Saltar al contenido principal

Entrevista Ángel Gallegos Cárdenas: La mejora de conectividad debe ir acompañada de estrategias que ayuden a comprender su uso

Por Brechacera.com

Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), y particularmente el acceso a banda ancha, conforman una herramienta importante en el sector educación. Sin embargo, es necesario que las autoridades de América Latina trabajen sobre los usos que docentes y estudiantes puedan darle a estas herramientas para así potenciar su digitalización. Miguel Ángel Gallegos Cárdenas, quien Director del Programa de Alfabetización Digital de REDEM

Esta es la discusión central de la segunda parte de la entrevista que Brecha Cero realizó a  Miguel Ángel Gallegos Cárdenas, quien Director del Programa de Alfabetización Digital de la Red Educativa Mundial (REDEM). Gallegos es licenciado en Administración, Maestro en Desarrollo y Planeación de la Educación y actualmente estudiante del Doctorado en Ciencias Sociales en la Universidad Autónoma Metropolitana, además de ser un especialista en el análisis de tecnologías en educación.

La REDEM es una organización internacional cuyo objetivo es elevar el nivel educativo de estudiantes y docentes por medio de herramientas como Internet y las TIC.  En esta plataforma se debaten y ponen en común diferentes proyectos a nivel regional para retroalimentarse de esas experiencias.

Brecha Cero: ¿Qué estrategias deben tomar los distintos gobiernos de América Latina para potenciar el uso de las TIC en la Educación?

Miguel Gallegos: Sin duda, que aprender de los especialistas y hacerles caso sería una buena alternativa. En cada nación hay siempre universidades, centros de estudio, o instituciones de educación superior donde se abordan de manera especializada las formas en que se hace uso de las TIC. Personalmente sugiero que los gobiernos escuchen la voz de la academia, de los profesores, incluso de los estudiantes, antes de poner en marcha cualquier programa en tecnología educativa.

Muchas veces las políticas públicas vienen de arriba abajo y eso no contribuye a una buena implementación y por consecuencia trae malos resultados.

El manejo de recursos es un tema delicado, desde mi perspectiva muchos gobiernos se preocupan por invertir recursos en programas de tecnología educativa que muchas de las veces no son los más indicados para sus comunidades escolares o para las pretensiones que se tienen.

Los gobiernos deben ser muy claros en lo que quieren, mejorar el desempeño de sus estudiantes para que se incorporen a la sociedad mejor preparados, o solo pretenden incorporar TIC durante sus gobiernos para presumir que están abatiendo la brecha digital. Es fuerte, pero eso es lo cierto.

En ocasiones los recursos que se invierten ya no se recuperan, por ello sugiero planear profundamente, siguiendo los principios de la elaboración de políticas públicas. Es muy importante la planeación y lo que se pretende lograr cuando se pone en marcha algún programa.

Como decía no solo es dotar y brindar acceso a las TIC, los objetivos deben ir más allá de eso. Hoy es más importante brindar acompañamiento a los profesores, capacitación en línea y sobre todo presencial.

Considero que hoy, los gobiernos deben hacer que los docentes se sientan acompañados por sus autoridades educativas, que sepan que no están solos en este cambio cultural que la sociedad está viviendo. Los estudiantes son distintos a los de hace algunos años en que el contexto educativo era diferente. Hoy la tecnología enmarca los procesos educativos, por eso es tan importante acompañar a los docentes para que no se sientan solos en la inmensa labor que como profesor se tiene.

Finalmente, menciono en torno a esta pregunta que los gobiernos deben voltear a mirar sus modelos educativos. Estos son una normatividad muy trascendental, de hecho, el modelo educativo es lo que permite que se haga uso o no de las TIC en las escuelas. Por ello, hay que voltear a los modelos y preguntarse qué pretenden sus políticas educativas y sobre todo cómo están siendo implementados sus modelos pedagógicos, máxime si son convenientes para sus comunidades escolares.

