Por: Lev Moujahid Velázquez
En distintos sectores empresariales, políticos y educativos ronda la idea de que el recorte presupuestal anunciado para 2017 pone en riesgo la viabilidad de la Reforma Educativa; para algunos esto se ve con cierto desencanto del gobierno federal y para otros se observa con aire de júbilo porque podría ser una señal de tregua hacia los grupos opositores.
Ambas percepciones tienen sus matices, si ponemos en el centro del debate la relación que existe entre los objetivos para los que ésta fue creada y los rubros que serán afectados. Por principio de cuentas, no debemos perder de vista que se han señalado hasta la saciedad las formas de despojo al derecho laboral de las y los maestros a partir de la evaluación; así mismo, diversos mecanismos de privatización de la educación pública como los ejes centrales de la Reforma.
Al analizar los impactos que tendrá el recorte de 31 mil 600 millones de pesos a lo destinado para educación en 2017, equivalente a un 10.6% menos que este año, podemos observar que las afectaciones a ciertos programas tienden más a fortalecer los propósitos que se han denunciado de la Reforma que ha poner en entredicho el éxito de sus alcances.
Por el ejemplo, el Programa para el Fortalecimiento de la Reforma Educativa que se creó para acompañar con inversión en infraestructura física escolar es uno de los más afectados, con un recorte de 72.8%. Era de esperarse que sólo se trataba de un gancho con una jugosa carnada para atraer adeptos, pero que duraría mientras los ingenuos mordieran el anzuelo.
Menos recursos públicos en infraestructura da sentido y funcionalidad a los consejos de participación social para hacer llegar a las escuelas dinero producto del esfuerzo organizativo de los padres de familia. La autonomía de gestión que se anunció como parte esencial de esta reforma, se completa aquí en la medida en que la comunidad escolar es capaz de renunciar a la garantía constitucional de la gratuidad educativa.
Disminuir recursos en este rubro fortalece el programa de Escuelas al CIEN, que no sufrió mayores alteraciones presupuestales, ya que los certificados de infraestructura son el mecanismo estelar para privatizar la educación, porque reciben dinero por medio de endeudamiento público; a través de ellos la oligarquía financiera, que vive de la especulación monetaria, obtiene intereses cuantiosos por concepto de préstamos y la garantía de recibirlos durante 25 años.
Inicialmente se planteó que al programa para la Inclusión digital, cuyo monto en 2016 ascendió a mil 641 millones de pesos, desaparecería en su totalidad para el próximo año; sin embargo, la reciente visita de Ángel Gurría, Secretario General de la OCDE, puso en cintura al gobierno mexicano, de suerte que la drástica decisión tendrá que cambiar, toda vez que la SEP ofreció a la multinacional que los acompañaran en la compra y adquisición de chatarra tecnológica, en el ánimo de satisfacer las sedientas gargantas del empresariado.
Si bien, en lo respectivo a la formación profesional docente hubo un recorte de 39.5%, lo cierto es que todavía serán unos 1500 millones de pesos que al igual que este año, serán desviados a empresas de la economía cognitiva como el Tecnológico de Monterrey con quienes ya hicieron los primeros contratos para ofertar trayectos formativos y no a las escuelas e instituciones formadoras de docentes de carácter público.
Llama la atención que el INEE, quien es responsable de impulsar la evaluación, es decir, el instrumento de despojo laboral del magisterio, tendrá un aumento de 21.9% a su presupuesto; eso tiene una interpretación lógica: no hay intención alguna de detener los procesos evaluativos ni el sistemático acoso contra los maestros, sino todo lo contrario. El carácter voluntario de la evaluación para el desempeño docente se irá con las fiestas decembrinas como un buen recuerdo, pero la cuesta represiva seguirá en pie apenas llegue la sobriedad posterior al año nuevo.
Sólo para provocar, como decía un amigo del cono sur intentando suscitar un buen debate, diré a modo de conclusión que los recortes presupuestales no ponen en riesgo la Reforma Educativa, sino que cumplen cabalmente sus perversas intenciones.
Fuente: http://revoluciontrespuntocero.com/recortes-fortalecen-la-reforma-educativa/