Nicaragua/31 de Julio de 2017/La Prensa
El año promedio de escolaridad de la población equivale a decir que el nicaragüense “promedio” apenas logró aprobar el nivel educativo de “primaria”.
Los nicaragüenses destinan el 4.3 y 5.1 por ciento de su consumo anual per cápita para gastos en salud y educación, respectivamente, un nivel que se reduce aún más entre la población con los menores ingresos, según reveló el reporte de pobreza y desigualdad publicado por el Banco Central de Nicaragua en semanas recientes.
De los resultados de la Encuesta de Medición de Nivel de Vida 2016 se desprende que de los 32,356.12 córdobas, que fue el consumo promedio nacional del año pasado, 1,648.7 córdobas fueron destinados anualmente por un nicaragüense para gasto en educación y 1,391.9 para salud.
Consumo diaria
Los datos oficiales revelan que mientras más pobre es el nicaragüense el porcentaje que destina de su consumo diario para salud y educación es menor. Solo el 20 por ciento de la población con los ingresos más bajos apenas destina 3.41 por ciento de su consumo para gasto en salud y 4.74 por ciento en educación.
Al dividir la población en cinco subgrupos según sus ingresos, las cifras oficiales reflejan que los nicaragüenses que están en los segmentos medio son los que más gastan en educación, incluso más que los que están entre los nicas con más ingresos.
En un análisis publicado por el economista Adolfo Acevedo, quien cuestiona la falta de información oficial por parte del Ministerio de Educación de indicadores claves, señala que generalmente los alumnos que provienen de hogares de menores ingresos suelen abandonar a temprana edad las escuelas para dedicarse a trabajar.
De hecho según la encuesta de medición de pobreza 2015 que publicó la Fundación Internacional para el Desafío Económico Global (Fideg), en los últimos años el nivel educativo de los nicaragüenses no ha “experimentado mejoras importantes. Tal como en las mediciones anteriores, en promedio los nicaragüenses siguen teniendo menos de seis años de estudios aprobados, es decir que no alcanzan a terminar la educación primaria”.
Educación, clave contra la pobreza
La encuesta de Fideg reveló que en 2009 entre la población mayor a 10 años de edad el nivel educativo era de 5.9 años aprobados mientras que en el 2015 se había elevado a 6.2 años. “La educación es considerada la estructura básica en la que descansa el desarrollo de la sociedad y es un elemento trascendental para combatir la pobreza”, señaló en su reporte Fideg.
El año promedio de escolaridad de la población equivale a decir que el nicaragüense “promedio” apenas logró aprobar el nivel educativo de “primaria”, los cual es inferior a lo observado en el resto de los países centroamericanos”, indica el organismo no gubernamental.
El bajo gasto de los nicaragüenses tanto en educación como en salud está en línea con la reducida asignación en ambos segmentos que el Gobierno destina como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB).
Gastan más en comodidad
La Encuesta de Medición de Nivel de Vida 2016, publicada por autoridades del Gobierno, revela que los nicaragüenses gastan más en alimentación y vivienda, principalmente el segmento más pobre de la población.
Mientras el veinte por ciento de la población más pobre destina el 54.45 por ciento de su consumo para gastos en alimentos el otro veinte por ciento de la población con mayores ingresos apenas asigna el 32.5 por ciento para ese fin.
Fuente: http://www.laprensa.com.ni/2017/07/25/economia/2268800-nicas-destinan-mas-dinero-comida-educacion-salud