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Panamá, la provincia con más niñas-mamás

Panamá/28 de Enero de 2017/La Estrella de Panamá

El índice de embarazos entre adolescentes sigue una tendencia al alza, con Panamá, Chiriquí y la comarca Ngäbe como áreas con más casos.

El último Informe del Minsa, el cual reporta como adolescentes a jóvenes de entre 10 a 19 años revela que el año 2016 cerró con 11,298 embarazos en este grupo etario.

Las cifras evidencian un aumento de 322 casos en el año 2016 con respecto al año anterior.

El 2015 a nivel nacional cerró con 10,976 adolescentes embarazadas (Ver infografía).

Esto sin contar las menores que realizan sus controles en la Caja del Seguro Social (CSS), hospitales privados y las que simplemente no llevan sus controles en ningún centro de médico.

Según el MINSA más de 50% de los embarazos en adolescentes están entre menores de 15 a 16 años.

Para el médico familiar y subdirector de Promoción de la Salud del Minsa, Jorge Rodríguez Sotomayor, lamentablemente detrás de más del 60% de las adolescentes embarazadas hay un mayor de edad y en muchas ocasiones estas personas no se hacen responsables de la joven embarazada y menos de la nueva vida.

‘Lo ideal es que los jóvenes se abstengan del sexo y de iniciar a temprana edad una vida activa sexualmente, lo mejor es que se protejan con el preservativo, dijo el médico.

Rodríguez recordó que ‘el uso del preservativo, no solo te cuida quedar embarazada, sino también te protege de contagiarse con infecciones de transmisión sexual’.

De acuerdo con el especialista, el nivel de educación también influye en estos casos, ya que si la persona es joven y tiene un nivel educativo bajo son más vulnerables y manipulables y a la larga pueden que otras personas se aprovechen.

Otro de los factores que incide en el problema, según Rodríguez, es la división familiar y las creencias religiosas o culturas, tal es el caso de las áreas comarcales en que por su cultura se resisten a utilizar métodos anticonceptivos.

En muchas de las áreas comarcales la familia es un factor de productividad. Según Rodríguez, entre mayor es la familia hay más aporte económico en el hogar y ven a los hijos de mano de obra ya que trabajan en cafetales junto a ellos.

Según datos del Minsa, el 56% de personas infectadas con VIH en todo el país están entre edades de 10 a 39 años.

Mientras que las estadísticas de Fundación Pro Bienestar y Dignidad de las Personas Afectadas por el VIH-SIDA (PROBIDSIDA), indican que el 50% de las embarazadas en edades entre 15 a 24 años están infectadas con el VIH.

El subdirector de Promoción de la Salud del Minsa dice que no es necesario que en Panamá exista una ley de educación sexual, ya que este tema debe de darse en los hogares y para eso ya el Ministerio de Salud junto con el Ministerio de Educación están dictando charlas a los adolescentes en los diferentes centros educativos respecto a este tema.

Fuente: http://laestrella.com.pa/panama/nacional/panama-provincia-ninas-mamas/23983041

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La religión en la escuela. Por qué los laicistas se equivocan

Por: s

«Es justo y democrático permitir que los que no piensan o creen como nosotros también encuentren su opción ideológica en la escuela pública, que ha de ser la de todos (y no tengan, así, que recurrir a la privada)».

Parece que cuando no hay nada candente que tratar se vuelve al tema de la religión en la escuela. Mi estimado compañero Alfredo Aranda escribió el otro día sobre esto en este mismo diario. Yo mismo, y varias veces, he cometido el pecado de opinar sobre el asunto, por ejemplo aquí . No sé resistirme. Cada vez que veo cómo mis queridos amigos y colegas, tan de izquierdas (como yo), confraternizan rápidamente en el ataque a la enseñanza de la religión se me hincha la vena crítica. No puede ser que gente tan inteligente (y tan de izquierdas) esté tan rápidamente de acuerdo en algo – me digo – tan complejo y difícil de analizar. La cosa se agrava cuando escucho o leo sus argumentos y… me entran unas ganas irresistibles de abrazar la fe. ¡Y eso sí que no!  Así que, qué remedio, tendré que repetirme. ¡Señor, dame fuerzas!

