Por: Susana Velasco
Son las 9 de la mañana del 31 de agosto y una veintena de niños entra por la puerta de GarAJE, el local de la Asociación de Jóvenes Empresarios de Madrid, con una pequeña mochila y ojos brillantes de expectación. Aún no ha empezado el colegio pero dedicarán toda la semana, a razón de 5 horas al día, a aprender divirtiéndose. Sobre la mesa blanca ya están alineadas las cajas. En su interior, piezas de Lego de todos los tamaños y colores, sensores, conectores, motores… y todo tipo de accesorios para que los chavales, desde los 5 años, construyan sus propios robots y los programen para que sigan unas pautas y cumplan el objetivo marcado de antemano.
Hace ya 4 años que Jesús Ángel Bravo fundó Camp Tecnológico en Bilbao, un Proyecto Educativo cuyo objetivo de despertar el interés de los más jóvenes por la Ciencia, la Tecnología, la Ingeniería y las Matemáticas a través de la Tecnología Educativa. “Este tipo de formación no sólo es útil para aquellos niños que en el futuro deseen ser programadores o ingenieros sino que resulta muy eficaz para el aprendizaje de cualquier asignatura en el colegio y para que los niños aprendan a pensar, crear, buscar soluciones…”, explica Bravo.
De Bilbao se extendió a todas las capitales vascas y pronto se abrieron nuevas sedes en Santander, Mondragón, La Rioja y Tarragona. Y a lo largo del último año la formación en robótica y programación se puede encontrar también en ciudades como Santiago de Compostela, Huesca, Girona o Guadalajara. “Este verano hemos realizado 30 talleres simultáneos y más de 3.000 chicos y chicas se han estado formando con nosotros para ser futuros tecnológos”.
En el campamento que organiza Camp Tecnológico en Madrid, el grupo de 5 a 7 años sigue concentrado en sacar todo el partido posible al kit de construcción de Lego Wedo, con el que ya están aprendiendo conceptos básicos de robótica a la vez que se divierten. A lo largo de la semana construirán modelos de máquinas y animales (algunos establecidos y otros de propia creación), programarán acciones y comportamientos, medirán distancias en centímetros y velocidades en rotaciones, investigarán el funcionamiento de las máquinas…
Mientras, en la mesa de al lado, chavales de 8 a 13 años construyen helicópteros, vehículos con sensores discriminadores de color, máquinas expendedoras… Se trata del kit de Lego Mindstorms que incluye motores, una placa que hace las funciones de “cerebro” y sensores de luz, sonido, ultrasonido y tacto. Después, programan sus robots con un software sencillo, que les permite transmitir a los robots las pautas que éstos deben seguir como si se tratara de un puzzle.
“Los cursos de Camp Tecnológico siguen tres líneas: robotica electrónica, acercamiento al mundo de la programación con lenguajes gráficos tipo Scratch, Kodu y Tkinker con PCs y tablets; después dan el salto al código con Python y utilizan Minecraft como vehículo para diseñar mundos, plugins y mods. Por último, los más mayores aprenden Java o Python para crear y modificar código fuente”, explica Bravo.
Además de campamentos tecnológicos propiamente dichos, en Camp Tecnológico es posible que los chavales sigan aprendiendo y divirtiéndose durante el curso escolar en el denominado Club Tecnológico, un espacio donde reunirse y dar rienda suelta a su potencial. Pueden elegir entre el Club Robótica, el Club Code o el Club Minecraft. Además, la empresa también organiza actividades extraescolares tecnológicas en cualquier centro escolar. Y este año será el primero de la Escuela de Padres: “Muchas madres y padres nos están demandando cursos al ver lo que aprenden sus hijos y lo bien que se lo pasan. Por eso hemos decidido impartir talleres de tecnología y entornos digitales con el objetivo de minimizar la brecha de alfabetización digital y tecnológica entre los padres/madres y sus hijos/as”, añade.
Fuente: http://www.educaciontrespuntocero.com/formacion/robotica-y-programacion-con-camp-tecnologico/28888.html