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Aprende en casa II: Entre el agravio y el entretenimiento

Por: Luis Hernández Navarro
“¡Fuera Televisa! ¡Fuera Televisa!”, gritan enardecidos centenares de maestros en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, mientras las camionetas de la televisora ponen pies en polvorosa.

Apenas unas horas antes de ese 2 de octubre de 2013, Manuel Velasco, gobernador del estado, había dado el claquetazo para iniciar las grabaciones de la telenovela Quiero amarte en la antigua Ciudad Real. La indignada reacción de los docentes contra el monopolio televisivo fue su respuesta espontánea a la campaña de lodo y calumnias orquestada por la televisora en su contra.

Días antes, el 3 de agosto, en la Ciudad de México, los profesores organizaron vallas humanas en los alrededores de las instalaciones de Televisa para impedir el acceso al personal de la empresa, en protesta por el linchamiento en su contra montado por la televisora. Simultáneamente, otro contingente de docentes se trasladó hasta las oficinas de Tv Azteca y bloqueó la lateral de Periférico Sur para reclamar en contra de la oleada de infundios que la compañía de Ricardo Salinas Pliego desató en contra de los trabajadores de la educación.

Estas dos muestras de descontento magisterial contra las televisoras son apenas pequeñas evidencias de la enorme rabia docente contra los monopolios mediáticos presente en prácticamente todo el país. Nunca cesaron a lo largo de los seis años del sexenio de Enrique Peña Nieto. Siguen vivas y a flor de piel ahora. Fueron (son) la airada respuesta de los profesores de banquillo a una inclemente agresión de la telecracia para ofenderlos a ellos y demeritar a la educación pública.

Cada día, durante todo el sexenio de Peña Nieto, en telediarios, shows de variedades, barras de opinión y mesas redondas sobre la coyuntura se lanzaron toneladas de basura en contra de los mentores que rechazaban la reforma educativa. Uno tras otro, se divulgaron a través de la televisión montajes periodísticos, reportajes llenos de mentiras, noticias falsas y calumnias contra los dirigentes del movimiento. Casi nunca se les dio a los acusados el derecho de réplica.

Energúmenos comentaristas televisivos emprendieron una cruzada moral contra los maestros democráticos y, señalándolos con índice de fuego, les imputaron las peores felonías. Los acusaron de secuestrar a la niñez y la educación, de mantener en la ignorancia al pueblo de México. Los acusaron de ser vagos irresponsables, culpables del abatimiento de los niveles educativos.

De todo se valió la telecracia y sus fundaciones en esta guerra sucia. En plena ofensiva contra el magisterio, en un partido de la liguilla de futbol, los jugadores del equipo Monarcas de Morelia, saltaron al campo de juego con playeras blancas con la imagen de una mano mostrando una tarjeta roja que los árbitros usan para expulsar a los deportistas que cometen graves infracciones, y la leyenda A los malos maestros. Ricardo Salinas Pliego, dueño de Tv Azteca era el propietario del club.

Al profesor Rubén Núñez Ginez, en esos años dirigente del magisterio oaxaqueño, hijo de ejidatarios, con una maestría en desarrollo educativo y más de 30 años de servicio, lo acusaron de poseer un fabuloso guardarropa, integrado por camisas de manta bordada, típicas de Oaxaca, compradas en los mercados populares. También de poseer una impresionante flotilla de vehículos, que, en la realidad, se reducía a una estaquita Nissan. A pesar de estar gravemente enfermo y ser inocente, lo metieron a un penal de alta seguridad. El 23 de marzo de 2019 falleció, en parte por las secuelas de su encarcelamiento.

Para imponer a sangre y fuego la reforma educativa, además de la estigmatización en su contra, de la persecución policiaca y del encarcelamiento de decenas de profesores, tres maestros democráticos fueron asesinados por las fuerzas del orden en el contexto de los ataques combinados de la telecracia y el gobierno de Enrique Peña Nieto. Al maestro jubilado Claudio Castillo, con secuela de poliomelitis, lo mataron a palos policías federales en Acapulco. Al chiapaneco David Gemayel Ruiz, de 21 años, lo arrolló un camión de la policía mientras los uniformados dispersaban con gases lacrimógenos. A Antonio Vivar Díaz, la Policía Federal lo ejecutó extrajudicialmente dentro de una iglesia en Tlapa, Guerrero.

Como si ninguno de estos agravios hubiera sucedido, el gobierno federal anunció que los responsables de injuriar, calumniar, deshonrar y linchar a los maestros mexicanos (y a la educación pública) durante seis años serán los encargados de transmitir los contenidos educativos. Los mismos que vilipendiaron al magisterio se convertirán ahora en los encargados de sustituirlos en la enseñanza de niños y jóvenes. Ni una disculpa ofrecieron.

