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Marcos mentales, política y educación

Por: Manuel Fernández Navas

  • Resulta especialmente preocupante el modo en que el discurso educativo ha girado hacia un lenguaje relacionado con las “evidencias” con la “ciencia” y lo “científico” que activa marcos en los oyentes, relacionados con la exactitud de las cosas y simplifica las decisiones a bueno/malo, científico/pseudocientífico, … cuando sabemos, justo por la investigación científica, de la complejidad de los temas y las decisiones a tomar en el ámbito educativo como ciencia social que es.

Lackoff (2017) hace análisis de los discursos políticos y nos dice que existe un «inconsciente colectivo» que determina lo que consideramos «sentido común». Este inconsciente se construye sobre los «marcos mentales» que todos y todas tenemos y a estos marcos mentales se accede a través del lenguaje.

El conocimiento de esta configuración mental es aprovechado por quienes elaboran discursos para evocar determinadas cuestiones que conecten con nuestros marcos o no y, por lo tanto, nos supongan mayor o menor grado de rechazo.

Puesto que el lenguaje activa los marcos, los nuevos marcos requieren un nuevo lenguaje. Pensar de modo diferente requiere hablar de modo diferente. (p. 17)

El caso más fácil de entender es el que pone el propio autor: no pienses en un elefante. Automáticamente, todos estamos pensando en elefantes. A la manera de la película Origen de Christopher Nolan, se estudian los discursos para “implantarnos ideas y asociaciones” que los favorezcan.

Casos sonados de este uso del lenguaje y la manipulación, los tenemos ampliamente registrados en política. Mucho más con la aparición de la extrema derecha en el panorama político y sus discursos populistas o con la que a todas luces es la experta en el uso de estos mecanismos: Isabel Ayuso con su “socialismo o libertad” cuya asociación cognitiva produce dos cosas: la primera la apropiación de la derecha de la palabra libertad y la segunda, crear el falso marco mental de que socialismo y libertad, son cuestiones opuestas: ¿veis? En una simple frase, la magia mental ha sucedido.

Estas cosas funcionan porque según Lackoff: La gente no vota en función de sus intereses personales sino en función de sus ideas. Aunque estas vayan en contra de sus intereses personales.

Si bien esto daría para muchos análisis políticos. A mí me interesa que pensemos en estas cuestiones con respecto a tres cosas: el uso que desde determinados sectores ideológicos se está haciendo de algunos términos en relación con la política educativa, los debates que se están proponiendo y qué estamos haciendo desde el mundo académico con respecto a esto.

Mi opinión es que como viene siendo habitual, en la izquierda, seguimos al rebufo de los temas que desde la derecha política se están proponiendo como centrales con respecto a la educación, esto está permitiendo que, desde este sector político, se cree en la sociedad la imagen que ellos quieren sobre las políticas educativas del gobierno y sobre lo que debe o no debe ser la educación. Estamos incluso, perdiendo el dominio de conceptos clave en el campo educativo, como por ejemplo «igualdad de oportunidades», «conocimientos», … y sus significados en este «sentido común colectivo».

Gastamos demasiado tiempo en negar y debatir los temas que la derecha propone con respecto a la educación, en lugar de proponer, los nuestros propios. Esto deja a la derecha como dueña del campo de juego de debate: siempre juegan en casa.

Debemos recordar que la contraestrategia ante esto, es negar los marcos de debate que se proponen: si no nos gusta la conversación debemos cambiar el tema.

No obstante, en última instancia, me preocupa otro tema: me preocupa qué estamos haciendo desde el mundo académico ante esto.

Mi impresión es que sumidos en el “cubre ojos” de la ANECA cual caballos de tiro, los académicos hemos descuidado la parte de nuestro trabajo que más tiene que ver con divulgar, devolver a la sociedad y escuchar y analizar los discursos que en ella circulan sobre nuestro campo de estudio.

Me resulta especialmente preocupante el modo en que el discurso educativo ha girado hacia un lenguaje relacionado con las “evidencias” con la “ciencia” y lo “científico” que activa marcos en los oyentes, relacionados con la exactitud de las cosas y simplifica las decisiones a bueno/malo, científico/pseudocientífico, … cuando sabemos, justo por la investigación científica, de la complejidad de los temas y las decisiones a tomar en el ámbito educativo como ciencia social que es.

En esta ilusión de simpleza, triunfan aquellos discursos que huyen de la complejidad y ofrecen soluciones «asépticas»

En este marco del debate, las soluciones a los problemas educativos son tan fáciles como buscar qué dice la ciencia y aplicarlo. Sin embargo, la ciencia dice muchas cosas, incluso a veces, contrapuestas, porque así es el desarrollo científico (y lo hemos visto claramente durante el COVID). Pero en esta ilusión de simpleza, triunfan aquellos discursos simples, que huyen de la complejidad, que ofrecen soluciones “asépticas”.

Las “pruebas de la educación” leía el otro día – como si de un delito se tratase -, y no podía dejar de preguntarme:

¿Dónde están las mentes brillantes de la educación elaborando contradiscursos [1]? ¿Dónde estamos los académicos para poner cotos a estos “argumentos”? ¿Si no paramos estas tendencias hasta dónde van a llegar

Distraídos, ocupados de nuestros certificados y de nuestros papers, de nuestra próxima acreditación, de la siguiente zanahoria que nos ponen delante.