El primer argumento de Aranda es que Dios no existe, sino que es, tan solo, el fruto del adoctrinamiento religioso en connivencia con el Estado. Pero esto no es un argumento, sino solo la confesión de la particular fe ideológica del autor. Digo fe porque la razón no basta para demostrar la inexistencia de Dios ni, mucho menos, los fundamentos del materialismo que sustenta la hipótesis de Alfredo. Además, esto es poco o nada relevante. Aún en el caso (para nada claro) de que el deísmo fuese racionalmente falso (y fuera, más bien, algún tipo de teísmo), un creyente diría que su fe ni se valida ni se invalida con la razón (y menos aún, con una razón sostenida en los dogmas, no mucho menos religiosos, del materialismo o el historicismo),.

En segundo lugar, que la religión confesional sea una asignatura no nos retrotrae, como se dice, a los tiempos del nacional-catolicismo. Esto es pura demagogia. Durante el franquismo la religión católica era materia obligatoria y el control ideológico de la Iglesia era casi absoluto. Ahora, la religión es una materia optativa que ocupa una hora (a lo sumo dos) a la semana y la Iglesia ha perdido todo control sobre la enseñanza pública. De hecho, la situación de la materia de religión en nuestro país es exactamente la misma que la que tiene en la mayoría de los países de nuestro entorno (en los que no existió el nacional-catolicismo).

En tercer lugar, intentar minusvalorar la religión como un asunto puramente cultural es otra simpleza. Si profesar una religión depende de dónde nace uno, lo mismo cabe decir del que profesa el laicismo. Todo, y no solo la religión (también la democracia, los derechos humanos, o el sistema métrico decimal), podría concebirse como algo que depende de la “geografía”. Y si, por el contrario,  creemos que con la razón se pueden trascender los límites de la propia cultura, exactamente lo mismo podemos decir con respecto a la fe. De hecho, el universalismo humanista (tan opuesto al “tribalismo culturalista”) es, en gran medida, una doctrina religiosa secularizada.

El primer argumento real que aparece en el artículo de Aranda es este: la fe, que es credulidad ciega, y que tiene que ver con creencias y dogmas no puede ser – se dice – parte del horario lectivo, y ha de circunscribirse al ámbito personal. Este es, de hecho, el principal argumento de los detractores de la materia de religión. Y depende de dos supuestos: (1) que hay materias absolutamente dogmáticas y no dogmáticas; y (2) que lo público ha de mantenerse alejado de todo dogma, pues estos pertenecen estrictamente al ámbito privado. Estos dos supuestos son falsos o, cuando menos, muy discutibles.

En primer lugar, todos los contenidos educativos tienen que ver, aunque no, desde luego, en el mismo grado, con creencias y dogmas: los humanísticos, los artísticos y los científicos. Ni el cientifista más iluminado (por la razón) podría mantener que la ciencia (por ejemplo) pueda construirse sin axiomas, postulados, supuestos, metáforas y visiones del mundo indemostrables y, por tanto, dogmáticas. No digamos de las humanidades o el arte. Un saber absolutamente crítico y libre de dogmatismo solo cabe encontrarlo (y de manera ideal) en la filosofía, aunque esta, y justo por eso, no llegue a ser nunca un saber, sino solo la pretensión de serlo…  Además, y de otra parte, la religión no es solo dogma. Los teólogos también existen. Y razonan. No es nada fácil encontrar intelectuales con el nivel de sutileza y rigor lógico de los grandes teólogos que jalonan la historia del pensamiento occidental (y oriental).

