David Calle, el español que puede ser el mejor profesor del mundo, es un ‘youtuber’

Por:Héctor G. Barnés

Este miércoles se publicó la lista de los 50 candidatos al Global Teacher Prize y, por segunda vez, hay buenas noticias para los españoles, después de que en la edición de 2014 César Bona optase al galardón, que el año pasado fue otorgado a Hanan al Hroub. En esta ocasión, ha sido el madrileño David Calle quien, a sus 43 años, optará el próximo 19 de marzo a erigirse como el mejor profesor del mundo y recibir el premio de un millón de dólares.

El caso de Calle es, no obstante, muy distinto al de otros candidatos. Sus alumnos se cuentan por millones y nunca ha pisado el aula de un colegio o un instituto, al menos en calidad de profesor. Su terreno natural es YouTube, donde, bajo la marca Unicoos, ha publicado alrededor de 700 vídeos que han recibido más de 100 millones de visitas, todo un hito para un canal académico. “Creo que me han nominado porque tengo muchos suscriptores y mis vídeos son muy virales”, explica a El Confidencial. “Probablemente estaban buscando el perfil de un profesor ‘online’, yo solo doy clase en academia y en línea, y eso les puede haber parecido disruptivo”.

El madrileño fue nominado por dos alumnos y GTP se puso en contacto con él para que rellenase un largo formulario con el objetivo de que la candidatura fuese efectiva. “Siempre les digo a mis chavales que cuantas más cosas intenten, mejor les irá, y lo aplico a mi día a día”. Dicho y hecho: hace apenas una semana, la organización le comunicó que había pasado a formar parte de los 50 candidatos. “A lo mejor han leído los comentarios, que suelen ser bastante motivadores, no dejan de dar las gracias todos los días”, añade. YouTube calcula que alrededor de 20 millones de personas (un 40% de las cuales son latinoamericanas) pueden haber visto sus tutoriales.

Haciendo fácil lo difícil

El gran éxito de Calle probablemente sea haber conseguido convertir asignaturas complicadas (matemáticas, ciencia, física, química) en platos de fácil digestión, a través de un formato con el que los estudiantes están familiarizados. Al principio, los vídeos duraban media hora, pero actualmente tienen 10 minutos de duración. “Para la concentración es esencial y, como yo digo, tengo una ventaja competitiva respecto a mis compañeros profesores: a mí me pueden parar, irse a tomar un Cola-Cao, rebobinar, pasarlo si les apetece…”.

Como ocurría con Bona, quizá la mayor baza de este profesor ‘sui generis’ sea su capacidad de motivar a los estudiantes, aunque con la mayoría de ellos tan solo mantenga una relación virtual. “Trato de hablarles con un lenguaje que entiendan y no ser demasiado dogmático”, explica Calle, que tiene su particular plató casero en Velilla de San Antonio, a las afueras de Madrid. “Lo importante es que vean que no es difícil, que no hay nada que no puedan sacar con esfuerzo y trabajo duro: cuando empiezan a entender las cosas y a sacar mejores notas, ya no hay quien los pare”. Calle intenta acercar materias complejas a sus alumnos a través de bromas o referencias pop, por ejemplo, utilizando ‘Spiderman’ o ‘Thor’ para hablar de física.

Desde que hace cinco años comenzase a grabar vídeos como apoyo a las clases que impartía en una academia, Calle ha terminado cubriendo todos los contenidos que se pueden impartir entre 2º de la ESO y la universidad. En un primer momento, los vídeos reflejaban las dudas y dificultades que solían compartir sus alumnos; hoy, dan respuesta a las necesidades que los estudiantes transmiten en sus correos electrónicos. Algunos días, Calle puede pasar entre tres o cuatro horas respondiendo a las consultas de sus alumnos, una dedicación que compatibiliza con las dos horas que pasa en la academia.

Una nueva vida

La carrera profesional de este madrileño probablemente no tenga mucho que ver con la de otros nominados. Aunque de joven trabajó en una academia “para sacar unas pelas”, como ingeniero trabajó en Xfera, la operadora de móviles de Florentino Pérez. “Hubo una minicrisis en el sector, me quedé en paro a los 30 años y volví a la academia en la que había estado”, relata. Lo que en un principio parecía temporal terminó siendo su auténtica vocación, por lo que un par de años después abrió su propio centro en uno de los barrios de las afueras de la capital.

“Pensaba que iba a ser algo temporal: ¿qué hacía un ingeniero ganando mucho menos dinero del que podría obtener? La gente consideraba que era un paso atrás, pero descubrí que era lo que me gustaba”, explica. En 2011, en mitad de la crisis, montó su canal de YouTube “para ayudar a los chavales con las dudas que tenían”, porque no le daba tiempo en clase a todo. Al principio, los medios eran precarios y Calle reconoce haber sentido algo de miedo y vergüenza al grabarlo, pero poco a poco, y reinvirtiendo las ganancias obtenidas a través de la página, Calle consiguió mejorar la factura de sus tutoriales.

Unicoos nació con una vocación casi social. “Muchas familias no podían permitirse una academia o un profesor particular, la crisis se notó mucho en mi trabajo, como en tantos otros, y es una pena que un niño no pueda recibir apoyo por no poder apuntarse a una academia”, explica. Calle es un firme defensor de la gratuidad de la enseñanza, pues de lo contrario, “no tendríamos todos las mismas oportunidades”.

