Argentina: “Maestro, Nano Balbo y la Educación Popular

Juan Mascaró es quien está realizando la película del luchador que se fue este febrero. “El vínculo con el Nano surgió en 2015 cuando fue nombrado doctor honoris causa de la Universidad Nacional de Luján, por considerar a Orlando Balbo un hombre consecuente con sus ideales, comprometido con la recuperación de los saberes populares de las poblaciones más oprimidas y proyectado a una dimensión latinoamericana de la educación. Era un hombre fuerte –cuenta Mascaró–. La tortura no pudo con él. Pero tampoco se entregó, como muchos referentes de la educación a su edad, al acostumbramiento a las situaciones de injusticia, al ‘hacer como’, a la burocracia que enreda las verdaderas soluciones hasta cansarlas.”

Nano nació en Pellegrini, en la llanura pampeana. En 1969, mientras cumplía el servicio militar en Neuquén –agrega– dio clases en una escuela anexa a la unidad militar. La pedagogía del oprimido fue su modelo de trabajo. El 24 de marzo de 1976 fue secuestrado y trasladado a una dependencia policial, donde lo torturaron. Gracias al obispo de Nevares logró abandonar el país y exiliarse en Roma. Quedó sordo por las torturas. Esos momentos fueron reconstruidos por Balbo en sus charlas, enseñanzas que pretende volcar a la educación. Para mí constituyeron potentes imágenes, que registré encarando un diálogo con él cuya principal interferencia era su sordera”, relata.

El documental propone una lectura crítica de la tradición liberal en la Educación Popular: “Hay tres líneas argumentales que avanzan en paralelo, con formas y recursos estéticos diferentes en cada caso. La primera corresponde a la memoria histórica. Está compuesta por los recuerdos de Nano. La segunda es el presente nómade de Balbo. Una mañana fría en Trenque Lauquen. Se levanta y se coloca el audífono, esperando paciente la aparición del mundo audible. Un colectivo de ventana empañada que lo lleva por una ruta y otro colectivo, esta vez de personas, que lo espera. La tercera línea son mis encuentros con el maestro para construir la película”.

Los lugares que podrían integrar la línea argumental son: el Bachillerato Popular Carlos Fuentealba en Luján (Bs. As.), Pellegrini (Bs. As., lugar de nacimiento de Nano), Cátedra libre de Educación Popular Chos Malal (Neuquén), Huncal (Neuquén, comunidad mapuche donde realizó una experiencia pedagógica) y Centenario  (Neuquén, escenarios de la CREAR, campaña de alfabetización de 1973).

El escritor Guillermo Saccomanno publicó el libro “Un maestro. Una historia de lucha, una lección de vida” que “fue importante como punto de partida para profundizar en las anécdotas. Nano contaba y Saccomano escribía. El diálogo es la práctica central de la Educación Popular, aquella que se resiste a ver en el estudiante a un mero depositario pasivo de conocimientos”, expresó Juan Mascaró.

Fuente: https://elargentinodiario.com.ar/espectaculos/cine-series/03/03/2023/neuquen-maestro-nano-balbo-y-la-educacion-popular/

 

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La increíble historia de Nadia Nadim: de huir de la guerra a futbolista profesional

Nadia Nadim superó obstáculos para muchos infranqueables. Huyó de un Afganistán en guerra después del asesinato de su padre, vagó por varios países hasta refugiarse en Dinamarca y hoy es futbolista profesional del París Saint Germain (PSG), embajadora de la Unesco y estudiante de Medicina.

«Vini, vidi, vinci». Es la célebre frase atribuida al emperador romano Julio César que Nadia tiene inscrita en sus botas de fútbol. «Expresa un tipo de mentalidad. A cualquier lugar que vaya, no importa el ambiente que me rodee, lo voy a conquistar», dice la futbolista en una entrevista con EFE.

Inspirada por la magia y la voracidad goleadora del brasileño Ronaldo Nazário, la internacional danesa, nacida el 2 enero 1988 en Herat (Afganistán), ha construido una carrera en el fútbol y fuera de él con mucho esfuerzo y talento.