Brecha Cero: ¿Qué mercados considera más avanzados en la región en lo que respecta a la incorporación de las TIC en el sector?

Miguel Gallegos: Según el último informe global sobre tecnologías de la información 2015, presentado en el Foro Económico Mundial (FEM) se puede identificar que en América Latina las cosas no están bien, se ve una brecha enorme entre los países del primer mundo y nosotros.

Entre los menos rezagados en América encontramos a Chile, Puerto Rico, Uruguay, Costa Rica y Panamá, estando por encima de Colombia, Brasil, Trinidad y Tobago, México, Perú y Argentina, lo que también marca una brecha entre los países latinos.

Desde mi perspectiva, coincido con estos datos, pues el primer bloque de países según el banco mundial, mantienen una buena economía, lo que se ve reflejado en un mejor uso de las TIC, entendido esto como una eficiente banda ancha, un uso cada vez más demandante de los diferentes sectores de la población y sobre todo la incorporación de las TIC en la agenda oficial de los gobiernos.

Creo que valdría la pena hacer un estudio más profundo de esto, considerando los tamaños de población de cada país, el estado socioeconómico y político, el nivel educativo, considerar las pruebas estandarizadas de los organismos internacionales entre otras variables para poder hacer un comparativo más preciso e identificar las diferencias entre los países de la región. Sin duda, aprender de los que van a la delantera.

Brecha Cero: ¿Qué aportes considera necesarios desde el sector privado para potenciar la adopción de las TIC en el sistema educativo?

Miguel Gallegos: Es una pregunta muy interesante, no es sencilla de responder, ya que están en juego decisiones gubernamentales, políticas públicas, contextos políticos y sociales de cada país, y sobre todo las decisiones de hacer o no inversión en los sistemas educativos.

Con la globalización económica las áreas de oportunidad que tiene el sector privado son muy grandes, pero en el ámbito educativo las posibilidades son un tanto limitadas, ya que las Constituciones Políticas de los países latinoamericanos impiden en la mayoría de los casos que el sector privado invierta de manera directa en la educación pública.

Considero que sería bueno algún tipo de alianzas entre los gobiernos y el sector privado, con el fin de unir esfuerzos y hacer sinergia para generar programas de actualización y capacitación digital a docentes y estudiantes de todos los niveles, además de generar un mejor acceso a dispositivos móviles para uso educativo, finalmente sería muy bueno incrementar el ancho de banda en los países latinoamericanos. Pero incrementarlo como eh venido diciendo para mejorar los usos. No basta tener rapidez en la conectividad si los usos siguen siendo solo de diversión y comunicación.

Brecha Cero: ¿Cuál es la importancia de la banda ancha móvil en la implementación de las TIC dentro de la educación?

Miguel Gallegos: Sin duda que la banda ancha juega un papel muy importante a la hora de revisar las economías de las naciones. Diversos estudios indican incrementos porcentuales significativos cuando la banda ancha incrementa. Eso es muy bueno.

Aunque los sectores que más se ven favorecidos son los de manufactura, servicios, gobierno, transporte y salud, principalmente. Educación queda un tanto rezagada, no se ven diferencias. Si las economías se ven favorecidas al mejorar la banda ancha, seguramente podría haber grandes incrementos en los sistemas educativos a la hora de usar las TIC, siempre y cuando se considere que la banda ancha también es otro factor en los sistemas educativos.

De diversos factores están llenos los sistemas educativos y para un correcto funcionamiento y resultados de lo que con ellos se pretenda, todos los elementos deben trabajar armónica y acertadamente para lograr los objetivos planeados.

El acceso a dispositivos móviles, con una banda ancha cada vez más potente creo que no traería beneficios cuando de educación se trata. Digo ello, no por ser pesimista, sino porque estoy consciente de que los usos que se vienen dando a estos dispositivos, no son usos educativos. Por ello, a la par de incrementar la banda ancha móvil, considero que se deben generar programas de concientización de la tecnología, de uso educativo y de cultura digital para que tengan sentido en la educación, incrementar la banda ancha, pero de buenos usos de la tecnología en la educación.