Peor aún, como si se tratara de una broma de mal gusto, Esteban Moctezuma, secretario de Educación, durante 13 años responsable de la Fundación Azteca, le anunció a Adela Micha (no en la conferencia de prensa diaria de Educación y Bienestar) que conductores de televisión acompañaran a maestros para dar clases en pantallas. “Son –se vio obligado a precisar un día después– personas que saben conducir.

Obsesionada desde hace años por encontrar un nicho de mercado en el mundo de la enseñanza, la industria del entretenimiento se acaba de sacar la lotería con Aprende en casa II. La 4T ha hecho realidad plena lo que Carlos Monsiváis sugería como una tendencia: convertir a la televisión en la verdadera Secretaría de Educación Pública.

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Exigen en Paraguay entrega sin cambios a normativa universitaria

América del sur/Paraguay/13 Agosto 2020/prensa-latina.cu

Estudiantes universitarios de Paraguay centran su atención hoy en la entrega del ‘arancel cero’ sin modificación alguna por parte de la Cámara Baja, que aplazó su análisis por espacio de 15 días.
La normativa, aprobada ya por la Cámara de Senadores, establece la prohibición del cobro de cuotas, exámenes y otros en los cursos de grado de las instituciones de educación superior dependientes del Estado.

Desde el Palacio Legislativo señalaron que la Cámara Baja alegó necesitar más tiempo para el análisis del documento, sin embargo los estudiantes recomendaron el uso del Fondo para la Excelencia de la Educación y la Investigación (FEEI) para cubrir los aranceles de ocho universidades públicas.

‘Consideramos que el Estado debe usar todos los recursos disponibles para paliar la crisis y garantizar la educación pública en las universidades, usando en este caso recursos genuinos como los del Fonacide’, manifestó el estudiante de la Facultad de Economía, Fabrizio Núñez.

Según estimados realizados por los estudiantes se necesitan alrededor de 17,5 millones de dólares para cubrir los aranceles de lo que resta del año y otros 30 para el año entrante.

Esto beneficiaría a unos 80.000 universitarios de Asunción, Central y el interior, señalaron los estudiantes.

El FFEI es una instancia pública con participación de la sociedad civil creada para destinar recursos a programas y proyectos con el objetivo de elevar la calidad de la educación, en la búsqueda de la excelencia educativa y la promoción de la investigación.

Por su parte, el Fonacide, es igualmente un creado a partir de los ingresos generados por la cesión de energía de la Represa de Itaipú a Brasil, parte del cual se destina a mejorar la infraestructura de las escuelas en situación de riesgo.

Además financia almuerzos escolares y becas de investigación. También se utiliza en el área de la salud, para el fortalecimiento de hospitales públicos.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=389177&SEO=exigen-en-paraguay-entrega-sin-cambios-a-normativa-univesitaria
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Jovani quiere ser doctor, a pesar de la covid-19

Reseñas/13 Agosto 2020/elpais.com

Un sistema educativo limitado ya condicionaba la formación de millones de menores de edad etíopes antes de la pandemia. Ahora, el cierre forzado de las escuelas ha privado a muchos de ellos de su derecho a la educación. Contar la historia de este niño es contar un país entero

El pasado 16 de marzo, cuando aumentaron a cinco los casos positivos de covid-19 en el país, el gobierno etíope suspendió las clases. Durante este tiempo el Ministerio de Educación ha lanzado iniciativas para que la formación de los niños no se detuviera durante el cierre de las escuelas, pero no ha conseguido llegar a todos los hogares y muchos alumnos han quedado desatendidos. La pandemia se ha convertido en un bache más en su formación, que ya estaba comprometida por un sistema educativo limitado.

Es probable que Jovani quiera seguir colaborando en la campaña contra la covid-19 en Dessie, su ciudad natal, que está en la región de Amhara, en el centro norte de Etiopía. Este niño de siete años y ojeras marcadas quiere ser doctor, aunque ahora quizá no acabe de entender por qué debe quedarse en casa, pues los mayores no han dejado de trabajar pese a la amenaza del virus. En cambio, millones de menores como él llevan semanas sin ir a la escuela y deben permanecer en sus casas para evitar contagios.

Pese a las limitaciones del sistema educativo, la madre de Jovani sabe que cualquier opción de futuro de sus hijos —tiene dos— pasa por que vayan a la escuela. Ella mantiene a su familia lavando ropa a mano y cocinando injera, una masa fina que es la base de la alimentación etíope. Desde que enviudó es la única persona que, de forma regular, lleva dinero a casa, una habitación única de paredes enyesadas y techo de hojalata en la que también viven los abuelos.