En cuanto al segundo de los argumentos, la idea de separar lo público (las leyes e instituciones del Estado) del ámbito privado de las creencias y valores personales me parece una abstracción filosófica casi imposible de defender. A mi juicio, lo público no se funda en universalidades ideológicamente asépticas (¿existen tales cosas?), sino en sistemas preponderantes de creencias, valores e ideales, bien impuestos por un solo grupo u hombre (como en los regímenes despóticos), o bien resultantes de una gestión más compleja de la pluralidad ideológica, tal como ocurre en los estados democráticos. No se entiende, en este sentido, que las instituciones tengan que mantenerse en un imposible plano neutral con respecto a los valores y creencias de aquellos a los que gobiernan y representan. Una cosa es que la escuela pública, u otras instituciones del Estado, no manifiesten su preferencia por determinadas opciones políticas, ideológicas o religiosas, y otra, muy distinta, que no representen y en cierto modo administren (de modo equilibrado) la pluralidad de valores, ideales y creencias de los ciudadanos a los que educan y gobiernan.

 Justamente el peligro de nuestras sociedades tan torcidamente modernas es haber relegado al ámbito privado las cosas que más importan: los valores y fines, el sentido de la vida individual y colectiva, la búsqueda de respuestas a los grandes interrogantes… Obviamente porque la ciencia, la única institución ideológica que el laicismo asocia típicamente a lo público, no puede responder a ninguna de esas inquietudes (ni, en general, a casi nada humanamente relevante). Y esto es, al contrario de lo que vulgarmente se piensa, lo que alimenta el fanatismo religioso. En la medida en que nuestros alumnos solo aprendan ciencia y tecnología (y cada vez menos arte, filosofía o incluso teología) buscarán en otro lugar, menos inmune al fanatismo que la escuela, la respuesta a las inquietudes humanas y espirituales que no puede aquietar la ciencia.

 Estoy convencido, en suma, que la religión confesional tiene su espacio en la escuela pública igual que otras muchas asignaturas más o menos “doctrinarias” (y todas, en algún grado, lo son). La institución escolar no debe aspirar a una imposible asepsia ideológica. Todo lo contrario: ha de ofrecer la mayor pluralidad de ideas y creencias posible (tanta, al menos, como la que hay en la sociedad a la que sirve y, en cierto modo, representa). La única condición es que, a la vez, se dote a los alumnos de las herramientas y hábitos para someter todas esas opciones ideológicas a la reflexión y el análisis crítico.

 Yo, al menos, creo mil veces preferible que mis alumnos católicos (o de la confesión que sean) reciban su formación religiosa en el instituto público en que trabajo —y junto al aula de filosofía (de manera que, a continuación, antes o después, podamos hablar y reflexionar libremente sobre lo divino y lo humano)— que en un templo alejado de ese foro, plural y crítico, que ha de ser, según yo lo veo, la escuela. Al “enemigo” dogmático (en la medida en que lo sea y lo haya) conviene, como a todo enemigo, tenerlo cerca…

 Con algunas cosas (accesorias) del artículo de Alfredo Aranda puedo estar más de acuerdo. Está bien, por ejemplo, que la inspección educativa pueda evaluar el trabajo de los profesores de religión. O que se exija más transparencia en los procesos de selección de ese mismo profesorado. Pero es obvio que han de ser las autoridades eclesiásticas quienes establezcan el currículo y elijan a los profesores, tal como son las autoridades científicas las que diseñan los programas de las materias de ciencias y escogen a quienes han de impartirlos.

 Por lo demás, y como ven, no coincidimos en nada. Como ya escribí en otra ocasión, prefiero la ilustración a secas (un movimiento, por cierto, que nunca fue antirreligioso) que el  despotismo ilustrado. Es justo y democrático permitir que los que no piensan o creen como nosotros también encuentren su opción ideológica en la escuela pública, que ha de ser la de todos (y no tengan, así, que recurrir a la privada). Y es bueno y necesario promover que la gente, una vez bien informada y formada en todas las opciones posibles, crea lo que le venga en gana y le parezca mejor. Siempre que a mí o a otros nos permitan, también, tratar de mostrarles las ventajas de fundar sus creencias en razones – y de buscar racionalmente lo infundado más allá de toda creencia, empezando por las científicas –.