Segunda de cinco hermanas, Nadia perdió a su padre cuando tenía 8 años. General del Ejército, fue asesinado en la guerra civil que condujo a los Talibanes al poder en Afganistán en 1996.

«Tengo una mezcla de recuerdos», reconoce la jugadora. Unos primeros años de infancia felices y seguros hasta que estalla el conflicto. Después de la muerte de su padre, le persigue «el olor de los cuerpos quemados», incluido el de su tío, el silbido de los misiles, «el no sentirse segura» en ningún momento.

En 2000, cuando Nadia tenía 11 años, su madre decidió huir del país con sus cinco hijas en una «terrorífica» odisea en la que conoció el mundo de los traficantes de personas. En un minibus, viajaron de Kabul a Pakistán. Desde allí, con pasaportes falsos, embarcaron hacia Italia y luego en camión hasta Dinamarca.

«Ningún menor -subraya- debería pasar por esto, pero así es la vida. En ese momento no podía hacer nada, aunque ahora me siento feliz por haber tenido una segunda oportunidad y haber superado ese trauma gracias a mi fuerza mental».

En el pequeño y rico país nórdico, pasó una dura adaptación. Logró el estatuto de refugiada y fue allí donde vio por primera vez a unas chicas jugando al fútbol, un deporte con el que ya había tenido contacto a través de su padre.

«Junto al campo de refugiados, había un terreno de fútbol donde entrenaba un club local. Cuando las vi jugar, me dije, quiero hacer lo mismo».

Emulando las filigranas brasileñas de Ronaldo, Rivaldo o Ronaldinho, Nadia se destacó del resto por su fantasía y talento; también por su perseverancia.

«Mi estilo me ayudaba casi siempre pero, a veces, me daba problemas», asume, recordando los reproches de individualismo que algunos entrenadores le hacían.

Desde entonces, fue completando paso a paso, sin parar de marcar goles y «trabajando más que el resto para tener oportunidades» por su condición de inmigrante.

Comenzó su andadura profesional en clubes daneses hasta dar el salto a la prestigiosa Liga estadounidense, donde jugó con el Sky Blue FC y el Portland Thorns FC. Un breve paso por el Manchester City de Inglaterra precedió a su fichaje por el PSG en 2018, donde completa su tercera temporada.

Hizo historia

En 2009, con 21 años, debutó en la selección danesa y su nombre pasó a la historia del país por ser la primera futbolista profesional, del ámbito masculino o femenino, en representar a Dinamarca como nacionalizada.

Desde entonces, ha jugado 93 encuentros con su selección y ha anotado 33 goles. Representar a su nación de adopción no le ha hecho olvidarse de sus raíces. En sus botas, esta mujer que habla ocho lenguas tiene impresas la bandera danesa y la afgana. «Soy una mezcla de dos culturas, de dos países, tengo a los dos en mí, lo reflejo en la manera en la que pienso. No soy 100 % afgana, ni 100 % danesa», apunta.

Paralelamente a su exitosa carrera, Nadia está a punto de terminar sus estudios en Medicina, con especialidad en cirugía plástica. La Unesco la escogió en 2019 como embajadora en favor de la educación para las niñas y las mujeres. Su inaudita historia ya empieza a inspirar a otras chicas.

Con solo 33 años, ya cumplió muchos sueños que parecían inalcanzables. Qué objetivos personales le quedan por cumplir? «Además de acabar mi estudios como médica, para los que me falta un semestre, repartir sonrisas vaya donde vaya, hacer a la gente feliz».

Fuente: https://www.elcomercio.com/deportes/futbol-historia-nadia-nadim-guerra.html

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Mujeres sin infancia: «En la escuela para adultos aprendí a juntar las letras»

Redacción: Denia

Durante el franquismo, miles de mujeres no pudieron ir al colegio y perdieron la oportunidad de aprender incluso lo más básico. Pero en los años 90, la apertura del centro de Educación de Personas Adultas (EPA) de Dénia ayudó a cambiar esta situación. Hoy, Día Internacional de la Mujer, hablamos con algunas de aquellas luchadoras que dieron un giro a su vida, y con el profesor que trabajó para motivarlas y acabar con una injusticia histórica.