Mientras tanto, entre el profesorado, crece el sentimiento del negacionismo pedagógico y sus representantes y sus discursos se hacen virales en las redes sociales y cuando nos asomamos a twitter, nos da espanto lo que vemos y nos preguntamos: ¿Está loco el mundo entero? Y empezamos a ver que el criterio por el que llaman a determinados ponentes en los congresos deja de ser el académico y empieza a ser el número de seguidores en redes sociales y las polémicas que desatan —ya se sabe que hablen mal de mí, pero que hablen, es el criterio— y, como siempre, tarde y mal, nos llevaremos las manos a la cabeza, pensaremos: ¿cómo ha podido pasar?

Mientras tanto la visión de transferencia del conocimiento queda cubierta con unas casillas de la acreditación de la ANECA y yo, no puedo dejar de preguntarme por la «alienación de nuestro pensamiento».

[1] Entiéndase, no me refiero a buscar el conflicto. Si no a elaborar discursos alternativos y ocupar con ellos también estos espacios.

Fuente de la información e imagen: https://eldiariodelaeducacion.com

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El maestro que investiga transforma su práctica docente

Por: Julio Leonardo Valeirón Ureña

La disposición a cuestionarnos y buscar respuesta hay que desarrollarla de manera continua. Un verdadero profesional de la enseñanza no tiene por qué esperar instrucciones de los organismos supervisores para mejorar su práctica docente.

El pasado jueves 24 de marzo, por invitación de mi muy estimada amiga Sandra González, tuve un conversatorio con un “excelente grupo de jóvenes” que están estudiando para su licenciatura en educación en el Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC). Pensando en ellos escribo este breve ensayo, con el propósito de fortalecer una idea que deje “colgada” en las mentes y el corazón de ellos: la formación inicial docente debe ser capaz de prefigurar al maestro que tanto aspiramos y requerimos en nuestro país.

Motivado por esa idea, me anima a reflexionar y escribir acerca de la importancia de la investigación en la formación, como en el quehacer profesional, de todo aquel que quiere desarrollarse como un innovador y generador de aprendizajes significativos en el aula.

A ellos de manera especial, pero también a todos aquellos que actualmente están en su proceso de formación y, por supuesto, a los miles de maestros que están en las aulas haciendo de “tripa corazón”, para alcanzar ese sueño de muchos: que todos los niños, niñas y jóvenes adolescentes, como también, los jóvenes adultos, aprendan, desarrollen todas las competencias y habilidades que les demanda el mundo y la sociedad de hoy.

Parto del siguiente principio: un maestro que investiga tiene grandes oportunidades de transformar su práctica docente y, por tanto, para alcanzar los más altos niveles de logros de aprendizajes de sus estudiantes.

La investigación científica procura que encontremos respuestas distintas a las que la experiencia nos llega a creer. No se trata de restarle importancia a la experiencia, sino más bien, de encontrar evidencias que hagan posible ponderar nuevas posibilidades, tanto en el orden de las preguntas que debemos hacemos frente a la realidad, como de sus posibles respuestas alternativas.

La ciencia no es un saber dogmático, más bien probable, plausible, que siempre nos guía por el camino de construir nuevos conocimientos o fortalecer aquellos que son pertinentes. La investigación, desde esa perspectiva, abre puertas hacia la innovación pedagógica y, sobre todo, al convencimiento de que, así como cada estudiante es único, son únicos y característicos, cada grupo de estudiantes con que un maestro se vincula en el sagrado acto de educar. De ahí el binomio inseparable de investigar para innovar o innovar desde la investigación.

En los procesos de aprendizaje son múltiples los factores que inciden en su desarrollo, algunos referidos al propio sujeto-estudiante, como su percepción del clima del aula, su interés, motivación, valoración que tiene por la educación, además de la historia previa de aprendizaje, las capacidades desarrolladas y un largo etcétera que les dejo para su imaginación. Otro factor lo aporta el docente y que incluye, además de su motivación, el interés, las competencias y habilidades desarrolladas para enseñar, el dominio de lo que debe enseñar, las relaciones entre colegas por desarrollar buenas y novedosas prácticas docentes y otras muchas razones. El aula que genera dinámicas de relaciones que involucran a los sujetos fundamentales, maestros-alumnos, permite a su vez la aparición de otros factores importantes, como son las expectativas para aprender, la gestión efectiva del tiempo y de las oportunidades de aprendizajes, el sentimiento de valoración y aprecio, un ambiente positivo para aprender y, como esos, otros tantos aspectos que se derivan de las relaciones que le da sentido a la escuela y al sistema educativo.

Por supuesto, todos esos factores se relacionan y generan distintos ambientes de aprendizajes, algunos más favorables que otros, y que serán claves para el acto de aprender y enseñar.

En los estudios internacionales como nacionales que se han desarrollado en el país una evidencia se ha hecho notable. A pesar de que el factor predictor más potente para explicar los logros de aprendizaje de los estudiantes ha sido el quintil socioecómico en que estos y sus familias se ubican, siendo más bajos en los del quintil uno, es decir, los más pobres, sin embargo, aparecen escuelas en que dicha relación se invierte totalmente, es decir, que estudiantes del quintil más pobre muestra logros importantes. Por ejemplo, en el último estudio PISA, sale a relucir que el 12% de los estudiantes del quintil uno, su promedio en dicha evaluación está igual o por encima del promedio de aquellos que están en el quintil cinco, los más ricos. De la misma manera, en las evaluaciones diagnósticas nacionales en tercero y sexto de primaria, aparecen centros educativos del quintil uno cuyos promedios son tan altos como los del quintil cinco. Aún más, y hasta donde pude disponer de esos datos, que hay centros que muestran estos resultados tanto en las evaluaciones de tercero como la de sexto de primaria.

