Venezuela/ 19 de octubre de 2017/ Por: Elías Jaua Milano/ Fuente: Correo del Orinoco
El pasado viernes 15 de septiembre se cumplieron 18 años de la implementación, por parte de nuestro comandante Hugo Chávez, de las Escuelas Bolivarianas. Es el programa educativo que rescató la concepción del Estado docente, tesis del gran maestro venezolano Luis Beltrán Prieto Figueroa, desechada en la última década del siglo 20 por el modelo neoliberal privatizador.
La Educación Bolivariana reivindica el papel indeclinable del Estado en garantizar la educación pública, gratuita y de calidad como derecho humano fundamental. Igualmente, persigue garantizar que nuestros niños, niñas y jóvenes sean formados en los valores republicanos de Simón Bolívar, que son la base de nuestra nacionalidad, y en los fines que como Nación hemos acordado en nuestra Constitución: la independencia, la soberanía, la igualdad, la solidaridad, la justicia, la paz, la democracia participativa y protagónica, y el reconocimiento a nuestra pluriculturalidad.
De igual manera, el programa de Educación Bolivariana concibe la Escuela como una integración de variables que contribuyen al libre desarrollo de la personalidad, en lo individual y en lo social. Para ello, es necesario que, además de la formación académica, los y las docentes tengan derechos laborales garantizados; que los niños, las niñas, los y las jóvenes reciban alimentación adecuada, practiquen deporte, desarrollen su vocación cultural, científica y en oficios prácticos, tengan acceso a las tecnologías de información y comunicación, desarrollen capacidades de liderazgo social y político, entre otras importantes áreas del saber y el hacer, como lo predicó Simón Rodríguez, maestro de nuestro Libertador.
Más allá del debate político y social polarizado, que en la educación ha tenido el escenario para el desarrollo de falsas matrices a lo largo de estos 18 años, los resultados, además de ser cuantificables, pueden ser apreciados cualitativamente.
Logros a la vista: 18 años de paz en el magisterio y en los liceos, una generación que aumentó de talla y peso, una generación que brilla en todos los escenarios deportivos mundiales donde se presenta, una generación que canta, hace música, teatro, pinta; una generación que se asume protagonista de lo político y social, una generación que se mueve como pez en el agua en el mundo de las tecnologías de la información.
Hoy podemos afirmar que hay una generación más consciente de nuestra historia, de nuestra diversidad cultural, de la importancia de tener una patria, de la responsabilidad histórica de ser herederos y herederas de Bolívar y de los libertadores y las libertadoras de toda Suramérica. Misión cumplida, comandante Chávez.
Ahora nos toca a nosotros. Los desafíos siguen siendo grandes, consolidar y expandir lo logrado, no permitir la reversión. Seguir luchando y formando para la calidad académica, cultivar con más empeño los valores de la convivencia pacífica, del reconocimiento del otro y la otra, sembrar en la conciencia colectiva la necesidad de una cultura del trabajo productivo y de la preservación ecológica, como fundamento de un modelo económico que nos permita producir lo que necesitamos como sociedad, para poder vivir con igualdad, justicia, dignidad y libertad.
Especialmente, hoy tenemos como reto que nuestro modelo educativo se convierta en el espacio para la restauración plena de la ética, de la moral pública, del valor de la honestidad y de la lealtad para preservar y expandir hacia el futuro nuestra República Bolivariana de Venezuela. Feliz inicio de año escolar 2017 2018.
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