Palestina/06 febrero 2017/Fuente: El Comercio
En una peculiar academia entre el río Jordán y el Monte de las Tentaciones de Jericó, cada vez más mujeres se forman para ser las responsables de la seguridad de un futuro Estado de Palestina.
En sus inmensas instalaciones que se asemejan a una ciudad en constante expansión durante sus diez años de existencia, cerca de 3.000 jóvenes, de ellos un 27% mujeres, se preparan para engrosar las filas de las fuerzas de seguridad palestinas, que se esfuerzan por profesionalizarse en un situación de ocupación israelí que limita sus competencias y capacidades.
«Amo mi hogar, Palestina, quiero ayudar a mi país a ser y tener independencia», dice resuelta ante un reducido grupo de periodistas Hanna Qalaq, una joven de 21 años de Tulkarem (Cisjordania) que está a punto de acabar su cuarto año de Derecho y que, en mayo, cumplirá el sueño de verse graduada.
Qalaq orientó sus estudios hacia los asuntos de seguridad porque siente que «hay una necesidad para las mujeres de contribuir y ser miembros de las fuerzas de seguridad, especialmente en la Policía. Realmente quiero estar en una situación de poder en una sociedad que a veces discrimina».
Tocada con su hiyab, la joven explica que su sociedad es una combinación de religiones (cristianos y musulmanes) y que el hecho de que jóvenes como ella sean parte de este estamento en evolución contribuye a evitar daños o molestias a otras mujeres en su trato con las fuerzas de seguridad.
Pero más allá del lado humano, Qalaq considera importante contribuir a «un Estado en desarrollo».
«Trabajamos para conseguir este objetivo», incide y asegura que aunque quizá para el mundo «no somos un ejército, nosotros así lo creemos y así lo llamamos. Nuestro Estado necesita a gente como yo».
Los Acuerdos de Oslo de 1994 establecieron que los palestinos no dispondrían de Ejército, Marina ni Fuerza Aérea, ni tampoco de armamento pesado, dejando a las fuerzas de seguridad un papel meramente policial en las áreas bajo control de la Autoridad Nacional Palestina (ANP).
En Al Istiqlal, que asienta sus raíces en una academia creada en 1998 por el general retirado Tawfiq Tirawi, hombres y mujeres reciben formación física, militar y académica, pero en ningún momento entrenan con armas, prohibidas en el recinto.
Tirawi soñó hace décadas con este centro que se ha materializado gracias a dinero del Gobierno palestino y una aportación española para su departamento de idiomas.
«No podemos esperar al fin de la ocupación para ponernos manos a la obra», dice el ex alto mando ante la prensa. «Tenemos que ir construyendo nuestras instituciones y los organismos de seguridad son fundamentales para un Estado», destaca.
Y asegura no estar sorprendido ante el alto número de mujeres que se enrolan en la diversa oferta educativa del centro, que incluye entre otras titulaciones psicología de seguridad, ciencias de la seguridad, inglés o hebreo.
«Las mujeres tienen las mejores notas. El trato y la educación son las mismas entre los alumnos, sin embargo, hemos descubierto que son más resolutivas que los hombres y más resistentes», opina Tirawi, quien admite que aún existen problemas de convivencia y que algunas de las expulsiones se deben a faltas de respeto hacia ellas.
A su lado, el presidente de la universidad, Abdelnaser Qadumi, destaca la «dureza» de las pruebas de admisión que cada año permiten la entrada de unos 500 estudiantes, dejando fuera a varios centenares.
La presencia de chicas «no es frecuente en otras zonas de la región como Jordania, Egipto o Arabia Saudí», alaba, remarcando que en esos países la Policía y las fuerzas de seguridad mantienen divisiones de género y que, incluso en Europa, no hay tanta presencia femenina en este tipo de instituciones.
Rawand Alghul viene de la conservadora ciudad de Yenín, al norte de Cisjordania, pero ahora se siente una más dentro de un lugar que representa para estos jóvenes un salto de la «vida civil» a la «vida militar».
«Siento que nuestro deber está aquí. Somos una nación bajo ocupación y nuestro sueño y misión es proteger y defender a nuestro país», dice sobre una labor que considera «simbólica» y con la que espera ayudar no sólo a reducir la brecha entre hombres y mujeres, sino también entre la sociedad y los estamentos de seguridad.
Fuente Noticia: http://elcomercio.pe/mundo/actualidad/futuro-seguridad-palestina-se-escribe-femenino-noticia-1966017
Fuente Imagen: http://estaticos.efe.com/efecom/recursos2/imagen.aspx?lVW2oAh2vjNviH-P-2bppJ-P-2bxFjit8Lb94tA2Q4TncnkXVSTX-P-2bAoG0sxzXPZPAk5l-P-2fU5U5w1GwdV-P-2frRJy08kKV0E5fA-P-3d-P-3d