Para la Administración Pública, Jovani es un niño en situación de vulnerabilidad. Por eso le seleccionó para que se beneficiara del programa de apadrinamientos de la ONG IPI Cooperació, mediante el cual la familia recibe una ayuda mensual de 600 birr (17 euros) y se compromete a que el pequeño no deje de estudiar.

El sistema educativo etíope

306 chicas y chicos van a la escuela primaria Sefere Selam de Dessie. Su director, Tilehun Azahij —cabeza rapada, camisa por dentro del pantalón, afable—, apunta que uno de los déficits de la educación etíope es que “el proceso de aprendizaje no tiene parte práctica, solo es teórico”. A Azahij le gustaría que su colegio tuviera un aula de informática y un laboratorio para que el alumnado experimentara, pero debe resignarse a clases con paredes gastadas y pupitres astillados.

La escuela primaria Millenium se encuentra en Kobo, una población al norte de la región de Amhara donde los niños y niñas se han acostumbrado a la presencia de los militares que controlan las disputas territoriales de la zona. El director, Milla Jadea —bigote recortado, deportivas, reflexivo—, explica que otra de las carencias de la educación del país es que “los libros de texto no se adaptan a la edad de los alumnos”. Jadea cuenta que los profesores no tienen tiempo de impartir el temario y que el alumnado pasa de curso sin recibir todas las lecciones.

Etiopía es uno de los países africanos que más se ha implicado en la formación de sus menores desde el cambio de siglo. En 2015 el gobierno destinó un 4,7% del gasto público al ámbito educativo, una cifra que sitúa al país en el puesto número 78 del ranking mundial y en el 15 del de África subsahariana. Estos esfuerzos han contribuido a que prácticamente todos los niños y niñas vayan a la escuela hasta los 14 años, pero no han sido suficientes para asegurarles una formación de calidad. Un 48% de etíopes son analfabetos y la edad media de la población es de 20 años.

El alumnado de la escuela primaria Sefere Selam termina la jornada escolar tras cantar el himno nacional, en Dessie (región de Amhara).
El alumnado de la escuela primaria Sefere Selam termina la jornada escolar tras cantar el himno nacional, en Dessie (región de Amhara). A.C.

La educación pública en el país del cuerno de África es gratuita. Los menores empiezan la primaria —obligatoria— a los siete años, por delante les esperan ocho cursos en los que aprenden amhárico —el idioma oficial del país—, la lengua de su respectiva región, inglés, matemáticas y ciencias naturales y sociales. La primera etapa de la secundaria ocupa dos años académicos, noveno y décimo, pero ya no es obligatoria, por eso muchas chicas y chicos dejan la escuela para contribuir a la economía familiar: solo siguen estudiando un 35%. Antes de acceder a la universidad o a otros estudios superiores, los alumnos supervivientes cursan undécimo y duodécimo, que equivalen al bachillerato. Solo el alumnado que ha seguido estudiando a partir de noveno aprende a utilizar ordenadores.

La determinación de Aweke

Cuando Aweke saluda a alguien le ofrece su muñeca porque sus dedos terminan en los nudillos. A los 10 años se contagió de lepra y tuvo que dejar la escuela. Desde entonces camina ayudado de un bastón de madera que maneja con gran agilidad. Cuando se sintió con fuerzas suficientes, volvió a las aulas y continuó su formación. Pese a las aparentes limitaciones, Aweke hace todo por sí mismo. Ahora tiene 24 años y cursa duodécimo en la escuela preparatoria de Weldiya. Quiere ser abogado.

Sin el apoyo de su hermano pequeño Kiros, Aweke no podría estudiar. Kiros, que tiene 22 años, empezó a trabajar para que él pudiese seguir en la escuela. Los hermanos perdieron a sus padres hace tiempo y si ambos estudiaban no podían mantenerse, pese a que Aweke también recibe la ayuda mensual de IPI Cooperació. De hecho, viven “con lo justo” en una pequeña casa de Weldiya, una población al norte de Dessie caracterizada por el tráfico de camiones que transportan mercancías cargadas en el puerto de Yibuti. En su autorickshaw —triciclo motorizado usado como taxi—, Kiros no puede mantener la distancia de seguridad con los clientes, pero estos meses no ha dejado de trabajar. No puede, aunque se exponga al virus.

La suspensión de las clases ha llegado en un momento importante para Aweke, el año en que debe hacer la selectividad, que se ha pospuesto sine die. Durante estas semanas no ha dejado de estudiar, por su cuenta, con una determinación que solo puede equipararse a su fuerza de voluntad. No sabe cuándo hará el examen de acceso a la universidad, pero sabe que necesita una nota alta para entrar en Derecho. Además, siente que se lo debe a Kiros. Por eso no ha escatimado esfuerzos: “He estado leyendo los libros de texto y fragmentos de la constitución”. También ha aprovechado los días de confinamiento para escribir un poema, pero prefiere no compartirlo.