En mi acercamiento vivencial e investigativo que he desarrollado desde finales de los años ochenta, una evidencia es incontrovertible, el maestro es quien pone la diferencia, pues con sus capacidades, motivación, interés y gestión logran que los factores adversos pierdan el “poder” de sus efectos.

Como podrán imaginar, colocarse ante el aula y los sujetos convidados a ella como maestro e investigador, puede constituirse en una herramienta muy poderosa para lograr los propósitos de enseñar con calidad y propiciar aprendizajes, también de calidad.

Al través de la investigación-acción, el maestro como los directivos de los centros y otros docentes, pueden convertir la escuela en un espacio de innovación y desarrollo de buenas prácticas docentes y, por consecuencia, de altos logros de aprendizaje de sus estudiantes.

Los procesos educativos son muy dinámicos, como lo son los sujetos envueltos en ellos y, más aún, los contextos que actualmente vivimos en un mundo que cambia de manera continua en todos los sentidos.

Los niños, niñas y jóvenes adolescentes de hoy son muy distintos a los de ayer, están inmersos y son parte de un mundo y una realidad distinta, donde se están produciendo contantemente grandes cambios, tanto en la disposición como el contenido del conocimiento mismo. El maestro, en esas nuevas circunstancias, debe constituirse en un sujeto activo y propiciador de nuevas maneras de gestión de oportunidades para aprender. Incluso, la propia formación docente debe ser revisada desde esta perspectiva, so pena de seguir una ruta que solo conduce a la reproducción de viejos esquemas mentales de enseñar, y que hoy no muestran su utilidad en el ámbito de la enseñanza y de los aprendizajes.

Una gestión pedagógica que no sea capaz de estudiarse y valorarse profundamente tiene muy pocas posibilidades de transformación y cambio.

La escuela puede ser un buen laboratorio para responder múltiples preguntas de cotidianidad misma: ¿Qué aprenden y no aprenden mis alumnos y alumnas, y por qué? ¿Dónde están sus mayores dificultades? ¿Cuáles factores explican esos resultados? ¿Cuáles características tienen mis estudiantes que obtienen las mejores calificaciones?

Yo mismo, como maestro, ¿he desarrollado todas las competencias de lo que significa enseñar efectivamente? ¿Qué hacen los maestros de mi escuela o de mi distrito de aquellos estudiantes que tienen los mejores logros? ¿Cuáles estrategias docentes son las que producen mejores aprendizajes en las diferentes áreas disciplinares: lengua española, matemática, ciencias, etc.? ¿Cómo afecta el clima del aula y del centro los aprendizajes? Si las relaciones entre maestros, así como entre maestros y alumnos mejoran, ¿afectan de manera positiva los logros de aprendizaje? ¿Tener más o menos tareas para la casa cambia los aprendizajes de los estudiantes en matemática y otras áreas? ¿Fomenta mi escuela hábitos de lectura en la comunidad educativa? ¿Se producen cambios en los aprendizajes de mis estudiantes si los maestros intercambiamos de manera frecuente nuestras experiencias? ¿Qué características personales y profesionales tienen mis mejores maestros? ¿Experimenté yo mismo, como gerente de la escuela, cambios importantes en mi gestión por haber pasado por los talleres y cursos de formación continua?

Hay que estar dispuesto a estudiar y descubrir las brechas de la gestión institucional y pedagógica que producen cambios. Hay que disponerse a estudiar y analizar los problemas. Recoger, organizar y analizar evidencias, extrayendo conclusiones y recomendaciones que puedan ponerse en práctica.

La gestión docente en cualquiera de sus ámbitos: institucional o pedagógica, es una profesión fundada en teorías y principios científicos que deben ser continuamente revisados y analizados y, sobre todo, evaluados en su efectividad. La disposición a cuestionarnos y buscar respuesta hay que desarrollarla de manera continua. Un verdadero profesional de la enseñanza no tiene por qué esperar instrucciones de los organismos supervisores para mejorar su práctica docente. Eso es parte consustancial de su ser profesional.

El maestro investigador –innovador, es una alternativa para generar procesos de reflexión desde la práctica docente mediante la investigación – acción, que permita el desarrollo y fortalecimiento de una gestión de calidad.

No olviden nunca, si queremos nuevas respuestas, tendremos que hacernos nuevas preguntas

Fuente: https://acento.com.do/opinion/el-maestro-que-investiga-transforma-su-practica-docente-9047226.html

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Rectores de universidad advierten de que la reforma laboral afectará a 25.000 investigadores en toda España

La CRUE señala que si no hay una alternativa al contrato por obra puede ocurrir que a partir de abril «se pare el sistema de ciencia y tecnología»

La Conferencia de Rectores de Universidades Españolas ha advertido de los impactos negativos que la reforma laboral podría ocasionar en el ámbito de la Investigación, debido sobre todo a la desaparición general del contrato de obra y servicio sin que se ofrezca alternativa en la nueva Ley. Se trata de una forma de amplia utilización en los contratos para investigadores, pues los proyectos científicos suelen tener un carácter temporal prefijado. Estos proyectos, en muchas ocasiones, están sujetos a la entrega de resultados en periodos cortos de tiempo.

