Por difícil que sea un niño, nunca dejes de hablarle con amor

Por: Jennifer Delgado.

 

No somos plenamente conscientes del impacto de las palabras, pero lo cierto es que estas moldean nuestro mundo desde una edad muy temprana. De hecho, los consejos y regaños de los padres y maestros que escuchamos en la infancia a menudo se convierten en una voz interior que nos acompañan durante toda la vida adulta.

El enorme impacto de las palabras negativas

Investigadores del Brookhaven National Laboratory analizaron cómo impacta en las personas el uso sistemático de palabras negativas. Los resultados, publicados en la revista Emotion, desvelan que escuchar la palabra “no” durante tan solo un segundo estimula la producción de cortisol, la hormona del estrés, que en niveles elevados en los niños puede llegar a afectar el funcionamiento cerebral.

También apreciaron que cuando las personas realizaban una lista de palabras negativas, en muy poco tiempo su estado de ánimo empeoraba y comenzaban a aparecer pensamientos automáticos negativos. Por si fuera poco, el efecto de las palabras negativas se amplifica aún más cuando las escuchamos y somos nosotros los receptores directos.

En realidad, estos resultados no deben asombrarnos ya que a ese tipo de palabras les conferimos un significado negativo que activa la amígdala, nuestro centro de mando emocional, con el objetivo de valorar el nivel de riesgo que representa para nosotros ese discurso. Eso significa que si un niño está expuesto continuamente a palabras de valencia negativa que puedan parecer amenazantes, es probable que viva en un estado de estrés continuo.

Las etiquetas negativas pueden acompañar a los niños durante toda su vida

Aún peor es cuando las palabras negativas se convierten en etiquetas. De hecho, muchos padres tienden a reprender los malos comportamientos de sus hijos colocándoles etiquetas negativas como: eres malo, perezoso, malcriado, tonto….

Esas palabras no etiquetan un comportamiento sino la personalidad del niño, por lo que pueden terminar convirtiéndose en una profecía que se autocumple. El estudio clásico realizado por los psicólogos Rosenthal y Jacobson demostró sin lugar a dudas las terribles consecuencias del efecto Pigmalión.

etiquetas negativas niños

En práctica, si los maestros pensaban que un niño era listo, este tenía más probabilidades de obtener buenas calificaciones, pero si creían que un estudiante era poco dotado, aunque en realidad no fuera así, este terminaba obteniendo malas puntuaciones ya que le daban menos oportunidades para participar en clase y corregir sus errores, por lo que al final el niño terminaba pensando que realmente no era capaz.

El problema es que, en cierto punto, a fuerza de escuchar continuamente los mismos calificativos, el niño termina aceptándolos e incorporándolos a su identidad. De esa manera, si los padres le dicen continuamente que es perezoso, terminará siéndolo ya que pensará que no tiene sentido esforzarse o que no puede hacerlo. Por tanto, las etiquetas negativas siempre son limitantes.

Por otra parte, el uso de etiquetas negativas y adjetivos descalificadores terminarán convirtiéndose en la manera de comunicarse del niño, quien también los usará con sus coetáneos e incluso con los adultos. Aprenderá a comunicarse desde la negatividad, lo cual le creará bastantes problemas en sus relaciones interpersonales.

Educar en un entorno comunicativo positivo

Por muy malo que haya sido el comportamiento y por muy difícil que resulte la etapa del desarrollo por la que está atravesando tu hijo, es importante que te asegures de crear un entorno comunicativo positivo. Eso no significa que debas excusar sus malos comportamientos, pero puedes disciplinar desde el amor y el respeto, sin recurrir a etiquetas negativas o descalificaciones que afecten su autoestima.

Un buen punto de partida consiste en asegurarte de que sepa que, aunque en ocasiones le regañes y tengas que recurrir al castigo, le amas incondicionalmente. El niño debe tener claro que estás castigando sus malos comportamientos, no a él como persona. Desarrollar una comunicación más positiva en el hogar, será beneficioso para todos.