La vida de Salvadora

Salvadora Ausina tiene ahora 91 años. Su primer contacto con la educación fue cuando tenía más o menos tres: «Mi madre me llevaba a una casa particular en la calle Trinquet, donde una señora cuidaba a unos pocos niños, porque ella tenía que irse a trabajar a la pasa.» Allí no aprendió nada, tan solo jugaba. Cuando tenía alrededor de seis años, empezó a ir a un colegio en la calle Pont. «La verdad es que yo era muy traviesa y no me gustaban las clases». Salvadora recuerda lo raro que se le hacía escuchar a doña Mónica, la profesora, hablar en castellano. En cuanto empezó la guerra en 1936, dejó de ir al colegio: «Me gustaba mucho ir a ver los aviones cuando volaban bajo».

Cuando acabó la guerra encerraron a su padre, mientras su madre estaba embarazada. El bebé murió de hambre a los tres meses de nacer. Así que con 11 años Salvadora empezó a trabajar de niñera en el carrer Cop, cuidando a los hijos de un abogado, y de allí se fue a la fábrica de juguetes de Alfonso Marsal. El siguiente testimonio está extraído de material del grupo de alfabetización y neolectoras de la EPA de Dénia, en el que cada una de las alumnas relataba su etapa escolar y su infancia:

El aire fresco de la educación

Lo único que llegó a aprender Salvadora fue a leer y a escribir un poco. El momento en que consolidó estas habilidades llegó cincuenta años más tarde, en la EPA. Lo mismo les pasó a otras muchas mujeres, que hasta la madurez no pudieron ponerse a estudiar. Fue el caso de Teresa Muñoz, compañera de clase de Salvadora. Teresa se quedó viuda, se encontraba sola y se apuntó a clases, «para recuperar el tiempo perdido». María Pérez, de 85 años, explica que en la EPA aprendió «a juntar las letras». Esta generación de mujeres recibirá un homenaje por parte del Ayuntamiento mañana lunes día 9 de marzo, cuando se cumplen 25 años de la apertura del centro de la EPA.

La educación para salir del analfabetismo y para enfrentarse al machismo

«No hay nada más peligroso que un grupo de personas en la misma situación hablando entre ellas», dice Juan Luis López Escar, profesor de esta generación de mujeres en la EPA. Si contactan, si intercambian opiniones, es más fácil identificar situaciones, concienciarse y luchar por salir de ellas. Él fue el responsable de las clases de alfabetización y neolectoras para estas mujeres que no sabían ni leer ni escribir. Pero no se quedó ahí: introdujo muchas más actividades y disciplinas para motivarlas, para abrirles la mente, como excursiones, fotografía o plástica. En muy poco tiempo se multiplicó el número de alumnas. Desgraciadamente, había algunas que tenían que acudir a la escuela sin que lo supieran sus maridos. De hecho, López Escar estuvo incluso amenazado por alguno de ellos.

«Algunas mujeres venían a clase a escondidas de sus maridos»

No debemos olvidar que los años 90 están muy cerca, estos no son hechos remotos. «No solo había que combatir el analfabetismo, también había que luchar contra la discriminación de género y contra los prejuicios de las familias», explica el profesor. Según él, el gran poder de la educación que recibieron estas mujeres fue mucho más allá de la alfabetización: sirvió para dar un giro a sus vidas.

Imagen: Juan Luis López Escar, profesor de la Formación Para Adultos Ramón Ortega de Dénia durante los años 90

En palabras de Salvadora Ausina, «Queríamos a Juan Luis como si fuera nuestra familia. Él nos enseñó mucho más que matemáticas, a leer y a escribir. Nos enseñó a apasionarnos, a tener ganas de saber de todo, nos enseñó que el mundo está lleno de cosas por aprender». Salvadora acaba la entrevista abriendo un cajón y mostrándonos su e-book.

Fuente: https://www.denia.com/mujeres-sin-infancia-en-la-escuela-para-adultos-aprendi-a-juntar-las-letras/
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Reseña de Película: Salvando una Vida.