La covid-19 agrava las desigualdades

El cierre forzado de escuelas ha comprometido la educación de millones de chicas y chicos durante las últimas semanas. Los mayores han podido estudiar por su cuenta, pero los pequeños, que necesitan la guía de un profesor, no han podido. Con el objetivo de que la formación de estos menores no se paralice por completo, el Ministerio de Educación etíope ha habilitado un canal de televisión y un dial de radio para impartir clase, una medida cuestionada por no poder calcular su alcance y, sobre todo, por aumentar las desigualdades entre los menores que tienen receptores en casa y los que no, que llevan semanas privados de su educación.

El sistema educativo etíope se caracteriza por no ofrecer a todo el alumnado las mismas prestaciones. El director de la escuela primaria Negus Michael de Dessie, Faten —barba descuidada, camisa tejana, cordial—, indica que “hay zonas del país muy pobres, donde ni siquiera hay comida, los niños que viven ahí no tienen las mismas oportunidades”. Más de un 80% de la población etíope vive en áreas rurales. La administración no llega a las más apartadas, que son las más empobrecidas del país. Faten explica que la única forma de mejorar su situación es aumentar el gasto público en educación.

Un aula de la escuela primaria Sefere Selam queda vacía tras una jornada escolar, en Dessie (región de Amhara). Todas las clases están así desde que la pandemia obligara a suspender la actividad académica el pasado 16 de marzo.
Un aula de la escuela primaria Sefere Selam queda vacía tras una jornada escolar, en Dessie (región de Amhara). Todas las clases están así desde que la pandemia obligara a suspender la actividad académica el pasado 16 de marzo. ÁLVARO CARRETÓN

Yesuf Mohammed —barba recortada, americana, trato caluroso— dirige el centro de educación primaria Silk Amba de Dessie y, como su homólogo de la escuela Negus Michael, advierte de la existencia de desigualdades: “Se han construido muchos colegios en los últimos años, pero las instalaciones suelen ser precarias, sobre todo en las zonas rurales”. Mohammed también apunta a los profesores cuando habla de prestaciones dispares porque “no todos son profesionales”. Además, en algunas escuelas el profesorado debe encargarse de muchos alumnos. La media nacional en la educación primaria es de 43 escolares por profesor.

Un estuche de color naranja

En febrero, los voluntarios de IPI Cooperació se desplazaron a Etiopía para controlar el funcionamiento del programa de apadrinamientos y entrevistarse con los niños y niñas, a los que llevaron material escolar. Jovani recibió con alegría e ilusión su nuevo estuche de color naranja y lo abrió para ver los lápices y bolígrafos que al menos tenían que durarle un año. De camino a casa, dos niños mayores le pararon y le pidieron que les enseñara el estuche, que entonces se convirtió en el estuche robado de color naranja.

Etiopía tiene 109 millones de habitantes y es el segundo país más poblado de África, solo superado por Nigeria. Un 23% de etíopes vive por debajo del umbral de pobreza y, en la región de Amhara, tres de cada 10 personas son pobres. Ni los lápices ni los bolígrafos se tienen en cuenta en el cálculo que fija la línea de pobreza de una región.

Ellas y el sentido del deber

Las desigualdades no solo afectan a los menores que viven en áreas empobrecidas y rurales, también a las niñas. El sistema educativo promueve la igualdad en las aulas y no discrimina por género, pero la tradición patriarcal del país impide que tengan las mismas oportunidades que los niños. Por eso se está fomentando una educación equitativa que contribuya a superar los estigmas del patriarcado.

La clase política también se ha implicado en el impulso de una sociedad igualitaria: en 2018, Sahlework Zewde se convirtió en la primera presidenta etíope y, ese mismo año, Abiy Ahmed, primer ministro del país, garantizó la paridad en su gobierno al repartir el mismo número de carteras entre hombres y mujeres. Sin embargo, pese a los esfuerzos desde los ámbitos educativo y político, el mensaje feminista aún no ha calado en todas las capas de la sociedad.

Hasta los 14 años, chicas y chicos ocupan las aulas a partes iguales. La diferencia aparece en la secundaria, cuando ellas son las primeras en abandonar la escuela. “El número de niñas cae porque se casan o se van a trabajar a otras regiones para ganar dinero y enviarlo a sus familias”, explica Azahij, que apunta que las chicas tienen un sentido del deber más desarrollado que los chicos, que solo se preocupan de comer y jugar.

