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Colombia: Colegios de Bogotá no saldrán a vacaciones adelantadas por el Gobierno Nacional

América del Sur/Colombia/31-03-2020/Autor(a) y Fuente: www.publimetro.co

Las vacaciones adelantadas que se decretaron a los colegios nacionales no se aplicarán en Bogotá.

Según la Secretaría de Educación, los colegios distritales mantendrán su calendario mediante teletrabajo. «El periodo académico comprendido entre el 16 de marzo y el 19 de abril será desarrollado bajo la estrategia ‘Aprende en Casa’, la cual será guiada, monitoreada y evaluada en forma permanente por los docentes y directivos de las Instituciones Educativas Distritales (IED)”, afirma un documento de la entidad.

Además de esta situación, el trabajo en casa seguirá siendo monitoreado por los docentes y directivos. «Se realizarán seguimientos por comunicaciones telefónicas, correo electrónico o por otros medios, a cada uno de los estudiantes (…) con el fin de indagar sobre su proceso en casa, su estado emocional, salud y entorno que signifique alertas importantes para el ajuste del acompañamiento pedagógico», continúa el documento.

El Ministerio de Educación anunció las vacaciones adelantadas para los estudiantes de colegios públicos desde este lunes hasta el 19 de abril. Los colegios privados podrán adaptar sus calendarios a estas vacaciones, o garantizar que se realicen las mismas de manera no presencial.

Fuente e Imagen: https://www.publimetro.co/co/noticias/2020/03/30/colegios-bogota-no-saldran-vacaciones-adelantadas-gobierno-nacional.html

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Coronavirus: el perfecto desastre para el capitalismo del desastre

Por: Leonardo Boff 

La pandemia actual del coronavirus representa una oportunidad única para que repensemos nuestro modo de habitar la Casa Común, la forma cómo producimos, consumimos y nos relacionamos con la naturaleza.

Ha llegado la hora de cuestionar las virtudes del orden capitalista: la acumulación ilimitada, la competición, el individualismo, el consumismo, el despilfarro, la indiferencia frente a la miseria de millones de personas, la reducción del Estado y la exaltación del lema de Wallstreet: “greed is good” (la avaricia es buena). Todo esto se ha puesto en jaque ahora. Aquel ya no puede continuar.

Lo que nos podrá salvar ahora no son las empresas privadas sino el Estado con sus políticas sanitarias generales, atacado siempre por el sistema del mercado “libre”, y serán las virtudes del nuevo paradigma, defendidas por muchos y por mí, el cuidado, la solidaridad social, la corresponsabilidad y la compasión.

El primero en ver la urgencia de este cambio ha sido el presidente francés, neoliberal y proveniente del mundo de las finanzas, E. Macron. Lo dijo bien claro: “Queridos compatriotas, “Mañana tendremos tiempo de sacar lecciones del momento que atravesamos, cuestionar el modelo de desarrollo que nuestro mundo escogió hace décadas y que muestra sus fallos a la luz del día, cuestionar las debilidades de nuestras democracias. Lo que revela esta pandemia es que la salud gratuita, sin condiciones de ingresos, de historia personal o de profesión, y nuestro Estado de Bienestar Social no son costes o cargas sino bienes preciosos, unos beneficios indispensables cuando el destino llama a la puerta. Lo que esta pandemia revela es que existen bienes y servicios que deben quedar fuera de las leyes del mercado”.

Aquí se muestra la plena conciencia de que una economía sólo de mercado, que mercantiliza todo, y su expresión política, el neoliberalismo, son maléficas para la sociedad y para el futuro de la vida.

Todavía más contundente fue la periodista Naomi Klein, una de las más perspicaces críticas del sistema-mundo, que sirve de título a este artículo: “El coronavirus es el perfecto desastre para el capitalismo del desastre”.