Fuente del artículo:  https://www.etapainfantil.com/por-dificil-sea-nino-nunca-dejes-hablarle-amor

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El cuidado de las relaciones interpersonales en el aula

Invertir en la construcción de una buena relación interpersonal en el aula es invertir en un mejor aprendizaje, teniendo en cuenta, además, que la construcción de la relación positiva es uno de los elementos fundamentales que deben enseñarse.

Hace unos diez días me llamaron de un instituto con el que sigo manteniendo contacto para ver si podía intervenir en un conflicto que había tenido lugar en una clase de Ciencias Naturales. Mientras el profesor explicaba su materia, unas alumnas molestaron y acosaron a una alumna extranjera, echándole en cara el color de su piel e insultándola gravemente. Al parecer, el profesor pidió silencio y siguió con su explicación. Llamado posteriormente al despacho de la dirección, justificó su comportamiento diciendo que él era profesor de Biología, que esa era su tarea y que, si eso hubiera sucedido en la hora de tutoría del grupo del que es tutor, habría intervenido para cortar el incidente.

La idea de que un docente de secundaria es sólo profesor de una determinada materia es algo muy extendido entre el profesorado. Se trata de una idea que suele reforzarse con la queja de no estar preparados para abordar conflictos como el descrito, ya que nunca han recibido formación específica para ello y que, por tanto, no se le puede exigir nada más. Es curioso que, cuando se les ofrece a estas personas la oportunidad de asistir a formación específica sobre la gestión del aula, suelen decir que no, que no pueden en ese momento, que tal vez más adelante… Por experiencia propia, los cursos sobre los conflictos en el aula y la manera de gestionarlos han sido los que más suspensiones han tenido a lo largo de mi vida profesional.

¿Qué indica esta actitud y este planteamiento? ¿Es posible ser profesor o profesora de una determinada materia, sin tener en cuenta la tarea propiamente educativa, limitándose únicamente a la labor de instrucción? Hay que tener en cuenta que, en numerosas ocasiones, este grupo de compañeros y compañeras lo pasa bastante mal en las clases, las vive desde emociones claramente negativas, desde el enfado, la rabia o la frustración, terminando pronto muy “quemado/a” y buscando una salida a través del concurso de traslados, cuando no abandonando la profesión. O siguiendo en el mismo lugar y haciendo las mismas cosas aunque eso le genere malestar que, inconscientemente, traslada a los demás, sean docentes o estudiantes.

Es importante ayudar a reflexionar a estos compañeros/as y, con una actitud de comprensión que no les juzgue, mostrar la carencia fundamental de su argumentación. Como señala Mª Rosa Marchena: “Las tareas de aprendizaje realizadas en el aula son organizadores de conducta y marcos de socialización y convivencia”. O, dicho de otra forma, que todo lo que planteamos como docentes en el aula tiene una doble cara, la más académica y la más convivencial. Y que, querámoslo o no, la selección de los contenidos que vamos a explicar, las metodologías que vayamos a emplear, la forma en que vamos a evaluar a nuestro alumnado, la forma de organizar la clase, etc. tienen repercusión en la conducta y forma de comportarse de nuestros alumnos y alumnas.

No podemos olvidar que el proceso de enseñanza-aprendizaje tiene lugar conviviendo en un grupo concreto, en el que el tipo de relaciones y su calidad juegan un papel determinante en el proceso educativo y en el resultado final. Es imposible prescindir de las relaciones, es necesario dedicar tiempo a ellas, trabajar el grupo y constituirlo como tal desarrollando los aspectos básicos de comunicación y de gestión de conflictos. Y este trabajo es una parte ineludible del trabajo docente, íntimamente vinculado a la tarea tradicionalmente más académica.

Whittaker señala y define las relaciones interpersonales en el aula como el cimiento que hace posible la construcción del edificio de los aprendizajes, lo que le sirve de fundamento y apoyo. Invertir en la construcción de una buena relación interpersonal en el aula es invertir en un mejor aprendizaje, teniendo en cuenta, además, que la construcción de la relación positiva es uno de los elementos fundamentales que deben enseñarse y que nuestros alumnos/as deben aprender a lo largo de la escolarización.