Tres alumnas de la escuela primaria Tigil Fire durante el recreo, en Dessie (región de Amhara).
Tres alumnas de la escuela primaria Tigil Fire durante el recreo, en Dessie (región de Amhara). A. C.

Estas desigualdades se multiplican en los entornos vulnerables, como las zonas rurales, donde también hay casos de absentismo femenino en la primaria. Un 40% de las mujeres etíopes de entre 20 y 24 años se casa antes de los 18 y un 14% antes de los 15. Es en las áreas rurales donde estos casamientos tienen más incidencia y donde, además, hay más casos de mutilación genital femenina. Cuando las chicas se casan, dejan atrás su vida, incluida la escuela, para atender las necesidades de sus nuevas familias. Antes de la ceremonia nupcial, el novio paga una dote en cabezas de ganado —o su equivalente en dinero— a los padres de su prometida, que tendrán una boca menos que alimentar.

Rediet abre camino

El pasado 8 de marzo, con motivo del Día Internacional de la Mujer, la Universidad de Weldiya distinguió a Rediet por su excelencia académica. Esta joven de 20 años y pelo trenzado estudia Administración del Territorio e Inspección y es una de las pocas alumnas universitarias del país. Solo una de cada 20 mujeres va a la universidad o cursa otros estudios superiores en Etiopía. Aunque la matriculación masculina tampoco es destacable, representa el doble que la femenina.

Rediet se considera afortunada por haber tenido el apoyo de su familia, que pudo permitirse que estudiara, y lamenta que su padre muriera antes de verla en la universidad, ya que fue quien le instó a hacer Administración del Territorio e Inspección: “Creía que era lo mejor para mí”. Pese a tener casa en Weldiya, cuando empezó la carrera se instaló en el campus, quería exprimir la experiencia universitaria al máximo. “Comparto habitación con cuatro chicas más y mi taquilla es pequeña, pero me gusta estar aquí”, dice la joven de sonrisa amplia y mente inquieta.

La universidad hace un préstamo a los estudiantes, que mientras se forman no pagan ni por estudiar ni por alojarse en el campus, pero, cuando se gradúan, el centro académico les cobra por sus años de estudio en mensualidades adaptadas a sus salarios. Si no consiguen trabajo —el paro juvenil es del 25%— y no pagan, no obtienen el título. Algunos, los que quieren irse al extranjero o hacer una especialización, se ven obligados a abonar toda la cantidad de golpe, pues el certificado temporal que les dan para buscar empleo tiene una validez administrativa limitada.

A Rediet le preocupa no encontrar trabajo y no poder pagar los 22.000 birr (600 euros) que cuesta su carrera, aunque ahora está más agobiada por estar perdiendo un semestre de estudio. Desde hace semanas no tiene ninguna noticia de la universidad, que cerró pocos días después que las escuelas. Rediet añora las clases, pero también despertarse con las primeras luces del día y pasear por el campus mientras escucha el pipiar de los pájaros. Es su peregrinación personal, en la que busca el sentido a sus días y se convence de que Dios tiene un buen plan para ella. “Tengo que trabajar duro para descubrir lo que Él espera de mí”, se repite.

Futuro en juego

Según Unicef, muchos de los menores de la región de Amhara que van a la escuela no consiguen aprender a leer ni a escribir y un 14% suspende el examen final que hacen en octavo, al acabar la primaria. El entorno familiar de los niños y niñas tiene incidencia en esta cifra, pero la responsabilidad pesa sobre un sistema educativo que limita su formación y dificulta su progreso.

Ahora, la covid-19 también está coartando la educación de los más de 22 millones de menores etíopes matriculados en escuelas primarias y secundarias, sobre todo la de los niños y niñas que no pueden estudiar a distancia. En un comunicado de prensa, el director de Unicef en África Oriental, Mohamed Fall, advierte que “tras el cierre prolongado de escuelas, (…) se hace más complicado que los menores vulnerables vuelvan a las aulas”.

Un grupo de menores se protege de la lluvia bajo un toldo poco antes de empezar la jornada escolar, en una población situada entre Dessie y Weldiya (región de Amhara).
Un grupo de menores se protege de la lluvia bajo un toldo poco antes de empezar la jornada escolar, en una población situada entre Dessie y Weldiya (región de Amhara). A. C.

Las Naciones Unidas ponen la educación en el centro de toda transformación social y económica. En la Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sostenible, la organización intergubernamental señala que “además de mejorar la calidad de vida de las personas, el acceso a la educación inclusiva y equitativa puede abastecer a la población local con las herramientas necesarias para desarrollar soluciones innovadoras a los problemas más grandes del mundo”.