Esta pandemia ha producido el colapso del mercado de valores (bolsas), el corazón de este sistema especulativo, individualista y anti-vida, como lo llama el Papa Francisco. Este sistema viola la ley más universal del cosmos, de la naturaleza y del ser humano: la interdependencia de todos con todos; que no existe ningún ser, mucho menos nosotros los humanos, como una isla desconectada de todo lo demás. Más aún: no reconoce que somos parte de la naturaleza y que la Tierra no nos pertenece para explotarla a nuestro antojo; nosotros pertenecemos a la Tierra.

En la visión de los mejores cosmólogos y astronautas que ven la unidad de la Tierra y la humanidad, somos esa parte de la Tierra que siente, piensa, ama, cuida y venera. Sobreexplotando la naturaleza y la Tierra como se está haciendo en todo el mundo, nos perjudicamos a nosotros mismos y nos exponemos a las reacciones e incluso a los castigos que ella nos imponga. Es madre generosa, pero puede rebelarse y enviarnos un virus devastador.

Sostengo la tesis de que esta pandemia no puede combatirse solo con medios económicos y sanitarios, siempre indispensables. Exige otra relación con la naturaleza y la Tierra. Si después que la crisis haya pasado no hacemos los cambios necesarios, la próxima vez podrá ser la última, ya que nos convertiremos en enemigos acérrimos de la Tierra. Y puede que ella ya no nos quiera aquí.

El informe del profesor Neil Ferguson del Imperial College de Londres declaró: “este es el virus más peligroso desde la gripe H1N1 de 1918. Si no hay respuesta, podría haber 3.2 millones de muertes en los Estados Unidos y 510,000 en el Reino Unido”. Bastó esta declaración para que Trump y Johnson cambiasen inmediatamente sus posiciones. Mientras, en Brasil al Presidente no le importa, lo trata como “histeria” y en las palabras de un periodista alemán de Deutsche Welle: “Actúa criminalmente. Brasil está dirigido por un psicópata y el país haría bien en eliminarlo tan pronto como sea posible. Habría muchas razones para ello”. Es lo que el Parlamento y la Suprema Corte por amor al pueblo, deberían hacer sin demora.

No basta la hiperinformación ni los llamamientos por todos los medios de comunicación. No nos mueven al cambio de comportamiento exigido. Tenemos que despertar la razón sensible y cordial. Superar la indiferencia y sentir con el corazón el dolor de los otros. Nadie está inmune al virus. Ricos y pobres tenemos que ser solidarios unos con otros, cuidarnos personalmente y cuidar de los otros y asumir una responsabilidad colectiva. No hay un puerto de salvación. O nos sentimos humanos, co-iguales en la misma Casa Común o nos hundiremos todos.

Las mujeres, como nunca antes en la historia, tienen una misión especial: ellas saben de la vida y del cuidado necesario. Ellas pueden ayudarnos a despertar nuestra sensibilidad hacia los otros y hacia nosotros mismos. Ellas junto con los trabajadores de la salud (cuerpo médico y de enfermería) merecen nuestro apoyo sin límites. Cuidar a quien nos cuida para minimizar los males de este terrible asalto a la vida humana.

Fuente: https://acento.com.do/2020/opinion/8798786-coronavirus-el-perfecto-desastre-para-el-capitalismo-del-desastre/

Imagen: Ria Sopala en Pixabay

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Los científicos se unen ante otra epidemia: la desinformación

Por: Sofía García-Bullé

La unión y transparencia de la comunidad científica ante una crisis como el coronavirus es crucial para frenar el avance de la epidemia.

Las cifras del coronavirus (COVID-19) siguen en aumento desde su aparición en diciembre del año pasado. A la fecha, ha cobrado más de 2,126 víctimas mortales, el número de infectados asciende a 75,700 personas, de las cuales 74,576 son chinos.

Los científicos y profesionales de la medicina en China enfrentan un reto enorme para contener la epidemia y evitar que se siga propagando a otras regiones del mundo. En artículos anteriores hablamos sobre el origen del virus COVID-19 y la importancia de ser crítico con la información que circula durante una crisis de salud mundial.