La importancia de las relaciones y sus consecuencias en el aprendizaje debe ser una de las primeras enseñanzas que debemos transmitir a los nuevos profesionales. Mucho más importante que las condiciones materiales del espacio del aula, la relación interpersonal es imprescindible para crear un buen clima de clase, en el que todos los miembros se sientan emocionalmente a gusto, deseen estar en el grupo y encuentren la motivación necesaria para sus aprendizajes.

Suele ser un error muy común entre nosotros/as, los profesionales de la educación, pensar que el clima de clase se construye solo, o que la principal responsabilidad corresponde al alumnado, que son los alumnos y alumnas quienes deben cambiar y modificar su actitud y comportamiento para que los profesionales podemos hacer bien nuestro trabajo. Y, desde este planteamiento, se nos olvida que en el aula todo está relacionado con todo, que lo haga el profesor o profesora va a tener sus consecuencias en la respuesta que nos van a dar nuestros alumnos/as, que si queremos que algo funcione mejor somos nosotros/as los primeros que debemos cambiar y plantear las cosas de otra manera.

En la construcción de una buena relación en el aula juega un papel clave la comunicación. Coincidiendo con el hecho mencionado anteriormente, me llamaron de una cadena de TV para que valorara el caso de una profesora de Córdoba, procesada por, supuestamente, haber insultado gravemente a sus alumnos llamándolos repetidamente “tontos” y “vagos” y otras cosas. ¿Cómo va a ser posible construir una buen relación con el grupo desde este estilo de comunicación?

Aprender a comunicarse, saber cómo conseguir que los alumnos/as nos escuchen y se escuchen entre sí, se abran a nuestros mensajes y a los de los demás, poner en práctica una escucha activa dejando de lado la escucha selectiva, aplicar en la clase los pasos recogidos en la comunicación no violenta (observar sin juzgar, manifestar las emociones, descubrir las necesidades, hacer demandas no exigentes…) son tareas fundamentales en la preparación de todas las personas que nos dedicamos a la educación.

A la vez, es importantísimo plantear conscientemente la forma de transformar y gestionar pacíficamente los conflictos que, de manera ineludible, van a aparecer en las relaciones dentro del aula. Ocasiones como las descritas al principio no se pueden dejar pasar, es preciso prestar atención a ellas, y aprovechar su presencia para abordar los procedimientos que se van a establecer para evitar situaciones como las descritas.

Trabajar por la construcción de unas buenas relaciones interpersonales culmina, también, en la confianza en nuestros alumnos y alumnas, en reconocerles sus múltiples capacidades para la organización y creación del clima de aula y por otorgarles un protagonismo en el día a día de la clase y de la vida del centro. De esta forma les reconocemos como personas y sujetos autónomos, les damos ocasión de ejercer como tales y, trabajando su responsabilidad, les damos la oportunidad de crecer como personas y como ciudadanos y ciudadanas. Merece la pena intentarlo y trabajar por ello, ya que estaremos más a gusto en nuestro trabajo, habremos dejado de lado muchos de los problemas que ahora tenemos en las aulas y, además, seremos muchos más eficaces en nuestro trabajo.

Las relaciones interpersonales son el primer elemento que debemos tener en cuenta, pero hay otras dimensiones muy importantes y, lamentablemente, muchas veces olvidadas o preteridas. Está la consideración de los factores “motores” del alumnado, de sus emociones y motivaciones. Y, a la vez, los factores que podemos denominar “internos” del aula, es decir, la selección de los contenidos del curriculum, la metodología, la forma de evaluar, la organización del aula, las normas y sanciones que empleamos y la forma de dar respuesta a las conductas disruptivas. En todos estos factores la responsabilidad y el cambio no corresponde sólo al alumnado. También los profesores/as tenemos mucho que decir.

