Redacción: N+1
Muchos laboratorios argentinos carecen de los fondos para realizar su trabajo diario debido a un retraso en los pagos por parte del gobierno, que pretende recortar los presupuestos de investigación en 2019. Esta situación preocupa profundamente a los científicos del país: «El sistema de ciencia y tecnología de Argentina está colapsando», advierte el biólogo molecular Alberto Kornblihtt, que dirige el Instituto de Fisiología, Biología Molecular y Neurociencias del Consejo Nacional de Investigación Científica y Técnica (Conicet), según recoge un artículo de Science Magazine, firmado por la periodista especializada Valeria Román.
«El 19 de septiembre, el gobierno de centroderecha de Macri presentó un presupuesto equilibrado para 2019 que espera satisfaga lo suficiente al Fondo Monetario Internacional para ayudar a garantizar un paquete de préstamos para hacer frente a la crisis económica», explica Román. Una de las medidas de este plan de austeridad ha consistido en convertir el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva en una secretaría dependiente del Ministerio de Educación, y bajar su presupuesto de 3,7 mil millones de pesos (aproximadamente 96 millones de dólares) en 2018 a 3,4 mil millones de pesos (alrededor de 88 millones de dólares). Con la inflación incorporada, además, la inflación es mucho mayor: el equivalente a un recorte del 35%, según cifras de Fernando Peirano, profesor de la Universidad Nacional de Quilmes. La Comisión Nacional de Actividades Espaciales sufrirá un recorte de fondos del 20%, a 1.900 millones de pesos. Conicet, que paga la mayoría de los sueldos de los investigadores, verá su presupuesto aumentar en un 27%, de 13.300 millones de pesos a 16.400 millones de pesos, pero incluso eso no es suficiente para mantenerse al día con la tasa de inflación esperada para este año.
Por su parte, el Centro de Farmacología y Estudios de Botánica, dirigido por Ana Franchi, ha recibido hasta este año solo el 20% del presupuesto anual para cosas como suministros, servicios, limpieza y seguridad, por lo que de adoptarse el presupuesto del gobierno, afirma, significará el «colapso del próximo año» de su instituto. Franchi y otros directores de instituto han tenido infructíferas reuniones con Barañao y con la junta directiva de Conicet. Según la física Susana Hernández, presidenta de la Asociación Argentina para el Avance de la Ciencia, los recortes se producen justo cuando la comunidad científica argentina estaba debatiendo una estrategia científica nacional para 2030: «La política actual de ajuste del cinturón está desalentando esa iniciativa. Al reducir el presupuesto, el gobierno no convierte a la ciencia en una prioridad para el futuro».
Mientras tanto, la caída del peso, que ha perdido más del 50% de su valor en lo que va del año, cuenta Román, tiene consecuencias dramáticas para los investigadores que dependen de suministros y equipos del exterior. El inmunólogo Gabriel Rabinovich, subdirector del Instituto de Biología y Experimental de Medicina Experimental del Conicet, asegura que esto provoc que una máquina que necesita para detectar rápidamente proteínas en sus estudios sobre cáncer e inmunología sea prohibitivamente costosa. Con tales alzas, «es imposible competir con investigadores de países desarrollados», concluye.
Fuente: https://nmas1.org/news/2018/09/28/argentina-ciencia-tecnologia