América del Norte/Estados Unidos/20.06.2017

Salvar una vida (To save a life) es una película estadounidense del 2009, escrita y dirigida por Brian Baugh que trata el tema de el bullying y la exclusión.

La historia de un joven que tiene una vida que todo adolescente desearía o eso cree el. cuando su mejor amigo de infancia, el cual a vivido al margen de todos se suicida, el joven se siente culpable por haberle dado la espalda y de esa forma es que comienza a cuestionar su mundo y la validez que tiene vivir bajo el cobijo de la popularidad a costa de la verdadera amistad. tendrá que decidir entre su estilo de vida y la responsabilidad de encontrar un camino que lo haga redescubrirse así mismo y a apoyar a sus amigos salvandolos de sus temores..

Fuente: https://youtu.be/mNcFoblqJUg

Imagen: https://i.ytimg.com/vi/8Q1pFCwbLYU/hqdefault.jpg

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Reseña de Película: El Guerrero Pacifico.

América del Norte/Estados Unidos.

Peaceful Warrior es una película germano-estadounidense, dirigida por Victor Salva. Protagonizada por Scott Mechlowicz, Nick Nolte y Amy Smart en los papeles principales. Basada en la novela Way of the Peaceful Warrior de Dan Millman.Wikipedia
 
Fecha de estreno: 2 de junio de 2006 (Estados Unidos)

El guerrero pacífico (Peaceful warrior) es una película germano-estadounidense de 2006 dirigida por Víctor Salva y protagonizada por Scott Mechlowicz y Nick Nolte. Está basada en el libro “El camino del guerrero pacífico” de Dan Millman (que, por cierto, hace un cameo en la misma) un ex atleta, maestro de artes marciales, entrenador y catedrático universitario.

La película es una historia de cambio y superación, se ve bastante fácil aunque es, cinematográficamente hablando, una película menor, muy menor. Lo interesante de la misma, en mi opinión, es que esconde bastante más de lo que, a primera vista, se ve y que propone algo que no había visto proponer en el cine, y mucho menos en el cine comercial americano.

Para entender algunas de estas propuestas hay que tener, quizás, un mínimo de conocimiento de  budismo o, en general, de filosofía oriental. Si os habéis interesado por el mindfulness, reconoceréis en esta película muchas de sus enseñanzas.

Fuente: https://youtu.be/NHba4s0_MLc

Imagen: https://2.bp.blogspot.com/-rALt_4Av-1Q/V4PwudaDQMI/AAAAAAAAI3M/dfoxBHhfsEILppmqqD52NHiIb6qNtOVowCLcB/s1600/eMGvlcsnap2012pA.png

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Los Marx, una biografía humana y política


Por: Enric Llopis
A partir del testimonio de dos hijas de Karl Marx –Eleanor, que se suicidó a los 43 años y Laura, que finiquitó su vida a los 66- el filósofo Juan Carlos Ruiz Franco trenza una novela documental de 138 páginas titulada “El bastardo de Marx”, publicada por Ediciones Dyskolo en noviembre de 2016. El título del libro invoca al vástago “ilegítimo” que el historiador, economista y filósofo germano tuvo con la criada de la familia, Helene Demuth. La narración, que intercala cartas y artículos de la época, permite una aproximación biográfica a Karl Marx, Friedrich Engels y otras personas del círculo íntimo. Cuenta Eleanor Marx que su padre nació el cinco de mayo de 1818 en la ciudad renana de Tréveris, inserta en el reino de Prusia. Hombre de fuerte carácter, se doctoró en la Universidad de Jena e intentó dedicarse a la docencia, pero del mismo modo que Bruno Bauer, un significado hegeliano de izquierda, fue expulsado de su cátedra en 1842, Karl Marx no pudo impartir clases. La mordaza del estado militarista prusiano se lo impidió. Entonces buscó una salida en el periodismo. Fue redactor jefe de “La Gaceta Renana”, un periódico liberal, pero a los seis meses (octubre de 1843) se topó de nuevo con la censura, que cerró el periódico por la publicación de un artículo considerado “antirruso”.