Sueños encomendados

Probablemente, a Jovani todavía no se le habían secado las lágrimas cuando llegó a casa, desolado e impotente tras el robo. Nunca habría imaginado que su abuelo le esperase con otro estuche de color naranja. Desde la furgoneta de importación asiática en la que volvían al hotel, los voluntarios de IPI Cooperació habían visto cómo le robaban y habían parado en su casa para dejarle otro.

Horas antes, en la habitación única de paredes enyesadas y techo de hojalata donde ahora Jovani volvía a tener algo con lo que escribir, la abuela había convertido el sueño de ser doctor de su nieto en una cuestión de fe: “Cuando acabe la primaria solo Dios sabe qué pasará”.

TRES MESES DESPUÉS

A. C.

Las escuelas han seguido cerradas y los menores vulnerables privados de su educación desde entonces. Todos los alumnos, excepto los de octavo y duodécimo, pasarán de curso sin examinarse.

A finales de mayo, la universidad de Rediet habilitó un portal web para que el alumnado tuviera acceso a materiales de estudio como guías docentes. Paralelamente, el director de su facultad creó un grupo de Telegram para resolver las dudas de los estudiantes. Se espera que se examinen a finales de verano, justo antes de empezar el nuevo curso. Rediet reconoce que estudiar así, sin la explicación de un profesor, es complicado.

A principios de junio, los profesores de Aweke empezaron a enviarle trabajos a través de la aplicación de PDF. Se hizo un esfuerzo para que el alumnado que tiene que hacer la selectividad, que sigue sin fecha, tuviera más recursos para estudiar. Además, Aweke y sus compañeros de clase usan un grupo de Telegram en el que cooperan para llegar lo mejor preparados al examen.

Estas iniciativas educativas, como el resto de las que requieren acceso a la red, estuvieron paralizadas del 30 de junio al 23 de julio; el gobierno etíope cortó el acceso a internet en todo el país para apaciguar las protestas por el asesinato de Haachaaluu Hundeessaa, un músico y activista de etnia oromo. “Ahora cualquier estudiante está desesperado”, explica Aweke, que, como el resto de sus compañeros, dejó de recibir trabajos de sus profesores durante el apagado. Él, acostumbrado a salir adelante ante situaciones adversas, confiesa que, pese a todo, es optimista.

Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/elpais/2020/08/06/planeta_futuro/1596711692_903575.html

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Chile: El desconocido rol de las y los profesores en la pandemia y el desprecio del Ministro de Educación

Por: Eduardo González Navarro/Dirigente Nacional Colegio de Profesores/as

Cabe preguntarse qué habría pasado con las y los niños en la circunstancia de la Pandemia de no haber sido por el aporte silencioso del profesorado.

Prácticamente sin ninguna orientación precisa, y sin preocuparse por los recursos necesarios, se obligó a los profesores a pasar de un sistema presencial a uno virtual.

Ese esfuerzo ha sido, sin duda, de toda la comunidad escolar cuyo pilar indiscutible fue la decisión de los docentes que no dejaron solos a sus estudiantes y colaboraron con la contención necesaria en una situación altamente estresante y desgastante.

Pero resulta del todo justo saludar a nuestros padres y apoderados y por cierto, a nuestro estudiantes.

En un sinnúmero de lugares a lo largo de todo el país, los profesores fueron impulsores y colaboradores no solo a la mantención del vínculo pedagógico sino que en las iniciativas solidarias que han intentado paliar las crecientes dificultades que, incluso, significó combatir el hambre que ha rondado a miles de hogares.

Desde el primer momento el gremio docente, ha apoyado un sinnúmero de ollas comunes, iniciativas solidarias y diversos tipos de apoyo para cubrir las necesidades inmediatas que el estado neoliberal no cubre.

El profesorado  ha sido otra “primera línea” en este proceso de contención y apoyo a sus estudiantes y sus familias, cuyo rol es comparable al que han jugado los valerosos funcionarios de la salud.

Los profesores son parte del pueblo y se funde con él en estas horas confusas y peligrosas.

Sin embargo, desde la comodidad del Ministerio de Educación, el titular de la cartera Sr. Figueroa, responde con el mayor de los desprecios a rol de los educadores.

El ninguneo con el que el señor Figueroa trata a los profesores ha sido el lenguaje típico de los poderosos en toda esta oscura época de dominio neoliberal.

Los educadores de Chile no buscan el reconocimiento fácil de las autoridades.

Su labor siempre se ha caracterizado por el inmenso y rara vez valorado amor por la docencia, el respeto por los niños y niñas, y su compromiso irreductible con sus muchas veces dura profesión.

Sin duda, como gremio, exigimos el respecto debido a un gremio que es uno de los mayores soportes en los que descansa la idea de país.

