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«No debe haber una ‘talla única’ en la educación»: Lee Ann Jung

20 de octubre de 206/Fuente: el pais

Cada estudiante es único y vive su propio proceso de aprendizaje. Así lo entiende la educación individualizadora,  la cual  busca capitalizar las   fortalezas, intereses y pasiones de cada uno de  los estudiantes para que se enganchen más activamente con el currículo de cada institución.

En la misma no hay una  “talla única”, ni un tipo de modelo  que le sirva a todos los estudiantes, por eso a través de la misma se busca capitalizar los talentos y habilidades de cada individuo.

En su paso por Cali, a donde vino invitada por el Colegio Bolívar, la experta educadora norteamericana Lee Ann Jung,  habló de este tipo de educación  y la diferenciación que  deben tener los estudiantes en  el aula de clase para lograr procesos efectivos que ayuden a la formación personas  que desde su individualidad le aporten al mundo.

Estas son algunas de sus ideas entorno a la educación que requiere el mundo hoy y de los retos que tiene cada institución para contribuir a la misma.

¿Qué tipo de educación es más efectiva en la actualidad?

La educación  más efectiva es la que se fundamenta en la investigación para mejorar sus prácticas. Las  instituciones que la aplican están impulsadas por una amplia comprensión del éxito, el cual no es medido a través de pruebas estandarizadas para sus alumnos.

Este tipo de colegios no hacen énfasis únicamente  en los logros académicos, sino  que se apoya a los  estudiantes de manera individual para que desarrollen las habilidades y enfoques de aprendizaje que los ayudarán a ser exitosos en cualquier ámbito de sus vidas.

¿Cómo hacer la transición hacia ese tipo de educación?

El camino que debemos recorrer para hacer la transición en los colegios y llegar a este resultado es largo, pero es el trabajo adecuado para realizar en este momento. Se trata de que los colegios  reconozcan  que enseñar a los estudiantes a memorizar hechos y procedimientos no es tan valioso como formarlos para que piensen de manera crítica, profunda y creativa; para que se comuniquen y colaboren adecuadamente, así como para que sean buenos ciudadanos en sus comunidades y el mundo.

¿Cómo impacta este tipo de educación los estudiantes?

Para los estudiantes que tienen diferencias de aprendizaje o que están afrontando dificultades académicas, la educación individualizada significa que estamos identificando  metas específicas para él.

Una educación diferenciada significa que no hay una “talla única” que les sirva a todos.  Ciertamente existen habilidades que todos los estudiantes deberían tener, pero convendría que capitalizáramos las fortalezas, intereses y pasiones de cada uno de  los estudiantes para que se enganchen más activamente con el currículo de cada institución.

Pero, ¿cómo lograrlo?

Por ejemplo, todos los estudiantes necesitan aprender a leer y analizar textos complejos, así como estar en la capacidad de comunicar sus ideas a través de la escritura, pero cuánto más atractivo sería el aprendizaje para ellos si pudieran escoger el tema. Al determinar cómo logramos la conexión entre los intereses de los estudiantes y las habilidades que necesitan desarrollar, motivándolos a ser exitosos y enseñándoles en pequeños pasos lo que necesitan, ellos podrán alcanzar mucho más de lo que creían posible.

¿Cuáles son los principales retos que enfrenta  ese modelo  de educación?

Los más grandes retos de la educación individualizada  son los recursos de tiempo y de personal, porque para incluir efectivamente a estudiantes con una amplia variedad de habilidades y niveles de desempeño, se debe tener disponibilidad de tiempo con el equipo de trabajo para  planear y conocer  individualmente a los estudiantes. De esta manera se puede identificar por qué están teniendo dificultades, saber  cuáles son sus fortalezas e intereses y determinar un camino a seguir hacia un resultado deseado. Muchos colegios alrededor del mundo no tienen los profesores capacitados en educación especial y tienen clases muy grandes y horarios con muy poco tiempo para la planeación. Estas estructuras y recursos son necesarios para una individualización efectiva.

 ¿Cómo ha avanzado la implementación de la  educación individualizada  en el mundo?

En el caso de Estados Unidos,  todo colegio debe tener un plan de educación individualizada con el fin de implementarla con  cada estudiante que tenga una diferencia en su aprendizaje. No obstante,  a menudo, el plan no es más que un documento legal que permanece en el archivador o en un computador. Tenemos mucho trabajo por hacer para llegar a vivir el verdadero espíritu del Acto Legislativo de Educación para Individuos con Deficiencias en los Estados Unidos.

En el caso del resto del mundo,  los programas de educación individualizada son menos comunes. No obstante, muchos de esos colegios están liderando este enfoque con recursos de apoyo al aprendizaje y de alguna manera, han logrado estar por encima de los colegios públicos de Estados Unidos, porque no solo proveen una educación individualizada a los estudiantes diagnosticados con dificultades para el aprendizaje, sino que también lo hacen con los que presentan algún tipo de  falencia en relación con el currículum en general. Esta es la forma como la educación debería verse en todas partes.

¿Qué pasa cuando en el aula no se ve a los niños desde sus individualidades, sino como un grupo?

Cuando los estudiantes no son vistos como individuos  les negamos el derecho humano fundamental de educarse y aprender, teniendo en cuenta que cuando los vemos como un conjunto estamos brindando una educación que no funciona para  todos.

¿Qué paradigmas deben romper los educadores para apoyar más a sus estudiantes?

Los educadores  deben empezar a creer que   todos los estudiantes pueden aprender y que todos desde su individualidad pueden contribuir como ciudadanos al mundo. También que los estudiantes con diferencias de aprendizaje y aquellos que están enfrentando dificultades deben tener un lugar en nuestros colegios y clases, debido a que ellos también  pertenecen a nuestras comunidades. Tenemos que asumir el imperativo moral de incluir y educar a todos los estudiantes sin hacer excepciones.

¿Qué consejos le daría a los padres para apoyar a sus hijos en la formación académica, particularmente a los  que tienen niños con diferencias en su perfil de aprendizaje?

