enseñanza.

Un buen maestro debe, además, ser empático, respetuoso, integrador, riguroso y efectivo, cualidades que los alumnos y sus familias vieron en Toni García cuando lo propusieron para el título de mejor profesor de Primaria de España. Su logro personal al obtener ese reconocimiento fue y sigue siendo un logro de todos, porque su compromiso con la excelencia se proyecta a la sociedad mediante la formación de los futuros ciudadanos adultos.

Ahora, un tiempo después y pasado el amplio eco mediático que generó su nombramiento y que motivó que se hablara y reflexionara sobre Educación, Toni García sigue desde el colegio Joaquín Carrión Valverde de San Javier, trabajando a diario con los avatares propios de un maestro de raza que cada día recoge el premio de trabajar en aquello que ama.

Fuente de la reseña: https://www.laopiniondemurcia.es/comunidad/2020/02/03/toni-garcia-arias-calidad-humana/1087855.html

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Analizaremos la re -evolución de la educación en el mundo: Ana Isabel Vásquez

Redacción: Radio Fórmula QR

En entrevista exclusiva para Radio Fórmula QR, Ana Isabel Vásquez Jiménez, titular de la Secretaría de Educación en Quintana Roo habló del Quinto Congreso Latinoamericano De Investigación Educativa, que tiene como tema la “Re-Evolución de la educación, la sociedad y la calidad humana”.

Destacó que por primera vez en la historia, el estado de Quintana Roo será sede del Congreso Latinoamericano De Investigación Educativa, por lo que es un momento muy importante para el sector educativo del país.

Complemento diciendo que participaran docentes y rectores de 26 países los cuales hablaran de forma detallada de la importancia de la evolución de la educación, la sociedad y de la calidad humana, el pensar que la educación no solo es informativa sino formativa en todos los aspectos en especial el lado humano.

Mencionó que habla talleres y conferencias relevantes y aún hay tiempo para que personas interesadas relacionados al ámbito educativo se registren y puedan asistir a este evento, además de elegir concretamente que habilidades les interesa participar, siendo una experiencia muy enriquecedora, destacando que entre los principales invitados están representantes de la Universidad de Salamanca de España.

Señaló que la importancia de este tipo de congresos radica en que la convivencia permitirá crear alianzas y reforzar los conocimientos.
Indicó que este importante evento se realizará a partir del 20 y hasta el 22 de febrero con la destacada participación de diferentes especialistas en todo lo relacionado con el tema de la educación los cuales se reunirán en la ciudad de Cancún.

Fuente: https://radioformulaqr.com/noticias/entrevistas/analizaremos-la-re-evolucion-de-la-educacion-en-el-mundo-ana-isabel-vasquez/

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El educador debe estar en la cima de la pirámide .

La docencia desde la ‘cátedra del maestro’ al estilo de la universidad medieval ya no es posible

América del Sur/Colombia/06.12.2016/Autor: Jose Martinez/Fuente: http://www.eltiempo.com

En el contexto académico hay suficientes estudios que muestran que entre los servicios e instituciones que más aletargados se hallan y a los que más les cuesta transformarse figuran la escuela y, por su puesto, todo el sistema educativo. Colombia no se sustrae de esta condición, parece que su sistema educativo va en contravía de los cambios y las transformaciones que se dan en el contexto mundial.

Los colegios que se siguen construyendo y los proyectos educativos que se generan en la actualidad están enfocados en el modelo del aula de clase tradicional, en donde se ubican entre treinta y cuarenta escritorios, con algún espacio entre ellos, con un tablero (ahora acrílico) en el frente, con algún par de muebles para material y un escritorio para el docente. En el mejor de los casos, se incluyen algunos elementos de tecnología, como un computador para el docente, y en muy poquísimos casos, un proyector o algún sistema de reproducción de vídeo y de información digital.

 En este momento, en Europa ya hay colegios que acabaron la tradicional aula de clase, el horario, las materias y hasta los libros de texto. En oriente, en Japón, la educación no se centra en las tradicionales áreas disciplinares sino en el arte, la literatura, la música, la tradición cultural, y luego de varios años, y hacia el final de la educación básica, sí se introducen algunos elementos de formación más académicos y disciplinares. En Finlandia, considerado uno de los mejores sistemas educativos del mundo, no hay pruebas estandarizadas ni evaluación como la que existe en nuestro contexto, sino una educación más enfocada en el cultivo de lo humano de los estudiantes. Y qué decir del rol del maestro. En todos estos sistemas definitivamente se considera que el educador, no solo cumple una función social y política definitiva en la construcción de la sociedad, sino que además se lo pone en la cima de la pirámide laboral, como alguien que posee las más altas calidades humanas y académicas, con una vocación de servicio y de entrega a la construcción social, y con un reconocimiento social y económico por encima de muchos de los existentes, justamente, por todo lo que él encarna. Si se quiere hacer de Colombia la más educada de América Latina, si se desea construir colegios para el futuro y proyectos educativos que formen a los estudiantes del siglo XXI, se necesita que en Colombia se piense que los nuevos planteles deberían protagonizar una revolución en sus características.

Pero, más allá de eso, de nada servirá toda esa infraestructura si no se le agregan dos elementos: la transformación de los proyectos educativos, los que introdujo la Ley 115 en 1994, pero que siguen construyéndose de manera tradicional y para escuelas y colegios del siglo pasado, y el cambio de los educadores, la transformación de su rol, de sus procesos formativos, de seguimiento y acompañamiento durante su proceso de profesionalización, en su reconocimiento social, en su remuneración económica y, en fin, en todo lo que significa ser educador y docente.