Eran sólo los comienzos y Karl Marx “gozaba de un gran prestigio entre la burguesía progresista de la época”, relata Eleanor. De ahí que, con la oferta de un buen estipendio, el editor Arnold Ruge le planteara la publicación en París de los “Anales Franco-Alemanes”. A la capital francesa se trasladaron, en 1843, Marx y su esposa Jenny Von Westphalen. La ciudad se destacaba por el fulgor intelectual: allí se hallaban entre otros el último poeta romántico, Heinrich Heine. Karl Marx entabló relación con ellos. Además en París “comenzó la fraternal relación entre mi padre y Engels”, subraya la hija del filósofo. Por aquellos años Marx ya se ubicaba en los aledaños del comunismo, lo que marcaba una distancia insalvable con Arnold Ruge, en posiciones demócrata-liberales. Debido al antagonismo, al editor no le agradó el primer número de los “Anales”, por sus excesos revolucionarios y por lo que consideró un abuso de las aportaciones alemanas. El Gobierno prusiano se sumó a los reparos: señaló nuevamente a la figura de Marx, la amenaza que implicaba la publicación de la obra y advirtió que se producirían detenciones si los autores entraban en el territorio de Prusia. “Pero mi padre tuvo suerte porque consiguió encontrar a un mecenas que le compró parte de la edición y organizó una colecta para mantenerle en parís”, relata Eleanor.

En esas circunstancias, Marx se vio obligado a prolongar las colaboraciones periodísticas. Por ejemplo en el rotativo “Adelante”, donde continuó apuntando contra el Gobierno de Prusia. La reacción del ejecutivo fue pedir que se le expulsara de Francia; y así ocurrió. El itinerario político y vital del filósofo y activista continuó en Bruselas, donde se tuvo que comprometer a no escribir artículos políticos. Sin empleo, Karl Marx se dedicó a publicar libros y textos con Engels, figura que resultó siempre capital para el sustento de la familia: “Mis padres lograron mantenerse económicamente gracias al dinero de algunos amigos, a varias colectas y a lo que ya entonces les daba Engels”, comenta Eleanor Marx en el libro de Juan Carlos Ruiz Franco.

Pese a la represión y la censura, nunca abandonó la militancia política; así, en Bruselas militó en la “Liga de los Justos”, que después se llamó “Liga de los Comunistas”. Advertido el Gobierno de Bélgica de sus actividades subversivas, Karl Marx volvió a tener problemas… En este punto Ruiz Franco introduce las palabras de Jenny Von Westphalen en primera persona, que complementan las impresiones de su hija: “La policía, los militares y la guardia civil fueron puestos en estado de alerta; entonces los trabajadores alemanes decidieron que ya era hora de armarse a su vez; se procuraron dagas, revólveres… Karl aportó dinero gustosamente, pues acababa de recibir una herencia; el Gobierno vio pruebas de conspiración e intriga; Marx obtiene dinero y compra armas, por lo tanto ha de ser expulsado” (“Breve bosquejo de una vida memorable”). Dos sargentos de la policía irrumpieron en la vivienda donde residía el revolucionario alemán. Afirmaban poseer una orden de arresto para conducirlo a un interrogatorio. Tras la estancia belga y revocada una antigua orden de expulsión, el siguiente destino revolucionario de Marx se hallaba en parís. Corría el mes de febrero de 1848 y la Monarquía de Luis Felipe I estaba a punto de sucumbir. Marx se enrola en las “barricadas” parisinas y ese año redacta con Engels el “Manifiesto del Partido Comunista”.