A los padres que tienen niños con diferencias de aprendizaje, les diría que ellos son los que mejor conocen a sus hijos. Que ellos son la constante en la vida de sus hijos. Por eso, deben asegurarse de que su voz sea escuchada y que se convierta en la fuerza impulsadora del programa de educación diferenciada  de su hijo.

Igualmente les recordaría que ellos tienen la capacidad de impactar enormemente el desarrollo de sus hijos. Deben pedirles a los profesores de sus hijos formas fáciles de realizar el trabajo del colegio en casa, teniendo en cuenta que el trabajo de ser padre es suficientemente duro, por lo tanto lo que hagan con sus hijos no debe parecerse al colegio ni a una terapia. Lo mejor es incorporar ideas fáciles a las cosas que ustedes ya hacen con sus hijos todos los días.

 ¿Cómo describiría el trabajo que usted realiza con los colegios de Tri-Association?

Con los colegios internacionales he estado diseñando cursos y ayudando al desarrollo de profesionales  que apoyen la capacidad de estas instituciones para incluir y enseñar exitosamente a sus estudiantes con diferencias de aprendizaje.

 He trabajado con cientos de educadores de Centro y Sur América durante los dos últimos años, con el generoso apoyo de la Tri-Association, para incrementar prácticas incluyentes en colegios internacionales.

 Y ¿qué les diría a los educadores de hoy en términos generales?

Ustedes tienen un arduo trabajo y una inmensa responsabilidad con las nuevas generaciones. Quiero que sepan que son valorados por lo que aportan a sus estudiantes cada día. Nunca dejen de aprender y perfeccionar su oficio.

Fuente: http://www.elpais.com.co/elpais/cali/noticias/debe-haber-talla-unica-educacion-lee-ann-jung

Imagen: www.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/2016/10/lee_ann_jung.jpg

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Guatemala: Organizaciones Civiles de AL y El Caribe se reúnen para abordar el reto de la permanencia escolar

Centroamérica/Guatemala/Octubre de 2016/Fuente: Newsinamerica

La Red Latinoamericana de Organizaciones de la Sociedad Civil por la Educación (REDUCA), realizó del 10 al 12 de octubre el VI Encuentro de REDUCA para discutir los factores que contribuyen a la exclusión educativa e identificar posibles acciones para prevenir y disminuir la deserción escolar.

La permanencia escolar es un tema importante a promover en todos los países de América Latina, ya que aún persiste la desigualdad en el acceso a la educación, la deserción y la repitencia, factores que agravan la desigualdad y la vulnerabilidad social. Más de la mitad de quienes estudian en primaria no alcanzan los conocimientos mínimos para su nivel escolar, el 18% de los Latinoamericanos entre 15 y 19 años no estudian ni trabajan y solo el 21% de los jóvenes del continente termina la secundaria.

Verónica Spross de Rivera, Directora Ejecutiva de Empresarios por la Educación, organización guatemalteca anfitriona del evento, comentó “Este esfuerzo busca discutir las acciones que se deben tomar para promover y garantizar un sistema educativo inclusivo, que sea capaz de generar las condiciones para mantener en la escuela a todos los niños y niñas, como también de entregarles un proceso educativo pertinente, de calidad, que forme personas con competencias para su vida”.

Además, la deserción escolar implica consecuencias graves para los niños y jóvenes. De acuerdo con un estudio de CEPAL, aquellos estudiantes que dejan la escuela tienen más probabilidades de caer en drogadicción, alcoholismo y delincuencia. Este estudio muestra una fuerte correlación entre el nivel educativo alcanzado y los salarios que se obtienen del mercado laboral, ya que en aquellos países de la región en donde se ha logrado una alta cobertura en educación secundaria, dejar la escuela dos años antes trae una pérdida de ingreso de hasta el 30%.

De acuerdo con Gabriel Biguria, Presidente de Empresarios por la Educación, “la permanencia escolar es un reto importante para Guatemala ya que actualmente se estima que alrededor de 800,000 jóvenes se encuentran fuera del sistema escolar y muchos de ellos tampoco tienen oportunidades de trabajo.”

Durante el encuentro se llevó a cabo un seminario internacional sobre “Los desafíos de retención y permanencia escolar en América Latina” con la participación de expertos como Axel Rivas de CIPECC y Javier Luque del BID, autoridades educativas guatemaltecas y argentinas, representantes de organismos internacionales como la UNESCO y representantes de México, Argentina, República Dominicana y Brasil, entre otros de los 14 países que conforman la red. Finalmente, se conformaron mesas de trabajo para abordar la exclusión escolar desde el punto de vista pedagógico, las acciones y medidas que se toman actualmente para prevenirla y el rol de los docentes para mejorar la permanencia de los estudiantes en la escuela hasta concluir su educación secundaria, contando con las competencias, habilidades y destrezas básicas para la vida.

La Red Latinoamericana de Organizaciones de la Sociedad Civil por la Educación (REDUCA) está compuesta por organizaciones provenientes de catorce países latinoamericanos, las que trabajan por un objetivo común: garantizar a todos los niños, niñas y jóvenes de la región el derecho a una educación pública inclusiva, equitativa y de calidad. La red se enfoca en incidir en las políticas educativas en cada uno de los países, exigiendo a las autoridades y promoviendo la participación de la sociedad civil para impulsar mejoras en los sistemas educativos de América Latina.

Dentro de la red participan organizaciones civiles de México, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Panamá, República Dominicana, Colombia, Ecuador, Perú, Brasil, Chile, Paraguay y Argentina.

Fuente: http://newsinamerica.com/pdcc/organizaciones-civiles-de-al-y-el-caribe-se-reunen-para-abordar-el-reto-de-la-permanencia-escolar/

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«Educar en tiempos revueltos es ir contracorriente», afirma el educador Santos Guerra

11 de octubre de 2016/Fuente: la capital

«Vivimos inmersos en la cultura neoliberal que contradice los presupuestos educativos», opina Miguel Angel Santos Guerra.

