Por estos días las administraciones municipales y departamentales enfrentan el reto de consolidar sus planes de desarrollo, pero en materia educativa no tendrán la oportunidad de contar con el apoyo del documento “Plan Sectorial de Educación Nacional” como ha sucedido durante la última década porque hasta la fecha el Ministerio de Educación no lo ha hado a conocer
Durante el estudio “Desafíos para un Plan Educativo Regional” liderado por el Instituto para la Investigación Educativa y el Desarrollo Pedagógico (IDEP) y con el apoyo de Región Central (RAPE) logramos documentar la importancia que tuvo el Plan Sectorial de Educación Nacional del periodo 2010-2014, en la definición y puesta en marcha de los principales planes y programas educativos implementados por las administraciones salientes.
El propósito del estudio fue contribuir en la definición de un plan educativo regional desde el enfoque de derechos y para ello, inicialmente se analizó el proceso de formulación de las políticas educativas en las 17 secretarías de la región central, es decir, las secretarias de educación certificadas que encontramos en los departamentos de Boyacá, Cundinamarca, Meta, Tolima y el Distrito Capital de Bogotá.
¿Qué encontramos al indagar por las percepciones que tiene la comunidad educativa sobre las políticas educativas? Que existe muy poca participación en los procesos de formulación de las políticas y casi ninguna cuando se trata de evaluarlas.
Ahora bien, es cierto que el principal insumo del plan de desarrollo son los planes de gobierno que registraron los candidatos durante sus campañas así como la normatividad vigente en materia de planeación, pero no nos digamos mentiras, en lo que concierne a las políticas educativas, puedo decir que el Plan Sectorial de Educación Nacional, junto con el Plan Decenal -que más que un documento es un proceso de movilización nacional- resulta ser el principal insumo para la formulación y precisión del alcance que tienen dichas políticas. Tanto así que ha inspirado para que diferentes secretarías de educación se hayan aventurado a proponer sus propios planes sectoriales. Y ni qué decir de los procesos de evaluación de políticas que apenas empezamos a realizar. Aún los evaluadores de política parecen bichos raros, ¿cómo harán entonces sin el plan sectorial?
Transcurridos estos primeros tres meses de las nuevas administraciones, tanto municipales como departamentales, me queda el gran interrogante del vacío técnico que pueda generar la ausencia del Plan Sectorial frente a las apuestas educativas a nivel territorial. Más aún con el poco desarrollo técnico que tuvo el documento “bases del plan nacional de desarrollo 2014-2018” en lo que respecta a las prioridades definidas por el Ministerio de Educación Nacional (MEN) para estos años.
Considero que los resultados de este tipo de investigaciones permiten evidenciar la importancia que tiene el Plan Sectorial de Educación Nacional para orientar las apuestas a nivel territorial y aprovechar al máximo los diferentes esfuerzos que ha realizado el MEN en otros programas, que no gozan de tanta visibilidad en los medios de comunicación, pero son apreciados por la comunidad educativa. Después de un año y medio ¿cuál es la ruta de navegación del Ministerio de Educación?