Desde programas y protocolos especiales para atacar el progreso de la enfermedad, hasta la dedicación de profesionales médicos y científicos que no dejaron de trabajar ni siquiera después de contagiarse, China está luchando a todo vapor contra el avance del coronavirus, pero tiene otro enemigo: la saturación de contenidos y la desinformación.

Un despliegue nacional excepcional 

El esfuerzo para controlar el brote epidémico conforma una estrategia coordinada por el Ministerio de Ciencia y Tecnología chino (MOST por sus siglas en inglés). El ministerio lanzó un programa llamado “Lidiando con la epidemia del COVID-19”, que incluye cuatro bloques de 20 programas de emergencia hasta la fecha. Además de los proyectos específicamente creados para contener la epidemia, también se están reevaluando dos de los mayores proyectos científicos y tecnológicos de China, como los titulados “Creación de importantes e innovadoras medicinas” y “Prevención y tratamiento de contagios severos”.  Varios descubrimientos consecuentes de la aplicación de estos programas ya se están aplicando en el país para detener el avance del COVID-19.

Además, el despliegue de esfuerzos también se reflejó en el tema de infraestructura. China logró construir dos hospitales en tan solo 10 días. Ambos edificios prefabricados proveerán de 2,600 camas, 30 unidades de cuidados intensivos (en tan solo uno de los dos hospitales temporales) y demás recursos para tratar pacientes ambulatorios.

Solidaridad académica

Alrededor del mundo, miembros de diversas comunidades científicas se han pronunciado en apoyo al trabajo, dificultades, descubrimientos y resultados de la comunidad científica china ante esta crisis de salud. Decenas de científicos y académicos utilizaron la plataforma del diario británico The Lancet para escribir una declaración en apoyo a las personas que están tratando directamente con el epicentro del brote en China.

“Firmamos esta declaración en solidaridad con todos los científicos y profesionales de la salud en China, que continúan salvando vidas y protegiendo la salud global durante el desafío de la epidemia COVID-19. Estamos en esto juntos con nuestros homólogos chinos en el frente de esta nueva amenaza viral”.

La agrupación que firma la declaración menciona cómo la comunidad científica, especialmente la china, ha trabajado rápida y efectivamente para identificar el patógeno detrás de la epidemia. Además de aplicar medidas certeras para reducir su impacto y compartir la información y resultados con el resto del mundo.

Cerrando filas ante rumores

El objetivo de esta declaración no era solamente destacar el trabajo de los profesionales de la ciencia y la salud ante la epidemia, sino mostrar un frente común contra la desinformación y los rumores que presumen que el COVID-19 tuvo un origen fabricado.

Los académicos que respaldan la declaración en el Lancet se pronuncian terminantemente contra la diseminación de datos no comprobables que no vengan directamente de la comunidad científica. “Científicos de múltiples países han publicado y analizado genomas del agente causativo, síndrome respiratorio severo agudo coronavirus 2 (SARS-CoV-2), y todos concluyen por unanimidad que el coronavirus se originó en la naturaleza, como muchos otros patógenos emergentes”.

A la postura de los científicos participantes de esta declaración se suma una carta de los presidentes de las Academias de Ciencia, Ingeniería y Medicina de Estados Unidos, escrita a principios de febrero y avalada por todas las comunidades científicas que representa. Esto como parte de los esfuerzos de comunicación nacional estadounidense.

Las cifras y datos sobre el coronavirus, su avance y las medidas para contenerlo, están actualizados al 20 de febrero del 2020, para información más reciente en días posteriores, se recomienda revisar las fuentes incluidas y referenciadas en este texto.

Para combatir la desinformación y la distribución de datos falsos, el diario científico The Lancet, pone a disposición del público un repositorio de recursos con información certera sobre el desarrollo y estudios del COVID-19. También invita a otros académicos, investigadores y científicos a compartir estos recursos, así como firmar su declaración de transparencia y apoyo a la comunidad científica que trabaja para contener la epidemia.