Fuente: http://www.eldiario.es/eldiarioex/educacion/religion-escuela-laicistas-equivocan_0_603690494.html

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¿Por qué se llama FEMInismo y no Igualitarismo?

Por: Heidy Simons

La autora reflexiona pedagógicamente sobre conceptos de feminismo e igualitarismo ¿son lo mismo?.

A veces, cuando se intenta desprestigiar el movimiento de alguna manera o al menos poner en duda su validez, siempre surge la misma duda…

“¿Si se busca la igualdad por qué no se llama algo así como Igualitarismo? La palabra FEMInismo discrimina a los hombres porque no les incluye, solo nombra a las mujeres”
Primero simplemente decir que antes de opinar sobre un tema es bueno al menos saber algo sobre el… así si surge un debate constructivo, se establece un contexto común. A mí personalmente me molesta esta pregunta, ya que tengo la sensación de que cualquier término que empiece con Fem- parece que molesta.

Que incita a que se inicie una guerra de sexos o un debate por lo menos. Es curioso que nos digan que la palabra “feminismo” excluye a los hombres porque no les nombra cuando toda la vida la historia de la humanidad ha sido la historia “del hombre” y cuando nos quejamos nos dicen que somos unas exageradas… El socialismo también busca la igualdad entre todos los seres humanos, y no os veo quejaros tanto por el nombre.

Empezaremos siempre con definiciones de nuestra quizá no tan querida y no tan feminista RAE:

  • igualdad Del lat. aequalĭtas, -ātis.

1. Conformidad de algo con otra cosa en naturaleza, forma, calidad o cantidad.

2. Principio que reconoce la equiparación de todos los ciudadanos en derechos y obligaciones.

Bien, como vemos, igualdad es equiparación, es decir que algo NO es igual, que no tiene las mismas características si se compara con otro u otros. Y quiere poseer esas mismas características. Una vez que se hacen las acciones oportunas son IGUALES/SEMEJANTES/EQUIVALENTES.

Por lo tanto el igualitarismo pediría la semejanza y equivalencia de derechos y obligaciones en todas las situaciones de la vida. El problema y la genialidad de género, es que NO somos iguales. No tenemos ni las mismas características físicas, ni biológicas, ni las mismas necesidades, ni malditas las ganas de ser iguales que los hombres…

Una cosa es la igualdad, y otra es la EQUIDAD:

  • equidad nombre femenino

1. Cualidad que consiste en dar a cada uno lo que se merece en función de sus méritos o condiciones.
“es un país de desigualdades donde no hay equidad en la distribución de riqueza y cultura”

2.Cualidad que consiste en no favorecer en el trato a una persona perjudicando a otra.

El término “feminismo” no busca excluir, no rechaza al hombre ni mucho menos. Simplemente, visibiliza a ese 50% de la población sistemáticamente ignorada hasta hace poco. Y dar visibilidad como mínimo con el término es básico, porque pretender denominar “igualitarismo” al feminismo anula lo que realmente se pretende (y no, no es estar por encima de los hombres) e invisibiliza de nuevo, negando la causa, negando el sometimiento y la opresión, negando la necesidad de reconocer a la mujer socialmente como tal, no “igualarla” al hombre

.

El feminismo busca la equidad, es decir, según las características de cada persona, que tenga sus derechos sin que esto sea el menoscabo de otra persona.

Un ejemplo muy fácil de entender sería que el tema de la regla. Aunque para muchas personas sea un tema tabú, las mujeres cis cada mes durante unos días sangramos por la vagina. No es algo de lo que escandalizarse, ni estamos enfermas, es algo natural.

