ASia/China/03 Junio 2017/Autor: Damy Vales/Fuente: Prensa Latina
En tal caso, la mayoría de las páginas webs y redes sociales dedican secciones especiales a ese proceso educativo y publican los exámenes íntegros por provincias y materias.
Los contenidos de las pruebas se convierten cada año en un tema de debate entre expertos y académicos quienes hasta llegan a considerar que esa prueba ha devenido en un fenómeno cultural.
Tan solo por citar un ejemplo, el examen puede durar nueve horas y de acuerdo con estadísticas, sólo tres de cada cinco estudiantes lo aprueban. Considerando que este intento es la única puerta de entrada a cualquier universidad en China, suena como un gran reto que los alumnos tienen que superar.
Por su parte el gobierno chino ha pedido normas estrictas para garantizar la imparcialidad en el examen nacional de admisión a la universidad, que se llevará a cabo este mes.
El Ministerio de Educación demandó este viernes reforzar la seguridad en la impresión, transporte, almacenamiento, entrega y calificación de los exámenes para evitar filtraciones.
Para ello, es necesario adoptar métodos de detección e inspección para evitar formas múltiples de hacer fraude, incluidos el uso de herramientas de alta tecnología y la sustitución de quienes realizan los exámenes, según declara la cartera.
Asimismo, el Ministerio ha establecido líneas de información nacionales para que el público reporte malas prácticas y prometió abordar con prontitud las quejas.
También, la administración vela porque las avenidas cercanas a los institutos chinos donde se desarrolla el gaokao, se facilite el tráfico para la llegada en tiempo de los alumnos a sus instituciones y al mismo tiempo reducir el ruido durante los exámenes.
Algunos estudiosos indican que el gaokao recuerda a los exámenes imperiales que funcionaron de forma intermitente hace miles de años en China.
Lo cierto es que cada año más de nueve millones de estudiantes en el gigante asiático se presentan a un examen de enorme repercusión: el gaokao.
Aprobar el gaokao es la única forma que tienen los estudiantes para entrar a la universidad y por lo tanto están sometidos a una enorme presión tanto de sus padres como de la nación.
Sin embargo, es de resaltar que gracias a esa exigencia o batalla por determinar un buen futuro, los estudiantes chinos de hoy son probablemente la generación mejor preparada de la historia, transformados en una clase de ejército afanoso y aplicado dispuesto a ser la élite de este vasto territorio.