Vimos inmersos en la cultura neoliberal que contradice casi todos los presupuestos de la educación». Con esa imagen el pedagogo español Miguel Angel Santos Guerra tienta a pensar qué significa hoy «Educar en tiempos revueltos». Santos Guerra es doctor en educación y catedrático de la Universidad de Málaga, un reconocido referente en el mundo de los debates pedagógicos.

Mientras las escuelas promueven los valores de la solidaridad y el compromiso, desde otros ámbitos ocurre todo lo contrario. «Individualismo, competitividad, obsesión por la eficacia, relativismo moral, privatización de bienes y servicios, olvido de los desfavorecidos, hipertrofia de la imagen, imperio de las leyes del mercado, redificación del conocimiento son presupuestos que contradicen los postulados básicos de la educación. Porque la educación consiste en el desarrollo de la solidaridad, la compasión, el respeto a la dignidad humana, la atención a los procesos, la preocupación por los valores», propone pensar sobre qué demanda enseñar en esta realidad.

Opina que los maestros y las maestras «tienen competidores importantes que, por la vía de la seducción, ofrecen a los alumnos modelos que la educación trata de contrarrestar por la vía de la argumentación»: «Nosotros —continúa— les proponemos ser ciudadanos trabajadores, cumplidores de sus deberes, respetuosos con los demás, solidarios y comprometidos, pero ellos quieren ser como Lionel Messi, que llega a la cumbre de la fama cargado de millones».

«Educar en estos tiempos —profundiza — significa ir contracorriente. Y es más difícil ir contracorriente que dejarse llevar por ella. Ahora bien: solo a los peces muertos los arrastra la corriente. Me decía una docente argentina que me había oído plantear esta idea «Profesor, hay muchos peces que bajan muertos y dificultan todavía más el avance». Le respondí que eso nos obliga a remontar con más dificultad, en zigzag, pero no nos obliga a dejarnos arrastrar».

A esa caracterización de los tiempos revueltos, suma la tarea pendiente: «La educación exige la crítica de lo que hay en la sociedad porque no todo es bueno en ella y el compromiso con lo que es bueno. La educación no se puede confundir tampoco con el adoctrinamiento porque este no respeta la libertad del educando. Y todo valor que se impone por la fuerza deja de ser un valor».

Por la Argentina

Santos Guerra ha visitado en varias oportunidades por igual las ciudades como las pequeñas comunidades de la Argentina, de alguna manera lo autoriza a considerar que «la cultura institucional de las escuelas argentinas tiene también unas peculiaridades que hacen compleja la tarea del docente: muchos alumnos y alumnas en el aula, muchas horas de trabajo, medios insuficientes, escasos salarios… Tiempos revueltos, en suma».

Doctor en educación, catedrático de la Universidad de Málaga (España) y autor de numerosos libros de su disciplina, Santos Guerra participará del Congreso Nacional de Educación «La formación y el desarrollo profesional: desafíos, innovaciones y propuestas», que se realizará en el salón Metropolitano de Rosario y organizan Homo Sapiens Ediciones, Sapiens Agenda de Eventos con el auspicio del Ministerio de Educación de Santa Fe. Son también disertantes Perla Zelmanovich, María Beatriz Greco, María José Borsani, Norberto Boggino, Enrique Barés, Andrea Travaini, Silvia Morelli, Marcela Ferraro y Carolina Monje.

El encuentro convoca a debatir al magisterio y estudiantes de los profesorados. Cuenta con reconocimiento ministerial

—¿Qué problemas definen estos tiempos que llama revueltos?

—Vivimos en tiempos revueltos. Hay muchas cosas que cambian con celeridad, muchas ideas que se ponen en cuestión, muchas costumbres que se transforman a una velocidad asombrosa. Lo que hasta ayer era bueno, hoy ha dejado de serlo. Todo se hace presente en pocos segundos. Sabemos al instante lo que pasa en el otro extremo del mundo. Tenemos un conocimiento de la realidad que antes era impensable. Ahora bien, mucha información está adulterada por intereses políticos, religiosos, económicos, publicitarios. Los medios de comunicación, especialmente la televisión, nos ofrecen una mezcla curiosa y compleja de realidad y ficción. Si encendemos el televisor y vemos unas imágenes de disparos, no sabemos de inmediato si se trata de una película o de un atentado. El conocimiento no está solo en la escuela, está en muchas partes.

Más que transmitir hace falta ofrecer criterios para encontrar el conocimiento y, sobre todo, para saber cuándo se trata de conocimiento riguroso o conocimiento adulterado. Los niños y jóvenes de hoy están inmersos en la cultura digital, navegan con facilidad y rapidez y se comunican a una velocidad vertiginosa. Los conflictos y escándalos se nos ofrecen en la sobremesa con una frialdad y contundencia espectacular: atrocidades sin límites como la violencia terrorista, asesinatos, secuestros. No podemos digerir tanto en tan poco tiempo. La corrupción política es hoy una lacra insoportable; porque, en una democracia, la corrupción es doblemente dañina. Aquellos en quienes el pueblo deposita su confianza son quienes lo desprecian, roban y engañan. Si los grandes triunfadores del sistema educativo, que son quienes gobiernan los pueblos, no están muy preocupados porque desaparezca del mundo la desigualdad, la injusticia, el hambre, la opresión y la guerra sino que ellos mismos están instalados en la corrupción, ¿por qué hablamos de éxito del sistema educativo? Las desigualdades aumentan en el mundo. Los ricos son cada vez más ricos y los pobres más pobres. No todo es maldad y podredumbre. Hay también en la realidad muchos motivos de esperanza: ahí están las ONGs repartiendo generosidad de forma gratuita, el feminismo que está causando una revolución en las relaciones de género, el ecologismo que quiere salvar el planeta, los pacifistas que se oponen a cualquier signo de violencia.

—¿En esta realidad, qué desafíos tienen entonces por delante los educadores?