Para algunas personas es extremadamente doloroso y molesto, por no mencionar que es bastante caro: el material higiénico (compresas y tampones) tiene un impuesto de lujo. ¿Es justo? ¿No es razonable que se pida que se rebaje el precio de algo que es de primera necesidad aunque solo sea para UN género? (es decir, la mitad de la población mundial). Una política feminista sería quitar el impuesto de lujo a los tampones y compresas: no menoscaba los derechos de nadie aunque beneficia a un sólo género.

Sin embargo, si un estado que se supone que vela por los derechos y libertades de sus ciudadanos no piensa en ello, está siendo discriminatorio e injusto.

Por lo que el feminismo, no se puede llamar igualitarismo porque no busca que TODO sea igual, que la mujer se adapte a las normas y reglas masculinas de la sociedad, sino que cada uno tenga sus propios derechos y libertades según sus características. El feminismo no se llama humanismo ni igualitarismo porque feminismo, humanismo, e igualitarismo son tres teorías distintas.

¿Hubo algo antes que el feminismo que promoviera y exigiera igualdad de derechos para todas las personas independientemente de su sexo? Pues no, no lo hubo. El humanismo es una rama de la filosofía (y la ética) que aboga por la igualdad, la tolerancia y la laicidad (lo que se conoce comúnmente como «la separación de iglesia y estado»).

El humanismo reconoce que los seres humanos no «necesitan» de la religión para desarrollar sistemas morales o establecer un comportamiento moral. Los humanistas abogan por la educación, la tolerancia, la política representativa (en contraposición a la monarquía) y la libertad de pensamiento (en contraposición al dogma religioso). Muchos humanistas eran también grandese misóginos y su concepción de la igualdad se limitaba a la igualdad entre los varones.

El igualitarismo es una forma de filosofía política que defiende que todos los seres humanos son iguales en esencia y por lo tanto tienen el mismo derecho a iguales recursos como los alimentos, la vivienda, el respeto, el estatus social). Puedes facilitar a todo el mundo los mismos elementos y perpetuar la desigualdad y/o la inequidad. El igualitarismo, aun siendo un concepto ético fundamental, no tiene generalmente en cuenta las desigualdades a través de una perspectiva interseccional.

Como apunte histórico de la necesidad de que se llame feminismo: el término procede de una palabra inventada para designar despectivamente a aquellos hombres que apoyaban la causa de las ciudadanas. El adjetivo “feminista” lo utiliza por primera vez con fines políticos y periodísticos Alejandro Dumas hijo en su panfleto ‘El hombre-mujer’ de 1872, escrito antifeminista en el que debate, entre otros temas, sobre el adulterio y se posiciona en contra del divorcio. Para asumir que es necesario el feminismo, hay que ser conscientes primero que no vivimos en un mundo ni “igualitario” ni equitativo.

Que históricamente la mujer ha vivido en un puesto de sumisión, subyugación, y ocultamiento. Igual que hemos asumido que existe el racismo, se puede ser consciente de que existe la misoginia sin que esto sea un ataque para nadie. De la misma manera me gustaría aclarar aunque sea muy obvio que el Feminismo no es lo contrario al machismo.

El Feminismo NO busca la superioridad en todos los aspectos de la vida de la mujer sobre el hombre, ni existe hoy por hoy sistema hembrista alguno que otorgue poder a las mujeres para discriminar sistemáticamente a los hombres.

La definición de machismo es:

  • machismo (nombre masculino)

Actitud o manera de pensar de quien sostiene que el hombre es por naturaleza superior a la mujer.

Y el de feminismo es:

  • feminismo (nombre masculino) Derechos

Doctrina y movimiento social que pide para la mujer el reconocimiento de unas capacidades y unos derechos que tradicionalmente han estado reservados para los hombres. Definiciones

No es más ciego/a que el que no quiere ver.