Sin duda, nuestro profesor de Ciencias dejó pasar una ocasión de oro para educar en convivencia positiva, debido a una idea errónea de cuál era su labor. Y esto me recuerda a una de las ideas que asumí al poco de empezar a dar clase, tomada de la profesora Juana Mª Sancho, que dio título a uno de sus libros: y es que “para enseñar no es suficiente saber la asignatura”.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/convivenciayeducacionenvalores/2019/03/12/el-cuidado-de-las-relaciones-interpersonales-en-el-aula/

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Cambio de Pilas: Un cortometraje que reflexiona sobre las relaciones interpersonales

Por: Culturainquieta.com.

Este corto de animación tiene una clara intención y es conmover al espectador. En un cóctel mortal que mezcla la vejez, la soledad y la irrealidad más simbólica que hacen de este corto una vía para reflexionar sobre sentimientos y tabúes de nuestra sociedad contemporánea.

Con una técnica más que modesta, ‘Cambio de pilas’ nos ofrece la historia de una anciana a la que no visita nadie y a la que su hijo le regala un robot doméstico para que haga las labores de hogar. La soledad de la anciana entonces…aquí podéis descubrirlo.

Título originalChanging Batteries (S)Año2013Duración5 min.PaísMalasia MalasiaDirecciónCasandra NgGuion

Lim Shu Gi

Música

Shaheir Jibin

Fotografía

Animation

RepartoAnimationProductora

Sunny Side-Up Production

GéneroAnimaciónDrama | VejezRobotsCortometraje (animación)

Sinopsis La enfermedad ha debilitado fuertemente a una anciana que vive sola. Un día recibe un paquete por parte de su hijo, que vive en la ciudad y por motivos de trabajo no puede visitar a su madre por el momento. Sin embargo en el paquete hay un regalo: un robot doméstico, hecho especialmente para atender todas las tareas del hogar. Con el tiempo este robot y la vieja mujer desarrollarán una amistad que traspasará la frontera entre la vida y la muerte. (FILMAFFINITY)

 

Fuente de la reseña: https://culturainquieta.com/es/peliculas/item/11195-cambio-de-pilas-una-triste-historia-de-animacion-en-3d.html

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La violencia de género en las escuelas

Por María Elena Naddeo

En el marco de las tomas de colegios realizadas contra la reforma educativa “Escuelas del futuro” el año pasado, estudiantes de las escuelas secundarias participaron de una mediación alentada por el Defensor del Pueblo, Alejandro Amor.

Fueron jornadas de largas horas de debate, en las cuales cientos de estudiantes reiteraron importantes reclamos: ser escuchados frente a las modificaciones curriculares, evitar todo tipo de medidas represivas y de presencia intimidatoria de policías en las escuelas, pronta aplicación de la Ley de Educación Sexual integral y la elaboración de un protocolo de violencia de género en las escuelas.

Los argumentos para fundar los dos últimos reclamos impactaron por su contundencia y crudo realismo. Relatos de abusos sexuales y acosos verbales entre estudiantes de una misma escuela, de un mismo curso escolar, fueron denunciados por alumnas de varios establecimientos. Una joven de 5º año manifestó que debía convivir en el mismo curso escolar con quien la había abusado, que nadie escuchaba su reclamo.

Nos constituimos en las escuelas, hablamos con los directivos, con los equipo de orientación, con las y los estudiantes. Las respuestas institucionales dieron cuenta de la carencia de una perspectiva que incorpore la violencia de género en las relaciones interpersonales como un problema importante para abordar y prevenir. Respuestas que intentaban deslindar responsabilidades porque los abusos suelen ocurrir en bailes o reuniones fuera del establecimiento aunque los involucrados compartieran el aula cotidianamente. Otros directivos, preocupados por las distintas  situaciones denunciadas, reconocían no tener elementos suficientes para trabajar adecuadamente el tema.