Pero nos conforta tener clara conciencia de nuestro rol de formadores de las nuevas y mejores personas, que tendrán un efecto ineludible en la construcción de un país mejor, más humano y respetuosos de sus habitantes y medio ambiente.

Desde siempre, como lo saben todos los educadores del país, el mayor y más emocionante recompensa, es esa que se expresa en la risa de un niño y una niña que crece feliz y seguro, en un territorio en que puedan caminar por calles limpias y libres, de camino a su escuela o de retorno a su casa.

Los prepotentes de todos los tiempos jamás tendrán la capacidad de entender algo tan simple y a la vez tan profundo.

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Covid-19 pone al límite a educación en Panamá

Centroamérica/Panamá/11 Agosto 2020/prensa-latina.cu

 La migración de al menos un 10 por ciento de los estudiantes del sector particular al público como consecuencia de la pandemia de Covid-19 pone hoy al límite a la educación en Panamá.
Según el presidente de la Asociación Panameña de Colegios Particulares, Edwin García, menos del 30 por ciento de las familias pueden pagar las cuotas de las escuelas privadas, un 35 por ciento manifestó hacerlo parcialmente y casi un 40 por ciento ya no pueden abonar la mensualidad, lo que generó el cierre de algunos colegios por falta de solvencia económica.

Situación que estaba prevista desde la llegada de la pandemia al país en marzo último, cuando las autoridades educativas estimaron el movimiento de unos 160 mil alumnos de los centros docentes particulares hacia el público, precisó.

Ante esta realidad, el Ministerio de Educación (Meduca) dio las ‘instrucciones a los directores regionales para que puedan aceptar y matricular a los estudiantes que han tenido que regresar al sistema público’, aseguró la directora nacional de Educación Media, Isis Núñez.

Sin embargo, a juicio de algunos profesores, el sistema educativo público no tiene la infraestructura física ni curricular para absorber a tantos estudiantes, criterio con el cual coincidió la funcionaria, quien destacó los esfuerzos para adaptarse a la situación y garantizar el acceso al estudio de todos los niños.

Datos del Meduca revelaron que unos dos mil 236 estudiantes ya fueron asimilados por las escuelas públicas, tras la reanudación de las clases el pasado julio en la modalidad virtual.

Aunque la cifra oficial de alumnos emigrados representa menos del uno por ciento de los 800 mil existentes en el país, supone un reto para la educación pública, marcada por deficiencias materiales, estructurales y de calidad en la enseñanza acumuladas por años, aseguraron expertos y docentes.

De acuerdo con Núñez, pese a que el Gobierno habilitó una plataforma virtual para retomar las clases a partir de julio, hasta el momento el 66,2 por ciento del total de los estudiantes en el país pudieron conectarse, en tanto el 74 por ciento de los colegios reportaron conectividad, por lo que el acceso a internet sigue siendo el talón de Aquiles.

Sin fecha visible para el retorno a las aulas debido al alto nivel de contagio por la Covid-19, las autoridades del sector repartieron tabletas con el contenido descargado, particularmente en las comarcas indígenas donde no hay señal digital, al igual que materiales impresos con vistas a seguir las clases por radio y televisión, apuntó.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=388349&SEO=covid-19-pone-al-limite-a-educacion-en-panama
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Panamá: Meduca reporta que unos 2,210 estudiantes han migrado de las escuelas particulares a escuelas oficiales

Panamá Oeste la región que más está registrando esa migración. En cuanto a los niveles con mayor incidencia se ha dado más en los estudiantes que están entrando a preescolar y primer grado.

Unos 2,210 estudiantes han migrado de las escuelas particulares las escuelas oficiales, según  reportes de las direcciones regionales del Ministerio de Educación (Meduca), debido a la pandemia de la COVID-19, a los cuales ya se les ha brindado el cupo para que inicien sus clases a distancia.

Anayka De La Espada, subdirectora general administrativa de Educación de Meduca, indicó que Panamá Oeste es la región que más está registrando esa migración.

En cuanto a los niveles con mayor incidencia la subdirectora De La Espada explicó que se ha dado más en los estudiantes que están entrando a preescolar y primer grado, aunque pensó que se darían mucho más estudiantes.

“Entre los registros que ha recibido están padres que han cambiado a sus hijos de escuelas particulares a otras y también tenemos reportes de estudiantes de escuelas oficiales que se han cambiado de una región a otra” resaltó.

Para poder llevar un mejor control,  aseguró que se le han entregado a los directores de las escuelas unas encuestas para que vayan reportando todas esas incidencias.