Claro, también debe haber un cambio en su mentalidad. La docencia conceptual y teórica que se daba desde la ‘cátedra del maestro’ al estilo de la universidad medieval ya no es posible, no tiene cabida ni ocurre en los actuales entornos educativos.

Finalmente, debe haber un cambio en las interacciones entre los educadores y docentes y sus estudiantes. Debe primar la calidad humana, su profesionalismo, el cuidado del otro, la real y efectiva preocupación por la formación de los estudiantes y la construcción de un microcosmos en donde la dignidad humana, la justicia como equidad y el juego democrático sean posibles.

Fuente:http://www.eltiempo.com/estilo-de-vida/educacion/columna-de-jose-martinez-sobre-la-docencia/16759660

Imagen:http://www.eltiempo.com/contenido/estilo-de-vida/educacion/IMAGEN/IMAGEN-16759839-2.jpg

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Teresa Huguet: “La innovación sin inclusión está vacía de calidad humana”

02 de noviembre de 2016 / Fuente: http://blog.tiching.com/

Teresa Huguet

Definamos educación inclusiva ¿Qué es y qué no es educación inclusiva?
La educación es inclusiva cuando las escuelas y aulas no excluyen a ningún alumno.  Todos los niños, sean cuales sean sus necesidades, están en la misma escuela, aprendiendo juntos en las aulas. Si hay una educación inclusiva, no es necesario sacar a los alumnos “diferentes” del aula para trabajar con ellos ciertas capacidades o habilidades. Todos los docentes y profesionales se comprometen a implementar metodologías inclusivas en el aula,  llevando a cabo prácticas educativas juntos, aprendiendo los unos de los otros, los docentes habituales con los docentes y profesionales especializados (profesores de apoyo, psicopedagogos, logopedas, fisioterapeutas…).

¿A qué tipo de discriminaciones se enfrentan nuestras aulas?
De todo tipo, como en la sociedad… Miradas que incapacitan, que discriminan, que solo ven las diferencias: “tú no sabes, tú no puedes, tú no vales, que lo haga él que sí sabe, él sí puede, no es necesario que lo aprendas, vamos al aula especial para poderte enseñar…”

¿Cuáles son los principales errores que cree que se cometen en las aulas en relación a la educación inclusiva?
Pensar que los alumnos con necesidades educativas especiales necesitan cosas y tratamientos muy especiales porque son muy distintos. Miradas que solo ven lo patológico,  lo especial, lo distinto… Miradas que desarrollan la creencia de que es muy complicado enseñar a esos niños tan distintos y creer que son necesarios recursos muy especiales.  Esos alumnos en realidad sí son diferentes y únicos, ¡pero como todos los otros! Son niños y tienen las mismas necesidades que los demás: ser felices, aprender, ser amados, apreciados, jugar, crecer y  convertirse en personas lo más autónomas posible. Esas miradas sesgadas hacen que los docentes no se sientan preparados para enseñar a esos niños. En realidad, un buen docente solo necesita tener curiosidad, afecto, y acercarse y hablar con ellos para ver que son solo niños.

¿En qué se diferencia la educación inclusiva de la educación especial? ¿Y la integración de la inclusión?
En la educación inclusiva los recursos humanos, materiales de apoyo y técnicos son para todos los alumnos y todos los docentes, no son solo para unos niños “especiales”.  En la educación especial, en cambio, esos recursos son para los alumnos con necesidades educativas especiales. Inclusión implica el cambio de todo el centro, de todos los docentes, para atender a todos los alumnos, sean cuales sean sus necesidades. En la integración el acento se pone en integrar a los alumnos vulnerables o con necesidades educativas especiales, se les proporcionan apoyos para que se integren en la dinámica ya existente. Pero eso no implica un cambio de todo el centro para incluir y educar a cualquier alumno.

¿Qué papel tienen actualmente las escuelas de educación especial?
Actualmente las escuelas de educación especial son, en su mayoría, recursos para aquellos alumnos que no han podido encontrar una escuela que los acoja y los eduque. En la escuela de educación especial esos alumnos son educados para que en el futuro se integren en la sociedad. En la medida en que las escuelas ordinarias no se sientan obligadas a cambiar porque tienen toda la diversidad de alumnos en sus aulas, siempre se necesitarán escuelas de educación especial que hagan esa función y acojan a esos alumnos. Pero… ¿por qué no convertir las escuelas “ordinarias” en escuelas para todos? Esa escuela es la sociedad en pequeño que en el futuro todos los alumnos van a encontrar en su barrio.  Deberían aprender a vivir en la escuela con toda esa diversidad que encontrarán en la sociedad.

¿Y qué papel deben tener en un futuro? ¿Tienen sentido?
Su papel debería ser el de implicarse en una educación inclusiva junto a las otras escuelas. Convertirse en apoyos para la inclusión. Poner su saber, conocimiento y recursos al servicio de las escuelas del barrio, de las escuelas ordinarias a las que van la mayoría de alumnos.