Por otro lado, se dice que el objetivo de mejorar la banda ancha utilizada en los sistemas educativos contribuiría con la intención de extender la educación a todos los rincones de cada nación. Sin embargo, parece que ello no ha sido suficiente. Resta mucho por hacer en ambos casos en los países de Latinoamérica, tanto mejorar la banda ancha, como contribuir a la cobertura y extensión de las matrículas escolares y en todos los niveles educativos.

A mayor flujo de información, mayor inmediatez en las operaciones, transacciones, descargas y en todos los procesos digitales, algo muy bueno. No tengo la menor duda que mejorar la conectividad puede ayudar a muchas cosas en todos los sectores de la sociedad, pero antes que ello, debemos ayudar a las personas –sobre todo si son estudiantes o profesores– a estar conscientes de los usos que den a esa conectividad.

Fuente de la entrevista: https://edition.cnn.com/2018/09/28/us/holocaust-taught-oregon-trnd/index.html

 

Comparte este contenido:

Nicaragua: Disertan sobre la educación en el nuevo contexto nacional

Nicaragua/ 25 de julio de 2017/ Fuente: http://conicyt.gob.ni

Durante la jornada conmemorativa del 23 de Julio, en el auditorio Ruiz Ayesta de la UNAN-León, se realizó un encuentro de Coordinadores de Juventud Sandinista Universitaria, reiterando el compromiso de seguir con el legado de los Héroes y Mártires que hace 58 años fueron masacrados por la Guardia.

En este encuentro  Telemaco Talavera, presidente del CNU, dictó la conferencia La  educación en el nuevo contexto nacional.

Talavera señaló que esa sangre derramada  de los jóvenes y el pueblo de Nicaragua fructifica hoy en paz, prosperidad, innovación, creatividad y emprendedurismo.

“Los jovenes masacrados de 1959 alzaron su voz por la libertad de Nicaragua, y ahora gracias al Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional tenemos paz, prosperidad, esperanza para las familias y los jóvenes”, señaló el Presidente del CNU.

En su ponencia recordó que en 1979 Nicaragua tenía más del 50% de su población en analfabetismo y que una  de las primeras grandes acciones de la Revolución fue la gran Cruzada Nacional de Alfabetización, del 23 de marzo al 23 de agosto, que movilizó más de 100 mil jovenes, logrando reducir al 13% el analfabetismo.

Añadió que se construyeron miles de aulas universitarias, escuelas primarias y secundarias, se abrieron escuelas normales, educación especial, educación de adultos y miles de jovenes fueron a estudiar fuera del país.

En estos nuevos tiempos trabajamos en las Rutas Educativas, en un trabajo conjunto del sistema educativo, erradicando el empirismo, ampliando la cobertura de educación, actualizando aspectos curriculares, formando a maestros y directores, potenciando las TIC, promiviendo la  innovacion, emprendedurismo, educación presencial y virtual”, concluyó.

Fuente de la Noticia:

Disertan sobre la educación en el nuevo contexto nacional

Comparte este contenido:

El desafío educativo de 2017.

Por: Juan María Segura.

La educación es la actividad que mayor capacidad transformadora y oportunidades de progreso demostró a lo largo de toda la historia de la humanidad, generando ciencia, medicina e instituciones, y asegurando la transferencia de valores y legados de generación en generación. Dentro de la práctica educativa, el concepto de la calidad obró siempre como una fuerza aspiracional poderosa, animando a actores e instituciones a superar sus propios límites, ya sea a través de la innovación en formatos y prácticas de enseñanza, como en la calidad de los contenidos generados para apuntalar dinámicas de aprendizajes significativos.

Cada época impone retos y desafíos particulares que el sistema educativo y sus actores deben comprender e integrar a sus prácticas, transformándolos en propuestas originales y en ofertas relevantes para los nuevos problemas emergentes. En este sentido, el comienzo del siglo XXI se presenta como un momento de cambio trascendental y paradigmático en la historia de la humanidad.

