Estados Unidos: Talento y esfuerzo: las niñas en la ciencia

Autor: Ruth Rodríguez/Observatorio

En 2013 Paloma Noyola saltó a la fama al ganar el primer lugar en la prueba ENLACE a nivel nacional. Su inteligencia fue comparada a la del fundador de Apple, por lo que la revista Wired publicó en su portada: “La nueva Steve Jobs”. En 2016 Olga Medranoapareció en las noticias del país al ser llamada Lady Matemáticas, al ganar la medalla de oro en la quinta edición de la Olimpiada Europea Femenil de Matemáticas. ¿Qué tienen en común estas dos niñas exitosas además de su dominio de las Matemáticas?

Por un lado, Paloma proviene de una clase económica social baja, acude a la escuela en una de las zonas más marginadas de Matamoros, Tamaulipas; por otro lado Olga, originaria de Zapopan, Jalisco, proviene de una clase socioeconómica media. Sin duda, las dos han enfrentado diferentes circunstancias y retos derivados de sus propios entornos sociales.

 

El papel de los profesores en las aulas es esencial para fomentar la curiosidad y el gusto por las matemáticas.

 

Después de analizar respuestas en entrevistas y documentales que ambas dieron en distintos medios de comunicación, encontré tres características que a mi parecer tienen en común:

1) El apoyo moral y económico de la familia, que pese a sus limitaciones, les han brindado para seguir sus estudios adelante.

2) El tesón y enfoque que Paloma y Olga demuestran tener cuando se preparan para una competencia de matemáticas, sin obviar el talento nato.

3) El hecho de que un profesor tuvo la capacidad de reconocer el talento de las alumnas, apoyarlas y sembrar en ellas la curiosidad y el gusto por esta materia para profundizar más en su conocimiento.

La pregunta importante es: ¿cómo podemos apoyar y motivar a nuestras niñas y jóvenes que practican esta disciplina, o cualquiera otra vinculada a la ciencia, para descubrir más alumnas como Paloma y Olga en los años por venir? Este es un tema crítico para lograr mayor participación de las niñas y las mujeres en áreas de Ciencia, Tecnología, Matemáticas e Ingeniería (STEM, por sus siglas en inglés).

Un estudio realizado en 14 países reveló que la probabilidad de que las estudiantes concluyan una licenciatura, maestría o doctorado en alguna materia relacionada con la ciencia es del 18%, 8% y 2%, respectivamente. Mientras que la probabilidad para los estudiantes masculinos es del 37%, 18% y 6%. Esta es la razón por la cual la Agenda 2030 de México para el Desarrollo Sostenible, incluye como tema fundamental el aspecto de equidad de género en la ciencia.

 

La inclusión de un mayor número de niñas en la ciencia desde edades tempranas será fundamental para el desarrollo de nuevas investigaciones y nuestro propio entendimiento de las ciencias y su potencial.

Lo anterior nos exige que las profesoras e investigadoras en estas disciplinas realicemos un esfuerzo importante en la búsqueda de apoyos de financiamiento para proyectos con esta causa y motivemos a las niñas desde edades tempranas a acercarse y conocer el significado de “hacer ciencia” y las maravillas que tiene esta profesión.

Programas internacionales como “1000 niñas, 1000 futuros”, organizado por la Academia de Ciencias de Nueva York, pretende fomentar que las jóvenes se involucren de manera temprana en esta área. He tenido la oportunidad de colaborar como mentora en este programa de una joven proveniente de una región cercana a Puebla, quien a través de este programa ha tenido la oportunidad de viajar a Nueva York y considerar estudiar una carrera en computación.

Este tipo de experiencias permite a las jóvenes tener otras oportunidades para su desarrollo profesional y aplicar su talento en áreas que han sido consideradas como “masculinas”. La inclusión de un mayor número de niñas en la ciencia desde edades tempranas será fundamental para el desarrollo de nuevas investigaciones y nuestro propio entendimiento de las ciencias y su potencial.

Fuente: https://observatorio.itesm.mx/edu-bits-blog/las-ninas-en-la-ciencia

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