A menudo se habla de falta de recursos para atender a la diversidad. ¿Qué recursos necesita una escuela para avanzar hacia la educación inclusiva?
En realidad, según mi opinión no se trata de un problema de recursos. Recursos hay, el problema es cómo se usan, cómo se distribuyen, cómo sirven realmente para que todos los docentes y el personal del centro se sientan capaces de atender y educar a todos los alumnos.  Las actitudes, los valores, las políticas y las metodologías son mucho más importantes que los recursos.
He visto escuelas con muchos recursos especiales (unidades de apoyo para la educación especial, profesionales de apoyo, docentes de apoyo especializado, psicopedagogos…) que en realidad no se usaban para la inclusión del alumno en el aula, sino para hacer intervenciones con y para el alumno con necesidades educativas especiales de manera individual, fuera del aula, en prácticas desconectadas de lo que  sucedía en el aula.  En realidad esos recursos no se estaban utilizando para que el alumno se sintiera incluido en el grupo, ni tampoco estaban sirviendo para que la escuela avanzase hacia una educación más inclusiva.

¿Y qué se puede hacer al respecto?
Pienso que debemos estar muy atentos a cómo se utilizan los recursos que se van incorporando, no es bueno añadir demasiados recursos de golpe sin una intención clara de inclusión. Aplicar recursos humanos especializados sin una filosofía realmente inclusiva suele tener un efecto de expulsión de los alumnos especiales de las aulas ordinarias para que sean atendidos por múltiples profesionales fuera del aula. Si los profesionales especializados no se encuentran implicados y acogidos en las aulas y en la dinámica global del centro, desconocen lo que pasa realmente en clase y llegan a creer que sus conocimientos sobre el trastorno o la discapacidad son más importantes que los conocimientos y competencias educativas de los otros docentes.

¿Y qué efectos tienen estos hechos?
En consecuencia, los profesionales especializados tienden a alejarse del aula y a trabajar con esos alumnos “diferentes” en otros espacios y contextos, separados del grupo. Ese tipo de intervención, de manera inmediata, descarga la ansiedad de  los docentes habituales que no se sienten suficientemente preparados para atender a esos alumnos. Y así continúa la rueda de la delegación excesiva de responsabilidad educativa en los profesionales y docentes especializados. Una rueda que lleva siempre a pensar que el problema es que se necesitan más recursos, para en realidad no asumir la necesidad del cambio.

¿Qué es lo que realmente se necesita?
Para hacer una escuela inclusiva hay que cambiar la manera de enseñar y de trabajar de todo el personal del centro educativo. Los recursos deben utilizarse con esa finalidad: tienen que servir para que todos los docentes y profesionales aprendan a tratar la diversidad dentro del aula y en los contextos habituales del centro. Hay que entrar en las aulas, colaborar con los docentes, llevar a cabo prácticas de docencia compartida, apoyo dentro del aula para aprender juntos a realizar prácticas realmente inclusivas en el aula y en la escuela.

¿Cómo se relacionan los términos escuela inclusiva e innovación?
Si van de la mano es fantástico. Se apoyan mutuamente de una manera creativa, humana, inclusiva, multiplican los recursos metodológicos. Las metodologías innovadoras, si tienen en cuenta la diversidad – ¡y, por definición, deberían tenerla en cuenta! – son ideales para que las escuelas sean más inclusivas. La inclusión necesita de la innovación. La innovación sin equidad ni inclusión queda vacía de calidad humana, queda al servicio de unos pocos privilegiados.

¿Qué tipo de barreras a la inclusión podemos encontrar en las aulas?
Podemos encontrar todo tipo de barreras: afectivas, actitudinales, metodológicas, en los materiales, en la manera de agrupar los alumnos, en cómo se trabajan los valores, en cómo se fomenta la ayuda entre iguales y la aceptación de lo diferente…

¿Son los docentes conscientes de ellas?
No todos. Hay muchos docentes sensibilizados, pero hay otros que no se lo han planteado. Para verlo, necesitan tener la oportunidad de reflexionar sobre ello. Entonces se dan cuenta. La cuestión es que a menudo tienen mucho que hacer y poco tiempo para pensar en estos temas, para plantearse interrogantes, para analizar situaciones del aula, para hablar con sus alumnos y con sus compañeros con calma y de manera sistemática.

¿Por dónde le recomendaría empezar a un centro que quiera convertirse en inclusivo?
Primero de todo, diría que no hay escuelas totalmente inclusivas y escuelas totalmente excluyentes. Todas tienen un cierto grado de inclusión y exclusión en según qué aspectos; por eso cada escuela debe hacer su propio camino. La escuela debe empezar por donde crea que necesita cambiar, después de reflexionar sobre su situación, sus valores y las dificultades que encuentran sus  alumnos.

Cada escuela es un mundo, dicen. 
Sí, cada centro educativo debe hacer un análisis compartido sobre su situación en relación con la inclusión. Hay diversos instrumentos de evaluación disponibles que sirven para que el centro identifique sus puntos fuertes y débiles; así pueden decidir por donde quieren empezar a plantearse objetivos de mejora y pueden trazar un camino que tendrán que ir revisando cada curso. Se trata de un recorrido en el que siempre se puede mejorar, un camino largo que exige constancia en el que se deben compartir los aciertos, las dificultades y los retos.  Avanzado como comunidad, aplicándose en procesos de cambio y mejora en los que todos participen, desde la dirección hasta el personal administrativo, el conserje, los cocineros… Todos deben sentirse implicados, evaluando cada curso las mejoras introducidas y planteándose nuevos cambios para continuar avanzando y aprendiendo a educar a todos los alumnos y alumnas.

¿Cuál es el papel de las familias en la escuela inclusiva?
En una escuela inclusiva las familias son una pieza clave y tienen que estar implicados en estos procesos de mejora. Hay que hacerlos cómplices y darles voz para que aporten sus ideas y propuestas para mejorar la convivencia y avanzar hacia la inclusión de todos sus hijos.