Fuente: https://observatorio.tec.mx/edu-news/cientificos-desinformacion-coronavirus

Imagen: Gerd Altmann en Pixabay

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El “Chronos” y la Pandemia

Por: Alberto Croce

Como siempre hice, quiero compartir con ustedes, mis amigxs, algunas perspectivas que vamos pensando en el proceso de estos días diferentes y a la vez tan fuertes, que estamos viviendo todxs.

La inmensa mayoría, dentro de las propias casas. Casas tan diferentes como historias y realidades se viven en cada una de ellas. Casas con comodidades y casas atiborradas, casas que protegen y casas que amenazan, casas cálidas y casas que hielan los huesos… Y “no casas”.

Otro grupo de personas, más pequeño en número,  saliendo a cubrir tareas indispensables y valiosas para el resto, muchxs exponiéndose a riesgos que son desconocidos en su magnitud y extensión.

De pronto es como que estamos viviendo en realidades o dimensiones paralelas.

En mi casa: silencio, re-encuentro conmigo mismo, con tiempos de paz y también de angustia, de serenidad y de miedo… de conexión espiritual y de despojo… situación que se repite cuando me asomo a la ventana…

Por otro lado, al prender la televisión o la radio, aparece el mundo atrapado por el coronavirus. Cada canal es un torrente de información sobre el avance de la pandemia, lxs muertos, los médicos que no saben cómo frenar esto, las predicciones calamitosas, el crash económico global…

Y el tercer plano que a mí se me presenta es el de las redes sociales. Allí aparece otro mundo. Un mundo militante, de amigxs, familiares, compañerxs… que comparten allí sus sentimientos, alegrías, temores, perspectivas conspirativas, dimensiones espirituales y religiosas, recetas saludables, mensajes de todo tipo y reuniones virtuales de las más diversas…

Les confieso que me resulta difícil articular esos tres planos dentro de mi propio “cronos”. Por momento me cuesta reconocer cuál de ellos es el real de veras… Porque ninguno de ellos lo es del todo y ninguno es completamente falso.

Cada uno de esos planos tiene, a su vez, una dinámica interior diferente, un ritmo propio, que no se ajusta con los otros dos. Eso hace que por momentos no sepa ni qué hora es, ni qué día es, ni qué es lo próximo que debería o convendría hacer…

Al mismo tiempo, tengo la sensación de que, desde una mirada un poco más amplia y menos personal, estamos pasando a otra etapa de este proceso que vivimos.

A la primera la llamaría “la emergencia”.  De pronto, y muy rápido, hubo una toma de conciencia en los diferentes países de que estábamos ante una situación desconocida y peligrosa y que había que actuar rápidamente para que el daño que se venía fuera el menor posible, aún sabiendo que iban a ser inevitables dolores significativos.  Asumir esta etapa no fue sincrónica en todos los países. Algunos reaccionaron más rápidamente, otros con más recursos, otros con mejores decisiones. Pero, pasados algunos días de aceleración de los procesos, el planeta entero fue llamándonos a quedarnos en nuestras casas, no complicar el trabajo de los cuerpos de salud, y organizar la reacción a la pandemia con diferentes estrategias de políticas sanitarias.  Hoy, con “toques de queda”, aislamientos obligatorios, policías y ejércitos en las calles…

A este “momento” llegamos, más o menos, casi todos los habitantes del planeta en pocas semanas.

Pero resulta que parecería que estamos introduciéndonos en una nueva etapa del proceso. Ya no la de la “emergencia” sino algo que puede prolongarse en el tiempo y que requiere de ajustar muchas de las decisiones que se han ido tomando.