Por ello elaboramos un proyecto de Protocolo de intervención ante las consultas y denuncias de las estudiantes de escuelas secundarias y terciarias atravesadas por distintos tipos de violencia. Incorporamos en la normativa escolar específica los contenidos de la Ley Nacional 26485 y sus concordantes de la CABA, a fin de identificar y reconocer las distintas formas de violencia que anidan en las prácticas habituales, y abordamos también a pedido de otros establecimientos y especialistas de la Defensoría y del Ministerio de Educación, la legislación antidiscriminatoria frente a situaciones de violencia o acoso hacia los y las alumnas del colectivo LGBT. Debatimos cada artículo con numerosos delegados y delegadas de los centros de estudiantes.

Dicho protocolo –modificado y consensuado con el propio Ministerio de Educación, el Consejo de los derechos de niñas, niños y adolescentes, la Subsecretaría de Derechos Humanos y la Dirección General de la Mujer del Ministerio de Desarrollo social– constituye una herramienta fundamental para incorporar las dimensiones de género y diversidad en el sistema educativo, para la detección y prevención temprana de situaciones de violencia entre pares.

Su puesta en marcha requiere de los integrantes de la comunidad educativa y de los organismos de infancia un fuerte compromiso por involucrarse, por escuchar a las víctimas, por intentar soluciones reparadoras de las conductas crueles o violentas, nuevas y renovadas prácticas de los y las profesionales de los equipos de orientación y de los Consejos de Convivencia.

La tarea a encarar en lo inmediato será la capacitación de los equipos de conducción de cada establecimiento educativo, así como del conjunto de la comunidad, docentes y estudiantes. El Protocolo nos obliga a encararlo con absoluta celeridad.

Fuente del artículo: https://www.pagina12.com.ar/128309-la-violencia-de-genero-en-las-escuelas

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El absentismo escolar empeora en Japón por cuarto año consecutivo

Redacción: nippon

Según una investigación del Ministerio de Cultura, Deporte, Ciencia y Tecnología sobre conductas problemáticas y absentismo entre escolares, ha aumentado por cuarto año consecutivo el número de estudiantes que faltan a clase más de treinta días al año. Cuanto más se avanza en el sistema educativo, mayor es el número de ausentes.

El Ministerio de Educación, Cultura, Deporte, Ciencia y Tecnología (MEXT, por sus siglas en inglés) publicó en febrero de 2018 un estudio bajo el nombre “Investigación sobre las conductas problemáticas de los estudiantes menores de edad y el absentismo escolar”, según el cual el número de niños ausentes durante más de 30 días al año en escuelas públicas y privadas ha aumentado un 6,1 % con respecto al año anterior, alcanzando los 133.683 estudiantes, una tendencia que se mantiene por cuarto año consecutivo. Entre ellos, los estudiantes de escuela primaria han ascendido hasta los 30.448 (un aumento del 10,4 %), y los de secundaria hasta los 103.235 (un aumento del 4,9 %). Estas cifras significan que un 1 % del número total de estudiantes de primaria y un 4,1 % de los estudiantes de secundaria se ausentan de sus escuelas.

Si nos fijamos en la cantidad de ausentes por año cursado, veremos una tendencia al aumento desde el primer curso de primaria hasta el tercero de secundaria: el mayor número de estudiantes ausentes en primaria -9.794- pertenecían al sexto curso, y el mayor número de ausentes en secundaria -39.580- al tercero.

En cuanto a los motivos para las ausencias, entre los estudiantes de primaria el principal son los problemas familiares (53,3 %). El abuso por parte de compañeros, o bullying, es solo de un 0,7 %, pero los problemas con compañeros aparte del abuso ascienden a un 18,8 %. Al llegar a secundaria los problemas familiares descienden hasta un 28,9 % de los casos y los abusos a un 0,5 %, pero los otros tipos de problemas con compañeros ascienden a un 27,2 %; al parecer, las relaciones interpersonales en la escuela se convierten, a partir de estas edades, en una gran carga para los estudiantes.

De entre los niños que se han ausentado de sus clases, 13.736 estudiantes de primaria y 63.706 de secundaria llevan sin ir a la escuela más de 90 días. Más de la mitad de los ausentes faltan durante largos periodos de tiempo.