—Los educadores tenemos una tarea de enorme dificultad. Porque no se trata de que los alumnos piensen como nosotros sino de que piensen por ellos mismos. Tenemos que ayudarles a convertirse en aprendices autónomos y entusiastas, es decir, despertar el deseo de saber y de ser mejores. Lo que nos dicen es: «Ayúdame a hacerlo solo». La tarea educativa es tan difícil como importante. Por eso hacen falta para desarrollarla las personas más valiosas y más capacitadas del país; por eso es necesario mejorar su formación inicial y permanente. Es preciso dignificar la profesión docente. Seleccionar a los mejores y formarlos de una manera adecuada para realizar esta tarea tan compleja y decisiva. Una vez en la profesión, el docente debe seguir formándose porque no se hace uno maestro o maestra de una vez para siempre.

—¿Y a la escuela qué papel le toca?

—La escuela ha de ser hoy «El Arca de Noé». Así he titulado un libro publicado en México: «El Arca de Noé. La escuela salva del diluvio». La historia de la humanidad es una larga carrera entre la educación y la catástrofe. La escuela es el lugar privilegiado de la educación. Porque en ella hay un proyecto educativo institucional, profesionales especializados, tiempos organizados para el aprendizaje, medios específicos, dirección pedagógica, comunidad cooperadora. He de añadir, sin embargo, que la escuela no es el único espacio que alberga procesos educativos. La familia es un escenario fundamental en el que la educación se desarrolla. Sin la familia, es imposible. Y no solo la familia. También los medios de comunicación, las organizaciones, las instancias políticas tienen que contribuir a la educación. Hace falta un pueblo entero para educar a un niño, a una niña. Nadie está excluido de este compromiso, de este reto, de este gran desafío. A través de la educación podemos mejorar a las personas y a las sociedades. En las escuelas tenemos que educar hoy no a los mejores del mundo sino a los mejores para el mundo. Es decir, personas capaces de construir una sociedad mejor.

Sobre las dimensiones críticas y éticas de la tarea de educar

Para entender cómo hacerle frente a estos tiempos que define revueltos y complejos, el pedagogo Miguel Angel Santos Guerra distingue a la educación como un proceso diferente a la mera instrucción. «Si el conocimiento que se adquiere en las escuelas y las universidades sirviera para dominar, engañar y explotar al prójimo, más nos valdría cerrarlas. La educación tiene dos pilares fundamentales: la dimensión crítica que nos hace conocer y entender el mundo, las causas y los efectos, el porqué de las cosas y la dimensión ética que hace que nos comprometamos con la vivencia de valores», dimensiona sobre los fines y valores que debe perseguir la educación.

También recuerda que las tecnologías de la información y de la comunicación inciden de manera clara en las formas de relacionarnos, de enfrentar la vida de todos los días. «Vivimos inmersos en la cultura digital» dice para recordar que eso no pasa sin consecuencias para las personas, sino que cambian la manera en que se accede y distribuye el conocimiento, y también la forma de ser, donde aparecen nuevas exigencias, otras formas de relaciones: «Ha cambiado, en definitiva, nuestra forma de ser y de estar en el mundo. Ahora es más compleja y está plagada de incertidumbres».

Fuente: http://www.lacapital.com.ar/educar-tiempos-revueltos-es-ir-contracorriente-afirma-el-educador-santos-guerra-n1249593.html

Imagen: static.lacapital.com.ar/adjuntos/203/imagenes/018/372/0018372290.jpg

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Olga Cossettini: «Es importante pensarnos, porque si no nos piensan»

Por Marcela Isaias /La Capital.com

«Olga Cossettini es una más de las tantas maestras y maestros de las que deberíamos estar orgullosos en la Patria Grande, en Latinoamérica. Es importante recuperar su palabra y su experiencia. Pensarnos, porque si no nos piensan». Es lo primero que dice la educadora Amanda Paccotti para invitar a participar de las V Jornadas Latinoamericanas Cossettini. Se realizan en Rosario el viernes y sábado de la semana que viene, habrá paneles, talleres y un cierre cargado de emoción: será con una mateada en la que fue la casa de las hermanas Olga y Leticia Cossettini.

   Amanda Paccotti conoció como alumna la experiencia de la Escuela Serena, el proyecto pedagógico que lideraron las hermanas Olga y Leticia Cossetini entre 1935 y 1950. Hija única y mimada de una familia de ferroviarios llegó a la ciudad desde Río Cuarto. Sus padres no pudieron terminar la primaria, pero le dieron la mejor educación. Ya instalados en barrio Alberdi, los vecinos les contaron que «los chicos iban contentos a la Escuela Carrasco». Y allí fue Amanda.

    En 1950 cuando estaba en segundo grado (en tiempos que había primer grado inferior y primero superior) desplazan a Olga Cossettini de su cargo de directora. Recuerda que el director que la reemplazó no terminó con la experiencia innovadora de un día para otro, la dejó caer. «La experiencia agonizó. Así que en medio de tanta desgracia pude seguir unos años más gozando del laboratorio, de la mesa hexagonal, del patio de tierra…».

   Amanda Paccotti se recibió de maestra en la Normal 1. El primer trabajo en el oficio lo tuvo como reemplazante —durante dos años— en la Escuela Carrasco; mientras tanto estudiaba el profesorado en jardín de infantes. Siempre mantuvo una relación cercana con Olga y Leticia porque, además, eran sus vecinas.

   »Me di cuenta del valor de Olga el día de su muerte (23 de mayo de 1987), cuántas cosas que hoy hago porque las viví, las aprendí con ella. El día de su velatorio, que fue en su casa, Leticia nos muestra las cajas que Olga guardaba en su dormitorio con todo el material que hoy está en el Irice. Tenía tanta claridad, sabía lo que iba a pasar». El material al que refiere Amanda (registros, fotos, cuadernos, entre otros) es el que hoy conforma el Archivo Cossettini del Instituto Rosario de Investigaciones en Ciencias de la Educación (Irice).

   Hoy la educadora es una activa impulsora de la pedagogía de la Escuela Serena y de los proyectos que se inscriben en estos mismos principios, a través de la Red Cossettini. Desde hace cinco años esta Red promueve unas jornadas para poner en común prácticas de enseñanza diferentes. A ese encuentro están invitados docentes, estudiantes, investigadores y todos los interesados en aprender de la propuesta. Este año, las jornadas (abiertas y gratuitas) se realizan el viernes 14 y el sábado 15, las organizan la Red, el Instituto de Educación Superior Nº 28 Olga Cossettini y la Escuela Nº 69 Gabriel Carrasco.