Nunca antes la raza humana experimentó un salto cualitativo de tal magnitud y proporciones en sus condiciones de vida. Nunca. Los progresos anteriores, todos, el fuego, la lanza, la pólvora, el cultivo de las plantas, la escritura, la imprenta, la medicina, la energía eléctrica, la máquina de combustión, el automóvil, la energía nuclear, palidecen frente a lo ocurrido a partir de la invención de internet y de la liberación del flujo de información en el mundo. Repentinamente, el mundo moderno que puso al hombre en la luna y que creo máquinas, infraestructura y sistemas universales de derechos, finalmente está dando paso a un nuevo formato de sociedad hiperconectada, descentralizada, que trabaja y co-crea en red.

En este nuevo contexto sociocultural y tecnológico, el hombre debe enfrentar con dinamismo y determinación problemáticas que por su complejidad, originalidad o escala requieren nuevos abordajes. Las prácticas y recetas del pasado solo pueden aportar, en el mejor de los casos, una parte de la solución de dichos problemas.

En comparación con la situación vivida bajo el paradigma de la información escasa, en donde se definía a un analfabeto por su incapacidad para leer y escribir, en la actualidad avanzamos hacia un contexto organizativo en el cual se reconocerá a un analfabeto por su incapacidad para aprender y desaprender en un entorno de hiperconectividad y sobreabundancia de información. Esta afirmación, compartida por científicos y especialistas, obliga a poner especial atención en los procesos cognitivos involucrados en el aprendizaje a lo largo de toda la vida, no solo en los primeros años de vida y no exclusivamente dentro de los muros de un aula como la conocemos.

Nuevos saberes y competencias son exigidos. Iluminados por los avances de las neurociencias, y apuntalados por el robustecimiento de las teorías del aprendizaje, se vuelve tan necesario como posible dotar a aprendices y ciudadanos de una mirada cosmopolita, crítica y holística del mundo, pero a la vez despertar en ellos la sensibilidad necesaria frente a las culturas y causas locales, y el activismo y protagonismo explícito ante problemáticas que afectan la sustentabilidad del planeta.

En el inicio del año 2017, es mi deseo que los actores políticos y las instituciones de educación en Argentina se animen a innovar. Educar en un entorno VUCA (por los términos en ingles volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad) es el mandato de estos tiempos para educadores e instituciones.

Entiendo las lógicas de la política, las necesidades de mayorías en las cámaras del Congreso y la teoría del pato rengo. Pero con la educación no se juega, y mucho menos en este contexto histórico de transformación.

En marzo, una vez que se hagan públicos los resultados del Operativo Aprender, finalmente sabremos con precisión lo mal que rinde el sistema de educación nacional. ¿Estamos preparados para actuar? ¿Estamos capacitados para proponer transformaciones que cambien el curso de esta historia? ¿Estamos decididos a arriesgarnos? ¿Deseamos ser arquitectos del nuevo sistema, con todo el trabajo que ello supone? Deberíamos.

Fuente:  http://www.lagaceta.com.ar/nota/715308/opinion/desafio-educativo-2017.html

Imagen: http://img.lagaceta.com.ar/fotos/notas/2017/01/16/tmb2_715308_201701152056440000001.jpg

Comparte este contenido:

El Saber Pedagógico

Una Reconstrucción Social de la Praxis Educativa. II parte

Autora: Arlene Vergaras

Hoy día, en los escenarios educativos, se observa con más preocupación las acciones que el docente realiza para cumplir su labor profesional. De ahí, que la construcción del saber pedagógico se considera una responsabilidad de los intelectuales colectivos de la educación, y ello se logra no solo por la vía de la reconceptualización de las prácticas pedagógicas, también se alcanza a través de la crítica severa a las formas de existencia instrumental de la pedagogía. En este sentido, el saber pedagógico y la praxis educativa, desde la diversidad, son elementos muy significativos en la vida del educador.