Fuente: https://www.nippon.com/es/features/h00237/

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No te engañes, tu hijo no necesita una tableta

Por: Catherine L´Ecuyer

La tecnología es útil en mentes preparadas para usarlas, no en mentes inmaduras sin autocontrol.

La Asociación de Pediatría Canadiense ha publicado recientemente sus recomendaciones respecto al consumo de medios digitales en edades tempranas. Se parecen mucho a las recientes de la Academia Americana de Pediatría. Es lógico, ya que los estudios sobre los que se apoyan ambas organizaciones son los mismos.

Limitar el tiempo de medios digitales para los niños de menos de 5 años

1. Nada de consumo para los niños de menos de 2 años

2. Menos de una hora al día para los niños de entre 2 y 5 años

3. Nada de consumo una hora antes de ir a la cama

4. Nada de consumo pasivo de pantalla en los parvularios (o sea, nada de películas comerciales)

5. Concretar tiempos libres de pantalla durante las comidas y durante el tiempo de lectura

Atenuar los riesgos asociados con el consumo de medios digitales

6. Controlar el contenido y estar, en la medida de lo posible, con el niño mientras consume pantalla

7. Dar prioridad a contenidos educativos y adaptados a la edad de cada niño

8. Adoptar estrategias educativas para la autorregulación, la calma y el establecimiento de límites

Estar atento a la utilización de las pantallas

9. Tener un plan (no improvisar) respecto al uso de las pantallas en el hogar

10. Ayudar a los niños a reconocer y cuestionar los mensajes publicitarios, los estereotipos y otros contenidos problemáticos

11. Recordar que demasiado tiempo dedicado a las pantallas deriva en oportunidades perdidas de aprendizaje (los niños no aprenden a través de la pantalla en esas edades)

12. Recordar que ningún estudio apoya la introducción de las tecnologías en la infancia

Los adultos deberían dar el ejemplo con un buen uso de las pantallas

13. Sustituir el tiempo de pantalla por actividades sanas, como la lectura, el juego exterior y las actividades creativas

14. Apagar los dispositivos en casa durante los momentos en familia

15. Apagar las pantallas mientras no se usan, evitar dejar la televisión “siempre puesta”

En 2006 y en 2011, la Academia Americana de Pediatría ya había hecho recomendaciones parecidas, pero estaban basadas principalmente en investigaciones sobre el consumo de la televisión, ya que no había aún conjuntos de estudios concluyentes sobre el efecto de la tableta o del smartphone en la mente infantil. Este vacío temporal dio mucho que hablar. Dimitri Christakis, uno de los principales expertos mundiales en el efecto pantalla —y sobre cuyos estudios se basó la Academia Americana de Pediatría para emitir sus recomendaciones de 2006 y 2011—, se preguntó públicamente en 2014 si esas recomendaciones se aplicaban también a la tableta, dada su peculiar interactividad.

Su pregunta —que no se apoyaba en estudios, sino en su intuición personal— sembró la duda, y provocó la publicación de cientos de artículos en Internet que la interpretaban como una bendición de la tableta en el ámbito educativo. El argumento era que quizá no es lo mismo estar pasivamente sentado ante un televisor que estar jugando con la tableta. Los estudios no confirmaron su hipótesis. Hoy sabemos que los estudios no marcan diferencias sustanciales para esos dos medios antes de los 5 años, ya que el efecto pantalla tiene más inconvenientes que beneficios para esa franja de edad.

Los niños no aprenden a través de una pantalla, sino mediante la experiencia con lo real y a través de sus relaciones interpersonales

El consumo de pantalla por encima de lo recomendado por las principales asociaciones pediátricas en el mundo puede contribuir a un déficit de aprendizaje, a una pérdida de oportunidades de relaciones interpersonales, a la impulsividad, a la inatención, a la disminución del vocabulario, a problemas de adicción y de lenguaje. Y el etcétera es largo. La lógica es que la atención que un niño presta ante una tableta no es una atención sostenida, sino una atención artificial, mantenida por estímulos externos frecuentes e intermitentes. Quien lleva la rienda ante una tableta no es el niño, sino la aplicación del dispositivo, programada para enganchar al usuario.