“También se nos han presentado casos de padres de familia que porque han quedado cesados se han trasladado a sus regiones y han cambiado a los estudiantes” señaló De La Espada a Telemetro Reporta.

Explicó que para cambiar a un estudiante a medio año de una escuela particular a una escuela oficial y no perder el cupo el padre de familia debe acercarse a la Dirección Regional de Educación, llevar los créditos de la escuela a la cual está trasladando al estudiante y para que se le asigne el cupo.

La funcionaria dijo que este es un proceso que se da todos los años pero se ha dado en esta época  con mayor incidencia. Año tras año se dan estos cambios de traslados del sector particular al oficial  e incluso del sector oficial a otras regiones oficiales.

“Este año la tendencia ha sido mayor,  en otras ocasiones no llega a 100 estudiantes, sin embargo para este año la situación ha hecho que los padres de familia por una serie de razones hayan decidido cambiar a los estudiantes al sector oficial y hemos tenido reportes de mayores incidencias, pero nos estamos preparando de forma virtual”, sostuvo.

Para el otro año, asevero que se están preparando para iniciar físicamente y también tener las adecuaciones necesarias para poder recibir a estos estudiantes.

Fuente: https://www.panamaamerica.com.pa/sociedad/meduca-reporta-que-unos-2210-estudiantes-han-migrado-de-las-escuelas-particulares-escuelas

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Revista Intercambio de la Red de Investigación de la RED-SEPA. Tendencias privatizadoras en educación superior: Respuestas sociales y construcción de alternativas

Reseñas/Revista/06 Agosto 2020/Revistaintercambio.org

Escribimos la presentación de este número de la Revista intercambio en medio de la emergencia sanitaria mundial por la pandemia del COVID-19. Estamos viviendo un hecho histórico, por el carácter mundial de la pandemia, el número de contagios y
muertes. La catástrofe sanitaria, evidenció el daño de las políticas neoliberales aplicadas desde hace 30 años, dejando al descubierto el desmantelamiento de lo público, la privatización de los sistemas de salud, el empeoramiento de condiciones de vida, prevalencia de enfermedades degenerativas como diabetes, obesidad e hipertensión.

La crisis económica mundial que estaba en curso se ha profundizado con la pandemia, es una crisis sistémica y de patrón de acumulación que arrasará con pequeñas y medianas empresas, y dejará a millones de trabajadores en el desempleo y agudizará las desigualdades.

En educación los impactos son múltiples. Según la UNESCO 1,198 millones de estudiantes quedaron fuera de la escuela en 150 países, millones de maestras y maestros fueron afectados en sus condiciones de trabajo. El cierre de escuelas afecta a la sociedad entera, porque en muchos países los centros escolares son espacios que dan seguridad, alimento y afecto a millones de niños.

La emergencia sanitaria también fue aprovechada para impulsar el uso masivo de las plataformas digitales para impartir educación en línea. En numerosos casos esto significó improvisación, simulación, y por supuesto un gran negocio de los dueños de las grandes empresas transnacionales de la comunicación y la educación.

Un peligro que enfrentamos los trabajadores de la educación y nuestros sindicatos, es que se aproveche la crisis actual para imponernos como norma modelos educativos mixtos (presenciales combinados con clases en línea), en donde la transmisión de conocimientos simplificados sea lo que domine y se abandone el carácter formativo, crítico, humanista de la educación. Y donde se atente contra la esencia social, colectiva de los procesos de enseñanza y
aprendizaje.

Ante un horizonte de incertidumbre, hacia una “nueva normalidad” después de la pandemia, en donde las grandes corporaciones de la comunicación y la educación como GSMA, Microsoft, Weidong, Amazon, Google, Facebook , Coursera, Zoom,
buscarán aprovechar el poder obtenido en la emergencia, los sindicatos educativos, los y las docentes, los estudiantes que participamos en la RED SEPA, sabemos que la crisis que vivimos también es una oportunidad para cuestionar el modelo neoliberal de despojo de derechos que nos ha sido impuesto; así, nos preparamos actuar en la coyuntura y revertir las restricciones presupuestales, y el férreo control de maestras y maestros, que busca su transformación en meros facilitadores en la transmisión de contenidos educativos. Para ello hemos iniciado el ciclo de seminarios, “Capitalismo del desastre: la educación pública en el contexto de la pandemia”, por el momento en línea, para definir una agenda de lucha y
las acciones internacionalistas a realizar.

Afortunadamente contamos con el compromiso de las organizaciones que confluimos en este esfuerzo de Solidaridad internacionalista, y la experiencia desarrollada desde hace 20 años como RED SEPA, para impulsar una educación para la transformación con justicia social, para la emancipación de los pueblos.

Descarga la revista aquí: Revista Intercambio A10 N15

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