Emiratos Árabes/06 de Noviembre de 2017/Política Exterior
La educación, uno de los pilares de la ayuda humanitaria, se enfrenta a desafíos como el volumen de desplazados, el idioma y los múltiples actores implicados.
A finales de 2016, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) calculaba que había 65,6 millones de personas desplazadas en todo el mundo a causa de las persecuciones, los conflictos, la violencia o la violación de los derechos humanos, una cifra nunca alcanzada hasta ahora. De esta cifra, variable, 40 millones están desplazadas en el interior de su país y 22,5 millones han tenido que refugiarse más allá de sus fronteras. En 2016, 20 nuevas personas se vieron obligadas a huir de su hogar cada minuto. A esta cifra hay que sumarle los más de 10 millones de apátridas a los que les han privado de nacionalidad y de acceso a los derechos elementales como la atención sanitaria, el empleo, la libertad de circulación y la educación.
Varias regiones y poblaciones se ven especialmente afectadas. Es el caso de Siria, donde aproximadamente 12 millones de personas han huido, pero también de Colombia, Afganistán, Irak, Sudán del Sur, la República Democrática del Congo, Somalia, Nigeria, Ucrania, Yemen, la República Centroafricana y Eritrea.
Los desplazados alrededor del Mediterráneo
Actualmente, ACNUR identifica dos crisis diferentes que provocan que haya migrantes y refugiados alrededor del Mediterráneo: la “situación del Mediterráneo” y la “respuesta regional a los refugiados sirios”. La primera está sobre todo relacionada con la llegada de poblaciones migrantes que tratan, por diversas razones, de entrar en el espacio Schengen. Los datos actuales muestran que el número de migrantes está disminuyendo en ese espacio: cerca de 200.000 en 2014, más de un millón en 2015, 300.000 en 2016 y 125.000 hasta septiembre de 2017. Los países de procedencia de los inmigrantes que llegan a Europa son, en orden de importancia: Nigeria, Guinea, Costa de Marfil, Bangladesh, Gambia, Mali, Eritrea, Senegal y Marruecos. Llegan por dos rutas: en barco a través del Mediterráneo o por el Oeste de los Balcanes. Hay que señalar que una ínfima proporción de estas personas está oficialmente registrada como refugiada. Por tanto, va a integrarse, pocas veces de manera oficial, en diversas regiones urbanas, periurbanas o rurales de Europa.
La otra crisis, mucho más importante, está relacionada con el conflicto sirio que dura desde 2011. En septiembre de 2017, afectaba a más de 5,1 millones de personas. Aunque desde 2013 se ha observado un aumento casi exponencial del número de refugiados, parece que la situación tiende a estabilizarse desde junio de 2017. La mayoría, más de tres millones, se ha refugiado en Turquía, mientras que Egipto, Jordania y Líbano han acogido a dos millones. La proporción de refugiados alojados en campos es muy baja, solo el 9% (464.000), lo que, evidentemente, complica la organización y la coordinación de la respuesta humanitaria.
La situación de los niños desplazados y refugiados en Europa
De los 22,5 millones de refugiados en el mundo, el 51% tiene menos de 18 años. Por tanto, los niños, que representan el 31% de la población mundial, se ven especialmente afectados por las crisis y los diversos conflictos desde hace numerosos años. Desde 1999, se observa un incremento de la población de niños no escolarizados que viven en una zona afectada por un conflicto armado. En 2012, la proporción de esos niños era especialmente alarmante en los Estados árabes:
Fuente: http://www.politicaexterior.com/articulos/afkar-ideas/retos-educativos-de-ninos-inmigrantes-o-refugiados/