Por consiguiente,se debe analizar el alcance conceptual y el ámbito del saber pedagógico, entendido desde la complejidad de situaciones escolares y en correspondencia con los planteamientos epistémicos de diferentes autores. Es importante resaltar que este nuevo término comienza a fortalecerse en los escenarios educativos, un hilo conductor que se despliega del saber docente y se conjuga con la multiplicidad de factores que subyacen en el proceso de formación continua. Se experimentan procesos reflexivos y de análisis de la praxis educativa así como la confrontación de la teoría en la práctica. Antes de entrar en las especificidades del alcance del saber pedagógico. Reflexionar sobre el saber, implica detenerse y pensar en su alcance etimológico, pues éste va mucho más allá que el poseer un conocimiento. Se puede tener sabiduría de algo que no se conoce; esto explica el cómo las madres sin haber recibido instrucción específica cómo ser mamás, cumplen con la misión encomendada por la naturaleza.

Al respecto, Tardif (2004), afirma que “saber”, es siempre el saber de alguien que trabaja en algo concreto, con la intención de lograr un objetivo. No obstante, en lo tocante al estudio pedagógico, éste no puede ser entendido o desligado de los conocimientos y las teorías del campo de estudio educativo. Con referencia a lo anterior,  Quevedo (2006), plantea las siguientes consideraciones: El concepto de saber es muy complejo, esta cualidad se enmarca en contexto de aplicabilidad, por ello existen tantos tipos de saberes como diferencias específicas sean construidas desde los contextos donde se utiliza, por consiguiente, existen tantas definiciones del saber. En el ámbito de estudio de la educación se denomina: saber pedagógico.

En el campo educativo, es donde se construye el saber pedagógico, un saber específico, personal e individual; reconstruido desde la cotidianidad de la praxis, articulado a las estrategias didácticas coherentes con la realidad educativa, en un momento específico de la historia, así como a las características delineadas en los contextos donde se desarrolla el acto pedagógico. Reflexionar sobre el saber, es definir que el saber es “un conocimiento profundo sobre algo”, cuya diferencia se enmarca en lo pedagógico. El saber pedagógico es un saber específico. Comprender el ámbito de alcance, implica determinar la complejidad del proceso que se da por la vinculación de los actores que estructuran el proceso educativo, desde los diferentes escenarios educativos formales e informales. En ellos se genera el accionar cotidiano, que define lo pedagógico y el acto pedagógico.

En este orden de ideas, el término: saber pedagógico, según Zuluaga (2003, p. 15), “…no es el nombre de ninguna teoría que reemplace a la pedagogía, la educación, la didáctica, la ciencia de la educación, el currículo”. Desde esta perspectiva, el autor antes citado  pretende que  cada docente se ubique en el conocimiento como si estuviera en un espacio abierto, donde interactúa y se orienta; en ese proceso dinámico, se interioriza un saber específico que no solo es inherente a una disciplina. El saber pedagógico, como proceso, está en constante transformación, mientras que las disciplinas son estáticas. Las teorías o concepciones epistémicos, al concebirse, se mantiene, permanecen según los planteamientos de cualquier autor.

Afirma Ibarra (2004), que emplea el término: saber pedagógico, para no asumir la pedagogía como un saber preexistente, formalizado, ante toda mirada histórica. Este término conlleva avanzar con sentido crítico más allá de las concepciones epistémicos, centrando la acción y reflexión docente desde los espacios  educativos donde se desarrolla la praxis. Desde esta perspectiva, se concibe el saber pedagógico, como un proceso dinámico que se gesta desde escenarios múltiples no siendo una disciplina específica. El saber se produce en diferentes circunstancias generadas en la cotidianidad de la praxis educativa, y desde ahí, el docente construye y reconstruye el saber pedagógico propio. Éste, le permite reorientar la acción docente desde otra óptica didáctica con sentido, consolidándose en un saber hacer especializado.