El “fantasma” revolucionario se propaga por Europa. Marx viaja a Colonia: publica un número de la “Nueva Gaceta Renana”. Cuando retorna a París, observa cómo el proceso revolucionario ha derivado en una República presidida por Luis Napoleón Bonaparte, que decide liquidar los sueños de emancipación obrera. Un año después, en julio de 1849, Marx recibe la orden de abandonar París, de manera que tiene que fijar un nuevo destino: Londres. En la capital inglesa “viviría prácticamente en la miseria; la familia subsistió en todo momento gracias a las ayudas y las herencias, ya que no existía ningún ingreso fijo”, explica Eleanor. Sólo entraba, de tanto en tanto, el dinero de algún préstamo a fondo perdido. La hija de Carlos Marx dedica asimismo unas palabras a Engels, su inseparable socio y mecenas. Nacido en el seno de una familia burguesa, religiosa y propietaria de fábricas textiles, Friedrich Engels se escoró ya en los años de universitario en Berlín (1841 y 1842) hacia el hegelianismo de izquierda. Se trasladó a Manchester para ayudar en la dirección de las factorías. Selló el inicio de su estrecha relación con Marx aquel día de noviembre de 1842 en que apareció por la redacción de “La Gaceta Renana”. Poco después empezaron a colaborar en los “Anales Franco-Alemanes”…

Además de uno de los fundadores en 1869 del Partido Socialdemócrata de Alemania, Wilhelm Liebnecht fue padre de Karl, mentor éste con Rosa Luxemburgo de la Liga Espartaquista y el Partido Comunista de Alemania. Wilhelm Liebnecht define la constitución física de Marx como naturalmente adecuada para los grandes esfuerzos. En Londres, tan pronto se sentía mejor de los achaques, “volvía a caer paulatinamente en la costumbre de trabajar por las noches, hasta que de nuevo se producía una crisis que le obligaba a un tren de vida más razonable (…)”. Pero sólo el tiempo justo: “Las crisis eran cada vez más intensas; contrajo una afección hepática y tumores malignos”. Poco a poco su fortaleza natural fue mermando.

El yerno de Marx, Paul Lafargue, también resaltaba esta capacidad titánica de Marx para la producción intelectual. Fue en 1865, en Londres, cuando Lafargue se encontró al activista e ideólogo por primera vez. El periodista y médico revolucionario nacido en Cuba, defensor de “El derecho a la pereza”, conoció a Marx enfermo y fajándose para levantar el primer volumen de El Capital. En el gabinete de Maitland Park Road, donde le visitaban camaradas de todo el mundo, “no se me apareció como el incansable agitador socialista, sino como un erudito (…), las paredes estaban cubiertas de estanterías repletas de libros, y cargadas hasta el techo de manuscritos y paquetes de periódicos”. No sólo leía en todas las lenguas europeas –también en ruso- y escribía en alemán, inglés y francés, sino que la biblioteca de Marx –cuenta Lagargue- “contenía más de mil volúmenes reunidos durante su larga vida de investigaciones”; pero no era suficiente y, por ello durante años frecuentó el Museo Británico.

Entre la encarnizada persecución de los poderes y la loa de los seguidores, el libro de Dyskolo incluye a los críticos de la época. Uno de los más reputados, Mijail Bakunin, afirmó sobre Marx: “Cree de modo absoluto en sus propias teorías, y desde sus alturas desprecia a todo el mundo”. Otra aproximación a los Marx puede basarse en la reconsideración del rol de las mujeres, a menudo relegadas frente a los prohombres. El dos de diciembre de 1881 falleció en Londres Jenny Von Westphalen. En el funeral Engels recordó que Jenny sufrió el exilio parisino, el hostigamiento del Gobierno de Prusia y la prisión en Bélgica. Tras la revolución, frustrada, de 1848 afrontaría todas las penalidades del exilio londinense.

También a la muerte de Jenny, hija mayor de Karl Marx, Engels rememoraba la “presencia de ánimo y energía que muchos hombres envidiarían”. Se refería a la actuación de Jenny cuando los periódicos irlandeses revelaron los maltratos afligidos en las cárceles británicas a los presos nacionalistas, juzgados en 1866; y, dado que el político liberal William Gladstone no cumplió con las promesas previas de amnistía al acceder a la presidencia, Jenny Marx tomó partido. Escribió dos artículos en el periódico “Marsellesa”, de Rochefort, en los que denunciaba las vejaciones. Después se hizo eco la prensa parisina. A las pocas semanas, celebraba Engels, O’Donovan Rossa y la mayoría de los patriotas irlandeses estaban ya libres y de camino a América. Pero el libro de Juan Carlos Ruiz Franco no es una biografía estrictamente política. Desentraña también el lado humano (demasiado humano) de los Marx: quién fue Helen Demuth, la tormentosa relación entre Eleanor Marx y Edward Aveling; el carácter de Freddy, el hijo bastardo; la vida sexual de Carlos Marx, su relación con el dinero…

El bastardo de Marx

J.C. Ruiz Franco

Ediciones Dyskolo 1.0. noviembre 2016

epub: 1,9 Mb.

mobi: 2 Mb.

pdf: 138 pág.