   —¿Por qué es importante en este momento volver a mirar la experiencia Cossettini?

   —Olga Cossettini es una más de las tantas maestras y maestros de las que deberíamos estar orgullosos en la Patria Grande, en Latinoamérica. Es importante recuperar su palabra y su experiencia. Pensarnos porque sino nos piensan, por que sino estamos comprando todo lo que nos viene de afuera. Olga es un maestro Iglesias, un Jesualdo de Uruguay, una Olga Blinder de Paraguay, un maestro Encinas de Perú. Personas que pasan inadvertidas en los planes de estudio. Olga estudia a (María) Montessori, la toma como referencia, mira su entorno y la adapta a esa realidad. Tuvo la gran virtud de escribir, de pluralizar, es el gran regalo que nos hizo. Sus trabajos nos sirven como pilares para poder sostenernos. Hoy nos engolosina el producto estético, y ellas (Olga y Leticia) no buscaron eso, sino civilidad, formar ciudadanos que pudieran expresarse de distintas maneras, con distintos lenguajes. Leticia lo decía muy claro: «En nuestra escuela el arte estaba en el vivir cotidiano». Por supuesto que hoy las cosas son muy distintas, no desconocemos el trabajo de las maestras en las villas, en los lugares más difíciles. Pero tenemos que recuperar el orgullo y el respeto por el oficio.

   —¿Se trata entonces de recuperar, conocer el trabajo innovador que hoy hacen muchas maestras?

. —Ahí está la importancia de la Red Cossettini. Hay gente que nos escribe porque se siente muy sola o porque el sistema las absorbió. Sienten un poco de temor, un poco de rechazo hasta por sus propios compañeros. Quieren hacer algo distinto y no siempre pueden.

—¿En qué ponen el acento estas jornadas latinoamericanas?

   —Estamos intentando recuperar el famoso Clea (Consejo Latinoamericano de Educación por el Arte), para eso viene la chilena Patricia Raquiman. Llega otra joven uruguaya, María Cecilia Canale, muy batalladora, que trabaja creativamente con la luz y el color; también un brasileño, Sidney Peterson Ferreira de Lima, que está haciendo una investigación con la Universidad de San Pablo (sobre líneas de educación por el arte). Estará Maricha Heisecke, una educadora paraguaya y sus muñecos de Alicia en el País de las Maravillas; además de otra educadora de Paraguay que llega con muñecos hechos en caña y papel pero con sus manifiestos. Y ahí está el secreto: no sólo son bonitos, sino que tienen sus manifiestos sociales. Una propuesta que de paso invita a dejarse de embromar con tanta fotocopia en la escuela. Pero además están las estudiantes del Instituto Cossettini con muchas propuestas. Y un panel muy fuerte con Elisa Welti y Marcela Pelanda. Son muchas experiencias y educadoras bien interesantes que estarán presentes. Las jornadas cierran el sábado a las tres de la tarde en la que fuera la casa de las Cossettini, que hoy alquilan los Amigos del Paraná (una entidad civil). Queremos hacer visible ese patrimonio, que aparezca algún mecenas, que la Provincia o la Municipalidad la compren. El cierre no será nada formal, nos juntaremos a tomar mates y haremos como un gran recreo, que sea un Hasta luego!

—¿Qué más representan estas jornadas?

   —Para mí, la importancia de encontrarnos. Nadie quiere ni copiar ni quedarse en el elogio de lo pasó, sino reconocernos en ese pasado, que es plural. Tenemos la suerte de tener una Olga aquí, pero ha habido muchas Olgas, lamentablemente ignoradas… Amanda Arias, Angela Peralta Pino… valiosas, que se la han jugado. Tenemos que apuntar a recuperar sentir el orgullo de nuestro oficio. Es importante el salario, pero también hay que exigir otras cosas: nadie puede trabajar con más de 30 chicos en el aula ni manejar una escuela de mil cien alumnos, así las escuelas terminan siendo cárceles u hospitales. Tampoco puede haber excusas para trabajar con las nuevas tecnologías en el aula o usar, las escuelas que los tienen, los laboratorios de ciencias. También hace falta una autocrítica.

Fuente: http://www.lacapital.com.ar/es-importante-pensarnos-porque-si-no-nos-piensan-n1258353.html

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Leonor y las cartas de amor a los alumnos

Por Ortelio González Martínez

Camina lentamente porque jamás quisiera llegar al final. Habla con la misma pasión con que enseña a sus alumnos. La voz tenue, muy baja, como si susurrara al oído las lecciones aprendidas en más de cinco décadas de enseñanza.

Y ocurrió lo que todos sospechaban en su natal Ciro Redondo: Leonor Somonte Fernández entró viva en la leyenda de los maestros de excelencia: alfabetizadora, hija ilustre del municipio, recibió la llave de la ciudad, premio anual del Ministerio de Educación, medalla Jesús Menéndez, Joya de la Pedagogía, Premio a la Virtud, la réplica del machete de Simón Reyes, que se entrega en la provincia a personalidades destacadas, con relevante trayectoria en la vida laboral y social… Mucho se podría decir de esta maestra.

Su historia comenzó en época temprana cuando con poco más de 20 años impartió las primeras clases a los barbudos que llegaron al cuartel del poblado de Ciro Redondo.

Fue cuando confirmó que los esfuerzos no tienen límites, como siempre le repetía Isabel, la mujer que la trajo al mundo hace 80 años.
Maestra de varias generaciones. En la misma ESBU Felipe Poey, de la cual fue su primera directora, estuvo de pie, frente a sus alumnos de octavo grado, hasta hace dos cursos. Allí Ramón me habló de la maestra:

Ella me educó; también a mi esposa Lilia y a mi hijo Yuri, que es médico y ha cumplido varias misiones internacionalistas.