El saber pedagógico, como herramienta didáctica particular, que se contextualiza en un escenario o ambiente de aprendizaje socializador,  conlleva al docente a mirar con detenimiento, a observar. Así, es consciente de su praxis, cómo desarrolla las estrategias metodológicas, cómo las implementa, para mediar procesos de enseñanza y aprendizaje en correspondencia con la naturaleza de sus estudiantes y, en particular, con la realidad educativa donde se desarrolla el acto educativo: en el ámbito de la escuela o en otros escenarios de aprendizaje.

En este sentido, Ibarra (Ob. cit.), plantea que el saber pedagógico no es una metodología de análisis sino una forma de entender el conocimiento, la ciencia y el concepto; es un espacio del saber donde las conceptualizaciones, metodologías,  teorías, conceptos sobre enseñanza, formación, aprendizaje e instrucción, adquieren sentido.

Desde esta perspectiva, el saber pedagógico se va definiendo desde los diversos escenarios donde se gestan importantes procesos de reflexión y análisis de la praxis. En ese momento, estar frente de una nueva forma de desarrollar la praxis educativa, se potencia un nuevo hacer, un motivador que impulsa el desarrollo de estrategias validadas en la práctica. Ahí nace, se gesta, se origina la forma de una nueva creación. Donde se promueven estrategias didácticas motivadoras, que mantienen el interés de experimentar nuevas formas de acción pedagógica, cuya consecuencia inmediata se traduce en un saber hacer particular. Esta disposición, permite el desarrollo profesional del docente donde se moldean las habilidades y destrezas didácticas que se operacionalizan en el hacer docente, nuevas forma de enseñar y educar, lo cual va mucho más allá de lo que plantean las disciplinas del campo de la pedagogía y la didáctica.

Es importante indicar que posiciones epistémicas permiten al docente disponer de un marco referencial curricular regulador de la forma de conducir el proceso educativo. Desde estas concepciones curriculares, en el ámbito institucional, el docente asume compromisos laborales y profesionales, conduciéndolo a ensayar y desarrollar nuevas estrategias de aprendizaje, con el criterio de probar y validar qué tan efectivas son, pudiendo medir el nivel de impacto educativo en sus estudiantes, como su efectividad y alcance en función del propósito educativo que se ha planteado.

Con referencia a lo anterior, Zuluoaga y otros (2005), en la obra La Pedagogía y la Educación. Pensar de otro modo. Interpretan el saber pedagógico desde el punto de vista de otros autores. Refiere que toda disciplina es un saber que está presente en la ciencia de la educación, en la pedagogía; que afecta a la escuela, pues en ese lugar de encierro para la normalización, cuando la pedagogía sea considerada como una disciplina, un saber; estamos presente ante un saber pedagógico, cuya misión epistémica es determinar teorías, procedimientos y estrategias.

Sin embargo, uno de los esbozos radicales del autor es definir que la pedagogía es saber cuando es ciencia. Cuando la pedagogía se humaniza, cuando se establece y explica en teorías, cuando norma, vigila y plantea objetivos racionales se convierte en un saber y ciencia. El autor precitado, piensa que existen dos pedagogías: una que quiere producir el sujeto y otra que quiere transformar el sujeto; por ello estamos presentes ante una bipolaridad de la educación.

El saber pedagógico según lo planteado por Goethe (citado por Zuloaga y otros, Ob. cit.),  refiere claramente que “él no quería definir una pedagogía, no quería producir un saber específico, ni establecer objetivos que demostraran su existencia  de un objeto del cual muchos pudieran hablar y reconocer como válido y universal” (p.78).