El rector de la Universidad de Córdoba y presidente de la CRUE, José Carlos Gómez Villamandosha advertido este miércoles que si no hay una alternativa, «a partir de abril vamos a tener un gran problema que puede hacer que se pare el sistema de ciencia y tecnología«. Villamandos ha señalado que esta situación puede afectar a más de 25.000 en toda España, lo que supone «un problema para esas personas y evidentemente para la actividad investigadora».

La aplicación del Real Decreto-ley 32/2021, de 28 de diciembre, de medidas urgentes para la reforma laboral, la garantía de la estabilidad en el empleo y la transformación del mercado de trabajo «tendría efectos no deseados para las universidades debido a la desaparición -con carácter general- del contrato de obra o servicio determinado por la nueva redacción del artículo 15 del Estatuto de los Trabajadores, al no incluir una alternativa de contratación que dé respuesta a las necesidades el Sistema Español de Ciencia, Tecnología e Innovación», advierte una nota de la CRUE.

Según los rectores españoles, «esta figura es de frecuente utilización en las áreas de la investigación y la transferencia del conocimiento, donde los proyectos científicos a los que concurren los investigadores se desarrollan mayoritariamente en un contexto internacional muy competitivo y de carácter temporal». Por ello, señalan que en la reunión mantenida el pasado martes 12 de enero por los representantes de CRUE con el ministro de Universidades, Joan Subirats, se dio traslado de la preocupación de la comunidad universitaria.

Ahora mismo, con la aplicación de la ley tal y como está, «a partir mes de marzo no podremos contratar a muchas personas que actualmente están realizando esa labor», ha asegurado el rector de la UCO.

Fuente: https://www.elperiodico.com/es/sociedad/20220119/rectores-universidad-advierten-reforma-laboral-13120907

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Avances de la ciencia que marcaron el 2021 en el mundo

El 2021 está a punto de terminar. Poco a poco va alistando su maleta para decirnos adiós para siempre y perderse en el olvido. No obstante, antes de su partida, quisiéramos hacer un recorrido por los grandes avances de la ciencia que se dieron lugar este año.

Algo que siempre recordaremos de este 2021 es el hecho de que la tecnología, la innovación y la ciencia juntas, pueden crear auténticas creaciones como extraídas de tal película de ficción. Logrando importantes avances que no solo se manifiestan como verdaderas disrupciones tecnológicas, sino que van mucho más allá. Desafiando los propios límites de la ciencia.

El implante cerebral que combate la depresión

Un problema bastante presente en la actualidad y que, según diversas fuentes se disparó con la llegada de la covid-19 fue la depresión. Ante el confinamiento, el aislamiento social y la poca interacción social, provocó que las personas se sintieran desconectadas de su entorno. Inclusive de ellas mismas.

Y justo para ayudarnos en este tipo de problemas, se hacen presentes los avances de la ciencia. Cuando un grupo de científicos desarrolló un implante cerebral capaz de combatir la depresión. Para demostrar su efectividad, se puso a prueba en un paciente con depresión. Logrando curarla de la misma.

Para profundizar más acerca de este importante avance de la ciencia, les compartimos este video que rescata los hallazgos más importantes de este implante.

La mujer ciega que obtuvo vista artificial

Muchos años atrás, cuando una persona comenzaba perder la vista, no había cosa que la ciencia pudiera hacer para regresarle la visión. No obstante, al pasar los años, y con la llegada de nuevos profesionistas con visiones más frescas y futuristas comenzaron a desarrollar algunas soluciones para ayudar a unas pocas personas a detener el deterioro de su vista. O en el mejor de los escenarios, recuperarla por completo gracias a los trasplantes de córneas.

Sin embargo, hay algunos casos en particular donde este tipo de soluciones no son una opción. Imposibilitando a las personas el recuperar su vista. Y justamente en estos casos, la tecnología e innovación apoyados de los avances de la ciencia, desarrollaron una increíble disrupción.

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Se trata del implante cerebral que le regresó la vista a una mujer ciega. Esta ‘visión artificial’ consistió en transformar algunas líneas del mundo real en destellos de luz que la paciente podría ver gracias a las interpretaciones del cerebro. Y aunque por el momento son solo algunas líneas, esperan que dentro de poco sean capaces de interpretar el alfabeto completo.

Bernardeta es el nombre de la paciente que aceptó ser parte de este experimento que no solo cambiaría su vida, sino la vida de muchas personas más que viven su misma situación.

El hombre que escribió con el pensamiento

Para cerrar, el último avance de la ciencia en esta materia, tiene lugar con un hallazgo que, tal como en los casos anteriores, nos demuestra que efectivamente, para la ciencia no hay límite alguno que la detenga.

Otro grupo de científicosunieron sus talentos y sus deseos en apoyarse de la ciencia, la innovación y la tecnología para desarrollar un nuevo implante que, en esta ocasión, ayudará a las personas que perdieron la movilidad de sus extremidades.