Ramón, ex-alumno

La vida no le ha cambiado los gustos a Leonor. Como siempre, después de concluir sus labores en la cocina, ve el noticiero y algún programa que le guste. Y cuando era maestra, o mejor dicho, cuando estaba frente al aula, comenzaba la labor creativa, bien tarde en la noche. A veces la sorprendía la madrugada mientras escribía algún poema, un cuento o planificaba la clase del próximo día, como lo haría la maestra más joven.

Y le viene una anécdota:

Una vez, en un acto, un funcionario del Ministerio de Educación me dijo: ‘Leonor, ¡todavía dando clases!’. Y le respondí: Todavía, y ahora soy Profesora General Integral.
Hay que moverse con el tiempo, a tono con las transformaciones de la enseñanza, afirma.

Leonor Somonte Fernández, educadora

No es difícil oírla hablar de Martí en la clase de matemática, porque…

…esa ciencia es poesía. No olvides que el apóstol dijo: El lenguaje ha de ser matemático, geométrico, escultórico. Martí ayuda y  convence.

Leonor Somonte Fernández, educadora

Y sabe por qué lo dice:

Yo tuve un alumno rebelde, muy difícil. Hijo de matrimonio disfuncional. Se lo iban a llevar para una escuela de conducta. Yo dije: este no me lo llevan.
Comencé a trabajar con él. Por las noches yo le escribía cartas de cariño, de amor de madre. Le hablaba de Martí y de todas las cosas lindas que hizo para los niños. Me daba cuenta que las leía. Ese joven, siguió estudiando y tiene todas las cartas guardadas. Cuando me enfermé, él fue el primero en venir a verme. A cada rato me da vueltas. A veces me mira y se le aguan los ojos.

Leonor Somonte Fernández, educadora

Con sus años y su energía inimaginable, iba a casa de los alumnos con periodicidad.

Intercambiaba con ellos y con los padres en un medio que no es la escuela, en confianza. Hablábamos de todos y la familia agradece.

Leonor Somonte Fernández, educadora

Recuerdo un día que la visité en su aula y dijo:

¡Qué se pongan de pie las joyas!

Leonor Somonte Fernández, educadora

Varios alumnos se levantaron de las sillas.

Ellos son los mejores y se sienten orgullosos, pero saben que ese orgullo deben llevarlo por dentro, con humildad y modestia, y es fruto del sacrificio.

Leonor Somonte Fernández, educadora

En realidad yo sabía que la palabra MAESTRO —así, en mayúsculas— está hecha para ella. La lleva muy adentro, en la parte izquierda del pecho, por eso duerme tranquila, aunque ya no le escriba cartas de amor a los alumnos.”

Fuente: http://www.tvavila.icrt.cu/k2-ar/item/733-leonor-y-las-cartas-de-amor-a-los-alumnos.html

Imagen: www.tvavila.icrt.cu/images/ImagenesArticulos/PERSONALIDADES/Leonor-Somonte-Pedagoga.JPG

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El docente Mike Thiruman cuenta cómo construyó Singapur uno de los sistemas educativos más exitosos

22 de septiembre de 2016/Fuente: el tiempo

En cinco décadas apenas, Singapur pasó de ser una de las naciones más pobres y subdesarrolladas del planeta a una próspera, industrializada y moderna, cuyo exitoso modelo educativo es, sin exagerar, la envidia de todo el mundo.
Desde hace años, sus estudiantes brillan en los primeros puestos de las pruebas internacionales de educación más exigentes, como las Pisa, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde), en las que Colombia y los países latinoamericanos que hacen parte del organismo siguen mostrando pobres resultados.

Precisamente, a la decisión de ese país de apostarle, desde su independencia, en 1965, todo su futuro a la educación de la población, se debe a que hoy sea considerada una nación de avanzada y con bajos niveles de corrupción. No es gratuito que países como Colombia se interesen en su experiencia y busquen reproducirla de algún modo.

Para hablar del modelo educativo de su país, Mike Thiruman, psicólogo y presidente del Sindicato de Maestros de Singapur, vino recientemente a Colombia, donde participó en el Tercer Congreso para Directivos de Santillana.
Este hombre, de 47 años y que empezó su vida profesional como maestro de primaria, fue invitado por el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, a formar parte del Grupo Técnico Asesor de la Iniciativa Global de Educación.

¿Cómo describiría el proceso que transformó la educación en Singapur en una de las mejores del mundo?

Pasamos por cuatro fases: una primera, de supervivencia; la segunda fue de eficiencia; la tercera, de formación de habilidades; y ahora estamos en la cuarta: los estudiantes y la educación en valores, incluido el desarrollo del talento de los estudiantes.

¿A qué se refiere con supervivencia?

Cuando logramos nuestra independencia, nos enfocamos en sobrevivir; no tenemos ningún recurso natural importante, y somos una población diversa y multilingüe. Fue una etapa difícil, que se prolongó hasta 1978; en ese periodo nacionalizamos el sistema educativo, y aunque el inglés no es nuestra lengua nativa, decidimos que sería el idioma de instrucción para los estudiantes. También construimos un currículo nacional, enfocado en ciencias y matemáticas. En 1978 hicimos una revisión del sistema educativo, con miras a lograr que los jóvenes permanecieran en la escuela.

¿Tuvieron problemas de deserción?

En esa primera etapa del país la economía estaba saliendo a flote, lo cual abrió muchas plazas de trabajo; no pocos estudiantes decidieron salir de los colegios para vincularse a las empresas, y eso en el largo plazo no era bueno para Singapur, pues no tenían las habilidades necesarias. Buscamos que cada niño estuviera enrolado en el sistema educativo al menos diez años, para que pudiera adquirir competencias básicas en comunicación y numéricas, esenciales para cualquiera trabajo. En 1994 volvimos a analizar el sistema; ya nos habíamos consolidado como nación, ahora podíamos tomar el riesgo de ser un poco más creativos. Seguimos enfocados en habilidades comunicativas y matemáticas, pero nos propusimos promover el desarrollo de la habilidad, del talento, de cada estudiante. Eso nos tomó hasta el 2006, más o menos…

¿Qué vino luego?