Fuente entrevista: http://blog.tiching.com/teresa-huguet-innovacion-sin-inclusion-esta-vacia-calidad-humana/

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Capitalismo humano para todos

Pluma Invitada – Pedro Martínez

El capitalismo humano es la producción de personas, bienes y servicios de  altísima calidad, es decir, con características sobresalientes con un mínimo de variaciones, fallas o errores y es propio de la tercera etapa del desarrollo de la sociedad llamada cooperativa o sinérgica que está empezando a surgir en personas, familias y  países de todo el mundo. Y a diferencia del capitalismo tradicional, donde lo que más importa es conseguir dinero sin importar la forma, en el capitalismo humano se considerará que el bienestar de todos los individuos debe constituir el valor supremo de la sociedad sin distinción de nadie.1

Nuestro planeta, en el capitalismo humano, a diferencia del capitalismo tradicional donde prevalece la violencia y confrontaciones de diversa clase, estará  poblado de personas de todas las razas y etnias plenas de salud económica, física, emocional,  mental y espiritual, haciendo lo que más les guste, les convenga y sea su obligación hacer, sin mayores problemas por su sobrevivencia, convivencia y bienestar personal. La Tierra en esta etapa se convertirá en un paraíso con toda la riqueza de su biodiversidad, sin peligro de especies en extinción y sin problemas mayores del cambio climático.

En el capitalismo humano se considerará a la niñez  como la riqueza más valiosa  que posee cada país, y se enviarán a todos los niños, sin ninguna excepción, a las mejores escuelas del mundo para que reciban la educación e instrucción que sus talentos demanden, sin pretexto de raza, color, religión, género, capacidades especiales, posición sexual, condición económica o cualquier otra diferencia.

Todos los niños nacen con un alto índice de creatividad, lo que los hace diferentes, es la calidad de la tecnología que los padres y maestros utilizan para educarlos e instruirlos. La tecnología es tangible cuando emplea artefactos o máquinas y es intangible cuando habla de educación, instrucción, métodos, procedimientos, protocolos o costumbres. En el capitalismo humano primero se enfatizará el uso de la tecnología intangible y posteriormente de la tangible; en el capitalismo tradicional se procede en contrario, originándose con ello una serie de graves problemas personales, escolares, empresariales y administrativos.

En el capitalismo humano se contará con el conocimiento y la tecnología educativa suficiente para hacer que todas las personas desde su infancia sean niños del mundo con responsabilidad social y posean un altísimo nivel de calidad en todos los aspectos. En esta etapa predominarán, los padres estimuladores, los alumnos autodidactas, los maestros del aprendizaje, las escuelas creadoras de riqueza, los empresarios de inversión, los políticos de altura y los Estados Protectores. Desaparecerán los padres consentidores, los falsos estudiantes, los maestros de la enseñanza, las escuelas fraudulentas, los empresarios especulativos, los políticos sinvergüenzas y los gobiernos corruptos. Y ya no habrá tanta gente violenta, atenida, improductiva, incompetente, superficial, despilfarradora y deshonesta.

Los padres estimuladores, los maestros del aprendizaje, los empresarios de inversión, los políticos de altura y los Estados Protectores utilizarán la tecnología del capitalismo humano, cuyos principios importantes son: Estándares de Calidad: características sobresalientes de personas, bienes y servicios con un mínimo de fallas, errores o variaciones;  Motivación: premio o castigo; Acariciar: “excelente, vas muy bien”, Misión: “ayudar para que me ayuden”; Visión: “yo quiero ser …”; Estrategias: “primero lo primero”, “primero los primeros”  y  “lo  que  hace  la  mano  hace  la  tras”; Perfil: autosuficiente, productivo, competente, preocupado, profundo, sencillo y honesto; Sentimientos: admiración, agradecimiento, orgullo y vergüenza; Personajes: estudiante autodidacta, padre estimulador, maestro del aprendizaje, empresario de inversión, político de altura;Organización motivacional: pactos y triángulos pedagógicos; Pago de impuestos: corresponder  la ayuda recibida.

En el capitalismo humano, un niño con responsabilidad social será autosuficiente, productivo, competente, preocupado, profundo, sencillo y honesto. Ayudará para que lo ayuden. Reconocerá y admirará todo lo que tiene valor universal. Será agradecido y sabrá sentir orgullo por sus aciertos o vergüenza por los errores que cometa.

En el capitalismo humano, los padres estimuladores considerarán a sus hijos lo más valioso que poseen e impulsarán su desarrollo con la  tecnología  educativa e instructiva de esta etapa para que lleguen a ser ciudadanos ejemplares con responsabilidad social y formen hogares plenos de gozo y bienestar.

En el capitalismo humano, las relaciones de matrimonio serán de  entrega al otro, servicio al otro, pensar en la felicidad del otro y trabajar por el otro. La convivencia marital no será al estilo de reyes, reinas, tiranos o súbditos, sino de personas con igualdad de derechos y obligaciones. La relación sexual no será machista ni hembrista, sino profundamente personal y duradera. El cuidado y educación de los hijos será responsabilidad de ambos cónyuges, pero sí sólo uno de ellos tiene  que trabajar, lo hará aquel que convenga mejor al desarrollo de la familia, y el otro, al quedarse en casa, sea hombre o mujer, será el responsable principal de la educación de los niños.