Para poner a prueba su experimento, se solicitó la colaboración de un paciente que cumpliera con algunos requisitos. Fue así que el paciente no tuvo más que imaginarse a sí mismo escribiendo con la mano, para que el implante cerebral interpretara estas señales y pudiera traducirlo en texto a una pantalla.

Los Investigadores del Instituto Médico Howard Hughes de EE.UU., fueron los responsables de hacer realidad este importante avance de la ciencia. Desafiando por completo los límites de la ciencia.

Indudablemente, el 2021 pasará a la historia como uno de los años que más marcaron la historia de la humanidad. En esta ocasión, con importantes avances de la ciencia que ayudará a mejorar considerablemente la vida de las personas. Reconectándolas con su entorno y reintegrarlas a la sociedad.

Cuéntennos cuál de estos implantes cerebrales los dejó más sorprendidos. Y cuales avances de la ciencia creen que se den lugar el próximo año. Recuerden suscribirse al newsletter de Talent Republic para seguir recordando lo mejor del 2021.

Fuente: https://www.talent-republic.tv/science/avances-de-la-ciencia-que-marcaron-el-2021/
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Héctor Ruiz: “Al crear puentes entre la investigación y el aula, surgen oportunistas pseudocientíficos”

Biólogo de carrera, a Héctor Ruiz Martín siempre le picó el gusanillo de la educación. Desde muy joven le asaltaron los grandes interrogantes pedagógicos, con el cómo aprendemos a la cabeza. Buscó respuestas en la docencia, habiendo sido profesor de instituto y universidad. Durante un tiempo intentó diseccionar los misterios del aprendizaje a través de la neurociencia. Y cuando descubrió los encantos de la psicología cognitiva, se produjo algo así como un flechazo intelectual. Autor de varias obras con un enfoque divulgativo, hoy dirige la International Science Teaching Foundation, con sede en Barcelona.

¿Cómo das el salto de la neurociencia a la psicología cognitiva? ¿Fue una transición gradual o una especie de iluminación repentina?

Un poco ambas cosas. Yo descubro, a través de la neurociencia, que se pueda hacer ciencia del aprendizaje. Me meto en este ámbito con mucha fascinación. Pero en el fondo, más allá de mi interés fundamental como biólogo, siempre he buscado poder responder a las preguntas que nos hacemos como docentes y estudiantes, en especial cómo aprender más y mejor. Cuanto más me meto en la neurociencia (su estudio del cerebro a nivel molecular, celular, bioquímico), más me doy cuenta de que esta no puede responder a estas preguntas. Este proceso fue progresivo. Y luego está ese momento en el que descubro, cuando vivía en EEUU, la psicología cognitiva, un ámbito del que en España hay muy poca tradición. Veo que, al dedicarse a estudiar el cerebro como procesador de información pero más desde el comportamiento, resulta mucho más interesante en esa búsqueda de respuestas.

¿Hay desconfianzas, recelos entre ambos ámbitos? Quizá la neurociencia se arroga una especie de legitimidad de pureza empírica. Y la psicología cognitiva, una mayor capacidad de trasladar al aula sus hallazgos.

Nunca he visto neurocientíficos que resten validez a la psicología cognitiva, que en realidad tiene un enfoque más cercano a las ciencias naturales que a las sociales: causa-efecto, herramientas cuantitativas… Lo que sí observo es que, para el público general, todo es neurociencia, todo es neuroeducación, un término que personalmente no me gusta. La neurociencia tiene más sex-appeal, más caché, viene como con un sello de objetividad. Pero, en realidad, la inmensa mayoría de cosas bajo el paraguas de la llamada neuroeducación —digamos, más en rigor, de las ciencias del aprendizaje— vienen de la psicología cognitiva. Al atribuir a lo neuro esa preponderancia, hay psicólogos que se sienten ninguneados. Lo importante, en cualquier caso, es que ambas disciplinas interactúan, se retroalimentan continuamente.

Aprovechando esa fiebre neuro y esa confusión de términos, se cuelan muchos supuestos gurús que lanzan propuestas metodológicas barnizadas de pseudociencia.

Intrusos y oportunistas siempre ha habido. Incluso en ámbitos como la medicina —que tiene algo de arte pero se basa fundamentalmente en el conocimiento científico— sigue habiendo mucha pseudociencia. Con más razón en la práctica educativa, donde no hay una fuerte tradición investigadora. Y ocurre precisamente ahora, cuando se está tratando de crear puentes entre la investigación y el aula. Como en la publicidad, suelen ser propuestas que combinan emoción y razón (supuestamente científica) en un pack listo para vender.

¿Corremos el riesgo de menospreciar, en aras del rigor científico, ese componente artístico de la docencia: la intuición, la experiencia del profesor…?

Los propios científicos somos conscientes de las limitaciones de la ciencia. A destacar, que la ciencia solo puede responder a preguntas científicas. Esto deja fuera, por ejemplo, cuáles deben ser los objetivos de la educación, que siempre será un debate ideológico. Pero sí puede ayudar a informar sobre la manera más probable de alcanzar —en función del contexto, los recursos, etc.— esos objetivos. No hay que olvidar tampoco que la ciencia va avanzando, resolviendo cuestiones, consiguiendo un conocimiento cada vez mejor, pero nunca perfecto, absoluto. Cuando entran en juego variables que la investigación aún no ha tenido en cuenta, poco puede aportar la ciencia. Pero tampoco hemos de olvidar que la experiencia personal también tiene limitaciones. La primera es que está sesgada por nuestras preconcepciones. El famoso sesgo de confirmación, que nos empuja a sacar las conclusiones que ya queríamos sacar. Por ejemplo al llevar a cabo una actividad en el aula, cuyas conclusiones sobre el desarrollo y resultado tratará el docente de encajar en lo que ya pensaba. Ahí la evidencia científica puede complementar la experiencia docente.