Fuente:http://www.locarconio.com/2017/01/por-que-se-llama-feminismo-y-no-igualitarismo/

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Las religiones minoritarias son las más cultas

Por: Diario Uno

Un estudio mide el impacto de las religiones sobre el nivel educativo de sus adeptos.

La religión no influye en el nivel de educación de sus adeptos de igual forma en todas partes, ha descubierto un estudio que ha analizado el impacto de una confesión religiosa sobre el nivel de educación de sus adeptos en más de 70 países, del que informa Daily Science.

El estudio ha puesto de manifiesto que hay países en los cuales los adeptos son más educados que los otros habitantes, y países en los que los adeptos de una confesión tienen un nivel educativo medio inferior al de su entorno. También que hay países en los que no hay diferencias entre el nivel educativo de la población y el de los adeptos de una confesión religiosa.

El impacto varía en función del contexto en el cual se desarrolla cada confesión religiosa, ha determinado este estudio, si bien ha podido establecer un hecho destacado: cuanto más minoritaria es una religión en un país, más posibilidades tiene de alcanzar un nivel de educación más alto entre sus seguidores.

Para explicar esta constatación, los investigadores avanzan posibles hipótesis. Las minorías pueden compensar su diferencia invirtiendo en la educación de los miembros de su confesión. Si son discriminados por motivos religiosos en el colegio o el trabajo, los adeptos de una confesión minoritaria pueden compensar esta discriminación incrementando su nivel educativo.

Si por el contrario, los miembros de una confesión minoritaria son impulsados al exilio, el bagaje cultural es lo único que pueden llevarse consigo, independientemente del lugar de destino.

También consideran que los miembros de una confesión religiosa minoritaria pueden reforzar vínculos sociales más estrechos en su comunidad si destacan en sus estudios, lo que puede explicar la constatación de que los miembros de las religiones minoritarias muestran un nivel de estudios superior al de su entorno.

Los estereotipos pueden influir también en este fenómeno social, ya que están asociados a determinados colectivos que pueden influir en su comportamiento educativo. Un ejemplo que apuntan los investigadores es el de los asiáticos en Estados Unidos, a los que socialmente se les considera que son buenos en matemáticas.

Si este estereotipo puede llevar a muchos miembros de la comunidad asiática de Estados Unidos a especializarse en matemáticas, de la misma forma cualquier otro estereotipo vinculado a una confesión puede determinar un compromiso especial con la educación entre sus adeptos.
Confesión y educación

La investigación sobre las religiones se asocia frecuentemente a un tipo de actitud hacia la educación. Para los protestantes, por ejemplo, es importante que cada miembro pueda leer por sí mismo la biblia, por lo que hay que saber leer muy bien.

Esta necesidad ha llevado a esta confesión a abrir escuelas para enseñar a leer, y al mismo tiempo, para enseñar todo lo demás.

Según los investigadores, muchos estudios han comprobado que los países de religión protestante fueron alfabetizados antes que los países de confesión católica.

La investigación se basó en un estudio realizado en más de 70 países por el proyecto internacional World Value Survey, que analiza la evolución de los valores y creencias a lo largo del mundo.

Gracias a este estudio, hemos obtenido informaciones sobre el nivel de estudio de los habitantes interrogados, así como de su confesión religiosa, dicen los investigadores. Para cada religión, nos preguntamos si existía un vínculo entre la confesión religiosa y el nivel educativo. De esta forma, pudieron comparar el impacto de cada religión en el nivel educativo de sus adeptos en cada país, así como entre diferentes países.

Las confesiones estudiadas fueron siete: catolicismo, protestantismo, ortodoxos, budistas, islam, judaísmo e hinduismo.

Fuente: http://www.diariouno.com.ar/a-fondo/las-religiones-minoritarias-son-las-mas-cultas-20170107-n1317162.html

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El aborto como tema en las escuelas levanta indignación en Portugal

Portugal/19 de Diciembre de 2016/ABC

El Gobierno socialista de Antonio Costa plantea que los alumnos de 5º y 6º año debatan sobre la interrupción voluntaria de embarazo.