La llamaré por el momento, la etapa de “crisis sostenida”.  Personalmente tengo la sensación de que, con mucha suerte, al menos en Argentina, no será posible interrumpir esta cuarentena antes de mediados o fines del próximo mayo. Con lo cual, deberíamos prepararnos, al menos, para dos meses para vivir en una situación de aislamiento preventivo más o menos parecida a la que hoy vivimos.  La diferencia es que ya no alcanzarán las decisiones que se tomaron “para la emergencia”, y habrá que tomar otras bastante más estructurales… En distintos campos, áreas y situaciones. Las respuestas a la etapa de “emergencia” resultarán muy insuficientes para esta nueva etapa. Etapa que es tan desconocida o más que la evolución de este virus que nos tiene jaqueados a todxs.

Creo que cada unx de nosotrxs debería pensar con la mayor calma posible, en medio de las tensiones que estamos viviendo, en qué estrategias deberíamos asumir para esta nueva etapa del proceso. Y considerarlo para los diferentes aspectos de la vida de cada unx de nosotrxs. Pienso como aspectos a nuestras familias, nuestra salud, nuestro trabajo, nuestros amigos, nuestra comunidad de referencia, nuestros proyectos personales, nuestros sueños…

Cada uno de nosotros deberíamos reflexionar -y sentir- acerca de qué sería necesario hacer para prepararnos para esta nueva etapa.

En particular quienes tienen responsabilidades políticas y sociales, deben pensarlo con mucha atención. No es lo mismo, por ejemplo, reaccionar a la emergencia educativa para una suspensión de 15 días de clases presenciales… que enfrentarse incluso a un período mucho más extenso en donde estas clases estén interrumpidas por un largo plazo. Todo se hace muy diferente y nos exige de una manera inimaginable respuestas para las que nunca nos habíamos preparado.

Por otra parte, en esta nueva etapa del proceso, si bien la salud sigue siendo el valor fundamental que está en juego, todxs somos más o menos conscientes de que lo que está crujiendo es el mismo sistema económico y social tal como lo conocemos. Y creo que ningunx -NINGUNX- tiene total conocimiento de qué es lo que tenemos por delante al respecto.

Nuestro mejor horizonte es mirar lo que empieza a suceder en esa ciudad en donde comenzó todo este drama, Wuhan, deseando que ese sea el futuro que se nos presente a todos los países. Tenemos cierta memoria histórica de otros episodios similares en donde pestes y epidemias terminaron “pasando” luego de dejarnos las huellas dolorosas de miles de fallecidos. Pero… pasaron.

También deseamos con fruición que los científicos encuentren vacuna o tratamiento para poder enfrentar este virus invisible a los ojos pero que, esencialmente, nos ahoga y nos deja sin aire.

Sea como fuere, mi intención al compartir estas líneas es llamarnos a reflexionar y prepararnos para esta nueva etapa que tenemos por delante y a la que estamos entrando. Curiosamente, no la podemos pensar solos, pero no podemos juntarnos para pensarla. No saldremos aislados, pero tenemos que organizarnos usando herramientas virtuales, que afortunadamente tenemos disponibles.

Por último, mucha gente, en todo el mundo, está sintiendo muy fuertemente que ya nada podrá volver a ser igual que antes… no sé cuánto hay de constatación o cuánto de deseo en esta afirmación. Sea como sea, algo le está diciendo a la conciencia universal que nos estábamos confundiendo demasiado de camino y que estábamos yendo en una dirección totalmente equivocada.

Me siento demasiado pequeño para poder visualizar esa perspectiva con algo de claridad. La capacidad del capitalismo y del poder de recrearse, reorganizarse y reatacar… es sumamente fuerte.

Pero este virus que nos deja sin aire y nos mata sin sentido, y quizás es solo el anticipo de una atmósfera contaminada y un egoísmo global, al que miles de militantes de todo el mundo y de todas las causas están diciéndonos, gritándonos, clamando… que debemos cambiar sin demoras.

Hoy me pregunto, más que nunca, ¿Será que Otro Mundo es Posible?

