Cuba/01 diciembre 2016/Fuente: Ministerio del Poder Popular para la Educación
La Revolución Cubana que lideró el presidente Fidel Castro Ruz siempre tuvo la convicción de que la educación y la salud debían ser logros innegables, pues para 1959 había en la isla un millón de personas analfabetas, además de 600 mil niños cubanos en edad escolar no asistían a una institución educativa.
El sistema educativo en Cuba, se caracterizaba por la existencia de grandes desigualdades en el acceso a los recursos y oportunidades educativas, por lo que la educación de los sectores más pobres de la sociedad era casi nula.
Después del triunfo de la Revolución cubana el 1 de enero de 1959, uno de los principales problemas al que el nuevo gobierno revolucionario debía darle seguimiento era el analfabetismo. Es por ello que el 26 de septiembre de 1960, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz anunció ante la Asamblea General de las Naciones Unidas que Cuba “sería el primer país en América que no tendría ni un solo analfabeto”.
Esta meta se vio materializada al impulsar la Campaña Nacional de Alfabetización en Cuba, campaña de alcance nacional en la que el Gobierno cubano estuvo comprometido en reducir considerablemente el analfabetismo e incrementar el porcentaje de población escolarizada.
Cuba libre de analfabetismo gracias a la Revolución
La campaña comenzó a prepararse en 1960 y finalizó oficialmente el 22 de diciembre de 1961, cuando el Gobierno declaró a Cuba, en la Plaza de la Revolución José Martí, como Territorio Libre de Analfabetismo. Para el año 1958 el analfabetismo en Cuba tenía un porcentaje del 20 por ciento, pero con la Campaña Nacional de Alfabetización esta relación disminuyó considerablemente alcanzando un 3,9 por ciento en 1961, lo que originó la proclamación en Cuba del «Año de la Educación» y desde entonces ese día se celebra en el país el Día Nacional del Educador.
Los inicios de esta campaña nacional estuvo coordinado y controlado por una comisión especial cuya función fue la organización del trabajo pedagógico y la formación de los alfabetizadores, un censo realizado entre noviembre de 1960 y agosto de 1961 contabilizó que existían 985 mil analfabetos en Cuba.
Las tareas concretas de alfabetización, se fundamentaron en las provincias y los municipios, pues allí se concentraba la población más pobre de la región por lo que el Gobierno liderizado por Castro, construyó aproximadamente 10 mil aulas nuevas y se incrementaron los maestros de las zonas rurales.
El núcleo de la campaña se desarrolló principalmente a través de brigadas de voluntarios que se desplazaron por el país para realizar la labor de alfabetización. Estas brigadas usaban como material el manual “Alfabeticemos” y la cartilla “Venceremos”.
El manual estaba destinado a servir de guía al alfabetizador; y la cartilla era un cuaderno de trabajo, con ejercicios para ser realizados por el alumno y material fotográfico destinado a servir como apoyo a la clase. Estaba formado por 15 lecciones relativas a asuntos de carácter sociopolítico, impregnadas por los contenidos ideológicos de la Revolución Cubana.
Para el mes de enero del año 1961, se creó el Consejo Nacional de Cultura, actual Ministerio de Cultura de Cuba, al que se le encargó el desarrollo de una red de bibliotecas que facilitaran el acceso de la población a los libros por lo que para el año 1962, se creó la Editorial Nacional de Cuba.
En este sentido, el Gobierno Cubano promulgó la Ley de Nacionalización General de la enseñanza, que declaró que la enseñanza tenía carácter público y debía ser prestada por el Estado, como deber intransferible, era además un derecho que debía garantizarse a todos los cubanos, sin discriminación y con carácter gratuito.
De esta manera, Cuba se convirtió en el primer país de América Latina en erradicar el analfabetismo. Y al educar legiones de médicos, disminuyó de manera dramática los índices de desnutrición, mortalidad infantil y casi cualquier otra medición de salud pública.
Cuba ha llevado su sistema de alfabetización a países como Argentina, Venezuela, Ecuador, Bolivia y España (concretamente en Sevilla) con excelentes resultados que han sido reconocidos internacionalmente por organismos como la Unesco.
En Venezuela fue erradicado el analfabetismo con la ayuda de Cuba y continúa la lucha por una educación cada vez más inclusiva y de calidad.