En el capitalismo humano los sistemas educativos estarán basados en el aprendizaje y no en la enseñanza. Se encontrarán bajo estricto control estadístico para lograr que el número de errores, fallas o variaciones sea mínimo y se pueda determinar con precisión si estos son causados por el  sistema o  las personas. Su diseño, planeación, aplicación y evaluación se efectuará con puntual periodicidad para convertir cada centro educativo en una  escuela creadora de riqueza de máxima calidad y eficiencia en un mínimo de tiempo.

En el capitalismo humano, todas las escuelas de cualquier clase, nivel, o especialidad serán creadoras de riqueza, es decir, formadoras de personas con características de altísima calidad con un mínimo de errores, fallas o variaciones. Trabajarán bajo el sistema desescolarizado para que los  alumnos avancen en su educación e instrucción  de acuerdo a sus condiciones personales y tendrán una función polifacética de plazas públicas, centros de evaluación, bibliotecas, laboratorios, talleres, auditorios, sitios artísticos, deportivos y recreativos.

En el capitalismo humano, los maestros del aprendizaje mediante el estudio dirigido, formarán alumnos autodidactas capaces de investigar, trabajar, redactar y exponer, y para ello, sabrán convertir los salones de clase en bibliotecas, laboratorios, talleres o auditorios. Con la dinámica de grupos capacitarán a los alumnos para que aprendan a convivir y a comunicarse con sus semejantes e interactúen cara a cara con sus iguales para intercambiar conocimientos, comentarios o tengan confrontaciones bajo una atmósfera de solidaridad y cooperación. También sabrán utilizar la evaluación, no sólo para acreditar adecuadamente a sus alumnos, sino fundamentalmente para motivar su fuerte desempeño  y hacer que logren adquirir la capacidad de autoevaluarse.

En el capitalismo humano, los empresarios de inversión serán productores de personas, artículos y servicios de máxima calidad con un mínimo de errores, fallas o variaciones. Y para lograr la plena satisfacción de los clientes, primero dejarán satisfechos a los trabajadores con salarios justos, prestaciones de ley, participación accionaria y ambiente de cooperación para que sientan aprecio por la empresa y su labor sea altamente satisfactoria y creativa. En esta etapa, los empresarios de inversión sentirán un fuerte aprecio por los trabajadores y los verán como el activo más valioso de la empresa. Los considerarán más como proveedores que como empleados para que al sentirse también empresarios, tengan una fuerte relación de cooperación de tú a tú en donde todos salgan ganando y la riqueza se multiplique de manera exponencial o geométrica. Los empresarios de inversión emplearán gran parte de las utilidades de la empresa para motivar a los trabajadores a que se transformen de hombres ordinarios en hombres extraordinarios.

En el capitalismo humano, el trabajo será fundamentalmente un gusto y no un requerimiento para subsistir, No se tendrá que laborar por hambre, sino por el placer de crear algo útil o bello que nos diferencie de los otros. Todo mundo al nacer contará con una pensión mínima de por vida proporcionada por el Estado Protector. Para obtener cualquier otra cosa que nos apetezca, tendremos que poner a prueba en el estudio y en el trabajo nuestra capacidad creativa para lograrlo. Al liberar a la actividad laboral del yugo de emplearnos para subsistir, explotará toda la fuerza creativa que motiva nuestro deseo de sobresalir, de ser distintos, de recibir algún reconocimiento, una medalla, un diploma o algún pequeño lujo, nada que sea espurio, ilegítimo, depredador, insultante o injusto. El trabajo en el capitalismo humano tendrá la misma condición que el deporte, donde disfrutaremos más el juego que el triunfo, aunque nuestra naturaleza nos demande querer ser siempre los primeros, algo de fuerte raigambre instintiva, imposible de soslayar y más de querer cambiar o eliminar, pero si factible de educar.

En el capitalismo humano, el alto desarrollo tecnológico será aprovechado para disminuir el  tiempo de las jornadas de trabajo y ofrecer empleo y salario digno  a toda persona que desee laborar. A mayor número de gente disponible para ser ocupada, menor número de días y horas de trabajo. Toda la actividad productiva de artículos y servicios de alta calidad se generará en empresas de inversión de diferente índole y tamaños y los precios y salarios serán justos y equitativos.

El trabajo creativo será el detonador de la cantidad de bienes y servicios de inmejorable calidad que se necesiten producir para garantizar el bienestar absoluto de todas las personas que habiten el mundo. En el capitalismo humano, toda labor inútil y nociva para la sociedad y la naturaleza desaparecerá y será sustituida por aquellas ocupaciones generosas y amigables para el ser humano y su entorno.

En el capitalismo humano surgirá la calidad de vida de una forma difícil de imaginar, pero fácil de constatar si volteamos la mirada a Singapur donde en la actualidad en su “Ciudad Jardín”, convive una población urbana de diferentes credos y etnias con fauna y flora de variedad increíble.

En el capitalismo humano se recuperará el tiempo libre que hemos perdido por  agobio del trabajo, tortura del transporte, salarios insuficientes y problemas personales, familiares y sociales de toda clase. En esta etapa, las charlas en la calle, en los pórticos, en los cafés, de pareja, de familia, de vecinos y de asambleas, estarán de nuevo al orden del día. También la asistencia a eventos recreativos, deportivos, científicos, artísticos y culturales de una variedad increíble será lo habitual. La confraternidad de personas de todas las razas, géneros, credos, posiciones políticas y países se dará sin distingo alguno y con suma facilidad.