Según lo citado por los autores antes referido,  la pedagogía era una cultura abierta, personal, una experiencia que se construye entre el hombre, su ser y el de la naturaleza. El autor reconoce que la pedagogía busca conducir al hombre, ya sea por medio de una institución, otro hombre o por medio de un saber.  Interpretando lo antes dicho, es importante destacar que si bien es cierto que la pedagogía se considera un saber disciplinar, por ser ella la disciplina científica de la educación, la cual norma y regula en parte el acto pedagógico, no se asume como punto de referencia o complementaria en el saber pedagógico, pues es parte fundamental en el hacer docente.

Por consiguiente, el saber pedagógico no aparece como una sabiduría, sino como experiencia, y el sujeto que lleva a cabo esa experiencia no es el hombre o individuo sino las fuerzas de la naturaleza. El autor pretende crear a un sujeto capaz de recrear su representación del saber cónsona con la naturaleza del contexto donde se desarrolla la praxis educativa. Donde hay consciencia, hay un saber. Éste, debe ser reconocido, instalado y reconvertido, cuando el propio sujeto lo asume como una forma de verdad y pauta de conducta.

Interpretando el pensamiento de Nietzche, (citado por Zuluaga y otros 2005),  sobrevolar al campo de la pedagogía en la construcción del saber pedagógico, en su enfoque ontoepistemológicos refiere: desviar la mirada hacia nosotros mismos, es hacernos consciente del proceso interno que nos lleva a buscar, a dar respuesta a las expectativas que emergen en el campo de la pedagogía, es revisar si realmente los ideales del Estado y de la ciencia de la educación son los nuestros, si nos identificamos con ellos o por el contrario, si somos capaces de asumir una pedagogía particular, la cual argumentamos sobre bases epistémicas que sustentan esos planteamientos, puesto que cada docente debe tener un fin, un ideal.

Hay que reconocer la posibilidad del docente en el proceso de formación permanente, al percibirse éste con mirada introspectiva y en esa constante búsqueda del yo interno, sobreponerse a las imposiciones externas, búsqueda que lo mueve hacia el camino de la liberación. En ese proceso, cada individuo mantiene valores e ideales, los fines que persigue, lo que lo hace moverse con sentido pedagógico en otras direcciones, con el fin de establecer un estilo personal correspondiente con la realidad educativa, valorando la experiencia socioeducativa, apropiándose de un saber pedagógico específico, perdurable, basado conocimientos previos.

Desde los enfoques teóricos de diferentes autores que a continuación se especifican: Quevedo (2006), hace una clara delimitación del saber teórico y del saber institucionalizado. El saber teórico, como su nombre lo indica, proviene de las concepciones epistémicas. Define y norma cómo debe ser la praxis docente, justifica y fundamenta el acto pedagógico cuando proyecta la misión y visión  de la pedagogía. Basado en el saber teórico, el docente estructura, con actitud crítica, su labor y el modo como realizar lo prescrito.

La autora precitada hace referencia al saber institucionalizado, que lo denomina saber práctico. Es la fuerza que impulsa la intencionalidad del docente a experimentar formas de enseñar y promover los procesos de aprendizajes, a partir de un desarrollo reflexivo y crítico de qué enseñar, interpretado con enfoque multidireccional que valora el enfoque globalizado. De allí, el saber pedagógico se conjuga con el saber teórico y el saber práctico, y en ambos casos, generan y estructuran el acto pedagógico.  La diferencia que regula el acto pedagógico está en la habilidad del docente de emprender el hacer cotidiano desde la  autorreflexión, de manera sistemática e intencional el complejo proceso de educar y enseñar. El saber teórico se enriquece desde la práctica docente, ella es fuente invalorable que gesta el saber pedagógico.

En lo concerniente al saber pedagógico, Tardif (2004), ofrece una clasificación que delinea así: Saberes disciplinarios, son los producidos por las ciencias de la educación. Los saberes pedagógicos y la práctica docente incorporan nuevos saberes sociales definidos y seleccionados por la academia universitaria, en respaldo del proceso de formación docente. Estos saberes se imponen a través de las teorías, son los que se transmiten o se socializan en los procesos de formación docente. Los saberes de las disciplinas surgen de la tradición cultural, de los grupos sociales productores de saberes.