Nos dimos cuenta de que el mundo estaba cambiando con la tecnología, la globalización, y el mundo se volvía cada vez más pequeño. Nos planteamos cómo preparar a los estudiantes para competir en un mundo con esas condiciones, y coincidimos en que requerían una serie de habilidades para sobrevivir y ser exitosos en la vida, como las comunicativas, la creatividad, el pensamiento crítico, la curiosidad, la adaptabilidad. Eso es mucho más complicado de enseñar que un contenido; toma mucho tiempo desarrollar estas habilidades.

¿Qué papel cumplieron los profesores en todo ese proceso?

Sin importar qué tan bueno es el sistema educativo o qué tan avanzada es la tecnología, lo importante para todos nosotros siguen siendo las personas. Nos aseguramos de reclutar para nuestro equipo a personas muy competentes como docentes. El secreto del éxito de la educación de Singapur son los maestros. Punto.

¿Qué tipo de estudiantes, de ciudadanos, está formando Singapur?

La idea es que tras 12 años de colegio cada estudiante se convierta en una persona que contribuya activamente a la sociedad, en un ser humano confiable, autónomo y un ciudadano preocupado. Un contribuyente activo piensa en los demás, comparte lo que tiene, siempre.

¿Y qué buscan en los docentes de Singapur?

Para nosotros, los maestros son como un diamante, piedras preciosas con ciertas características importantes: en el centro está la ética en la educación y alrededor, la capacidad de hacer aprendizaje colaborativo, de transformar y transformarse, de ser un líder y un gestor de la sociedad y un profesional competente. Estas son las características de nuestros profesores. Si consideramos que son una gema, los valoramos, los cuidamos y estamos pendientes de que brillen en todo momento.

¿Qué clase de docentes necesita un país como Colombia para transformar la educación?

Necesita a los mejores. En Singapur sufrimos un poco el tema de los docentes cuando la economía estaba ya bien, pues el sector privado pagaba más que el público, y los buenos profesores emigraban para allá; la calidad en el sector oficial bajaba y los sueldos de sus maestros, también. Había que romper ese círculo. El reto de que las personas mejor preparadas sean maestros no es solo nuestro, es mundial. Ante eso teníamos que ser sensibles políticamente hablando, y aunque eso es difícil económicamente, les subimos los salarios a los docentes. Al tiempo, construimos un currículo para que los profesores que no estuvieran en el nivel alto que queríamos pudieran desarrollarlo en las aulas, en un estándar esperado.

El incremento salarial fue para todos, incluidos los maestros que no estaban en un buen nivel…

Sí. A esos docentes en particular, el Ministerio de Educación les dio mucho apoyo en materia de capacitación y entrenamiento, mientras íbamos reclutando a las mejores personas. El salario se les subió a todos, porque no podía haber disparidades si prestaban el mismo servicio. Tomó cuatro o cinco años, más o menos, hasta que cambió también la mentalidad de las personas que hacían parte de ese sistema. Luego, los padres también entraron en esa onda de que si el docente es bueno, invierto, pago. Y solamente eso se produce por el éxito que se evidencia en puntos de referencia internacionales, como las pruebas Pisa.

¿Los papás pagan? ¿Es pública, privada o mixta la educación en su país?

Desde el primer grado hasta el 12, todos los colegios son públicos y financiados por el Estado, y tanto los profesores como los directivos docentes son seleccionados por el Gobierno. Los padres de familia sí pagan un aporte, solo porque queremos que sientan que se les da valor a lo que están recibiendo. Muchas veces, cuando las cosas son completamente gratuitas, la gente no les da el debido valor.

¿Cómo lograr que las prácticas de aula sean atractivas y motivadoras y no aburran a los estudiantes?

Eso no solo pasa solo en Colombia, también es un fenómeno global. Mientras los espacios de trabajo se han transformado y adecuado a los cambios del mundo, los salones de clase siguen siendo los mismos. En general, los profesores no sabemos qué hay afuera; y si eso pasa, pues sigo haciendo lo mismo todo el tiempo. Tiende a pensarse que si tengo un trabajo que funciona, ¿por qué cambiar? Hay que entender que si el mundo se ha transformado, tenemos que cambiar el modo en que enseñamos, el cómo.

¿Qué sugiere a los docentes?

Partir del hecho de que quien más debe trabajar en el aula no es el profesor, sino el estudiante; su función no es acaparar todo el conocimiento y dárselo digerido al alumno. A los niños hay que enseñarles a resolver problemas de manera creativa, distinto a como lo hacen las demás personas. Hay que motivar eso en la clase recurriendo a imágenes, fotos, tecnología, contarles algo y pedirles que lo interpreten…

¿Qué características debería buscar Colombia en aquellos que aspiran a convertir en docentes?

Dos cosas: pasión por los estudiantes y por enseñarles y valorar al ser humano, y pasión por la asignatura, por la disciplina que imparte. Eso debe sentirse para proyectarse. Ese par de cosas no se pueden enseñar. Se tienen o no se tienen.

¿Cómo motivar a miles de profesores que ya hacen parte del sistema educativo pero carecen de esas características?

Colombia ya está revisando currículos, textos y estándares de aprendizaje. Lo primero que hay que hacer es establecer esos estándares. Si tengo que llegar allá, algunos pueden ir corriendo y otros, no; hay que ayudarlos en ese proceso con recursos digitales, guías para profesores, textos, y enseñarles a enseñar con creatividad cada asignatura. Hacerlo tan sencillo que cualquier maestro pueda incorporarlo a su práctica de aula. Cuando el docente ve que va siendo exitoso, se motiva, confía en lo que es capaz de hacer. Hay que asegurarse de que hagan un entrenamiento exitoso.

¿Cree que Colombia va por buen camino?

En la última década, el acceso a la educación ha aumentado de manera significativa en Colombia, y eso es muy bueno; ahora hay que mejorar la calidad de ese acceso, y en eso trabaja el Ministerio de Educación, en materia de textos, currículos, estándares, evaluación continua y entrenamiento docente. Esa es la forma de avanzar. Una vez que se hayan establecido los estándares, es más fácil seguir en este proceso de mejoramiento. Colectivamente, todos los colombianos deben enfocarse en esa meta; sé que hay interés de la sociedad. La idea está. Es un buen punto de partida. Definitivamente, debe ser la prioridad. La economía, la cultura, la unidad de los ciudadanos dependen de la educación.