Fuente e Imagen: https://albertocesarcroce.wordpress.com/2020/03/28/el-chronos-y-la-pandemia/

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Opinión: Frente al Coronavirus, educarnos

Por: Andrés García Barrios

Educarnos tanto personalmente como socialmente, y de manera rápida, es el reto que nos toca ahora.

Como toda crisis de salud, la pandemia del coronavirus (COVID-19) nos pone de frente a los temas cruciales de la vida, entre ellos el de la educación. En este caso, se trata de una educación o re-educación personal y colectiva que nos permita enfrentar juntos un evento de la naturaleza para el que estamos escasamente formados e informados. Educarnos tanto personalmente como socialmente, y de manera rápida, es el reto que nos toca ahora.

Para hablar de ello elegiré a dos autores cuyos puntos de vista confluyen en el tema. Primero me permitiré retomar la perspectiva del psicoanalista Erick Fromm de la que hablé hace unas semanas en este mismo espacio. Trata en torno a cuatro elementos que él considera los fundamentos del amor, y que yo me permito adaptar al tema ―sin duda amoroso― de educar. Quiero añadir también la perspectiva del filósofo español Fernando Savater, que también ha reflexionado acerca de la relación entre el amor y la educación, y cuyo pensamiento adquiere su máxima dimensión justamente en momentos de crisis sociales como la actual.

Savater funda su teoría de los valores éticos en lo que él llama amor propio, dejando claro que el cuidado de los demás es la forma más eficaz de quererse a uno mismo. Nos recuerda que todos dependemos de todos, y estamos entreverados en una red de relaciones tan estrecha, que cuidar el bien del prójimo recae en última instancia en nuestro propio beneficio. La educación, ocupada en guiar al otro en la búsqueda de su bienestar, se vuelve siempre en nuestro propio bien. En un momento como el actual, en que esa red de relaciones se estrecha tanto ―al grado de que lavarnos las manos puede evitar que alguien enferme gravemente―, el círculo virtuoso que el español plantea se vuelve evidente.

Hoy más que nunca, debemos ser educados con los demás; para explicar lo que quiero decir, voy a retomar los cuatro componentes del amor que Fromm describe: cuidado, conocimiento, responsabilidad y respeto.

Que el cuidado es necesario, salta a la vista: finalmente, de lo que se trata es de cuidarnos a nosotros y a los demás (lo cual, savaterianamente, resulta lo mismo); es decir, ejecutar los actos necesarios para evitar la enfermedad, y si la adquirimos, o alguien a nuestro alrededor la adquiere, hacer lo necesario para curar y para no contagiar a otros.

Lo anterior se complica cuando pensamos en el segundo componente de la educación: el conocimiento. ¿Cuáles son las mejores prácticas para lograr esos objetivos? Conocerlas no es fácil; lo que llamamos “conocimiento” da una sensación de certidumbre pero en realidad es algo sumamente inexacto. Podemos entrar en filosofías sobre los límites últimos del conocer, pero por el momento no es necesario: basta con echar un ojo a nuestras prácticas e instrumentos cotidianos de adquisición y transmisión de información para darnos cuenta de lo limitados que estamos. Ahora más que nunca surgen “grandes expertos” en todos los campos del “conocimiento”, que recomiendan esto o lo otro, y que nos convencen según sea la tendencia de nuestro pensamiento: confiar en la ciencia nos hará seguir sus recomendaciones; otra postura nos llevará a creer en la voluntad de un poder superior; adherirnos a la teoría del complot nos hará permanecer indiferentes a las medidas de salud, etc. Estos criterios personales se toparán, además, con una inmensa variedad de medios de información llenos de contradicciones entre sí, y con muchas imprecisiones, casi todos pregonando que dicen la verdad. ¿Cuál es la página de internet más confiable, el periodista más objetivo o nuestro amigo o familiar mejor informado?