¿Es adecuado que niños de 5º y 6º curso estudien y debatan en clase acerca del aborto? La respuesta se antoja afirmativa para el Ministerio de Educación del Gobierno socialista de António Costa, que promueve una controvertida iniciativa para que las escuelas tomen cartas en el asunto.

Por el contrario, la respuesta negativa se extiende entre las asociaciones de padres y los colectivos ciudadanos de Portugal, que se muestran en flagrante desacuerdo y, además, no lo consideran un asunto prioritario en el organigrama educativo.

Casi 100.000 firmas en contra

La corriente social en contra de esta propuesta para convertir la interrupción voluntaria del embarazo en un tema obligatorio durante parte del curso ha provocado ya la puesta en marcha de un manifiesto que recopile firmas para pedir su retirada. Casi 10.000 se han recogido en pocos días.

El aborto no es la única novedad de los planes gubernamentales, pero sí la más criticada. Otras se refieren a la nutrición, la salud mental, el ejercicio físico, etcétera.

Después del éxito del sistema educativo auspiciado por el gabinete que lideraba el socialdemócrata Pedro Passos Coelho hasta diciembre de 2015, certificado recientemente por el Informe PISA, ahora los socialistas cambian de rumbo y hasta plantean inculcar los métodos anticonceptivos y los riesgos de los embarazos no deseados en el segundo ciclo.

División entre los propios socialistas

La polémica no ha hecho más que comenzar en las redes sociales y en las tertulias radiofónicas, con las asociaciones de padres indignadas ante semejante perspectiva. Incluso en el propio seno del socialismo luso, donde las facciones católicas también elevan su protesta.

La fuerte contestación encontrada hace que el plazo hasta el próximo 19 de diciembre, día en que se cierra el periodo consultivo para la posterior aplicación de la medida, se haya transformado en un camino con más espinas que rosas.

Fuente: http://www.abc.es/sociedad/abci-aborto-como-tema-escuelas-levanta-indignacion-portugal-201612162106_noticia.html

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España: El folleto «homófobo» que un grupo ultracatólico reparte por cientos de colegios

España/17 de Diciembre de 2016/La Estrella Digital

La organización ultracatólica ‘Hazte oír’ lleva semanas enviando a los centros escolares de tosa España unos folletos en los que se ataca al colectivo LGTB con una ilustración de dos niños haciendo el saludo fascista delante de una bandera LGTB. Algunas comunidades ya han reaccionado a los ejemplares, como es el caso de La Rioja, donde un total de 25 de entidades han presentado este viernes un escrito de denuncia ante la Fiscalía de La Rioja para que investigue si un folleto enviado por la organización ultracatólica puede fomentar la homofobia y la discriminación.

‘Hazte oír’ ha envidado a centros educativos de toda España un total de 100.000 ejemplares de la guía «¿Sabes lo que quieren enseñarle a tu hijo en el colegio?. Las leyes de adoctrinamiento sexual», en la que aluden a las normativas que se han aprobado en diversas comunidades autónomas para evitar la discriminación al colectivo LGTBI.

Urbaneja ha lamentado que la propia Consejería de Educación del Gobierno de La Rioja no haya actuado de oficio y haya presentado esta denuncia ante la Fiscalía, pero han sido los propios centros educativos riojanos los que han que alertado sobre este asunto.

El consejero de Educación de La Rioja, Alberto Galiana, explicó este jueves, durante un pleno del Parlamento regional, que los folletos no llegaron a distribuirse entre los alumnos y se destruyeron por parte de los equipos directivos, por lo que este asunto no ha tenido ninguna repercusión práctica.

El portavoz de la Marea Arco Iris ha pedido a la Fiscalía que estudie bien este folleto de 44 páginas, en el que se explica a los niños, ha dicho, que «la homosexualidad es una enfermedad e intenta discriminar a las personas en función de su identidad de género o de su orientación sexual».