“En mi caso, es un problema porque es complicado sacarlo adelante, no soy Khan Academy ni tengo apoyo institucional, pero lo acepto”, reconoce. El profesor cuenta actualmente con el apoyo de tres ingenieros de una empresa pagados con los ingresos de YouTube y las suscripciones de la web, y cuatro profesores que le ayudan a resolver las dudas de los estudiantes.

Las nuevas tecnologías eran esto

El proyecto de Calle muestra el lado más eficiente de la innovación aplicada a la educación, como una herramienta de equidad y difusión. La pasada semana, el profesor fue galardonado con el premio al ‘youtuber’ del año otorgado por Bitácoras, pero, como reconoce, sus niveles de visitas están muy lejos de los de las estrellas del medio. “Cara anchoa’ tiene tres millones de visitas en tres días, que es lo que hago yo en un mes con mis 700 vídeos”, admite. “Es complicado, pero espero que sirva para que se vea que se pueden aprender muchas cosas (matemáticas, física, inglés, historia), que es algo que padres y alumnos no siempre saben”.

La mayor parte de la publicidad en la red, no obstante, no se destina a propuestas como la suya. “Es una pena que los anunciantes no lo vean y destinen todas sus partidas económicas a vídeos virales como los de Elrubius, Wismichu o AuronPlay, que no aportan nada a la sociedad”, lamenta. “Pero el mundo publicitario y la sociedad son lo que son, e imperan las visitas y las cuotas de audiencia”. Calle espera que la nominación, incluso en el caso de que no se alce con el galardón final, le sirva para obtener una visibilidad mayor y un respaldo económico más potente.

¿Qué pasaría con Unicoos, ahora convertida también en página y editorial, en caso de ganar el millón de dólares del premio? El profesor explica que reinvertiría el dinero para hacer lo que persigue desde hace años: “que crezca para poder ayudar a más chavales, subtitular los vídeos, mejorar la página, publicar libros, contratar a un cámara o a un sonidista, pagar a los profesores… y poder llegar a ser lo que está empezando a ser, la plataforma más importante en español”. El objetivo es, concluye, “contribuir a hacer un mundo mejor”: “Es, en el fondo, una droga; yo tengo mi vida resuelta, aunque pueda tener problemas económicos, y lo único que persigo es poder ayudar gratis a la mayor cantidad de alumnos posible, de la mejor forma posible”.

¿Y España?

Con el informe PISA aún caliente y la LOMCE paralizada, la pregunta es obligada: ¿qué pasa en nuestro país? Calle considera que damos demasiada importancia a estos informes, que miden “la capacidad de los alumnos de hacer ejercicios de matemáticas y otras asignaturas”, pero que no reflejan los nuevos retos que plantea la sociedad. “Deberían centrarse en si los chavales trabajan en equipo, si tienen espíritu de lucha, si son capaces de discernir lo bueno de lo malo en internet, si potencian su inteligencia emocional… No tiene sentido que un país tenga notas excepcionales en matemáticas si los niños no saben trabajar en equipo”.

Calle explica que, durante su carrera, conoció a muchos ingenieros brillantes pero incapaces de relacionarse con nadie. No desea que ocurra eso con los más pequeños: “Todos los días, en los foros, los chavales se ayudan unos a otros, y es en eso en lo que deberíamos insistir y no en PISA, que tan solo sirve para maquillar los datos de fracaso escolar”. ¿Otro problema? Que los adolescentes no saben organizar su tiempo o distinguir lo urgente de lo esencial. Una posible solución: “En Finlandia, por ejemplo, se ha aprobado un proyecto para eliminar las asignaturas, la idea es llevar a cabo proyectos multidisciplinares”.

Fuente: http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2016-12-16/david-calle-youtuber-espanol-mejor-profesor-mundo_1304435/

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Hector G. Barnés

Periodista en El Confidencial. Redactor. Lic. en Comunicación Audiovisual en la Universidad Complutense de Madrid. Master de Formación del Profesorado de Secundaria. Universidad Rey Juan Carlos.

2 comentarios en “David Calle, el español que puede ser el mejor profesor del mundo, es un ‘youtuber’”

  1. Que grato es encontrarme con este tipo de noticias sobre educación, donde la mirada esta puesta en el desarrollo tanto intelectual como emocional de los estudiante , donde la clave es pensar un mundo de colaboración y de equipo apostando a que todos aprendemos del otro y con el otro, derribando fronteras que separan.
    FELICITACIONES POR TANTA GENEROSIDAD DAVID!!!
    Y a ustedes(Barnés) por ouparse de comunicar este tipo de noticias que motivan a seguir en este camino tan complejo y tan poco equitativo que es la EDUCACIÓN!!
    Cariños

  2. La enseñanza electrónica no es mala. Sin embargo, seguimos utilizando la tecnología con un fin didáctico exclusivamente, un artefacto cultural con el cual damos instrucciones (cibernética clásica) para repetir cosas. No hay creación ni desarrollo intelectual, tan sólo repetir y repetir los mismos ejercicios sin contextualización alguna con la persona del conocimiento, esto es, el que aprende. El discente no experiencia nada, más allá de la fascinación telemática que al cabo del tiempo pasa a ser rutinaria porque esa «estética de lo bello» deja de ser enjuiciada y pasa a ser sólo utilizada. Un lenguaje icónico que perdió su condición para sentir o percibir otras cosas.

    La idea o la cuestión problemática, es hacer del ciberespacio educativo un sitio donde se desarrolle una cultura. Desde ahí comenzar a desarrollar su transversalidad disciplinaria encarnada en la llamada «inteligencia colectiva» o inteligencia entre todos, ese es el verdadero reto hoy, sin desmerecer a todo aquel que lo utilice como herramienta didáctica.

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