La clave para aprender es dar sentido a lo que aprendemos. No hay nada más importante que implicarse cognitivamente en lo que uno está aprendiendo

Si tuvieras que destacar un hallazgo científico sólido sobre el aprendizaje, ¿Cuál sería?

Permíteme decir más de uno. El primero es que la clave para aprender es dar sentido a lo que aprendemos. No hay nada más importante que implicarse cognitivamente en lo que uno está aprendiendo, que al final significa interpretar el nuevo conocimiento a la luz de nuestros conocimientos previos. Es uno de los principios básicos de la psicología cognitiva: la memoria se construye conectando lo que sabemos con lo que estamos aprendiendo. Resulta clave para el profesor: si una actividad en el aula no va a hacer que los alumnos piensen sobre lo que están aprendiendo, no lo van a aprender.

El segundo, que aprender es un acto generativo, no meramente receptivo. Que el aprendizaje se consolide depende de lo que hacemos después en nuestra cabeza, de si somos capaces de recuperar, usar, evocar en definitiva —en un proceso de dentro afuera— lo aprendido. El tercero es que, para aprender, necesitamos diversos episodios, mucho mejor si se espacian en el tiempo en lugar de masificarse.

Justo lo contrario de la norma en España: currículos sobrecargados y sesiones de estudio maratonianas con un enfoque evaluativo puramente memorístico.

El aprendizaje no elaborado, sin oportunidades para la generación y la aplicación, resulta siempre efímero. Las estrategias de evaluación que animan al estudio masificado solo consiguen que lo supuestamente aprendido (o así parece en el examen) se olvide en dos días.

Me llama la atención que utilizas con frecuencia, al explicar las dinámicas de la memoria y el aprendizaje, la noción de evocar, que suele tener un matiz poético, en absoluto científico.

Llevar a la consciencia, a tu memoria de trabajo algo que ya sabes (y que permanece en tu memoria a largo plazo, en algún lugar del subconsciente) es técnicamente, según la RAE, evocar. Evocar un recuerdo, un conocimiento. En inglés, la palabra para referirse a este proceso es retrieval, algo así como recuperación, que en educación tiene otras connotaciones. Cuando decidí divulgar la psicología cognitiva en español, tuve que tomar una decisión sobre cómo traducirla. Me llevó tiempo y, tras ver las opciones, me decanté por evocación, que ciertamente se suele utilizar desde una óptica más poética.

Foto cedida

Por una parte, es más fácil aprender sobre un campo concreto cuanto más sabemos. Por otra, a partir de cierta edad, el tiempo juega en nuestra contra. ¿O la idea del niño esponja es un mito?

Son dos procesos independientes. Uno nos lleva a que cada vez seamos, en nuestros ámbitos predilectos, mejores aprendientes (término en desuso que también me gusta utilizar, más correcto que aprendiz, que se refiere al aprendizaje de un oficio). Otro tiene que ver con la mayor capacidad para aprender durante la infancia y la juventud, ya que la neuroplasticidad —que es la base del aprendizaje— es mucho mayor en esas edades. Yo, a mis 40 años, aprenderé más fácilmente cosas nuevas sobre psicología cognitiva que un neófito en la materia de 20 años. No solo a nivel de comprensión. También me será más fácil recordar lo aprendido. Pero en un ámbito completamente nuevo para mí, el joven de 20 años partiría con ventaja. Por otra parte, con la edad solemos ganar en autorregulación: esfuerzo, ser capaces de evitar la tentación de hacer otras cosas, de aplazar las recompensas… Son capacidades muy importantes para el aprendizaje, y aquí la edad suele jugar a nuestro favor.

Esa distracción permanente o saltos de atención continuos entre los jóvenes —la mal llamada multitarea— es campo abonado para la pseudociencia. Se escucha de todo. Que las nuevas generaciones son, cognitivamente, casi como superhombres. O lo contrario: que ese ir de una cosa a la otra les va a descalabrar el cerebro con secuelas irreversibles.

La visión científica es que ni una cosa ni la otra. Los jóvenes de ahora no son diferentes a los de hace 30 años. El cerebro es plástico, sí, pero los mecanismos cognitivos solo pueden cambiar a partir de la evolución biológica, y esto requiere de mucho tiempo. A los jóvenes siempre se les ha dado mejor ese cambio veloz de tarea, tienen una mayor velocidad de procesamiento, aunque está demostrado que, en el cambio continuo, el desempeño de cada tarea se ve afectado. Con la edad, las habilidades cognitivas van, en general, a la baja. De la misma forma, también sabemos que este entorno lleno de tecnología tampoco está cambiando negativamente el cerebro. Los alumnos de hoy en día siguen teniendo la misma capacidad de prestar atención, aunque también tienen más oportunidades para distraerse, más estímulos para elegir y evitar el aburrimiento, que es algo muy humano.