En el capitalismo humano, a diferencia del capitalismo tradicional lleno de trabas  para cruzar fronteras, todas las personas serán ciudadanos del mundo y podrán viajar a cualquier país sin restricción alguna para estudiar, trabajar, conocer o divertirse. El libre tránsito también alcanzará a las mercancías y ya no se verán más las garitas aduanales, los ignominiosos muros divisorios o las migraciones de muerte en busca de una mejor vida.

En el capitalismo humano sólo habrá políticos de altura que sientan genuina preocupación por sus semejantes y que cubran todas las condiciones y exigencias que existen para una profesión a nivel universitario. Además, sustentarán pruebas periódicas de actualización como si fueran médicos y también pasarán  exámenes de control de confianza y harán todo tipo de declaraciones  que avalen su total honestidad. Los políticos de altura serán expertos en aglutinar voluntades. Sólo sabrán sumar, nunca restar. Nunca dividirán a la gente en buenos o malos, rojos o blancos, sólo en honestos y sinvergüenzas. Únicamente reconocerán el mérito ajeno para encomiarlo, Sólo identificarán al que falla, para ayudarlo, Sólo estarán pensando en el siguiente paso. Sólo darán pasos grandes. Sólo sabrán servir y no  ser servidos, y lo más encomiable es que  siempre se les encontrará ofreciendo el mejor de sus  esfuerzos con o sin nombramientos.

En el capitalismo humano, todas las autoridades del planeta estarán integradas por políticos de altura y la democracia se ejercerá con extraordinaria eficiencia y eficacia, ya que serán los pueblos los que verdaderamente gobiernen, porque habrá nítida transparencia de los asuntos públicos, referéndums, plebiscitos y revocación de mandatos sin trampas, y ya no serán las mafias coludidas con intereses espurios las que sigan manipulando al mundo.

En el capitalismo humano, ya no habrá mafias de ninguna calaña porque el altísimo desarrollo científico y tecnológico alcanzado en esta etapa hará imposible la secrecía de cualquier tipo y todo grupo humano que se congregue soló lo podrá hacer para optimizar el bienestar del hombre y del planeta. El “factor no declarado” que tanto daño causa en el capitalismo tradicional a nivel personal, familiar, empresarial, político, administrativo y mundial, desaparecerá para dar cabida a las más cristalinas de las relaciones económicas y sociales de las personas, familias, grupos,  instituciones y países.

En el capitalismo humano, el mundo y los países contarán con Estados Protectores que velarán por el bienestar de la población mediante gobiernos elegidos democráticamente e integrados por políticos de altura que administrarán y distribuirán la riqueza producida  de manera que no haya zonas pobres o arruinadas en ningún sentido. Los Estados Protectores mediante sus gobiernos e instituciones pares, regularán la actividad productiva y comercial, tanto pública como privada, para que la competencia que se genere entre las empresas se realice en sano tono  deportivo con reglas claras, justas y equitativas. También serán los responsables de cobrar los impuestos que toda empresa y persona tiene que pagar para cubrir los gastos de ayuda que se requiera de habitación, alimentación, educación, instrucción, salud y seguridad social para toda la  población mundial.

En el capitalismo humano, toda la actividad prestataria desaparecerá porque cualquier persona, empresa o país que desee realizar un proyecto de su creación, debe tener prevista tanto la idea como los medios de inversión. La actividad financiera que en el capitalismo tradicional ha traído las perversiones económicas más truculentas y atroces que se conozcan en la historia del hombre, será sustituida por la actividad inversora. El dinero que sobre a cualquier nivel, ya sea personal, empresarial, o institucional, se gastará o invertirá, pero no se prestará ni se regalará. Así, las empresas de inversión de todos los tamaños y giros proliferarán por doquier.

En el capitalismo humano, a diferencia del capitalismo tradicional, ya no habrá tantas instituciones, leyes y reglamentos para regular la convivencia humana, sino fundamentalmente, estándares de calidad. Al ser los estándares de calidad acuerdos voluntarios que asumen las personas con educación cooperadora o sinérgica para hacer algo con elevada eficiencia y eficacia, cualquiera que esto sea, resultará obsoleto todo el engranaje inútil, excesivo y corrupto que existe hoy en día  para regular la mayor parte de nuestras múltiples actividades.

En el capitalismo humano los países ya no tendrán ejércitos ni harán gastos en material bélico, pero sí contarán con cuerpos policíacos con excelente posición económica y pública, integrados por personas con altísima responsabilidad social para que funjan como mentores de las personas transgresoras del orden institucional  y sean prominentes gestores sociales de campo.

En la vida moderna, el capitalismo tradicional ha traído consigo un cúmulo de innumerables ventajas que ninguna persona objetiva podría rechazar, pero también ha generado gravísimos problemas y vicios que se tienen que eliminar si queremos preservar la vida en el planeta. El capitalismo tradicional se podría decir que es el portador del cielo y el infierno en la Tierra. La parte generosa de él se está convirtiendo en forma natural en capitalismo humano en diferentes países y estratos de la sociedad mundial. Todas las personas, sin distingo alguno, tenemos algo de la nobleza del capitalismo humano que utilizamos en nuestra vida cotidiana sin advertirlo, sin apreciar, y lamentablemente también sin aprovechar. Hasta la persona más despreciable, peligrosa, desorientada o apática  tiene una partícula de  capitalismo humano que podría empezar a utilizar para convertirse en un individuo con responsabilidad social para su propio beneficio y de quienes lo rodean.