Este «adoctrinamiento» de esta asociación «ultracatólica fascista» es contrario a una educación en igualdad, ha recalcado, por lo que este folleto podría ser «constitutivo de delito».

Por ello, ha detallado que en otras comunidades autónomas ya se han presentado escritos de denuncia similares ante la Fiscalía y también se han desarrollado otras acciones en ayuntamientos y parlamentos autonómicos.

En su opinión, «Hazte oír» ha enviado a los centros de La Rioja estos folletos de forma «preventiva», porque esta comunidad es una de las pocas que carece de una Ley que proteja al colectivo LGTB.

Fuente: http://www.estrelladigital.es/articulo/espanha/folleto-homofobo-grupo-ultracatolico-reparte-cientos-colegios/20161216144503307854.html

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Los obispos piden que el pacto educativo en España no elimine la clase de religión del currículum

España/05 de Diciembre de 2016/Camineo.inf

Los obispos quieren que la Iglesia participe de forma activa en el pacto educativo y que lo haga «con una sola voz». Así lo anunció este lunes el secretario general de la Conferencia Episcopal, en la rueda de prensa final de la asamblea plenaria de otoño, recordando al mismo tiempo el pleno apoyo de la Iglesia a que «la educación sea una cuestión de Estado», y no esté al vaivén de las «alternancias partidistas». Este fue el mensaje que una delegación de la CEE le transmitió al ministro de Educación (entonces en funciones) durante una primera reunión de tanteo celebrada el 18 de octubre, en la que el episcopado estuvo representado por el presidente y el secretario de la Comisión de Enseñanza –monseñor César Franco, obispo de Segovia, y José Miguel García–, además del propio José María Gil Tamayo.

«Nosotros veníamos reclamando de manera reiterada» la necesidad de un pacto educativo, recordó el portavoz de los obispos. Se trata de un ámbito que «necesita la correncia de todos», buscando «lo que nos une» y trabajando al «servicio del conjunto de la sociedad española», sobre todo de «los niños y los jóvenes».

Los obispos ven la posibilidad de alcanzar un gran acuerdo «con buena disposición», y convencidos de que la Iglesia no puede ser «una voz muda», dada su gran presencia en la educación, añadió Gil Tamayo, poniendo sobre la mesa datos como el de los 2.600 centros educativos católicos en los que estudian cerca de millón y medio de alumnos.

El secretario general aludió en particular a la asignatura de Religión, que han escogido libremente más de 3 millones de alumnos. «Queremos que la clase de Religión esté en ese marco educativo», añadió. Con ello, la Iglesia no pretende defender ningún «privilegio», pero tampoco «queremos ser marginados». Otras confesiones –recordó– tienen acuerdos similares con el Estado. Se trata de un «derecho constitucional y un derecho fundamental» de los padres a una «educación integral» que incluye «educar a sus hijos conforme a sus convicciones».

En el caso de la Iglesia católica, se trata de un derecho protegido también por los Acuerdos entre el Estado y la Santa Sede, con rango de ley orgánica.

Respeto a la asignatura de Religión

Esa enseñanza debe estar plenamente integrada «en el curriculum». «No es catequesis», sino una materia con solidez académica impartida por profesores integrados «con plena normalidad en el claustro», afirmó.

Gil Tamayo anunció que la Iglesia hablará de estas y otras cuestiones de forma respetuosa y dialogante, «pero obligada por la responsabilidad de la defensa de los derechos».

La posibilidad de poder elegir libremente la enseñanza Religión es un indicativo de esa «plena inserción de la Iglesia en la España constitucional» a la que aludió la pasada semana el rey Felipe ante los obispos, añadió. «Ojalá dejemos atrás ya la rémora trasnochada» de pretender expulsar lo religioso del «ámbito público».

Fuente: http://www.camineo.info/news/144/ARTICLE/36887/2016-11-29.html

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