En la crisis actual, la elección del conocimiento que seguiremos para cuidarnos, implica una gran responsabilidad, no sólo ―como hemos visto― sobre nuestra propia salud sino también sobre la de los demás. Esa responsabilidad se duplica cuando, colocándonos en la posición de quien enseña, exponemos nuestra forma de pensar como conocimiento confiable. En este caso, la responsabilidad se convierte en ―como dice el psicoanalista alemán― “responder por el otro”, lo cual, hablando de coronavirus, es serio, porque puede tratarse de responder por la vida del otro.

Es aquí, creo ―en este dar a conocer nuestra forma de pensar sobre las mejores prácticas de cuidado―, donde cabe el cuarto elemento del que Fromm habla: el respeto. Éste, según él, es el reconocimiento de que la otra persona es distinta a mí y que debo asumir siempre su libertad de ejercer el propio criterio. En momentos en que la acción colectiva es imprescindible, el respeto es la base para que la comunicación fluya entre la gente. Para enseñar algo a alguien ―sean nuestros hijos, alumnos o conciudadanos― no hay mejor punto de partida que el respeto, cuya dimensión esencial es no intentar imponerse sobre el otro.

Aquí, quisiera destacar cierto matiz que se esconde debajo del intento de dominar lo que otro piensa. Quizás a algún lector le parezca frívolo dar importancia al siguiente asunto, y sin embargo me atrevo a sugerir que estemos atentos a él, por si alguna razón me asiste. Me refiero a la gratificación que muchos sentimos cuando conseguimos impresionar a alguien con lo que sabemos. Gratificación trivial, quizás, pero para algunos tan importante que puede llevarnos a propagar la más infundada e incluso escandalosa información sin haberla analizado y confirmado de manera seria. Después de todo, es más fácil impactar a alguien con nuestras ideas por lo que le ofrecen a la imaginación que por lo que aportan al razonamiento lógico. Las redes sociales, transporte ideal para cualquier material en crudo, son el mejor aliado en esto.

Todo lo contrario ocurrirá si atendemos al cuidado, el conocimiento, la responsabilidad y el respeto, entendidos como amarnos y educarnos unos a otros frente a la crisis. Esta actitud hará que nuestras decisiones no se conformen con un primer vistazo al propio criterio o al criterio ajeno, ni con propagar información que no hemos revisado con seriedad.

Yo mismo, ahora, asumiendo mi papel de educador (que en la crisis actual, como digo, todos desempeñaremos inevitablemente), daré mi punto de vista. Primero: ya que hablé de quienes creen en un poder superior, puedo decir ―siguiendo a Fromm, para quien razón y espiritualidad son un continuo― que toda adquisición de conocimiento sobre los cuidados frente al COVID-19, hecha de manera responsable y transmitida respetuosamente, conllevará necesariamente una trascendental esperanza.

Segundo: convengo que en materia de salud me adhiero al conocimiento científico; si no fuera suficiente con la confianza que le tengo a su método por sobre otras formas de conocimiento en este tipo de temas, bastaría con un argumento lógico: dado que es gracias a la ciencia que todos nos hemos enterado del coronavirus, que hablamos de él y estamos atentos a su evolución, y que es sólo por la confianza que le tenemos al conocimiento científico que aceptamos cuidarnos de no adquirir la enfermedad ni propagarla, sólo por eso sugiero que sigamos guiándonos por lo que la ciencia descubra y recomiende, y actuemos de principio a fin sobre sus bases, difundiéndolas entre todos aquellos que quieran escucharnos.

Acorde con esto, y para despejar el punto de cuál sea la información “científica” más confiable que hay en este momento, comento que en entrevista con el Dr. Julio Frenk ―ex Secretario de salud de México y actual Rector de la Universidad de Miami―, me ha explicado que “la fuente más autorizada es la página de Internet de la OMS, donde la información está disponible en español. Otro recurso fundamental es la página de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, que también ofrece información en español.”