Todos los niños, si se presentan las condiciones, pasan por tres etapas en su desarrollo. La primera  es de enfrentamiento: el niño sólo desea hacer lo que le gusta y si encuentra resistencia, lucha, llora o agrede. La segunda es de tolerancia y propia de los pactos: “si tú haces esto, yo te permito esto otro”.  Si los padres le hacen aprender al niño, por medio de pactos oportunos y apropiados, que si actúa bien le irá bien y que si actúa mal le irá mal, lograrán que pase a la etapa cooperativa o sinérgica con facilidad, Esta tercera etapa es exponencialmente creativa, porque se basa en la diferencia que tenemos todas las personas, en la consideración por el otro, en el acuerdo de todos ganar y en el compromiso de cumplir lo pactado a pesar de las dificultades que se presenten.

La humanidad, al igual que el ser humano, atraviesa en su desarrollo por las mismas tres etapas de la niñez. La primera es de luchas, enfrentamientos, violencias y guerras; la segunda, de tolerancia, aguante o pactos, y la tercera, llamada cooperativa o sinérgica, es propia de estándares de calidad, más que de leyes y reglamentos; de educación e instrucción, más que de tribunales y cárceles; de visiones y misiones, más que de ideologías; de frentes amplios, más que de partidos políticos; de socios de producción, más que de patrones y trabajadores; de asistencia social para toda la población, más que por clase social; de riqueza repartida, más que de riqueza acumulada; de capitalismo humano, más que de socialismo o libre mercado; de cooperación, más que de violencia o tolerancia.

Los gravísimos problemas mundiales existentes se deben a que varios  países, familias, y personas están atorados en la etapa de la violencia o la tolerancia, y que necesitan de la gestión de buenos pactos para completar su sano desarrollo. Los buenos pactos (ayudar para que me ayuden, todos ganamos y honestidad) no sólo evitan el enfrentamiento violento o la tolerancia estéril de las partes, sino que preparan el advenimiento de la etapa cooperativa o sinérgica. Pero si los actores lo quieren todo sin ceder nada o los mediadores son parciales o corruptos, nadie sale ganando. De ahí, la creciente miseria y conflictos que hay en el planeta.

El capitalismo humano está emergiendo en el mundo por la creciente aparición cada día, de personas, familias, empresas, organizaciones, instituciones y países con  responsabilidad social que están tomando los aspectos nobles del capitalismo tradicional para lograr en sus respectivos ámbitos un envidiable bienestar económico  y social. Sólo falta que se unan a pesar de sus diferencias, (en eso radica su fuerza) para propiciar el advenimiento mundial de la etapa cooperativa o sinérgica de la sociedad lo antes posible.

La llegada del capitalismo humano no obedece a una planeación exprofeso, ni a una elucubración desesperada o imaginada por el grave peligro en que se encuentra la Tierra, ¡No! El capitalismo humano no es un invento de nadie, sino un proceso natural, propiciado por el vertiginoso avance científico y tecnológico que se viene gestando en la sociedad mundial de una manera incontrovertible, lo único que tenemos que hacer las personas con responsabilidad social, es reconocer este hecho, aprenderlo, aplicarlo, propagarlo  e impulsarlo con la mayor fuerza posible  en el frente en que nos encontremos, ya sea éste, familiar, escolar, religioso, empresarial, académico, artístico, deportivo, político o gubernamental. De esta manera el asentamiento de un sistema noble, justo y gratificante para todo ser vivo del planeta, será de inmediato una realidad y no una utopía.

La naturaleza es nuestra maestra y su dictado apremiante y salvador es el capitalismo humano o nada. El alto desarrollo tecnológico pone al hombre ante el dramático dilema de iniciar una guerra nuclear que acabe con la vida en la Tierra o de propiciar el desarrollo del capitalismo humano en nuestros hogares y  el mundo, tal como lo demanda el más elemental sentido común.

1 Véase: P. Martínez, “Capitalismo Humano: Niños del Mundo con Responsabilidad Social” Chiado Editorial. 2015

*Director de la Escuela Creadora de Riqueza México  pedromtz2512@hotmail.com

Fuente del articulo: http://www.educacionfutura.org/capitalismo-humano-para-todos/

Fuente de la imagen: http://www.educacionfutura.org/wp-content/uploads/2016/08/capital-humano-300×197.jpg

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Carmen Bohórquez: La fuerza de la Filosofía

Por Fernando Buen Abad

Cientos de metas filosóficas (inimaginables para muchos) han sido alcanzadas por Carmen Bohórquez con el aliento de la situación revolucionaria floreciente en Venezuela. Ha logrado, por ejemplo, poner en pié por más de una década, Foros de Filosofía Internacionales que encuentran a pensadores de todo el mundo debatiendo (y aprendiendo) en las plazas públicas, las ideas revolucionarias del pueblo Venezolano. Es gestora de esa experiencia única que ha logrado desplegar durante un día, y en todo el país, la discusión de temas filosóficos para la acción inmediata.

Carmen Bohórquez ha logrado amasar prestigio intelectual planetario para el “Premio Libertador al Pensamiento Crítico” y ha conseguido ser ella misma el “alma Mater” de la “Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad” bajo la inspiración y mandato de los comandantes Fidel Castro y Hugo Chávez más el apoyo de cientos de mujeres y hombres expertos en las más diversas tareas de la ciencia, de las artes y de la política. Y eso no es todo.