Los alumnos de hoy en día siguen teniendo la misma capacidad de prestar atención, aunque también tienen más oportunidades para distraerse

¿Y ese infinito surtido de estímulos no afecta a la concentración, la paciencia, la tolerancia a la frustración? Quizá a nivel más emocional, pero con efectos cognitivos que influyen en el aprendizaje, aunque estos no sean permanentes.

Más importante resulta la ausencia de momentos para desconectar de nuestra vida social. Antes, cuando volvías a casa, tu vida social se reducía a tu familia, que es mucho más fácil de manejar en cuanto a las preocupaciones por la imagen que proyectamos a los demás, cuál es nuestra posición en el grupo, qué piensan de nosotros. Con las redes sociales, nunca dejas de estar sobre el escenario, y esto es difícil de gestionar. Se genera un estrés que puede afectar no solo a tu capacidad de aprender, sino a tu vida en su conjunto. Podríamos conjeturar que nuestro cerebro no está preparado para, digamos, ponernos continuamente a prueba ante el grupo, y que esto está generando dinámicas negativas.

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Tiempos oscuros

Por: Miguel Ángel Casillas

 

Miguel Casillas

“Tiempos oscuros se ciernen sobre la ciencia y la cultura de nuestro país. Nuestras instituciones de educación superior, académicas y de investigación, así como sus comunidades, han sido objeto de iniciativas y expresiones públicas que atentan contra las libertades de expresión e investigación, así como el buen nombre y dignidad de sus integrantes. Todas estas medidas y expresiones tienden a desvirtuar la estima de la población por un sector estratégico y de gran valor para México, lo que merma su capacidad de trabajar por el país” Profesores y profesoras eméritos y distinguidos de la UAM se declaran en contra del acoso a miembros de la comunidad científica, Nexos, 5 octubre 2021.

 

La ofensiva para desprestigiar el trabajo académico y satanizar a los científicos y profesores universitarios tiene una oscura intención para debilitar la universidad pública, el conocimiento y su capacidad crítica.

La educación superior y la investigación científica cumplen muchas funciones sociales, entre las principales está la formación de los profesionistas y la producción de conocimientos útiles para la sociedad. En las sociedades modernas, dada la complejidad de los asuntos públicos y de las políticas que implementan los gobiernos, las universidades y otras instituciones de educación superior son la única reserva social para controlar los actos de gobierno. Tanto en los regímenes democráticos como en los autoritarios, esta función social de las IES es siempre conflictiva, pues a ningún gobierno le gusta que le fiscalicen sus cuentas, le analicen la congruencia de sus discursos, le evalúen sus acciones y le observen sus inacciones.

En efecto, al descalificar a los universitarios, al generalizar que todos los académicos son corruptos, al sostener sin pruebas que en las universidades predominan las mafias, al afirmar de manera irresponsable que los profesores universitarios no trabajan lo suficiente, o que las instituciones se han derechizado y adoptado el credo neoliberal, el gobierno federal está cometiendo un inmenso error, generando un nuevo polo de conflicto e iniciando una ruptura con un importante sector que le brindó su apoyo para llegar al poder. El Presidente no sólo está violando la autonomía y la libertd de cátedra y exámen consagradas en el artículo tercero de la Constitución, sino el espírtitu de la Ley general de educación que se aprobó recientemente y fue promovida por los adeptos de su propio gobierno.

La absurda confrontación con los universitarios que proviene del jefe del Ejecutivo contraviene las acciones que su propio gobierno ejerce como parte de la política educativa. Es un discurso que desalienta a quien aspira legítimamente a mejorar sus condiciones de vida, a enriquecer su intelecto o desarrollar su sensibilidad a través del esfuerzo académico; es un discurso que acusa sin conocimiento ni fundamento a los profesores y descalifica su esfuerzo y su trabajo; es una retórica que desprestigia a las instituciones y desconoce el papel del conocimiento científico en la vida social.

Comparto plenamente con Sylvie Didou que “ejercer el pensamiento crítico hacia el entorno, el conocimiento disciplinario acumulado y las prácticas sociopolíticas es parte del oficio científico. Como comunidad intelectual, no debemos trocar un principio de discernimiento sistematizado por uno de adhesión partidista a toda prueba, ni renunciar a ejercer el primero en tanto valor constitutivo de nuestro ethos profesional. Es un componente central de nuestra responsabilidad profesional y moral cuya defensa y preservación son ineludibles”, Educación Futura, 12 de octubre 2021. http://www.educacionfutura.org/perdida-de-confianza-argumento-o-fake-justificacion/

La confrontación del presidente con los universitarios es un error histórico, que se asemeja al clima de descalificaciones de la época de Calles, que llevó a la conquista de la autonomía; como entonces, la retórica basada en el sentido común y el prejuicio contra el saber está abriendo el paso a manifestaciones de lo más atrasado contra la cultura y el conocimiento. Es un error histórico confrontarse con los universitarios pues en las universidades se han desarrollado históricas luchas y contribuciones muy significativas en favor de la democracia, las libertades, la justicia y la igualdad. Es un error estratégico, que desconoce la crítica que desde las universidades se ha formulado contra el capitalismo neoliberal, demostrando las inequidades e injusticias que tienen como efecto sus políticas.

