Desde que se reactivó aquí el Yo, sí puedo en 2012 hasta octubre pasado se graduaron dos millones dos mil 749 alumnos, expresó a Prensa Latina el consultor del Ministerio de Educación y responsable del programa, Alfredo Díaz.
Han sido sobresalientes las labores de los 42 asesores cubanos en las 18 provincias del país y de casi la mitad (54,7 por ciento) de los alfabetizadores que este año colaboraron voluntariamente, subrayó.
Existen, precisó, alfabetizados en 162 de los 173 municipios con que cuenta el país, que se independizó en 1975 de Portugal y vivió casi tres décadas envuelto en una guerra civil.
El método, que cumplió recientemente 15 años, tuvo su estreno en 2002 en Venezuela, que se declaró libre de analfabetismo al igual que Bolivia, Nicaragua y Ecuador.
Su capacidad de adaptarse a cualquier zona y soporte técnico le ha permitido al Yo, sí puedo estar presente lo mismo en América, en África o en Asia, y tuvo incluso una incursión en Europa al probarse en la ciudad española de Sevilla.
Las grabaciones de las clases se realizan con actores de cada nación e incluyen variaciones propias del idioma hablado en cada territorio, flexibilidad que busca la aceptación y el apoyo de las experiencias vividas por los beneficiados.
Otra de las bondades reconocidas es su rapidez al desarrollarse el curso de siete a 10 semanas como promedio, aunque en condiciones intensivas se ha podido conseguir la alfabetización en un mes.
Sin embargo, la mayor facilidad del método consiste en que se asocia cada número a una letra del alfabeto, una opción que permite al estudiante partir del dígito conocido hacia lo desconocido.
El programa cuenta con versiones en español, inglés y otra en portugués, además de en creole para Haití, aymara y quechua para Bolivia y tetum para Timor Leste.