En el mismo orden de ideas, los saberes curriculares son los normados y establecidos en las orientaciones curriculares, metodologías, programas; definen objetivos, contenidos, métodos y procedimientos que se cumplen y aplican en  la institución escolar, son los que regulan el trabajo cotidiano al pautar o normar el estilo curricular que conduce el acto pedagógico.

Por último Tardif (Ob. cit.), delimita un saber experiencial, supeditado al trabajo cotidiano, al ejercicio de la práctica docente, materializado en saber hacer, validado en el contexto de aprendizaje de los estudiantes y de las teorías pedagógicas. Por ello, los saberes son elementos constitutivos integrales de la práctica docente. Es  una dimensión de la profesión docente, que respalda y reconoce que el acto pedagógico es un elemento complementario, articulado al saber docente, el cual facilita transformar la praxis escolar a través de la trilogía: saberes disciplinarios, saberes curriculares y saberes experienciales.

El docente debe equilibrar estos tres saberes, asumiendo el saber pedagógico como un saber práctico que le permite concienciar el acto educativo, reconstructor del saber pedagógico que da acceso a enseñar en vez de informar. De esta manera, evaluando cada una de sus acciones, así como el contexto globalizado donde se gesta un saber pedagógico como resultado de un proceso dinámico e interactivo.

Al respecto, García (2005), puntualiza que el saber experiencial o práctico, es el  que se construye día a día, en el transcurso del ejercicio de la  función docente  y en la práctica de su profesión. Saber que los docentes desarrollan en saberes específicos, basados en el trabajo cotidiano y el conocimiento de su medio; así, se convierten en el fundamento básico de la práctica diaria del docente, que están presentes diversidad de saberes: sociales, disciplinares, curriculares, pedagógicos entre otros. Éstos, se reconocen como saberes profesionales.

A partir de los referentes teóricos citados, es preciso admitir que el saber pedagógico va mucho más allá de ser un saber práctico. Se asume como un proceso trascendental, activado por el análisis crítico de la labor docente concretada desde la diversidad de escenarios educativos. El acto pedagógico es un proceso globalizado donde se conjuga un saber hacer, interpretado a través de una visión crítica, autoreflexiva,  que permite al docente cambiar la praxis mediante la reconstrucción del saber pedagógico, transformándolo en un saber hacer especializado, consensuado, armónico, dinámico y creativo; el cual se ajusta y reajusta en función a la realidad de los  escenarios educativo donde se sistematiza la labor docente.

Fuente: Segmento teórico del libro El Saber Pedagógico. Una reconstrucción social de la praxis educativa. Autora Arlene Vergaras.  Caracas – Venezuela 2015

Fuente de la imagen:www.google.co.ve

Referencias:

García, M.  (2005).El Saber Docente: Una Construcción Intersubjetiva para Pensar la Práctica Pedagógica.Revista Electrónica de Investigación del Instituto Pedagógico. Universidad Pedagógica Experimental Libertador. Venezuela.

Ibarra, R.  (2004). Saber Pedagógico y Saber Disciplinar. Seminario Internacional “Modelo de Formación Docente”. Universidad Pedagógica Nacional. Colombia.

Quevedo, M. (2006). Saber Pedagógico y Saber Disciplinar. Un Camino en Reconstrucción. Ponencia Publicada Disponible en www.face.ubiobio.cl/webfle/media/143/descargas/doc/ponencia%20Saber%20Pedagogico%20Marcela%20Quevedo.do

 

Tardiff, M. (2004). Los Saberes del Docente y su Desarrollo Profesional. España. Editorial  Narcea.

Zuluaga, G. (2003). Una Lectura de la Práctica Pedagógica. Colección Pedagogía e Historia. Editorial Magisterio. Colombia.

arlenevergarasm@gmail.com

Barinas – Venezuela

Comparte este contenido:
OtrasVocesenEducacion.org