En definitiva, hoy sabemos que los niños no aprenden a través de una pantalla, sino mediante la experiencia con lo real y a través de sus relaciones interpersonales con una persona sensible. Y los dispositivos, por muy sofisticados que sean sus algoritmos, carecen de esa sensibilidad. Porque la sensibilidad es profundamente humana.

El cerebro humano está hecho para aprender en clave de realidad y los hechos nos indican que los niños aprenden a través de experiencias sensoriales concretas que no solamente les permiten comprender el mundo, sino también comprenderse a sí mismos. Todo lo que los niños tocan, huelen, oyen, ven y sienten deja una huella en su mente, en su alma, a través de la construcción de su memoria biográfica que pasa a formar parte de su sentido de identidad. En definitiva, los niños aprenden en contacto con la realidad, no con un bombardeo de estímulos tecnológicos perfectamente diseñados. Tocar la tierra húmeda o mordisquear y oler una fruta deja una huella en ellos que ninguna tecnología puede igualar.

Y eso de que perderán “el tren” u “oportunidades laborales” por no saber usar una tableta… Pues quizá ya es tiempo de que borremos esas arcaicas ideas de nuestras acomplejadas mentes de inmigrantes digitales. La tecnología está programada para la obsolescencia, como es lógico. Es ley de mercado. No nos engañemos, si nuestro hijo o nuestra hija aprende sin ayuda a manejar un smartphone en cinco minutos, no es porque nació nativo digital y por lo tanto sumamente inteligente, es porque los ingenieros que conciben y diseñan esos dispositivos son inteligentes inmigrantes digitales. Steve Jobs lo sabía porque los contrataba él, quizá por eso no dejaba a sus hijos usar el IPad. Y quizás por eso altos directivos de empresas tecnológicas de Silicon Valley mandan a sus hijos a una escuela que no usa pantallas.

Tocar la tierra húmeda o mordisquear y oler una fruta deja una huella que ninguna tecnología puede igualar

No nos dejemos enredar por la idea de que “la mejor educación en el uso responsable de las tecnologías se hace adelantando la edad de uso”. Los estudios no respaldan esa hipótesis, que demasiadas veces nos presentan fundaciones y empresas educativas patrocinadas por entusiastas empresas tecnológicas. Es una lástima que el ámbito científico no tenga los recursos económicos suficientes para divulgar sus hallazgos, para competir contra los ilimitados presupuestos de marketing de las empresas tecnológicas y contra el “trance digital” que sufren algunas empresas educativas. Ese trance digital es contagioso y puede hacer perder la perspectiva a más de un padre, llevándoles a percibir un cambio tecnológico con una actitud de fascinación casi apocalíptica, que interpreta el cambio tecnológico como radicalmente determinante y revelador del futuro, como una condición sine qua non para el progreso de la educación de sus hijos.

Al ritmo actual de la obsolescencia tecnológica, esa tesis no es realista. Claro que es importante la tecnología, claro que mejora nuestra calidad de vida. ¿Quién se imagina conduciendo sin GPS y con mapas enormes de papel, siendo operado con tecnologías antiguas, buscando una dirección o planificando vacaciones sin Internet, o trabajando a diario sin un ordenador en condiciones? No, no se trata de ser un nostálgico del papel. Sin embargo, la tecnología es útil y maravillosa en mentes preparadas para usarlas, no en mentes inmaduras que todavía no tienen capacidad de autocontrol, templanza, fortaleza y sentido de la intimidad. En un mundo con más pantallas que ventanas, la mejor preparación para el mundo digital siempre será la que ocurre en el mundo en tres dimensiones, en el mundo real.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2017/07/16/mamas_papas/1500184427_052226.html

 

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