Carmen es autora de uno de los estudios más sobresalientes sobre Francisco de Miranda y, con su empeño y compromiso, ha sido artífice de actos político-académicos en Venezuela -y en el mundo- para destacar el papel de Miranda en los procesos de independencia de la Patria Grande y en el valor de su vigencia. Carmen ha sido partícipe central, también, de la iniciativa presidencial que consiguió identificar al rostro del Libertador Simón Bolívar, basado en los adelantos científicos más notables y en la voluntad semiótica más soberana de Hugo Chávez.

Carmen ha escrito y publicado cuanto ensayo y cuanta declaración han sido necesarios para estimular el conocimiento de la Historia y el conocimiento de la Filosofía indispensables en la profundización de la Revolución Socialista de Venezuela y en su victoria definitiva. No es una académica “neutra”, no es una funcionaria decorativa, no es una intelectual “contemplativa”. Carmen Bohórquez es una inspiración y es un ejemplo de ética, de claridad y de trabajo. Lo saben bien quienes han colaborado con ella, sus estudiantes y sus amigos. No sobra recordar cómo ha sabido sumar los talentos de cientos de personas que son y han sido colaboradores suyos.

A Carmen Bohórquez le profesan respeto de camaradas líderes, políticos y científicos de todo el mundo, de muchos frentes y ámbitos no sólo por su inteligencia deslumbrante sino, también, por su calidad humana forjada en la militancia y en la fidelidad revolucionaria más probada y más promisoria. No tiene Carmen una mirada complaciente ni obsecuencias de ocasión. Es un torbellino crítico al que nada ni nadie se le escapa, jamás, y suele ser expresión de sus afectos el regalo fraterno de su crítica honda y serena. Eso deben recordarlo siempre sus amigos y los no tanto. En su cuerpo pequeño y en su paso pausado sólo habitan fortalezas de gigantes. Nadie se engañe.

Sólo así es posible la obra que Carmen Bohórquez ha desarrollado para la “Batalla de las Ideas” que es la praxis misma y en donde ella es un comandante fundamental y extraordinario. La mesura de sus palabras y la suavidad de sus exposiciones no es más que notificación de fuerzas en lucha que forjan el temple de una mujer entregada a transformarse, ella misma, con el vértigo de los cambios revolucionarios. Le duelen los tropiezos y le duelen los errores, le duelen los olvidos y le duelen las postergaciones… es así de tiempo completo y es de ese calibre su compromiso de lucha. Habrá que buscar mucho, realmente mucho, para encontrar una mujer que hubiere sido capaz de hacer todo lo que Carmen Bohórquez ha conquistado en el intenso período revolucionario del que ha sido forjadora y producto.

Habrá que buscar mucho para encontrar un caso similar, en cantidad y en calidad, que sin ego y sin manipulación, con afecto y con solidaridad rigurosa convocara a cientos de filósofos, artistas y lideres sociales del mundo para hacerlos entender a Venezuela y convencerlos de imbricarse -como aprendices del pensamiento y de la lucha revolucionaria de su pueblo- en la tarea de pensar y hacer juntos. Habrá que buscar mucho para encontrar un caso similar capaz de realizar la logística descomunal que implica movilizar a un país entero en la acción de filosofar todos al calor de las agendas socialistas de la Revolución Bonita.
Habrá que buscar mucho para encontrar un caso similar empeñado sistemáticamente en estimular y premiar el pensamiento crítico de sus pares, hacerlos sentir importantes para la humanidad y trataros como, seguro en no pocos casos, jamás los han tratado en sus propios países. De esa estatura humana y militante es Carmen Bohórquez. No hay que olvidarlo. Eso se debe a la interpretación objetiva que Carmen hizo del mandato recogido de Simón Bolívar y de Francisco de Miranda y se debe también a la asimilación que hizo del mandato de Fidel y de Chávez para consolidar herramientas de conciencia capaces de demostrar la anchura intelectual de los revolucionarios y la profundidad ontológica de su ser socialista. La cosa es que Carmen Bohórquez es de esa estirpe.

Esto no es una “apología”. Difícilmente se puede sintetizar lo que en la práctica abarca tantos frentes y tantos logros. Esto no es una “apología”, no es un halago, se trata de hacer visible la fuerza y la lucha, la seriedad y la sistematicidad que suelen ser escasas en muchos frentes. No es una “apología” y eso permite ahogar en su saliva los cuchicheos de los aviesos y las detracciones de no pocos parásitos. Para decirlo suavemente. No es una “apología” porque Carmen Bohórquez no la necesita ni la aceptaría.

Todo el trabajo realizado por Carmen Bohórquez implica frentes donde la Revolución tiene abiertas “de par en par” las puertas, por ejemplo, de la investigación histórica y filosófica. Está sobre la mesa la agenda completa de la “Batalla de las Ideas” donde el pensamiento revolucionario tiene mucho por producir y divulgar, en lo mediato y en lo inmediato. La agenda de Paz y de Justicia para los pueblos, la revolución económica que ha de poner las riquezas en manos de quienes la producen, la superación definitiva del capitalismo, el estudio y actualización de la Historia que nos alimenta futuro y, en suma, todos los temas y las acciones necesarias para salvar a la humanidad de los horrores del capitalismo con la fuerza del socialismo… todas están y han estado en la obra y en la lucha de Carmen Bohórquez. En los hechos.

Fuente: http://www.telesurtv.net/bloggers/Carmen-Bohorquez-La-fuerza-de-la-Filosofia-20160826-0001.html

Imagen:4.bp.blogspot.com/_lMhMVDQ8wNc/TJkcvq6O3eI/AAAAAAAAAaA/kqASit7Hwhg/s1600/IMG_0460.jpg

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