¿Algún mensaje para los maestros colombianos?

La educación es buscar la verdad, es un concepto socrático. Así es como los profesores debemos vernos. Tengo que sentir que soy un maestro, y no por cuánto me paguen o por las condiciones que me rodeen, sino por quién soy yo. Entender que la docencia está en mi ADN, que mi trabajo no es transmitir conocimientos sino abrir la mente de los niños y los jóvenes y moldear estos destinos que estoy formando en el aula. Si nos concebimos a nosotros mismos como docentes que somos, no necesitamos más arandelas para motivarnos. Eso lo ve la gente, eso lo respeta la gente.

SONIA PERILLA SANTAMARÍA
Subeditora VIDA

Fuente: http://www.eltiempo.com/estilo-de-vida/educacion/entrevista-con-mike-thiruman-presidente-del-sindicato-de-maestros-de-singapur/16706184

Imagen: www.eltiempo.com/contenido/estilo-de-vida/educacion/IMAGEN/IMAGEN-16706331-2.jpg

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Educación: lenguaje, odio y paz

Por: Ángel Pérez Martínez

En tiempos de paz reclamo del sector educativo repensar el uso y la importancia del lenguaje. Los docentes son ejemplo en el uso del lenguaje frente a la comunidad educativa, pero de manera especial frente a los más de 12 millones de niños y jóvenes que van a diario a las instituciones escolares.

No hay duda que ya es ganancia para este país que la paz sea un hecho social y político de magnitudes inimaginables. A pesar de vivir más de 60 años en guerra, a la mayoría de los habitantes de las grandes ciudades la guerra nunca los tocó. Luego, para el desarrollo de la democracia y el futuro del país es un éxito lograr que los colombianos se interesaran por la paz y que hoy estemos ad portas de un plebiscito en el cual tendremos la oportunidad de expresar el apoyo o no a los acuerdos, y sin duda, también a la paz.

Sin embargo, este gran hecho social y político nos desnuda como sociedad, en la discusión de la paz ha primado la guerra, la confrontación y el odio en sectores educados y dirigentes, basta con observar el lenguaje en redes sociales como Facebook o twitter para sorprenderse de la beligerancia verbal y las frases ofensivas de odio o amenaza, se llega hasta el maltrato al otro en la defensa o no del proceso de paz.

El profesor Abel Rodríguez, exsecretario de Educación de Bogotá, en reciente foro sobre la paz y la educación, expresó su preocupación sobre como el sector educativo en las escuelas y en las aulas reproduce este lenguaje de la guerra, el del ojo por ojo, el del diente por diente, el de la confrontación y la violencia verbal que proviene de las familias o de los entornos violentos, con los cuales conviven parte de los estudiantes y que exacerban algunos medios de comunicación: palabras como desertar, combatir, frentear, exterminar, aniquilar, mortandad académica y frases asociadas a irrespeto, grosería, odio y ofensas asociadas a descalificar al otro o ridiculizarlo por torpe o bruto (lo menos que se dice)  llegaron a la escuela y se quedaron.

Sin embargo, si los acuerdos de la Habana son un punto de partida para alcanzar una paz duradera y estable requerimos con urgencia lograr que la escuela establezca acciones educativas donde prime una cultura de la paz y la convivencia a partir de establecer Proyectos Educativos Institucionales, PEI, centrados en estos bienes superiores de la vida humana. En el PEI se debe reflejar la intención del uso del lenguaje como parte de una cultura formadora en paz y como eje ordenador de los diálogos y las expresiones entre maestros y estudiantes (de manera especial entre estos últimos) producto de una inteligencia razonada, y ojalá de sensibilidad humana, mediante la cual se escucha y se comunica en la escuela. Insisto, una de las pocas instituciones capaz de cambiar imaginarios colectivos es la educación.

La paz es un hecho social, la cual aceptamos de manera razonada en nuestra Constitución como un bien supremo, donde el uso del lenguaje es fundamental para su garantía y supremacía.  Rafael Echeverría en su libro Ontología del Lenguaje sostiene que el lenguaje nos constituye, en la medida que “el lenguaje nace de la interacción social entre los seres humanos y que todo fenómeno social es siempre un fenómeno lingüístico. El lenguaje no sólo nos permite hablar «sobre» las cosas: el lenguaje hace que sucedan cosas. Este postulado abandona la noción que reduce el lenguaje a un papel pasivo o descriptivo”. Lo anterior significa que el uso del Lenguaje puede ayudar a generar una cultura y una forma de ver y entender la paz, también una particular forma de ser, no desde la confrontación o la guerra, sino desde el respeto por el otro, por lo que piensa y dice (aceptación del otro como un ser diferente de mí), con la posibilidad de responder, pero sin agresión (Humberto Maturana llama a esto amor), en parte esta será una mejor paz.

Una sociedad donde la paz sea posible debe formar y ser ejemplo en un lenguaje que destaque las virtudes humanas (juicios e ideales que aseguran mejor paz y convivencia), o como sostiene la propuesta de la Red de Educadores por la Paz: “educar para potenciar los valores del diálogo, lo cual significa educar para la mediación; educar para la comprensión y el manejo positivo de los conflictos; educar para el desarrollo del espíritu crítico y; educar para el ejercicio de la responsabilidad individual y social (autolimitación). Por lo anterior, en un escenario de paz estable y duradera la educación tendrá enormes responsabilidades, no será fácil cambiar la actitud guerrera de nuestra sociedad.

Un buen ejemplo de virtud humana es la frase del músico carranguero Jorge Velosa: “Lo poco que cuesta un tiple y lo bonito que suena, lo mucho que cuesta un rifle y lo feroz que truena”

Fuente: http://www.dinero.com/opinion/columnistas/articulo/educacion-lenguaje-odio-y-paz-por-angel-perez/231536

Fuente de la imagen: http://contraluzcucuta.co/articulos/opinion-es-necesaria-una-educacion-para-la-paz/

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