Paraguay/19 enero 2017/Fuente: La Conexionusa
Unicef instó hoy al Gobierno paraguayo a redoblar los esfuerzos para erradicar el criadazgo, una forma de trabajo doméstico que afecta a menores y que ha vuelto a sacudir al país tras el caso de una adolescente que está internada por ingerir soda cáustica, supuestamente obligada por sus empleadores.
La joven, que tiene 15 años e ingresó el viernes en un hospital con graves quemaduras en la boca y en el tracto digestivo, era empleada de una pareja que se encuentra prófuga y que ha sido imputada por un delito de homicidio y por trata de personas con fines de explotación laboral.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) denuncia ante ello la vigencia en Paraguay del criadazgo y su negativa repercusión en el desarrollo físico e intelectual y moral de las niñas, niños y adolescentes que dejan sus estudios para dedicarse a tareas domésticas en casas de terceros.
De acuerdo con el comunicado de Unicef, en esos hogares «se exponen a sufrir todo tipo de abusos» y los convierte «en un objeto de intercambio, proporcionando mano de obra gratis o barata sin que se cumplan las mínimas garantías de protección y promoción de su desarrollo», dice el comunicado.
Según Unicef, ello convierte al criadazgo «en una de las peores formas de trabajo infantil y en la mayoría de los casos las niñas, niños y adolescentes no reciben una paga por sus servicios, sino apenas techo y comida, en un ambiente inapropiado para su bienestar».
Unicef recuerda a su vez que la ley paraguaya prohíbe el trabajo infantil doméstico y que el Estado ratificó el convenio de la Organización Internacional del Trabajo sobre las peores formas de trabajo infantil, que incluye la servidumbre por deuda y las prácticas análogas a la esclavitud.
La adolescente que supuestamente fue envenenada por su empleadores, vivía con la pareja desde hace tres años, no estaba escolarizada y se dedicaba al trabajo doméstico en el hogar, según la Fiscalía.
El criadazgo, por el que una familia cede a sus hijos a otra de mayores recursos a cambio de que le dé educación y alimentación, afecta a unos 47.000 niños y niñas de Paraguay y ha sido definido como «una forma moderna de esclavitud» por varias organizaciones.
Fuente: http://www.laconexionusa.com/noticias/20170118654297_lc65429718.asp