Me uno a la recomendación del Dr. Frenk porque conozco sus frommianas y savaterianas cualidades como científico y maestro.

Fuente: https://observatorio.tec.mx/edu-news/coronavirus-educacion-opinion
Imagen: Pete Linforth en Pixabay
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Nueva Zelanda despenaliza el aborto

Oceanía/Nueva Zelanda/22-03-2020/Autor y Fuente: www.dw.com

Con esta nueva ley, las mujeres podrán obtener «más rápidamente consejo y tratamiento», según el gobierno.

El parlamento de Nueva Zelanda aprobó este miércoles (18.03.2020) una ley que despenaliza el aborto, que hasta ahora se podía castigar, en este país de reputación progresista, con una pena de hasta 14 años de cárcel.

Una ley aprobada en 1961 estableció que la interrupción voluntaria de un embarazo era un delito que podía llevar a la cárcel.

Aunque esa ley nunca se aplicó, el ministro de Justicia, Andrew Little, consideró que era necesario cambiarla.

«De ahora en adelante, los abortos serán considerados como una cuestión médica», explicó el ministro en un comunicado.

«Con la ley precedente, las mujeres que deseaban abortar debían superar numerosos obstáculos», recordó el ministro.

Con esta nueva ley, las mujeres podrán obtener «más rápidamente consejo y tratamiento», agregó. La nueva ley fue aprobada por 68 votos contra 51.

ct (afp, ap)

Fuente e Imagen: https://www.dw.com/es/nueva-zelanda-despenaliza-el-aborto/a-52822972

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Alemania: Varios Länder alemanes cerrarán las escuelas y guarderías por el coronavirus

Europa/Alemania/15-03-2020/Autor(a) y Fuente: www.dw.com

La capital alemana también ha cerrado museos y teatro y pretende aplicar medidas de reducción del transporte público.

La ciudad estado de Berlín cerrará de manera escalonada colegios y guarderías a partir del próximo lunes para combatir la propagación del coronavirus en la capital alemana, informó este viernes (13.03.20202) el alcalde gobernador, Michael Müller. Berlín fue el tercer estado federado alemán en una decisión semejante después de que previamente lo anunciaran los de Baviera (sur) y el Sarre (suroeste). Más tarde se sumaron los norteños Bremen y Schleswig-Holstein.

El cierre se produce en el marco del refuerzo de las medidas contra la propagación del COVID-19 en la capital, que ya han incluido el cierre de museos y de teatros, la suspensión de los partidos de fútbol «amateur» y la cancelación del mediomaratón de Berlín. También se aplicarán medidas de reducción del transporte público de la capital, donde el jueves el número de casos confirmados de coronavirus subieron de 118 a 158.

En Alemania tanto la educación como la lucha contra las epidemias es potestad de los estados federados por lo que el Gobierno federal no puede determinar un cierre de colegios en todo el país. En una reunión de anoche de los 16 presidentes regionales con la canciller Angela Merkel no se llegó a un acuerdo para un cierre generalizado.

En la escena política alemana hay quienes consideran que la medida es problemática pues puede llevar a que personas que trabajan en el sector sanitario tengan que quedarse en casa para atender a sus hijos, lo que dificultaría la lucha contra la epidemia.

El primer ministro bávaro, Markus Söder, había anunciado antes de conocerse la decisión de su estado que, en caso de que se decidiera un cierre de colegios, se ofrecería una alternativa a los padres de hijos pequeños que tuvieran que ir a trabajar. Anoche, el ministerio de Educación de Baviera había anunciado que había 123 colegios que estaban ya cerrados debido a que profesores o estudiantes habían dado positivo por coronavirus.

eal (efe, spiegel.de, sueddeutsche.de)

Fuente e Imagen: https://www.dw.com/es/varios-l%C3%A4nder-alemanes-cerrar%C3%A1n-las-escuelas-y-guarder%C3%ADas-por-el-coronavirus/a-52751512

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