Página del libro [descarga]: http://www.dyskolo.cc/cat%C3%A1logo/lib024/

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=221726&titular=los-marx-una-biograf%EDa-humana-y-pol%EDtica-

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Burkina te roba y devuelve duplicada la energía

Por: Amigos de Rimkieta

Perder el oído por causa de una infección a los 14 años de edad no debe ser fácil en ninguna parte del mundo, pero en Rimkieta menos fácil aún si cabe. El caso de Ismael, que ha recuperado el oído a los 23 años… ¡es una de mis dosis de energía para perseverar!

Yo siempre digo que Burkina me “roba” la energía a diario. La mayoría de los días es gota a gota, así, como sin darme cuenta, hasta dejarme vacía, por contradicciones y dilemas con los que me voy tropezando. Otros días el robo es instantáneo, como de un hachazo, por causa de algunas grandes dificultades con la que desgraciadamente tengo que lidiar de vez en cuando.

Pero cada día, cada uno de los días, me devuelve la energía robada y por duplicado: el sonido de los 300 niños de la maternelle que llega a mi despacho; el saludo de las niñas del proyecto de formación de “niñas sin escolarizar”, por no llamarlas “Cenicientas” que es lo que de verdad son…, que llegan a medio día, con su enorme sonrisa, y su “bonjour tanti” antes de entrar en clase; y por supuesto, casos como el de Ismael, el segundo beneficiarlo del proyecto de becas universitarias de la FAR.

Ismael perdió el oído a los 14 años, seguramente por una meningitis, pero supo afrontar las dificultades y obtuvo una de las mejores notas de selectividad de los más de 400 alumnos becados por la FAR del año pasado; eso en una escuela donde lógicamente no hay programas inclusivos para alumnos sordos, o sea sin poder escuchar al profesor y copiando los apuntes de sus compañeros.

Y no contento con eso, vino en agosto pasado a solicitar una beca universitaria para estudiar “Gestión y Finanzas”. Quiere especializarse en la búsqueda de fondos para desarrollar la salud de su país y sobre todo, “…encontrar los mecanismos necesarios para controlar y hacer el seguimiento de los mismos para su correcta utilización…” (de su justificación para la solicitud de la beca…)

Ismael merecía una beca más que ningún otro candidato; pero decidimos que, antes de empezar sus estudios en la universidad, habíamos de ayudarle, en la medida en que fuera posible, con su sordera para un mejor aprovechamiento de sus estudios y para facilitarle su empleo profesional al final de los mismos.

Los resultados de la audiometría dieron favorables para la colocación de audífonos y gracias a Emsimisión, Ismael ha vuelto a oír. Difícil describir la expresión de su cara, mezcla de nerviosismo y emoción, cuando le colocaron por primera vez los audífonos. Ismael ha comenzado unas sesiones de logopedia para acostumbrarse a oír de nuevo y ayudarle a mejorar el habla, muy perdida con tantos años de sordera profunda.

¡Y las buenas noticias no acaban aquí! La Fundación “Pro Cultura Literaria”, a través de la FAR, ha decidido becar los estudios universitarios y las sesiones de logopedia de Ismael, que está ansioso por comenzar en octubre próximo. Hasta entonces Ismael hará un curso de informática para tener una cierta formación en este campo antes de empezar la universidad.

La expresión de la cara de Ismael el día que volvió a oír no fue doble sino triple de energía para mí. Doy gracias a Dios por este puesto de privilegio que ocupo en la sociedad, al barrio de Rimkieta por darme estos momentos de felicidad y a Emsimisión y a la Fundación Pro Cultura Literaria por ayudarnos a ayudar a Ismael. ¡Muchas, muchas gracias!

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