Es cierto que en las universidades y otras instituciones de educación superior hay muchos problemas e insuficiencias, pero no es desde el campo político como se van a resolver. Sólo la participación activa de los universitarios podrá determinar la reforma de la universidad.

Hoy como ayer, los universitarios son la reserva moral contra el autoritarismo, contra la ignorancia y el oscurantismo. De nuevo, como siempre, los universitarios habrán de defender la libertad de cátedra y de examen, la autonomía del conocimiento y la libertad para pensar críticamente, frente al poder y el prejuicio.

Fuente de la información: http://www.educacionfutura.org

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México – El presupuesto 2022: oportunidad para los sistemas de educación superior estatales

El presupuesto 2022: oportunidad para los sistemas de educación superior estatales

Miguel Casillas

El presupuesto de egresos es una herramienta de política financiera que da viabilidad a las políticas públicas; es en este sentido el fundamento operacional de las políticas educativas: si no hay fondos presupuestales las políticas son prácticamente imposibles de implementar y quedan en mero discurso.

Revisar el presupuesto de egresos de la federación es un ejercicio indispensable para imaginar el desarrollo de los sistemas de educación superior de los estados y para determinar las ventanas de oportunidad que se abren para el diseño de políticas específicas de desarrollo y de innovación.

El presupuesto de egresos previsto para las instituciones de educación superior estatales, para las universidades tecnológicas y politécnicas, para las universidades interculturales, para el Tecnológico Nacional de México y las escuelas normales pasará de 95,461.4 millones de pesos a 101,029.1 millones, que representa un aumento de 5,567.7 millones de pesos. Este aumento presupuestal debería de ser utilizado racionalmente para fortalecer la articulación entre instituciones y configurar sistemas estatales de educación superior.

La Subsecretaría de educación superior dispondrá de 846 millones más que el año pasado; las universidades Benito Juárez tienen programados 37 millones más que el año pasado para llegar a un presupuesto superior a los 1,037 millones de pesos para su funcionamiento. La Dirección general de educación superior universitaria dispondrá de 2,538 millones de pesos más que el año pasado para aumentar el presupuesto de las universidades públicas estatales. El Tecnológico nacional de México tiene previsto un incremento de casi 778 millones de pesos. La Coordinación general de universidades tecnológicas van a disponer de casi 185 millones más que el año pasado. El FAM crecerá en 518 millones. Por fin, habrá un aumento muy significativo para las escuelas normales: la DGESPE pasa de 170 a casi 774 millones, 604 millones de pesos más que el año pasado y Educación normal del DF dispondrá de 60.7 millones de pesos más.

Sin menoscabo de la autonomía de las instituciones y de lo valioso que puedan ser sus planes de desarrollo institucional, la configuración de un sistema estatal de educación supondría la posibilidad de diseñar proyectos conjuntos, donde las diferentes IES cooperaran para la resolución de los principales problemas del desarrollo estatal de la educación superior, para aumentar la matrícula, para organizar procesos de capacitación magisterial y del personal administrativo, para diseñar recursos educativos virtuales que operen dentro de un espacio común de educación superior estatal.

El presupuesto de egresos de la federación también propone diferentes ejes de fortalecimiento académico, que otra vez, si fueran leídos por las IES podrían articular proyectos de beneficio general, pues representan renglones del gasto que deberíamos aprovechar para consolidar a las IES y dar sentido a la configuración de los sistemas de educación de los estados.

De esta manera, en el presupuesto está previsto un fondo para ampliar la matrícula y avanzar en la gratuidad de los servicios universitarios: se asigna para este fin a la UR 500 Subsecretaría de Educación Superior en el programa E010 Servicios de Educación Superior y Posgrado, un monto de 752.9 millones de pesos.

El total del programa E010 Servicios de Educación Superior y Posgrado crecerá en 2,645 millones de pesos respecto del año anterior. El programa E021 Investigación Científica y Desarrollo Tecnológico crecerá en más de 1,076 millones de pesos.

Las becas se van a incrementar. Jóvenes Escribiendo el Futuro en más de 407 millones de pesos y el Programa de Becas Elisa Acuña en 170 millones de pesos.

El Programa de Fortalecimiento a la Excelencia Educativa S300 (PROFEXE) heredero del PIFI, a diferencia del pasado crecerá 400%, notablemente con casi 602 millones de pesos más que el año pasado.

En conclusión, según el presupuesto de egresos a nivel de la educación superior en los estados habrá recursos extraordinarios para ampliar la matrícula y avanzar en la gratuidad; para hacer crecer la investigación científica y el posgrado, para el fortalecimiento institucional. Habrá un incremento importante en los fondos para becas. De acuerdo con lo anterior, deberíamos discutir, proponer y argumentar de manera reflexiva cómo aprovechar estas oportunidades en cada entidad federativa. Los criterios principales del gasto deberían romper con las inercias y prácticas convencionales, y apostar por la innovación.

La ampliación presupuestal prevista para el próximo año para la educación superior es una oportunidad para el desarrollo y la innovación. La nueva Ley general de educación superior prefigura una nueva etapa de coordinación y colaboración entre las IES para integrar sistemas estatales de educación superior y ahora se presenta la oportunidad para orientar el presupuesto extraordinario en esa dirección.

Fuente de la Información: https://www.educacionfutura.org/el-presupuesto-2022-oportunidad-para-los-sistemas-de-educacion-superior-estatales/

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